Material preparado por Enrique Gutiérrez Rubio para “Español coloquial” basado en: Porroche Ballesteros, Margarita: Aspectos de gramática del español coloquial para profesores de español como L2. Madrid: Arco Libros, 2009. PROGRAMA (PRIMEROS CAPÍTULOS) 1. INTRODUCCIÓN 2. SINTAXIS COLOQUIAL. ASPECTOS GENERALES 2.1. Introducción 2.2. La importancia de las estructuras suprasegmentales 2.3. Los enunciados suspendidos 2.4. Las construcciones-eco 3. SINTAXIS COLOQUIAL. LOS MARCADORES DISCURSIVOS 3.1. Introducción 3.2. Las conjunciones como marcadores del discurso 1. INTRODUCCIÓN No existe dicotomía blanco-negro entre el español coloquial y el formal, sino una escala gradual con dos extremos: Inmediatez comunicativa <----------------------------------------------> Distancia comunicativa (o coloquialidad) (o formalidad) FACTORES Inmediatez en el tiempo y el espacio Privacidad de la comunicación Distancia social entre los interlocutores El saber compartido La espontaneidad (+) (-) Conversación entre familiares y amigos Conversación telefónica Conversación cotidiana Conversación con el médico Código jurídico En cualquier caso, las variedades coloquiales y formales coexisten en, por ejemplo, una carta familiar, un artículo periodístico, una tertulia radiofónica, una obra literaria o un debate televisivo. El factor más determinante del uso del español coloquial es la inmediatez, la proximidad comunicativa (vs. distancia comunicativa), aspectos relacionados con la ausencia de planificación o control previo del enunciado que viene determinado por los siguientes factores: 1. Inmediatez en el tiempo y en el espacio, interacción personal. 2. Distancia social entre los interlocutores determinada por el grado de familiaridad + edad + sexo + poder relativo + grado de conocimiento previo. 3. La situación: ámbito privado (una comida familiar) + público (administrativo y comercial) + institucional (conferencia) + ritualizado (juicio). 4. Finalidad u objeto perseguido: interpersonal (la comunicación por la comunicación, en general sobre temas NO especializados, cuestiones cotidianas) Vs. transaccional (objetivo concreto como comprar o vender algo, enseñar, etc.)1. 1 En las transaccionales los papeles no suelen ser simétricos: juez-fiscal, vendedor-comprador, médicopaciente. Español coloquial prototípico: conversación cara a cara, inmediata en el tiempo y en el espacio, entre iguales –desde el punto de vista social (sociocultural) y funcional (pej. simetría profesor-antiguo alumnos) –, interacción familiar o de amigos, no preparado, con fines interpersonales y en la que se hable de temas cotidianos. Pero, cuidado, el español coloquial (o algunos de sus rasgos) se da también fuera de estos esquemas o ámbitos coloquiales: como estrategia discursiva para acortar distancias con el interlocutor, dar una nota de humor, intensificar lo dicho, ser novedoso o expresivo... Otras cuestiones de interés: 1. Dentro de la variedad coloquial del español existen muchas diferencias geográficas y socioculturales. 2. En la comunicación hay que diferenciar el nivel gramatical del nivel pragmático (Mi marido es abogado). Gramática (código ling.) + emisor/receptor/contexto = condicionan el discurso. Comprensión real = conocimientos ling. + otros NO codificados lingüísticamente. 3. El lenguaje coloquial varía con el tiempo (a veces muchísimo y a gran rapidez). Pej. Tú vs. Usted; Hola vs. Buenos días; Sánchez Ferlosio o Salinger. 2. SINTAXIS COLOQUIAL. ASPECTOS GENERALES 2.1. Introducción Aquí incluimos el uso de conjunciones, marcadores discursivos, interjecciones, orden de palabras, enunciados que se interrumpen o se repiten, estrategias de carácter suprasegmental... Muchos de estos elementos son difíciles de sistematizar. La causa del uso de estos rasgos es la oralidad y la inmediatez de una conversación espontánea: autorreparaciones, paréntesis explicativos, vacilaciones, etc. La sintaxis del español coloquial presenta los siguientes rasgos principales: 1. Es cortada y acumulativa. 2. Llena de repeticiones, reformulaciones, reelaboraciones e incisos. 3. Con suspensiones, elipsis y cortes. 4. Con una ordenación de los elementos que atienden al valor informativo que el oyente les asigna: las entidades conocidas (o más o menos conocidas) preceden, en general, a las nuevas. Pej. Esta tarde vamos al cine (orden NO marcado). Si se adelanta (y se marca con la entonación) un elemento se señala como centro de atención por ser: a. Contrario al esperado. b. Foco de contraste (un elemento vs. sus alternativas). c. Una nueva información focalizada. d. El tema del discurso. En el lenguaje coloquial hay que tener muy en cuenta la obligada planificación “sobre la marcha”, la negociación por el acuerdo, el intento de mantener el turno conversacional o la expresividad. ¿Cómo se organiza todo esto? Mediante 1. Recursos entonativos; 2. El orden de palabras; y 3. Los marcadores del discurso: “Pues mire, en esta calle que viene no, en la otra acera, cruce y luego sigue andando hacia allí, vamos, como si fuera a la Plaza San Francisco y la primera calle no, la segunda y ya verá la cruz, ¡eh!, pero, oiga, que creo que hoy estará cerrada por vacaciones.” 2.2. La importancia de las estructuras suprasegmentales En el español coloquial las pausas, la entonación y el ritmo, junto al orden de palabras y el uso de marcadores del discurso, organizan el discurso de acuerdo con la información que pretendemos transmitir, una función equiparable a la de los signos de puntuación. Así, con frecuencia no se entendería lo que se quiere expresar sin atender a estos elementos: ¡El niño! ¡Que se cae el niño! De hecho, en el lenguaje coloquial muchas veces son frecuentes las frases que funcionan como enunciados: ¡A tu habitación! o Dos cervezas. 2.3. Los enunciados suspendidos En ocasiones en el español coloquial es más importante lo que no se dice que lo que se dice. Este tipo de oraciones terminan con un tono ascendente o de suspensión y un alargamiento de las últimas sílabas; constituyen unidades comunicativas plenas con una información explícita y otra implícita sugerida por la entonación y por el contexto: - Como no te acabes las lentejas... - Yo quiero ir al cine, pero si tú no quieres... Modelos: · Estructuras ponderativas = intensificación: - ¡Es tan tonto...! - ¡Con todo lo que yo he hecho por él...! · Estructuras condicionales = atenuación: - Si me entero de que vuelves a suspender... -Si se lo dices... · Construcciones causales con como + subjuntivo. Con ellas el hablante se refiere a algo improbable y temido expresando de este modo advertencia, amenaza, peligro, etc.: - Como vuelvas a beber... - Como no lleguemos a tiempo... · Construcciones con como + indicativo. Con ellas se expresa una justificación: - Como me habías dicho que no te gusta el cine... - Como ahora eres una señora casada... · Refranes y proverbios, completados por la competencia cultural y comunicativa del hablante: - Yo me quedaría con mi empleo actual porque más vale pájaro en mano... - Ya sabes, a la vejez... · En general cualquier elemento de un enunciado que pueda ser fácilmente completado: - Su novio es muy guapo, pero a mí los tíos rubios... 2.4. Las construcciones-eco Construcciones que en un diálogo se repiten de forma exacta o con ligerísimos cambios y que reflejan las nuevas condiciones de la enunciación. Son oraciones interrogativo-exclamativas y buscan una explicación o una justificación a la información anteriormente dada o que reflejan la actitud del hablante ante lo dicho por el interlocutor. L1 - Me marcho a trabajar a Madrid L2 - ¿Te marchas a trabajar a Madrid? (L1 - Sí, es que allí me pagan el doble) (L2 - Pero ¿cómo vas a dejar aquí a tu mujer y tus hijos?) Asimismo, las construcciones-eco puede cuestionar la legitimidad de la enunciación anterior: L1 - ¡Baja la televisión! L2 - ¿Que baje la televisión? ¡A ver si en mi casa no voy a poder hacer lo que me dé la gana! O bien burla, ironía (la entonación y el timbre, que suelen aparecer distorsionados, evidencian la intención del hablante) Judás - ¿Seré yo, señor? Jesús - ¿Seré yo? ¿Seré yo? O, por último, incluso, solidaridad: L1 - Ahora a mi madre se le ha roto un dedo. L2 - ¿Se le ha roto un dedo? (=¡Oh! ¡Caramba!) Pobrecita, ¡qué mal lo estás pasando con ella! El "eco" puede ser de varios tipos. La oración se puede repetir exactamente igual o cambiando el sujeto, pero en ese caso debe comenzar por "pero", "si" o transformar el verbo en infinitivo. L1 - ¡Baja la televisión! L1 - ¿Quieres ir al cine? L2 - ¿Bajar la televisión? L2 - ¿Si quiero ir al cine? L2 - ¿Que baje la televisión? L2 - ¿(ir) al cine? 3. SINTAXIS COLOQUIAL. LOS MARCADORES DISCURSIVOS 3.1. Introducción Los marcadores discursivos ponen de manifiesto la unión entre los distintos segmentos textuales, la actitud del hablante y la relación de éste con el interlocutor y, en gran medida, contribuyen, de este modo, a la correcta construcción e interpretación de los enunciados. Los marcadores discursivos son un conjunto heterogéneo integrado por unidades que en la sintaxis oracional funcionan como conjunciones (y, pero, pues), adverbios (encima, entonces), interjecciones (ah, eh, caramba), formas apelativas de base nominal (hombre, mujer) o verbal (mira, oye, vale), etc. Son una clase que se define por su función y no por su categoría como clase de palabras. A continuación vamos a ver en detalle los usos más interesantes para los estudiantes checos de español como lengua extranjera. 3.2. Las conjunciones como marcadores del discurso Estas conjunciones no ejercen las funciones propias de su condición, es decir, no coordinan ni subordinan dos clausulas. Su uso en español coloquial es muy frecuente. 3.2.1. Conjunción y · En general marca la continuidad de la enunciación: - Nos fuimos a merendar, y luego al cine, y había mucha gente, y todos querían entrar, y yo, como soy aún pequeño, no veía nada, y creía que... · Con pausa puede expresar matices adversativos, causales, temporales, etc.: - Trabajamos de noche, y no tuvimos sueño (pero) - He vivido muchos años, y sé más que tú (por lo tanto) - Se saludaron, y se dieron la mano (cuando se saludaron, se dieron la mano) · Encabeza una oración que aparentemente no enlaza con nada, aunque se puede suponer que lo hace con algo pensado o dicho antes: - Y ¿qué desea usted? - Y ¿qué ha sido de María? · Cuando coordina dos elementos pero uno de ellos no es una oración, sino un enunciado como un adverbio o incluso una interjección: - Toma tus cosas, y ¡fuera! - No tengas miedo, y ¡adelante! - Tomaré un café, y basta · Coordinación intensificativa o expresiva que pone de relieve o enfatiza el elemento que introduce: - Juan estudia, y con gran entusiasmo - Salió con su novio, y de noche - Tiene dolores, y terribles 3.2.2. Conjunción pues · Al igual que y, pues marca la continuidad de la enunciación. Sin embargo, al usar pues el emisor, aunque de algún modo continúa el discurso, llama la atención sobre la información nueva, indica lo que quiere decir respecto a los elementos que preceden a pues: L1 – ¿Por qué dices castellano y no español? ¿O lo has dicho sin pensar? L2 – No, porque castellano, pues viene de la lengua que se habla en Castilla. · Este valor de pues explica que, frecuentemente, forme parte de la respuesta a una pregunta (lo que nunca ocurre con y a no ser que la respuesta sea otra pregunta o una exclamación): L1 – ¿Cuáles son tus aficiones? L2 – Pues me ha gustao muchísimo leer. En estos ejemplos, el tema sería la pregunta del interlocutor y la respuesta lo remático. A diferencia de y con pues más que una continuidad debe haber algún tipo de ruptura de la argumentación del interlocutor. L1 – ¡Qué bien, empiezan los juegos olímpicos! L2 – Pues a mí no me gustan. L2 – Y a mí también me gustan. 3.2.3. Conjunción o · Construcciones con o como reformulador. Se utiliza para expresar mejor un discurso cuya intención comunicativa no ha sido, a ojos del propio emisor, satisfactoria: – No salgo nada, o casi nada, todo lo más un paseo por la tarde. · Coordinaciones con valor condicional. Enlaza un consejo, orden o prohibición con una advertencia, sanción o amenaza: – Suéltame o te pego un sartenazo – Haz los deberes o no vas al cine – O me caso contigo o me muero (enunciados disyuntivos: si no me caso contigo me muero) · El uso de ¿o qué? (alternativa abierta) y de ¿o no? (dos posibilidades) son en general semejantes a los del checo: – ¿Qué te pasa? ¿Estás dormido o qué? – ¿Nos llevas a casa o qué/o no? (impaciencia) – *Por favor, ¿nos llevas a casa o qué? · Formulas inespecificativas que completan el sentido de un enunciado o de una enumeración. El primer interlocutor sugiere al segundo que complete o reformule el sentido del enunciado: o así, o eso, o algo por el estilo, o yo qué sé, o qué sé yo, o no sé qué, o no sé qué leches/chorradas/hostias!!/cojones!!! – Dirán que la novia, que es que será tonta, o algo por el estilo (El Jarama, Sánchez Ferlosio: 125) 3.2.4. Conjunción pero · Los usos coloquiales de pero son muy similares a los de ale en checo, de modo que mediante su empleo rechazamos una posibilidad expuesta anteriormente. – Juan es muy guapo, pero es tonto. · Se utiliza cuando el L2 quiere introducir una pregunta para que L1 aclare algún aspecto de su intervención o para volver a un tema que L1 parece haber olvidado: L1 – Hasta se escriben novelas en andaluz. L2 – Pero entonces, ¿el andaluz es una lengua o un dialecto? · Se emplea también, sin necesidad de que se relacione con un enunciado anterior, para expresar descontento o sorpresa: – ¡Pero siéntate, mujer, siéntate! – ¡Pero, tío!