Chávez y Venezuela, ¿esperamos hasta que Bush venga por nosotros uno por uno?

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1. Chávez y Venezuela, ¿esperamos hasta que Bush venga por nosotros uno por
uno?
„Cuidado con el hombre bestia, porque es el peón del diablo. A solas entre los primates de Dios, mata por
deporte o por avaricia. Sí, asesinará a su hermano para apropiarse de la tierra de su hermano. No dejen que se
reproduzca en cantidades, porque hará un desierto de su casa y la tuya. Esquívalo. Mándalo de vuelta a su
madriguera en la selva: Porque es el precursor de la muerte.“
Dr. Zaius, El Planeta de los Simios (1968).(1)
Aquí en Venezuela, ¿cómo nos afectará esta vez la repentina aparición del fantasma creado por la CIA, del
terrorista Osama bin Laden? Pongamos atención a este horrendo panorama transhistórico actual. (2)
Es sencillamente increíble cómo la esclavitud, el feudalismo y el capitalismo (incluyendo sus versiones
modernas ‘socialistas real existentes’ y ‘nacional socialistas’ que forman los dos lados de la misma moneda
imperialista) a través de una superestructura de tipo amo-esclavo que se ingenió ya hace dos milenios, han
logrado fabricar diversas religiones mundiales, ideologías globales, mentiras sociales y engaños individuales los
cuales han capturado, desactivado, decapitado, controlado y manipulado
____________________________________
(1) http://es.wikipedia.org/wiki/Ei_pianeta_de_ios_simios _(1968), 05/03/2007.
(2) http://www.aporrea.org/actualidad/al9l08.htmi, 25/01/2006.
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las mentes y los corazones de millones de esclavos, campesinos y siervos, de millones de trabajadores físicos e
intelectuales modernos, convirtiéndolos en ovejas con tal grado de aceptación espiritual, que incluso reproducen
su propia miseria y su futura extinción, que es la explotación económica, la dominación política, la
discriminación social, la militarización genocida y la alienación humana total.
El nefasto resultado de todo esto es, que la mayoría absoluta de una población mundial de más de seis mil
millones de seres humanos que están sometidos al proceso moderno de socialización y educación, simplemente
han tragado la carnada con todo y anzuelo e incluso tiburón envenenado, han creído casi todos los engaños y las
mentiras de sus amos de los últimos milenios y hasta el día de hoy siguen sirviendo a los intereses de la clase
dominante que perpetúa sistemáticamente la ignorancia, la esclavitud, la miseria y la pobreza.
Tal y como les pasó a Lenin, Trotsky y Stalin, en caso de que los EE.UU. lograsen tumbar el gobierno
bolivariano de Chávez y que la humanidad sobreviviera unos cien años más, a los estudiantes de historia de las
futuras generaciones se les enseñaría que Chávez fuera un gran ‘tirano’ y ‘dictador’ venezolano. Quizás nunca
llegarían a saber quién era Chávez en realidad y qué fue lo que la Revolución Bolivariana trataba de conseguir
en América Latina.
De hecho, parece que incluso muchos venezolanos todavía no tienen idea cuán fantástico y excepcional es el
presidente que tienen. En contraste, ¡basta imaginarse a un Pedro Estanga o Gustavo Cisneros como presidente,
sumergidos en ríos de sangre inocente!
Sin embargo, seamos optimistas y adoptemos una visión más amplia de nuestro sendero revolucionario, de
nuestro ‘paseo a la libertad nada fácil’ como dijera Nelson Mandela.
Desde el comienzo, los habitantes de la Grecia Antigua que sembraron la semilla de lo que posteriormente sería
el capitalismo ‘civilizado’ y cristiano, aun cuando desconocían el racismo en su versión blanco versus negro,
practicaban una discriminación social contra los ‘bárbaros del norte’, que eran las futuras ‘razas’ teutónicas y
anglo-sajonas. Esas raíces históricas del prejuicio racial
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y de la discriminación social e inclusive religiosa, penetrarían luego la ideología capitalista europea, pero
también la teoría socialista temprana. Así es como en 1848 se nos llegó a calificar a nosotros, a nuestros
continentes y a nuestros países como ‘bárbaros’ y ‘semibárbaros’ en el más famoso escrito de Carlos Marx y
Federico Engels, el Manifiesto Comunista. Todas esas concepciones despectivas se nos las transmitieron
directamente a través de la conquista, la educación colonial y el imperialismo cultural.
Entre las grandes mentiras y los grandes engaños que sacudieron a nuestras almas y alienaron a nuestras mentes,
contaban los cuentos de hadas sobre la exclusividad divina, judío-cristiana y la superioridad y pureza racial de
los europeos, como por ejemplo el cuento religioso de que los africanos fuéramos descendentes de tercera clase
del personaje bíblico, Ham, ‘quien vio la desnudez de su padre’ y quien fuera vergonzosamente ‘degradado’ a la
categoría’menos importante’ de la existencia humana. De esta manera nosotros, los africanos, hemos sido
reducidos a ‘portadores de agua y leñadores negros’, a esclavos para nuestros amos blancos. El sionismo
moderno ha continuado esta tradición con respecto a la supuesta inferioridad racial de los palestinos. Todas
estas mentiras y cuentos de hadas inventados a lo largo de la historia que han sido enseñados a nuestros hijos
por infinidades de generaciones, han generado lo que hoy está culminando en la actual ideología racista de tinte
fascistoide a nivel mundial y lo que nosotros denominamos el ‘globofascismo’.
Otra gran mentira arrogante, diseñada y diseminada específicamente para justificar la supuesta superioridad
cultural europea y norteamericana, fue la del ‘descubrimiento’ del ‘Nuevo Mundo’ por Cristóbal Colón. Se les
ha enseñado y se les sigue enseñando esta barbaridad a miles de millones de niños en todas partes del mundo a
sabiendas que la realidad histórica ha sido otra.
Entre otras fuentes, en la biblioteca del Vaticano se encuentra evidencia histórica que siglos antes de Colón,
flotas africanas navegaron a Centroamérica y que Colón utilizó los conocimientos de navegación y rutas
marítimas de los africanos. Sabía exactamente en qué dirección navegar y qué esperar, así que no había nada
que
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‘descubrir’ en absoluto; ni siquiera había que temer por las vidas de su tripulación ya que en realidad no existía
peligro de malas sorpresas como el de caerse de los pilares de Hércules y aterrizar directamente en el infierno.
Hasta el día de hoy, en América Latina con la excepción de Venezuela, todavía celebramos el ‘día de la raza’ en
agradecimiento de que al fin la inquisición católico-cristiana nos ‘descubrió’, nos colonizó y nos pacificó
trayéndonos un Salvador celestial de ojos azules y cabello rubio. Sin embargo y en cuanto a este último hecho,
también en Venezuela, hoy más que nunca, seguimos defendiendo la imposición europea de una religión
monoteísta, cristiana, católica, discriminatoria y despectiva de la mujer, con nuestras propias vidas si fuese
necesario, y seguimos aferrados a este ‘alma de un mundo sin alma’ como la denominara Marx, made in
Europe. Es un hecho histórico contundente que la religión cristiana, católico-romana, ha sido una incubadora
para toda clase de engaños que se fabricaron y se siguen fabricando para que los pobres del mundo aguanten su
‘destino’ y para que jamás se les ocurra soñar con el cielo en la Tierra, que está reservado para el club exclusivo
de las clases dominantes.
En este sentido y para combatir las mentiras, necesitamos urgentemente desempolvar nuestra memoria histórica
y refrescarla; así que no importa lo que Bush tenga en mente, que en Venezuela estemos conscientes y lo
suficientemente maduros para emprender una’misión conciencia y lucha histórica de clases’, es decir,
una’Misión Marx’ para afilar nuestras armas contra el capitalismo e imperialismo. Sin ésta estaremos
condenados, esta vez sí, al más implacable sometimiento bajo el yugo de las eternas clases dominantes, por
medio de un ‘post capitalismo’ computarizado, automatizado y globofascista; nuestra subyugación será total, el
engaño y la mentira insuperable, y el control de nuestras vidas, universal. Hasta microchips nos implantarán al
nacer, para convertirnos en semi-autómatas; en Suiza los perros ya los tienen y en EE.UU. los extranjeros que
visitan a este ‘país de las mil posibilidades’ en búsqueda de’diversión’, pronto serán localizables vía satélite y
con ayuda del sistema de posicionamiento
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global donde sea que anden, a través de un chip en sus documentos de identificación.
Además, a lo largo de este proceso de destrucción de nuestras facultades racionales y de lo que queda de
nuestros ‘factores psi’ (3), seremos sometidos al control mental directo, esto es, se nos manipularán nuestros
cerebros a través de ondas electromagnéticas como aquellas con las que se están experimentando en proyectos
como HAARP (4). También y conforme a los requerimientos ‘patrióticos’ de los ‘Patriot Acts’ y sus futuras
enmiendas y aplicaciones, nuestros hijos servirán de conejillos de india en experimentos del Pentágono al mejor
estilo de Mkultra (5), en combinación con el implante de microchips y la ingeniería genética, para la creación
del nuevo súper-soldado perfecto e invencible. ¡Y todavía, al igual que en la Alemania nazi, la mayoría de los
norteamericanos que viven en el propio centro del globofascismo, no ven ni escuchan nada!
Por cierto, George Orwell y Aldous Huxley se volcarían en sus tumbas ante tales realidades que superan con
creces lo imaginado y advertido por ellos, no sólo en los EE.UU. sino también en el resto del mundo. Así es
como por decreto de los EE.UU. se les impusieron a los europeos los pasaportes con datos biométricos, los
cuales, dentro de un futuro no muy cercano, incluirán un escaneo del iris ocular, requisito sin el cual ningún
europeo podrá viajar o ingresar al país de las posibilidades infinitas, EE.UU. Los latinos, de todos modos, ya
estamos en la lista de los terroristas y con o sin escaneo de iris, no nos quieren ver allá.
De verdad, esta vez lo que nos enseñará el Hermano Mayor no serán precisamente historietas bíblicas, ni
tampoco lecciones sobre cómo mejor arrodillarnos frente a la cruz o cómo besar rosarios y estatuas de yeso o
piedra, ni cómo postrarnos ante los papas divinos.
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(3) Se trata del llamado ‘séptimo sentido’, una facultad del cerebro de comunicación o relación ‘directa’,
también denominada ‘intuitiva’ con las cosas.
(4) High Frequency Active Aurora¡ Research Programme o Programa de Investigación de Aurora Activa de
Alta Frecuencia. Un proyecto financiado por la Universidad de Alaska, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y
la Marina en función de „entender, simular y controlar los procesos ionosféricos que podrían cambiar el
funcionamiento de las comunicaciones y sistemas de vigilancia“, según su justificación oficial. Recomendamos
la lectura de http://www.meteored.com/ ram/numero12/haarp.asp, 03/04/07.
(5) Nombre código de un famoso proyecto de la CIA, relacionado con la manipulación del cerebro y el control
mental.
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Esta vez nos diezmarán brutalmente por los millones, nos mostrarán ‘bellas nubes’ de forma de hongo encima
de nuestras ciudades, nos mostrarán impresionantes ‘fuegos artificiales’ encima de Islamabad, Beijing, Teherán
o Caracas.
En la secuencia de mentiras, falsificaciones de la historia y fabricaciones figuran también los montajes
científicos que se inventaron durante la Guerra Fría, en medio de la carrera armamentista de los súper poderes y
la conquista militar del espacio después de la Segunda Guerra Mundial, intra-imperialista. Así es como se
propagaron falsedades como la que dice que el ruso Yuri Gagarin era el primer hombre en el espacio, o la que
‘mostró’ en las pantallas de televisión de millones de seres humanos estupefactos, cómo el norteamericano Neil
Armstrong fue el primero en poner sus pies en la superficie de la luna. En el primer caso, fue Sergei Vladimir
Ilyushin júnior, el primero en volar alrededor del planeta y casi se mató en el posterior aterrizaje forzoso en
China; en el segundo caso, fueron los mismos rusos que pusieron en duda el que Armstrong realmente hubiera
caminado en la luna y los que sospecharon que más bien fue el protagonista de un ‘teatro astral’ en una película
al estilo Hollywood, que se grabó en el desierto de Nevada, en Paradise Ranch, Watertown Strip, Área 51, la
base militar secreta que fuera fotografiada en una ocasión y por accidente por los astronautas del Skylab
norteamericano. Si se comparan las fotografías de esta área con aquellas que se tomaron supuestamente en la
luna, se descubren similitudes asombrosas. Es que los think tank yanqui realmente nos pueden echar cualquier
cuento y nosotros se lo creemos en seguida, sin pensar dos veces.
En tiempos antiguos eran los colonizadores europeos que nos ‘informaron’ sobre la realidad terrenal y el Más
Allá divino; hoy día son las clases dominantes de los países industrializados y ‘avanzados’, específicamente la
clase dominante de Norteamérica y sus medios de comunicación masivos o mejor dicho propagandísticos a
escala mundial. Así es como en este momento, el engaño más grande de todos los tiempos que incluso hace
sombra al Incendio del Reichstag y a Pearl Harbor, es el fantástico cuento árabe de mil y una noche de la
administración Bush sobre los ataques terroristas del 11 de
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Septiembre de 2001 en suelo norteamericano. Desde aquella fecha, inventado y pintado en su cueva a imagen y
semejanza de la CIA, el fantasma de Osama bin Laden recorre el mundo y aparece según dicten las
conveniencias y requerimientos de la administración Bush, para distraer la opinión pública norteamericana de
los verdaderos asuntos de interés público y mundial.
Tal como creen ciegamente en dios y el diablo, en el cielo y el infierno, de la misma manera miles de millones
de personas manipuladas sin criterio propio alguno ni tampoco sentido crítico, devoran diariamente las
`noticias’ de los grandes medios de comunicación, creyendo que lo que dicen es la `verdad absoluta’, tan
cristalina como la `palabra de dios’. De vez en cuando, el Pentágono pone a prueba a la opinión pública
mundial, lanzando la historia infinita del `Regreso de bin Laden’ y averiguando si ésta todavía está `en la onda’,
es decir, sintonizada con el holocausto mental que ha destruido cualquier duda, cualquier pensamiento crítico.
De verdad, este grado de control mental es aterrador, esta destrucción del pensar y de los procesos de reflexión,
de la esencia y existencia humana misma, es más que preocupante. En los países metropolitanos el factor
sujetivo está desvaneciendo y ya no queda ni un pellizco de fibra humana a la que se pueda apelar; en las
grandes ciudades encontramos miles de robots, autómatas y zombis que forman una espantosa `masa solitaria’.
De manera progresiva van desapareciendo el sentimiento humano, la conciencia social, la conciencia de clase,
la lucha de clases y con ello la posibilidad de una emancipación humana global. Salvo algunos ‘locos’, ya nadie
parece ser capaz de registrar este peligro fatal, la inmensa magnitud del daño mental global, en otras palabras, la
alienación humana total.
Sin embargo y aquí en nuestras latitudes, la alienación no es total aún. Entre el 11 y el 14 de abril del año 2002,
durante el fracasado golpe de Estado, se reveló en las calles de Caracas y en Venezuela entera un gran y
auténtico sentimiento revolucionario y de amor en defensa de un líder quien fuera tildado de ‘tirano’ y
`dictador’ por los fabricantes de mentiras de oficio. Como en ninguna otra parte del mundo, de manera masiva,
espontánea y por los millones, este
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sentimiento revolucionario popular latinoamericano se hizo presente aquí en Venezuela, y se está despertando
también en Bolivia y en otras partes de Nuestra América; es el espíritu rebelde popular de José Martí, de Simón
Bolívar, del Che Guevara. No dejemos que disminuya, no dejemos que el triunfalismo amenace a esta dinámica
hermosa, no permitamos que nos volvamos indiferentes, que nos alcance el control mental
contrarrevolucionario. No toleremos que la corrupción, combinada con la ineficiencia sofocante de la
burocracia estada¡, erosione el apoyo de la base popular, de las propias clases bajas hacia la Revolución
Bolivariana.
Es cierto el hecho de que nos encontramos en el epicentro de la peor guerra psicológica en el planeta Tierra de
todos los tiempos: es la guerra imperialista y corporativa que se emprendió para aniquilarla contradicción, la
negación, la diferencia, la resistencia, la dialéctica, la conciencia, la auto-conciencia, la soberanía y la
quintaesencia viviente de la propia especie humana.
Materialmente hablado, hay suficiente asistencia económica para casi cualquier cosa que se pueda imaginar,
pero cuando de la liberación y la protección de la sagrada mente humana se trata, cuando se quiere contrarrestar
la actual fase de la ruina intelectual y cuando se necesita parar el holocausto mental, entonces no hay recursos
suficientes por parte de nuestros ministerios de educación y de información para solucionar este inmenso
problema.
De hecho, cuando se trata de las clases desposeídas, ya desde hace siglos ha sido costumbre de dejar su
dimensión espiritual en las manos de ‘Dios el Todopoderoso’, más preciso, en manos de la Iglesia con su
jerarquía establecida, con sus misioneros y sumos sacerdotes. Es cierto que hoy nuestros nuevos medios
educativos como lo son Telesur y algunas estaciones de radio y televisión, nuestras páginas web y nuestros
periódicos, han emprendido un gran esfuerzo por rescatar la mente y la conciencia de las clases desposeídas,
con información y educación veraz. Pero desde un punto de vista global, todos esos valientes esfuerzos, si los
comparamos con las armas ideológicas de nuestro enemigo de clase, sólo representan una pequeña gota sobre la
ardiente lava globofascista.
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Por otro lado, tal como hiciera la Alemania nazi en su momento, los EE.UU., para poder realizar sus planes
genocidas esbozados en documentos como el `Proyecto para un Nuevo Siglo (Norte)Americano’, tienen que
crear fantasmas, tienen que fabricar un ‘enemigo absoluto’ como lo sugieren los neoconservadores en
concordancia con su mentor, Carl Schmitt; tienen que crear ‘chivos expiatorios’ que pueden adoptar varias
formas, bien sean ‘comunistas’, ‘árabes’, ‘musulmanes’ o ‘terroristas’; tienen que crear sus peligros visibles,
llámense Castro, Hussein o bin Laden; tienen que escenificar sus montajes como el Incendio del Reichstag,
Pearl Harbor o las Torres Gemelas; todo esto para convencer a los gobiernos del mundo, a las propias
Naciones Unidas y al público mundial (sometidos al control mental) de la necesidad de destruir los ‘nidos de
terroristas’ y eliminar el ‘eje del mal’.
En realidad y como toda persona que haya conservado un mínimo de racionalidad lo sabe, toda esta guerra
psicológica es parte de la batalla por la hegemonía mundial, donde el imperialismo trata de neutralizar a otros
competidores como China o Rusia para conquistar los pocos recursos naturales y energéticos restantes como lo
son el petróleo, el gas, la biodiversidad, el agua y pronto el propio oxígeno.
Cualquier camino que apunte hacia una alternativa que contrarreste esta mortífera realidad, es bloqueado en
seguida. Tal y como sucede en el caso de Venezuela y el presidente Chávez, se invierten millones de dólares
americanos para divulgar mentiras y tergiversaciones sobre estos esfuerzos. Cualquier disidencia de la
globalización neoliberal es convertida en un mal personificado. Así es como Chávez aparece como ‘dictador’,
‘tirano’, ‘mujeriego’ con preferencia de dulces estrellas ‘cienciológicas’; y hasta han llegado a calificarlo de
‘antisemita’. También han diseminado ‘noticias’ sobre las ‘hordas violentas bolivarianas’, sobre la’falta de
respeto a los derechos humanos’, sobre el ‘desenfrenado tráfico de drogas y personas’, sobre el ‘apoyo al
terrorismo y a la guerrilla’, y sobre la ‘violación de la libertad de prensa’ en Venezuela. Por colmo han
inventado ‘presos y perseguidos políticos’, ‘ambiciones militares expansionistas’ y ‘la implantación del
Castro-comunismo’ en Venezuela. En una palabra,
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Chávez es Draco, Pontio Pilato, Nerón, Robespierre, Marx, Lenin, Stalin, Hitler, Mussolini, todos en uno y uno
en todos, un unomnia diabólico, un uno y todo satánico.
Muchas de estas caracterizaciones parecen más bien una autoproyección de las características más eminentes de
los propios acusadores y divulgadores de mentiras. Las características se parecen demasiado a la ‘democracia’
norteamericana y ala administración Bush. Esta última obliga al mundo entero de aceptar que los EE.UU. son
una especie de ‘jefe global’ omnipotente, que puede hacer lo que le da la gana, todo en nombre de la
‘democracia’ y de la ‘civilización’. Cualquier líder político, cualquier país que se rebela contra esta arrogancia y
megalomanía imperialista, de una vez figura como ‘tiranía’ y ‘dictadura’ y se le suma al ‘eje del mal’.
En los países metropolitanos del norte, ¿será que nadie se da cuenta que es precisamente esto lo que está
pasando con Chávez y Venezuela? Y nosotros en el Tercer Mundo’, ¿vamos a esperar hasta que Bush venga por
nosotros, uno por uno?
Así que el más reciente y criminal engaño imperialista corporativo es la satanización del Presidente Chávez y de
la Revolución Bolivariana a escala mundial. De esta manera el ‘imperio’ quiere eliminarla punta de lanza de un
posible renacimiento de la resistencia global masiva y popular, del redescubrimiento del socialismo científico y
filosófico, del internacionalismo proletario y de la proletarización internacional de la revolución, o sea, del
marxismo, que es la verdadera negación dialéctica del capitalismo global, de la globalización.
¿Llegará algún día el tiempo cuando todos los miembros de la OPEP e inclusive Rusia, China e India, tratarán
de parar a Washington DC, cambiándose completamente al petro-euro y negándole hasta una sola gota de
petróleo en caso de que ataque por capricho imperialista a cualquier miembro o país individual? Los
petro-dólares son la arteria principal para la economía estadounidense; aquel que se cambia a los petro-euros se
convierte inmediatamente en un blanco militar y se le aplica la política del ‘chocar e intimidar’. Así que,
¡cuidado Irán, Venezuela y China! O se actúa en conjunto, o no se podrá hacer absolutamente nada.
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¿Por qué razón el escenario de una resistencia colectiva como éste nunca ocurrirá? Simplemente, porque un
posible ‘colectivo internacional’ ha sido preventivamente desplazado por las Naciones Unidas quienes hoy son
el único organismo que podría acordar y aprobar algo de dimensiones comparables y quienes son, además, un
notorio órgano ejecutivo de la hegemonía mundial estadounidense. Aparte de esto, parar al imperio y erradicar
el capitalismo e imperialismo de este mundo no es precisamente la tarea histórica de estados, gobiernos,
instituciones o ejércitos que se basan en las clases medias y altas y en los propietarios de los medios privados de
producción. En cambio, sí es la tarea y además necesidad histórica de miles de millones de trabajadores en la
Tierra, para quienes la victoria o derrota en su lucha significa o poder del pueblo, o muerte humana, o
socialismo, o barbarie.
Esto lo sabe muy bien el complejo industrial militar estadounidense; esto es la razón de por qué los EE.UU.
quieren un ‘cambio de régimen’ en Venezuela para implantar aquí otro tipo de ‘democracia’.
Un proceso emancipador donde quiera que sea en el globo terráqueo, que no se base en los trabajadores, quienes
son los que producen la riqueza y el poder, en otras palabras, un proceso emancipador que no se base en el 90%
de los seis mil millones de habitantes de esta Tierra (que dicho sea de paso ya se han vuelto parcialmente
obsoletos en su cualidad de fuerzas de trabajo físico), no tiene futuro. Un proceso emancipatorio que solamente
se basa en una fuerza laboral infinitesimalmente pequeña como lo son los ‘trabajadores intelectuales’, quienes
junto a las máquinas y computadoras producen la mayor parte de mercancías del mercado mundial, las cuales a
su vez sólo se comercializan entre los países metropolitanos mismos, por ser no-proletario tampoco es
‘liberador’ y con ello la humanidad no tendría futuro en absoluto.
Dentro del sistema capitalista global universal la única ‘panacea’ contra todas las mentiras, los engaños y
montajes de las clases dominantes es el conocimiento práxico y filosófico, es la verdad emancipadora, es la
conciencia de clase social- histórica, es el éxodo del trabajador revolucionario creador.
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Así que la tarea inmediata de la Revolución Bolivariana es precisamente sembrar, no petróleo, sino más bien
una conciencia de clase obrera teórico-práxica, nutrir y cultivar las necesidades revolucionarias mencionadas
anteriormente. Esto significa devolver a PDVSA de verdad al pueblo, devolvérsela al poder ciudadano, al
soberano; colocar el poder político y económico, la `democracia participativa protagónica multiétnica y
pluricultural’ realmente en las manos de los trabajadores de Venezuela.
En suma, para parar todas las agresiones militares contra Venezuela (aparte de armarnos hasta los dientes y
entrenarnos en la guerra asimétrica) tenemos que declarar la guerra total a todos los vicios y crímenes
inherentes al capitalismo, es decir, a la explotación capitalista en Venezuela, a la dominación imperialista de
cualquier tipo, al racismo, machismo y sexismo, a las matanzas, al genocidio militar, a los asesinatos y los
‘caracazos’, a la ideología política y religiosa, es decir, a la alienación humana y al holocausto mental.
Esto implica también romper con la actual acumulación de dinero y de capital sin límites por parte de las clases
media y alta, parar la corrupción que representa no sólo un crimen heredado de la antigua era puntofijista sino
también un producto directo de la propia Revolución Bolivariana en su fase todavía capitalista, la cual garantiza
constitucionalmente la propiedad privada de los medios de producción y con ello toda clase de caprichos
capitalistas a expensas de los trabajadores. En fin, hay que erradicar cuanto antes la corrupción generalizada por
todos los medios disponibles y necesarios, porque de lo contrario ésta devorará a la Revolución Bolivariana, a
sus hijas e hijos conscientes, a los verdaderos revolucionarios. El peligro inmediato y potencialmente
devastador radica dentro de la propia Revolución Bolivariana, mientras que el peligro a mediano y largo plazo
sigue radicando afuera, en Washington y en el imperialismo agresivo mundial.
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