Actualidad en derecho de familia María Silvia Villaverde Restitución Internacional de Menores: Aplicación de la Convención Interamericana sobre Restitución Internacional de Menores. a) Marco normativo vigente en materia de restitución internacional. b) Cooperación jurisdiccional. c) Conflicto de convenciones d) Omisión de escuchar a la niña por la jueza uruguaya exhortante. e) Criterio de apreciación judicial de la voz del niño. f) Procedimiento autónomo, causales de oposición al reintegro y definiciones autónomas: 1. Procedimiento específico autónomo y finalidad del proceso de restitución. 2. Causales de oposición al reintegro (art.11) 3. Residencia habitual: centro de vida. g) Humanización del proceso: justicia de acompañamiento. h) El interés superior del niño es su pronta restitución al lugar de su residencia habitual. Caso de restitución de restitución internacional de una niña desplazada en forma ilegal por su madre de su residencia habitual en la ciudad de Montevideo, República Oriental del Uruguay, a la ciudad de Tandil, en la Provincia de Buenos Aires, República Argentina, dio motivo a pronunciamientos judiciales del Juzgado Civil y Comercial Nº 2 de Tandil y de la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Azul, con voto que hará mayoría del Dr. Galdós, en los autos: “Exhorto: Sra. Juez Dra. Ma.del C.De Chiodi – Dir. Asistencia Scial. Internac. – Min. Ext. Int.y Culto –Rca. Arg. Causa: R., H.S. -Restitución de Menor”, (Causa Nº50.264), el 13/9/2006, en los que se aplicó la Convención Interamericana sobre Restitución Internacional de Menores, vigente entre aquel país y la República Argentina a partir de la sanción de la ley nacional 25.358 (B.O. del 12/12/2000), como concreción de la obligación estatal del art.11 de la Convención de los Derechos del Niño – tratado aprobado por la República Argentina según la ley 23.849 (B.O. del 22/10/1990) y que, en las condiciones de su vigencia, reviste jerarquía constitucional por habérsela conferido la Constitución Nacional en el art. 75 inc.22. Siguiendo el trámite procesal autónomo regulado por la Convención Interamericana de Restitución Internacional de Menores, el progenitor de la niña, domiciliado en Montevideo y en ejercicio de la patria potestad de su hija, había solicitado ante el juez competente, conforme al art.6, que se dispusiese la restitución de su hija, toda vez que no había consentido el traslado efectuado por la madre, quien sin su consentimiento había llevado a la niña a vivir consigo a la ciudad de Tandil, en la Provincia de Buenos Aires. En consecuencia, el Juzgado de Primera Instancia y Familia del Vigésimo Sexto Turno de Montevideo de la República Oriental del Uruguay, había resuelto la restitución internacional de la niña T. C. R. P., a la República Oriental del Uruguay, por ser ésta su residencia habitual y por haber sido trasladada por su madre a la República Argentina en forma ilegal. Dicha solicitud de restitución llegó al Juzgado Civil y Comercial Nº 2 de Tandil como un exhorto judicial (art.8 inc.a), suscripto por la Autoridad Central local (Min. Ext. Int.y Culto ) para la aplicación de la Convención Interamericana. Radicados los autos en esa jurisdicción bonaerense, la madre se opuso a la restitución en los términos de los arts.11 y 12 de la Convención Interamericana. Practicado el informe de la Perito Asistente Social del Juzgado exhortado, celebrada una audiencia con los progenitores –sin lograr acuerdo- y la hija, y agregado un informe psicológico ordenado por el mismo juez, se resolvió el regreso de la niña a la República Oriental del Uruguay - providencia consentida por el Fiscal, por el Asesor de Menores y apelada por la madre y la hija. Asimismo la menor y su madre plantearon la nulidad de todo lo actuado por ante la justicia argentina -fundándose esencialmente en la omisión de la jueza uruguaya exhortante de haber escuchado a la niña-; lo que fue rechazado por el juez bonaerense exhortado. Contra dicha providencia interlocutoria apelaron la madre y la hija, y consintió su desestimación el Asesor de Menores. Ante la Cámara se celebró audiencia con la niña. a) Marco normativo vigente en materia de restitución internacional: Conforme al art.11 de la Convención de los Derechos del Niño: “1.Los Estados partes adoptarán medidas para luchar contra los traslados ilícitos de niños al extranjero y la retención ilícita de niños en el extranjero”. 2. Para este fin, los Estados partes promoverán la concertación de acuerdos bilaterales o multilaterales o la adhesión a acuerdos preexistentes”. Aclárase que esta obligación estatal, en el caso de la República Argentina, se traduce en cuatro tratados vigentes: 1. la Convención sobre Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores de La Haya, de 1980, aprobada por la ley 23.857 (B.O. 31/10/1990)1; 2. dos tratados regionales interamericanos elaborados en la Conferencia Interamericana de Derecho Internacional Privado: i. la Convención Interamericana sobre Restitución Internacional de Menores2 (ley 25.358 – B.O. 12/12/2000) –aplicada en el caso sub examine- y ii. la Convención Interamericana sobre Tráfico Internacional de Menores (ley 25.179); y 3. el Convenio Bilateral sobre Protección Internacional de Menores, vigente desde diciembre de 1982, entre la República Argentina (aprobado por ley 1 2 Ver art.38 Ver art.36 22.546) y la República Oriental del Uruguay (por decreto ley 15.218 del 20/11/1981). Agrégase al compromiso estatal referido, la obligación de los Estados establecida en el art.9 párr.3° de la Convención de los Derechos del Niño de respetar el derecho del niño a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de modo regular, salvo si ello fuera contrario al interés superior del niño. En idéntico sentido, el art.10 ap.2 primera frase prescribe: “El niño cuyos padres residan en Estados diferentes tendrá derecho a mantener periódicamente, salvo en circunstancias excepcionales, relaciones personales y contactos directos con ambos padres”. b) Cooperación jurisdiccional: Najurieta3 evalúa positivamente la experiencia adquirida en la aplicación de la normativa específica en materia de restitución internacional, pues se evidencia, en las resoluciones administrativas y en las decisiones judiciales, “una mayor comprensión de la naturaleza de estos procedimientos de cooperación y una riqueza en los matices con que estos instrumentos son aplicados por las autoridades competentes, que se esfuerzan por priorizar el derecho del niño a ‘tener relaciones personales y constantes con ambos padres’ […] dejando atrás una actitud penalizadora hacia el progenitor que ha desplazado o retenido al niño en violación del derecho de custodia vigente en su centro de vida y perfeccionar mecanismos que generen confianza y favorezcan contactos personales a través de las fronteras” En esta línea, los fallos bonaerenses mencionados resultan dignos de descatar porque evidencian esa evolución hacia una mayor comprensión de la naturaleza del procedimiento de restitución –procedimiento autónomo urgente animado por el principio de cooperación jurisdiccional para prevenir los desplazamientos sin derecho o combatir con eficacia las sustracciones y las retenciones de los hijos por parte de uno de los progenitores (conductas indebidas tendientes a excluir al otro padre de la vida del niño), que se evidencia en la preocupación por el equilibrio entre las obligaciones internacionales contraídas en abstracto por medio de tratados y el principio del interés superior del niño, considerado en el caso concreto. Obsérvase que la labor hermenéutica de los jueces intervinientes en este caso hállase orientada por: el espíritu del tratado en cuestión – lucha común contra el flagelo de los desplazamientos y retenciones ilícitas- y el interés superior del niño, es decir, evitar la afectación concreta de su desarrollo integral equilibrado priorizando su derecho a tener relaciones personales y constantes con ambos padres. c) Conflicto de convenciones: Cabe destacar que la pluralidad de instrumentos normativos que regulan las situaciones de sustracciones y retenciones de los hijos por parte de uno de los Najurieta, María S., en “La restitución internacional de menores y el principio del ‘interés superior del niño’. Un caso de aplicación de la Convención Interamericana sobre Restitución Internacional de Menores”, JA, 2006-I, fasc.10, 8/3/2006, pág.33. 3 progenitores plantea a la jurisdicción un primer desafío: resolver adecuadamente el denominado “conflicto de convenciones”. En este caso se ha aplicado la Convención Interamericana sobre Restitución Internacional de Menores, elaborada en el seno de la CIDIP. (Conferencia Interamericana de Derecho Internacional Privado) IV, y ratificada por la República Argentina mediante la ley 23.358 (B.O. 12/12/2000). Este instrumento se encuentra vigente entre los siguientes países: Antigua y Barbuda, Argentina, Belice, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Ecuador, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. El primer caso en el que la Corte Suprema de Justicia de la Nación aplicó la Convención Interamericana fue en el fallo del 20/12/2005, dictado in re “S.A.G.” sobre restitución de una niña, desplazada por su madre de su residencia habitual en Paraguay a la República Argentina. En aquella oportunidad la apreciación in concreto del interés superior del niño determinó la decisión judicial de restitución, con fundamento principalmente en los resultados de los dictámenes periciales. En el caso bonaerense, la Sala II de la Cámara Civil y Comercial de Azul confirmó la sentencia del Juzgado Civil y Comercial Nº 2 de Tandil, en la que se ordenara la restitución a la República Oriental del Uruguay –residencia habitual de la niña hasta el momento de su desplazamiento hacia nuestro país- y la providencia interlocutoria que rechazara la nulidad de todo lo actuado por ante la justicia argentina, deducida por la madre y la niña, fundándose esencialmente en la omisión de la Instancia Judicial de Uruguay de haber escuchado a la niña. d) Omisión de escuchar a la niña por la jueza uruguaya exhortante: En el tratamiento del planteo de nulidad, el Dr. Galdós adelanta que “las normas nacionales y supranacionales vigentes en las que se enmarca la cuestión no imponen el requisito de la audiencia previa del menor por ante el Juez exhortante, tal como lo postula la madre, por sí y en representación de su hija”. Seguidamente desarrollará sucintamente el articulado de la Convención para mostrar que “la norma internacional no establece el requisito de la audiencia del menor ante el Juez del país requirente, toda vez que su acotado ámbito de aplicación (la “pronta restitución de menores que tengan residencia habitual en uso de los Estados Parte y hayan sido trasladadas ilegalmente ...”, art. 1 de la Convención) está sujeto a precisos y detallados recaudos formales y sustanciales determinándose el bien jurídico tutelado (el menor de 16 años, art.2), los derechos comprometidos y las ilicitudes que habilitan su aplicación (arts.3 y 4), los legitimados activos y pasivos, esto es quienes podrán instaurar y quienes oponerse al procedimiento de restitución (arts. 4, 5, 11) y los requisitos formales de la “solicitud o demanda” (arts. 9 incs.1 y 2) y de la oposición fundada (arts.11 y 12).” Se refiere asimismo al capítulo específico titulado “Procedimiento para la restitución” (arts.8 a 17), en el que se fijan “precisas y categóricas etapas procedimentales”. Se establece en el art.10 que la autoridad judicial del país exhortado “previa comprobación de los requisitos formales” (que son los establecidos en el citado art.9) "y sin más trámite, tomará conocimiento personal del menor”, requisito éste observado por el Juez de Grado en audiencia en que “tomó conocimiento personal de la menor y de los progenitores con la colaboración interdisciplinaria de una psicóloga” y por el Tribunal de alzada. Por lo tanto “el bloque legal aplicable, que es el invocado por la apelante, no exige el recaudo de la audiencia previa del menor ante el Juez exhortante (lo que, digo de paso, es impracticable porque la niña se encontraba en nuestro país en ocasión de instarse el trámite de requerimiento). Dispone sí que lo haga por ante la autoridad judicial exhortada (o sea el Juez de la Primera Instancia y esta Alzada)”. Asimismo, la doctrina legal de la Suprema Corte de Justicia bonaerense en el precedente Ac.87754, 9/2/2005 “B. d S.D. c/T., E. Exhorto”, decidió que el cumplimiento de una sentencia extranjera que ordena la restitución de un menor “comunicado en debida forma a través de un exhorto judicial” “no constituye un juicio contradictorio por la tenencia” y “el acatamiento –o no- de una rogatoria internacional, encuadra en los estrechos márgenes de conocimiento y rigurosas exigencias temporales que son derecho positivo supralegal en nuestro territorio4”. Por lo que, concluye el juez preopinante, “no conviene desmadrar el estrecho marco cognitivo” previsto por la normativa específica, de jerarquía constitucional (art.75 inc. 22 Const.Nac.; art.15 Const. Pcia.Bs.As.), que enmarca la disputa imponiendo recaudos procesales inexistentes en el derecho interno e internacional (el pretendido por la recurrente es, como se dijo, que el Juez del Estado escuche a la menor pese a que obviamente no se encontraba allí), lo que frustraría la finalidad tuitiva de la Convención de 1989 (la “pronta restitución” del menor, art.1 Convención Interamericana5)”. e) Criterio de apreciación judicial de la voz del niño: Considero relevante dejar constancia de la precisión efectuada en el voto del fallo reseñado, con respecto al valor de las opiniones de las personas menores de edad oídas en juicio. En este punto, explicita el Dr. Galdós que el juez argentino sólo debe “tomar contacto personal con la menor”, conforme lo prescribe el art.10 de la Convención Interamericana, y que la niña fue escuchada considerando “sus necesidades, madurez y personalidad” -lo que “no supone la automática y mecánica admisión por el juez de los deseos del niño sino que debe ponderarlos ‘analizándolos en 4 Cita del voto del Dr.Galdós: art.75 inc. 22 Const.Nac.; Convención de La Haya sobre Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de menores, Convención Interamericana sobre Restitución Internacional de Menores, S.C.B.A. Ac.87754, 9/2/2005 “B. d S.D. c/T., E. Exhorto”, voto Dr.Hitters por mayoría, al que adhirieron los Dres. Kogan, Soria, Roncoroni – con ampliación de fundamentos – y de Lázzari 5 Artículo 1 de la Convención Interamericana de Restitución internacional de Menores: “La presente Convención tiene por objeto asegurar la pronta restitución de menores que tengan residencia habitual en uno de los Estados Parte y hayan sido trasladados ilegalmente desde cualquier Estado a un Estado Parte o que habiendo sido trasladados legalmente hubieren sido retenidos ilegalmente. Es también objeto de esta Convención hacer respetar el ejercicio del derecho de visita y el de custodia o guarda por parte de sus titulares”. concreto, atendiendo a la circunstancia histórica’, ya que no se concibe un interés del menor puramente abstracto6”. f) Procedimiento autónomo, causales de oposición al reintegro y definiciones autónomas: La prueba producida ante la jueza de Montevideo7, para establecer el lugar de la residencia habitual de la niña y la identificación del progenitor que ejercía la tenencia de hecho, fue determinante en las decisiones de los tribunales bonaerenses de ambas instancias. Ambos conceptos constituyen categorías autónomas. Es decir que cada convenio internacional contiene una definición autónoma de la conducta considerada como ilícita, que constituye el presupuesto de aplicación del procedimiento específico y también autónomo de restitución. 1. Procedimiento especifico autónomo: trámite urgente y finalidad del proceso de restitución: Esto tipo de casos requieren un tratamiento urgente, como único modo de que se cumpla la finalidad para la que fueron establecidos. Pues si el objetivo perseguido es mitigar los efectos perjudiciales de los traslados ilícitos del niño, que padece día tras días la situación de inestabilidad en la que se ha sido colocado, los operadores vinculados al trámite han de respetar sus tiempos brevisimos. Sólo la restitución en esos plazos realiza los fines de las convenciones de restitución; por lo que sentencias judiciales jurídicamente sólidas, pero dictadas en procesos desmadrados del acotado ámbito de conocimiento prescripto, en los que se demoran los envíos de la documentación, en los que se ordenan la producción prueba propia de un juicio de tenencia, o en los que se fijan audiencias en plazos dilatados, se vuelven en la práctica inútiles y configuran el principal problema, “que atenta contra el correcto funcionamiento de las convenciones de Restitución, que es a nuestro entender la demora en los procedimientos judiciales”, “dado que el niño ya se adaptó al medio al que fue trasladado, probablemente tiene completamente desdibujada la imagen os no tiene contacto hace meses, y entonces nos encontramos con que la ejecución de la sentencia producirá al niño un mal mayor del que se lo pretendía proteger”8. Conviene recordar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó en el año 2002 a Rumania por haber violado el derecho al debido proceso y la prohibición de ingerencia indebida en la vida familiar (art.8 CEDH), con motivo de un procedimiento de restitución de dos niñas, en el que las autoridades de Bucarest habían demorado tres años en ejecutar la sentencia 6 Citado por el Dr.Galdós: S.C.B.A., Ac.79931, 22/10/2003 voto de la mayoría del Dr.Pettigiani, D.J.J. 167-55 7 Se citan en el voto del Dr.Galdós precedentes jurisprudenciales que han hecho mérito de la prueba producida en la jurisdicción exhortante: C.N.Civ. Sala H, 18/11/2003; “M.V., M.L. c/ C.,A.S. s/medidas precautorias”, E.D.206-217). 8 Goicochea, Ignacio, “Aspectos prácticos de la sustracción internacional de menores”, en Derecho de Familia, Revista Interdisciplinaria de Doctrina y Jurisprudencia, dirigida por Cecilia Grosman, sobre Familia y Derecho Internacional Privado, Marzo-Abril 2005, LexisNexis, págs..68-69. de un juez de primera instancia que había admitido, en 1994, la solicitud de restitución de dos niñas de 10 y 13 años. El Tribunal estimó que la demora injustificada en la efectivización de la sentencia que ordenaba la restitución había constituido la causa o concausa de la destrucción de la relación entre la madre y las hijas.9 Con respecto a la autonomía del procedimiento de restitución, en el voto reseñado se puntualiza que “no debe perderse de mira que el presente no es un juicio contencioso, del tipo de los procesos contradictorios locales10”. Cita jurisprudencia, en la que se estimó que el proceso análogo de la Convención de la Haya “no implica la ejecución de una suerte de medida cautelar dictada en un proceso judicial, sino de un procedimiento autónomo –respecto del contenido de fondo- que se instaura a través de las llamadas ‘autoridades centrales’ de los Estados contratantes. Dicho procedimiento se circunscribe al propósito de restablecer la situación anterior, jurídicamente protegida, que le fue turbada, mediante el retorno inmediato del menor desplazado o retenido ilícitamente en otro Estado contratante11”. Concluye, en consecuencia, que: “Por ello, no es audible la pretensión de encauzar al presente en una suerte de proceso civil litigioso convencional […]” En virtud de afirmado, si bien es esencial evitar toda aplicación abstracta y automática de estos instrumentos convencionales -recurriendo para ello a una labor hermenéutica circunstanciada del interés superior de cada niño-, también resulta fundamental no incurrir en el examen el fondo del conflicto que enfrenta a ambos progenitores para no exceder el restringido alcance del debate procesal centrado en la pronta restitución. Pues la extensión del juicio a la apreciación de las aptitudes de los padres para el ejercicio de la custodia, implica una desviación interpretativa.12 En este sentido y con un “argumento gravitante”, el Dr. Galdós afirma que la decisión judicial de restituir la niña a Montevideo, “no implica prejuzgamiento sobre la determinación definitiva de la tenencia de la niña” (conforme al texto del art.15 de la Convención Interamericana), ya que la finalidad tuitiva de esa norma internacional es su pronta restitución al Juez natural13”, es decir al del lugar de la residencia habitual de la niña. Ha de tenerse en cuenta, que la Convención Interamericana, a diferencia de la Convención de la Haya, no restringe su protección a los casos de trasgresión al derecho de tenencia o custodia” sino que incluye la protección CEDH., 25/10/2000, asunto 31679/96: “I.Z.v.Roumanie”. Op.cit., Najurieta M.S., pág.34. Citado en el voto del Dr.Galdós: S.C.B.A. Ac.87754, 9/2/05 11 C.N.Civ. Sala I, 29/12/2004 “E.de D.,N.R c/D.,M.G. s/reintegro de hijo”, E.D.212-311. 12 Najurieta, María S., en “La restitución internacional de menores y el principio del ‘interés superior del niño’. Un caso de aplicación de la Convención Interamericana sobre Restitución Internacional de Menores”, JA, 2006-I, fasc.10, 8/3/2006, págs.32 y 34. 13 Citados en el voto del Dr.Galdós: C. 1ª C.C. San Isidro, Sala I, 31/8/2000, “M.,V. c/G.B.,M. s/restitución de menor y tenencia y régimen de visitas” cit., E.D.191-115; conf. C.Civ.Com. y Minería, San Juan, Sala III 9/11/2005, “Q.,A.R.”, con nota de Osvaldo D. Ortemberg “Límites al conocimiento en el proceso de restitución de menores víctimas de sustracción ilegal”, L.L.Gran Cuyo 2006-359; C.S. “S.A.G.A. 4/5/2006 L.L. 13/2/2006 cit.; C.N.Civ. Sala I 14/9/1995 “S.Z.A.A. c/A.,D.D.”, L.L.1996-E163. 9 10 del derecho de visita (arts.4 y 21); por lo tanto en el ámbito del instrumento regional la solicitud de restitución puede hallar sustento en la violación del derecho de visita del padre no conviviente con su hijo. Así se considera “ilegal el traslado o la retención de un menor cuando se produzca en violación de los derechos que ejercían, individual o conjuntamente, los padres, tutores o guardadores, o cualquier institución, inmediatamente antes de ocurrir el hecho, de conformidad con la ley de la residencia habitual del menor.” (art.4) En el art.21 se establece que el procedimiento previsto en esta Convención para la restitución del menor será el aplicable para “la solicitud que tuviere por objeto hacer respetar el ejercicio de los derechos de visita por parte de sus titulares podrá ser dirigida a las autoridades competentes de cualquier Estado parte conforme a lo dispuesto en el art.6 de la presente Convención”. Debe tenerse presente que conforme al art.3 “para los efectos de esta Convención” se considera que un progenitor goza del derecho de custodia o guarda cuando tiene a su cargo el cuidado del menor y, en especial, el de decidir su lugar de residencia (inc.a), lo que significa que se habrá de interpretar la legislación de fondo del país de residencia habitual del niño siguiendo los arts. 3 inc.a). En el inc.b del art.3 se considera que “el derecho de visita comprende la facultad de llevar al menor por un período limitado a un lugar diferente al de su residencia habitual”. De dicha norma se infiere la necesidad de conocer la legislación y la jurisprudencia del Estado de la residencia habitual del niño anterior a la vía de hecho, para poder resolver adecuadamente. 2. Causales de oposición al reintegro (art.11) En este caso, la residencia habitual de la niña se hallaba en Montevideo; pues allí convivía con su padre, que ejercía la tenencia de hecho desde diciembre de 2004 y hasta el traslado a Tandil por parte de la madre sin el consentimiento del padre el 1° de septiembre de 2005, “contraviniendo el art.1 de la Convención Interamericana” y configurándose de este modo la conducta ilícita considerada presupuesto del procedimiento de restitución. La madre se opuso la restitución, invocando las causales de excepción al reintegro del art.11: “La autoridad judicial o administrativa del Estado requerido no estará obligada a ordenar la restitución del menor, cuando la persona o la institución que presentare oposición demuestre: a. Que los titulares de la solicitud o demanda de restitución no ejercían efectivamente su derecho en el momento del traslado o de la retención, o hubieren consentido o prestado su anuencia con posterioridad a tal traslado o retención, o b. Que existiere un riesgo grave de que la restitución del menor pudiere exponerle a un peligro físico o psíquico. La autoridad exhortada puede también rechazar la restitución del menor si comprobare que éste se opone a regresar y a juicio de aquélla, la edad y madurez del menor justificase tomar en cuenta su opinión.” Sin perder de vista la finalidad de la Convención –la pronta restitución- y considerando el protagonismo del tiempo en la realización o frustración de dicha finalidad, estas causales han de ser interpretadas restrictivamente, quedando su acreditación a cargo de quien invoca la excepción. Así, la progenitora opuso la causal de excepción prevista en el art.11 inc.a de la Convención, alegando ostentar la tenencia de hecho de su hija, mientras que el padre ejercía (en Montevideo) visitas acordadas entre ambos. Pero, de las probanzas glosadas (prueba producida ante la justicia uruguaya) surgía que la niña había residido en el año 2005 en Montevideo (asistía regularmente al colegio en Montevideo, concurría allí a una maestra particular, y tenía asistencia médica regular) y la madre vivía –según sus afirmaciones- en Tandil. De ello se deriva “la sinrazón de la oposición” sustentada en el art.11 inc.a de la Convención Interamericana. Con respecto a la causal de excepción prevista en el art.11 inc.b, referida a la existencia de “riesgo grave de que la restitución del menor pudiere exponerle a un peligro físico o psíquico”, en el escrito de oposición se invocó “riesgo psicofísico para la niña”, pero las alegaciones “no dan cuenta de un presunto peligro sino más bien de cuestiones inherentes a la mayor o mejor conveniencia de su tenencia y de la idoneidad de los padres”. Téngase presente en este punto que la madre tendrá oportunidad de plantear su argumentación en torno a la tenencia, con amplitud de prueba ante el juez de la residencia habitual de su hija. Ni el informe de la psicóloga y ni el informe social de la perito del Juzgado interviniente, ambos consentidos por no haber sido atacados temporáneamente, evidencian “situación de riesgo grave que exponga a peligro físico o psíquico” a la niña en los términos del art.11 inc.b de la Convención. Sobre este tema ha de señalarse la trascendencia de los informes practicados por los peritos intervinientes, al igual que en el caso decidido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, in re “S.A.G.”ubicándose de este modo la decisión de los órganos jurisdiccionales bonaerenses de ambas instancias, en la línea de acción judicial que centra sus decisiones en la apreciación in concreto del interés superior del niño, articulado en delicado equilibrio con el propósito de los instrumentos destinados a la “lucha común contra el flagelo de los desplazamientos y de las retenciones ilícitas14”. “Apreciar en forma concreta el principio del interés superior del niño, ponderando racionalmente tanto las circunstancias fácticas como jurídicas de la especie a fin de alcanzar decisiones acordes con el respeto 14 La doctrina del fallo “ S.A.G”, en el que la Corte Suprema aplicó por primera vez la Convención Interamericana, afirma que la causal prevista en el art.11 inc.b exige que el niño presente un extremo de perturbación emocional superior al que normalmente deriva de la ruptura de convivencia con sus padres, configurando una situación que excede el natural padecimiento provocado por la desarticulación de la familia. También en este precedente, la Corte Suprema reitera su doctrina15 respecto de la interpretación que ha de atribuirse al “arraigo o integración del niño al nuevo medio” -un tema que en el caso bonaerense explica en alguno de sus aspectos la preferencia de la niña por “quedarse con la madre en Tandil”, a pesar del “amor y consideración por su papá” (informe psicológico): En el fallo bonaerense de primera instancia se pondera que “desde el mes de Septiembre del año 2005 la niña se encuentra viviendo con su madre habiéndose establecido entre ambas cierta estabilidad convivencial. Ello sin desconocer que conforme las pruebas de autos y particularmente el informe psicológico resulta que los dos progenitores son aptos para criar” a su hija. Estas consideraciones han sido tenidos en cuenta a la hora de apreciar, in concreto y conforme al derecho vigente, la opinión de la niña expuesta ante los jueces y personal especializado, en un caso de restitución internacional y a la luz del principio del supremo interés del niño. En el caso “W.v.O”, la Corte Suprema entendió que el “arraigo o integración del niño al nuevo medio” no ha de considerarse un motivo autónomo de oposición a la restitución, aunque el segundo desplazamiento –es decir el de restitución al país de residencia habitual- implicase alguna perturbación no permanente ni definitiva; y –por supuesto- en la medida en que no se configure en el caso concreto la causal extrema prevista en los arts. 11 inc.b y 25 de la Convención. 3. Residencia habitual: centro de vida Ni en la Convención de La Haya sobre Aspectos Civiles de Sustracción de Menores, ni en la Convención Interamericana de Restitución Internacional de Menores, se hallará una definición de “residencia habitual”. Ha de recurrirse al Convenio sobre Protección Internacional de Menores mencionado ut supra, vigente entre la República Argentina y la República Oriental del Uruguay, del que surge que “se entiende por residencia habitual del menor el Estado donde tiene su centro de vida”. de los derechos fundamentales que, a la vez, contribuyan a la lucha común contra el flagelo de los desplazamientos y de las retenciones ilícitas”. Ver las conclusiones de la Comisión N°5 del Primer Encuentro Regional de Derecho de Familia en el MERCOSUR, realizado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, entre el 23 y el 25 de junio de 2005. 15 Caso “W.v.O”: Fallos 318:1269 En el fallo recurrido, se define “residencia habitual” como “el lugar donde el menor tiene su centro de vida, constitutivo de una situación de hecho que supone estabilidad, con prescindencia del domicilio real de los padres”. En su voto, el Dr. Galdós remite a la definición de “residencia habitual” dada por Corte Suprema en la causa “W.v.O”16, del 14/6/1995, recogida por otros tribunales bonaerenses 17 y por la Casación provincial18: la expresión ‘residencia habitual’ que utiliza el Convenio sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores (ley 23857), análoga a la que aquí utiliza el art.1 de la Convención Interamericana (ley 25.358), se refiere a una situación de hecho que supone estabilidad y permanencia, y alude al “centro de gravedad de la vida del menor”, con exclusión de toda referencia al domicilio de los padres. g) Humanización del proceso: justicia de acompañamiento No ha de obviarse una mención a la preocupación de los jueces bonaerenses intervinientes en el caso reseñado, por la realización de la justicia en el caso concreto, evidenciada en la consideración de las circunstancias concretas en las que se han de hallar las personas afectadas por el cumplimiento de la sentencia y en la previsión de las vías idóneas para minimizar las perturbaciones derivadas de su efectivización. Obsérvese que en la decisión del juez de grado, se ordena: 1. La restitución voluntaria de la niña a Montevideo en el domicilio de su padre en un plazo de 60 días, bajo apercibimiento de que ello se efectivice en Tandil, con intervención del Asesor de Menores y del padre que deberá viajar a esos fines. 2. El apoyo psicológico y asesoramiento gratuito de una organización dedicada a la Defensa de Derechos de Niños, Jóvenes y Familias, para “evitar situaciones traumáticas para la niña”. 3. Que la madre permita el contacto directo telefónico con el padre, hasta la efectivización de la medida 4. La concurrencia de madre e hija a la organización mencionada, “a fines de recibir el asesoramiento y asistencia dispuestos”. h) El interés superior del niño es su pronta restitución al lugar de su residencia habitual: La jueza uruguaya exhortó a las autoridades argentinas la restitución de la niña a Montevideo, a través de la Autoridad Central de la Convención Interamericana, “todo sin más trámite y en forma urgente en cuanto el interés superior del menor es su restitución al lugar de residencia habitual, sin perjuicio de las acciones que 16 Fallos 318:1271 Citados en el voto del Dr.Galdós: C. 1ª C.C. San Isidro, Sala I, 31/8/2000, “M.,V. c/G.B.,M. s/restitución de menor y tenencia y régimen de visitas”, voto de Graciela Medina, y nota de Inés M. Weinberg de Roca, “La aplicación de la Convención de La Haya sobre restitución de menores sin intervención de autoridad extranjera requirente”, E.D.191-115 y de Eduardo Hooft “Restitución internacional de menores: un caso argentino-alemán” , J.A. 2001-IV-666 18 Ac.91561, 20/8/2004 “S.L. c/A.E. s/restitución de menor” 17 eventualmente cualquiera de sus padres pueda realizar en ejercicio de los derechos que crean le asistan”. He destacado este párrafo porque en él queda plasmada la clave de interpretación de los tratados internacionales sobre esta materia: el respeto del espíritu del tratado y el interés superior del niño. La Corte Suprema de la Nación, in re “S.A.G”, señaló que los instrumentos internacionales en esta materia tienden precisamente a la protección de los niños y que no existe contradicción entre la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención Interamericana sobre Restitución Internacional de Menores. Ambos tratados persiguen en la práctica la concreción del interés superior del niño mediante el esfuerzo conjunto por priorizar su derecho a crecer manteniendo relaciones personales y constantes con ambos padres. En esta línea se inscriben los fallos bonaerenses de ambas instancias, dictados in re “R., H.S.- Restitución de menor”.