A C U E R D O

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A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 15 de abril de
2015, habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto
en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden
de votación: doctores Soria, Pettigiani, de Lázzari, Hitters,
Negri, Kogan, Genoud, se reúnen los señores jueces de la
Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar
sentencia definitiva en la causa C. 107.920, "Martínez Vda. de
Villalba, María E. contra Municipalidad de Mercedes. Daños y
perjuicios".
A N T E C E D E N T E S
La Sala I de la Cámara de Apelación en lo
Civil y Comercial del Departamento Judicial de Mercedes revocó
el pronunciamiento de primera instancia que había rechazado la
acción promovida (fs. 529/540 vta.).
Interpusieron
la
actora
(fs.
556/561),
la
comuna accionada (fs. 562/565 vta.) y "Provincia A.R.T. S.A."
-citada como tercero en los términos del art. 94 del Código
Procesal
Civil
y
Comercial
(fs.
567/580
vta.)-,
sendos
recursos extraordinarios de inaplicabilidad de ley.
Dictada
la
providencia
de
autos
y
encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la
Suprema Corte resolvió plantear y votar las siguientes
C U E S T I O N E S
1ª. ¿Es fundado el recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley interpuesto por "Provincia A.R.T. S.A"
a fs. 567/580 vta.?
En su caso,
2ª. ¿Lo es el de fs. 562/565 vta. deducido por
la municipalidad accionada?
En su caso,
3ª. ¿Lo es el de fs. 556/561 interpuesto por
los coactores?
V O T A C I Ó N
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Soria dijo:
I. Los señores María Elena Martínez -viuda de
Villalba- por sí y en representación de su hija –por entoncesmenor de edad, María de los Milagros Villalba, Jorge Alberto
Villalba,
Adriana
Luján
Villalba,
Oscar
Antonio
Villalba,
Gabriel Eduardo Villalba, Sandra Beatriz Villalba y Blanca
Elena Villalba promovieron acción de daños y perjuicios contra
la Municipalidad de Mercedes (fs. 21/31 vta. y ampliación de
fs. 34/35).
Relataron que el día 30 de noviembre de 1999
falleció don Oscar Amadeo Villalba -esposo y padre de los
actores- a raíz de un paro cardiorrespiratorio precedido de
una
descompensación
cardíaca
sufrida
el
día
anterior,
en
ocasión en que el causante se encontraba en el desempeño de
sus labores habituales como encargado del natatorio y lugar de
recreación denominado "Parque Nuevo", ubicado a la vera del
Río Luján, al cual se ingresa por calle República de Chile y
Ruta provincial 41 (fs. 21 vta./22).
Refirieron que el evento dañoso ocurrió en
horas del mediodía -con una temperatura de 32°- cuando el
señor Villalba se encontraba limpiando una de las piletas del
recreo -de veinte metros de largo por diez de ancho- sin
ningún tipo de
proveyó
de
apropiado,
tarea
donde
protección, ya que el empleador nunca lo
guantes,
anteojeras,
elementos
se
está
barbijo,
imprescindibles
en
contacto
para
con
casco
o
calzado
desarrollar
sustancias
una
químicas
dañinas para la salud como son cloro, amoníaco, pesticidas y
distintos tipos de detergentes y limpiadores, manejándose en
un lugar que posee 2,5 metros de profundidad, a los cuales
debía ascender y descender transportando todo el peso que
representaban sus elementos de trabajo (fs. 22).
Fundaron el reclamo en los arts. 1109 y 1113
del Código Civil y 75 de la Ley de Contrato de Trabajo, así
como en lo normado en los incs. "a", "b" y "c" del art. 4 y
"a", "e" e "i" del art. 9 de la ley 19.587 (fs. 29 vta.) y
plantearon, para el caso de que la accionada pretendiera
encausar la cuestión jurídica al amparo de la ley 24.557 de
infortunios
laborales,
la
inconstitucionalidad
de
diversos
artículos de la misma (fs. 23 vta./25 vta.).
Corrido el traslado de ley, la Municipalidad
de Mercedes objetó el planteo de inconstitucionalidad de la
ley 24.557 y opuso excepciones de incompetencia y de falta de
acción. Al contestar la demanda, enfatizó que en carácter de
encargado "de hecho", Villalba no realizaba las tareas más
arduas o que le demandaran un esfuerzo físico considerable, ya
que las mismas eran efectuadas por agentes más jóvenes. Negó
que el causante hubiese realizado la limpieza del natatorio o
que, en su caso, lo hubiese hecho solo y en el marco de altas
temperaturas,
ya
que
para
tal
menester
los
empleados
ingresaban a las 6 de la mañana, justamente para no verse
sometidos a ese calor, demandándoles la tarea no más de dos
horas, siendo la misma llevada a cabo por no menos de cuatro
empleados jóvenes que recibían las directivas de Villalba (fs.
52 vta./53). Dedujo de ello su falta de responsabilidad por
ausencia de nexo causal alguno entre la enfermedad sufrida por
Villalba y las tareas realizadas (fs. 53 vta.). Citó, en los
términos del art. 94 y sgts. del Código Procesal Civil y
Comercial, a "Provincia Aseguradora de Riesgos del Trabajo
S.A." (fs. 58).
Al
contestar
la
respectiva
citación,
la
aseguradora opuso excepción de falta de legitimación pasiva y
defensa de "no seguro", considerando a la vez improcedente la
citación
misma.
Subsidiariamente,
contestó
la
demanda
entablada, solicitando su rechazo (fs. 138/149).
Explicó que en su momento había comunicado el
rechazo del siniestro -tanto a la comuna asegurada como a los
derechohabientes del señor Villalba- por no tratarse de una
contingencia prevista en el art. 6 de la ley 24.557, ya que la
causa del deceso se originó en una enfermedad inculpable -paro
cardiorrespiratorio- (fs. 140 vta./141 vta.).
Sin perjuicio de ello, conjeturó que habiendo
los actores fundamentado su pretensión en la responsabilidad
objetiva prevista en el art. 1113 del Código Civil, bien valía
preguntarse cuál era la cosa riesgosa o actividad riesgosa en
autos pues, a su entender, nada habían dicho los actores en su
demanda, no existiendo entonces individualización del factor
de atribución. Acotó luego que era evidente que en autos el
actor se había limitado a narrar una serie de hechos sin
mencionar, ni menos probar, la relación de causalidad adecuada
entre
la
actividad
laboral
desplegada
por
Villalba
y
la
de
la
enfermedad que le causó la muerte (fs. 141 vta./142).
II.
Según
se
adelantara,
la
Sala
I
Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial departamental
revocó el pronunciamiento dictado en la instancia liminar que,
a
su
turno,
había
rechazando
la
acción
promovida.
En
consecuencia, condenó al municipio demandado a abonar diversas
sumas indemnizatorias fijadas en favor de cada uno de los
coactores,
haciendo
extensiva
dicha
condena
a
"Provincia
A.R.T. Seguros S.A." en el límite del respectivo contrato de
seguro. Impuso las costas de ambas instancias a la demandada
y, también en el límite de la cobertura contratada, a la
aseguradora (fs. 529/540 vta.).
Para así decidir el tribunal de alzada expuso
las razones por las que acogió la pretensión resarcitoria.
En
primer
lugar,
tras
descartar
que
la
descompensación cardíaca denunciada se hubiese producido en
horas del mediodía a una temperatura de 32º y que entre los
elementos
utilizados
para
la
limpieza
del
natatorio
se
utilizara amoníaco o pesticidas, consideró, en cambio, probado
el uso del cloro y que la víctima no contaba con elementos de
protección, como máscaras o barbijos, para llevar a cabo esa
labor (fs. 533).
Con invocación de lo dispuesto por el decreto
658/1996 -reglamentario del art. 8 inc. 2° de la ley 24.557- y
de
los
informes
ampliatorios
de
los
peritos
Latrónico
y
Pellegrini (fs. 497 y vta.), calificó como "riesgosa", en los
términos del art. 1113 segundo párrafo, 2ª parte del Código
Civil, a la utilización de cloro en cantidades importantes
para la limpieza de piletas municipales de uso público, y
subsumió el presente caso en ese enunciado normativo (fs.
532/534 vta.).
Valoró
también
que
la
actividad
laboral
desarrollada en contacto respiratorio con el cloro fue el
factor desencadenante del infarto agudo de miocardio sufrido
por
Villalba,
que
operó
sobre
una
enfermedad
de
base
o
patología crónica (arteroesclerosis [rectius: aterosclerosis]
según el perito doctor Pellegrini). Es decir, esta última
actuó como concausa (fs. 535).
El
a
quo
tuvo
presente
la
opinión
de
los
peritos médicos, según la cual la utilización de cloro para la
tarea laboral requiere de medidas de prevención por parte de
la parte empleadora (v. fs. 505 vta. y 508 vta.), así como
controles periódicos (fs. 506 vta.) que en el caso no se
adoptaron (fs. 535 vta.).
Destacó también las consideraciones expuestas
por el doctor Pellegrini en el caso de operarios que manipulan
sustancias cloradas (fs. 508 vta.).
Por otra parte, por cuanto los peritos médicos
no fijaron el grado o porcentaje en que la actividad laboral
incidió en la muerte de Villalba (es decir, no determinaron la
proporción de cada concausa: la enfermedad preexistente y la
actividad
laboral),
la
Cámara
consideró
que
correspondía
estimarla en un 50% (arg. art. 165 tercer párrafo, C.P.C.C.;
fs. 536); y condenó por una serie de rubros indemnizatorios,
incluyendo el daño moral e intereses (fs. 536/537 y vta.), a
favor de la cónyuge supérstite y los hijos del causante.
III. Contra esta decisión se alza "Provincia
Aseguradora de Riesgos del Trabajo S.A." mediante recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley en el que denuncia
violación de los arts. 17 y 18 de la Constitución nacional y
31 y 171 de su par provincial; 163 incs. 3 y 4, 272 y 384 del
Código Procesal Civil y Comercial; 21, 622, 656 segunda parte,
953, 1071 y 1198 del Código Civil; 6, 21, 22, 39 y concs. de
la ley 24.557, el decreto 658/1996 y doctrina legal de esta
Corte. Denuncia, asimismo, absurdo en la labor de apreciación
probatoria y hace reserva del caso federal (fs. 567/580 vta.).
Controvierte los motivos aducidos en el fallo
de condena mediante una serie de argumentos impugnativos, a
saber:
Objeta,
por
una
parte,
la
calificación
de
"riesgosa" que la Cámara adjudica a la actividad de limpieza
de los natatorios con utilización de cloro, cuestiona por
errónea la interpretación y aplicación del art. 8 inc. 2° del
decreto 658/1996, por absurda la valoración de los hechos e
informes periciales efectuada por la Cámara en la sentencia
(fs. 569/571).
En
ese
orden
argumental,
descalifica
la
relación de causalidad entre las labores de limpieza del
natatorio y el deceso de Villalba que establece el fallo (fs.
571/573 vta.). Así, enfatiza que del examen físico de la
víctima no surgen elementos probatorios que revelen contacto
con cloro.
Luego
de
aducir
que
existe
violación
al
principio de congruencia (fs. 573 vta./576), desde que, en su
parecer, el pronunciamiento aborda cuestiones no propuestas
por las partes, insiste en su absurdidad, que le atribuye
ahora en lo relativo a la imputación de responsabilidad con
apoyo en el art. 1074 del Código Civil (fs. 576/577 vta.).
Por último, entiende infringida la doctrina
legal vigente y legislación en la materia, al condenarse a su
parte
a
cubrir
contemplada
en
una
el
"patología
listado
de
extrasistémica
enfermedades
o
no
profesionales
658/1996" (fs. 578/580 vta.).
IV. El recurso prospera parcialmente, pues en
cierta medida el escrito impugnatorio evidencia absurdo en la
apreciación de las constancias objetivas de la causa, y cómo a
partir
de
ello
distribuye
la
responsabilidad
del
hecho.
Veamos.
1.
Para
atribuir
responsabilidad
a
la
Municipalidad de Mercedes, y por vía indirecta a Provincia
A.R.T. S.A, el tribunal estimó acreditada la relación de
causalidad sobre la base de lo dictaminado en la experticia
del doctor Pellegrini (fs. 423 vta.). Allí, se señala que "...
el cuadro patológico obedece a una enfermedad inculpable, que
fue desencadenada por las actividades laborales habituales en
las
que
se
encontraba
el
señor
Villalba
al
momento
de
producirse el evento agudo (preinfarto), como son: actividad
física (subir y bajar escaleras con o sin peso adicional
(pileta de natación de 2,5 mts. de profundidad); la presencia
de sustancias irritantes de piel, ojos y aparato respiratorio
(cloro) en contacto directo con el mismo (inhalación), sin
protección adecuada, es un factor adicional que se sumó al
principal, como es el déficit de oxigeno al miocardio producto
de una mala circulación coronaria".
En mérito a esa mención pericial, el a quo
sostuvo
contacto
que
"...
la
actividad
respiratorio
con
laboral
el
cloro,
desarrollada,
fue
el
en
factor
desencadenante del infarto agudo de miocardio sufrido por
Villalba" (fs. 535). A su criterio, la conjunción entre el
desempeño de las labores habituales del señor Villalba, sumado
al contacto con el cloro desencadenaron el luctuoso final.
2.
Asiste
un
cierto
grado
de
razón
al
impugnante, en cuanto descalifica por absurdo al fallo, basado
en que las motivaciones que esgrime se apoyan en un pasaje
aislado
de
la
pericia,
con
descuido
del
contexto
y
las
constancias probadas de la causa, que condujo al juzgador a
postular
una
atribución
de
responsabilidad
sin
que
esté
acreditado, en la medida propiciada en el fallo, el nexo
causal
entre
los
hechos
genéricamente
invocados
y
la
producción del perjuicio, por cuya reparación se ha dictado la
condena.
En
el
sub
lite
no
se
ha
probado
que
el
contacto con el cloro y el desarrollo de la actividad normal
que cumplía Villalba hayan tenido el mismo nivel de incidencia
que la enfermedad de base que éste padecía para desencadenar
el infarto de miocardio sufrido por éste.
a. A fs. 223 obra el informe confeccionado
cuando Villalba ingresa al Hospital Dubarry, donde se detalla
su estado de salud general. De dicho documento no surge
ninguno de los síntomas que los peritos atribuyen al contacto
con el cloro
(vgr.
ocular),
se
ni
irritaciones
mencionan
en
la
piel,
dificultades
en
congestión
las
vías
respiratorias.
Si bien se encuentra acreditado que el día
30
de
diciembre
de
1999
el
señor
Villalba
estuvo
en
contacto con el cloro en horas de la mañana, no lo está que
ello haya tenido incidencia alguna en su estado de salud,
precipitando el evento cardíaco que padeció.
En
puntualiza,
permitan
a
este
fs.
tener
sentido
421,
por
la
el
ausencia
acreditado
que
doctor
de
el
Pellegrini
elementos
cloro
que
provocó
afecciones en el físico del agente.
Cuando la Cámara solicitó como medida para
mejor proveer ampliaciones a los peritos, éstos pusieron en
evidencia que los trastornos de salud que puede acarrear el
contacto con el cloro pueden presentarse bajo determinadas
circunstancias
Latrónico
que
indica
no
"...
se
dan
una
en
autos.
exposición
Así,
aguda
el
doctor
a
altas
concentraciones de cloro" como causal de edema pulmonar o
líquido patológico en el pulmón (fs. 504), y agrega: "...
en
caso
de
patología
broncoenfisema,
actuar
preexistente
cardiopatías,
como
desencadenante
la
ejemplo
exposición
de
tabaquismo,
aguda
puede
descompensación
con
alteraciones del medio interno, producción de arritmias,
fallas multiorgánicas y muerte" (fs. 505).
A
similares
conclusiones
arriba
el
doctor
Pellegrini en sus ampliaciones de fs. 506/509.
Está claro que las circunstancias en las que
Villalba manipulaba el cloro no se condicen con las descriptas
por los expertos. No había una exposición aguda, ni habitual
al cloro, ni en altas concentraciones de esa sustancia.
Sobre
la
base
de
tales
premisas,
resulta
absurdo poner en un pie de igualdad a la endeble situación
coronaria que padecía Villalba con el contacto con cloro, e
indicar que éste último factor contribuyó en igual medida que
el primero al luctuoso desenlace del demandante.
b. La sentencia reproduce un párrafo vertido
por el perito a fs. 423, de la siguiente manera: "La jueza se
sustenta en el informe del Dr. Pellegrini que da cuenta de que
Villalba sufrió un evento agudo de isquemia de miocardio sobre
una
muy
probable
patología
crónica
(arterosclerosis),
obedeciendo el cuadro patológico a una enfermedad inculpable,
que
fue
desencadenada
por
las
actividades
laborales
habituales, y cita al efecto: ‘actividad física (subir y bajar
escaleras
con
o
sin
peso
adicional
...
la
presencia
de
sustancias irritantes de piel, ojos y aparato respiratorio
(cloro) en contacto directo con el mismo (inhalación), sin
protección
adecuada’,
todo
lo
cual
implica
‘un
factor
adicional que se suma al principal, como es el déficit de
oxigeno
al
miocardio
producto
de
una
mala
circulación
coronaria’ (fs. 423)" (v. fs. 535).
Si
bien
una
lectura
rápida
de
ese
tramo
llevaría a coincidir con la decisión, a poco de examinarla con
estrictez,
e
circunstancias
incorporar
que
otros
reflejan
el
elementos,
desvío
se
aprecian
valorativo
que
la
invalida.
Ante la impugnación de la pericia por parte de
la hoy recurrente, el experto aclaró que el infarto agudo de
miocardio
"...
se
origina
por
un
déficit
de
oxígeno
al
corazón. Que la explicación científica de dicho déficit es una
aguda obstrucción de las arterias coronarias, por el mecanismo
explicado
en
arteriosclerótica
consideraciones
preexistente
médico
aun
no
legales
crítica
que
(lesión
sufre
desgarros o rupturas). Por último, la actividad física puede
agravarlo o desencadenarlo, cualquier actividad, habitual o
extraordinaria (en este caso se produce justamente en momentos
en que el actor desempeñaba sus tareas habituales), por el
simple hecho que el trabajo muscular le requieren al corazón
más oxígeno, y esto es mas trabajo para el mismo corazón, que
también es un músculo, al no obtenerlo el corazón primero
sufre
isquemia
(dolor,
preinfarto)
y
luego
la
zona
mal
irrigada muere (infarto)" (ver fs. 439).
Lo
expuesto
en
el
fallo
en
cuanto
reputa
incontrovertible "... que la actividad laboral desarrollada,
en
contacto
respiratorio
con
el
cloro,
fue
el
factor
desencadenante del infarto agudo de miocardio sufrido por
Villalba", constituye una conclusión absurda, pues traza un
paralelismo
entre
la
actividad
que
Villalba
estaba
desarrollando y la situación coronaria que éste padecía, lo
que
se
contrapone
con
las
conclusiones
de
la
experticia
mencionada. En rigor, y al estar la enfermedad cardiaca de
base en ciernes, cualquier tipo de actividad que exigiera
mayor cantidad de oxígeno hubiese podido presentarse como el
disparador del infarto. En el
sub lite, la actividad de
Villalba
cloro,
en
desencadenante
contacto
de
un
con
el
suceso
en
obró
estado
de
sólo
como
el
latencia
(o
relativamente inminente). Sobre la base de ello, equiparar las
circunstancias de salud de Villalba al uso del cloro propio de
su
actividad
resulta
absurdo,
pues
está
claro
que
ambas
cuestiones no concurren con el mismo grado de incidencia al
desencadenamiento del infarto.
En suma, si bien las circunstancias laborales
en que se encontraba Villalba aquella mañana, particularmente
el contacto con el cloro, no pasaron desapercibidas para su
sistema coronario, lo cierto es que tampoco pudieron tener la
notoriedad que se le endilga en el fallo.
Tal disquisición en cuanto al porcentaje de
gravitación de cada uno de los factores que concurrieron al
evento debe proyectarse en la solución del caso. En tal idea
rectora considero que la actividad desempeñaba por Villalba
-en
conjunción
incidencia
del
con
la
diez
por
utilización
ciento
de
(10%)
cloroen
el
tuvo
una
infarto
de
miocardio que culminó con su vida. Sobre la base de ello,
entiendo que la sentencia incurre en un absurdo valorativo en
cuanto a la participación de cada factor.
3.
En
otro
orden
de
cuestiones,
la
A.R.T.
plantea un agravio tendiente a demostrar la violación al
principio de congruencia, por cuanto el tribunal indebidamente
le habría atribuido responsabilidad en los términos del art.
1074 del Código Civil, en base al incumplimiento de sus
deberes de control.
Si
demandante,
bien
pues
esta
en
este
tramo
cuestión
ha
asiste
sido
razón
al
introducida
subrepticiamente por el a quo, lo cierto es que amén de ello,
también se le endilga responsabilidad en los términos del
contrato que la une con la comuna y finalmente su condena es
en
estos
términos.
Esto
es,
más
allá
del
yerro
en
el
desarrollo de la sentencia, la imputación de responsabilidad
de la aseguradora no tiene base en el art. 1074.
Habiendo
delimitado
el
marco
de
responsabilidad, deviene insuficiente el agravio ensayado por
la aseguradora a fs. 578, pues en primer término el cerrado
sistema establecido por la Ley de Riesgos del Trabajo sí ha
sido debidamente controvertido por la actora (ver fs. 24),
quien contrariamente a lo dicho por el impugnante, ha dado
andamiaje a esta cuestión en los términos del derecho común.
Por otra parte, el embate del recurrente se dirige a disputar
con el criterio del Tribunal, mas no logra evidenciar yerro
por parte del a quo, quien sobre la base de la doctrina
sentada en el precedente "Castro" de esta Corte (L. 81.216,
sent. de 22-X-2003) ha atribuido la responsabilidad de la
aseguradora.
Por ello, debe desestimarse el recurso en este
segmento de análisis.
4. Por lo expuesto, corresponde hacer lugar al
presente
impugnada
recurso
en
deducido,
cuanto
al
dejar
grado
de
sin
efecto
la
sentencia
responsabilidad
que
le
atribuye al obrar de los accionados, y fijar el mismo en un
diez por ciento (10%).
En
cuanto
al
monto
de
la
indemnización
se
mantiene lo fijado por el tribunal de alzada. Atento a como se
ha resuelto la cuestión, las costas de todas las instancias se
imponen en un porcentaje de un 20% a la demandada parcialmente
vencedora en esta instancia y un 80% a la parte actora (conf.
arts. 68, 71, 274 y 289, C.P.C.C.).
Con
el
alcance
indicado,
voto
por
la
afirmativa.
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Pettigiani dijo:
Por los mismos fundamentos adhiero al voto del
doctor Soria.
Encuentro que la solución que aquí se propicia
debe alcanzar a la Municipalidad de Mercedes accionada, no
obstante su impugnación autónoma de fs. 562/565 vta., por
otros fundamentos, atento a la naturaleza in solidum de la
obligación, pues la pretensa aceptación de la responsabilidad
que le endilgara la Cámara de Apelación por parte de éste lo
fue sobre la base de hechos comunes, por lo que juzgo que debe
comunicársele
aseguradora
el
en
beneficio
cuanto
personal
fuera
exonerada
obtenido
por
la
parcialmente
de
responsabilidad en esta instancia extraordinaria conforme la
doctrina legal de esta Suprema Corte de Justicia (Ac. 62.638,
"Retondini", sent. del 31-III-1998; Ac. 63.968, "Gómez", sent.
del 15-VI-1998; entre otras).
En
el
mismo
sentido
se
había
expedido
el
maestro Couture, quien nos señalaba, como excepción a la regla
de la personalidad de los recursos, que "Se reserva, sin
embargo, una solución distinta de ésta, en los casos de
solidaridad
litigiosa,
o
ya
de
que
indivisibilidad
en
esos
casos
material
de
-sostenía-
la
la
cosa
sentencia
beneficia o perjudica al deudor solidario o al comunero.
Agregaba que tal circunstancia, impuesta por la fuerza misma
de las cosas, no alteraba el alcance del principio de la
personalidad
de
la
apelación"
(Couture,
Eduardo
J.
"Fundamentos de Derecho Procesal Civil", ed. Depalma, 1958,
págs. 369-370).
En nuestro medio Palacio también adhirió a esa
postura sosteniendo la excepción a la mencionada regla de la
personalidad del recurso en ocasiones en que aplicar la misma
condujera
al
pronunciamiento
de
sentencias
contradictorias
respecto de un hecho común -no defensas concernientes a hechos
personales-
a
todos
los
litisconsortes
(Palacio,
Lino
E.
"Manual de Derecho Procesal Civil", 18a ed. actualizada, Lexis
Nexis, 2005, p. 283).
El XX Congreso Nacional de Derecho Procesal
celebrado
en
San
Martín
de
los
Andes
(com.
B
punto
14)
concluyó, en igual sentido, que la apelación en el caso de
litisconsorcio facultativo, cuando el hecho debatido sea común
a todos los litisconsorcistas, tiene efecto expansivo a todos
ellos aunque no hubiesen apelado (citado por Falcón, Enrique
M. "Tratado de Derecho Procesal", ed. Rubinzal-Culzoni, 2006,
T. 1, pág. 327).
Voto por la afirmativa.
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor de Lázzari:
I. En el escrito postulatorio, entre otras
alegaciones, se pone el acento en la conducta omisiva del
empleador desde dos perspectivas: a) que desempeñándose la
labor
de
la
víctima
en
contacto
con
sustancias
químicas
(cloro, entre otras) dañinas para la salud, nunca se le
proveyó
de
guantes,
anteojeras,
barbijo,
casco
y
calzado
apropiado, elementos todos ellos imprescindibles (fs. 22). b)
Que no se cumplió con la obligación de someter al empleado a
controles
detectar
médicos
su
periódicos,
insuficiencia
lo
que
cardíaca
hubiera
y
permitido
consiguientemente
asignarle tareas acordes a su aptitud física. De allí que
mencione el incumplimiento a los recaudos previstos en los
arts. 75 de la Ley de Contrato de Trabajo y 4 y 9 incs. "a",
"e", "i" de la ley 19.487 (fs. 22 vta./23).
II.
La
sentencia
en
revisión,
de
su
lado,
reconoce plenamente la incidencia de estos factores. Luego de
calificar a la actividad cumplimentada por el operario de
actividad riesgosa encuadrable en el art. 1113 segundo párrafo
del Código Civil, enuncia expresamente que "la utilización del
cloro para la tarea laboral requiere de medidas de prevención
por parte de la parte empleadora (provisión de máscara fácil
completa o semimáscara con filtro para gases, antiparras,
botas, ropa adecuada, fs. 505 vta. y 508 y vta.), que en el
caso no se tomaron o se hizo en forma deficiente (fs. 288/90,
303/05, inc., pericial contable de fs. 381/88), siendo de
señalar que el estatuto del empleado municipal (ley 11.757,
fs. 510/20) contempla el derecho del empleado a la provisión
de ropa y útiles de trabajo conforme a la índole de las tareas
(art. 52). Asimismo, el perito doctor Latrónico señala que en
el marco de la prevención y promoción de la salud, deben
realizarse controles periódicos en el ámbito laboral a fin de
determinar la aptitud para las tareas a desarrollar, que en la
actualidad efectúan las ART (fs. 506 vta.), y el doctor
Pellegrini expresa que los controles que deben realizarse en
el caso de operarios que manipulan sustancias cloradas son
periódicos (examen clínico con la determinación de estudios
complementarios (fs. 508 vta.). Estos controles, según surge
de autos, no se realizaron (inf. pericial de fs. 381/88, test.
fs. 291/92, 303/05)".
III.
absurdo
en
la
En
el
apreciación
recurso
en
probatoria
examen
se
denuncia
controvirtiéndose
la
calificación de riesgosa de la actividad prestada por el
fallecido
así
como
la
relación
de
causalidad
entre
esa
actividad y el daño. Se trata de consideraciones que versan
sobre la valoración de las pericias existentes, en un terreno
fáctico en el que no se aprecia claramente demostrada la
existencia del vicio de absurdo.
Ahora bien, la atenta lectura del alzamiento
demuestra que este último se abstiene de refutar, discutir o
contradecir las bases sentenciales que he subrayado en el
apartado precedente, esto es, las omisiones que han dado
sustento a la concausalidad. En estas condiciones, siendo
requisito
recurso
ineludible
extraordinario
de
la
una
adecuada
impugnación
fundamentación
concreta,
del
directa
y
eficaz de las motivaciones esenciales que contiene el fallo
objetado,
cabe
concluir
en
su
insuficiencia
(art.
279,
C.P.C.C.).
IV. En relación al agravio vinculado con la
supuesta violación del principio de congruencia, comparto la
desestimación expuesta por el doctor Soria en el ap. 3 de su
voto.
V. Corresponde en consecuencia el rechazo del
recurso planteado, con costas al recurrente (arts. 68 y 289,
C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
A la primera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Hitters dijo:
Por compartir sus fundamentos, adhiero al voto
del doctor Soria.
Voto por la afirmativa.
Los señores jueces doctores Negri y Kogan, por
los mismos fundamentos del señor Juez doctor de Lázzari,
votaron la primera cuestión también por la negativa.
El señor Juez doctor Genoud, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor Soria, votó la primera
cuestión también por la afirmativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez
doctor Soria dijo:
1. Si bien no adherí a la doctrina sentada por
este Tribunal en el precedente "Ocon" (C. 96.831, sent. de 14IV-2010, reiterado en C. 104.663, sent. de 2-III-2011 y en C.
105.172, sent. de 5-III-2013), donde se resolvió por mayoría
que corresponde extender lo resuelto incluso en relación a la
parte que no impugnó la decisión objeto de análisis revocada
en sede extraordinaria, lo decidido en la primera cuestión
alcanza también a la comuna.
No obstante ello, es dable aclarar que si bien
la municipalidad efectivamente impugnó el fallo en crisis, su
protesta -por los motivos que seguidamente expondré- resulta
insuficiente, circunstancia que equipara la presente cuestión
a la citada doctrina de este Tribunal.
2. Aclarado ello, cabe poner de relieve que la
apertura
de
esta
instancia
de
excepción
y
la
solución
propiciada al decidir la primera cuestión se debió de modo
exclusivo a la impugnación de la Aseguradora, pues el embate
del municipio, por su manifiesta insuficiencia, no hubiese
logrado recalar en esta sede.
Así,
calificación
de
el
riesgosa
recurrente
de
la
se
función
agravia
de
la
desempeñada
por
Villalba, cuando en rigor de verdad no fue su función sino una
labor
específica.
El
embate
pues,
pierde
de
vista
esta
circunstancia mostrando así su falta de certeza sobre el punto
neurálgico de la decisión.
En la fracción referida a la falta de prueba y
la relación de causalidad (fs. 563 vta.), se observa que el
ataque
desplegado
por
el
apelante
se
agota
en
la
mera
enunciación sin ahondar en mayores fundamentos que permitan
socavar la estructura del decisorio. Sus expresiones quedan al
borde de la promiscuidad.
Ha dicho esta Corte que resulta insuficiente
el recurso extraordinario que -como en este caso- soslaya la
impugnación concreta, directa y eficaz de las motivaciones
esenciales que tuvo en cuenta la Cámara para sentenciar como
lo ha hecho, dejando incólume el fundamento en el que descansa
(conf. doct. C 98.779, sent. de 9-IX-2009; C. 102.641, sent.
de 28-IX-2011).
3. De otro lado, la comuna se agravia de la
fijación del monto indemnizatorio (fs. 564), el que encuentra
excesivo.
Al respecto, conforme inveterada doctrina de
esta Corte, la determinación y cuantificación de los daños y
perjuicios también constituye una facultad privativa de los
jueces
de
grado,
extraordinaria,
salvo
inabordable
el
supuesto
en
principio
excepcional
en
de
sede
absurdo
(conf. causas C.102.641, sent. de 28-IX-2011) que no se logra
patentizar en el sub lite.
Sobre la base de lo expuesto, no logra el
impugnante acreditar el vicio de absurdo en la fijación del
quantum que efectuara la alzada.
4. En virtud de las consideraciones vertidas,
y de cara a lo señalado en el punto "1" de este voto, más allá
del
rechazo
presente
con
el
protesta,
que
irremediablemente
corresponde
hacer
se
toparía
extensiva
a
la
la
Municipalidad de Mercedes lo decidido en la primera cuestión,
sin perjuicio de la aplicación de las costas que, en atención
al modo en que se resuelve la presente cuestión, deberán pesar
sobre la comuna (conf. arts. 68 y 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez
doctor Pettigiani dijo:
Por los mismos fundamentos adhiero al voto del
doctor Soria conforme lo expuesto en los puntos 2, 3 y 4 del
mismo.
Voto por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez
doctor de Lázzari dijo:
I. Análogo déficit al indicado en la primera
cuestión padece el recurso de la Municipalidad de Mercedes.
En su crítica, el recurrente transita en forma
desarticulada por distintos carriles. Por un lado, condiciona
la actividad laboral a tareas exclusivas de supervisión de
otros operarios encargados de limpiar el natatorio y desde ese
cuadrante reprocha que a esa tarea se la haya incluido en la
definición de cosa productora de riesgo -v. fs. 563-. Por otro
extremo, en un intento de desplazamiento total hacia otro
centro de imputación ingresa en la calificación de enfermedad
inculpable -ver fs. 563 vta. y 564-.
Sin
paralelos
embargo,
-huérfanos
de
en
estos
apoyatura
cuestionamientos
probatoria-
no
se
controvierte la estructura de la cual parte el fallo al que se
ha hecho mención al tratar el recurso de la A.R.T. En este
sentido, ha dicho esta Corte que "es insuficiente el recurso
de inaplicabilidad de ley cuya estructura deja intacta la
premisa de la cual parte el fallo, no se ocupa de rebatir sus
fundamentos,
transita
por
carriles
distintos
y
opone
una
argumentación que de ninguna manera puede considerársela como
un intento de demostrar las infracciones legales que denuncia"
(Ac. 87.603, sent. del 6-VII-2005; C. 104.074, sent. del 3III-2010).
II. Respecto del agravio sobre la fijación del
monto indemnizatorio -fs. 564-, comparto las consideraciones
expuestas por el doctor Soria en el punto 3 de su voto.
III. Corresponde el rechazo del recurso. Con
costas (art. 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
A la segunda cuestión planteada, el señor Juez
doctor Hitters dijo:
Al igual que el distinguido colega que abre el
acuerdo, entiendo que lo decidido en la primera cuestión
respecto
del
dilucidación
absurdo
de
la
incurrido
incidencia
por
la
causal
alzada
del
en
la
y
la
hecho
consecuente determinación que el aludido sufragio realiza al
componer
positivamente
C.P.C.C.),
alcanza
el
también
litigio
al
(art.
aquí
289
inc.
recurrente.
2
del
Ello,
por
aplicación de la doctrina legal que acertadamente trae a
colación el ponente en esta temática.
Por
desarrollos
que
lo
demás,
aborda
el
adhiero
primer
voto,
a
los
al
restantes
analizar
los
agravios que porta el recurso en tratamiento.
Voto por la negativa.
Los señores jueces doctores Negri y Kogan, por
los mismos fundamentos del señor Juez doctor de Lázzari,
votaron la segunda cuestión también por la negativa.
El señor Juez doctor Genoud, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó la segunda
cuestión también por la negativa.
A la tercera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Soria dijo:
1)
En
virtud
del
modo
en
que
han
sido
resueltas las dos primeras cuestiones, no corresponde abordar
el recurso de la parte actora en lo que hace a la parcela
referida a la relación de causalidad.
2)
Por
otra
parte,
y
en
la
impugnación
correspondiente a la tasa de interés, y el pedido respecto a
que se aplique la tasa activa, corresponde recordar que la
temática
ha
sido
resuelta
por
esta
Corte
en
casos
sustancialmente análogos (art. 31 bis, ley 5827).
Así, en las causas C. 101.774, "Ponce" y L.
94.446, "Ginossi" (ambas sentencias de 21-X-2009) se decidió por mayoría- ratificar la doctrina que sostiene que a partir
del 1° de abril de 1991 los intereses moratorios deben ser
liquidados exclusivamente sobre el capital (art. 623, Cód.
Civ.) con arreglo a la tasa que pague el Banco de la Provincia
de Buenos Aires en sus depósitos a treinta días, vigente al
inicio
de
cada
uno
de
los
períodos
comprendidos
y,
por
aquellos días que no alcancen a cubrir el lapso señalado, el
cálculo será diario con igual tasa (conf. arts. 7 y 10, ley
23.928, modificada por ley 25.561; 622, Cód. Civ.; L. 80.710,
"Rodríguez",
sent.
de
7-IX-2005;
Ac.
68.681,
"Mena
de
Benítez", sent. de 5-IV-2000; Ac. 49.439, "Cardozo", sent. de
31-VIII-1993; Ac. 43.448, "Cuadern", sent. de 21-V-1991; entre
otras), lo cual autoriza a rechazar -sin más- la respectiva
pretensión.
3)
En
virtud
de
tales
consideraciones
corresponde rechazar el recurso con costas a la recurrente
(conf. arts. 68 y 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
A la tercera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Pettigiani dijo:
Por los mismos fundamentos adhiero al voto del
doctor Soria.
Voto por la negativa.
A la tercera cuestión planteada, el señor Juez
doctor de Lázzari dijo:
I.
La
Cámara,
para
acoger
la
pretensión
resarcitoria, sostiene que la actividad laboral desarrollada,
en
contacto
respiratorio
con
el
cloro,
fue
el
factor
desencadenante del infarto agudo de miocardio sufrido por
Villalba, que operó sobre una enfermedad de base o patología
crónica (arterosclerosis, según el perito doctor Pellegrini).
Esta última actuó como concausa -ver fs. 535-.
Estos fundamentos, que hacen a la sustancia de
la motivación jurídica del fallo impugnado (doct. arts. 165
inc. 5, 266 y 272, C.P.C.C.), no fueron atacados mediante una
crítica concreta y directa, tal como puede advertirse de los
agravios que lucen en la presentación de fs. 557 a 558 vta. En
efecto, el recurrente, más allá de que enuncia una serie de
textos como violados y/o apreciados erróneamente (arts. 165,
384, 456, 473, 474 del C.P.C.C. y 1069 del Código Civil),
desde una visión totalmente subjetiva, se posiciona en que el
cuadro
patológico
sufrido
obedece
exclusivamente
a
una
enfermedad accidente -v. puntos B y c) de su pieza recursiva-;
sin embargo ni una sola consideración se entabló en torno a la
incidencia concurrente de ambas causas y su interferencia
causal; por lo tanto, queda sellada adversamente la suerte de
los
agravios
planteados
en
tales
términos
(art.
279,
C.P.C.C.).
En efecto, esta Corte tiene dicho que resulta
insuficiente
el
recurso
de
inaplicabilidad
de
ley
cuya
estructura deja intacta la premisa de la cual parte el fallo,
no se ocupa de rebatir sus fundamentos, transita por carriles
distintos y opone una argumentación que de ninguna manera
puede
considerársela
como
un
intento
de
demostrar
las
infracciones legales que denuncia (Ac. 87.603, sent. del 6VII-2005); y por lo tanto, debe desestimarse el recurso en
esta parcela en examen.
II. En lo que respecta a la tasa de interés y
el reclamo de que se aplique la tasa activa, adhiero al voto
del doctor Soria en el punto 2).
III.
En
virtud
de
las
razones
expuestas,
corresponde rechazar el recurso, con costas a la recurrente
(conf. art. 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
A la tercera cuestión planteada, el señor Juez
doctor Hitters dijo:
1. Adhiero al voto del doctor Soria, por los
fundamentos que allí expone.
2.- En lo que respecta al agravio vinculado
con la tasa de interés, si bien en los citados precedentes C.
101.774, "Ponce" y L. 94.446, "Ginossi" (ambas sentencias del
21-X-2009) no adherí a la posición mayoritaria de esta Corte
(y en tal sentido dejo a salvo mi opinión respecto del mérito
de
dicha
doctrina
legal),
lo
cierto
es
que,
como
fuera
anticipado por mi colega, la temática ha sido resuelta por
esta Corte en los aludidos casos análogos, lo que resulta
suficiente para dar respuesta al sub judice (art. 31 bis, ley
5827).
Voto por la negativa.
Los señores jueces doctores Negri y Kogan, por
los mismos fundamentos del señor Juez doctor de Lázzari,
votaron la tercera cuestión también por la negativa.
El señor Juez doctor Genoud, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor Soria, votó la tercera
cuestión también por la negativa.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede,
por mayoría:
1) Se hace lugar al recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley interpuesto por "Provincia A.R.T. S.A."
y se deja sin efecto la sentencia impugnada en cuanto al grado
de responsabilidad atribuido al obrar de los demandados, el
que
se
fija
en
un
diez
por
ciento
(10%),
manteniéndose
-asimismo- el monto indemnizatorio establecido por el tribunal
de alzada. Las costas de todas las instancias se imponen en un
20% a los demandados y un 80% a los actores (arts. 68, 71, 274
y 289, C.P.C.C.).
Lo
resuelto
se
hace
extensivo
a
la
Municipalidad de Mercedes.
2) Se rechazan los recursos extraordinarios
interpuestos
por
esta
última
y
por
la
parte
actora,
imponiéndose -en consecuencia- a cada una de ellas las costas
devengadas ante esta instancia por el rechazo de su respectiva
impugnación (arts. 68 y 289, Cód. cit.).
El depósito previo de $ 25.000, efectuado a
fs. 566, se restituirá a la interesada (art. 293, C.P.C.C.).
Notifíquese y devuélvase.
DANIEL FERNANDO SORIA
JUAN CARLOS HITTERS
HECTOR NEGRI
LUIS ESTEBAN GENOUD
HILDA KOGAN
EDUARDO JULIO PETTIGIANI
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI
CARLOS E. CAMPS
Secretario
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