Editorial 2013enmendado

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Editorial 2013
EL ANILLO DE GIGES
Marco Tulio Cicerón en la obra Sobre los deberes cuenta la leyenda según la
cual Giges llegó a ser rey de Lidia valiéndose de las propiedades mágicas que un anillo
le proporcionaba.
En cierta ocasión, tras una gran tempestad, se abrió una enorme grieta en la
tierra; Giges se metió en ella y encontró un caballo de bronce cuyo costado tenía unas
puertas que, una vez abiertas, dejaron ver el cuerpo de un hombre muerto de tamaño
nunca visto; llevaba anillo de oro en un dedo. Giges, tras quitárselo, fue a una reunión
de pastores regios; allí, al girar hacia la palma de la mano la parte engastada del anillo,
no era visto por nadie y él lo veía todo; cuando giraba el anillo a su lugar, era visto de
nuevo. Giges, aprovechando la oportunidad que aquel anillo le ofrecía, mató al rey y se
deshizo de todos los que pudieran obstaculizar sus planes. Llegó así a hacerse rey de los
lidios.
El escritor latino acude a esta leyenda, que ya Platón había introducido en La
República, para hacer una reflexión sobre lo útil y lo honesto; y concluye tajante: “el
hombre de bien, aunque tuviera el anillo de Giges, no por ello pensaría que le es lícito
hacer el mal; lo honesto ha de ser el límite de las aspiraciones del hombre sabio”.
¿A quién no le gustaría, en alguna ocasión, tener el anillo de Giges? A
cualquiera, cierto; pero cualquiera sabe que el anillo de Giges es una leyenda. Que sólo
el trabajo y el afán son el verdadero anillo mágico.
Un año más se edita nuestra revista, gracias al afán que bastantes alumnos y
profesores ponen al efecto; se hace como todo, con trabajo. De mágico esta edición sólo
tiene el número, el trece. Otra leyenda.
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