El lugar del Padre Kentenich en el tiempo

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Herbert King
El lugar del Padre Kentenich en el tiempo
-Comprender los signos del tiempo
Traducción del original alemán: Ort Pater Kentenichs in der Zeit. En: Herbert King:
Neues Bewusstsein. Spuren des Gottesgeistes in unserer Zeit [Nueva Conciencia.
Huellas del Espíritu divino en nuestro tiempo]. Vallendar-Schönstatt 1995, 20-38.
No hace muchos, una schoenstattiana joven, que trabaja en la formación de adultos de la
Iglesia, me contó que en un documento que estaban formulando pudo aportar también
algo de su espiritualidad schoenstattiana. Le pregunté qué quería decir con esto, y me
respondió que se trataba del tema de los signos del tiempo y de la importancia de
captarlos como voces de Dios. Me he alegrado mucho. Esto es espíritu kentenijiano
originario.
El ejemplo del Padre Kentenich
Con el tema de los signos del tiempo estamos en el alma del alma del Padre Kentenich.
Algo muy típico de su pensar y actuar es su cercanía al tiempo, su consciencia de
tiempo. Está captado por el tiempo. Lo dice de sí mismo, en analogía con otra expresión
muy típica de él: estar captado por Dios
"De aquí (...) surge la pregunta por la misión, dicho con más exactitud por la
misión en el tiempo, de la Familia de Schoenstatt. La convicción de haber nacido
por exigencias del tiempo y de estar llamados a dar respuestas a problemas y
necesidades del tiempo vive en toda la Familia de Schoenstatt... De este modo cae
luz clara sobre nuestra marcada sensibilidad en cuanto a las corrientes y preguntas
del tiempo, del espíritu positivo (Geist der Zeit) y negativo (Zeitgeist) del tiempo;
en una palabra de las voces del tiempo como intérpretes de la voluntad divina, con
sus exigencias y prohibiciones.
Aquel que quiere entender o escribir la historia de las ideas de Schoenstatt, debe
tener siempre presente este hecho. De lo contrario no le resulta entender su
dinámica que sabe adaptarse, en todas las situaciones, con una agilidad que se
siente al aliento del tiempo y que encuentra su expresión en el cambio de las
formulaciones de las imágenes-guía. Esto no significa cambiar la meta. Desde un
comienzo siguió siendo siempre la misma. Sólo las formulaciones cambian.
Asumen y hacen conscientes aquellos puntos de vista que se expresan en la
situación respectiva, como deseo de Dios y que son aptos de despertar fuerzas
nuevas.1
1
Estudio 1952/53, 189 s.
1
Sólo un pequeño comentario a este texto. Tómese en cuenta las muchas veces que usa el
vocablo "tiempo". La palabra tiempo, junto con palabras como vida, ser, historia, amor,
alianza de amor pertenece al vocabulario del Padre Kentenich que usa con especial
frecuencia.
Además quiero señalar los términos "Zeitgeist" y "Geist der Zeit". Forman un juego de
palabras, usado muy a menudo por el P. Kentenich. El "Zeitgeist" hace referencia más
bien a lo negativo en el tiempo. El "Geist der Zeit" a lo positivo en el tiempo. Pero
ambos siempre se dan mezclados. No se llega al espíritu positivo del tiempo si uno tiene
miedo al camino que va por el espíritu también negativo. Del mismo modo no se hace
perceptible el espíritu positivo del tiempo si uno no sabe distinguir de él el espíritu
negativo del tiempo. Los dos juntos son manifestación del espíritu objetivo de un
tiempo.
En el texto que hemos leído se atribuye a las voces del tiempo una función de
intérpretes. Una expresión especialmente bien lograda. Lo que piensa Dios se pude saber
por el tiempo. O sea no solamente por la naturaleza o por las estructuras perdurables del
ser. Tampoco sólo por las prohibiciones de la conciencia ética, como lo enseña la
doctrina tradicional sobre la conciencia. Sino también como voz que indica
positivamente lo que Dios quiere.
Otro aspecto del texto citado arriba hace referencia a la "historia de las ideas" de
Schoenstatt. Dice que su presentación sería una tarea de toda una vida de un investigador
de Schoenstatt y valdría realmente la pena hacerla. Éste debería investigar sobre todo las
ideas y representaciones que han inspirado la historia de Schoenstatt, y averiguar de
dónde vienen, cómo han sido elaboradas y mostrar qué es el lugar que en este proceso de
elaboración tienen el Padre Kentenich y muchos de sus colaboradores.
Una expresión especialmente linda en el texto citado es "aliento del tiempo". El tiempo
respira. Y como se conoce que alguien vive observando su aliento, así se conoce
también que el tiempo vive observando su aliento. Y como el cuerpo humano respira con
diversa intensidad según sus partes, así igualmente el tiempo.
Aquí se puede recordar también una palabra muy citada del Padre Kentenich: "Aquel
que quiere representarme en una imagen lo debe hacer así: el oído en el corazón de Dios
y la mano en el pulso del tiempo".2
La intensidad de la consciencia del tiempo en el Padre Kentenich la podemos ver
documentada echando una mirada sobre el uso de palabras compuestas con el término
"tiempo":
2
Carta al Padre Menningen del 14 de marzo de 1955, 62.
2
Situación del tiempo, acontecimientos del tiempo, corrientes del tiempo, sucesos
del tiempo, constelación de tiempo, ubicación del tiempo, aliento del tiempo.
Cercanía al tiempo, empatía con el tiempo, visión del tiempo, interpretación del
tiempo.
Signos del tiempo, voces del tiempo, comprensión del tiempo, concepto de tiempo,
narración del tiempo, análisis del tiempo.
Ideal del tiempo, misión del tiempo, tareas del tiempo.
Cambio de tiempo, necesidades del tiempo, crisis del tiempo, penurias del tiempo,
enfermedades del tiempo, dificultades del tiempo, catástrofes del tiempo, miedo del
tiempo, tormentas del tiempo, dolores de parto espirituales del tiempo3, y muchos
más4.
Observando la creciente dinámica del tiempo, en sus últimos años de vida el Padre
Kentenich a menudo exige, que ahora y en el futuro tenemos que reaccionar a los signos
del tiempo, con más rapidez aún que en el pasado. O sea, en aquellos años no sólo señala
los peligros de las corrientes virulentas de entonces. Ni mucho menos deben tomarse las
referencias respectivas unilateralmente como expresiones de conservadurismo.
"Así se entiende que nosotros, que nos dejamos mostrar siempre de nuevo, el deseo
y la voluntad de Dios por el tiempo, también hoy debemos dejarnos inspirar y
motivar más rápida y más profundamente por las voces del tiempo que antes...."5
O sea, hay que dejarse inspirar y motivar (tragen) por las voces del tiempo y no sólo
reaccionar en contra ellas.
"Ustedes saben que también los jesuitas han deliberado si deben conservar el
principio estático de la inamovilidad del superior general. Qué es la razón que
3
El Padree Kentenich compara al tiempo actual con el proceso de dar a luz. También
para San Pablo el tiempo está en dolores de parto. En él, esto tiene una connotación más
dogmática que en el Padre Kentenich. Éste tiene más bien el punto de vista de la forma y
figura (Gestalt) nuevas. No obstante, ambos puntos de vista pertenecen juntos. Cristo, de
nuevo, ha de ser dado a luz para el mundo, en una forma y figura (Gestalt) nuevas, por
María.
4
Tomado de Hans-Werner Unkel: Theorie und Praxis des Vorsehungsglaubens [Teoría
y práctica de la fe en la Divina Providencia], II. Vallendar-Schönstatt 1981, 264, nota
31. Este trabajo es la tesis doctoral del Padre Hans-Werner Unkel, presentada a la
Facultad de teología de la Pontificia Universidad Católica de Santiago (Chile).
5
Conferencias del 10 de febrero de 1968, I, 14.
3
hace que todas estas cosas comiencen a tambalear? Habrá varias razones. Una es
que hoy las corrientes espirituales se relevan con rapidez vertiginosa. El varón, en
una determinada edad es capaz aún de asumir y de elaborar las corrientes del
tiempo? Por eso la pregunta: No es mejor elegir a otro, alguien que viva a partir de
su tiempo y que por eso es capaz de interpretar con más facilidad la voluntad de
Dios como se manifiesta hoy? Por eso, la situación del tiempo, en todo sentido,
requiere una revisión nueva de todo el estado de cosas."6
Necesidad de tornarse más un movimiento de las voces del tiempo
Sería importante lograr o dejar desarrollarse en Schoenstatt un nuevo anillo de
crecimiento. Desde diversos sectores se destaca que Schoenstatt debe tornarse más
movimiento. Tal exigencia es en parte idéntica con la exigencia de tornarse más
"movimiento de las voces del tiempo".
Sin duda es muy amplia la corriente de "movimiento de gracias", p. ej como movimiento
de peregrinos y la corriente de vinculación personal al P. Kentenich. También es fuerte
la corriente del "movimiento de vida". Schoenstatt mueve y ha movido la vida de
muchas personas. También la corriente del "movimiento del ser"; Schoenstatt defiende
los principios "probados", así se lo experimenta generalmente como sólido y
eclesiásticamente muy confiable; pero eso lo pone muy a menudo a la defensiva. Qué
debe ocurrir para que los planteos de Schoenstatt actúen más ofensivamente? Es propio
de un movimiento ser "ofensivo", no defiende, propone los temas y son otros los que
caen en la defensiva.
El P. Kentenich llama la atención sobre la importancia de orientarse más fuertemente en
el tiempo con su dinámica propia. Si Schoenstatt es hasta ahora conocido como
movimiento mariano, como movimiento ortodoxo y fiel al Papa y a la Iglesia, como
movimiento piadoso y también apostólico, como movimiento de principios, etc.,
entonces es el momento de que crezca un nuevo anillo en el sentido de tornarse más y
más un movimiento de las voces del tiempo.
Al ser schoenstattiano pertenece la relación al tiempo. Cuando un schoenstattiano llega a
alguna parte, se informa de las corrientes de vida y de ideas que hay allí. Y cuando se le
pregunta al respecto, tiene mucho que decir. Por lo menos así debería ser
La pregunta central de un schoentattiano, que vive genuinamente su espiritualidad, es,
cuáles son las fuerzas que actúan en una época determinada.
Los schoenstattianos conocen el tiempo, saben tratarlo y usar su fuerza, saben usar
"pacíficamente" su fuerza a menudo colosal, como un reactor nuclear. Los schoenstattianos están abiertos al tiempo. Saben qué está en juego, sin caer víctimas del tiempo.
En todo caso eso es el ideal. Quien sabe hacer eso brinda a la Iglesia un servicio
6
Conferencias de Roma (1965), III, 262.
4
importante. En eso tendríamos que llegar a ser un poco líderes, por lo menos si
queremos sacar a Schoenstatt de una cierta inoperancia.
Apertura al tiempo como espiritualidad de tiempo
Estar en contacto con las voces del tiempo en el fondo es una forma de la espiritualidad
de historia y de tiempo, propia de Schoenstatt. Una forma de la conversación
permanente con el Dios de la historia y de la vida.
De buena conciencia podemos decir que justamente este aspecto ha sido asumido y
asimilado por los schoentattianos con mucha profundidad. La convicción de que Dios
actúa en todos los momentos, y la disposición de escuchar su voz en medio de las
muchas cosas, procesos y acontecimientos está muy profundamente anclada en la
consciencia y el sentimiento de vida del movimiento de Schoenstatt. Sin embargo,
siempre es posible y necesaria la profundización. Y esta, justamente, hacia el lado de los
signos de Dios en las corrientes de vida e ideas del tiempo.
Por un lado, Dios se manifiesta en la naturaleza. Nos habla en una caminata por
hermosas montañas, en una levantada hermosa del sol... Esto lo han sabido los hombres
de los tiempos pasados con especial profundidad. Y también hoy sigue importante este
lugar de la presencia de Dios. Todas las cosas, todo lo creado, en primer lugar los
hombres, son manifestaciones de Dios. En este sentido, Schoenstatt procura salvar una
tradición devolviendo su voz religiosa al mundo y al hombre.
Otro lugar donde habla Dios, el más importante, es la historia. La historia de la vida
personal de cada uno, la historia de la Iglesia, de la escuela que uno ha frecuentado, de la
sociedad, del pueblo al que uno pertenece, de una región. Dios habla en lo que acontece
allí, en los acontecimientos, en las corrientes de vida y de ideas, el sentimiento de vida,
en la consciencia, en los "signos del tiempo" (Jesús).
En tales contextos parece ser menos fácil y menos inequívoco que en la naturaleza
constatar que Dios habla. Todo parece ser únicamente humano, demasiado humano. Uno
se queda, críticamente, en lo humano que siempre está presente. Sería importante hacer
transparente el actuar humano con sus decisiones, deseos, motivos, aspiraciones,
realizaciones, actuaciones y obras, del mismo modo como sabemos hacer transparentes
los movimientos de la naturaleza.
Se señalará el pecado, la obra mala, la realización manchada. Pero acaso esto no se da
también en la naturaleza? También ella tiene aspectos destructores. Menciono las
catástrofes naturales y los causantes de enfermedades. La naturaleza "gime" y está
sometida al "pecado", dice San Pablo en el capítulo 8 de su Carta a los Romanos.
Es importante encontrar a Dios en el tiempo. Esto significa reflexionar sobre el hombre,
su pensar, querer y actuar. Sólo él tiene tiempo e historia en el sentido propio de la
5
palabra.
La casa y hogar (Heimat) del "hombre (culturalmente) nuevo" es el tiempo. Lo es más
que en el "hombre (culturalmente) viejo". El hombre "viejo" vivió más en y con la
naturaleza. Su tiempo fue más el tiempo del año natural y eclesial, con sus ritmos
regulares y los ciclos de vida de nacimiento, matrimonio y muerte.
Esto sigue teniendo importancia también hoy, incluso debe ser reconquistado donde se
perdió. Sin embargo, el acento queda desplazado para siempre hacia la historia y el
tiempo. Se torna tarea importante tener casa y hogar (Heimat) en el tiempo y echar raíces
profundas en él. Hasta la casa y hogar que representa la naturaleza y el año de la
naturaleza tienen una mediación "temporal".
Lo que el hombre produce es resultado de sus ideas, representaciones, interpretaciones,
de las conscientes e inconscientes. Son ellas las que, así, plasman y mueven la historia y
el tiempo.
Simultáneamente habla Dios en ellas. Se debe, pues, reconocer su voz en ellas, en medio
de los estados anímicos, de las corrientes de vida y de ideas, de las "modas" de un
tiempo. Este lugar del encuentro con Dios, en cierto modo es nuevo. Los acontecimientos, pero también las corrientes y áreas conscienciales de un tiempo, el Padre Kentenich
los denomina "sacramentales temporales" (Zeitsakramentale). Mediante ellos actúa Dios
la salvación eterna de los hombres.
Las respectivas corrientes y signos del tiempo tienen por un lado un valor propio. No
sólo son referencias a Dios o alejan de él. Tienen una autonomía relativa, propia de las
causas segundas, una dignidad propia, son creaciones propias. Son como una especie de
último horizonte en un tiempo. Semejante al hombre en la creación. Porque en última
instancia, éste puede ser remontado sólo a Dios mismo. Otro tanto se puede decir del
fenómeno nombrado. Detrás de ellos está sólo Dios. Es Dios que, en última instancia,
piensa las corrientes del tiempo en el hombre. Y las recibe como un "partner" de ellas.
Se puede decir que se adapta a ellas. A la vez es Dios que las inspira en el hombre. Los
dos aspectos "asumir" e "inspirar" dan al tiempo - ese tiempo que respira - una secreta
impronta de alianza.
Evidentemente, esto no puede decirse de todo del mismo modo y grado. No todo viene
del mismo modo de Dios. No todo le es agradable. Pero: Qué viene de él? Cuál de las
voces del tiempo es voz de Dios? Cuál de las voces en el hombre es asumida por Dios?
Y cuál de las voces negativas del tiempo también asume, sabiendo escribir derecho
también sobre líneas torcidas? Qué desecha? Desecha, sin embargo, de un modo que
no quede desechado también lo bueno dentro de ello? Debe realizarse, siempre de
nuevo, un proceso de discernimiento.
Además hay que resaltar que Dios en el tiempo, no habla en discontinuidad. Los signos
del tiempo son signos de una estructura plural de áreas conscienciales, corrientes,
sensibilidades y tendencia originales (valiéndome de expresiones del Padre Kentenich),
6
entrelazadas entre sí. Me refiero a la sensibilidad original y fundamental del tiempo,
presente en distintos estados de consciencia e inconsciencia. Semejante al mar con su
permanente oleaje y sus desplazamientos permanentes.
Tales áreas conscienciales las llamamos época. En menor medida generación,
generación consciencial o generación de sentimiento de vida.
En tales contextos habla Dios. Para aquel que siempre está observando, es especialmente
fácil registrar cuándo y cómo habla Dios en los desplazamientos que se delinean.
Hay procesos y manifestaciones que de un modo especial son síntomas de la "afinación"
del tiempo, son símbolos, síntomas o signos de un tiempo, de una época o una
generación. Con esto también son, de un modo especial, concentración y condensación
del hablar de Dios. Sin embargo no separado del hablar del hombre en el tiempo.
Aquí hay un campo vasto para una espiritualidad del tiempo, para una piedad del tiempo.
Interpretación de nuestro tiempo como un tiempo de apostasía y de
descomposición. Salvar lo antiguo
Nuestro tiempo está afectado por una gran pérdida de la fe y de la moral. El Padre
Kentenich lo caracteriza como
"un tiempo de desdivinización, despersonalización, desmoralización, interiormente
desalmado y de deshumanización".7
Como una de sus características centrales señala la masificación universal. Ve como
todo se disuelve y se descompone. Observa la descomposición del organismo de la
cultura y especialmente de los vínculos humanos. En todas partes ve actuando un
"pensar, vivir y amar mecanicistas". Su fórmula que todo lo resume es:
"Apostasía de Dios es descomposición".
Muchísimas caracterizaciones negativas las encontramos en sus escritos.
Ocasionalmente destaca haber fundado su obra "cinco minutos antes de la medianoche".
Ha encontrado todavía suficiente substancia tradicional sana para realizar una obra como
es Schoenstatt.8 Esto lo dice en referencia a lo religioso-ético, pero también en referencia
7
Cfr. Ejercicios para sacerdotes de la Federación (1967), Publicado en: Herbert King
(ed.): José Kentenich: Una presentación de su pensamiento en textos. Tomo I: En
libertad, ser plenamente hombres. Ed. Patris, Santiago 1998, 74.
8
Cfr. Conferencia del 28. 12 1965. En: Durchblick in Texten, Tomo 3 [una
presentación de su pensamiento en textos]. Ed. Patris, Vallendar-Schönstatt
2002, 355.
7
a lo cultural en general, y lo psicológico, intelectual y sociológico en particular.
Así compara su obra con el arca de Noé. Todo lo probado del pasado lo quiere hacer
entrar en esa arca para que lo lleve a la "nueva orilla".
"Todos sentimos que estamos ante una gran catástrofe mundial y un gran cambio
de tiempo. Y una y otra vez surge en nosotros la pregunta: Es este el tiempo para
el cual la Divina Providencia ha hecho el arca de nuestra Familia? O debe hacerse
más grande y devastadora aún la inundación?"9
Al escuchar la expresión "gran catástrofe mundial" uno piensa espontáneamente en la
Segunda guerra mundial, en cuyo comienzo fue formulada esa expresión. Pero el Padre
Ketenich se refiere más allá de ésta, en primer lugar al espíritu y al alma subyacentes del
tiempo. Esto señala la expresión "gran cambio de tiempo". Compara el tiempo con el
diluvio del libro Génesis y correspondientemente le viene a la mente la imagen del arca.
Su obra la ve referida al diluvio en el tiempo, que todo lo devasta.
"Mi meta siempre ha sido: Tratar de acoger en la Familia de Schoenstatt todo lo
que, en el transcurso de los siglos, se ha probado dentro del espacio de la Iglesia,
tanto en el interior [en Alemania] como en el extranjero, en occidente como en
oriente. Dándole a la vez un cuño moderno y ayudándole a ser salvado a la orilla
nueva, pasando por las tormentas del tiempo."10
Se trata de la asunción y salvación universal de la tradición. Una asunción, sin embargo,
crítica, "acuñada modernamente".
Interpretación del tiempo como tiempo de transición
Pero el Padre Kentenich no se ha detenido en una lectura unilateralmente negativa del
tiempo, ni tampoco en una lectura unilateralmente religioso-moral.
No se debe olvidar: En todas las épocas, la lectura religioso-moral formula juicios
negativos muy acentuados. En este sentido, el Padre Kentenich exhorta a la conversión,
como Juan el Bautista, el mismo Jesús y los predicadores de todos los tiempos y lugares.
Ya temprano, "desde 1912" como a menudo destaca, y con creciente claridad ve que en
el libro de la historia se abre una página nueva. Que está emergiendo una imagen nueva
del hombre, del varón y de la mujer, de Dios, de la comunidad, de la naturaleza, de la
historia... y que vivimos en un tiempo de transición muy marcado. Lo interpreta como
9
Segunda acta de Fundación (1939). In: Schönstatt: Die Gründungsurkunden
[Schoenstatt: Actas de fundación], 29.
10
Weihnachtstagung [Jornada de Navidad] 1967, 136 s.
8
"transito" de Dios. El Dios de la historia y de la vida (como llama a su Dios) se hace
palpable y habla. Pienso que el Padre Kentenich tenía la sensación como si se estuviera
revelando una foto recién sacada delante de sus propios ojos.
En un tiempo de transición, el trato con el tiempo y la búsqueda de aquello que Dios
quiere decir en él se hace imperioso. La convicción de vivir en tal tiempo de transición
ha inspirado manifiestamente, tanto los pensamientos y juicios del Padre Kentenich
como también su diálogo con Dios, desde un comienzo, haciéndose más y más fuerte.
Con claridad cada vez mayor se delinea el tiempo nuevo.
"En el horizonte se muestran- más y más reconocibles con claridad - las grandes
líneas estructurales de un ordenamiento mundial nuevo."11
Así escribe el 31 de diciembre en una carta desde la prisión. Estas "líneas estructurales"
lo han fascinado. Ha tratado de escudriñalas. Ha visto en la "descomposición" una
"descomposición muy llena de sentido".12
Disolución y/o nuevo comienzo
Esto significa que percibió muy despierto la disolución de una época vieja y que ha
enjuiciado correspondientemente esa disolución. Sin embargo, no sólo se disuelve lo
viejo. Muchas cosas valiosas y con una validez supratemporal se disuelven junto con lo
viejo. No sólo se muestran nuevas "líneas estructurales". "Un mundo viejo está en
llamas"13, de un modo terrible. Ve los dos aspectos: Descomposición, disolución,
quemarse. Pero del mismo modo: despegue, cosas que emergen, intentos de plasmar.
Según la edad que uno tiene o la generación a la que uno pertenece se experimenta y
valora, hoy en día, más que un mundo viejo está en llamas; o más que está surgiendo un
mundo nuevo. Pertenecer a una u otra generación no se entiende necesariamente como
algo biológico. Justamente en la actualidad se pertenece a veces más a una generación
marcada por una determinada consciencia y sentimiento de vida que a una generación
biológica.
Por más que el Padre Kentenich esté impresionado y asustado en cuanto a las
dimensiones de la descomposición, no obstante ha leído y descubierto en el tiempo, en
primer lugar, aquello que gesta el futuro, lo nuevo, lo querido por Dios para el futuro. Y
11
Carta del 31 de diciembre de 1941 desde la prisión de Coblenza. En: Texte zum 20.
Januar 1942, I, 46.
12
Grundriss einer neuzeitlichen Pädagogik für die Hand des katholischen Erziehers
[Esbozo de una pedagogía moderna para el educador católico] (1950), 62.
13
Carta del 31 de diciembre desde la prisión de Coblenza, op. cit.
9
ha visto en el tiempo el rostro del futuro y se ha dejado orientar por este rostro. Esto lo
quiere decir el texto siguiente:
"Desde 1912, o sea desde un principio hemos tenido ante nosotros un ideal de esta
clase [del hombre nuevo]. Nunca nos ha abandonado su fuerza luminosa y nunca
nos dejó de fascinar. Todo lo que ha nacido entre nosotros se debe a este ideal. En
aquel entonces todavía estaba latente en el seno del tiempo y no todos tenían la
capacidad de palpar sus secretas fuerzas impulsoras, asumirlas audazmente, interpretarlas y tomarlas como meta orientadora.
Por la igualdad de los ideales, Schoenstatt está relacionado con el tiempo por una
secreta simpatía. Esta explica su actualidad y su pujanza y es la garantía de su
fecundidad venidera. Nunca hemos comprendido el tiempo únicamente como
derrumbe, sino también como despegue; nunca únicamente como catástrofe y fin,
sino siempre también como transición hacia un mundo nuevo con sus propias leyes
de crecimiento, como levantada del sol hacia una aurora nueva y luminosa, hacia
un tiempo nuevo, hacia nuevas victorias de la Esposa de Cristo, su Iglesia. Todo lo
que estaba en un estado de fermentación y de ebullición lo hemos interpretado
como cambio de la forma y figura (Gestaltwandel) del reino de Dios aquí en la tierra."14
Si el Padre Kentenich habla de la descomposición de "occidente", y en su séquito de la
descomposición del mundo, cada vez le resulta ser más claro: es una forma temporal y
epocal la que se descompone. Que en aquello que ha surgido en "occidente" está
contenido también una misión.
El Padre Kentenich se adelantó al tiempo
No se trata, pues, de restauración. Ya en el primer documento de la historia de
Schoenstatt, el Padre Kentenich advierte contra el anhelo de volver atrás, a la vieja
orilla, que puede sobrevenir justamente personas comprometidas con la Iglesia. Que no
miremos atrás para que no nos ocurra lo que ocurrió a la mujer de Lot que mirando atrás
se cristalizó en una columna de sal.15
Así, ya en el Acta de pre-fundación (1912) leemos:
"Debemos volver, pues, a la Edad Media, levantar las vías del ferrocarril, cortar
los alambres de los telégrafos, dejar la electricidad para las nubes, devolver el
carbón a la tierra y cerrar las universidades! No, jamás, no queremos esto, no se
14
Epistola perlonga (1949), 90 s. "Gestalwandel" es una palabra usada por el Padre
Kentenich con especial frecuencia.
15
Krönung Mariens [Coronación de María] (1946). Ed. Schönstatt 1977, 38.
10
permite esto, no lo podemos.Por eso, adelante!"16
Por tradicional que el Padre Kentenich haya sido, no obstante estaba vinculado a las
fuerzas progresistas de su tiempo. Está convencido que se está realizando un cambio
fundamental en las estructuras y el modo de ver la realidad, tanto en la Iglesia como en
el mundo en general. Quiso ser copartícipe de este proceso y ayudar a plasmarlo. Lo
decía en una época en que nadie se podía imaginar que iba a haber un Concilio Vaticano
segundo con sus consecuencias renovadoras.
La transición al tiempo nuevo se expresa en olas distintas que se suceden. No siempre se
reconoce sin más los gérmenes de lo nuevo. Porque fácilmente uno puede descalificarlos
como síntomas de descomposición. En estos aspectos, el Padre Kentenich tuvo la mirada
de un visionario. Su servicio tiene rasgos de profeta.
Ha vivido con intensidad en el futuro. Los comienzos de lo nuevo que ve, las más de las
veces son muy insignificantes. Sin embargo, una generación más tarde ya serán mucho
más fuertes y podrán ser descubiertos más fácilmente. Sus respuestas se refieren a las
situaciones que en el futuro serán ya las normales para más y más gente. Si hubiera
centrado su interés sólo en el presente, evidentemente habría puesto otros acentos y
habría escuchado la voz de Dios de otro modo. Por eso, sus escritos todavía hoy son de
una actualidad sumamente grande.
Pero esto significa también que en sus "visiones" más propias quedó sin haber sido
entendido. Mientras que en todos aquellos aspectos en que asumió e interpretó las voces
del tiempo para el presente respectivo, tanto en su propia patria como en otros países,
recibió mucho aplauso y fue entendido fácilmente. Su tiempo no había llegado aún.
El Padre Kentenich ha incorporado lo nuevo
en el organismo de Schoenstatt, como en un tejido
La interpretación del tiempo que solía hacer el Padre Kentenich no era abstracta ni
meramente intelectual, ni mucho menos "juguetona". Estaba ordenado hacia la
fundación de una obra y hacia la concreción de un servicio a la Iglesia y la sociedad del
fituro. Para esto ha leído en y a partir del tiempo.
Es como si hubiera tejido su obra con los hilos del tiempo (de su tiempo, como del
tiempo pasado y también del venidero). Por eso puede ser entendido solamente sobre el
trasfondo del tiempo. Su obra ha emergido del tiempo, tiene los rasgos del tiempo. La
llama "red que recoge tiempo" (Auffangnetz), en que todo lo nuevo quedó retenido
(hängen blieb). Asimiló tiempo, pero no es simplemente el ejecutor del tiempo. Lo
transforma creadoramente. Así da respuestas auténticas al tiempo para vencerlo a la vez.
16
Acta de pre-fundación 1912). En: Schönstatt: Die Gründungsurkunden [Las
actas de fundación], 15 s.
11
Pretende que a través de este modo de proceder la Iglesia vuelva a ser creadora y vuelva
a tener un liderazgo espiritual y afectivo.
"Por ser nosotros una imagen en que el tiempo se refleja como en un espejo, una
respuesta inequívoca a todas sus necesidades y una red que recoge todo lo grande y
valioso que en el tiempo empuja hacia la luz, estamos conectados con el tiempo por
innumerables hilos y raíces subterráneos. (...)
Así tenemos ante nosotros una configuración que es un todo orgánico, que ha
devenido en la historia. Por un lado está como cerrado en sí y tiene sus leyes
propias, por el otro lado señala con todas sus fibras e hilos el gigante acontecer
mundial."17
A todo lo nuevo que ha encontrado el Padre Kentenich en el tiempo como referencia a
los planes del Dios de la historia y de la vida, le fue asignado, pues, un lugar dentro de la
configuración Schoenstatt, dentro del organismo Schoenstatt.
Esto se puede decir también de la asunción y asimilación del Concilio vaticano segundo:
"Sobre todo habría que demostrar que todas las corrientes de vida y de ideas que
han fecundado y orientado el Concilio Vaticano II, ya en el tiempo anterior a éste
han tocado con brinco los muros de Schoenstatt y nos han despertado. Todo lo que
pretendieron estas corrientes, lo hemos acrisolado y purificado y lo hemos asumido
y asimilado de tal modo que ahora estamos inspirados por ello."18
Muchas veces, el Padre Kentenich ha traído a colación la comparación con los muros y
las olas que se quiebran en ellos. Sin embargo, el texto dice claramente que la
comparación no sólo se refiere al carácter defensivo de los muros. Las olas "nos han
despertado". Las corrientes a las que se refiere han sido "acrisoladas" y "purificadas",
pero han sido también "asumidas y asimiladas de tal modo que ahora estamos inspirados
por ellas". Están en Schoenstatt, pertenecen a su substancia, su identidad. Tales
procesos, en el Padre Kentenich, se han realizado permanentemente. También hoy deben
darse.
Sin embargo, no siempre es fácil descubrir en su fundación con claridad lo asumido y
asimilado del tiempo. Ha sido elaborado muy creadoramente. Todo está incorporado
correspondientemente y como tejido en un tejido y una idiosincrasia muy originales.
Con esto, lo nuevo ha perdido su dinámica muchas veces muy unilateral, su virulencia,
su "veneno". Está domesticado. Simultáneamente le ha sido robado en parte su
dinámica. Se puede vivir y difundir Schoenstatt sin ser una persona "peligrosa", sin ser
17
Carta para el 20 de enero de 1949. En: Texte zum 20. Januar 1942, I, 163 s.
18
Oktoberwoche [semana de octubre] 1967, 194.
12
propiamente "nuevo", sin dar respuestas a las preguntas de la actualidad, aunque uno las
tendría. Esto se muestra en el comentario muy frecuente de los schoenstattianos: A esto
también tendríamos tanto que aportar. Pero lo que se quiere decir se tiene en un estado
muy peculiar. Lo que ha sido incorporado, también ha sido encadenado y atado. Está
como neutralizado.
Además hay que preguntar: Hasta qué grado ya está concluida la misión que el Padre
Kentenich tiene para con el tiempo? Es su vida un tiempo modelo en que podremos leer
"para siglos" lo que será importante? No necesariamente y de entrada hay que excluir
una postura como ésta. En las grandes figuras y fundadores de la historia observamos
que tienen un mensaje para siglos. Pero también el espíritu de ellos tuvo que vivifacarse
en siempre nuevos encuentros con el tiempo de los siglos después de su muerte.
También hay que ver que la interpretación del tiempo, propia del tiempo de fundación, o
sea del tiempo en que vive el fundador, es distinta que en el tiempo después. En el
tiempo de la fundación, la interpretación sirve en primer lugar a los fines del proceso de
fundación. Después está más al servicio de su explicitación y actuar.
Y qué ocurre con la interpretación del tiempo cuando el tiempo al cual el Padre
Kentenich se ha adelantado ha llegado?
Sería importante que lo incorporado en el organismo de Schoenstatt y que lo contenido
en él, de nuevo fuera "liberado", desplegado, explicitado y fuera relacionado de nuevo
con el tiempo, que se volviera "líquido", fluido. Puede darse dosificado y controlado.
Pero debe darse. Schoenstatt todavía está demasiado ocupado consigo mismo. Esto no es
de extrañar en el acontecer fundacional de una obra de ramificaciones tan vastas y
universales.
El horizonte de comprensión
de los discípulos y discípulas del Padre Kentenich
Lo que acabo de decir atañe especialmente a los discípulos y discípulas del Padre
Kentenich. "A mi nadie me ha entendido aún", decía a veces. Y lo ha dicho a sus
colaboradores y colaboradoras más inmediatos y probados.
Esto vale, por un lado, de la pluralidad de los aspectos tomados en cuenta por él.
Más aún vale respecto del horizonte de comprensión, dentro del cual es asumida toda
realidad, espontánea e irreflexivamente. Incluso cuando es conservado y formulado
correctamente todo, un respectivo modo de ver y de comprender, todo lo tiñe como con
un coloreante, y con esto lo transforma en lo más hondo de su ser. Se entiende, entonces,
todo de un modo distinto de lo pensado por el Padre Kentenich.
Además se debe tener presente que el Padre Kentenich se ha adaptado pedagógicamente,
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de las más variadas maneras, a sus discípulos y discípulas. Porque sus intenciones las ha
transmitido en la modalidad de la formación de hombres, o sea pedagógicamente. Los
hombres, sin embargo, son hombres concretos, hombres de un tiempo concreto.
Los discípulos y discípulas del Padre Kentenich, en su mayoría provinieron/provienen de
ambientes católicos homogéneos y tradicionales. Schoenstatt lo interpretan, en general,
por el lado de la conservación de lo tradicional probado. Es decir, su mensaje ayuda a
aspirar a una vida religiosa y ética más altas y profundas. Pero, en parte, dentro de un
tipo antiguo de lo que es p.ej., autoridad, iglesia, tradición, pedagogía y pastoral...
Los principios inherentes y las inquietudes del Padre Kentenich y de su fundación corren
el peligro de ser niveladas. O sea están al servicio de la defensa de los principios
probados, sin comprender y relativizar suficientemente la forma (Gestalt) en que estos
son vividos y enseñados.
Del mismo modo, los elementos específicos de Schoenstatt (el misterio de Schoenstatt),
fueron/son "regionalizados" y reducidos en cierto modo, a ser temas entre otros temas.
Su carácter de símbolo o expresión de una manera nueva de verlo todo no se ve o se ve
demasiado poco. Con esto queda fijada aún más la mirada en lo antiguo que se
descompone y en aquellos lugares donde "todavía" hay fe y moral "como antes".
Así se puede decir que los schoenstattianos, en el tiempo de la vida del Padre Kentenich,
no vieron en el mismo grado la nueva orilla como la vio su maestro. De ninguna manera
estos tuvieron, sin más, el olor a progresismo. Con esto no quiero decir que un juicio de
esta clase se justifique en todo. Y no obstante es verdad que no hubo una consciencia y
sentimiento de vida suficientemente "modernos", capaces de ver a una luz moderna las
intuiciones y puntos de partida correspondientes y orientados hacia el futuro, que el
Padre Kentenich había en-fundado y en-organismado en su obra. Y no obstante se suele
afirmar que "todo lo tenemos" y que "estamos muy adelantados al tiempo".
Han leído los schonestattianos, en el tiempo de la vida de J. Kentenich, los signos del
tiempo en el sentido positivo que le doy en este artículo? Cuántos? Les estaba
permitido? Justamente los más despiertos han sido criticados si han leído demasiado en
el tiempo y si quisieron llevar sus lecturas al movimiento y las fundaciones nacientes.
Ciertamente, esto era necesario. Es un tributo al proceso fundacional. J. Kentenich era el
lector del tiempo que en un trabajo solitario ha tejido en su fundación Schoenstatt hilo
tras hilo del tiempo. Un organismo como Schoenstatt no habría podido surgir y
consolidarse sin una concentración sumamente grande en lo propio y el espacio propio
homogéneo, si los intelectuales en él lo habrían cuestionado con las ideas siempre más
nuevas. Esto tiene validez también hoy.
El tiempo al que el Padre Kentenich se ha adelanto ha llegado ahora
El Padre Kentenich se había adelantado al tiempo y ha formado su organismo
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schoenstattiano a partir del "tiempo más nuevo" que emergía cada vez más. Este tiempo
más nuevo, en los últimos decenios, ha irrumpido casi torrencialmente en los pueblos y
la Iglesia del mundo occidental. También y justamente sobre los territorios y "reductos"
católicos muy protegidos hasta hace poco aún de los cuales provenían, como queda
dicho arriba, la mayoría de los schoenstattianos.
La situación es extremadamente difícil porque la muerte del Padre Kentenich coincide
con una fase especialmente virulenta de esta irrupción. Así que la Familia de Schoenstatt
no sólo tuvo que enfrentarse con el tiempo post-fundador, de por sí ya difícil para toda
fundación. En el caso de Schoenstatt más difícil aún por la larga ausencia del fundador
en los años anteriores.
Y a esto se agregó la virulencia inaudita y muy nueva de la nueva fase en el tiempo.
Esto significa que todos aquellos elementos que en el tiempo de la vida de José
Kentenich se anunciaron generalmente con lentitud y cautela y que por eso pudieron ser
ignorados y canalizados fácilmente, ahora son plenamente activos.
Sin embargo, esto significa también que ahora estos elementos pueden ser reconocidos
en el organismo de Schoenstatt con más claridad. Y que deben ser reconocidos, si
Schoenstatt quiere cumplir su misión frente al tiempo para el cual ha sido fundado como el Padre Kentenich una y otra vez pone de relieve. En la medida en que
Schoenstatt, a través del encuentro con el tiempo, suelta, libera, desentraña los elementos
que forman su tejido puede desplegar la dinámica de estos elementos domesticados a
través de su incorporación al organismo de Schoenstatt, y puede liberar la energía que
les es inherente. En esa medida pueden ser eficaces y saludables.
Por la incorporación en el organismo de Schoenstatt, esos elementos, sin embargo,
también están protegidos contra la dinámica unilateral y aislada del tiempo. No obstante,
la pregunta es: Qué es más importante? El aseguramiento de estos elementos o su
eficacia? Cuál de los peligros lo temo más: El posible anquilosamiento o el posible
deshilachamiento? Tenemos que protegernos de los dos peligros. Pero tal vez, el
anquilosamiento sea el peligro mayor. Además uno aprende a protegerse contra los
peligros sólo si los desafía y si, por lo menos en ciertos momentos, se mete en el peligro.
En la actualidad de Schoenstatt, la interpretación e investigación de los signos del
tiempo tiene como tarea, despertar y activar, a través del encuentro con el tiempo, las
distintas facetas incorporadas en el organismo de Schoenstatt. Si este tipo de encuentro
con el tiempo no se realiza, los elementos mencionados quedan incorporados de un
modo domesticado y dormitan. El espíritu del Padre Kentenich no se puede obtener en
botellas cerradas, sino sólo en el contexto con el tiempo.
En este proceso no siempre todo se podrá o se deberá desplegar parejamente, bien
ordenado, y equilibrado y proporcionado. No se debe temer en esto la "unilateralidad
orgánica" y no siempre se deberá querer "complementarlo" y rectificarlo todo en
seguida. Hay que correr riesgos.
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Cuáles son los aspectos que deben estar en el primer plano? Saber esto es tarea de la
interpretación de los signos del tiempo. Dialogando con el Dios de la historia, habrá que
realizar esta tarea siempre de nuevo.
Eslabón nuevo de la conciencia y del sentimiento de vida
Cambio de perspectiva
El esfuerzo por la interpretación de los signos del tiempo tiene mucha tradición en
Schoenstatt. No comenzamos con esto recién ahora.
Y no obstante ha ocurrido algo nuevo. La lectura de los signos del tiempo ha de
inscribirse en un sentimiento de vida nuevo. Esto significa dejarse fascinar más por la
nueva forma (Gestalt) de la cultura y de la Iglesia que va emergiendo, que por la
descomposición de lo viejo. Y reconocer a la vez como la nueva forma está contenida en
el organismo de Schoenstatt. Se trata en esto, por supuesto, sólo de un desplazamiento
de acentos. Sin embargo, en muchos casos de un desplazamiento de acento muy fuerte,
de una especie de cambio de la perspectiva.
Esto tiene rasgos de una neofundación anímico-espiritual de Schoenstatt. De ella, en sus
últimos años de vida, el Padre Kentenich hablaba muy a menudo. En este punto se
decide la fecundidad del esfuerzo por los signos del tiempo. Igualmente en el hecho de
que Schoenstatt reconozca, articule y dinamice lo suficiente la substancia de su
actualidad y capacidad de futuro, y sea capaz de entrar en diálogo con ella. De hecho
existe en su ser, pero no está elaborado conscientemente, y menos está desplegado en
cuanto a su sentimiento de vida.
Si esto no ocurre, Schoenstatt va a "esquivar" siempre de nuevo a países, regiones o
estratos sociales en los que el "tiempo más nuevo" para el que ha sido fundado no ha
irrumpido aún con toda su dinámica.
Según el marco en que son vistos los distintos fenómenos del tiempo, ellos tienen una de
las dos caras: Son indicios de la descomposición o indicios de lo nuevo. Según el caso se
reaccionará defensiva u ofensivo-constructivamente.
Texto final
"Vox temporis-vox dei. Voces del tiempo son voces de Dios. Sin embargo, Dios no
sólo nos habla por las palabras que llegan a nuestros oídos desde el lado de
nuestros enemigos, especialmente desde el lado de círculos colectivistas.
Simultáneamente expresa sus deseos por las corrientes espirituales del campo
genuinamente católico. No sólo tenemos una tarea frente a los dos lados. No
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debemos olvidar, que todo el mundo católico y no católico tienen una misión
también frente a nosotros. Y que las aguas que fluyen por la tierra arada del mundo
actual, según la intención de Dios, en última instancia han de desembocar en un
lecho común"19
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Carta del 14.3.1955 al P. Menningen, 58.
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