18. La Revolución Bolivariana de Venezuela

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18. La Revolución Bolivariana versus la contrarrevolución
Cualquier revolución se mueve, se desarrolla y avanza. Las revoluciones sociales, precisamente porque son de
índole social, tienen un carácter histórico y no ocurren de manera aislada, no son islas, sino están ínter
vinculadas con otros procesos globales. Definitivamente esto también es el caso con la Revolución Bolivariana
de Venezuela.
Esto también implica - porque se profundiza y se revoluciona desde adentro -que obedece a las leyes y la
ciencia del movimiento, es decir, a la dialéctica. De acuerdo con esto, una revolución social es una
contradicción, es una unidad y contradicción de opuestos, en otras palabras, aparece con su propia negación,
con la contrarrevolución, con lo obsoleto que se resiste a morir.
Hasta ahora, a través de los últimos años y a pesar de muchos retrocesos, fue precisamente este "látigo de la
contrarrevolución", liderado por la obsoleta "oposición" y el imperialismo corporativo estadounidense en agonía
histórica, que de manera dialéctica y con grandes saltos empujó la Revolución Bolivariana hacia nuevas y
desconocidas alturas, hacia magnitudes globales, hacia las aspiraciones de sus trabajadores militantes y hacia
una solidaridad internacional optimista.
Dentro de las garras capitalista-imperialistas, en estos tiempos de una severa crisis mundial generada por una
virulenta depresión económica y una represión salvaje, el orden mundial reinante revela su verdadera
quintaesencia fascista, su despiadada explotación económica, su horrenda dominación política, su
discriminación social racista, su militarismo genocida brutal y su alienación inhumana sin fin. Dentro de este
contexto histórico nació, vive y sobrevive la Revolución Bolivariana.
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Por cierto, la Revolución Bolivariana es original, auténtica y nueva y es creada por fuerzas
latinoamericanas anti-capitalistas y anti-imperialistas, pero también es la creación transhistórica de todas
las revoluciones sociales anteriores a nivel global, y es la vanguardia de las venideras luchas
emancipatorias internacionales. Incluso si muchos de nosotros no estamos conscientes de estos
dramáticos eventos, pues el imperialismo corporativo estadounidense y europeo, incluyendo sus futuros
potenciales competidores, definitivamente lo están, están plenamente conscientes de este peligroso
paradigma revolucionario y anti-capitalista.
Por estas razones el hecho de hacer una "revolución dentro de la revolución", profundizar la revolución,
intentar materializar una "democracia revolucionaria", desarrollar una "ideología" propia y establecer
un "Poder Ciudadano", constituyen tareas muy serias y responsables, que son asuntos de vida o muerte.
Desde el punto de vista de la Revolución Bolivariana los peligros de la contrarrevolución están en
cualquier parte y a veces donde menos se esperan, comenzando en nuestras camas, nuestra familia,
nuestro trabajo, nuestras misiones y proyectos, en los altos rangos militares, en la iglesia y en nuestros
propios ministerios. Justamente aquí en Venezuela, a través de los últimos seis años, ya hemos
experimentado todos esos casos simples, y todavía faltan por venir variaciones más complejas de la
contrarrevolución.
Ciertamente sería bastante imprudente de lavar nuestra ropa sucia fuera de casa. Es nuestra tarea
sagrada y revolucionaria que nosotros mismos rectifiquemos nuestra propia práxis y teoría. Es de
nuestro propio interés de clase no caer en los innumerables y odiosos "rumores", en los viles asesinatos
morales de los compatriotas bolivarianos, en las eternas campañas de desestabilización, en los actos
dañinos de sabotaje y en las guerras globales de desinformación.
Sin embargo, la dialéctica nos enseña que cada revolución social posee una negación inherente que es su
fuerza motriz, es decir, una contrarrevolución interna y externa y vice versa. De hecho, ambas
contrarrevoluciones son relacionadas, cuando la contrarrevolución
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externa es más poderosa, por ejemplo en los recientes ataques de la "oposición" y de los EE.UU.,
entonces la contrarrevolución interna no tiene tanta fuerza y el movimiento revolucionario es más
consolidado. Cuando la presión externa se reduce de una u otra manera, durante un tiempo, entonces las
contradicciones internas de los movimientos de liberación se profundizan y la "Revolución dentro de la
Revolución" va ganando impulso.
Esto es lo que actualmente pasa con la Revolución Bolivariana en Venezuela, este es el momento cuando
la revolución social tiene que demostrar su verdadera naturaleza, su anti-reformismo y su carácter de
clase, revelar su lucha de clases, nutrir su conciencia de clase, concretizar su verdadera latencia nacional
anti-capitalista y globalizar su verdadera tendencia internacional anti-imperialista. Cualquier programa
revolucionario que no contenga estos elementos mínimos, disminuiría la velocidad de la Revolución al
punto de pararse.
La Revolución Bolivariana en Venezuela ha entrado en su etapa decisiva; se encuentra en una
encrucijada dialéctica, antes de pasar el punto del no regreso emancipatorio, hacia la posible
Emancipación Humana incondicional anti-capitalista y anti-imperialista. Ahora más que nunca, igual
que durante la coyuntura crítica del golpe de estado y del sabotaje petrolero del 2002, tenemos que estar
alertos y preparados para batallar.
A pesar de "diálogos" y "reconciliación" entre "el capital y el trabajo", ya no tenemos más tiempo que
perder con escaramuzas políticas, triunfalismo barato y celebraciones precipitadas.
En este momento la contrarrevolución es más feroz que nunca. Científico y filosóficamente, nosotros
mismos tenemos que dirigir la correlación dialéctica y revolucionaria de las fuerzas sociales e introducir
el Poder Ciudadano armado contra todas las violentas maquinaciones contrarrevolucionarias nacionales
e internacionales.
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