Sobre premios, democracia y derecho a la comunicación en América Latina...

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Sobre premios, democracia y derecho a la comunicación
en América Latina: la historia, el presente y la lucha
contra la construcción de un discurso único
Prof. Carlos Ciappina
La Facultad de Periodismo y Comunicación Social le ha entregado al presidente de la
República Bolivariana de Venezuela una distinción como Presidente Latinoamericano por
la Comunicación Popular. La presencia de Hugo Chávez en la Facultad introdujo a nuestra
casa de estudios a un torbellino de requerimientos, expresiones de apoyo y rechazo que
no por no esperada dejó de sorprendernos.
La figura del presidente Chávez pareciera no dejar espacios para nada que no fueran
los posicionamientos altisonantes, desmesurados y, sobre todo, prejuiciosos [en el sentido
del a-priori irreflexivo] fogoneados por el extremadamente homogéneo discurso de las
grandes empresas comunicacionales nacionales y extranjeras que, como todos sabemos,
intentan continuar detentando el monopolio de la palabra.
Sin embargo, el sentido de estas notas es analizar la presencia de Hugo Chávez Frías
desde dos perspectivas [entre las muchas posibles]: a) la mirada histórica y la discusión
sobre democracia y pueblo en América Latina y b) la realidad presente de la República
Bolivariana de Venezuela en relación con el derecho a la Comunicación plural, popular y
democrática. Ambas perspectivas, creemos, están interrelacionadas.
a. Una mirada histórica sobre Democracia y Pueblo en América Latina. El debate que la
presencia de Hugo Chávez desencadenó en nuestro país se inscribe en una larga tradición
de pensamiento antipopular y elitista que identifica a los procesos de carácter popular,
democrático e igualitarios precisamente con su opuesto: el autoritarismo, el despotismo y,
en última instancia, la barbarie.
Sin pretender agotar la lista, nos apuramos a señalar algunos casos paradigmáticos
de la historia latinoamericana:
1
Artigas: ¿Civilización o barbarie?
José Gervasio Artigas es hoy el “padre de la patria” de nuestra hermana República
del Uruguay. Sin embargo, durante largas décadas se nos enseñó en las escuelas, en los
libros de historia y en la prensa escrita, que José Artigas era: "[…] un bandido, un tártaro
terrorista. Jefe de bandoleros, salteador, contrabandista, endurecido en la rapiña, incivil,
extraño a todo sentimiento de patriotismo, famoso vándalo, ignorante, rudo, monstruo,
sediento de pillaje, sucio y sangriento ídolo con chiripá. Ese salvaje animal que
enchalecaba hombres con cuero fresco lleva por séquito inseparable el degüello y la
devastación"1.
¿Era Artigas este semi-humano que nuestro “padre del aula” describe utilizando una
terminología que reproducirá con tonos monocordes
toda la historiografía liberal
argentina?
Este “famoso vándalo” es quien instruye a sus representantes a la Asamblea del Año
XIII para que promuevan la forma republicana de gobierno donde los “[…] tres resortes
jamás podrán estar unidos en sí y serán independientes de sus facultades” y promover la
“libertad civil y religiosa en toda su extensión imaginables”2.
La propuesta de gobierno de Artigas es la República y la libertad civil y religiosa para
todos los habitantes de la futura Confederación. Una propuesta culta, democrática y
moderna para su época.
Es también Artigas quien elabora y propone, en el año 1813, una Constitución en la
que se establecen los derechos inalienables de las personas a la libertad, la seguridad,
profesar libremente su culto, a defensa en juicio, a la libertad de prensa y expresión, en
fin, a los principios más modernos del ideario democrático de principios del siglo XIX,
cuarenta años antes que la Constitución Argentina de 1853.
1
Sarmiento, Domingo Faustino. Obras Completas. Tomo 17, págs. 87 y 92; tomo 15, págs. 348 y 349; tomo
38, pág. 280.
2
Artigas, José Gervasio. Obras Selectas. Selección y Prólogo de Lucía Sala de Tourón. Biblioteca Ayacucho,
Caracas, Venezuela. 2000.
2
Entonces, ¿por qué es un caudillo bárbaro para nuestra historia oficial y sus
representantes intelectuales? Porque su ideario democrático lejos de quedar expresado
en papeles se trasladó a la práctica concreta: su pueblo no era una abstracción sino su
soporte real y hacia quienes dirigía toda su política: vaya como ejemplo su Reglamento
Provisorio para el Fomento de la Campaña (1815):
“Art. 6. Por ahora el señor Alcalde provincial y demás subalternos se dedicarán a
fomentar con brazos útiles la población de la campaña. Para ello revisará cada uno […] los
terrenos disponibles; y los sujetos dignos de esta gracia con prevención que los más
infelices serán los más privilegiados […] los negros libres, los zambos de esta clase, los
indios y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados con suertes de estancia, si con su
trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad y a la de la provincia”3.
O sea, José Artigas no solo era un hombre culto, sino que además quería garantizar
los derechos de la república y la democracia distribuyendo la riqueza clave de la vida
económica de su región [la tierra] entre su propio pueblo.
¿Tendrá que ver esto con el mote de bárbaro que los posteriores dueños de la tierra
le asignaron?
Francisco Solano López, el Paraguay o “la democracia” por la fuerza:
Corre el año 1865, la República del Paraguay “[…] se erguía como una excepción en
América Latina: la única nación que el capital extranjero no había deformado […] El
Estado, omnipotente, paternalista, ocupaba el lugar de una burguesía nacional que no
existía, en la tarea de organizar la nación y orientar sus recursos y su destino. José Gaspar
de Francia se había apoyado en las masas campesinas para aplastar la oligarquía
paraguaya y había conquistado la paz interior tendiendo un estricto cordón sanitario
frente a los restantes países del antiguo virreinato del Río de la Plata […] No había grandes
fortunas privadas cuando Francia murió, y Paraguay era el único país de América Latina
que no tenía mendigos, hambrientos ni ladrones […] los viajeros de la época encontraban
3
Artigas. Op. cit.
3
allí un oasis de tranquilidad en medio de las demás comarcas convulsionadas por las
guerras continuas. El agente norteamericano Hopkins informaba en 1845 a su gobierno
que en Paraguay «no hay niño que no sepa leer y escribir...» […]
“[…] Los posteriores gobiernos de Carlos Antonio López y su hijo Francisco Solano
continuaron y vitalizaron la tarea. La economía estaba en pleno crecimiento […] en 1865
Paraguay contaba con una línea de telégrafos, un ferrocarril y una buena cantidad de
fábricas de materiales de construcción, tejidos, lienzos, ponchos, papel y tinta, loza y
pólvora. Doscientos técnicos extranjeros, muy bien pagados por el Estado, prestaban su
colaboración decisiva. Desde 1850, la fundición de Ibycui fabricaba cañones, morteros y
balas de todos los calibres; en el arsenal de Asunción se producían cañones de bronce,
obuses y balas. La siderurgia nacional, como todas las demás actividades económicas
esenciales, estaba en manos del Estado. El país contaba con una flota mercante nacional, y
habían sido construidos en el astillero de Asunción varios de los buques que ostentaban el
pabellón paraguayo a lo largo del Paraná o a través del Atlántico y el Mediterráneo. El
Estado virtualmente monopolizaba el comercio exterior: la yerba y el tabaco abastecían el
consumo del sur del continente; las maderas valiosas se exportaban a Europa. La balanza
comercial arrojaba un fuerte superávit. Paraguay tenía una moneda fuerte y estable, y
disponía de suficiente riqueza para realizar enormes inversiones públicas sin recurrir al
capital extranjero. El país no debía ni un centavo al exterior, pese a lo cual estaba en
condiciones de mantener el mejor ejército de América del Sur, contratar técnicos ingleses
que se ponían al servicio del país en lugar de poner al país a su servicio, y enviar a Europa
a unos cuantos jóvenes universitarios paraguayos para perfeccionar sus estudios.
“El excedente económico generado por la producción agrícola no se derrochaba en
el lujo estéril de una oligarquía inexistente, ni iba a parar a los bolsillos de los
intermediarios, ni a las manos brujas de los prestamistas, ni al rubro ganancias que el
Imperio británico nutría con los servicios de fletes y seguros. La esponja imperialista no
absorbía la riqueza que el país producía. El 98 por ciento del territorio paraguayo era de
propiedad pública: el Estado cedía a los campesinos la explotación de las parcelas a
cambio de la obligación de poblarlas y cultivarlas en forma permanente y sin el derecho de
4
venderlas. Había, además, sesenta y cuatro estancias de la patria, haciendas que el Estado
administraba directamente”4.
Esta era la situación del Paraguay gobernado por Francisco Solano López. El propio
general argentino Lucio V. Mansilla reconocía que “es un hecho comprobado que en el
Paraguay, durante y después del gobierno del Doctor Francia, era raro encontrar quien no
supiera leer y escribir. En toda villa o aldea, los tres edificios que primero se construían
por el Estado y estaban frente a la plaza eran la iglesia, la comandancia militar y la
escuela”5.
Sin embargo para nuestra prensa “seria”, Francisco Solano López era y es aún
[¡ciento cuarenta años después!) un dictador: Domingo Faustino Sarmiento le escribe a
Mitre [el general argentino que comandó la guerra de exterminio con el Paraguay y que
fundó su propio diario y la corriente de la historia que lo ascendería a héroe Nacional a él
mismo] una carta que se publica en el diario El Nacional [1877] donde sostiene: “Estamos
por dudar de que exista el Paraguay. Descendientes de razas guaraníes, indios salvajes y
esclavos que obran por instinto o falta de razón. En ellos se perpetúa la barbarie primitiva
y colonial […] son unos perros ignorantes […] Al frenético, idiota, bruto y feroz borracho
Solano López lo acompañan miles de animales que obedecen y mueren de miedo. Es
providencial que un tirano haya hecho morir a todo ese pueblo guaraní. Era necesario
purgar la tierra de toda esa excrecencia humana, raza perdida de cuyo contagio hay que
librarse”6.
Coincide con nuestro Sarmiento el representante diplomático norteamericano en
Paraguay Charles Washbourne, cuando sostiene: “Por su torpeza y ceguera junto con
otros pecados, el pueblo paraguayo merece el completo exterminio que le aguarda. El
4
Galeano, Eduardo. Las venas abiertas de América Latina. “Historia de la muerte temprana”, ediciones
varias.
5
Mansilla, Lucio V. Entre-Nos. Tomo II, pág. 3, pie de página.
6
Sarmiento, Domingo Faustino. Carta a Mitre. 1872, “El Nacional”.
5
mundo tendrá justo motivo para congratularse cuando no haya una sola persona que
hable el endiablado idioma guaraní”7.
O sea, se repiten los argumentos que colocan a Francisco Solano López y el pueblo
que lo acompañaba como una dictadura sangrienta que había que democratizar para que
reinara la educación y la libertad de expresión. Bajo esos argumentos los ejércitos
combinados de Argentina, Uruguay y el Imperio esclavista del Brasil invadieron el
Paraguay. El resultado fue el siguiente: población del Paraguay al comenzar la Guerra,
800.000 habitantes; población muerta durante la guerra, 600.000 habitantes, o sea, el 75
por ciento del total. Hombres sobrevivientes a la guerra, 14.000 personas [o sea, el 1,75
por ciento del total]; hombres sobrevivientes menores de 10 años, 9.800 [1,22%];
hombres sobrevivientes hasta 20 años, 2.100 [0,26%]8.
El nombre de la libertad se utilizó pues para exterminar a cientos de miles de
paraguayos, dejar el país exhausto: al genocidio siguió el remate de la tierra pública, un
empréstito forzoso otorgado por Gran Bretaña, la destrucción de la industria nacional
paraguaya, la paralización en la construcción de escuelas y la esclavitud de los hombres
sobrevivientes en las plantaciones esclavistas del Brasil.
Tomamos los ejemplos de Artigas y Solano López porque son los dos países que
limitan con el nuestro y donde lo que hoy es Argentina, sus élites y sus medios de
comunicación, tuvieron una actuación “destacada” para remover a esos líderes de sus
proyectos cultos, populares, democráticos con la falsa excusa de ser dictadores
autoritarios.
Un breve repaso de la historia posterior de América Latina mostrará situaciones y
procesos semejantes:
7
Castagnino, Leonardo. Guerra del Paraguay. La Triple Alianza contra los países del Plata. Ediciones Fabro,
Buenos Aires, 2011.
8
Chiavenatto, Julio José. Genocidio Americano, A Guerra do Paraguai. Sao Paulo, pág. 150.
6
- Emiliano Zapata, el líder campesino revolucionario por la justicia, la tierra y la libertad,
será considerado un forajido por la prensa “seria” de la década de 1910;
- Hipólito Yrigoyen en la Argentina de 1930 fue acusado por los medios de dejarse
gobernar por la “chusma”, de rodearse de funcionarios corruptos, de estar viejo y senil
con lo cual se justificó el primer golpe militar “democráticamente” dirigido por un general
fascista [Uriburu] que instaló la pena de muerte y cerró el Congreso;
- Getulio Vargas, el líder nacionalista brasileño será acusado desde los medios de prensa
de su país, primero como fascista, luego como comunista, y finalmente presionado hasta
la muerte por la gran prensa y los militares brasileños en 1954;
- Lázaro Cárdenas, el presidente de México que nacionalizó el petróleo, los ferrocarriles y
llevó a cabo una enorme Reforma Agraria, será acusado en forma alternativa de socialista
o pro-alemán, según los intereses de las empresas extranjeras que afectaba con su política
en el período 1936-1940;
- Jacobo Arbenz, el presidente democrático de Guatemala, fue señalado por la prensa de
su propio país y la del Hemisferio como miembro de una conspiración “comunista” por
haberse atrevido a poner límites a las empresas monopólicas en su propio país y
derrocado por un golpe militar en 1954;
- Juan Domingo Perón fue tildado alternativamente [a veces todo a la vez] como profascista italiano, pro-nazi o pro-comunista durante sus dos períodos democráticos de
gobierno y derrocado en 1955 por una “Revolución Libertadora” que inició la era de los
fusilamientos y desapariciones de civiles en Argentina;
- Fidel Castro y el movimiento popular que terminó con la feroz dictadura de Fulgencio
Batista e inició el proceso de mejora en las condiciones de vida populares más profundo
en la América Latina de la segunda mitad del siglo XX fue tachado de Dictadura y las
verdaderas dictaduras personales como las de Trujillo o Duvalier sostenidas en las
guardias nacionales, la tortura y la corrupción en las Antillas y el Caribe, como defensores
del “orden occidental y cristiano”;
7
- Joao Goulart, presidente democrático del Brasil, fue señalado por la gran prensa
brasileña como comunista y derrocado por los militares en el año 1964 [los militares
dejaron el país luego de veintiún años de dictadura en 1985);
- Salvador Allende, el presidente chileno electo en las elecciones más limpias de la historia
de su país, quien gobernó sin sancionar un solo decreto sino por las leyes del congreso,
fue sometido a un permanente asedio por los medios chilenos y extranjeros, siendo
acusado de autoritario, comunista, violento y antidemocrático. Dichas acusaciones
prepararon el terreno para el golpe de Augusto Pinochet, quien iniciara una feroz
dictadura que dejó cientos de fusilados y miles de desaparecidos durante los 17 años que
duró;
- el tercer gobierno peronista de Isabel Martínez de Perón terminó con un golpe militar
avalado por toda la prensa masiva del país, iniciando la dictadura más sangrienta de la
historia argentina, con cientos de miles de perseguidos y exiliados junto con 30.000
desaparecidos, dictadura comparable con los momentos más oscuros del nazismo;
- en el año 1979 el Frente Sandinista de Liberación Nacional expulsó del poder a la
dictadura personal y familiar de Anastasio Somoza, generando un proceso democrático
que terminó dándole a Nicaragua las primeras elecciones libres en toda su historia
independiente. Sin embargo, ese gobierno fue catalogado de “comunista” y asediado
permanentemente por los medios masivos de comunicación en conjunto con
organizaciones paramilitares [la tristemente famosa CONTRA] que fueran catalogadas
paradójicamente como “luchadores por la libertad” y que se dedicaban a quemar
escuelas, hospitales y cosechas.
¿Por qué todos estos gobiernos y líderes populares, con apoyo de sus pueblos y
respetuosos de la democracia, en todos los casos fueron etiquetados por la gran prensa
de sus propios países y del extranjero precisamente como lo opuesto? Ensayamos algunas
respuestas: ¿quizá porque los intereses de la gran prensa coincidían en América Latina con
los de las grandes empresas nacionales y extranjeras? ¿Quizá porque la idea de
democracia que los grandes medios sostenían en América Latina no incluía al propio
8
pueblo latinoamericano? ¿Quizá porque estos líderes y gobiernos comenzaron a hacer
expresarse a voces ocultas que nunca habían gozado antes de la “libertad de expresión”?
Hay una fuerte correspondencia entre el grado de apoyo popular, las mejoras en las
condiciones de vida [salud, educación, derechos sociales] de los gobiernos y líderes
populares en América Latina y el rechazo por parte de los grandes medios de
comunicación. Una correspondencia de “mundo al revés” donde la verdadera democracia
aparece cuestionada por “autoritaria” y las más feroces dictaduras y genocidios aparecen
como “respetables” y “modernos”.
Sarmiento, Mitre y Roca en Argentina son “Organizadores de la Nación”, al igual que
Aramburu, Rojas [“Libertadores”], junto a Videla, Massera y Agosti [“reorganizadores” de
la Nación]; Porfirio Díaz era el progreso, Villa y Zapata dos “forajidos”; el Imperio
esclavista del Brasil el “orden y la democracia” frente a Francisco Solano López, el dictador
autoritario; la Cuba independiente y sin analfabetismo, una “dictadura comunista”, y la
dictadura de Aramburu una “Revolución Argentina”; Getulio Vargas, un líder “fascista”, y
los coroneles del café y los militares la “democracia”. Un verdadero mundo al revés
construido de palabras y representaciones que pretenden ser “la verdad”.
b. La realidad presente de la República Bolivariana de Venezuela en relación con el
derecho a la Comunicación plural, popular y democrática.
“Insólito premio”, “un premio a quien no respeta la libertad de prensa”, “en
Venezuela el Estado controla los medios”, “se cerraron medios”, “hay un gobierno
autoritario”, etcétera; todas las voces de los grandes medios escritos, radiales y televisivos
repitieron las mismas consignas, pre-juicios y preguntas. Todos contribuyeron a construir
una idea de “extrañeza por un premio a la libertad de prensa a Chávez”, todos
contribuyeron a la idea de que en Venezuela se viola la libertad de expresión y que de
mínima el gobierno de Hugo Chávez no tenía ningún mérito o razón para recibir dicho
premio. En fin, allí no hay libertad, ni democracia ni prensa “libre”. En todo caso, el premio
se reducía así a una distinción “política” sin sustento lógico de ningún tipo [como si, por
ejemplo, el premio Nobel no tuviera connotaciones políticas].
9
Tanta homogeneidad en el discurso quizá oculte que puede haber medios y personas
que ignoren la realidad solo por no tomarse el trabajo de ver un poquito más allá de las
perspectivas ya instaladas. Hacia esas miradas de buena fe dirigimos estas líneas, pues
sabemos también de aquellos que conocen la realidad y simplemente mienten.
Algunos puntos deben ser remarcados porque fundamentan largamente esta
distinción entregada a Hugo Chávez:
- Primero: Venezuela es una democracia que funciona a pleno, con todos los derechos y
garantías de una república democrática y aún más: en los últimos diez años, el gobierno
de Chávez se ha sometido a quince procesos eleccionarios entre elecciones nacionales,
referéndums y plebiscitos. Se ha plebiscitado una nueva Constitución que garantiza los
derechos a la diversidad de género, cultural, a los pueblos originarios, ampliando los
derechos a la comunicación, la educación y los derechos sindicales y sociales. Funciona
regularmente el Parlamento y una serie de instituciones participativas de carácter
comunitario que surgieron a partir de la nueva Constitución Bolivariana.
- Segundo: las modificaciones en las condiciones sociales: “El porcentaje de hogares en
condiciones de pobreza se ha reducido en más de la mitad, desde un 54 por ciento en el
primer semestre de 2003 hasta un 26 por ciento para finales de 2008. El porcentaje de
hogares en extrema pobreza disminuyó aún más: una caída del 72 por ciento, hasta un 7
por ciento de hogares en condiciones de pobreza extrema”9.
“[…] la mortalidad infantil se ha reducido por más de un tercio, cayendo desde unas
21,4 hasta 13,7 defunciones por cada 1.000 nacidos vivos. Los beneficios más importantes
han sido para los niños de entre uno y once meses de edad: la tasa de mortalidad posneonatal se ha reducido por más de la mitad, cayendo desde 9,0 hasta 4,2 defunciones
por cada 1.000 nacidos vivos”10.
9
Mark Weisbrot, Rebecca Ray y Luis Sandoval. Center for Economic and Policy Research 1611 Connecticut
Avenue. NW, Suite 400 Washington DC, 2009, pág. 10.
10
Mark Weisbrot. Op. cit., pág. 12.
10
“[…] Aún más importante, las muertes relacionadas con la malnutrición se han
reducido por más de un 50 por ciento, desde 4,9 a 2,3 defunciones por cada 100.000
habitantes entre 1998 y 2006. Dos nuevos programas han contribuido a alcanzar estos
logros. En primer lugar, el Programa de Alimentación Escolar, el cual brinda desayunos,
almuerzos y refacciones gratis, se inició en 1999, beneficiando a un cuarto de millón de
estudiantes, que para 2008 ya alcanzaba más de cuatro millones de estudiantes”.
“[…] Un tercer avance en términos de salud se ha dado en el acceso al agua potable y
saneamiento, el cual se ha expandido desde la elección de Chávez al poder. Como se
muestra en el Gráfico 5, en 1998 el 80 por ciento de venezolanos tenía acceso a agua
potable y el 62 por ciento a servicios de saneamiento. En 2007, el 92 por ciento tenía
acceso a agua potable y el 82 por ciento a saneamiento".
“[…] Entre 1999 y 2007 el número de médicos de atención primaria en el sector público
aumentó por más de doce veces, de 1.628 a 19.571, brindando así atención médica a millones de
venezolanos en situación de pobreza que previamente no tenían acceso a servicios de salud. En
1998 el país contaba con 417 salas de emergencia, 74 centros de rehabilitación y 1.628 centros de
atención primaria en comparación con 721 salas de emergencia, 445 centros de
rehabilitación y 8.621 centros de atención primaria [incluyendo las 6.500 clínicas
populares, generalmente en barrios de escasos recursos] para febrero de 2007”11.
En materia de Educación, Venezuela, siguiendo la normativa de la UNESCO, ha sido
declarada territorio libre de analfabetismo, con un índice de analfabetismo por debajo del 4 por
ciento, incorporándose millones de personas al mundo de la lectura y la escritura.
- Tercero: acercándonos a la temática de la Comunicación, es necesario señalar que la
nueva Constitución Bolivariana del año 2000 le asigna a la comunicación la categoría de
Derecho. El artículo 57 establece la libertad de expresión sin censura previa, incluyendo la
responsabilización por el uso de ese derecho. El artículo 58 garantiza el derecho a una
comunicación libre y plural, a la información oportuna, veraz e imparcial, y establece el
derecho a replica. El artículo 107 garantiza la diversidad cultural en los medios y la
obligación de tomar en cuenta las necesidades de personas con capacidades diferentes a
11
Todas las citas de Wainsbrot. Op. cit.
11
la hora de comunicarse en forma masiva. El artículo 108 le otorga al Estado la obligación
de garantizar el acceso universal a la información. De modo que la Constitución
Venezolana garantiza los derechos básicos en materia comunicacional a todo el pueblo
Venezolano.
- Cuarto: el gobierno venezolano sancionó una Ley Orgánica de Telecomunicaciones que
dio pie a la creación de las Radios y Servicios de Comunicación Comunitarias. Todo ha sido
desarrollado a partir de un marco legal específico: la Ley Orgánica de Telecomunicaciones
y su Reglamento [año 2000]; el reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión organiza
las modalidades comunicacionales abiertas, comunitarias y de servicio público sin fines de
lucro [año 2002]; en el mismo puede leerse en su artículo tercero: “[…] las habilitaciones y
concesiones para el uso y explotación de emisoras comunitarias se otorgará a fundaciones
comunitarias, siempre y cuando cumplan entre algunos requisitos: con la capacidad e
idoneidad legal del solicitante; carácter democrático, participativo y plural del proyecto;
contar con la viabilidad económica y sostenibilidad del proyecto, así como un perfil social,
una vez cumplido con estos requisitos y comprobada la viabilidad técnica, se podrá
otorgar la concesión”12.
El Decreto Nº 1522 exonera además del pago de tributos a las radios y servicios
audiovisuales comunitarios. De esta forma en Venezuela se ha desarrollado un fuerte
movimiento de radios y televisiones comunitarias. Como resultado de esta legislación y el
apoyo del Estado [a través de la quita de impuestos o el apoyo crediticio] surgieron
cientos de radios comunitarias y decenas de televisoras locales comunitarias, en los
barrios y comunidades que antes estuvieron privadas completamente de voz.
- Quinto: lejos de controlar el espectro de la comunicación masiva, el Estado Venezolano
apenas ha desarrollado un sistema de medios públicos que logre hacer escuchar otras
12
Nerio Abreu, Edinson y Castro, Patricia Plumacher. “Situación legal de las radios comunitarias en el
municipio Maracaibo del estado Zulia”. En: Revista Quorum Académico. Universidad de Zuliá, Vol. 7, Nº 2,
págs. 11-32.
12
voces. Los siguientes datos demuestran objetivamente la realidad de este hecho: la
comparación entre la cuota de audiencia televisiva en Venezuela señala:
Año
Canales
Canales
Privados – Aire
Estatales
2000
80,79%
2,04%
2010
61,42%
5,44%
TV paga/cable
Total pauta
Total pauta
privada
pública
17,17%
97,96%
2,04%
33,14%
94,56%
5,44%
Cita: Weisbrot, Mark. Center for economic and Policy Research. Washington, 2010.
Cabe señalar a modo de comparación que en países europeos la cuota pública
televisiva es marcadamente superior: por ejemplo, del 37 por ciento en Francia y del 37,8
por ciento en Gran Bretaña [¿serán países con dictaduras estatales sobre la televisión?]. La
casi totalidad de los canales privados de cable y abiertos son completamente opositores al
gobierno [lo que cada uno de nosotros lectores podemos comprobar simplemente
encendiendo la televisión o leyendo los periódicos venezolanos en Internet].
Con relación a la penetración de Internet, puede comprobarse una marcada
expansión de conexiones durante el gobierno de Chávez: de 207.000 usuarios [el 0,85% de
la población] en 1998, a 2.200.000 en el año 2004 [el 7%], llegando a los 8.731.000 en
2010 [30,71%]13.
- Sexto: el gobierno de Hugo Chávez Frías impulsó la creación de TELESUR: Telesur es una
emisora Pan-Latinoamericana: la constituyen los siguientes países: Argentina, Bolivia,
Cuba, Ecuador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela. Además de este hecho innovador,
también innova Telesur en tener un Consejo Consultivo formado por intelectuales y
periodistas de diversas procedencias e ideologías: Adolfo Pérez Esquivel [premio Nobel
argentino], el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, el escritor uruguayo Eduardo
Galeano, el literato pakistaní Tarik Alí, el politólogo y cineasta estadounidense Saul
Landau, el redactor en Jefe de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, el cineasta
Tristán Bauer y el actor/activista norteamericano Danny Glover.
13
Fuente: Tendencias digitales, 5 de febrero, año 2010, Caracas.
13
La cadena Telesur presenta una perspectiva alternativa y contra-hegemónica a las de
las grandes cadenas televisivas privadas u originadas en los países centrales, cumpliendo
con un rol clave para que la voz de los países del Tercer Mundo pueda ser escuchada sin
filtros e interferencias14.
- Séptimo: las acusaciones de “cierre” de medios de comunicación en Venezuela, dejan de
lado en forma tendenciosa que los cierres no tienen que ver con la voluntad del
presidente [como si fuera una decisión “personal”], sino con la resistencia de los medios
de ese país a cumplir con la normativa vigente.
Los que señalan permanentemente las famosas 34 emisoras que fueron “cerradas”
se olvidan de señalar el procedimiento: se constituyó una Comisión para analizar la
situación de las concesiones estatales en las emisoras venezolanas, y el resultado fue el
siguiente: varias emisoras directamente ignoraron la legalidad de la comisión estatal; otras
tenían sus concesiones caducas o estaban a cargo de testaferros, pues sus originales
concesionados habían fallecido; otras no tenían ni siquiera autorización para transmitir, y
hubo algunas que se negaron repetidamente a transmitir en cadena nacional como obliga
la ley venezolana [y la de la mayoría de los países del continente].
Se detectaron doscientas emisoras en esa situación, se les dio un plazo para la
regularización y 166 emisoras lo hicieron. Las 34 restantes, ya sea por decisión política o
por falta de interés, no lo hicieron y perdieron por lo tanto sus licencias.
Lo mismo que Venezuela hizo el gobierno español en 2005, cerrando por falta de
cumplimiento con la ley la cantidad de 21 emisoras de televisión y 33 radios. Nadie dijo
que Zapatero era enemigo de la “libertad de expresión”15.
En el caso del “cierre” del Canal de aire RCTV, el gobierno de Chávez simplemente no
le renovó la licencia cumpliendo con los requisitos establecidos en la Constitución
Venezolana y en los mecanismos de concesión de todo el mundo. El canal de aire RCTV
encabezó en 2000 el golpe de Estado militar y empresarial que derrocó
momentáneamente al gobierno democrático de Hugo Chávez y durante el cual se produjo
14
15
Fuente: www.telesurtv.net
Bruschtein, Luis. Página/12, sábado 2 de abril de 2011, pág. 4.
14
el único cierre de un canal de aire en la Venezuela de Chávez: los militares cortaron la
transmisión del por entonces único canal público que apoyaba correctamente al gobierno
constitucional de Chávez. La persona que encabezó ese corte ilegal hoy es diputado
opositor en el parlamento venezolano.
En fin, cierro este artículo con la esperanza de haber problematizado al menos la
cuestión de la naturaleza de los movimientos populares y democráticos en América Latina
y su relación con la construcción del discurso sobre lo que son o pretenden ser. La
construcción de un discurso dominante donde la democracia real es vista como autoritaria
y las prácticas represivas de la palabra, de la imagen [y hasta de las personas] son vistas
como “legales” o al menos “razonables”.
No es una historia nueva. La tensión entre gobiernos populares y construcción de un
discurso que los deslegitime es, como hemos visto, una constante en nuestra historia
latinoamericana. Hemos sido testigos presenciales durante estos días de un capítulo más
de esta larga batalla contra la voluntad hegemónica que pretende encadenar la palabra y,
a través de ella, a los sujetos individuales y sociales.
15
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