Este trabajo toma simplemente como base dos hechos indiscutibles:

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Título :
DE DOCTRINAS Y TRATADOS
Autor:
Santiago Mario Tettamanzi
Filiación
Institucional:
Revista “CUADERNOS ”.
Dirección
Correo Electronico:
Telefonos:
[email protected]
[email protected]
15-74442017
4981-8215
4342-3886
Trabajo para IV Encuentro sobre Defensa.
Este trabajo se presenta para los Temas 2 y 4
2
Santiago Mario Tettamanzi
(*)
DE DOCTRINAS Y TRATADOS
Este trabajo toma simplemente como base dos hechos indiscutibles:
a) La intervención armada europea afrontada por la República de Venezuela.
b) La Guerra Nacional de Malvinas afrontada por la República Argentina.
PUNTO A):
La República Argentina brindó a la conciencia americana un principio jurídico que
echó raíces en el campo del debido respeto a las Naciones en trance de dificultades,
preservándolas de una intervención armada extranjera.
Una escuadra conformada por naves militares de los imperios de Alemania e
Inglaterra, bombardeó en Diciembre de 1902 la localidad venezolana de Puerto Cabello,
sobre el Mar Caribe, en una acción de fuerza precedida de amenazas y bloqueo, para el
cobro de una deuda pública del Estado de Venezuela para con consorcios capitalistas y
prestamistas de esas dos potencias, a las que se sumó Italia. El cañoneo fue acompañado
de apresamiento de buques y desembarco de fuerzas armadas.
La pasividad de los Estados Unidos ante esta acción de fuerza puso en descubierto
la ficción del carácter integral de la llamada Doctrina Monroe, instrumento que a ese
momento se consideraba “de cobertura”, proveniente de una Nación de América.
Estados Unidos usó ya en aquél entonces el que luego fuera su remanido pretexto
del “castigo a las dictaduras”, tal como lo confiesa el Presidente Theodore Roosevelt en
su carta al historiador William Roscoe Thayler, con referencia al entonces Presidente
venezolano General Joaquín Castro:
“...No había objeción alguna a que Castro fuese castigado, con tal que el castigo no
tomara la forma de apoderamiento del territorio y su ocupación más o menos
permanente por alguna potencia del Viejo Mundo. En este punto particular, ese
apoderamiento de territorio habría constituído una amenaza directa para los Estados
Unidos, porque habría puesto en peligro o dominado parcialmente el acceso al
proyectado canal a través del Itsmo...”.( 1 )
Es decir, mientras no afectare los intereses norteamericanos, la acción germanobritánica tenía una mirada de distracción en la llamada Doctrina Monroe de 1823, y solo
merecía un pedido de acogimiento a un compulsivo arbitraje estadounidense con su
Presidente como árbitro: (“...Vi al embajador [Von Hollemben] y le expliqué que en
vista de la presencia de la escuadra alemana en la costa venezolana no podía permitir
una demora mayor a mi pedido de arbitraje...”) ( 2 ).
Es aquí que un funcionario argentino, el Ministro de Relaciones Exteriores Dr.
Luis María Drago, en una amplia comprensión sobre el significado de la situación,
gestionó ante Brasil y Chile una mediación conjunta de los tres países, sin resultado.
Entonces, previa consulta con Bartolomé Mitre, envía al Embajador argentino en
3
Washington un extenso fundamento dirigido al Gobierno de los EE.UU. conteniendo un
principio de política internacional de exclusiva aplicación a los países americanos. El
cual, con gran repercusión en toda América y Europa, adquirió el rango de Doctrina de
Derecho Internacional, que tomó su nombre.
Así, la nota que en su punto medular decía que: “... el principio que quisiera ver
reconocido es el de que la deuda pública no puede dar lugar a la intervención armada,
ni menos a la ocupación material del suelo de las naciones americanas por una
potencia extranjera...”, era la defensa de los países débiles y económicamente pobres,
no para justificar el incumplimiento de sus obligaciones, sino para prohibir el
procedimiento de la violencia contra ellos, como medio de lograr satisfacción de dichas
deudas (tal como así lo comenta el Dr. Cesar Diaz Cisnero en su Tratado de Derecho
Internacional).
Esta Doctrina Drago, a la luz de los acontecimientos acaecidos en el Siglo XX,
tiene hoy plena vigencia, atento a su vez a las preocupantes condiciones que el inicio del
Siglo XXI plantea a una Latinoamérica cada vez más amenazada tanto desde afuera
como desde adentro del continente americano, y de las cuales la llamada
“globalización”, los modelos económicos, las tentadoras alianzas, y otras políticas, son
hoy día condicionantes de su desarrollo, y trampas “caza bobos” que se pisan y se pisan
continuamente, reemplazando a su vez con más cinismo y sofisticación a aquellas naves
del principio del 900 que se acercaron a las costas venezolanas.
Se dice que los países adelantados y con siglos de existencia, tienen ya formada
una conciencia propia que es la matriz perenne de sus actos futuros, y que su devenir es
predecible en base a estos procederes, que con diversos tonos exteriores se repiten en su
esencia.
En esa inteligencia cerramos entonces este PUNTO A), recordando al efecto
algunas otras particularidades:
Ya en 1866 el Secretario de Estado Seward había sostenido que el empleo de la
fuerza por parte de naciones europeas contra cualquier país americano era enteramente
lícito con tal que ello no implicare ambiciones territoriales o fines antirrepublicanos.(3 ).
El Secretario de Estado John Hay, decía: “El Gobierno de EE.UU. se esforzó
por observar una actitud de neutralidad amistosa durante todos los penosos incidentes
del bloqueo”.( 4 )
El Departamento de Estado dio el visto bueno a las naciones interventoras, y solo
en el curso de la intervención misma los dirigentes de la política de los EE.UU.
descubrieron que debían tener en cuenta un sentimiento público mucho más hostil que
en cualquier ocasión anterior al empleo de la fuerza por las potencias europeas. ( 5 )
¡Vaya qué importantes principios para la seguridad de América Latina sustentaba
el Presidente Roosevelt en su carta al Profesor Münsterberg el 23 de Enero de 1903 !. :
“Alemania, Inglaterra y los EE.UU. son las 3 grandes naciones del futuro. Los eslavos
necesitan un centenar de años y las razas latinas están agotadas, y la cooperación de
estos tres pueblos no debe tener un límite; la Doctrina Monroe no es un artículo de fe
rígido”( 6 )
4
Resulta interesante apuntar las palabras de Sir Charles Dilke ante el Parlamento
Británico cuando manifiesta que los enormes intereses económicos de Gran Bretaña en
la América Latina de ningún modo podían ser servidos mejor que con una política como
la que habían formulado los EE.UU. ( 7 )
PUNTO B)
La historia del Siglo XX en la República Argentina registra acontecimientos que
sacudieron de diversas manera a la Nación.
De todos ellos sobresale uno con numerosas concomitancias, tal es el de la
Recuperación de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, y su posterior
defensa ante la reiteración de la usurpación.
Con el involucramiento activo o pasivo de países de dentro y fuera del
Continente Americano, la lucha armada, el bloqueo, la punición económica, la falsedad,
la traición, la nobleza, la solidaridad, se mezclaron en una realidad nunca antes vivida,
tanto por nuestro País, como por toda Latinoamerica, ya que comprendió el movimiento
bélico más importante después de la 2da.Guerra Mundial realizado por las dos potencias
imperiales en consuno, la europea y la americana.
Ni el conflicto del estratégico paso del Canal de Suez en Egipto en la década del
50’ puede compararse con las operaciones llevadas a cabo por los 118 buques que
conformaron la Task Force que navegó miles de millas del Atlántico con su poder de
fuego de naves, aeronaves, tropas, material terrestre, y logística, que llevó al
otorgamiento de 29.700 medallas, las South Atlantic Medals, para reconocer al personal
que participó desde la Isla de Ascension al sur, seguida luego con el asentamiento de
una poderosa base militar en las Islas usurpadas.
Y es en ese marco que se inserta un instrumento creado por uno de estos dos
imperios a finales precisamente de aquella 2da. Guerra Mundial.
Conocido como el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), y
nacido a la luz de una situación mundial con la constitución de dos bloques bien
definidos y contrapuestos, que requería un acuerdo de defensa atípico en uno de ellos: el
de los miembros más débiles para con el más fuerte y comprometido
internacionalmente; ya que eso en definitiva era su escondida finalidad, pues cabe
preguntar ?Por su poderío, enfrentamiento y accionar, qué estado americano estaba más
expuesto a un ataque extracontinente?.
Originado en el Acta de Chapultepec, de la Conferencia Interamericana para los
Problemas de la Guerra y la Paz de 1945 (donde la Argentina fue hostigada por EE.UU.
por su neutralidad en el conflicto mundial que acababa de finalizar), su nacimiento
jurídico se produjo en la Conferencia de Cancilleres de Río de Janeiro de Septiembre de
1947.
Su artículo 3ro es explícito en la realidad de aquella recondita finalidad citada en
párrafos anteriores: “Las Altas Partes Contratantes convienen en que un ataque armado
por parte de cualquier Estado contra un Estado americano, será considerado como un
ataque contra todos los Estados americanos, y en consecuencia, cada una de dichas
Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque, en ejercicio del
5
derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que reconoce el art. 51 de
la Carta de las Naciones Unidas”.
Pero en 1982, en el Atlántico Sur, tuvo lugar un suceso totalmente impensado
por los mentores de esta herramienta de la política exterior de los EE.UU. en la llamada
“Guerra Fría”.
Desde la “Crisis de los Misiles” ocurrida veinte años antes en una de las zonas
abarcada por el TIAR, como lo es el Mar Caribe, el Continente no sufría una convulsión
que involucrara con tal magnitud a una potencia no americana; y fue, precisamente, la
de más estrecho parentesco con EE.UU. la que desata un enfrentamiento armado con un
país latinoamericano.
Su inicio, el 21 de marzo de 1982, cuando a las 08.30 hs, usando de base el
territorio que usurpa en las Islas Malvinas, Gran Bretaña envía una nave, el
“Endurance”, con un contingente de ”marines” armados, a desalojar a operarios civiles
argentinos que con el pleno conocimiento británico previamente acordado, habían
iniciado contractualmente el desguace de una vieja planta ballenera en las Islas Georgias
del Sur.
Suceso que es seguido por la recuperación argentina del ejercicio pleno de la
Soberanía sobre el archipiélago malvinense, acaecida el 2 de Abril ante la cerrada
negativa británica a dar fin por vía diplomática al diferendo de soberanía, por otra parte
reiteradamente exhortado por las Naciones Unidas.
Se produce así el inicio de la más espectacular invasión británica, como ya
dijimos, no vista desde la 2da. Guerra Mundial, por su cantidad y calidad de
componentes puestos en movimiento, que desde el continente europeo tiene su
ejecución en un sector del continente americano abarcado por la línea delimitatoria de
contención del TIAR.
Esta situación llevó a decir a un matutino porteño en su editorial: “Habrá
llegado la hora de averiguar lo que vale el TIAR...El Reino Unido ha abierto una caja
de pandora”.( 8 )
Los EE.UU., principal interesado en evitar que el Tratado fuere llevado a la
mesa de la disputa, reaccionaba por varias vías:
el presidente Reagan en un pedido directo,
el “mediador” Haig pidiendo a Venezuela su interseción ante Argentina mientras
durare la “mediación”,
el mismo General Haig ante el Gobierno Argentino.
Al respecto, uno de sus integrantes de esa época, el Almirante Isaac Anaya,
declara por intermedio de su defensor en su expediente de alegato: “Pero hay algo en
que el General Haig nunca olvidaba. En cada comunicación que tenía con nuestro
Canciller o con el Presidente, recomendaba muy especialmente NO CONVOCAR AL
TIAR. No se puede discernir qué le interesaba más: si la paz amenazada por un
conflicto de imprevisibles derivaciones o la posibilidad de un revés en la reunión de
Cancilleres Americanos”. ( 9 )
6
Y el 20-4-82 se cumplía un hecho trascendente en la historia de este polémico
instrumento, cuando el Embajador argentino presentaba el petitorio de convocatoria
urgente del Consejo de la Organización de Estados Americanos (OEA): la primera vez
que se convocaba al TIAR por una amenaza directa de un país extracontinental sobre
territorio americano, tal como lo son nuestras Islas Australes.
Obtenido en la OEA la aprobación del pedido, por 18 votos a favor, ninguna
oposición y 3 abstenciones (EE.EE., Trinidad, y Colombia), y citándose al Organo de
Consulta para el día 26-4, las reacciones surgieron de inmediato, tildando al pedido de
inoportuno e innecesario. El Presidente Reagan pontificaba desde Washington: “Sería
ventajoso que los Cancilleres de la OEA demorasen toda acción respecto a la
propuesta argentina”.
Los mecanismo de inteligencia actuaban de prisa: En París se opinaba que el
TIAR podría internacionalizar el conflicto. Henry Kissinger manifestaba que Haig debía
evitarle a EE.UU. tener que tomar partido. “La solidaridad con Gran Bretaña es
espontánea, y tiene que ver con nuestra historia”, se irradiaba desde el país del Norte.
En la Reunión Extraordinaria de Cancilleres del 26-4, aduciendo que Argentina
era quien primero hizo uso de la fuerza, EE.UU. junto con Trinidad, Chile, y Colombia,
se abstiene de una resolución presentada por el Perú y Brasil, que mereció 17 votos
favorables y ninguno en contra; que en su punto 1ro. urgía a Gran Bretaña a cesar
hostilidades en zona del TIAR.
Reacción inmediata de Henry Kissinger: “Europa es la clave de la política
exterior de Estados Unidos, y dentro de Europa los británicos son sus más estrechos
aliados”.
La medida no se hace esperar: apoyo a Gran Bretaña y sanción a la Argentina,
según la comunicación oficial del Gobierno de los EE.UU.
El ataque británico del 1ro.de Mayo sobre las Islas Malvinas origina una protesta
de la OEA contra EE.UU. por su apoyo, indicándose el resquebrajamiento del sistema
interamericano y la violación de la Declaración del 26-4.
Costa Rica pide el cambio de la sede de la OEA.
Venezuela considera adoptar una nueva sigla: OELA (Organización de Estados
Latino Americanos).
Perú pide inmediata revisión del Tratado sin la participación de los EE.UU.
(“Estados Unidos defiende sus intereses y los de la OTAN, no los de América Latina”).;
y producido el desembarco británico en San Carlos reclama la aplicación total del TIAR
“con o sin la anuencia de los EE.UU.”
Un preciso comentario de quien tiempo después sería Presidente de la República
Argentina; decía el Dr. Fernando de la Rúa : “La crisis de las Malvinas descorrió el
telón sobre muchas ficciones del mundo actual. Estados Unidos abdicó del TIAR y
traicionó a América. La ceguera de sus dirigentes ha dejado en crisis a Occidente”.
(10)
7
Insistiendo en un llamado de reunión del Organo de Consulta para el día 27, el
Canciller Argentino manifiesta que el éxito dependerá mucho de las medidas que se
propongan.
A esta altura, el reclamo de la aplicación del art. 8vo, del TIAR forzaría a una
muerte formalmente asumida del Sistema Interamericano, y EE.UU. quedaría en
evidencia, ya que obligatoriamente para los Estados signatarios y ratificantes del
Tratado dicho artículo consistía para con el agresor, en este caso Gran Bretaña, y en
forma alternativa o conjunta, de : “el retiro de los Jefes de Misión, la ruptura de las
relaciones diplomáticas, la ruptura de las relaciones consulares, la interrupción
parcial o total de las relaciones económicas, de las comunicaciones ferroviarias,
marítimas, aéreas, postales, telegráficas, telefónicas, radiotelefónicas o
radiotelegráficas, y el empleo de la fuerza armada”.
En una increíble obtusa visión de la realidad, el General Haig manifestaba en la
Reunión del Organo de Consulta del 27-5-82: “No pedirle al TIAR resolver un conflicto
para el que no fue concebido”. ”El primer uso de la fuerza no provino de fuera del
continente”.”Este no es un caso de agresión extracontinental contra el que estamos
obligado a unirnos”. Si, ésta era la verdadera cara de aquél presunto “mediador neutral”
que había ido y venido de Londres a Buenos Aires en los días claves del mes de abril de
1982.
Precedida de un proyecto argentino que se consideró “excesivamente duro”, el
28 de mayo con la abstención de EE.UU., Trinidad, Chile y Colombia, y por 17
afirmativos y ninguno en contra, se emite una Resolución que no aplica el mecanismo
de medidas concretas del art. 8vo. anteriormente comentado:
1 Condenar el desproporcionado ataque del Reino Unido que afecta la
seguridad de todo el continente americano.
2 Reiterar a Gran Bretaña el cese de acciones bélicas.
3 Deplorar que el Reino Unido frustrara las negociaciones de la UN.
4 Expresar la convicción del inevitable auspicio de UN para la solución
pacífica y honorable.
5 Instar a EE.UU. a levantar las medidas coercitivas hacia la Argentina, y
abstenerse de dar asistencia material al Reino Unido, observando el principio
de solidaridad continental del TIAR.
6 Instar a la Comunidad Europea a levantar las medidas coercitivas para con la
Argentina.
7 Solicitar a los Estados del TIAR a prestar apoyo apropiado para asistir a la
Argentina.
8 Reafirmar principios de la Carta de OEA y TIAR, particularizando la
solución pacífica de las controversias.
9 Renovar disposiciones del Organo de Consulta para asistir a las partes con
acciones pacificadoras.
10 Mantener las Reuniones de Consulta para cumplir la Resolución y tomar
medidas adecuadas preservantes de la solidaridad y cooperación
interamericana
Las acciones que se sucedieron demostraron que los EE.UU. no se dio por
enterado del punto 5, ignorando que 17 países hemisféricos votaron un cambio de
actitud, y continuó apoyando a Gran Bretaña.
8
Tal vez su sanción moral ha quedado asentada en una baguala de esa
inolvidable ”Flor de la Canela”, la peruana Sra. Chabuca Granda, que en su ”Argentina
Agredida” canta : “Solo pido a mi memoria, que no me ayude a olvidar, traición de la
Norteamérica, a la Argentina y al TIAR”.
Un diálogo entre dos norteamericanos ocurrido días después de la
Resolución trasunta sus propias discrepancias en el entendimiento del complejo marco
latinoamericano:
Señora Kirkpatrick: - “Son unos amateurs... ingleses en trajes norteamericanos
...totalmente indiferentes hacia las sensibilidades latinas”.
Señor Haig (refiriendose a la Sra. Kirkpatrick): - “es mental y emocionalmente
incapaz de pensar con claridad debido a su atracción por el mundo latino”.
El triunfo que significó para los EE.UU. haber podido evitar la aprobación
de las medidas que prescribe el art. 8vo. del Tratado, llevó al Ministro de Relaciones
Exteriores de la República de Cuba, Sr. Peoli, a decir en su discurso ante la Asamblea
General de las N.U. :
“A la hora de la verdad las instituciones construídas sobre las bases del
fariseísmo se hundieron en el Atlántico sin la dignidad de los tripulantes del General
Belgrano”.( 11 ).
Basado en este pequeño pantallazo dado sobre la aplicación práctica de un
instrumento de asistencia como lo es el TIAR, en oportunidad del acontecimiento más
emblemático del quebrantamiento territorial del continente americano, ese pasado
reciente y el futuro pueden sintetizarse en las palabras de un autor prusiano, de consulta
en las estrategias militares:
“ Es una verdad establecida que los Estados se aseguran asistencia recíproca
mediante alianzas ofensivas o defensivas, pero estos acuerdos tienen un alcance muy
limitado porque es poco común que el aliado se sienta totalmente identificado con los
intereses del otro Estado “ ( 12 ).
Claro, sin embargo depende de los actores más subordinados a los
designios de los poderosos.
A 19 años después de 1982, aquél a quien nos referíamos en párrafos
anteriores que fuera luego Presidente de los Argentinos en los años recientes, y en
oportunidad que dos aviones comerciales de pasajeros de bandera estadounidense, se
estrellaron contra dos edificios estadounidenses, en territorio estadounidense, impulsaría
sin límites y sin hesitar, la aplicación de ese mismo TIAR, sin una letra más, ni una letra
menos.
Es también de suma importancia referirnos a una situación que ha puesto
a la República Argentina frente a una serie de condicionamientos y limitaciones, a la
cual ha accedido por propia voluntad al firmar con Gran Bretaña los llamados acuerdos
de Madrid del 19 de Octubre 1989 y 14 y 15 de Febrero 1990, bajo la denominación de
Declaraciones Conjuntas, que en definitiva por sus alcances resultan ser un verdadero
Tratado, tema este analizado en profundidad por un destacado estudioso, el Dr. Julio C.
González (13).
9
El contenido de la Declaración de Madrid del 15-2-90 ha sido puesto en
conocimiento de la Secretaría General de las N.U. como documento oficial para ser
distribuído entre los países miembros, quedando notificada así la comunidad
internacional; también en el Consejo de Seguridad para notificación de sus miembros a
los fines militares, además notificación a la OEA, y a la Unión Europea, todo ello a
tenor del art. 17.
En el análisis el Dr. González, al mencionar las implicancias negativas de
todo el articulado del documento por las características propias atinentes a cada uno, fija
3 artículos decisivos que conforma la afectación de la estructura de defensa, de
economía y de soberanía argentina, a saber:
Art. 5: Delimitación de las zonas geográficas, marítimas, aéreas y de las
tres fuerzas armadas de la República en sus atribuciones.
Art. 12: Las inversiones privadas en la Argentina y un Tratado de garantía
para las inversiones privadas británicas. Esto dio origen al Tratado de Londres del 11
Diciembre 1990, que se ratificó por Ley 24.184.
Art. 16: Las relaciones de la Argentina con América del Sur con motivo
de la política de integración, y con la Unión Europea.
En artículo 5 se refiere a las actividades militares en el Atlántico Sur,
fijando límites de acción según espacios con coordenadas (tomando como base de los
mismos Comodoro Rivadavia, Puerto Santa Cruz y Bahía San Sebastián de Tierra del
Fuego), tiempo de aviso en el movimiento de naves y aeronaves, siendo la República
Argentina la contraparte más afectada.
En este mismo artículo, el Ejército Argentino no es autoridad de
aplicación, no obstante que los británicos tienen el derecho de libre entrada en todo el
territorio nacional.
Dice el Dr. Julio C. González, en una parte de sus conclusiones:
“Estamos pues, en un exceso de lo que fue la Guerra de Malvinas, y en un
cercenamiento de las facultades de la República Argentina para poder determinar su
propio control.”... “La bilateralidad de la política exterior, de la política militar, de la
política económica, que impone este Tratado, determina el reemplazo de la República
Argentina independiente por una virtual confederación anglo-argentina. El Océano
Atlántico pasa a ser un límite territorial con Gran Bretaña, un Estado ribereño”. ( 14 )
Un enfoque complementario dentro de este cuerpo de verdaderos
Tratados, como ya se los ha catalogado más arriba, es su comparación con uno de los
más paradigmáticos tratados devenidos de un enfrentamiento armado, donde
precisamente una de las contrapartes fue Gran Bretaña. Nos referimos al Tratado de
Versalles impuesto a Alemania en 1919, luego de la Primera Guerra Mundial.
No obstante la similitud de efectos, dicho Tratado se firmó
inmediatamente después del armisticio de 1918, sobre un Estado Alemán destrozado,
en tanto los instrumentos de Madrid y Londres de 1989 y 1990 lo fueron a siete y ocho
años del cese del fuego del 14 de Junio de 1982.
10
(*) El autor es Veterano de Guerra
Presidente del Centro de
Civiles Veteranos de Guerra
“Operativo Malvinas”.
Notas:
( 1 ): Thayler, W.R. “Theodore Roosevelt, an intimate biography”, Boston 1919,
pág.411 y subs.,
( 2 ): Ibidem.
( 3 ): Dexter Perkins, “Historia de la Doctrina Monroe”, EUDEBA, Bs.As. 1964, pág.
189.
( 4 ): Dennett Tyler: John Hay, from Poetry to Politics, N.Y., 1933, pág.392/3.
( 5 ): Dexter Perkins, obra citada, pág. 189.
( 6 ): Widener Library, Münsterberg Papers, 23-1-1903.
( 7 ): Dexter Perkins, obra citada, pág. 188.
( 8 ): Clarín, Bs.As., 11-4-1982
( 9 ): Boletín Centro Naval, Suplemento 751-D-5, Vol.105, Año 106, Bs.As, 1987,
pág.50/51.
( 10 ): Entrevista de Gerardo Heidel, Revista “Gente”, 20-5-82.
( 11 ): Naciones Unidas, Documento A/37/PV.23.
( 12 ): Mariscal Karl Von Clausewitz.
( 13 ): Dr. Julio C. González “Los Tratados de Paz por la Guerra de las Malvinas”, Ed.
del Autor, Bs.As., 1998.
( 14 ): Dr. Julio C. González “Los Tratados de Paz por la Guerra de Malvinas y el
Tratado de Versalles de 1919”. Seminario “Política Exterior y Malvinas”. Segunda
Jornada, Bs.As., 18-7-2001, Federac. Veteranos de Guerra de la Rep. Argentina.
Desgrabación del Centro de Civiles Veteranos de Guerra “Operativo Malvinas”.
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