LA TRAGEDIA DE LOS CISNES: UN MENSAJE DE ADVERTENCIA PARA NUESTRA SALUD Eduardo Israel Arditi, médico La tragedia del Santuario nos ha hecho tomar conciencia, entre otros, de dos aspectos alarmantes para nuestro futuro. El primero es la falta de calificación técnica de los organismos fiscalizadores encargados de proteger a la población y el medio ambiente. Esta opinión es compartida por la mayoría de los chilenos, como muestra la última encuesta Cerc donde un 72% de los encuestados considera que la Conama lo ha hecho mal o pésimo en el caso Celco. El segundo es que el esfuerzo por establecer la verdad a partir de antecedentes hace largos meses disponibles por la CONAMA, incluyendo el estudio de la Universidad Austral de Chile (UACH), no ha servido para que las autoridades tomen decisiones responsables y oportunas. Por el contrario, la Conama y la Corema han desconocido en los hechos esta contundente información, confundiendo a la comunidad al sostener que hacen lo correcto. No cumplen, de este modo, con la responsabilidad de aplicar el criterio obligatorio en cualquier país desarrollado ante desastres ambientales potencialmente riesgosos para la salud: el Principio Precautorio. Esta actitud ha alcanzado incluso al Ministro de Salud, quien ha expresado que: "...hemos investigado, hemos hecho las pruebas, los exámenes, y no tenemos evidencia que haya daño o riesgo (para la salud)". Estas palabras implican no sólo la negación del enfoque preventivo en salud pública, sino desconocimiento de la grave contaminación que nos afecta, de la dinámica ecológica del Santuario, del tipo de contaminantes que descarga la Planta de Celco y de los mecanismos a través de los cuáles éstos pueden afectar la salud humana y los procedimientos para su monitoreo. La ciudadanía ha entregado antecedentes que permitirían abordar con seriedad los riesgos a la salud derivados de la contaminación de la Planta de Celco. El Recurso Jerárquico presentando el 2 de agosto ante la Conama, expone y fundamenta tales antecedentes. Es imperativo informar sobre los contenidos de dicho Recurso respecto de los riesgos para la salud, que a continuación resumimos. Riesgos a la salud De acuerdo al Inventario de Dioxinas y Furanos del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), de enero de 2005, una planta de celulosa kraft que usa dióxido de cloro como método de blanqueo, como la de CELCO, y considerando una producción promedio diaria de 1.500 toneladas de pulpa seca, produce del orden de 105 ug/día de dioxinas provenientes de la quema de licor negro, 300 ug/día de la quema de lodos, madera y corteza, 154.000.000 pg/día descargadas al agua y 300 ug/día en los residuos sólidos que se destinan al relleno de lodos. Es decir, la Planta de Celco puede emitir al ambiente, incluyendo aire, agua y suelos, un total de 859.000.000 pg/día de dioxinas. Los consultores Ramsar concluyeron "que se desconoce el grado de impureza del dióxido de cloro empleado por la Planta, por lo que podría estar ingresando al proceso una proporción de cloro elemental", por lo que la producción de dioxinas podría incluso ser mayor. Las recomendaciones internacionales señalan para reducir la emisión de dioxinas, una planta de celulosa kraft, como la de Celco, debe descargar entre 15 a 20 m3/ton de aguas residuales. La Planta de Celco descarga, en las mejores condiciones, de 40 m3/ton de aguas residuales, es decir, el doble de lo esperado. Dadas las características del Santuario, un sistema acumulador de contaminantes, la tasa de concentración de dioxinas en el ambiente aumenta aún más. El grupo más peligroso de dioxinas y furanos, las Poli-Cloro-Dibenzo-Dioxinas (PCDD) y Poli-Cloro-Dibenzo-Furanos (PCDF) resisten ataques químicos, físicos y biológicos, tienen escasa solubilidad y son indetectables en el agua. Una vez emitidos se adsorben en los sedimentos, el suelo y las plantas, donde se acumulan y magnifican, permaneciendo activos durante decenas de años. Desde allí pasan a la cadena alimentaria a través de invertebrados, peces, animales y, finalmente, de los seres humanos. Las personas pueden bioacumular entre 5.000 y 10.000 veces la cantidad de dioxinas y furanos presentes en su ambiente. Estos compuestos, reconocidamente cancerígenos, afectan los sistemas nervioso-central, reproductivo e inmunológico, generando graves enfermedades crónicas y letales. Lo más preocupante, en términos de su detección oportuna, es que los efectos a la salud no son inmediatos sino que pueden incluso manifestarse décadas después de la ingesta o exposición. Los monitoreos de Celco y el estudio de la UACH muestran un aumento en más de 20 veces el nivel de AOX en aguas y sedimentos del Santuario aguas abajo de la Planta, lo que es un indicador del nivel de acumulación de dioxinas al que está expuesto el entorno de dicha industria: en sólo 4 años una persona que usa estas aguas contaminadas para regar o dar de beber a sus animales está expuesta a una contaminación de AOX (dioxinas) que en una situación normal habría consumido durante toda su vida. En países industrializados como Alemania existen desde 1993 normas para el estricto monitoreo de dioxinas en la leche, carnes y suelos agrícolas. Estas normas protegen preventivamente la salud humana. Las medidas incluyen rigurosas regulaciones para todos los alimentos. En Canadá existen desde 1991 programas de monitoreo de dioxinas asociadas a plantas de celulosa iguales a la de Celco, pero que vierten sus Riles al mar. Estos programas miden continuamente las dioxinas y sus efectos en peces, invertebrados y plantas. Los monitoreos incluyen estudio en peces para medir sus niveles de dioxinas, el tamaño de sus gónadas e hígado y su relación peso/talla. Además de estudiar el número de especies, el estado del hábitat, número y diversidad de invertebrados inferiores y efectos subletales en peces, invertebrados y plantas. Nos preguntamos si el Ministro de Salud ha considerado entre los "exámenes y pruebas" en que basa sus afirmaciones, monitoreos como los que existen en estos países. En nuestro caso no existe ningún estudio oficial de medición de las dioxinas generadas por la Planta. Celco sólo ha informado a través de la prensa que sus riles contienen 2pg/L de dioxinas. De acuerdo a los estándares internacionales (PNUD, 2005), el nivel de dioxinas en los riles de plantas de celulosa que usan dióxido de cloro, después del tratamiento, debe ser indetectable. Conclusiones Podemos concluir por tanto que: a) Existen antecedentes sólidos para afirmar que la Planta de Celco es una fuente de dioxinas. b) Los monitoreos de Celco y el estudio de la UACH muestran una acumulación sostenida de AOX en aguas y sedimentos del Santuario, lo que es indicativo del nivel de acumulación de dioxinas. c) La dinámica estuarial del Santuario, y su patrón de acumulación, es el principal factor de riesgo relacionado con la acumulación de dioxinas en el entorno de Valdivia. d) No existe ninguna medición seria de dioxinas en las emisiones de la Planta de Celco. La única medición divulgada por la prensa señala 2 pg/L en los Riles, siendo que estas sustancias no debieran estar presentes en el efluente y que las más peligrosas no son detectables en el agua. Por todo lo anterior, se requieren, como medidas básicas de prevención de los riesgos a la salud, monitoreos que midan dioxinas en sedimentos y suelos expuestos a las emisiones de la Planta, y seguimiento en especies indicadoras como peces e invertebrados del Santuario. Sin estas mediciones no pueden las autoridades afirmar bajo ningún punto de vista que el riesgo a la salud está controlado o no existe.