3.512 19/12/2012, “MENDEZ HORACIO EZEQUIEL C/ VOLQUETES UROM S.H. INTEGRADA POR OMAR HUGO GUILLERMO S/PRETENSION INDEMNIZATORIA” Gral. San Martín, 12 de Diciembre de 2012 AUTOS Y VISTOS: La presente causa caratulada “MENDEZ HORACIO EZEQUIEL C/ VOLQUETES UROM SH INTEGRADA POR OMAR H S/ PRETENSION INDEMNIZATORIA” tramita por ante el Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a mi cargo bajo el Nro. de expediente 3512, la cual se encuentra en condiciones de recibir sentencia de merito.RESULTANDO: I.- Que a fs. 14/20 se presente el Dr. Carlos Gaona Munilla en su carácter de apoderado del Sr. Horacio Ezequiel Méndez promoviendo demanda por daños y perjuicios, por la suma total de pesos siete mil seiscientos setenta ($7670), contra Volquetes Urom sociedad de hecho integrada por Hugo Guillermo Omar y contra la Municipalidad de Malvinas Argentinas por el hecho ocurrido el 14 de abril de 2005. Relata que aproximadamente siendo las 20:30 horas el Sr. Méndez conducía su automóvil marca fiat 128 super europa, dominio WFF 253, por la calle soler de la localidad de Grand Bourg, Provincia de Buenos Aires, en dirección hacia Pablo Nogues. Manifiesta que en tales circunstancias al llegar a la altura del 1500 entre las arterias Coronel Bogado y Francisco Beiró de ese medio colisionó contra un volquete que se hallaba imprudentemente ubicado sobre la calzada sin señalización luminosa alguna, ni balizas que indicaran precaución al tránsito. Expresa que debido a tal impacto el rodado del actor experimento daños de suma importancia en su estructura los cuales se detallan en el presupuesto que dice acompañar. Refiere asimismo, que en virtud del hecho labró el pertinente instrumento público dejando debidamente asentado el accidente ut supra descripto. Imputa la responsabilidad del hecho a Volquetes Urom SH, en virtud de su calidad de propietaria del dispositivo causante del evento dañoso, por no haber señalizado el volquete tal como lo dispone la Ordenanza 0769/04, toda vez que dicha falta de señalización fue producto de la inoperancia y negligencia de la codemandada, como así también que resulta responsable por no haber dispuesto las condiciones de seguridad necesarias para mantener el orden y fluidez del tráfico, habiendo violado la obligación de seguridad que se encontraba a su cargo. De igual modo, entiende que la Municipalidad de Malvinas Argentinas resulta solidariamente responsable, por no haber controlado y exigido el cumplimiento de la normativa por ella implementada para estos casos, y consecuentemente, por no velar por la seguridad de los vecinos de la comuna. Cita la teoría del riesgo creado, la cual reseña que se centra en el principio de la responsabilidad con prescindencia de la línea de culpa o inocencia del imputado, ya que tiene un fundamento puramente objetivo, bastando al damnificado establecer la relación de causalidad entre la cosa y el daño que se queja. Alude que en el caso un volquete detenido sobre la calzada por la cual transitan vehículos es una cosa riesgosa dado que altera indudablemente el normal desenvolvimiento del tránsito, al transformase en un obstáculo a esquivar. Que el volquete mas allá de su condición de inanimada e inerte es una cosa riesgosa y como tal susceptible de causar daño, como sucedió en el caso, desde que tuvo participación activa en el accidente, debiendo enmarcarse el hecho dentro de la esfera de la responsabilidad objetiva que tiene el dueño o guardián de toda cosa riesgosa (Art 1113, segundo párrafo del Cod. Civ.) Efectúa reserva de caso federal y plantea la inconstitucionalidad del art 14 inc 1 de la ley 13.101 al entender que el requisito de agotamiento de la vía administrativa vulnera los art 15 y 166 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires, toda vez que en caso como el de autos la demandabilidad directa es la regla, citando jurisprudencia al respecto. Practica liquidación de la que resulta un total de pesos siete mil seiscientos setenta ($7670) con mas sus intereses, correspondiendo un monto de pesos cinco mil seiscientos setenta ($5.670) al rubro de daños materiales fundando el mismo en el presupuesto efectuado por el tallerista. Reclama también la suma de pesos mil doscientos ($1.200) por motivo de la privación de uso del vehículo indicando que la jurisprudencia ha dicho que la misma constituye para su propietario un quebranto económico cuyo resarcimiento está a cargo del responsable del evento. Finalmente exige la suma de pesos ochocientos ($800) por la desvalorización venal, aludiendo que resulta indudable que todo choque de cierta magnitud, como el de autos, produce una desvalorización en el vehículo aun cuando las reparaciones se efectúen con el mayor esmero, porque pueden ser percibidas por experto y disminuir en consecuencia el valor de la unidad. Funda derecho y ofrece prueba documental, confesional, testimonial y de reconocimiento, informativa, como así también prueba pericial contable y pericial mecánica. II.- Que a fs. 26 el suscripto declara la admisibilidad de la demanda y en virtud de los argumentos allí vertidos, entiendo que deviene abstracto el tratamiento del planteo de inconstitucionalidad efectuado por el actor respecto de la normativa mencionada precedentemente. III.- Que corrido el traslado de demanda, se presenta a fs. 35/43 la Dra. Alejandra Balaguer, letrada apoderada de la Municipalidad de Malvinas Argentinas solicitando el rechazo de la demanda y formulando una negativa general y particular de los hechos expuestos en el libelo de inicio. Asimismo, niega la autenticidad y validez probatoria de la documental acompañada. Respecto a la responsabilidad que se le atribuye, niega la misma toda vez que a fines de cumplir con el objetivo de proteger la seguridad y salubridad pública de la comunidad, sin prohibir el ejercicio libre comercio, se dictó la Ordenanza 769/04 que regula todo lo atinente en dicho distrito al uso y transporte de los recipientes denominados como contenedores y volquetes, garantizando de esta manera el ejercicio de los derechos constitucionales antes mencionados. Que en supuesto de marras, entiende que no corresponde imputarle responsabilidad alguna en virtud de que no consta en la Dirección de Habilitaciones de la Municipalidad accionada ningún trámite o expediente administrativo a nombre de la codemandada, como así tampoco la existencia de registro en la Dirección de fiscalizaciones que dicha sociedad haya solicitado autorización para la colocación de un volquete sobre la calle mencionada en la fecha del supuesto accidente, por lo que no puede otorgar o denegar la autorización a una empresa “inexistente” o ejercer el control sobre un hecho que desconoce. Expresa que en el caso se le imputa a su mandante el deber de responder en virtud de una responsabilidad por omisión del ejercicio de poder de policía, señalando que el actor intenta atribuir responsabilidad al estado por una supuesta omisión genérica, cuando la obligación de proteger la seguridad pública se manifiesta una vez ocurrido el hecho dañoso, por lo que debe merituarse si esa protección es de posible cumplimiento, citando jurisprudencia al respecto. Solicita la aplicación de la excepción dispuesta por el segundo párrafo del art. 1113 del Código Civil, el cual establece la eximición total o parcial de responsabilidad acreditando la culpa de la víctima o de un tercero por quien no deba responder. Por ello, siendo la empresa de Volquetes codemandada quien no cumplió con las exigencias legales que le impone la reglamentación para la explotación del servicio, corresponde atribuir la responsabilidad del hecho a la misma por su culpa y eximir a su mandante. Además, cuestiona la conducta del actor al aludir que la arteria por la cual circulaba es una calle y no una avenida, siendo la velocidad máxima permitida para circular de 40 km/ hora, resultando imposible no advertir a dicha velocidad la existencia del volquete. Peticiona la citación del vecino que contrató el servicio a la fecha del hecho, la cual fue desestimada a fs. 85 en virtud de haber sido solicitada en forma extemporánea. Solicita el rechazo de los rubros indemnizatorios reclamados, como así también la aplicación del art 172 del CPCC, en cuanto que los montos exigidos hacen incurrir al peticionante en una plus petición inexcusable. Ofrece prueba confesional, pericial mecánica e informativa, y efectúa reserva de caso federal. IV.- Que a fs. 59/61 contesta demanda el Sr. Omar Hugo Guillermo por derecho propio con el patrocinio letrado del Dr. Agustín Katz en representación de Volquetes UROM SH, solicitando el rechazo de la demanda y efectuando una negativa de los hechos expuestos en el libelo inaugural. Manifiesta que nunca ocurrió el accidente denunciado por el actor y reconoce ser el propietario de la empresa de volquetes que gira con el nombre de fantasía “Volquetes UROM”, los que se encuentran perfectamente habilitados por el Municipio de Malvinas Argentinas y correctamente señalizados cuando se los coloca en la vía pública. Que tal afirmación se encuentra acreditada con la documentación que dice acompañar, resultando totalmente absurdo e infundado el reclamo efectuado por el actor, no aportando ninguna prueba conducente que avale sus dichos. Destaca que jamás recibió reclamo de ninguna especie, siendo objeto de numerosos controles por parte del Municipio en cuanto a la ubicación de sus volquetes, siendo los mismos aproximadamente ochenta en la actualidad. Expresa que los volquetes no tienen la posibilidad de desplazarse “por sí”, por lo que estando bien ubicados de acuerdo a las ordenanzas y reglamentaciones respectivas, no pueden ocasionar daño alguno a terceros. Efectúa reserva de caso federal, funda derecho y ofrece prueba documental, testimonial, confesional e informativa. Solicita que oportunamente se dicte sentencia rechazando la demanda con expresa imposición de costas. V.- Al celebrarse la audiencia prevista en el artículo 41 del Código de rito se ordeno la apertura a prueba de las presentes actuaciones. Producida la prueba ordenada y certificado el vencimiento del periodo probatorio por la Señora Actuaria se pusieron los autos para alegar y no habiendo hecho uso de este derecho ninguna de las partes, se llamo autos para sentencia, providencia que se encuentra firme y consentida. Y CONSIDERANDO: I.- Que en virtud de los términos en que ha quedado trabada la litis, la cuestión traída a conocimiento del suscripto se ciñe en determinar – por un lado- la responsabilidad que sobre el hecho habrían tenidos los demandados y –por el otro y en caso de resultar procedente – la extensión de la misma. Que valorados los elementos probatorios a la luz del principio de la sana critica (art 384 del CPCC) he de merituar el tema concerniente a las responsabilidades. Atento todo es oportuno recordar que los jueces no están obligados a hacerse cargo de todos y cada uno de los argumentos expuestos por las partes, ni analizar las pruebas producidas en su totalidad, sino tan solo aquellos elementos que son conducentes para la correcta decisión de la cuestión planteada (art 384 Cód Proc; CSJN RED 18/780; CNCiv., Sala D RED 20-B-1040; CNCiv., Sala F, R. 172752 del 25/04/96 entre otros). Cabe realizar dos aclaraciones en materia de apreciación de la prueba. En primer lugar que la norma citada – art 384 CPCC- acuerda al juzgador la facultad de expresar en la sentencia solo la valoración de aquellas pruebas que fueren esenciales y decisivas para el fallo de la causa. Luego, es necesario recordar que la prueba debe ser valorada en su conjunto, tratando de vincular armoniosamente sus distintos elementos de conformidad con las reglas impuestas por el artículo referido precedentemente. Bajo tales pautas analizare si le cabe alguna responsabilidad a la comuna y a Volquetes Urom SH. II.- Sentado ello, corresponde en principio adentrarme en el acaecimiento del hecho de marras y su mecánica, para lo cual anticipo mi opinión de encontrar acreditado el mismo a tenor de las siguientes pruebas: a) Tomo en cuenta el testimonio de la Sra. Margarita Isabel Mamani que obra a fs. 172/172 vta, quien al ser interrogada respecto a si tuvo conocimiento del hecho la misma manifiesta: “si, iba adentro del auto. Yo conozco a los padres de Horacio, fui a visitarlos, llovía muchísimo y Horacio se ofrece a alcanzarme, íbamos por la calle Soler, llovía muchísimo, es mas estábamos hablando que teníamos que ir con cuidado mirando todo, y de repente apareció el volquete, no se veía nada con la lluvia y estaba sin señalizar…”.Igualmente, respecto a los daños que sufrió el vehículo del actor, la testigo refiere que: “…Justo agarro mi lado, el golpe fue del lado mío, la puerta se doblo del lado del acompañante y se rompió el vidrio de adelante..” … “del lado del acompañante la puerta estaba doblada, el vidrio estaba roto de la ventanilla y el vidrio de adelante también… y la parte de adelante del auto, la trompa, del lado del acompañante esta para adentro, doblada.” b) En igual sentido, corresponde merituar el testimonio del Sr. Arnoldo Gonzalo Ruppel que luce a fs. 203/203 vta, quien relata que toma conocimiento del accidente porque salió a la calle a buscar a su novia de ese momento. El testigo expresa que: “...cuando salí ví el auto que estaba ahí chocado. Estaba lloviendo, el auto estaba en la parte del acompañante hasta la altura de la puerta destruida.” Asimismo al ser interrogado contra que se había producido el choque, el mismo contesta que se había producido contra un volquete que estaba estacionado en la calle y que dicho choque fue en la calle soler. Además dicho testigo alude respecto al estado en que se encontraba el volquete que: “… estaba sobre un costado de la calle y como están los volquetes… la estructura del volquete estaba completa…, no estaba señalizado, por la noche que llovía no se podía ver bien…” c) Asimismo, debo tener en cuenta las consideraciones efectuadas por el perito ingeniero mecánico en su informe que obra a fs. 226/228, el cual no ha sido impugnado por las partes, quien al contestar el punto de pericia a) ofrecido por la parte actora respecto a si el siniestro de autos pudo producirse de la manera que lo relata la actora, manifiesta: “De acuerdo a los daños que presentaría el rodado FIAT 128 perteneciente a la actora, el mismo habría sufrido un impacto en la parte delantera, frente, de su carroseria, con afectación de óptica lado derecho, guardabarros, paragolpes, panel de frente, faro de giro, radiador, paleta y demás. Estos daños pueden provenir de un impacto contra un objeto u obstáculo como el que se menciona en la demanda, en impacto de incidencia frontal”. Igualmente, al referirse a si es verosímil que la mecánica del accidente originara daños materiales al rodado como los señalados en la demanda, el mismo responde que: “Como ya se ha dicho, los daños que habría sufrido el rodado de la actora en su frente y que surgen del presupuesto acompañado a la demanda, se compadecen con la mecánica narrada por la actora.” "Los trabajos que se detallan incluyen la reposición de varias piezas de mecánica ubicadas en el frente del automotor… esto daría una idea de la magnitud del impacto, lo cual parece lógico tras estrellarse de frente contra un obstáculo extremadamente rígido y de estructura solida y resistente, inmóvil.” Así las cosas, los testimonios reseñados y las manifestaciones vertidas por el perito experto, han creado la intima convicción en el suscripto acerca de la verosimilitud de la ocurrencia de los hechos ventilados en autos en la forma relatada por el actor, en las circunstancias de tiempo, modo y lugar señalados. III.- Atento a lo expuesto y considerando probada la existencia del hecho de marras y su mecánica he de considerar ahora si le cabe o no responsabilidad a Volquetes UROM S.H. y al Municipio demandado. Que en principio corresponde abocarme a analizar la responsabilidad atribuida a Volquetes UROM SH integrada por el Sr. Omar Hugo Guillermo. Para ello he de tener en cuenta que el actor sustenta la misma en la responsabilidad objetiva que emerge del art. 1113, segundo párrafo del Código Civil (daños causados por el riesgo o el vicio de la cosa) manifestando que las infracciones reglamentarias tornaron peligroso al elemento inerte, demostrando un obrar imprudente por parte de la codemandada. A tales efectos, cabe señalar que quien pretenda ser indemnizado con sustento en dicha norma debe demostrar los siguientes extremos fácticos: a) el daño causado, b) la calidad de dueño o guardián c) el riesgo o vicio de la cosa y d) la relación causal entre del daño sufrido y el riesgo o vicio de la cosa (cfr. doct S.C.B.A. en las causas Ac. 94.515 “Monserrat”, sent. 12IV-2006; C. 95.142 “Esquivel”, sent. Del 21-V-2008). En ese esquema y en lo que atañe puntualmente a esta litis, cuadra resaltar que el mero carácter de elemento inerte que pueda presentar un contenedor situado en la vía pública no es suficiente para descartar “per se” la aplicación de la teoría del riesgo creado si de los elementos obrantes en la causa se demuestra que la cosa en cuestión produjo un riesgo en el que pueda ser comprendido el daño sufrido por el actor. Tal ejercicio demanda verificar si el contenedor reunía los recaudos de seguridad exigidos por la reglamentación, pues la ausencia de tales medidas, producto del incumplimiento de los deberes impuestos a quien lucraba con él, podrá poner en evidencia la existencia de una concreta situación de peligro, perfectamente encuadrable en la norma citada precedentemente (cfr. Cam. de Apel. de Mar del Plata, causa C-2721-MP1 “Castiglioni, Carlos y otros c/ Municipalidad de Gral. Pueyrredón y otros s/ Pretensión Indemnizatoria). Siguiendo estos lineamientos, corresponde señalar que resulta aplicable a los presentes la Ordenanza Municipal N° 769/04, la cual se encuentra glosada a fs. 251/252 y regula en todo el partido de Malvinas Argentinas el uso y transporte de los recipientes denominados contenedores y/o volquetes para el depósito y traslado de residuos, desechos, escombro y todo otro tipo de material provenientes de limpieza de edificios, fabricas, negocios, industrias, demoliciones, refacciones, y toda otra materia factible de ser transportada por ese medio (Art 1). En igual sentido, la misma establece que los volquetes deberán reunir ciertas características y condiciones, entre ellas, tener aplicaciones retroreflectantes en bandas inclinadas a cuarenta y cinco grados alternadas en rojo, como así también que en horarios nocturnos y cuando las condiciones de visibilidad se encuentren disminuidas, deberán estar provistos de balizas luminosas con alimentación de energía propia, en sus cuatro ángulos (art 4 inc. b) y c)). Que de las declaraciones testimoniales trascriptas ut supra se desprende que el volquete de la codemandada carecía de los sistemas de seguridad que la norma requería, toda vez que ambos testigos que estuvieron en el lugar del hecho manifiestan que dicho elemento se encontraba sin señalizar. Que a mayor abundamiento, tales testimonios no fueron impugnados por la empresa demandada, quien tampoco aportó prueba alguna para acreditar tales extremos a fin de contrarrestar las afirmaciones efectuadas por dichos testigos. Atento ello, cabe concluir que tal infracción ilegitima constituye sin dudas una omisión capaz de erigir al elemento de su guarda en una verdadera fuente de peligrosidad para terceros, atento no haberse respetado las medidas de seguridad razonables que el legislador entendiere propicias para que su presencia, en horarios nocturnos y de escasa visibilidad, pudiese ser advertida con antelación suficiente. Esta apreciación se complace con el criterio que forjara la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires en un precedente a fin, en el que asigno a la falta de balizas el rol de parámetro central, para valorar en concreto si las características del volquete embestido autorizaban a calificarlo como un factor de riesgo de la circulación, junto con los restantes elementos de la causa (arg. doct. S.C.B.A. causa C. 105.365 “Kurpeta” sent. Del 2-III-2011). Y partiendo de la mecánica probada del hecho, corresponde tener por configurada la relación de causalidad existente entre el daño sufrido en el rodado del actor y el riesgo que representaba el contenedor, carente de las medidas de seguridad exigidas por la normativa vigente, siendo que atento la escasa visibilidad en virtud de la lluvia constituye una condición calificada normalmente idónea y ordinaria de las cosas. En razón de expuesto, tengo la convicción de que la codemandada Volquetes UROM S.H. resulta ser responsable en virtud del riesgo creado en la producción del daño (Art 1113, 2° párrafo Cod. Civ.). Ello, sin perjuicio de la responsabilidad que pueda coexistir con la Comuna demandada, la cual será debidamente analizada infra. IV.- Que respecto a la responsabilidad atribuida a la Municipalidad de Malvinas Argentinas, el actor entiende que la misma resulta de la falta de contralor en el cumplimiento de la normativa por ella implementada para estos casos, y consecuentemente, por no velar por la seguridad de los vecinos de la comuna. Que a fines de analizar dicha responsabilidad, entiendo que en el caso juegan normas de derecho provincial. Así, las normas constitucionales provinciales regulan esta materia atribuyendo como inherentes al régimen municipal (entre otras) tener a su cargo el ornato y la salubridad, como así también la vialidad pública (art. 192 inc. 4 Cons. Prov.). También en el ordenamiento jurídico público provincial el Decreto Ley 6769/58 trata la cuestión en su art 27 inc.18 en cuanto regula la competencia municipal en lo atinente al tránsito de personas y de vehículos públicos y privados en las calles y caminos de jurisdicción municipal, atendiendo, en especial a los conceptos de educación, prevención, ordenamiento y seguridad, así como en particular, lo relativo a la circulación, estacionamiento, operaciones de cargas y descargas, señalización, remoción de obstáculos y condiciones de funcionamiento de los vehículos, por medio de normas concordantes con las establecidas por el Código de Tránsito de la Provincia, debiendo ceñir su cometido en orden a la prevención ordenamiento y seguridad. Además de la normativa ya citada, debo considerar, en virtud de lo dispuesto por el art. 2340 inc. 7 del Cód Civil, que la Municipalidad, por su calidad de propietaria de las calles destinadas al uso del dominio público, tiene la obligación de asegurar que las mismas, tengan un mínimo y razonable estado de conservación, atento pueden tornarse riesgosas, no sólo por vicio propio o mal estado, sino también por situaciones, que si bien no hacen a su naturaleza intrínseca, si lo hacen a su estado de funcionamiento. Ello así, tampoco puedo dejar de mencionar que jurisprudencialmente se ha expresado que este ejercicio del poder de policía implique que el Municipio resulte responsable de todos los hechos que ocurriesen en la vía pública pues ello transformaría la obligación de medios del Municipio en una obligación de resultados. “En el sub lite, la supuesta responsabilidad que se endilga al municipio no dimana de conductas positivas o activas, sino de eventuales omisiones y, en tales casos, en nuestro ordenamiento jurídico ni en el derecho comparado es impensable materialmente- que el mentado poder de policía del Estado que configura una obligación de medios se transforme en una de resultados, máxime cuando la falta de servicio debe vertebrarse en una obligación o deber concreto y no en uno que opere en dirección genérica o difusa. Responsabilizar a la Comuna por el hecho en juzgamiento implicaría llevar el poder de policía sobre la vía pública a límites insospechados, desde que sería responsable de todos los hechos que ocurriesen en la misma, que es lo mismo que exigirle que todas las calles y veredas de la ciudad fueran controladas, revisadas, barridas, las veinticuatro horas del día, conducta que a más de resultar imposible cumplimiento, exhorbita los límites del poder de policía y la obligación de medios que el mismo implica” (del voto del Juez Marroco en causa Azaro Alicia Mabel c/ Municipalidad de La Plata s/ Daños y Perjuicios LP 102652 RSD-183-4 S 2-9-2004). No obstante ello, considero que ello no puede resultar eximente en el sub lite por las particularidades que el mismo reviste toda vez que, habiéndose probado la peligrosidad del volquete en virtud de las consideraciones ya expuestas, la autoridad de contralor tiene la obligación de mantener las calles en condiciones para ser utilizadas sin riesgos para quienes transitan pues forman parte del dominio público y se encuentran bajo la guarda de la Municipalidad, siendo este un factor de imputación jurídica para que la misma responda por el perjuicio ocasionado. En razón de la normativa citada es atribución inherente al régimen municipal tener a su cargo la vialidad publica en términos de bienestar general y la omisión de la comuna en el cumplimiento de las obligaciones impuestas por el ordenamiento jurídico en virtud de las normas reseñadas, generan responsabilidad conforme lo dispone el art. 1112 del Código Civil. Que dicha responsabilidad es innegable, por lo que sin perjuicio de coexistir con la responsabilidad atribuida a la empresa de volquetes, esta no la desplaza, ni tampoco la exculpa puesto que la misma está justificada en el deber de conservación de las calles, caminos, en su deber de control, señalización etc, como así también en el de adoptar medidas para eliminar o atenuar riesgo, deber que configura un servicio público a cuyo sostenimiento contribuye directa o indirectamente toda la comunidad, es decir, en la función de policía. En síntesis, la comuna demandada debe responder, por cuanto el área donde ocurrió el accidente era de absoluto control de la misma (la vía pública) y el deber de control de esa zona implica la protección de ese lugar, debiendo haber desplegado una acción preventiva que precisamente emerge de la función de policía que le es propia. A mayor abundamiento, no resulta atendible el argumento sustentado por la demandada para ser eximida de responsabilidad en virtud del supuesto desconocimiento de la existencia de la empresa y del hecho de marras, toda vez que de la prueba informativa a la Dirección de Habilitaciones de la Municipalidad de Malvinas Argentinas ofrecida por la propia comuna a fin de que informe respecto a si la empresa de volquetes demandada poseía habilitación para la explotación del servicio, y en caso afirmativo, si a la fecha del accidente la misma solicitado autorización para colocar el volquete sobre la calle soler, al contestar la Dirección de habilitaciones adjunta “copia de los registros, donde constan los datos de la firma comercial mencionada” ( ver fs. 222/223), por lo que mal puede evaluarse que la misma desconocía la existencia de la dicha empresa, como manifiesta en su conteste. Así también, la empresa demandada acompaña como prueba documental copia simple de constancias de pago de “ocupación de espacio público” expedidas por la propia Municipalidad (ver fs. 55/56) lo que si bien no acredita que los volquetes estuvieran debidamente habilitados conforme a la normativa vigente, me permite inferir que el Municipio sabía de existencia de la misma, habiendo omitido el debido control en ejercicio del poder de policía que le corresponde. En consecuencia, todo lo detallado me lleva a la convicción que en los presentes existe responsabilidad de ambas demandadas, siendo la empresa de volquetes quien debe responder en mayor proporción toda vez que la conducta de la misma tuvo una mayor incidencia en la producción de los daños cuya reparación se reclaman, como asi tambien que era la misma quien lucraba con la explotación del servicio. Por ello entiendo que corresponde atribuir una responsabilidad del 70% a la empresa Volquetes UROM S.H. y un 30 % a la Municipalidad de Malvinas Argentinas. V.- Que definida la responsabilidad de Volquetes Urom S.H. y de la Municipalidad de Malvinas Argentinas, se torna viable analizar el tratamiento de los diferentes rubros indemnizatorios solicitados por el accionante. Daños materiales: Es el que resulta de los daños ocasionados al patrimonio de una persona, ya como una pérdida, ya como un dejar de percibir. El actor solicita por este concepto la suma de pesos cinco mil seiscientos setenta ($ 5.670). Que a los fines de evaluar lo peticionado, cabe resaltar que el actor acompaña a fs. 10 un presupuesto de “Grand Mix” por la misma suma que solicita por el rubro en análisis. Asimismo, debo señalar que tal presupuesto no ha sido reconocido por la Sra. María Teresa Moavro, toda vez que el propio accionante desistió de dicha prueba, según constancias de fs. 245. Así las cosas, debo atenerme a lo expuesto por el perito ingeniero mecánico, quien ha efectuado un costo estimado de la reparación del vehículo a la fecha del hecho (ver fs. 226 vta). Para ello, ha tenido en cuenta el costo de los repuestos, mano de obra de chapa, mano de obra de pintura, mano de obra de mecánica y mano de obra de varios, dando un total de reparación de pesos cinco mil cuatrocientos cuarenta ($5.440), por lo que no estima que el valor presupuestado fuera elevado. En igual sentido, el perito ha considerado que dicho valor incluye la reposición de: paragolpes delantero, guardabarros delantero derecho, ambas ópticas, faros de giro, mascara de frente, parrilla, moldura, soporte de paragolpes, cierre de capot, radiador de agua, paletas ventilador, como así también de chasis, travesaño de frente, vano motor, ambas puertas (escuadrado) y escuadrado completo de carrocería, zócalo, piso y umbrales de puertas, desmontaje de partes o accesorios de motor, reparación de electricidad e interior. Por ello, siendo que la pericia realizada no ha sido objeto de impugnaciones por las demandadas entiendo que corresponde fijar por este rubro el monto estimado por el perito. En consecuencia, por daños materiales cabe reconocer la suma de pesos cinco mil cuatrocientos cuarenta ($ 5.440). Privación de uso: El accionante reclama por éste rubro indemnizatorio la suma de pesos mil doscientos ($ 1.200). Lo que se trata es de indemnizar lo consistente en las incomodidades, molestias, pérdidas de tiempo y demás vicisitudes a que el titular de un automotor se verá sometido en todos los planos de su vida diaria como resultado de los perjuicios y daños materiales ocasionados al rodado, y de todo lo cual, en alguna medida, será sustraído de su uso y goce, ahora interrumpido por su indeseada y forzosa privanza. La sola privación del uso de un automóvil representa para el dueño un perjuicio indemnizable, no siendo impedimento para ello la falta de recibos o documentos probatorios ya que se presume, en principio, que quien tiene y usa un automotor lo hace para llenar una necesidad (CC 202 LP, B 67006 RSD-142-89 S 12-12-1989, Carátula: Olmos Metalúrgica S.C.A. c/Ortíz, Hipólito y otro s/Daños y perjuicios). En consecuencia, acreditada que la mera privación del vehículo en virtud del siniestro acaecido en autos genera un daño indemnizable, corresponde fijar el quantum indemnizatorio en el presente rubro. Para la determinación del monto indemnizatorio juega el destino de uso y el lapso de indisponibilidad; pero la indemnización procede por la sola circunstancia de haberse visto impedido de usar el vehículo, con independencia de la actividad lucrativa asignada. Esto cuenta para graduar el monto indemnizatorio, que es debido aún cuando se lo use con fines meramente placenteros (conf. CC0001 MO 25330 RSD-205-90 S 4-9-1990 autos Farenci, María D. c/Empresa del Oeste s/Daños y perjuicios). El perito señala que el período de inmovilización del rodado en virtud de los daños sufridos es de 14 días hábiles, siendo que dicha respuesta tampoco ha sido impugnada por las partes. En igual sentido debo tener en cuenta que la testigo Margarita Isabel Mamani al ser interrogada acerca de si sabía el uso que el actor le daba a su rodado, la misma refiere que “era para trabajar”, y que dicha información la sabía por comentarios del actor y de sus padres. Que atento lo expuesto, entiendo que el monto reclamado por dicho rubro resulta acertado, teniendo en cuenta que el mismo utilizaba su rodado para ir trabajar diariamente, por lo que procedo a fijar por el rubro de privación de uso la suma de pesos mil doscientos ($1.200). Desvalorización venal: El actor solicita por este rubro la suma de pesos ochocientos ($ 800). A su vez, el perito ingeniero al ser consultado al respecto el mismo respondió que si bien un vehículo que protagoniza un accidente se ve expuesto a un desgaste superior al que proviene del uso normal y habitual, como así también que las tareas a realizarse en cuanto a reposiciones y reparaciones de piezas dejaran secuelas que serán notorias en mayor o menor grado, según el alcance y magnitud de la deformaciones, calidad de repuestos y mano de obra utilizada, considerando la edad del rodado y que no sido el mismo factible de inspeccionar no podía otorgar desvalorización en este caso. Que atento lo manifestado por el perito y puesto que el mismo no inspeccionó el daño pretendido mal puede considerarse probado. Por lo expuesto anteriormente no doy por probada la pérdida de valor venal pretendida por el actor por lo que estimo apropiado rechazar el rubro en cuestión. VI.- En tanto a los intereses de las sumas reconocidas conforme lo peticionara la actora en su escrito de demanda cabe destacar que la deuda de responsabilidad –cuyo incumplimientos constituye la fuente de los intereses- es previa a la resolución jurisdiccional que la reconoce. Los daños cuya reparación se persigue por medio de esta acción judicial se han producido en forma coetánea con el hecho ilícito motivo de la litis, entonces la obligación del responsable de volver las cosas a su estado anterior y de indemnizar los restantes perjuicios sufridos ha nacido a partir del momento en que tuvo lugar el obrar antijurídico. Si en esa oportunidad nace el deber de reparar los perjuicios, como contrapartida, surge el derecho del damnificado a ser indemnizado; y ello es así independientemente de que el actor hubiere efectuado o no erogaciones previas al dictado de la sentencia. En efecto, a poco que se observe que los intereses tienen por finalidad compensar al acreedor la indisponibilidad del uso de su capital, se advierte que si éste es debido desde el momento en que se produjo el daño (o lo que es lo mismo, desde que el damnificado se hallaba habilitado a reclamarlo), no existe motivo alguno para computar aquellos en forma diferente. En consecuencia, corresponde hacer lugar a los mismos a la tasa que pague el Banco de la Provincia de Buenos Aires por los depósitos a treinta días debiendo liquidarse desde la fecha que el hecho tuvo lugar hasta su efectivo pago (art. 622 del Código Civil, art. 7 y 10 ley 23.928 modificado por la ley 25.561 y 5 de la ley 25.561). VII.- Con respecto a la pluspetitio inexcusable planteada por la demandada Municipalidad de Malvinas Argentinas en su contestación de demanda, cabe destacar ante todo que hay pluspetición cuando la pretensión excede los límites del derecho reconocido en la sentencia (conf. Fenochietto-Arazi "Código Procesal Comentado", Tomo I, pag.282), no configurándose por la sola desproporción entre lo reclamado y las condenaciones de la sentencia. Ahora bien, no resulta fácil sentar un principio general respecto de cuál es la proporción que debe darse para que se configure la pluspetición, máxime si se trata de valores de difícil determinación por las partes, o si los montos dependen del arbitrio judicial, pues la mera diferencia entre lo reconocido y lo reclamado no basta para configurarla. Ello sin perjuicio de que la dificultad que pueda presentar la exacta determinación entre el daño sufrido y el monto pretendido no exonera al reclamante de realizar una labor que permita establecer la razonabilidad del quantum de su pedido, pues, de lo contrario, el exceso podría resultar injustificado e injustificable (Villagrán, Santiago, "Pluspetición inexcusable", LL.C, 11) Teniendo en cuenta el monto reclamado en la demanda y la prueba producida en autos, considero que no se configuran en autos los presupuestos de existencia de la pluspetitio.VIII.- En cuanto al tema de las costas atento el resultado al que se arriba, las mismas serán impuestas en el orden causado (art. 51 inciso 1 del C.C.A.), toda vez que no surgen de autos que se hubieran presentado las excepciones a que se refiere el inciso 2 apartado b) del citado artículo. Por todo lo precedentemente expuesto, RESUELVO: I.- Rechazar el planteo de inconstitucionalidad efectuado al artículo 14 párrafo 1º del C.C.A.II.- Hacer lugar parcialmente a la demanda por daños y perjuicios incoada por el Sr. Horacio Ezequiel Mendez contra Volquetes Urom S.H. y la Municipalidad de Malvinas Argentinas por los motivos expuestos en los considerando precedentes, atribuyendole el 70 % de responsabilidad en el accidente de marras a la empresa de volquetes UROM SH y el 30 % a la demandada Municipalidad de Malvinas Argentinas. III.- Condenar a Volquetes Urom S.H. y a la Municipalidad de Malvinas Argentinas a abonarle al actor la suma de pesos cinco mil cuatrocientos cuarenta ($5.440) en concepto de daños materiales y la suma de pesos mil doscientos ($1.200) en virtud de la privacion de uso del rodado como consecuencia del accidente de marras, ello conforme a la resposabilidad atribuida en el punto I de la parte dispositiva, sumas a las que deberá adicionársele la tasa de interés que pague el Banco de la Provincia de Buenos Aires por depósitos a treinta días, desde l a fecha en que el hecho tuvo lugar (14/04/2005) hasta su efectivo pago (art 622 CC y arts 7 y 10 Ley 23.928, modif por ley 25.561 y 5 de la ley 25.561). IV.- Rechazar la indemnización por desvalorización venal del rodado por los motivos expuestos en los considerandos V.- A efectos del cumplimiento de la presente, la misma deberá serlo en el plazo de SESENTA (60) DIAS contados desde que quede firme el auto de aprobación de liquidación (arts. 63 C.C.A. y 163 de la Constitución Provincial). VI.- Atento lo resuelto en los puntos que anteceden, las costas se imponen en el orden causado (art. 51 inc. 1 del C.C.A.), difiriendo la regulación de honorarios para la oportunidad establecida en el artículo 51 de la Ley 8.904. VII.- REGISTRESE. NOTIFIQUESE POR SECRETARIA.-