33. El Socialismo: Su Relevancia práxico-teórica

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33. El Socialismo: Su Relevancia práxico-teórica para la Revolución Bolivariana
Hoy, en Venezuela, la pregunta crucial es: ¿Qué es el verdadero camino anticapitalista hacia el socialismo?
El año pasado, en mi publicación "Misión Marx y Engels", escribí:
"Seguramente, la revolución social de Venezuela no es marxista, por eso, se llama Revolución Bolivariana,
pero, tampoco es anti-marxista y por eso también es necesario estudiar el pasado marxista para construir el
futuro bolivariano y el pasado bolivariano para construir el futuro marxista, es decir, para construir la totalidad
del socialismo, de la emancipación humana."
(http://www.franz-lee.org/files/titulo.htmi)
El martes 12 de abril de 2005, en el salón Simón Bolívar de la Universidad Bolivariana de Venezuela más de
500 personas asistieron al foro "Socialismo del Siglo XXI". Excelentes ponencias fueron presentadas por
William Izarra y Alan Woods. Lo siguiente es un aporte teórico a esta discusión socialista importantísima.
Antes de crear o inventar nuestro propio concepto del socialismo, es menester conocer las diversas teorías
socialistas científicas y filosóficas de los siglos XIX y XX, productos intelectuales auténticos de la negación
dentro del mismo capitalismo global. El socialismo no solamente es un producto histórico del capitalismo
mismo, sino parte intrínseca de la globalización del trabajo asalariado, y por consiguiente, del capital.
Construir el socialismo en Venezuela es algo sumamente serio, es la declaración de guerra total al capitalismo
actual, al
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imperialismo corporativo, y seguramente éste reaccionará con toda su fuerza violenta belicosa disponible.
He entonces aquí un resumen general de todas las teorías socialistas marxistas principales del pasado.
Después de 1789, defendiendo los intereses proletarios que también (aunque todavía no teóricamente)
encontraron su expresión n la misma Revolución Francesa, los demócratas radicales jacobinos, bajo Marat y
Robespierre, querían completar la revolución social burguesa. Así surgió la negación proletaria, la concepción
práxico-teórica de la lucha de clases, dentro de la misma Revolución francesa, que más tarde fue formulada
científica y filosóficamente n el Manifiesto Comunista de 1848 por Marx y Engels, siendo ellos mismos
fascinados de la Revolución Francesa, del capitalismo y de sus potencialidades.
Es importante notar que la Revolución Francesa capitalista, que ya comprende más de dos siglos, dentro de sí
misma, en su esencia unilateral y existencia contradictoria inherente, contiene dos II dos, la afirmación
capitalista y la negación proletaria, que forman 1 s límites de cualquier revolución social dentro del actual
sistema laboral global.
De ahí que, en un mundo completamente universalizado por la producción capitalista, explotadora, dominante,
discriminadora, militarizada y alienante, lo decisivo es saber dónde, cuándo, por qué, para qué y para quiénes se
hace y piensa la revolución social o socialista.
A fin de cuentas, no es el capital que produce el trabajo; al contrario, es la fuerza de trabajo que produce el
capital, la riqueza y el poder.
El problema principal de la Revolución Bolivariana es, q e el capital transnacional y las clases capitalistas
corporativas globales están a punto de destruir por completo la naturaleza ya agotada y de aniquilar, por
millones, las fuerzas de trabajo manuales h latinoamericanas ya obsoletas. En el pasado, fue principalmente la
fu fuerza de trabajo física humana que ha producido el gran capital que a ora amenaza al mundo, por ejemplo, a
América Latina en forma
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del ALCA. El Trabajo mismo, la Alienación per se, ha generado la acumulación del capital mundial y el
globofascismo actual.
Regresando al hilo rojo, de todos mudos, este concepto burgués radical, proletario socialista de "la revolución",
se halla en abierta contradicción ante el concepto formulado por los teóricos burgueses en vísperas de la
Revolución Francesa. La burguesía radical reveló, que una revolución social objetiva necesita de un factor
subjetivo, de revolucionarios conscientes. Irónicamente y afirmando la patria moderna, podemos decir que esto
constituyó el logro político de la burguesía radical cuando aún era joven y revolucionaria. Hoy, los
representantes modernos de la alta burguesía internacional en Miami, como los Cisneros, Mendozas y
Capriles, olvidan esto deliberadamente cuando se refieren a las actividades "dictatoriales" de los "terroristas" y
"oficialistas" en Venezuela.
De ahí que es menester notar, que la palabra y el concepto "revolución" recibió su connotación política con el
origen mismo del capitalismo. A manera de analogía, como no hay racismo sin capitalismo, ni capitalismo sin
racismo, tampoco hay capitalismo sin revolución, ni revolución sin capitalismo. La revolución es la
quintaesencia del capitalismo, es su afirmación inherente, es su conditio sine qua non de existir, de globalizarse,
de realizarse. Y viceversa, el producto histórico de la Revolución político-económica, "Franco-Inglesa"
(1789-1830) es el capitalismo, el modo de producción capitalista. Marx y Engels explicaron en el Manifiesto
Comunista que la revolución capitalista es el fons et origo del comunismo, la dinamo sistémica de la lucha de
clases.
Como ya ha sido verificado científicamente, ninguna revolución puede sobrepasar al capitalismo, ni tampoco el
capitalismo, por medio de la revolución, puede traspasar el Rubicon hacia la Emancipación creativa humana
exógena. Por eso, con todo respeto y amor a todos nuestros compatriotas, como Lenin, Trotsky, Ho Chi Minh,
Che Guevara, etc., es importante hacer notar que, de facto todas las grandes revoluciones del siglo XX, cum
grano salis, terminaron en el capitalismo mismo, el hoy globofascismo. En nuestros tiempos, como nunca antes,
el capitalismo corporativo-destructivo está
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evolucionándose, globalizándose y realizándose inexorablemente, s decir, aniquilándose.
Ante este panorama y ante la amenaza de la contrarrevolución interna, la Revolución Bolivariana tiene que
radicalizarse, y como dijo el Presidente Hugo Chávez, el único camino que queda es el socialismo, es la
revolución socialista permanente mundial. Por eso deberíamos saber con precisión lo que realmente es el
socialismo.
Es ahora o nunca que tenemos que definir y aclarar el proceso histórico real de la Revolución Bolivariana. "Este
proceso s catalogado ideológicamente como indefinido, porque no asume el marxismo como ideología
orientadora del proceso. Hay que aclarar, in embargo, que si bien no se declara marxista, tampoco se declara
antimarxista".
(Martha
Harnecker,
"Venezuela.
Una
revolución
su¡
géneris",
http://www.rebe¡ion.org/noticia.php?id=8959)
Ahora bien, veremos las teorías marxistas de la revolución: desde la Comuna de París de 1871 hasta la
Revolución de Octubre e 1917.
a Práxis-Teoría Revolucionaria de Marx y Engels
Durante la "Revolución Gloriosa" de 1688, el término "revolución"
adquirió su significado como evento político singular. La
Revolución Francesa ha demostrado que todas las revoluciones
sociales son revoluciones intencionadas. Así, al concepto "revolución"
$e le asigna un elemento político subjetivo. Esto quiere decir, que
los
revolucionarios y la conciencia revolucionaria son elementos
esenciales de una revolución social; de hecho, constituyen
prerrequisitos para ponerla en marcha. Con los antecedentes de esta
experiencia histórica de la Revolución Francesa, Carlos Enrique Marx
1818-1883) y Federico Engels (1820-1895) desarrollaron la práxis-teoría
revolucionaria del socialismo científico-filosófico, tal como
está
expresada en el Manifiesto Comunista de 1848. Esta línea de
tradición revolucionaria se expresó en Europa en 1789, 1830, 1848, 1, 1905 y 1917.
Heinz Rudolf Sonntag, en su libro "Marx y Lenin. Acerca de la Sociología de la Revolución", dice:
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'La 'cuestión social', 'el movimiento social; la revolución social', son categorías que predominan en el lapso de
1848 a 1918 y ello no puede pasarse por alto. El problema de la `revolución social' se convirtió en problema
clave. En torno a este fenómeno giraba el pensamiento del siglo XIX, sin que importara la diferente valoración
que se le daba, ni tampoco la posición que se tenía frente a él. Marx está al principio de este desarrollo, Lenin al
final. Al comienzo se concibió la `revolución social' como una parte del `movimiento social'; como más o
menos inevitable, como transformación de una situación social en otra. "
(Heinz Rudolf Sonntag; Marx y Lenin. Acerca de la Sociología de la Revolución. Caracas: U.C.V., 1974, p. 19.)
Marx formuló su teoría de la revolución socialista en los años 1840-1848 como un programa para la futura
revolución democrático-burguesa en Alemania. El rezago histórico de Alemania frente a los países burgueses
occidentales vecinos (Inglaterra, Francia) le concedía a la revolución alemana una única posibilidad histórica, la
de no sólo recuperar la "emancipación política" tal como la habían realizado los revolucionarios jacobinos en
Francia, sino de trascender hacia la "emancipación humana", superando de esta manera la contradicción entre
Ciudadano y Burgués. En el contexto de la pregunta acerca del sujeto de tal revolución cabe destacar, que no es
que Marx solamente realiza la transición de un ideólogo burgués radical a un teórico de la revolución socialista,
sino que efectúa, simultáneamente, la transición del socialismo utópico al socialismo científico, que puede
determinar y construir un puente práxico entre la critica del presente y la utopía del futuro al mostrar, cómo la
necesidad del presente reúne la confraternidad de la humanidad pensante y sufrida, liberando de esta manera a
la sociedad humana de los grillos del modo de producción burgués.
Habrá dos partidos que se encontrarán siempre unidos en un proceso revolucionario: un partido
pequeño-burgués que busca la
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terminación rápida de la revolución y un partido proletario impulsándola cada vez más hasta que todas
las clases poseedoras sean depuestas del poder y hasta que el poder estada¡ conquistado por el
proletariado y la asociación de los proletarios - no solamente en un país, sino en todos los principales
países del mundo - sea tan adelantado que por lo menos las fuerzas productivas principales se concentren
en las manos del proletariado.
Esta declaratoria de la permanencia de la revolución que entonces representaba el programa
común de la Liga de los Comunistas y de los Blanquistas contiene los siguientes criterios de la revolución
socialista:
a)
La conquista de la hegemonía del proletariado en la
revolución burguesa (históricamente rezagada).
b) La instalación de la dictadura del proletariado, es decir,
la conquista del poder estatal con fines de expropiación
y reorganización de los medios de producción.
c) La internacionalización de la revolución para lograr la
cooperación entre las sociedades dominantes altamente
desarrolladas pero dominadas por el proletariado, con
el fin de impedir que el comunismo se convirtiera sólo
en una generalización de la miseria y de la escasez
que a su vez tuviera como consecuencia y, de manera
inexorable, nuevas desigualdades, la formación de
clases y la institución de un aparato opresivo frente a
las mayorías populares.
Por lo general, acerca de la Práxis-Teoría de la Revolución de Marx y Engels, puede decirse lo
siguiente:
a) Marx fue el primer autor que describió la esencia de los cambios sociales fundamentales como el
resultado de la contradicción entre las fuerzas de producción en desarrollo y las relaciones de
producción obsoletas. En una cierta etapa de desarrollo, las fuerzas sociales materiales de
producción entran en contradicción con
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las relaciones de producción existentes, es decir, las relaciones de propiedad dentro de las cuales ellas se habían
desarrollado hasta entonces. Después de haber construido las formas evolucionistas originales de las fuerzas de
producción, estas relaciones de producción se convierten ahora en cadenas de las mismas. El resultado es que se
inicia una época de revolución social. b) Un modo de producción nunca desaparece antes de que todas sus
fuerzas productivas estén desarrolladas. Nunca aparecen nuevas y mejores relaciones de producción antes de
que las condiciones materiales de existencia, necesarias para su nacimiento, no estén ya presentes, en forma
embrionaria, en el antiguo modo de producción. c) La revolución es caracterizada como un proceso, como una
época. Generalmente, la violencia revolucionario-emancipatoria, es imprescindible para romper la vieja cáscara
y dar a luz las nuevas relaciones de producción. Pero la violencia no es, necesariamente, condición sine qua non
de las revoluciones sociales. d) El concepto "revolución" como proceso, es comparado con el concepto "Práxis",
con la revolución política. En el pasado, este acto político no ha ocurrido exactamente en el punto donde la
concentración de las nuevas fuerzas de producción entran en contradicción con las obsoletas relaciones de
producción. En este sentido, la Revolución de Octubre fue prematura, y la futura Revolución de los Estados
Unidos será bastante retrasada. e) Marx y Engels opinaban que la revolución socialista se daría,
simultáneamente, en todos los países "civilizados", altamente industrializados: Inglaterra, Estados Unidos de
América del Norte, Francia y Alemania. El mundo "no civilizado" automáticamente se vería forzado a aceptar
el modo de producción socialista. El marxismo ortodoxo
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no está haciendo una clara distinción entre socialismo y comunismo. Sin embargo, la Revolución
Mundial que comenzó en octubre de 1917 no tomó el curso previsto por Marx y Engels.
f) Queda claro que dentro de la Práxis-Teoría Marxista de la Revolución, no puede haber un modelo de
revolución paradigmático, generalmente válido. Tampoco existen las revoluciones "clásicas".
g) El factor común de todas las revoluciones es, que las condiciones de explotación social se tornan tan
insoportables para las masas trabajadoras, que la mayoría de ellas es preparada para poner su vida en
juego, en revueltas constantes contra los gobernantes, que ya no son capaces de resolver los ingentes
problemas sociales.
h. El único punto claro es, que con la Revolución Bolchevique de 1917, la época de la revolución social
entre capitalismo y socialismo, quedó instaurada. En otras palabras, el proceso de la Revolución
proletaria mundial ha comenzado.
Esta Revolución proletaria mundial, que se refleja en las actuales crisis internacionales del capitalismo,
a escala global, tiene como elementos importantes: la Revolución científico-tecnológica, el rápido desarrollo de
las fuerzas productivas, y la lucha emancipatoria de las naciones, a escala mundial. (Véase: Franz J. T. Lee,
Teoría-Práxis de la Revolución-Emancipación, Segunda Edición, Mérida/ Venezuela 1992.)
La Práxis-Teoría de Revolución de Lenin y Trotski
Los bolcheviques y los socialdemócratas alemanes descubren al comienzo de este siglo nuevamente la
actualidad de la revolución que se desprende de los escritos de Marx en torno al año 1848. La Revolución Rusa
de 1905 plantea a los socialdemócratas rusos y a
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la Segunda Internacional el problema acerca del carácter de ésta Revolución: Se desarrollan tres
concepciones:
a) La menchevique b) La bolchevique c) La del inspirador del primer Consejo de Obreros de
Petersburgo, León Trotski.
La teoría menchevique veía la tarea de la revolución limitada al derrumbamiento del poder
Zarista y a la instauración de una República democrática-burguesa en cuyo contexto se desarrollaría el
capitalismo ruso, mientras la democracia socialista rusa a través de la oposición y de la organización
eliminaría las peores formas de explotación de los obreros rusos. Según los mencheviques, una revolución
socialista no era procedente en una Rusia subdesarrollada, ya que presuponía un capitalismo avanzado.
La fórmula teórica revolucionaria de Lenin para la revolución era, hasta la primera Guerra
Mundial, la de una dictadura democrática de obreros y campesinos; su interés se dirigía más que todo a
las clases preparadas para la revolución, es decir, a los sujetos de la revolución en ciernes. Los cien
millones de campesinos sin tierra saldrían de su casi-servidumbre, lucharían por el reparto de la tierra,
cinco millones de obreros urbanos apoyarían con el arma de la huelga a la guerra campesina en las
ciudades, pero con metas socialistas.
El resultado sería una coalición revolucionaria entre los partidos obreros y campesinos ya que la
burguesía rusa debido a la peculiaridad del desarrollo ruso no jugaría ningún papel político
independiente. La revolución burguesa la realizarían los obreros y campesinos, y sería, conforme a sus
métodos de lucha, una revolución proletaria (en las ciudades). Además la Revolución rusa encendería la
señal para la revolución proletaria „pura" en Europa Occidental.
La Práxis-Teoría revolucionaria de Trotsky dio todavía un paso más allá y pronosticó en los años
1905-1906 que a partir de la coalición supuesta por Lenin tendría que seguir rápidamente una hegemonía
del proletariado urbano, ya que la clase campesina
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pequeño-burguesa, dispensa y tradicionalmente desorganizada, a causa de la debilidad de la burguesía rusa,
había de colocarse bajo la conducción del proletariado urbano, y a los obreros urbanos no les quedaría otro
remedio, por sus propios intereses, una vez llegados al poder, que la destrucción de todo el conjunto de las
instituciones capitalista-burguesas económicas y políticas y la instauración del colectivismo. Esto los traería
en conflicto con los intereses clasistas de los campesinos pequeño-burgueses. Sin el apoyo de la revolución
proletaria en los países capitalistas altamente desarrollados, la dictadura del proletariado en la Rusia atrasada
no podría sostenerse. La suerte de la Revolución Obrera Rusa sería decidida a través de las luchas sociales
en un contexto internacional.
Lenin se encontraba bastante cerca de ésta posición de Trotsky hacia la primera Guerra Mundial y
después promovía, a raíz de su regreso del exilio, a la segunda revolución, es decir, la Revolución
Proletario-Socialista (Las Tesis de Abril). Los eventos del año 1917 ocurridos en Rusia afirmaron plenamente
las tesis trotskianas del año t 1905. La toma bolchevique del poder, como se desprende claramente de los
manifiestos y conferencias del primer congreso de la Comintem y de los congresos del Partido Comunista Ruso,
como también de los escritos de los líderes revolucionarios, se realizó bajo la esperanza de una expansión
internacional rápida de la Revolución Socialista.
Las luchas fraccionarias en el Partido Comunista Ruso y en la Tercera Internacional en los años 1923-1929
giraban esencialmente en torno a una acertada política exterior e interior del primer Estado Obrero aislado,
en interés del proletariado ruso e internacional. Bajo ruptura de la tradición bolchevique de los años
1917-1923 Stalin inauguró, en el año 1924, una versión nueva del comunismo, nacionalmente limitado.
Sin embargo, no hubo desacuerdo de las fracciones en cuanto a la necesidad de una industrialización
inmediata y rápida en Rusia. En lo que sí no había acuerdo fueron los medios a utilizar para lograr este fin.
La Tercera Internacional se creó como un instrumento de difusión de la Revolución Socialista. Desde
el comienzo se debatía
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entre las fracciones la cuestión de la política de coaliciones en países desarrollados y subdesarrollados.
Ahora bien, para concluir, echemos un vistazo a la ideología "revolucionaria" de Stalin: parece haberle dado
poca prioridad, ya desde muy temprano, a la propagación de la revolución internacional (véase: su carta de
agosto de 1923 a Zinoviev sobre las perspectivas de una revolución comunista en Alemania, en la cual
recomienda "prudencia").
Igual como se enfrentaban a comienzos del siglo el bolchevismo y el menchevismo, así seguían enfrentándose
en las décadas 20 y 30 del Siglo XX el estalinismo y el trotskismo. Para el consumo interno proclama Stalin,
contrariamente a toda la tradición marxista, en otoño de 1924, la tesis referente a la posibilidad del
"Socialismo en un Sólo País" (Rusia). Stalin convirtió así la autarquía impuesta en virtud nacional-comunista:
Rusia sería capaz de continuar el socialismo/ comunismo con sus propias fuerzas aún si la Revolución Socialista
fracasara en el resto del mundo. El calificativo que dio Trotsky a esta posición, ya en el año 1928, fue el de una
"teoría de consolación" y de "opio para el pueblo".
Esencialmente, el socialismo significa en la realidad y en un contexto teórico-marxista: la producción abundante
y la eliminación de la escasez de alimentos mediante la colaboración planificada de los países industrializados
altamente desarrollados. Solamente así tiene sentido hablar del fenecimiento del Estado, de la liquidación de la
desigualdad y de la desaparición de las clases sociales.
En el Tercer Milenio, en América Latina, en Venezuela, la decadencia del capitalismo en su totalidad, debido a
sus contradicciones inherentes, a causa del mercado mundial, de la competencia, centralización,
monopolización y globalización del capital, ha avanzado a tal punto que ya no le queda sino mostrar
abiertamente su cara fascista. Ante este globofascismo, este modo corriente de destrucción Orwelliano, total,
totalitario, que amenaza con extinguir la especie humana misma, es cuestión de vida o muerte el nuevo
Socialismo del Siglo XXI.
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La Revolución Bolivariana
Aprendiendo de Lenin: Estado y Revolución
A hora bien, en lo que se refiere al primer intento de los Bolivarianos de derrocar el Estado Puntofijista
en Venezuela, y después de capturar el Estado venezolano democráticamente a través de una serie de
elecciones victoriosas, Lenin nos enseña lo siguiente: Según la teoría revolucionaria marxista (leninista),
el Estado burgués (incluso el Estado colonial y neocolonial) constituye el instrumento de dominación
política en las manos de la clase burguesa y sus respectivos representantes políticos en cualquier país del
mundo, con el cual prevalece sobre la clase obrera, el campesinado y el lumpen proletariado.
Sus características principales son la burocracia, la corrupción y el ejército permanente, que constituyen
su "brazo armado". La democracia representativa, no-participativa, burguesa, con el sufragio universal,
es, según Lenin, una gran farsa para distraer la clase trabajadora y desviarla atención del hecho, de que
nada se gana con "democráticamente elegir", cada cuatro o cinco años, el nuevo amo que reemplaza al
anterior y que sigue explotando económicamente y oprimiendo políticamente a la gran mayoría de la
clase trabajadora. Precisamente esto es lo que ha pasado aquí en Venezuela a través de las últimas
décadas. También, se trata de destruir exactamente esta gran farsa del sufragio universal y de las
elecciones o referéndos fraudulentos.
En vista de que, a largo plazo y dentro del sistema global, como negación intrínseca del orden existente,
ninguna revolución social es realmente posible dentro del marco de la democracia representativa y
dentro del aparato estatal burgués, se plantea el problema de la relación entre la Revolución y el Estado.
Como se ha probado históricamente, la burguesía jamás va a ceder el poder político (ni económico) de
manera pacífica (lo que precisamente hemos podido comprobar en el caso de Venezuela); y de la
experiencia de la famosa "Comuna de París" en 1871 - donde después de haber controlado por varios
meses el poder político de la capital francesa, se desató una
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represión salvaje en contra de los trabajadores de la Comuna por parte de la "democracia burguesa", que acabó
con la vida de miles de trabajadores - se saca la conclusión de que no basta, que las masas, la clase trabajadora,
se apoderen de la maquinaria del Estado, sino que la tienen que destruir y romper. Esto es, lo que de manera
mucho más radical y consecuente, exigieron en su tiempo Bakunin y los anarquistas.
En este contexto, en la época de la globalización, del "neoliberalismo salvaje", de la dominación
socio-político-económica ejercida por el complejo corporativo-industrial-militar, de la desaparición inexorable
del Estado particular y de la soberanía nacional, en vísperas del surgimiento del Estado Internacional único, o
sea, del "Cuarto Imperio" estadounidense, entre otras cosas, es menester identificar y revisar con precisión
científica el significado del Estado Venezolano -la dinamo actual de la Revolución Bolivariana. Parcialmente el
"clásico" Estado burgués venezolano - debido a la j Constitución Bolivariana, los planes de revolucionar la
economía, las leyes respectivas, y la reconquista de PDVSA - está mortalmente herido como consecuencia de la
fuerte lucha de clases, entendida en el sentido marxista y desatada entre una lumpen-burguesía internacional
parasítica, compuesta por los Cisneros, Mendozas, Capriles y "activistas" tipo Plaza Francia, y las clases
pauperizadas, apoyadas por las Fuerzas Armadas Bolivarianas.
Ahora bien, según Lenin, las tareas más urgentes de una democracia obrera participativa para destruir los dos
ejes fundamentales del Estado - la burocracia y el ejército contrarrevolucionario permanente -, son, primero,
establecer la libre elegibilidad y sobre todo la revocabilidad de los funcionarios y la rotación constante de
puestos; y segundo, la organización del pueblo en armas y la supresión del ejército opresivo permanente.
Seguramente, aunque no exista referencia oficial a la teoría revolucionaria leninista, la revocabilidad de los
mandatos públicos queda firmemente asentada en la Constitución Bolivariana. En cuanto a la rotación constante
de cargos para precisamente evitar la fosilización y burocratización, ésta todavía no se perfila.
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Respecto al delicado punto de la organización del pueblo en armas, cabe destacar, que este principio ha
sido introducido en Cuba en función de su defensa ante los ataques constantes y feroces en contra de su
integridad y soberanía; recuérdese la invasión estadounidense en la Bahía de los Cochinos, que el pueblo
en armas junto a las Fuerzas Armadas, contrarrestó.
En el caso venezolano actual, el pueblo puede considerarse armado en cuanto que las Fuerzas Armadas
de la República Bolivariana de Venezuela lo están firmemente apoyando, junto a su Constitución,
dispuestos a defenderla; aún cuando con miras a la desestabilización promovida por la "oposición"
adentro y afuera del movimiento revolucionario en coordinación con fuerzas extranjeras, y hasta en vista
de una posible intervención militar extranjera, se perfila, bajo la figura de los reservistas, una creciente
incorporación del pueblo a las filas del ejército, es decir, la constitución del Poder Ciudadano Soberano
Armado.
Con todas sus deficiencias humanas, quien por primera vez transhistórica, científica y filosóficamente, es
decir, práxica y teóricamente, ha explicado, qué es precisamente el capital, el capitalismo, el colonialismo,
qué son fenómenos como la religión, el
'mercado mundial, la plusvalía, el valor de cambio, la lucha de clases alias la Revolución, era
precisamente un rebelde europeo-radical, Carlos Marx.
De no considerar los actos y las ideas anti-capitalistas y socialistas de los verdaderos Carlos Marx,
Federico Engels, Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht, V. I. Lenin, León Trotsky, Mao Tse Tung, etc., y
su impacto libertador en el llamado „Tercer Mundo", significa perder totalmente la matriz
revolucionaria de un Josip Broz Tito, Ho Chi Minh, Ben Bella, Sam Nujoma, Robert Mugabe, Agostinho
Neto, Amilcar Cabral, Walter Rodney, Samora Machel, Fidel Castro, Che Guevara, Salvador Allende,
etc. Significa realizar solamente la afirmación burguesa dentro de la Revolución Francesa en contra de su
inherente contradicción, es decir, su negación proletaria, significa escapar de una posible Transvolución
Humana Global. Trascender la contradicción capitalista significa emanciparse, es la Emancipación.
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Sobrepasar la Revolución misma es Emancipación. Esto es lo que significa ser "ni marxista, ni anti-marxista",
es sobrepasar los dos.
Finalmente, como hemos visto, con todas sus heridas y debilidades de un doloroso parto transhistórico y global,
la joven Revolución Bolivariana es un producto de la resistencia heroica de los billones de pobres de la tierra,
contra el Croesus metropolitano globofascista de los "Cielos Divinos". No importa cómo se llama, este proceso
no lo parará nada ni nadie, porque la vida misma de la especie humana está en juego.
Entonces y todavía celebrando nuestra victoria del 11-13 de abril de 2002: ¡Adelante Venezuela, adelante
mundo, hacia Nuestro Socialismo, a paso de vencedores!
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