José Antonio Santiago y Miriam López

Anuncio
LOS HUMEDALES DE MONTAÑA ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL
José Antonio Santiago Lastra1 y Miriam López Carmona2
2
1
Profesor investigador. Universidad Intercultural de Chiapas.
Encargada del área de capacitación y formación académica. Biodiversidad: Conservación y Restauración, A. C.
MEXICO
Introducción
Los ecosistemas de humedales son áreas con agua permanente o temporal
con una profundidad menor a 6 metros. Incluyen ciénagas, pantanos, estanques
lagunas, arroyos de poca profundidad y esteros marinos. En ellos se han adaptado
asociaciones particulares de vegetación y fauna (Möller y Muñoz, 1998).
En la micro cuenca de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México se
presenta un tipo de estos ecosistemas denominado “Humedales de Montaña” los
cuales son raros no sólo en Chiapas sino en todo el mundo. Estos humedales se
alimentan de los escurrimientos del bosque cuando llueve, de los ríos y de las
redes de agua subterráneas. El 1 de febrero de 2008 mediante el decreto No. 137
publicado en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Chiapas el Honorable
Congreso del Estado declara Área Natural Protegida con el carácter de Zona
Sujeta a Conservación Ecológica 225 hectáreas. Denominándola “Humedales de
Montaña La Kisst y Maria Eugenia” (Periódico Oficial, 2008). De los cuales 35.7
Ha. fueron designadas como Humedal de Importancia Internacional y registradas
en la lista de la Convención Ramsar con el número 1787 el 2 de febrero de 2008.
En ellos se presenta una gran diversidad de flora (representada principalmente por
hierbas) y fauna (anfibios, reptiles, peces y aves).
Una evaluación reciente de su riqueza florística ha mostrado el
reconocimiento de por lo menos 92 especies de plantas pertenecientes a 34
familias (Galindo et al., 2008). En dicho estudio se describe la presencia de
especies muy abundantes, que sólo crecen en sitios con agua permanente, como
son Eleocharis albibracteata, Vulpia bromoides y Typha domingensis. Otras
especies (11) abundantes pero no recurrentes en agua permanente son: Ambrosia
cumanensis, Cyperus niger, Juncus ebracteatus, Trifolium repens, Cuphea
hissopifolia y Centella renifolia Urban. Sin embargo, la mayor parte de las especies
son escasas o muy escasas (36 y 43 especies respectivamente) como Escobedia
lavéis, Sisyrinchium convolatum, Prunilla vulgaris, Polygonum punctatum, Cuphea
eaquipetala, Sonchus aspera, Cosmos bipinnatus, Dortmannia cardenalis,
Ipomoea orizabensis, Castilleja arvensis, Plantago australis, Mimulus glabrata y
Berula erecta.
Dentro de los sistemas de humedales la Kisst y Maria Eugenia, se
encuentra el pez endémico (Velázquez, 2001) al que comúnmente se conoce
como "popoyote" (Profundulus hildebrandi) y el chipe cabeza plateada (Ergaticus
versicolor), también endémico de la región y que se encuentran en peligro de
extinción. Las poblaciones de ambas especies están disminuyendo drásticamente.
Esta conclusión se basa principalmente en la tendencia del hábitat disponible, que
ha desaparecido en un 70% entre 1950 y 2000 (Velázquez y Schmitter, 2004). Así
mismo, bajo la categoría de amenazadas se ubica el tecolote ocotero (Otus
barbarus) y sujetos a protección especial se encuentran: la ranita arborícola
(Plectrohyla pycnochila) y la rana ladrona (Eleutherodactylus glaucus). De igual
forma, como endémicas del área se encuentran: el abaniquillo adornado de
Chiapas (Anolis anisoleppis), el dragoncito de labios rojos (Abronia lythrochila), la
nauyaca tsotsil (Cerrophidion tzotzilorum), la culebra ocotera (Adelphicos
nigrilatus) y el dominico corona negra (Carduelos atriceps). Pero también es
refugio de aves residentes y migratorias, sobretodo de las anátidas, como la
cerceta ala azul (Anas discors), que utiliza esto humedales como punto de
descanso o parada durante su recorrido migratorio (Periódico Oficial, 2008). Se
estima que son visitados cada año por más de 100 especies de aves migratorias
que se trasladan de Norteamérica hacia Sudamérica.
Los servicios ambientales más importantes que prestan estos ecosistemas
de humedales son los de captar, filtrar, almacenar y proveer de agua. De ahí su
enorme importancia para el ser humano y el medio ambiente (López et al., 2008).
Pero también cumplen múltiples funciones ambientales y proporcionan al hombre
otros bienes y servicios.
De los ecosistemas de humedales depende cerca del 25% de la
productividad neta del planeta, son además, reservorios de biodiversidad y áreas
de cría y refugio de diferentes especies. Los recursos naturales de estos sistemas
acuáticos, también pueden servir para el desarrollo de numerosas actividades
humanas, como la pesca recreativa, el aprovechamiento de la fauna silvestre, el
pastoreo, la agricultura, la actividad forestal, la recreación y el turismo. Siempre y
cuando exista un manejo sostenible de dichas áreas. Existen otros servicios que
representan valores culturales, espirituales e incluso éticos, vinculados a las
creencias, al placer de observar a los seres vivos y paisajes naturales.
Los humedales también ayudan a regular las condiciones climáticas locales,
pues el desecamiento de áreas que se inundan contribuye a la disminución de
humedad ambiental y aumenta la variación climática, produciendo días muy
calidos y noches muy frías. Además, ayudan a disminuir los efectos del cambio
climático, ya que se estima que los humedales pueden capturar hasta el 40% del
carbono terrestre. Es así, que sirven de importantes sumideros de carbono y
liberación de oxígeno a través de la fotosíntesis. Sin embargo, la desecación de un
humedal se traduce en la liberación sobretodo de metano, el cual tiene un efecto
mayor que el bióxido de carbono como gas de invernadero.
Los humedales desempeñarán todavía otra función como defensas de
primera línea de las zonas costeras e interiores cuando los países enfrenten los
efectos plenos del cambio climático (Santiago et al., 2008):
 Huracanes más fuertes provocando inundaciones en las costas.
 Sequías y ondas de calor más prolongados favoreciendo los incendios
forestales y la desertificación.
 Tornados más intensos.
 Frentes fríos provocando lluvias constantes en las partes altas de las
cuencas e inundaciones en las partes bajas.
Sin embargo, los humedales de montaña aparecen como ecosistemas muy
vulnerables ante la crisis de la actual civilización, la cual están repercutiendo
sensiblemente en la degradación paulatina de sus componentes y alteración de su
funcionamiento.
Los problemas más importantes que enfrentan son: La expansión de la
agricultura y ganadería que reemplaza la vegetación natural por especies
introducidas, compacta la tierra impidiendo la infiltración del agua hacia el
subsuelo y contamina por el uso inmoderado agroquímicos. La sobreexplotación
de los recursos por aprovechamiento excesivo de la vida animal y vegetal
ocasionando la disminución y la extinción local de ciertas especies y la extracción
excesiva del agua. La contaminación urbana dado que muchas áreas de
humedales son receptoras de basura y desechos urbanos e industriales, que
ocasionan un serio deterioro de estos ecosistemas. También el desarrollo de
infraestructura, que en el caso de San Cristóbal de Las Casas, en la última década
se ha presentado un acelerado y desordenado crecimiento urbano, que ha
provocado el cambio de uso del suelo, el relleno de humedales, la contaminación
de arroyos, la deforestación de bosques y la extracción del material pétreo. Por
último, la pérdida y fragmentación del ecosistema; antes de la llegada de los
españoles la micro cuenca de San Cristóbal era un gran humedal y se estima que
desde la fundación de la ciudad, en 1528, se han perdido casi el 90% de su área
original (López et al., 2008).
Recomendaciones y conclusiones
Algunas acciones contempladas para proteger los humedales son: Crear
normas para decretar reservas de humedales y preparar los planes de manejo,
conservación y restauración. Realizar campañas de educación ambiental, así
como reconocer la necesidad de proteger la diversidad genética de las especies
florísticas y faunísticas de los humedales para asegurar el equilibrio de los
procesos evolutivos, ecológicos y revertir el deterioro ambiental, de esa forma, se
estimulará la conservación, la restauración y aprovechamiento sostenible. Mayor
entrenamiento técnico y profesional de las personas encargadas de la
administración del recurso. Dar más apoyo a proyectos pilotos y de demostración
en manejo de zonas de amortiguamiento, los cuales buscan un equilibrio entre las
necesidades de la población local y la integridad del ecosistema. Fomentar la
máxima participación de la población local en el planeamiento y ejecución de
programas de conservación de humedales. Fomentar la cooperación entre el
gobierno y grupos no gubernamentales con el propósito de compartir experiencias
y recursos (López et al., 2008).
El uso y conservación de los humedales de montaña para el desarrollo de la
región, depende del equilibrio que se encuentre para satisfacer las necesidades
humanas y el mantenimiento de la integridad ecológica de estos ecosistemas.
Además, se requiere contemplar a los humedales de manera conjunta con los
sistemas forestales presentes en las montañas cercanas a ellos ya que presentan
una estrecha relación.
Literatura citada
Galindo, L.; Martínez, M.; López, M; Camacho, A.; Ramírez, N. y J. Santiago
(2008) Humedales de Montaña en Chiapas: Reconocimiento de la flora y
avifauna asociada. Impresos Net Print. México. 63 p.
López, M.; Santiago, J.; Camacho, A.; Galindo, L. y M. Martínez (2008) Los
humedales de montaña de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Gaceta
UNICH 3(11): 8-10
Möller, P. y Muñoz, A. (1998) Humedales y educación ambiental. Editorial CEA/
UICN. 110 pp.
Periódico Oficial. Tomo III, Número 78. Órgano de difusión oficial del estado libre y
soberano de Chiapas. Secretaria de Gobierno de Chiapas. 01 de febrero de
2008.
Santiago, J.; López, M. y S. López (2008) Tendencias del cambio climático global
y los eventos extremos asociados. Ra Ximhai 4(3): 625-633
Velázquez, E. (2001). Conservation status of Profundulus hildebrandi Miller
(Teleostei: Profundulidae) in the face of urban growth in Chiapas, Mexico.
Tesis de Maestría en Ciencias. El Colegio de la Frontera Sur.
Velázquez, E. y Schmitter, J. (2004). Conservation status of Profundulus
hildebrandi Miller (Teleostei: Profundulidae) in the face of urban growth in
Chiapas, Mexico. Aquat. Conserv. Mar. Freshwat. Ecosyst. 14: 201-209.
Descargar