Evolución de la oligarquía

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UNIVERSIDAD ARCIS
ESCUELA DE HISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES
ASIGNATURA: Estado y Sociedad Civil
Tercer año, jornada vespertina
Evolución de la Oligarquía
1830−1930
Índice
Introducción......................................................................................................................3
Desarrollo..........................................................................................................................6
Surgimiento de las Elites
Desarrollo del sector económico
Desarrollo de las clases sociales
Formas asociativas de la elite.
Movimiento Liberal
Sociedad de la Igualdad
El club de la Reforma
Conclusión.......................................................................................................................16
Introducción
Una sociedad que se denomina capitalista, existe, cuando a dejado atrás los principios del trabajo servil y ha
despegado hacia un modo de producción distinto, en donde los medios de producción no los posee el
campesinado ni el siervo de la gleba sino que el empresario capitalista, es decir, cuando un trabajador produce
objetos con intervención de la tecnología de la maquinaria y que estos no le pertenecen al propio trabajador
sino al que le compro su fuerza de trabajo y por lo tanto la producción resultante y lo que se obtenga de su
venta.
Tanto la escuela conservadora como la escuela liberal han recurrido a estructuras míticas para poder
comprender y explicar el fenómeno llamado por Alfredo Jocelyn−Holt y yo lo denomino como el período de
La Independencia como un constructo de tiempo viendo un origen que ha de servir como referencial al
discurso historiográfico.
Además le adjudican a este comienzo absoluto un sentido sacro y ejemplificador: según los liberales, la
Independencia misma constituye este inicio germinal , mientras que los conservadores, ésta es sólo una
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reactualización, un nuevo comienzo
Las ideologías se sirven de un lenguaje axiológico general que ofrece más de lo que efectivamente se ésta
dispuesto a otorgar. En toda ideología hay un horizonte utópico, pero que es conciente y controlado.
A fin de alcanzar las necesidades, valores , deseos y aspiraciones genuinas en la sociedad, basta con potenciar
el discurso legitimador− en cuento utopía posible− y poner fin al alcance meramente retórico con que se ha
revertido el discurso para cumplir intenciones meramente ideológicas.
La clave se ve-rá en la utilización del lenguaje o del discurso, de ahí que todas las principales
transformaciones sociales y políticas que se llevaron a cabo en Chile durante los siglo-s XIX y XX −
ampliación del sufragio, secularización, sindicalismo, surgimiento y hegemonía de la clase media, y por
ultimo intentos por realizar planificaciones globales de orden revolucionario− se hayan dentro de un Estado
liberal.
Al optar por el republicanismo como ideología legítimamente de elite sentó las bases, inadvertidamente, para
una eventual coaptación del nuevo orden por los otros sectores no plenamente incorporados aun como sujetos
activos. Esto a la larga servirían del sistema ala igual que en su momento la misma elite tradicional se sirvió
del proyecto borbónico.
El republicanismo−liberal fue básicamente una opción política hecha por el grupo dirigente a fin de legitimar
su control del poder político , se eligió el republicanismo fundamentalmente porque era un orden
legítimamente que permitía que intereses de un grupo reducido de la sociedad fueran acogidos por el sistema
político a la vez que se presentara como universal, en otras palabras, el liberalismo posibilitó erigir un sistema
que admitía un fuerte grado de subjetividad pero conceptuando en términos objetivos a través de una ficción
legal.
En el siglo XVIII , la sociedad abierta y fluida de los años anteriores evolucionó hacia un sistema en que
dominaba las grandes haciendas. Esta evolución se dirige a una sociedad más consolidada y estratificada, a
medida que avanza el siglo XVIII, las tendencias del mercado incrementaron la estratificación social, en la
cual ya para el siglo XIX se había abolido los mayorazgos de los cuales el sistema colonial imperante había
coartado al país .
Los chilenos contaban ya para el siglo XIX con una bandera , un himno y un escudo patrio independiente que
consolidaba su legitimidad jurídica como nación aunque todo este simbolismo no sea fuente de identidad sino
como un vinculo tradicional ligado a la identidad.
En las décadas posteriores a 1860 , el desarrollo de Chile continuó siendo estimulado por factores externos: el
primer impulso fue la demanda británica por cereales, pero con la explotación a gran escala del salitre, y luego
del cobre, la economía rápidamente tomó un ritmo más activo. La creación de un enclave minero rico y
moderno repercutió de diversas maneras en lo que hasta ese momento había sido esencialmente una sociedad
agraria tradicional.
Aunque en su mayoría las minas se encontraban aisladas en el desierto nortino, hicieron sentir su efecto no
sólo en las nuevas ciudades o puertos cercanos como Antofagasta e Iquique sino sobre todo en Santiago y
Valparaíso, donde banqueros , funcionarios de gobierno y una multitud de servicios estuvieron disponibles
para apoyar, y también para utilizar en provecho propio la nueva industria. La economía minera creó
simultáneamente un mercado para la agricultura, un grupo de ansioso compradores de propiedades rurales y
un proletariado moderno que ideológicamente estaba un siglo por delante de su contraparte campesina y que
terminó por destruir el sistema hacendal de la colonia.
Los años posteriores a 1860 el impacto del ferrocarril y el vapor, y las mayores fuerzas mercantiles que
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desataron, repercutieron en los más remotos rincones del Chile campesino. No se trato de un cambio en la
línea de la maquinización o proletarización; en Chile mas bien se reforzó el ya arcaico sistema de trabajo rural
Lo que se ha llamado la tradición cosmopolita que venía ya desde las tradiciones cívicas del s.XVIII estaban
unidos por una identidad económica diseminada por varios segmentos como por ejemplo el agro−minero del
Norte Chico, con ejes en La Serena, Coquimbo y Huasco; o el espacio agro−mercantil con centro en el
triangulo formado por Santiago, Valparaíso y Los Andes; o la contraparte que es la sureña con eje en
Concepción, Tomé y Talcahuano y otro polo: la ciudad−puerto de Valdivia. Todos estos segmentos basaban
su identidad en la actividad productivo−exportadora canalizada en los puertos de embarque.
Esta emergente sociedad civil se reunió en torno a los Cabildos locales para dar organización y solución al
entorno social que se estaba formando en ese entonces, la formación de los cabildos y en consecuencia la
legitimidad estará regida por el ser reconocidos como pueblos, estos se vera reconocidos como entidad social
para la época de la Colonia y para comienzos de la Republica.
La formación de estas comunidades constituirán los cimientos de la sociedad civil y gérmenes del poder local.
En este sentido el poder local estaba vinculado (a la acumulación del capital) a la elite mercantil, en cambio el
poder de los empresarios productores radicaba en la dominación y explotación laboral..
Los decenios de la burguesía comercial y terrateniente es el período comprendido por los tres primeros
gobiernos de los decenios conocidos con el nombre de Republica Autoritaria, definidos por Luis Vitale por el
contenido de clase de los gobiernos de Joaquín Prieto(1831−1841), Manuel Bulnes (1841−1851) y Manuel
Montt(1851−1861).
La ideología conservadora traducida con la intolerancia política y religiosa serían las principales
manifestaciones formales del ascenso burocrático que esta comenzando con su consolidación a través de
nuevos mercados, antes dominados por el monopolio comercial español, y que se mantendrán en un auge
progresivo que se fortalecerá para decaer en 1930, período en el cual la economía del país se desestabilizó
hasta 1932 con la introducción de políticas económicas para la inversión (misión Kremmerer).
Desarrollo
Surgimiento de las Elites:
Lo que tiene lugar durante el siglo XVII es una reorganización general de la sociedad. El eje estructurador
inicial urbano−militar, viene a ser reemplazado por un nuevo centro de gravitación. Cabe destacar que durante
todo el siglo no se fundo ninguna ciudad de importancia mientras en el XVI se crearon 16 centros urbanos.
La ruralización de la sociedad se debe fundamentalmente al viraje económico coincidente con los comienzos
del siglo. Durante el siglo XVII, entre Santiago y La Serena se habían repartido y dividido todas las tierras
disponibles para explotación agrícola. El advenimiento de la hacienda trae aparejado un sistema complejo de
relaciones que definen el lugar social que le corresponde a cada uno de sus trabajadores, tanto dentro como
fuera de ella y que condicionaran distintos tipos de funciones laborales que servirán para especificar las
conductas y grados de dependencias.
El siglo XVII, en el cual el Chile pre−borbónico sentó las bases para la posterior evolución de la colonia,
tuvo un viraje económico minero a una economía agrícola− ganadera.
El Estado Borbón al llegar al trono español en el siglo XVIII vio con preocupación la perdida progresiva de
poder por parte de la Corona en sus territorios de Ultramar, a fin de revertir este hecho impulso un programa
global de reformas destinado a posicionarse nuevamente.
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A lo largo del siglo XVIII, la Corona impuso una serie de medidas administrativo−económico−militar que a la
larga permitirían el poder estatal. Y Chile no estuvo ajeno a este proceso reformista. Chile vio aumentado su
potencia comercial, logró una mayor autonomía del Perú, se consolido territorial y administrativamente y
termino por resolver su prolongado problema militar.
Desde la implementación en América de los llamados navíos de registro, junto a la aprobación del comercio
libre, los inmigrantes españoles se elevaron en una buena proporción, respecto a lo sucedido durante el siglo
XVII. El perfil de los llegados a Chile, no tuvieron similares características a los correspondientes al siglo
XVI. Estos recién llegados no eran precisamente del mundo militar, sino hombres de esfuerzo, trabajo, que
aspiraban a mejorar su situación social y económica por la vía del emprender nuevas empresas, industrias,
oficios, tareas.
Muchos de los nobles europeos al llegar a América no tuvieron contradicciones para dedicarse al comercio,
situación que no fue la misma en España, en que la mayoría rehuía de estos oficios por considerarlos indignos
a su estirpe. De este modo, la elite chilena se fue diferenciando de su semejanza española, identificándose por
poseer algunas características atípicas para las elites españolas. Sin embargo, no existe duda alguna que una
de las improntas de la elite chilena lo compondrá su acentuada preocupación por las formas sociales, su
adecuación a la moral católica y su respeto sacrosanto a la figura del Rey de España, no así con los
funcionarios de éste.
El comercio y la burocracia fueron dos caminos para lograr cierta hegemonía social en Chile. A Chile, durante
el siglo XVIII llegaron muchos inmigrantes de Castilla la Vieja, Vascongadas y Navarra. Según Eyzaguirre:
Nombres santanderinos (Alcalde, Bulnes, García−Huidobro, Gandarillas, Ruiz Tagle, Tagle, Tocornal,
Valdivieso),logroñeses
(Fernández, Balmaceda, Izquierdo), vizcainos (Eyzaguirre, Sanfuentes, Urrejola, Vial), guipuzcoanos
(Urmeneta, Urrutia, Zañartu) y navarros (Aldunate, Echeñique, Errázuriz, Larraín, Lecaros, Vicuña . Todos
estos apellidos y sus descendientes ocuparán un lugar importante en la construcción de la elite del siglo XIX
chileno. Algunas familias marcarán el modo de vida de la elite del siglo XIX, como por ejemplo: Bulnes,
Balmaceda, Gandarillas, Tocornal, Valdivieso, Eyzaguirre, Vial, Urmeneta, Zañartu, Aldunate, Echeñique,
Errázuriz y Larraín, todos ellos destacándose por sobre el resto. No será raro encontrar a estas familias
ocupando los principales cargos de la joven república de Chile durante el siglo XIX y hasta bien avanzado el
siglo XX.
A mediados del siglo XVIII, los criollos ya participaban activamente en los cargos de administración del
reino. Hay que recordar que hacia fines de siglo, la casi totalidad de los oficiales militares eran originarios del
país. Pedro Nolasco del Río, en 1802 comandaba el ejército de la frontera de Arauco, el más importante del
país. Por otro lado, en 1808, de los cuatro oidores de la audiencia en el país, dos de ellos eran criollos: José de
Santiago Concha y José Santiago Martínez; José Santiago Portales era el Superintendente de la Casa de
Moneda y Manuel Manso de Velasco el Administrador General de Aduanas. De los nueve obispos que tuvo
Santiago entre 1708 y 1807 y de los ocho que administraron la diócesis de Concepción entre 1704 y 1806,
sólo dos de ellos fueron peninsulares.
Los españoles encontraron una excelente acogida en Chile. De hecho fue habitual que las mujeres criollas los
prefirieran como futuros maridos, para de esta manera fomentar los lazos con la metrópoli y aumentar el deseo
de ascender socialmente: Los matrimonios ventajosos, la institución de mayorazgos, el ingreso en las órdenes
militares y la obtención de títulos de nobleza fueron los medios con que la sociedad de entonces satisfizo su
afán de elevación y su sentido jerárquico
La vida económica nacional alcanzaba una dinámica cada vez más compleja, caracterizada fundamentalmente
por la expansión de las estructuras capitalistas a partir de su inserción, hacia 1860, en el ámbito de las
relaciones sociales y en general en el espacio propiamente interno de nuestra economía.
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Las décadas finales del siglo XIX y los primeros años del siguiente siglo son el escenario temporal del
crecimiento industrial y de la crisis de la economía rural, de la urbanización y la proletarización creciente de
las masas populares, todos ellos fenómenos que, pese a su significancia histórica profunda, no contaban entre
sus agentes con la acción reguladora del Estado. Los rasgos superestructurales heredados de la Colonia, como
la influencia cultural de la Iglesia, fueron utilizados por los gobiernos para aplastar la oposición del sector
liberal y reforzar el control político de la burguesía comercial y terratenientes.
La ideología conservadora sirvió no para volver al pasado colonial sino que para consolidar los intereses de
una burguesía criolla en proceso de expansión.
La política económica de la época los decenios marca el inicio del proceso de desarrollo capitalista en Chile
iniciado en la Colonia, las relaciones sociales de producción adquirieron forma capitalistas con la
generalización del régimen del salariado minero, el surgimiento del proletariado carrilano y el aumento de los
obreros agrícolas y trabajadores urbanos. Ya no estábamos frente a un capitalismo clásico de tipo industrial,
sino en un régimen de producción capitalista incipiente basado en la explotación minera y agrícola, que
genero una burguesía que se regía por las leyes del valor, la plusvalía y la cuota de ganancia.
Durante los decenios se aceleró el proceso de acumulación primitiva de la tierra, mediante la conquista o
compra de algunos terrenos de los araucanos y mediante la usura a sangre y fuego. Luego de esta primera fase
precapitalista que una fase de adquisición de la acumulación originaria viene la fase de realización del capital
en la cual se introducen las maquinas modernas para la explotación agrícola durante las décadas de
1840−50−60 y el surgimiento de una industria molinera demuestran un proceso de maquinización del agro
chileno que trata de superar el atraso económico del cual Alexander Gerschenkron alude al salto cualitativo de
la economía europea que ya para Chile comienza en la década del 40, en el cual se trata de responder a la
demanda del mercado mundial.
Este capitalismo agrario, no comenzó como en Europa s raíz de la expansión del mercado interno y del
desarrollo industrial, sino en estrecha relación con el mercado externo y las nuevas necesidades de las
metrópolis.
La introducción del ferrocarril dio un nuevo impulso al desarrollo del capitalismo agrario chileno, las zonas
campesinas más aisladas fueron gradualmente incorporadas al mercado e incluso se produjo un aumento en el
numero de peones asalariados , sobre todo en empresas trigueras y en la industria molinera. El surgimiento del
proletariado carrilano, que trabajaba en la construcción de las primeras vías férreas, consolido las relaciones
capitalistas entre las clases, obligando a los terratenientes a ofrecer mejores salarios para no perder la mano de
obra que emigraba hacia las nuevas actividades económicas.
Lo escrito anteriormente fue el desarrollo de un capitalismo atrasado, de desarrollo desigual y combinado ,
expresado en una mayor proporción la esfera minera por sobre la agricultura, y cuyo objetivo era la
producción y exportación de materias primas, postergando la creación de una industria nacional, con lo cual
se refuerza el carácter de país dependiente.
El nuevo orden implantado desde Portales o más bien por Portales no lo analizaré tanto de una perspectiva
política sino más bien desde la perspectiva económica y social que dará origen a la nuevas capas sociales y
sus formas de asociatividad poniendo énfasis en la estructura y organización social de las instituciones y
tomaré el plan de convertir Valparaíso en el principal puerto del Pacífico como punto de partida, este objetivo
alcanzado gracias al triunfo en la Guerra contra la Confederación Perú−Boliviana, fue asumido por Portales
como el triunfo de la burguesía comercial y terrateniente en ascenso.
• Desarrollo del sector económico:
El desarrollo económico de 1860 a 1890 fue superior al de los tres primeros decenios por que además del auge
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salitrero y del incremento de la producción del cobre la exportación del trigo alcanzó sus más altos niveles
entre 1865 y 1900.
Luis Vitale expone dos períodos para el ciclo económico para la segunda mitad de siglo XIX; uno de 1830 a
1845 y el otro de 1845 a 1860. Durante la primera fase, caracterizada por un ritmo lento de crecimiento, el
hecho más destacado fue la preponderancia comercial alcanzada por Valparaíso en el Pacífico Sur y las
medidas de saneamiento de la hacienda pública. Sin embargo, no hubo un aumento significativo de la
producción agraria y minera, con excepción de la plata en 1832. El período de 1845 a 1860, en cambio,
representa un notable ascenso de la producción minera y agraria, de la industria molinera y el inicio de la
industria fundadora de cobre.
En la agricultura y ganadería la demanda de los nuevos mercados (Australia, California e Inglaterra) y las
necesidades de otras zonas del país, como el Norte Chico, fueron los factores determinantes en el aumento no
sólo de la producción agraria, sino también ganadera, el incremento de la demandad de productos agrícolas
estimuló el inicio de un proceso de mecanización en el campo chileno, en la década de 1840 se introdujeron
los primeros arados modernos de fierro, segadoras y trilladoras. Esta mecanización del agro sólo alcanzó a
ciertas haciendas de la zona central y de Concepción, la construcción de numerosos canales de regadío fue una
de las expresiones más relevantes del avance agrícola experimentado durante los decenios con la inauguración
del Canal del Maipo.
En el sector minero el descubrimiento de Chañarcillo en 1832 fue decisivo para el crecimiento de la
producción de plata, Tres Puntas (1847), Retamo(1846), Checo Grande(1847), Garín Nuevo(1848),
Chimbero(1848) y otras más hizo subir la producción de plata hasta 1860 que comienza un período de
estabilización. El aumento de la producción de plata en términos absolutos fue el resultado de la introducción
de nuevas técnicas de amalgamación.
En el caso del cobre, la industria fundidora de cobre, impulsada por José Tomás Urmeneta ha sido una de las
empresas más importantes acometidas por el capitalismo nacional a lo largo de la historia del cobre chileno.
Los avances de la minería dieron origen a nuevas ciudades y villorrios del Norte Chico, a la construcción de
ferrocarriles y obras de infraestructura, a la migración de trabajadores del sur al norte y a la consolidación del
proletariado minero.
Si bien es cierto que hasta mediados del siglo XIX no existieron bancos formalmente reconocidos por el
Estado, funcionaban casas financieras que combinaban el préstamo a interés con la inversión de capitales en
las explotaciones mineras y agrícolas. En rigor, estas causas financieras rebasaban los marcos del capital
usurario al actuar como empresas bancarias que adelantaban capitales para la producción.
Este sistema de crédito privado se dio primordialmente en la minería a través del régimen denominado
habilitador. Su principal exponente fue Agustín Edwards Ossandón el cual anticipaba capitales a los
pirquineros o pequeños empresarios con la condición de que éstos le vendieran su producción, así cuando
decayera el precio de compra él acumularía para luego vender con considerables ganancias.
Las casas financiera de Valparaíso no sólo invirtieron en las explotaciones mineras sino también en la
industria molinera.
Los bancos reforzaron y acrecentarán el poder del sector plutocrático y desde temprano mantendrán un
apreciable control del gobierno hasta imponer el régimen papelero, con la consiguiente desvalorización de la
moneda en su beneficio y en el de los terratenientes, mineros e industriales. Hacia 1860, el grueso de las
importaciones provenía de Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Alemania, Argentina y Perú, así el comercio
de exportación e importación expresaba de una manera inequívoca el carácter dependiente ya que Chile país
exportador de productos mineros y agropecuarios e importador de artículos manufacturados .
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El aumento de las exportaciones e importaciones se tradujo en mayores ingresos fiscales. La burguesía
criolla persistió en su política de obstrucción a toda ley que significara el establecimiento de impuestos
directos.
El mismo año en que se suprimían los derechos de exportación a los productos agrícolas, se reafirmaba el
impuesto del 6% a la exportación de minerales de cobre y plata. El decreto del 18 de diciembre de 1840
impuso un nuevo gravamen de 1 ½ % a la exportación de mineral de cobre bruto, calcinado e en eje. En 1851
se impuso otra ordenanza en la cual el cobre pagara un 4% por primer año y el % por segundo año,
quedando extinguido el derecho desde el vencimiento de este ultimo plazo, Sin embargo la ley de 1852 derogó
esta ordenanza estableciendo un gravamen de un 5% a la exportación de cobre, Pero las reacciones fueron
violentas desde la burguesía minera expresada en las revoluciones de 1851 y 1859, obligando al gobierno de
Manuel Montt a reducir el porcentaje de los gravámenes a la minería.
Mientras que la burguesía minera tuvo que financiar las primeras vías férreas del Norte Chico con sus propios
capitales, los ferrocarriles de la zona central que favorecían a los terratenientes, fueron financiados por el
Estado.
En el sector de la marina mercante, en la década de 1840, comenzó a operar en nuestras costas la Pacific
Steam Navigation Co., organizada por Wheelwright con capitales ingleses. Este empresario había expuesto a
Portales su plan de navegación a vapor entre Valparaíso y el Callao.
El gobierno de Montt otorgó nuevas franquicias a los buques extranjeros en 1855 y 1857. En el decreto del
28 de mayo de 1859, establecíaVista la solicitud de los señores Carlos Lambert y Joaquín Edwards por la
cual se solicita se agreguen los minerales de cobre en bruto a la nomenclatura de los artículos con que los
buques extranjeros pueden hacer el comercio de cabotaje [...] Considerando que la exclusión de los buques
extranjeros en el comercio de cabotaje da lugar a que se aumenten los fletes de transporte hasta el punto e
ser onerosos para la industria minera [...]Vengo en decretar: los minerales de cobre en bruto quedan
incluidos desde la fecha del presente decreto entre los artículos que es permitido a los buques extranjeros
transportar en el comercio de cabotaje.
Poderosos intereses de clase se coaligaron para impedir el desarrollo de una marina mercante nacional. La
condición de país dependiente fue aprovechada por las potencias europeas para exigir la derogación de las
medidas proteccionistas que gozaban los barcos chilenos.
La clase dominante criolla, interesada fundamentalmente en la exportación de sus productos agropecuarios y
mineros, accedió a las exigencias de las metrópolis con el fin de evitar roces que pudieran afectar la demanda
y los precios de las materias primas básicas. Los terratenientes y mineros no sólo enviaban sus productos al
mercado mundial en buques extranjeros, sino que también presionaron para que el comercio de cabotaje,
reservado en una época para los chilenos, fuera ejercido por naves extranjeras.
Volviendo al tema central de este trabajo, uno de los objetivos principales de la política económica de los
gobiernos de los decenios fue convertir a Valparaíso en el principal puerto del Pacífico Sur, esto condujo a
importantes medidas relacionadas con el régimen aduanero, los almacenes francos, la construcción de
bodegas, almacenes y muelles.
La burguesía comercial chilena, en su estrecha conexión con las casas importadoras extranjeras con sede en
Valparaíso, fue el motor de esta política económica impulsada por los gobiernos de la época de los decenios,
sin embargo, para convertirse en principal puerto del Pacífico necesitaba desplazar a El Callao.
Durante la Colonia, este puerto había sido el más importante del Pacífico por la preponderancia política del
Virreynato del Perú. Valparaíso subordinado a Santiago, capital de la Capitanía General de Chile,
dependiente en gran medida del Virreynato del Perú, se mantuvo durante siglos como un villorrio de escasa
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importancia económica. Su dependencia respecto de la capital, se prolongó durante las dos primeras décadas
de la República hasta que se dispuso el traslado de la Aduana. Era necesario que se constituyera en puerto
de recalada de los barcos europeos que, doblando por el estrecho de Magallanes en su viaje al Oriente,
debían obligadamente anclar en las costa de Chile.
Los recelos de Portales tenían un contenido ideológico, de inspiración geopolítica, que se concretó en la
lucha por la supremacía comercial del Pacífico Sur(motivo fundamental para Luis Vitale de la guerra contra
la Confederación Perú−boliviana).
Las Clases Sociales:
• La Burguesía:
En la época colonial existía una aristocracia feudal (en las bases del señorío como sistema de producción) que
logró imponerse como clase dominante desde el inicio de la República. Las primeras capas burguesas estarían
compuestas de mineros, comerciantes y terratenientes. El tipo de burguesía que habría condicionado la
colonización española tuvo un carácter productor y exportador de materias primas (de características distintas
a la burguesía europea)., era una burguesía minera que producía y financiaba empresas que creaban valores de
cambio para el mercado mundial capitalista.
Aspiraban al control del poder político, única garantía para redistribuir en su beneficio el excedente
económico, las entradas de la Aduana e imponer política económica que se tradujera en el libre comercio y la
rebaja de impuestos a los productos de exportación.
Después de las guerras de la Independencia , se abrió un período de consolidación de la burguesía criolla, a
raíz del aumento de la demanda de sus materias primas provocado por las necesidades de la revolución
industrial europea, a partir de 1845 se facilita un mayor desarrollo de la burguesía minera, terrateniente y
comercial.
El crecimiento de la burguesía minera en el Norte Chico, con la explotación de la plata y el cobre, y en la
zona sur con los yacimientos carboníferos de Lota y Coronel, puso de manifiesto el carácter capitalista,
aunque atrasado. Sectores mineros más pujantes levantaron la industria fundidora del cobre. Los
terratenientes de la zona central y sur se afianzaron con la exportación de trigo a California, Australia, Perú
e Inglaterra, surgiendo así una nueva capa burguesa con el auge de la industria molinera. El aumento del
intercambio comercial y la importancia adquirida por Valparaíso en el Pacífico, permitió el desarrollo de
una fuerte burguesía comercial y financiera.
Los nuevos comerciantes de Valparaíso invirtieron capitales en laminería y en la compra de tierras. Los
latifundistas colocaron capitales en la industria molinera y abrieron casas comerciales en los puertos y en las
ciudades del interior.
El liberalismo económico fue uno de los principales componentes de la ideología burguesa criolla, que se
hizo más europeizante a medida que se consolidaban lazos de dependencia con el Viejo Mundo..
• La pequeña burguesía:
El crecimiento demográfico y económico de Santiago, Valparaíso y Concepción, permitió el desarrollo de
una pequeña burguesía urbana, integrada básicamente por comerciantes minoristas, dueños de talleres
artesanales, de panaderías, curtiembres, etc. Asimismo, la apertura de grandes casas comerciales y de
numerosos oficinas de las empresas mineras y agrícolas contribuyó a un aumento paulatino del número de
empleados particulares.
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En los centros poblados alrededor de las minas surgieron también pequeños comerciantes que establecían
pulperías o recorrían otras zonas mineras más alejadas vendiendo ropas, alimentos y herramientas.
La administración de Manuel Montt especialmente aumentó el número de maestros a raíz del impulso dado a
la educación pública. De la universidad de Chile y de las escuelas técnicas y normales, surgió un sector
importante de profesionales que contribuyeron a los planes de desarrollo de la burguesía criolla.
La nueva intelectualidad, expresada en la generación del literaria de 1842, tuvo en sus filas no sólo hombres
surgidos de la burguesía sino también de las capas medias, que ha través de la Sociedad de la Igualdad de
1850 plantearon programas de avanzada social.
EL Artesanado:
Compuesto por talleres artesanales que sufrían la competencia de los artículos manufacturados extranjeros
que principiaron a entrar en forma masiva a partir de la década de 1820 . En numerosas oportunidades , los
artesanos solicitaron a los gobiernos leyes proteccionistas. Estas medidas fueron rechazadas por los
gobiernos de la burguesía criolla, comprometidos con las metrópolis en una política librecambista que
facilitaba la entrada indiscriminada de artículos extranjeros.
El Proletariado:
El proletariado chileno, surgido ya en el último siglo de la colonia a raíz de la implantación del régimen del
salariado minero, tuvo durante la primera mitad del siglo XIX un relativo desarrollo, especialmente en la
zona minera del Norte Chico por ser donde se consolidan las relaciones sociales de producción capitalista,
en la década de 1850−60 surgió un nuevo sector proletario, constituido por los obreros carrilanos que
trabajaban en la construcción de las primeras líneas férreas del norte y de la región central.
El sistema de ficha−salario, investigado por Marcelo Segal, demuestra la acumulación originaria del capital
porque mediante el pago de parte o de todo el salario en fichas, la burguesía obligaba al proletario a
comprar los alimentos y vestimentas en la pulperías abiertas por los propios empresarios.
Las huelgas y rebeliones del proletariado minero, cuya tradición de lucha se remonta ya al ultimo siglo de la
colonia, se manifestaron en forma reiterada durante la época de los decenios; fueron motivadas
principalmente por el incumplimiento y postergación de la fecha de pago, mal trato, falta de viviendas y una
mayor seguridad en los laboreos mas peligrosos de las minas. Una de las más importantes rebeliones fue la
de Chañarcillo en 1834.
El campesinado:
En las cercanías de las ciudades se afianzaron los pequeños y medianos propietarios dedicados
principalmente a la explotación de los productos de chacarería que requerían las crecientes necesidades
urbanas. Claudio Gay se refiere a otro sector mas acomodado de campesinos refiriéndose a los arrendatarios
de predios agrícolas. Hacía 1860 estos medieros adquirieron una mayor importancia con la expansión
agrícola producida después de la década de 1850.
Bauer manifiesta que en este período el cultivo del cereal aumentaba la interdependencia económica entre
los fundos y la sociedad rural de bajo ingreso y hace que las relaciones se establezcan cada vez más sobre la
base del dinero efectivo.
Formas asociativas de la elite.
La forma asociativa de esta Oligarquía hasta 1860 sería la familia, no la empresa, auque el matrimonio ya para
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la fecha sea un exitoso contrato social(mirado desde el aspecto económico), esta familia era numerosa,
vinculaban sus bienes por lo que el hijo las heredaba, se preocupaban de que este hijo incrementara el
patrimonio , pero los hijos menores no se vieron beneficiados con esta situación y debieron emplearse en la
iglesia, fuerzas armadas, burocracia del estado(cargos públicos).
A la cabeza de esta familia se encontraba el pater familia, que administraba la riqueza, es el mercader, hace
negocios dentro del mercado del virreinato peruano y un poco también con el Virreinato de La Plata, se
relaciona con un mercado interregional no internacional para así poder comerciar por diversas rutas (los
chilenos no tenían contacto con España), así el comercio se daba entre iguales.
La ocupación del mercader era traficar por el mercado sin salir de Santiago, para lo cual formaba una
compañía de no más de dos personas donde uno de los socios se instalaba en Lima y se comunicaban por
correspondencia, este tipo de compañías era más o menos permanente por una relación comercial o por la
amistad de los socios.
Existieron dos tipos de asociación:
1− la Societas Maris que surge en los puertos en torno a un capitán y al maestrío de ese barco, se formaban
sociedades con todo aquel que quisiera comerciar(era una compañía marítima), esta compañía duraba lo que
duraría la travesía, con lo cual se formaba una mentalidad de que la empresa, no tenia una estructura
permanente, sino que estaría determinada por la operación. Para esta compañía no importaba la composición
social, lo único que importaba era el capital, esta es la mentalidad y la lógica que llega a nuestro Continente ya
que se origino primero en occidente y luego llega a América.
2− Campañas: formadas por las compañías para la exploración terrestre, transcontinental, donde se abren
inscripciones para acudir y toda clase de personas se podía embarcar en ella. Estas son las conocidas
expediciones que llegaron a América pero fracasaron porque la gente que se embarcó se había endeudado y
fueron enjuiciados por deudas..
El período que comienza de 1857 a 1930 será la forma asociativa, ya no es la familia . En 1870 descubren una
forma asociativa externa a la familia y es la sociedad anónima ; la cual es una sociedad de capitales, no de
personas, permite que el capital independice el patrimonio., puede cambiar de dueño pero el capital queda. En
conjunto funciona la Asamblea asociativa (dueños de las acciones); el directorio gobierna la firma, deciden
entrar aquí los grandes accionistas, mas los principales socios de las compañías extranjeras que trabajan en
Chile y que facilitaban maquinaria, prestamos.
Los políticos usaban el Estado para favorecer a los socios extranjeros y daban privilegios (sistema de
corrupción). Estas sociedades anónimas actuaron en el norte con el salitre y en el sur con la agricultura más el
apoyo de los capitales extranjeros.
Otra forma de asociatividad fueron los clubes y los partidos políticos.
• Se formo el club de la Unión para los hombres sin importar el color político en el cual eran todos
amigos ya que pertenecieron solo aquellos que tenían algún tipo de poder o alguna influencia.
• Para las mujeres el ámbito social se desarrollaría en los grandes alones de sus casas donde se hacían
las tertulias pero luego comenzaron a salir a la calle para vivir la modernidad de las modas. Existieron
tres lugares de centro social para ellas; La gran tienda Gatichade, la casa francesa y una cafetería
Cache et tone por lo que se conocieron como las chachetonas , también el sentido religioso tuvo su
cabida en este ámbito social ya que las mujeres llevaban las limosnas a los conventillos, eran
visitadoras sociales y llevaban caridad(esta era la forma de desarrollar la práctica cristiana)., lo que
excluía y denigraba al hombre.
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• Partidos políticos de la Oligarquía: tienen la misma raíz de origen familiar−masculino, son llamados
partidos del clientelismo.
Otros son los partidos de masa también caracterizados por el caudillismo que se da una especie de líder del
partido que es capaz de dirigir y por lo tanto de organizar a la sociedad.
También se encuentra el partido de cuadros que alcanza un nivel administrativo , organiza a sus militantes en
grupos pequeños, se organizan para trabajar en la clandestinidad, no hay un conflicto horizontal, en Chile se
dio el partido Comunista y el MIR.
Se encuentran existentes en esta fecha el Partido de Asamblea ; el cual es un conjunto de asambleas regionales
o provinciales que son soberanas, forman una actividad horizontal como por ejemplo el partido radical.
Otro Partido es el Partido de Clientelas que estaría compuesto de personalidades importantes con mucha
influencia y tiene sequitos en caso que sea necesario de movilizar al clientelaje, no tienen sedes, se reúnen en
sus salones privados y tienen un modo operador como lo es la derecha chilena.
Los oligarcas le dan importancia a los partidos cuando la iglesia católica pierde poder político y la concepción
teórica de la oligarquía se da en entre cualquiera de esta tendencia
Nacionalismo, Liberalismo, Corporativismo, Conservadurismo, Caudillismo .
Conclusión
Los gobiernos de los decenios representaron el período de consolidación de la burguesía comercial y
terrateniente que aspiraba a un gobierno fuerte y centralizado que garantizara en su beneficio un orden
burgués diferente al de la época denominada anarquía, para los fines de la burguesía se fueron reforzando
las instituciones del estado, reorganizado el ejercito burgués y la burocracia funcionaria, codificadas las
relaciones entre las clases con la promulgación del Código Civil y promovida la enseñanza para formar los
cuadros especializados que requería la burguesía en ascenso.
La tesis que presenta Luis Ortega en Los orígenes de la industrialización Chilena 1860−1879 es que en Chile
el proceso de industrialización fue iniciado desde la década de 1860 , acelerándose en la siguiente como parte
de un proceso de transformación cualitativa de la economía, el que consistió en la aceleración del ritmo de la
actividad económica y en el inicio de la penetración paulatina de las relaciones de mercado en todos los
niveles de la producción de bienes y servicios.
Según Ortega la industrialización Chilena cumplió ciertas precondiciones: por ejemplo, la intensificación de
los vínculos con países europeos se manifestó en un considerable aumento en la demanda por sus productos
primarios, lo cual derivó en un espectacular crecimiento en el volumen y valor del comercio exterior, en la
consolidación de una balanza comercial y en transformaciones de trascendencia en la formación económica y
social.
Las demandas de las que fueron objeto la agricultura y la minería encontraron la pronta respuesta de los
productores chilenos, quienes elevaron las exportaciones de cobre, plata, harina y trigo hasta niveles sin
precedentes.
Con el fin de facilitar la circulación de productos y su acceso a los puertos, el gobierno se embarcó en 1852
con el sector privado en proyectos ferroviarios en el valle central, y en forma individual en la ampliación y
mejoramiento de la red vial, lo que sucedió con los ferrocarriles fue que además de convertirse en una
importante fuente de ingresos para el fisco, desencadenaron profundos cambios en las formas económicas
existentes. En este sentido Valparaíso como cabecera del primer ferrocarril de la zona central, experimentó un
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notable desarrollo de establecimientos metalúrgicos desde 1860, junto con esto debe de señalarse su
importancia en la calificación de mano de obra en las operaciones y manutención de equipos y estaciones.
Durante un siglo (1830−1930) el liderazgo económico de la nación fue ejercido, con eficiencia, por las causas
comerciales y bancos extranjeros, principalmente europeos. De modo que las crisis sucesivas que golpearon a
la oligarquía mercantil criolla (1860, 1873, 1878, 1885, 1898,1908, etc.) y las arrasaron a su decadencia,
convirtieron esas compañías en la viga maestra del dinámico desarrollo material alcanzado por Chile entre
1870 y 1929.
Hacia 1850 y años siguientes hubo un segundo ciclo de bonanza económica, el que aprovechó
fundamentalmente un sector de la oligarquía, sobre todo la de Valparaíso inmigrantes ingleses, americanos,
alemanes y otros que se enriquece con la minería del norte chico, pero más aún con la fiebre del oro y con las
ventas a California; con el auge de las exportaciones de trigo a California y a Australia. Durante la misma
época se descubren otras minas, la principal, Caracoles, fuera de nuestro territorio estrictamente, pero
explotada por chilenos.
Pero, el gran recurso económico que nos aportó el siglo XIX fue el salitre después de la Guerra del Pacífico.
Entonces podemos hablar que Chile era un país, no desarrollado, pero por lo menos (todo esto es relativo)
rico.
La integración del país a la economía mundial desde la década de 1860 marcó el inicio del proceso de
integración del mercado nacional y de un proceso de acumulación de capital que transformó la formación
social chilena en forma sustancial. En este sentido, el progreso económico del país y el de su industria,
aparecen como una función del desarrollo de su sector externo. La apertura de la década de 1860 hizo crecer
el ingreso nacional en forma apreciable. Ello se reflejo no sólo en los estratos altos de la población; también
aquellos cuyo sustento dependía de un salario, experimentaron un mejoramiento en su ingreso, como lo indica
el aumento de las rentas de los empleados públicos hasta 1875. En las áreas rurales la demanda por la fuerza
de trabajo empujó los salarios en un sentido ascendente y en las ciudades la expansión de los servicios debió
tener un resultado similar.
En el siglo XX esta clase media que, como vimos, se transformó en la columna vertebral social y política de
Chile va a ser la creadora de una economía moderna, industrial y comercial. Ya no es una economía semi de
enclave como la del salitre (se discute mucho si éste fue enclave de la economía del país). Cuando el país,
después de la crisis mundial del 1929, se ve en la necesidad de crear una industria protegida por el Estado, es
la clase media la que está del proceso (sobre todo la clase media formada por inmigrantes y sus
descendientes). Bajo la protección del Estado −no había otra fórmula− crean una industria nacional.
La obra de Alfredo Jocelyn Holt plantea una tesis llamativa: el autoritarismo político que se inicia en Lircay
tiene por trasfondo el propósito de la elite de controlar el Estado para evitar que éste se emancipase. Así, el
régimen llamado Portaliano tiene una doble cara: implacable en ejercer la autoridad; el poder desnudo, en
opinión de sus críticos. Pero, simultáneamente, como la personalidad del propio Portales, el régimen tiene una
cara liberal, dada por una elite conservadora, pero sensible al cambio; que acepta la liberalización de la
economía y que asume el tema cultural como constitutivo de su identidad y de su legitimidad.
El Estado que se forjó en Lircay impuso el orden por la razón o la fuerza, su objetivo fue la paz social y el
sometimiento de todos por igual a la autoridad. Sin embargo, según la tesis de Alfredo Jocelyn−Holt, el
verdadero actor social de la época es una elite tradicional abierta al progreso.
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