EMPODERAMIENTO DE LAS COMUNIDADES CAMPESINAS E INDÍGENAS Una propuesta para democratizar los municipios rurales El PADEM nació con el mandato de “fortalecer el proceso de participación popular y el desarrollo de los municipios, desde las organizaciones campesinas”. Nuestras experiencias nos han llevado a plantear esta propuesta. Sabemos que el término empoderamiento tiene sus dificultades, que a falta de definiciones más exactas, a menudo es utilizado en formas muy dispares. Sin embargo, empoderamiento es un concepto que nos ayuda precisamente a definir el tipo de procesos y cambios que la Ley de Participación Popular (LPP) inició y que nosotros nos proponemos facilitar. Empoderamiento implica fortalecimiento organizativo y también desarrollo institucional, pero además expresa la dimensión política que tiene este proceso de redefinición de los mecanismos de decisión y de acceso a recursos, tal como lo hace la LPP. Empoderamiento y participación popular no son lo mismo, pero definitivamente son dos procesos estrechamente ligados y es por eso que nosotros los juntamos en nuestra propuesta. La Propuesta del Empoderamiento, graficada en una pirámide, se compone de cinco segmentos que, aunque todavía secuenciales, implican una interacción hacia el continuo perfeccionamiento de competencias y capacidades esenciales de las organizaciones campesinas e indígenas (OC-I). 2. Capacidad propositiva de las 1. Capacidad de las Organizaciones para fortalecerse, organizaciones, para participar desarrollando su representatividad y democracia interna de forma efectiva y con propuestas en la planificación municipal Hecho empírico: Participación Popular débil donde las OC-I son débiles. Y viceversa, las OC-I que participan son las que se van fortaleciendo. Este hecho muestra que el empoderamiento es un proceso hacia adentro y hacia afuera. Las comunidades campesinas e indígenas (OC-I), para ser escuchadas por otros actores locales e interactuar con ellos, necesitan organizaciones fuertes y democráticas. La larga historia de exclusión, marginamiento y discriminación no se podría superar de otro modo, por más Leyes que se dicten para ello. Existe una larga tradición organizativa en el campo que ha permitido avances importantes. Pero también se plantea una serie de cambios para que las OC-I tengan capacidad de asumir los retos que plantea su empoderamiento en (y desde) los municipios. Un tema de especial importancia es, precisamente, la ampliación de la participación de las mujeres dentro de las organizaciones, y a partir de allí también en las demás espacios públicos. Otro aspecto es que los dirigentes tengan mayor información y capacidad para representar a sus comunidades en el nuevo contexto. Parte de este proceso es también el fortalecimiento de las estructuras organizativas supracomunales. Un punto adicional y de mucha importancia es la articulación con los Comités de Vigilancia. Que este nuevo mecanismo de mediación sirva para el fortalecimiento mutuo y no debilite las estructuras organizativas tradicionales. Muchas instituciones se encuentran con la dificultad de que las organizaciones en muchos casos son más reactivas que proactivas. No puede haber un proceso de Empoderamiento sin que las organizaciones campesinas desarrollen su capacidad propositiva. El marco de la planificación participativa favorece y también exige el desarrollo de estas competencias. Esto significa: Que las OC-I superen el inmediatismo que la misma pobreza ha fomentado y que en lugar de la “obritis” se desarrollen propuestas con visión productiva y de futuro. Que las comunidades salgan de su aislamiento y sean capaces de consensuar demandas agregadas. Que las OC-I tengan capacidad de representar a los distintos grupos: mujeres, asociaciones de productores, etc.. y de defender sus demandas en la planificación municipal. 4. Capacidad de desarrollar sentido de 3. Capacidad de negociar con el corresponsabilidad y de pertenencia al gobierno municipal y con municipio, que se exprese en un otros actores para concertar ejercicio real y constructivo del las decisiones que control social de la gestión municipal favorezcan al propio sector y también a los demás Hay experiencias suficientes y estudios serios que muestran que la capacidad de concertar entre los distintos actores de un municipio es un elemento básico para su desarrollo. Para las organizaciones campesinas, tener capacidad de hacer alianzas, negociar y consensuar significa un reto muy grande y algunos cambios de fondo. Sin embargo, en la medida en que una organización es fuerte y unitaria y tiene propuestas serias, también está en capacidad de desarrollar su capacidad de negociar, sea para hacer respetar sus intereses propios como también para encontrar los intereses comunes a todos los habitantes del municipio. Desarrollar esta capacidad no sólo es una premisa para la viabilidad del municipio. Es a la vez una contribución a la construcción de una cultura más democrática. La LPP pone su énfasis principal en los procesos de planificación participativa y control social. Aunque estos dos elementos son fundamentales, para el desarrollo del municipio y para el empoderamiento de las OC-I, corren el peligro de quedarse cortos. El gran reto es que su participación se haga efectiva en todos los procesos de la gestión municipal. Estamos planteando, por lo tanto, el desarrollo de un sentido de pertenencia con el municipio que permita la corresponsabilidad de todos los actores para y con su municipio. En el trabajo del PADEM el lema de que “El Municipio somos todos” permitió redefinir roles y corresponsabilidades. No en todos los municipios se logró plasmar esta manera de ver las cosas. En algunos prevalecieron las mismas visiones tan polarizada que suelen existir a nivel nacional. Sin embargo, en las elecciones municipales de 1999, los hombres y mujeres de las comunidades castigaron a aquellos dirigentes que tan sólo hacían oposicionismo secante y en muchos casos premiaron con su voto a aquellos que mostraron sentido de corresponsabilidad hacia el municipio. 5. Capacidad de ver más allá del municipio, de desarrollar visión estratégica, para también participar en las decisiones regionales, departamentales y nacionales No cualquier proceso de descentralización favorece la democratización. El modelo boliviano sí lo hace, a partir del derecho de participación que reconoce a la Sociedad Civil y también a partir de la voluntad de redistribuir en una proporción significativa los (magros) recursos del Estado. Es por ello que el municipio es un espacio privilegiado para el empoderamiento de las organizaciones campesinas e indígenas y para el impulsar acciones efectivas de lucha contra la pobreza. Sin embargo, el proceso de empoderamiento de las OC no puede restringirse al ámbito municipal. Es desde allí que se plantea conquistar los demás derechos que las mujeres y los hombres del campo tienen como ciudadanos y la plena vigencia de los Derechos Humanos. La propuesta concreta es, por lo mismo, que las instituciones que apoyamos los procesos municipales contribuyamos también a visiones más estratégicas, facilitando la articulación de los distintos niveles: el micro (municipio), con el meso (departamento) y con el macro (país). Pirámide del Empoderamiento Mirar más allá Los cinco componentes presentados en esta pirámide son los que definen qué es lo que entendemos concretamente por empoderamiento de las organizaciones campesinas e indígenas en este proceso de cambio social que se inició Control Social con Corresponsabilidad con la LPP. No lo entendemos como modelo, estamos convencidos que otros enfoques igualmente Capacidad de hacer alianzas, tienen sus fortalezas y debilidades, al igual que negociar y consensuar con otros el nuestro. Sin embargo, lo que sí queremos enfatizar es nuestra convicción de que la sostenibilidad y profundización del Capacidad propositiva: demandas agregadas, con visión productiva y de futuro proceso de participación popular depende en gran medida de la capacidad de apropiación que Organización fuerte y democrática, al nivel comunal y municipal. Con participación equitativa de las mujeres tenga la Sociedad Civil. Esto, de un modo u otro, nos plantea a todos el reto de contribuir al desarrollo de esas nuevas capacidades de las organizaciones sociales. PADEM es una opción específica: Desde las OC-I, contribuir a la profundización de la participación popular. Su propuesta es resultado de una experiencia de casi seis años de trabajo en 18 municipios seleccionados. Esta opción no es la única posible ni pretende ser una receta. Por lo tanto: - No es solamente un trabajo de difusión de la Ley; es ante todo información sobre los derechos (y obligaciones) para que la gente pueda participar en las decisiones y acceder a recursos - Se trata de facilitar la reflexión y acción de las organizaciones para que construyan colectivamente conocimientos que les ayuden a transformar su realidad y a reducir la pobreza. Es una puerta de entrada a la problemática municipal en su conjunto. Pueden existir otras puertas... No subestimamos la importancia de apoyar el desarrollo institucional de los gobiernos municipales o de la promoción económica, al contrario promovemos una acción concertada de todos los actores locales. La búsqueda de enfoques comunes de trabajo no significa que cada institución no tenga visiones específicas y enfoques especializados. Pero si exige coordinación interinstitucional y complementariedad para cumplir con nuestro rol de apoyo con eficacia y eficiencia. Este documento es un intento de contribuir a eso. Esperamos sus preguntas, reacciones y comentarios.