3. Venezuela y lecciones históricas de la Revolución Sudafricana A la vuelta del tercer milenio, entre otros intentos globales emancipatorios, dos revoluciones sociales sobresalientes marcan la época actual globalizada: la Revolución Sudafricana y la Revolución Bolivariana. Cada una de ellas es pionera en cuanto a las lecciones transhistóricas, las cuales tienen que ser tomadas en cuenta urgentemente, por todos los emancipadores y revolucionarios permanentes. Concentrándonos en la Revolución Sudafricana, sólo resaltaremos los principales problemas sociales revolucionarios que están en juego. Dentro de nuestras deliberaciones son obvias las referencias a las tareas inmediatas de la Revolución Bolivariana y los caminos peligrosos y llenos de serpentinas que hay que tomar. Comenzamos con la Revolución Sudafricana. Primero tenemos que revelar algunos mitos que rodean a Nelson Mandela, Thabo Mbeki y el Congreso Nacional Africano de Sudáfrica (ANC), para colocar a la Revolución Sudafricana en su verdadero contexto histórico. Como en el caso de Venezuela, fueron precisamente los medios masivos nacionales e internacionales que han pintado una imagen de la dinámica de la lucha Anti-Apartheid de una manera totalmente distorsionada y manipulada. En realidad, la victoria del ANC es al mismo tiempo la victoria del imperialismo corporativo en África. Allí no hubo ninguna revolución social verdadera, al contrario, ésta ha sido eliminada por completo. Como resultado de las principales corrientes políticas e ideológicas que inundaron a África durante el siglo XX-el nacionalismo africano, el Pan-Africanismo, el Socialismo Africano y la Democracia Reconciliadora (el "neoliberalismo salvaje") - el ANC llegó a ser 29 "nacionalista" y "anti-imperialista" (lo que sea que signifique este concepto vago y generalizado), pero, como se puede testimoniar por Nelson Mandela en su famoso discurso ante la Corte Sudafricana fascista, publicado bajo el título "Estoy preparado para morir", el ANC durante toda su lucha, nunca fue realmente anti-capitalista. Para ser realmente "anti-imperialista", uno tiene que ser verdaderamente "anti-capitalista", y para ser esto, uno tiene que estudiar científica y filosóficamente la economía política, la historia, la conciencia de clase y la lucha de clases, es decir, el verdadero socialismo científico. A pesar del hecho de que el Partido Comunista de Sudáfrica - originalmente estalinista - había acompañado al ANC prácticamente en la actual subasta y privatización de los medios de producción, podemos presenciarlo poco que fue estudiado y entendido en cuanto al socialismo científico y filosófico. En ninguna parte es posible una emancipación social sin el conocimiento de los fundamentos del Marxismo revolucionario. Esto también vale para la Revolución Bolivariana. Los medios masivos internacionales han fabricado cuidadosamente a "Nelson Mandela, el mito", el icono político anti-Apartheid del siglo XX tardío. No es nuestro intento de disminuir las luchas heroicas y los sufrimientos personales del gran líder sudafricano, aquí estamos resaltando más bien una imagen internacional que se ha dibujado del hombre y del ANC, que contrasta fuertemente con el saqueo de la riqueza del pueblo sudafricano por parte de las compañías corporativas, bajo su aceptación silenciosa. Así que tenemos que tener mucho cuidado con figuras tan mesiánicas, carismáticas y "populistas", como las crean CNN, Fox, BBC, etc. Cuando la figura carismática de Nelson Mandela se retiró, fue claro que era más bien un reformista que un revolucionario y las hambrientas esperanzas de millones de "Negros" sudafricanos ya se habían disminuido, porque Sudáfrica -como resultado de la subasta económica por parte del imperialismo corporativo - ya estaba sumergida en miseria, hambre, epidemias, analfabetismo, pobreza y criminalidad sin precedentes. Hasta el Banco Mundial tuvo que 30 admitir que la distribución del ingreso nacional era crónicamente abismal y que a escala global, esta desigualdad social sólo la supera Brasil. Por ejemplo, todavía hoy, en la sociedad post-Apartheid, los ingresos mensuales de una familia de africanos promedian los R 757 comparado con los R 4.695 para los llamados "blancos", lo que muestra, que ni siquiera este esfuerzo reformista dio fruto alguno. El ANC hizo todo para sostener una clase media "negra" próspera y parasítica, para sustituir las clases dominantes británicas y de los Boers, pero la brecha entre las clases ricas y las clases pobres en Sudáfrica incrementa diariamente a punta de brincos y saltos. Los proyectos de reforma social originales han sido desechados y sustituidos por una lucha por la riqueza de esta misma clase media "negra", cuyo núcleo se constituye por los antiguos "luchadores por la libertad" del ANC. Por lo tanto, una lección importante para nosotros es: ¡Cuidado con la "clase media"! Es el fundamento social y el epicentro de una discriminación social virulenta, o sea, del racismo (no importa si es blanco o negro) y del fascismo. Sin embargo, todo lo que está ocurriendo actualmente, ya lo he pronosticado hace casi tres décadas en mi libro, "Südafrika am Vorabend der Revolution" (Sudáfrica en vísperas de la Revolución, Editorial ISP, Francfort del Meno, 1976): "Un elemento giratorio en esta estrategia entera del gobierno sudafricano es la creación de una burguesía negra subordinada entre los diferentes `naciones' africanas; estas clases elitéscas son apoyadas en ensanchar la base del Estado capitalista sudafricano. Cada una se esforzará en captar y mantener `su propio' mercado `nacional' en sus ghettos rurales (y hasta cierto nivel urbanos). Proporcionarán la base económica y ultima ratio para la ideología ficticia del `nacionalismo' de los Xhosa, Zulú, Colorados, etc. Criar este tipo de clase requiere diplomacia, tiempo y estabilidad. En este proceso hasta se utilizará a partes del movimiento de, liberación y algunos de sus líderes carismáticos, incluso 31 si estos tuviesen que ser repatriados de su exilio o de la cárcel de la Isla de Robben." (p. 178) (Véase: http://www.geocities.com/maymartin200l/einband.html). Este libro fue colocado en el índice de la censura en la Sudáfrica del Apartheid y a causa de esto, sus contenidos explosivos no se conocían a nivel internacional; por eso, más adelante citaremos extensamente de esa obra. Sus advertencias son más válidas que nunca. El libro además indica, cuales son los errores que cualquier movimiento revolucionario debería evitar a toda costa. En cuanto a lo anteriormente expresado, la meta principal del capitalismo mundial en Sudáfrica, es decir, crear una clase media capitalista negra, la asumió el ANC religiosamente. La verdad del asunto es, que Mandela y su ANC nunca eran y todavía no son anticapitalistas, como se puede ver en su programa principal, que es la "Carta de la Libertad" de 1955; durante toda su trayectoria, su ambición fue la de conquistar la oportunidad para los "Negros" de convertirse en capitalistas. No eran, ni son revolucionarios socialistas, máximo son reformistas sociales, que ni siquiera cumplen con sus promesas. Mandela mismo confirmó que el programa del ANC es establecer una democracia burguesa dentro del orden. global corporativo capitalista actual y así mantener el sistema capitalista en Sudáfrica. Esto es precisamente lo que el actual gobierno sudafricano ha logrado. Así que la Revolución Sudafricana está pospuesta para mejores tiempos. Tenemos que estudiar al capitalismo muy cuidadosamente aquí en América Latina, para no caer en el mismo cenagal de Sudáfrica. Hace décadas, advertí: "La situación social, política, económica e internacional ha cambiado significativamente desde 1960. Ahora más que nunca es cierto, que ni la clase dominante de los colonos blancos ni el capital internacional se despedirán pacíficamente de su existencia de zánganos. Ellos defenderán sus riquezas, privilegios y ganancias por 32 la fuerza mayor, como lo hicieron antes. Los africanos oprimidos sólo podrán obtener su libertad a través de la contra-violencia emancipatoria." (op. cit.) Esto ciertamente es válido para la Revolución Bolivariana. Una y otra vez, la "oposición" oligárquica y la administración de Washington, intentarán de tumbar el gobierno bolivariano a través de todo tipo de medios violentos "democráticos". Además, explicábamos que las guarimbas, el sabotaje, el liberalismo, el cristianismo y el Gandhismo no liberarán a los millones de "Negros" que están sufriendo bajo el capitalismo global y el terror imperialista globalizado en Sudáfrica: "Sin embargo, en vista del poder masivo del Estado presente, una guerra convencional o el tipo de guerra de guerrillas que se ha venido practicando en Sudáfrica hasta la fecha, no ofrecerán ningún chance de éxito. Más bien tienen que apoderarse del poder político y económico por medio de una Teoría revolucionaria propia y una Práxis guerrillera adaptada a la situación sudafricana. Esto implica una planificación y coordinación a largo plazo. En consecuencia, la primera tarea de un partido revolucionario proletario tiene que ser la de encontrar métodos de formación de cuadros en las áreas claves, por ejemplo en los centros industriales y de minería. Esos tienen que ser tan móviles como los emigrantes africanos mismos: nueve meses en la ciudad y tres meses en las reservas laborales conocidos como Bantustans. Todos los eventos cruciales en la vida de un africano ocurren en su sitio de trabajo - obviamente ubicado en la Sudáfrica blanca - que de esta manera se vuelve co-extensa con su área de actividad política." (Ibid.) Mucho de esto, en forma embrionaria, ya se ha cumplido en Venezuela. En cuanto a las fuerzas "paramilitares" y la "Policía Metropolitana", yo describí el arma principal de la emancipación de la siguiente manera: 33 "Su arma revolucionaria más poderosa es su capacidad creativa y productiva. Aparte de esto, claro que sí, también se necesitan aquellas armas, que lo habilitan para poner resistencia efectiva a las fuerzas policíacas paramilitares. Por esto, el problema del entrenamiento militar dentro del país y el armamento de los combatientes en el momento decisivo tienen que ser resueltos por el partido marxista." (Ibid.) En cuanto a la Revolución Sudafricana misma, comenté: "Hay muchos indicios que Sudáfrica se encuentra en una fase pre-revolucionaria, aunque esto no necesariamente significa que el combate final está justo en la vuelta de la esquina. Una situación revolucionaria requiere ciertos factores históricos e internacionales. Un análisis detallado de lo que estos factores son y si de todos modos existen en Sudáfrica, excedería el alcance de este libro. Hemos visto a cada rato que hay forzadas razones para el cambio social, tanto de carácter objetivo como subjetivo." (Ibid., p. 165) En cuanto a la construcción de un partido revolucionario, es decir, de la vanguardia de la revolución social, o sea, de ser "ni marxista, ni anti-marxista", comenté: "Los revolucionarios sudafricanos no pueden y no deben perder el contacto con una situación tan altamente explosiva, aunque en la actualidad sólo se puede percibir en latencia. Un partido revolucionario no tiene que ser marxista por definición. En este contexto basta de mencionar el núcleo original del movimiento guerrillero de Fidel Castro y el PAIGC de África del Oeste (Partido Africano de la Independencia de Guinea y Cabo Verde). Cuando un partido realmente representa las necesidades 34 e intereses de los oprimidos, necesariamente tiene que cambiar su rumbo hacia un marxismo revolucionario en el curso de una lucha armada." (p. 166) Criminalidad y Genocidio Sudáfrica es el paradigma para demostrar que dentro del sistema mundial capitalista, dentro de la democracia corporativa, no hay chance de liberación alguna; al contrario, aplicando las medidas del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional, del ALCA, del neoliberalismo, del "reformismo revolucionario", de la democracia reconciliadora, del diálogo con "Zombis", las clases oprimidas del "Tercer Mundo" están cavando sus propias tumbas. Finalmente, vamos a resaltar uno de los resultados más horribles de una revolución traicionada, de un reformismo político: la criminalidad y el genocidio. Como es obvio en el caso de Venezuela, deberíamos ser muy cuidadosos con los informes y estadísticas de las Naciones Unidas, del Banco Mundial, de Human Rights Watch, de Amnistía Internacional, Genocide Watch etc., aunque a veces, leyendo entre líneas, sí nos dan una impresión de lo que realmente ocurre en el mundo. Después de las masacres en Ruanda, debido a la obsolencia del trabajo manual, billones de trabajadores están en peligro de extinción, de ser aniquilados por la maquinaria del terror globalizado. Lo que el sistema ya no puede explotar más, sencillamente lo bota: Eso fue lo que pasó con Mobutu, Pinochet, Bin Laden, Hussein y los Boers en Sudáfrica, todos se convirtieron en presa libre para cualquier "escuadrón de la muerte", mercenario o maniático sanguinario. Históricamente, los Boers, la antigua clase dominante de Sudáfrica, en vísperas del siglo XX, habían saboreado los frutos amargos del imperialismo británico durante las Guerras de los Boers, donde fueron masacrados como moscas, ahora el gobierno sudafricano de Thabo Mbeki se hace de la vista gorda ante el futuro "negro" de los "Blancos" en Sudáfrica. 35 Aparte de sus propios comentarios racistas, hace 6 meses atrás, un cura pro-boer nos reportó lo siguiente de la Sudáfrica actual: "Diariamente ocurren muertes por causa de tortura increíblemente horrorizantes en las zonas rurales de Sudáfrica, escribe 'New Zimbabwe', aún, los medios del Occidente casi no dicen nada sobre esto, mientras lamentan eternamente la muerte de un negro drogadicto durante un ataque policíaco en Cincinnatti. `Campesinos (los Boers) sudafricanos y sus familias son masacrados (actos supuestamente cometidos por los 'negros', n.d.a.). Los asesinatos son acompañados por tortura y violación. El sadismo de los ataques sugiere o una perversión oscura o terror sistemático. Dr. Gregory Stanton de 'Genocide Watch' incluso propuso de clasificar los asesinatos como genocidio." (Véase: http://southÁfrica.indymedia.org/news/2003/12/4973_ comment.php) Stanton comenta además: "En Sudáfrica, en los nueve años siguientes al Apartheid y al 'milagro' de las elecciones democráticas sudafricanas de 1994, más de 1000 campesinos (Boers, n.d.a.) fueron asesinados. La tasa mortal para los campesinos sudafricanos se ubica en 313 de cada 100.000, quizás la más alta para cualquier grupo de personas en la tierra sin estar en guerra." (Ibid.) Lo siguiente indica, por qué debemos tener mucho cuidado con nuestro concepto de "Revolución": "Existen dos teorías contrarias. Por un extremo, esos ataques se consideran dirigidos como parte de la 36 "Segunda Revolución". La Primera Revolución fue la toma de Sudáfrica por parte de un gobierno negro. La Segunda Revolución, utilizando el terror, es la instalación de una sociedad negra comunista radical y la expulsión de los blancos. Echando los campesinos blancos (los Boers, n.d.a.) de sus tierras es parte de este proceso. Por el otro extremo, el gobierno considera los ataques como meramente criminales y sin motivos ni liderazgo políticos. La organización ("lobby") de campesinos blancos tiende a creer en lo primero; señala a Peter Mokaba, un joven y renombrado político del ANC, que gritaba `¡Maten al Boer, maten al campesino blanco!' delante de unas multitudes de negros dando gritos de alegría. El Gobierno del ANC dice que cree en lo último." (Ibid.) Para finalizar, no es necesario resaltar esta cruel realidad con más detalles. Como dicen los africanos: Si el río suena, es por que piedras trae. Lo vimos viniendo en 1970 y advertimos sobre los resultados horrorosos de una revolución social en Sudáfrica y su posible fracaso: "La violencia, inhumanidad y crueldad perpetrados por los amos coloniales blancos contra el pueblo sudafricano, han acumulado en este último tal grado de agresiones, rabia y sed de venganza, que una Revolución inicialmente comprendida como lucha de clases, podía degenerar fácilmente en una guerra de razas, preñada de catástrofes. Por eso será una de las tareas más difíciles para un partido revolucionario sudafricano, diseñar su programa de ilustración política de tal manera, que impida, que la lucha de razas en Sudáfrica reemplace la lucha de clases y que garantiza su interconexión dialéctica. Sin embargo, será imposible borrar de la conciencia de los Africanos aparte de la dignidad humana diariamente pisoteada - los asesinatos que alcanzan los cientos de miles, el terror, 37 las torturas por el régimen del Apartheid, las ejecuciones y expulsiones, las muertes innumerosas de bebés debido a la desnutrición y falta de atención médica, y la existencia arruinada tanto psíquica como física de miles, lo cual todo conforma la historia de Sudáfrica. Vamos a esperar que la Revolución seguirá probando que el colonialismo en alianza con el capitalismo y sus respectivas instituciones son responsables para esos gigantescos crímenes. Este camino de la historia en Sudáfrica lo escogieron los amos blancos y el capital." (Lee, op. cit.) 38