A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 15 de abril de 2015, habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: doctores Soria, Pettigiani, de Lázzari, Hitters, Negri, Kogan, Genoud, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 107.920, "Martínez Vda. de Villalba, María E. contra Municipalidad de Mercedes. Daños y perjuicios". A N T E C E D E N T E S La Sala I de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial del Departamento Judicial de Mercedes revocó el pronunciamiento de primera instancia que había rechazado la acción promovida (fs. 529/540 vta.). Interpusieron la actora (fs. 556/561), la comuna accionada (fs. 562/565 vta.) y "Provincia A.R.T. S.A." -citada como tercero en los términos del art. 94 del Código Procesal Civil y Comercial (fs. 567/580 vta.)-, sendos recursos extraordinarios de inaplicabilidad de ley. Dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar las siguientes C U E S T I O N E S 1ª. ¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto por "Provincia A.R.T. S.A" a fs. 567/580 vta.? En su caso, 2ª. ¿Lo es el de fs. 562/565 vta. deducido por la municipalidad accionada? En su caso, 3ª. ¿Lo es el de fs. 556/561 interpuesto por los coactores? V O T A C I Ó N A la primera cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: I. Los señores María Elena Martínez -viuda de Villalba- por sí y en representación de su hija –por entoncesmenor de edad, María de los Milagros Villalba, Jorge Alberto Villalba, Adriana Luján Villalba, Oscar Antonio Villalba, Gabriel Eduardo Villalba, Sandra Beatriz Villalba y Blanca Elena Villalba promovieron acción de daños y perjuicios contra la Municipalidad de Mercedes (fs. 21/31 vta. y ampliación de fs. 34/35). Relataron que el día 30 de noviembre de 1999 falleció don Oscar Amadeo Villalba -esposo y padre de los actores- a raíz de un paro cardiorrespiratorio precedido de una descompensación cardíaca sufrida el día anterior, en ocasión en que el causante se encontraba en el desempeño de sus labores habituales como encargado del natatorio y lugar de recreación denominado "Parque Nuevo", ubicado a la vera del Río Luján, al cual se ingresa por calle República de Chile y Ruta provincial 41 (fs. 21 vta./22). Refirieron que el evento dañoso ocurrió en horas del mediodía -con una temperatura de 32°- cuando el señor Villalba se encontraba limpiando una de las piletas del recreo -de veinte metros de largo por diez de ancho- sin ningún tipo de proveyó de apropiado, tarea donde protección, ya que el empleador nunca lo guantes, anteojeras, elementos se está barbijo, imprescindibles en contacto para con casco o calzado desarrollar sustancias una químicas dañinas para la salud como son cloro, amoníaco, pesticidas y distintos tipos de detergentes y limpiadores, manejándose en un lugar que posee 2,5 metros de profundidad, a los cuales debía ascender y descender transportando todo el peso que representaban sus elementos de trabajo (fs. 22). Fundaron el reclamo en los arts. 1109 y 1113 del Código Civil y 75 de la Ley de Contrato de Trabajo, así como en lo normado en los incs. "a", "b" y "c" del art. 4 y "a", "e" e "i" del art. 9 de la ley 19.587 (fs. 29 vta.) y plantearon, para el caso de que la accionada pretendiera encausar la cuestión jurídica al amparo de la ley 24.557 de infortunios laborales, la inconstitucionalidad de diversos artículos de la misma (fs. 23 vta./25 vta.). Corrido el traslado de ley, la Municipalidad de Mercedes objetó el planteo de inconstitucionalidad de la ley 24.557 y opuso excepciones de incompetencia y de falta de acción. Al contestar la demanda, enfatizó que en carácter de encargado "de hecho", Villalba no realizaba las tareas más arduas o que le demandaran un esfuerzo físico considerable, ya que las mismas eran efectuadas por agentes más jóvenes. Negó que el causante hubiese realizado la limpieza del natatorio o que, en su caso, lo hubiese hecho solo y en el marco de altas temperaturas, ya que para tal menester los empleados ingresaban a las 6 de la mañana, justamente para no verse sometidos a ese calor, demandándoles la tarea no más de dos horas, siendo la misma llevada a cabo por no menos de cuatro empleados jóvenes que recibían las directivas de Villalba (fs. 52 vta./53). Dedujo de ello su falta de responsabilidad por ausencia de nexo causal alguno entre la enfermedad sufrida por Villalba y las tareas realizadas (fs. 53 vta.). Citó, en los términos del art. 94 y sgts. del Código Procesal Civil y Comercial, a "Provincia Aseguradora de Riesgos del Trabajo S.A." (fs. 58). Al contestar la respectiva citación, la aseguradora opuso excepción de falta de legitimación pasiva y defensa de "no seguro", considerando a la vez improcedente la citación misma. Subsidiariamente, contestó la demanda entablada, solicitando su rechazo (fs. 138/149). Explicó que en su momento había comunicado el rechazo del siniestro -tanto a la comuna asegurada como a los derechohabientes del señor Villalba- por no tratarse de una contingencia prevista en el art. 6 de la ley 24.557, ya que la causa del deceso se originó en una enfermedad inculpable -paro cardiorrespiratorio- (fs. 140 vta./141 vta.). Sin perjuicio de ello, conjeturó que habiendo los actores fundamentado su pretensión en la responsabilidad objetiva prevista en el art. 1113 del Código Civil, bien valía preguntarse cuál era la cosa riesgosa o actividad riesgosa en autos pues, a su entender, nada habían dicho los actores en su demanda, no existiendo entonces individualización del factor de atribución. Acotó luego que era evidente que en autos el actor se había limitado a narrar una serie de hechos sin mencionar, ni menos probar, la relación de causalidad adecuada entre la actividad laboral desplegada por Villalba y la de la enfermedad que le causó la muerte (fs. 141 vta./142). II. Según se adelantara, la Sala I Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial departamental revocó el pronunciamiento dictado en la instancia liminar que, a su turno, había rechazando la acción promovida. En consecuencia, condenó al municipio demandado a abonar diversas sumas indemnizatorias fijadas en favor de cada uno de los coactores, haciendo extensiva dicha condena a "Provincia A.R.T. Seguros S.A." en el límite del respectivo contrato de seguro. Impuso las costas de ambas instancias a la demandada y, también en el límite de la cobertura contratada, a la aseguradora (fs. 529/540 vta.). Para así decidir el tribunal de alzada expuso las razones por las que acogió la pretensión resarcitoria. En primer lugar, tras descartar que la descompensación cardíaca denunciada se hubiese producido en horas del mediodía a una temperatura de 32º y que entre los elementos utilizados para la limpieza del natatorio se utilizara amoníaco o pesticidas, consideró, en cambio, probado el uso del cloro y que la víctima no contaba con elementos de protección, como máscaras o barbijos, para llevar a cabo esa labor (fs. 533). Con invocación de lo dispuesto por el decreto 658/1996 -reglamentario del art. 8 inc. 2° de la ley 24.557- y de los informes ampliatorios de los peritos Latrónico y Pellegrini (fs. 497 y vta.), calificó como "riesgosa", en los términos del art. 1113 segundo párrafo, 2ª parte del Código Civil, a la utilización de cloro en cantidades importantes para la limpieza de piletas municipales de uso público, y subsumió el presente caso en ese enunciado normativo (fs. 532/534 vta.). Valoró también que la actividad laboral desarrollada en contacto respiratorio con el cloro fue el factor desencadenante del infarto agudo de miocardio sufrido por Villalba, que operó sobre una enfermedad de base o patología crónica (arteroesclerosis [rectius: aterosclerosis] según el perito doctor Pellegrini). Es decir, esta última actuó como concausa (fs. 535). El a quo tuvo presente la opinión de los peritos médicos, según la cual la utilización de cloro para la tarea laboral requiere de medidas de prevención por parte de la parte empleadora (v. fs. 505 vta. y 508 vta.), así como controles periódicos (fs. 506 vta.) que en el caso no se adoptaron (fs. 535 vta.). Destacó también las consideraciones expuestas por el doctor Pellegrini en el caso de operarios que manipulan sustancias cloradas (fs. 508 vta.). Por otra parte, por cuanto los peritos médicos no fijaron el grado o porcentaje en que la actividad laboral incidió en la muerte de Villalba (es decir, no determinaron la proporción de cada concausa: la enfermedad preexistente y la actividad laboral), la Cámara consideró que correspondía estimarla en un 50% (arg. art. 165 tercer párrafo, C.P.C.C.; fs. 536); y condenó por una serie de rubros indemnizatorios, incluyendo el daño moral e intereses (fs. 536/537 y vta.), a favor de la cónyuge supérstite y los hijos del causante. III. Contra esta decisión se alza "Provincia Aseguradora de Riesgos del Trabajo S.A." mediante recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley en el que denuncia violación de los arts. 17 y 18 de la Constitución nacional y 31 y 171 de su par provincial; 163 incs. 3 y 4, 272 y 384 del Código Procesal Civil y Comercial; 21, 622, 656 segunda parte, 953, 1071 y 1198 del Código Civil; 6, 21, 22, 39 y concs. de la ley 24.557, el decreto 658/1996 y doctrina legal de esta Corte. Denuncia, asimismo, absurdo en la labor de apreciación probatoria y hace reserva del caso federal (fs. 567/580 vta.). Controvierte los motivos aducidos en el fallo de condena mediante una serie de argumentos impugnativos, a saber: Objeta, por una parte, la calificación de "riesgosa" que la Cámara adjudica a la actividad de limpieza de los natatorios con utilización de cloro, cuestiona por errónea la interpretación y aplicación del art. 8 inc. 2° del decreto 658/1996, por absurda la valoración de los hechos e informes periciales efectuada por la Cámara en la sentencia (fs. 569/571). En ese orden argumental, descalifica la relación de causalidad entre las labores de limpieza del natatorio y el deceso de Villalba que establece el fallo (fs. 571/573 vta.). Así, enfatiza que del examen físico de la víctima no surgen elementos probatorios que revelen contacto con cloro. Luego de aducir que existe violación al principio de congruencia (fs. 573 vta./576), desde que, en su parecer, el pronunciamiento aborda cuestiones no propuestas por las partes, insiste en su absurdidad, que le atribuye ahora en lo relativo a la imputación de responsabilidad con apoyo en el art. 1074 del Código Civil (fs. 576/577 vta.). Por último, entiende infringida la doctrina legal vigente y legislación en la materia, al condenarse a su parte a cubrir contemplada en una el "patología listado de extrasistémica enfermedades o no profesionales 658/1996" (fs. 578/580 vta.). IV. El recurso prospera parcialmente, pues en cierta medida el escrito impugnatorio evidencia absurdo en la apreciación de las constancias objetivas de la causa, y cómo a partir de ello distribuye la responsabilidad del hecho. Veamos. 1. Para atribuir responsabilidad a la Municipalidad de Mercedes, y por vía indirecta a Provincia A.R.T. S.A, el tribunal estimó acreditada la relación de causalidad sobre la base de lo dictaminado en la experticia del doctor Pellegrini (fs. 423 vta.). Allí, se señala que "... el cuadro patológico obedece a una enfermedad inculpable, que fue desencadenada por las actividades laborales habituales en las que se encontraba el señor Villalba al momento de producirse el evento agudo (preinfarto), como son: actividad física (subir y bajar escaleras con o sin peso adicional (pileta de natación de 2,5 mts. de profundidad); la presencia de sustancias irritantes de piel, ojos y aparato respiratorio (cloro) en contacto directo con el mismo (inhalación), sin protección adecuada, es un factor adicional que se sumó al principal, como es el déficit de oxigeno al miocardio producto de una mala circulación coronaria". En mérito a esa mención pericial, el a quo sostuvo contacto que "... la actividad respiratorio con laboral el cloro, desarrollada, fue el en factor desencadenante del infarto agudo de miocardio sufrido por Villalba" (fs. 535). A su criterio, la conjunción entre el desempeño de las labores habituales del señor Villalba, sumado al contacto con el cloro desencadenaron el luctuoso final. 2. Asiste un cierto grado de razón al impugnante, en cuanto descalifica por absurdo al fallo, basado en que las motivaciones que esgrime se apoyan en un pasaje aislado de la pericia, con descuido del contexto y las constancias probadas de la causa, que condujo al juzgador a postular una atribución de responsabilidad sin que esté acreditado, en la medida propiciada en el fallo, el nexo causal entre los hechos genéricamente invocados y la producción del perjuicio, por cuya reparación se ha dictado la condena. En el sub lite no se ha probado que el contacto con el cloro y el desarrollo de la actividad normal que cumplía Villalba hayan tenido el mismo nivel de incidencia que la enfermedad de base que éste padecía para desencadenar el infarto de miocardio sufrido por éste. a. A fs. 223 obra el informe confeccionado cuando Villalba ingresa al Hospital Dubarry, donde se detalla su estado de salud general. De dicho documento no surge ninguno de los síntomas que los peritos atribuyen al contacto con el cloro (vgr. ocular), se ni irritaciones mencionan en la piel, dificultades en congestión las vías respiratorias. Si bien se encuentra acreditado que el día 30 de diciembre de 1999 el señor Villalba estuvo en contacto con el cloro en horas de la mañana, no lo está que ello haya tenido incidencia alguna en su estado de salud, precipitando el evento cardíaco que padeció. En puntualiza, permitan a este fs. tener sentido 421, por la el ausencia acreditado que doctor de el Pellegrini elementos cloro que provocó afecciones en el físico del agente. Cuando la Cámara solicitó como medida para mejor proveer ampliaciones a los peritos, éstos pusieron en evidencia que los trastornos de salud que puede acarrear el contacto con el cloro pueden presentarse bajo determinadas circunstancias Latrónico que indica no "... se dan una en autos. exposición Así, aguda el doctor a altas concentraciones de cloro" como causal de edema pulmonar o líquido patológico en el pulmón (fs. 504), y agrega: "... en caso de patología broncoenfisema, actuar preexistente cardiopatías, como desencadenante la ejemplo exposición de tabaquismo, aguda puede descompensación con alteraciones del medio interno, producción de arritmias, fallas multiorgánicas y muerte" (fs. 505). A similares conclusiones arriba el doctor Pellegrini en sus ampliaciones de fs. 506/509. Está claro que las circunstancias en las que Villalba manipulaba el cloro no se condicen con las descriptas por los expertos. No había una exposición aguda, ni habitual al cloro, ni en altas concentraciones de esa sustancia. Sobre la base de tales premisas, resulta absurdo poner en un pie de igualdad a la endeble situación coronaria que padecía Villalba con el contacto con cloro, e indicar que éste último factor contribuyó en igual medida que el primero al luctuoso desenlace del demandante. b. La sentencia reproduce un párrafo vertido por el perito a fs. 423, de la siguiente manera: "La jueza se sustenta en el informe del Dr. Pellegrini que da cuenta de que Villalba sufrió un evento agudo de isquemia de miocardio sobre una muy probable patología crónica (arterosclerosis), obedeciendo el cuadro patológico a una enfermedad inculpable, que fue desencadenada por las actividades laborales habituales, y cita al efecto: ‘actividad física (subir y bajar escaleras con o sin peso adicional ... la presencia de sustancias irritantes de piel, ojos y aparato respiratorio (cloro) en contacto directo con el mismo (inhalación), sin protección adecuada’, todo lo cual implica ‘un factor adicional que se suma al principal, como es el déficit de oxigeno al miocardio producto de una mala circulación coronaria’ (fs. 423)" (v. fs. 535). Si bien una lectura rápida de ese tramo llevaría a coincidir con la decisión, a poco de examinarla con estrictez, e circunstancias incorporar que otros reflejan el elementos, desvío se aprecian valorativo que la invalida. Ante la impugnación de la pericia por parte de la hoy recurrente, el experto aclaró que el infarto agudo de miocardio "... se origina por un déficit de oxígeno al corazón. Que la explicación científica de dicho déficit es una aguda obstrucción de las arterias coronarias, por el mecanismo explicado en arteriosclerótica consideraciones preexistente médico aun no legales crítica que (lesión sufre desgarros o rupturas). Por último, la actividad física puede agravarlo o desencadenarlo, cualquier actividad, habitual o extraordinaria (en este caso se produce justamente en momentos en que el actor desempeñaba sus tareas habituales), por el simple hecho que el trabajo muscular le requieren al corazón más oxígeno, y esto es mas trabajo para el mismo corazón, que también es un músculo, al no obtenerlo el corazón primero sufre isquemia (dolor, preinfarto) y luego la zona mal irrigada muere (infarto)" (ver fs. 439). Lo expuesto en el fallo en cuanto reputa incontrovertible "... que la actividad laboral desarrollada, en contacto respiratorio con el cloro, fue el factor desencadenante del infarto agudo de miocardio sufrido por Villalba", constituye una conclusión absurda, pues traza un paralelismo entre la actividad que Villalba estaba desarrollando y la situación coronaria que éste padecía, lo que se contrapone con las conclusiones de la experticia mencionada. En rigor, y al estar la enfermedad cardiaca de base en ciernes, cualquier tipo de actividad que exigiera mayor cantidad de oxígeno hubiese podido presentarse como el disparador del infarto. En el sub lite, la actividad de Villalba cloro, en desencadenante contacto de un con el suceso en obró estado de sólo como el latencia (o relativamente inminente). Sobre la base de ello, equiparar las circunstancias de salud de Villalba al uso del cloro propio de su actividad resulta absurdo, pues está claro que ambas cuestiones no concurren con el mismo grado de incidencia al desencadenamiento del infarto. En suma, si bien las circunstancias laborales en que se encontraba Villalba aquella mañana, particularmente el contacto con el cloro, no pasaron desapercibidas para su sistema coronario, lo cierto es que tampoco pudieron tener la notoriedad que se le endilga en el fallo. Tal disquisición en cuanto al porcentaje de gravitación de cada uno de los factores que concurrieron al evento debe proyectarse en la solución del caso. En tal idea rectora considero que la actividad desempeñaba por Villalba -en conjunción incidencia del con la diez por utilización ciento de (10%) cloroen el tuvo una infarto de miocardio que culminó con su vida. Sobre la base de ello, entiendo que la sentencia incurre en un absurdo valorativo en cuanto a la participación de cada factor. 3. En otro orden de cuestiones, la A.R.T. plantea un agravio tendiente a demostrar la violación al principio de congruencia, por cuanto el tribunal indebidamente le habría atribuido responsabilidad en los términos del art. 1074 del Código Civil, en base al incumplimiento de sus deberes de control. Si demandante, bien pues esta en este tramo cuestión ha asiste sido razón al introducida subrepticiamente por el a quo, lo cierto es que amén de ello, también se le endilga responsabilidad en los términos del contrato que la une con la comuna y finalmente su condena es en estos términos. Esto es, más allá del yerro en el desarrollo de la sentencia, la imputación de responsabilidad de la aseguradora no tiene base en el art. 1074. Habiendo delimitado el marco de responsabilidad, deviene insuficiente el agravio ensayado por la aseguradora a fs. 578, pues en primer término el cerrado sistema establecido por la Ley de Riesgos del Trabajo sí ha sido debidamente controvertido por la actora (ver fs. 24), quien contrariamente a lo dicho por el impugnante, ha dado andamiaje a esta cuestión en los términos del derecho común. Por otra parte, el embate del recurrente se dirige a disputar con el criterio del Tribunal, mas no logra evidenciar yerro por parte del a quo, quien sobre la base de la doctrina sentada en el precedente "Castro" de esta Corte (L. 81.216, sent. de 22-X-2003) ha atribuido la responsabilidad de la aseguradora. Por ello, debe desestimarse el recurso en este segmento de análisis. 4. Por lo expuesto, corresponde hacer lugar al presente impugnada recurso en deducido, cuanto al dejar grado de sin efecto la sentencia responsabilidad que le atribuye al obrar de los accionados, y fijar el mismo en un diez por ciento (10%). En cuanto al monto de la indemnización se mantiene lo fijado por el tribunal de alzada. Atento a como se ha resuelto la cuestión, las costas de todas las instancias se imponen en un porcentaje de un 20% a la demandada parcialmente vencedora en esta instancia y un 80% a la parte actora (conf. arts. 68, 71, 274 y 289, C.P.C.C.). Con el alcance indicado, voto por la afirmativa. A la primera cuestión planteada, el señor Juez doctor Pettigiani dijo: Por los mismos fundamentos adhiero al voto del doctor Soria. Encuentro que la solución que aquí se propicia debe alcanzar a la Municipalidad de Mercedes accionada, no obstante su impugnación autónoma de fs. 562/565 vta., por otros fundamentos, atento a la naturaleza in solidum de la obligación, pues la pretensa aceptación de la responsabilidad que le endilgara la Cámara de Apelación por parte de éste lo fue sobre la base de hechos comunes, por lo que juzgo que debe comunicársele aseguradora el en beneficio cuanto personal fuera exonerada obtenido por la parcialmente de responsabilidad en esta instancia extraordinaria conforme la doctrina legal de esta Suprema Corte de Justicia (Ac. 62.638, "Retondini", sent. del 31-III-1998; Ac. 63.968, "Gómez", sent. del 15-VI-1998; entre otras). En el mismo sentido se había expedido el maestro Couture, quien nos señalaba, como excepción a la regla de la personalidad de los recursos, que "Se reserva, sin embargo, una solución distinta de ésta, en los casos de solidaridad litigiosa, o ya de que indivisibilidad en esos casos material de -sostenía- la la cosa sentencia beneficia o perjudica al deudor solidario o al comunero. Agregaba que tal circunstancia, impuesta por la fuerza misma de las cosas, no alteraba el alcance del principio de la personalidad de la apelación" (Couture, Eduardo J. "Fundamentos de Derecho Procesal Civil", ed. Depalma, 1958, págs. 369-370). En nuestro medio Palacio también adhirió a esa postura sosteniendo la excepción a la mencionada regla de la personalidad del recurso en ocasiones en que aplicar la misma condujera al pronunciamiento de sentencias contradictorias respecto de un hecho común -no defensas concernientes a hechos personales- a todos los litisconsortes (Palacio, Lino E. "Manual de Derecho Procesal Civil", 18a ed. actualizada, Lexis Nexis, 2005, p. 283). El XX Congreso Nacional de Derecho Procesal celebrado en San Martín de los Andes (com. B punto 14) concluyó, en igual sentido, que la apelación en el caso de litisconsorcio facultativo, cuando el hecho debatido sea común a todos los litisconsorcistas, tiene efecto expansivo a todos ellos aunque no hubiesen apelado (citado por Falcón, Enrique M. "Tratado de Derecho Procesal", ed. Rubinzal-Culzoni, 2006, T. 1, pág. 327). Voto por la afirmativa. A la primera cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari: I. En el escrito postulatorio, entre otras alegaciones, se pone el acento en la conducta omisiva del empleador desde dos perspectivas: a) que desempeñándose la labor de la víctima en contacto con sustancias químicas (cloro, entre otras) dañinas para la salud, nunca se le proveyó de guantes, anteojeras, barbijo, casco y calzado apropiado, elementos todos ellos imprescindibles (fs. 22). b) Que no se cumplió con la obligación de someter al empleado a controles detectar médicos su periódicos, insuficiencia lo que cardíaca hubiera y permitido consiguientemente asignarle tareas acordes a su aptitud física. De allí que mencione el incumplimiento a los recaudos previstos en los arts. 75 de la Ley de Contrato de Trabajo y 4 y 9 incs. "a", "e", "i" de la ley 19.487 (fs. 22 vta./23). II. La sentencia en revisión, de su lado, reconoce plenamente la incidencia de estos factores. Luego de calificar a la actividad cumplimentada por el operario de actividad riesgosa encuadrable en el art. 1113 segundo párrafo del Código Civil, enuncia expresamente que "la utilización del cloro para la tarea laboral requiere de medidas de prevención por parte de la parte empleadora (provisión de máscara fácil completa o semimáscara con filtro para gases, antiparras, botas, ropa adecuada, fs. 505 vta. y 508 y vta.), que en el caso no se tomaron o se hizo en forma deficiente (fs. 288/90, 303/05, inc., pericial contable de fs. 381/88), siendo de señalar que el estatuto del empleado municipal (ley 11.757, fs. 510/20) contempla el derecho del empleado a la provisión de ropa y útiles de trabajo conforme a la índole de las tareas (art. 52). Asimismo, el perito doctor Latrónico señala que en el marco de la prevención y promoción de la salud, deben realizarse controles periódicos en el ámbito laboral a fin de determinar la aptitud para las tareas a desarrollar, que en la actualidad efectúan las ART (fs. 506 vta.), y el doctor Pellegrini expresa que los controles que deben realizarse en el caso de operarios que manipulan sustancias cloradas son periódicos (examen clínico con la determinación de estudios complementarios (fs. 508 vta.). Estos controles, según surge de autos, no se realizaron (inf. pericial de fs. 381/88, test. fs. 291/92, 303/05)". III. absurdo en la En el apreciación recurso en probatoria examen se denuncia controvirtiéndose la calificación de riesgosa de la actividad prestada por el fallecido así como la relación de causalidad entre esa actividad y el daño. Se trata de consideraciones que versan sobre la valoración de las pericias existentes, en un terreno fáctico en el que no se aprecia claramente demostrada la existencia del vicio de absurdo. Ahora bien, la atenta lectura del alzamiento demuestra que este último se abstiene de refutar, discutir o contradecir las bases sentenciales que he subrayado en el apartado precedente, esto es, las omisiones que han dado sustento a la concausalidad. En estas condiciones, siendo requisito recurso ineludible extraordinario de la una adecuada impugnación fundamentación concreta, del directa y eficaz de las motivaciones esenciales que contiene el fallo objetado, cabe concluir en su insuficiencia (art. 279, C.P.C.C.). IV. En relación al agravio vinculado con la supuesta violación del principio de congruencia, comparto la desestimación expuesta por el doctor Soria en el ap. 3 de su voto. V. Corresponde en consecuencia el rechazo del recurso planteado, con costas al recurrente (arts. 68 y 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. A la primera cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo: Por compartir sus fundamentos, adhiero al voto del doctor Soria. Voto por la afirmativa. Los señores jueces doctores Negri y Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor de Lázzari, votaron la primera cuestión también por la negativa. El señor Juez doctor Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Soria, votó la primera cuestión también por la afirmativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: 1. Si bien no adherí a la doctrina sentada por este Tribunal en el precedente "Ocon" (C. 96.831, sent. de 14IV-2010, reiterado en C. 104.663, sent. de 2-III-2011 y en C. 105.172, sent. de 5-III-2013), donde se resolvió por mayoría que corresponde extender lo resuelto incluso en relación a la parte que no impugnó la decisión objeto de análisis revocada en sede extraordinaria, lo decidido en la primera cuestión alcanza también a la comuna. No obstante ello, es dable aclarar que si bien la municipalidad efectivamente impugnó el fallo en crisis, su protesta -por los motivos que seguidamente expondré- resulta insuficiente, circunstancia que equipara la presente cuestión a la citada doctrina de este Tribunal. 2. Aclarado ello, cabe poner de relieve que la apertura de esta instancia de excepción y la solución propiciada al decidir la primera cuestión se debió de modo exclusivo a la impugnación de la Aseguradora, pues el embate del municipio, por su manifiesta insuficiencia, no hubiese logrado recalar en esta sede. Así, calificación de el riesgosa recurrente de la se función agravia de la desempeñada por Villalba, cuando en rigor de verdad no fue su función sino una labor específica. El embate pues, pierde de vista esta circunstancia mostrando así su falta de certeza sobre el punto neurálgico de la decisión. En la fracción referida a la falta de prueba y la relación de causalidad (fs. 563 vta.), se observa que el ataque desplegado por el apelante se agota en la mera enunciación sin ahondar en mayores fundamentos que permitan socavar la estructura del decisorio. Sus expresiones quedan al borde de la promiscuidad. Ha dicho esta Corte que resulta insuficiente el recurso extraordinario que -como en este caso- soslaya la impugnación concreta, directa y eficaz de las motivaciones esenciales que tuvo en cuenta la Cámara para sentenciar como lo ha hecho, dejando incólume el fundamento en el que descansa (conf. doct. C 98.779, sent. de 9-IX-2009; C. 102.641, sent. de 28-IX-2011). 3. De otro lado, la comuna se agravia de la fijación del monto indemnizatorio (fs. 564), el que encuentra excesivo. Al respecto, conforme inveterada doctrina de esta Corte, la determinación y cuantificación de los daños y perjuicios también constituye una facultad privativa de los jueces de grado, extraordinaria, salvo inabordable el supuesto en principio excepcional en de sede absurdo (conf. causas C.102.641, sent. de 28-IX-2011) que no se logra patentizar en el sub lite. Sobre la base de lo expuesto, no logra el impugnante acreditar el vicio de absurdo en la fijación del quantum que efectuara la alzada. 4. En virtud de las consideraciones vertidas, y de cara a lo señalado en el punto "1" de este voto, más allá del rechazo presente con el protesta, que irremediablemente corresponde hacer se toparía extensiva a la la Municipalidad de Mercedes lo decidido en la primera cuestión, sin perjuicio de la aplicación de las costas que, en atención al modo en que se resuelve la presente cuestión, deberán pesar sobre la comuna (conf. arts. 68 y 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Pettigiani dijo: Por los mismos fundamentos adhiero al voto del doctor Soria conforme lo expuesto en los puntos 2, 3 y 4 del mismo. Voto por la negativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo: I. Análogo déficit al indicado en la primera cuestión padece el recurso de la Municipalidad de Mercedes. En su crítica, el recurrente transita en forma desarticulada por distintos carriles. Por un lado, condiciona la actividad laboral a tareas exclusivas de supervisión de otros operarios encargados de limpiar el natatorio y desde ese cuadrante reprocha que a esa tarea se la haya incluido en la definición de cosa productora de riesgo -v. fs. 563-. Por otro extremo, en un intento de desplazamiento total hacia otro centro de imputación ingresa en la calificación de enfermedad inculpable -ver fs. 563 vta. y 564-. Sin paralelos embargo, -huérfanos de en estos apoyatura cuestionamientos probatoria- no se controvierte la estructura de la cual parte el fallo al que se ha hecho mención al tratar el recurso de la A.R.T. En este sentido, ha dicho esta Corte que "es insuficiente el recurso de inaplicabilidad de ley cuya estructura deja intacta la premisa de la cual parte el fallo, no se ocupa de rebatir sus fundamentos, transita por carriles distintos y opone una argumentación que de ninguna manera puede considerársela como un intento de demostrar las infracciones legales que denuncia" (Ac. 87.603, sent. del 6-VII-2005; C. 104.074, sent. del 3III-2010). II. Respecto del agravio sobre la fijación del monto indemnizatorio -fs. 564-, comparto las consideraciones expuestas por el doctor Soria en el punto 3 de su voto. III. Corresponde el rechazo del recurso. Con costas (art. 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. A la segunda cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo: Al igual que el distinguido colega que abre el acuerdo, entiendo que lo decidido en la primera cuestión respecto del dilucidación absurdo de la incurrido incidencia por la causal alzada del en la y la hecho consecuente determinación que el aludido sufragio realiza al componer positivamente C.P.C.C.), alcanza el también litigio al (art. aquí 289 inc. recurrente. 2 del Ello, por aplicación de la doctrina legal que acertadamente trae a colación el ponente en esta temática. Por desarrollos que lo demás, aborda el adhiero primer voto, a los al restantes analizar los agravios que porta el recurso en tratamiento. Voto por la negativa. Los señores jueces doctores Negri y Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor de Lázzari, votaron la segunda cuestión también por la negativa. El señor Juez doctor Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Hitters, votó la segunda cuestión también por la negativa. A la tercera cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: 1) En virtud del modo en que han sido resueltas las dos primeras cuestiones, no corresponde abordar el recurso de la parte actora en lo que hace a la parcela referida a la relación de causalidad. 2) Por otra parte, y en la impugnación correspondiente a la tasa de interés, y el pedido respecto a que se aplique la tasa activa, corresponde recordar que la temática ha sido resuelta por esta Corte en casos sustancialmente análogos (art. 31 bis, ley 5827). Así, en las causas C. 101.774, "Ponce" y L. 94.446, "Ginossi" (ambas sentencias de 21-X-2009) se decidió por mayoría- ratificar la doctrina que sostiene que a partir del 1° de abril de 1991 los intereses moratorios deben ser liquidados exclusivamente sobre el capital (art. 623, Cód. Civ.) con arreglo a la tasa que pague el Banco de la Provincia de Buenos Aires en sus depósitos a treinta días, vigente al inicio de cada uno de los períodos comprendidos y, por aquellos días que no alcancen a cubrir el lapso señalado, el cálculo será diario con igual tasa (conf. arts. 7 y 10, ley 23.928, modificada por ley 25.561; 622, Cód. Civ.; L. 80.710, "Rodríguez", sent. de 7-IX-2005; Ac. 68.681, "Mena de Benítez", sent. de 5-IV-2000; Ac. 49.439, "Cardozo", sent. de 31-VIII-1993; Ac. 43.448, "Cuadern", sent. de 21-V-1991; entre otras), lo cual autoriza a rechazar -sin más- la respectiva pretensión. 3) En virtud de tales consideraciones corresponde rechazar el recurso con costas a la recurrente (conf. arts. 68 y 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. A la tercera cuestión planteada, el señor Juez doctor Pettigiani dijo: Por los mismos fundamentos adhiero al voto del doctor Soria. Voto por la negativa. A la tercera cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo: I. La Cámara, para acoger la pretensión resarcitoria, sostiene que la actividad laboral desarrollada, en contacto respiratorio con el cloro, fue el factor desencadenante del infarto agudo de miocardio sufrido por Villalba, que operó sobre una enfermedad de base o patología crónica (arterosclerosis, según el perito doctor Pellegrini). Esta última actuó como concausa -ver fs. 535-. Estos fundamentos, que hacen a la sustancia de la motivación jurídica del fallo impugnado (doct. arts. 165 inc. 5, 266 y 272, C.P.C.C.), no fueron atacados mediante una crítica concreta y directa, tal como puede advertirse de los agravios que lucen en la presentación de fs. 557 a 558 vta. En efecto, el recurrente, más allá de que enuncia una serie de textos como violados y/o apreciados erróneamente (arts. 165, 384, 456, 473, 474 del C.P.C.C. y 1069 del Código Civil), desde una visión totalmente subjetiva, se posiciona en que el cuadro patológico sufrido obedece exclusivamente a una enfermedad accidente -v. puntos B y c) de su pieza recursiva-; sin embargo ni una sola consideración se entabló en torno a la incidencia concurrente de ambas causas y su interferencia causal; por lo tanto, queda sellada adversamente la suerte de los agravios planteados en tales términos (art. 279, C.P.C.C.). En efecto, esta Corte tiene dicho que resulta insuficiente el recurso de inaplicabilidad de ley cuya estructura deja intacta la premisa de la cual parte el fallo, no se ocupa de rebatir sus fundamentos, transita por carriles distintos y opone una argumentación que de ninguna manera puede considerársela como un intento de demostrar las infracciones legales que denuncia (Ac. 87.603, sent. del 6VII-2005); y por lo tanto, debe desestimarse el recurso en esta parcela en examen. II. En lo que respecta a la tasa de interés y el reclamo de que se aplique la tasa activa, adhiero al voto del doctor Soria en el punto 2). III. En virtud de las razones expuestas, corresponde rechazar el recurso, con costas a la recurrente (conf. art. 289, C.P.C.C.). Voto por la negativa. A la tercera cuestión planteada, el señor Juez doctor Hitters dijo: 1. Adhiero al voto del doctor Soria, por los fundamentos que allí expone. 2.- En lo que respecta al agravio vinculado con la tasa de interés, si bien en los citados precedentes C. 101.774, "Ponce" y L. 94.446, "Ginossi" (ambas sentencias del 21-X-2009) no adherí a la posición mayoritaria de esta Corte (y en tal sentido dejo a salvo mi opinión respecto del mérito de dicha doctrina legal), lo cierto es que, como fuera anticipado por mi colega, la temática ha sido resuelta por esta Corte en los aludidos casos análogos, lo que resulta suficiente para dar respuesta al sub judice (art. 31 bis, ley 5827). Voto por la negativa. Los señores jueces doctores Negri y Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor de Lázzari, votaron la tercera cuestión también por la negativa. El señor Juez doctor Genoud, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Soria, votó la tercera cuestión también por la negativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, por mayoría: 1) Se hace lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto por "Provincia A.R.T. S.A." y se deja sin efecto la sentencia impugnada en cuanto al grado de responsabilidad atribuido al obrar de los demandados, el que se fija en un diez por ciento (10%), manteniéndose -asimismo- el monto indemnizatorio establecido por el tribunal de alzada. Las costas de todas las instancias se imponen en un 20% a los demandados y un 80% a los actores (arts. 68, 71, 274 y 289, C.P.C.C.). Lo resuelto se hace extensivo a la Municipalidad de Mercedes. 2) Se rechazan los recursos extraordinarios interpuestos por esta última y por la parte actora, imponiéndose -en consecuencia- a cada una de ellas las costas devengadas ante esta instancia por el rechazo de su respectiva impugnación (arts. 68 y 289, Cód. cit.). El depósito previo de $ 25.000, efectuado a fs. 566, se restituirá a la interesada (art. 293, C.P.C.C.). Notifíquese y devuélvase. DANIEL FERNANDO SORIA JUAN CARLOS HITTERS HECTOR NEGRI LUIS ESTEBAN GENOUD HILDA KOGAN EDUARDO JULIO PETTIGIANI EDUARDO NESTOR DE LAZZARI CARLOS E. CAMPS Secretario