La Perseverancia de los Santos Muchas personas han escuchado el evangelio, un gran número de ellas han profesado su fe, y todavía siguen corriendo con paciencia la carrera de la fe. Tristemente hay personas que se apartan de Cristo y han vuelto al mismo patrón de vida pecaminoso. Cada iglesia tiene su grado de apostasía: personas que por un tiempo profesan la fe de Cristo y luego se apartan. Algunos llegan incluso a posiciones de liderazgo, pero no permanecen en el Señor, como ocurrió con Demas en el Nuevo Testamento. ¿Qué sucedió realmente con esas personas? ¿Eran inconversos que durante un tiempo dieron la impresión de ser creyentes o fueron convertidos que volvieron a ser incrédulos y perdieron su salvación? ¿Existe alguna posibilidad de que algún verdadero creyente deje de creer y termine condenado en el infierno? Filipenses 1:3-6 "Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo." Pablo dice dos características importantes: Pablo está persuadido, está plenamente convencido, de que Dios comenzó en nosotros una buena obra. Esa buena obra que Dios comenzó, Dios mismo se encargará de perfeccionarla. Dios comenzó una buena obra en nosotros y Dios perfeccionará esa obra que él comenzó. La iglesia de Filipos comenzó como vemos en Hechos 16. Pablo estaba en la ciudad de Troas, en las costas del Asia Menor, se le mostró una visión en sueños. Dice el v.9: "… un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos." Fue así como el Apostó Pablo llego a la ciudad de Filipos y, una vez allí, le predico el evangelio a un grupo de mujeres, en la rivera de un río, donde el Señor abrió el corazón de Lidia. Luego una muchacha endemoniada fue salvada también por el poder de Dios y Pablo y Silas terminaron encarcelados. Pero aún allí, en la cárcel, pudieron predicar el evangelio en medio de circunstancias extraordinarias y el carcelero de Filipos se convirtió al Señor. Así que fue una sorprendente obra de evangelización lo que Pablo y Silas llevaron a cabo en Filipos. Sin embargo, al escribirles esta carta, Pablo no hace ninguna referencia a la obra que ellos hicieron allí, sino a la obra que Dios hizo en ellos. No era la obra de Pablo, era la obra de Dios. Él comenzó esa buena obra usando a Pablo y Silas como instrumentos pero fue Dios quien lo hizo. ¿Quién le dio a Pablo la visión que tuvo estando en la ciudad de Troas? ¿Quién abrió el corazón de Lidia? ¿Quién salvo a esa muchacha endemoniada? ¿Quién provocó un terremoto cuando Pablo y Silas estaban en la cárcel que inquietó al carcelero de Filipo el cual llego a ser salvo junto con toda su casa? Pablo sabía que no estaba en su poder hacer ninguna de esas cosas. Es por eso que al final de su primer viaje misionero dice, que Pablo y Bernabé: Hechos 14:27 "… habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles." Es Dios quien abre esa puerta. Dios comenzó una buena obra en nosotros. En el texto de Filipenses, no dice que Dios comenzó una obra en medio de ellos. Lo que allí dice es que Dios comenzó una obra en ellos. Dios comenzó una obra en el interior de cada uno de los filipenses que estaban convertidos en la iglesia, así como lo hace en la vida de cada uno de sus hijos. ¿Cuál es esa buena obra que Dios hace en los cristianos? ¿De qué habla Pablo aquí? Pablo está hablando aquí de esa profunda transformación que el Espíritu Santo opera en nuestros corazones para traernos de la muerte a la vida. Es decir, él está hablando de la obra de la regeneración (nuevo nacimiento). 2 Corintios 5:17 "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." No es una simple decisión religiosa lo que Dios nos ha dado. "Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es." Nosotros hemos sido engendrados por el Espíritu de Dios. Dios hizo una obra extraordinaria en nosotros y, eso ya por sí solo, garantiza que nuestra salvación no se puede perder. El hecho de que Dios fue el que comenzó esa buena obra garantiza que nuestra salvación no se puede perder. Recordemos lo que hemos aprendido en las doctrinas de la gracia: ¿Cuál era la nuestra condición espiritual cuando Dios comenzó esa buena obra en nosotros? La biblia nos dice que Dios nos amó cuando éramos sus enemigos, cuando no deseábamos venir a Él. Fue estando en esa condición espiritual, que Dios hizo esa obra en nosotros. ¿Y ahora que somos hijos de Dios, Él va a dejarnos en nuestras propias expensas, arriesgándose a que nos extraviemos completamente del camino y terminemos en el infierno? Romanos 5:6-10 "Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida." El argumento es sumamente poderoso, contundente. Pablo está diciendo: si siendo enemigos, pecadores, impíos, Dios envió a su hijo a pagar nuestra deuda y a reconciliarnos con Él ¿Cómo es posible que siendo ahora sus hijos deje que alguno se pierda? Pensemos en la doctrina de la elección incondicional… Romanos 8:30 "Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó." Esto es tan cierto que Pablo lo dijo en tiempo pasado. En la mente de Dios eso es una seguridad total. El mismo número de personas predestinadas, es el mismo número de personas llamadas, es el mismo número de personas justificadas y, con toda seguridad, ese será el mismo número de personas glorificadas. Es por eso que Pablo concluye este texto preguntándonos: Romanos 8:35 "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?" ¿Se dieron cuenta como Pablo plantea este interrogante? Algunos creyentes se preguntan: "¿Qué sucede si dejo de amar al Señor y de creer en Él?" Pero es eso lo que precisamente dice Pablo que no puede suceder: nada puede separar a un verdadero creyente del amor que Cristo le tiene. Es Su amor por nosotros lo que sostiene nuestro amor por Él; nosotros no podemos dejar de amar a Cristo porque nos ama demasiado y Él en Su amor sostiene nuestro amor. Así que nuestro amor depende de Su amor, todo depende de Él y no de nosotros; por eso Pablo continua diciendo… Romanos 8:37-39 "Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro." Así que, ningún creyente puede dejar de creer porque la fe es un don de Dios y esa fe que Dios da es una fe perseverante. ¿Puede un creyente dejar de creer? 1 Pedro 1:3-5 "Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible (inmarchitable), reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero." Cuando llegues al cielo puedes estar seguro de que está reservado un lugar para los escogidos de Dios. Ya Cristo preparó esa salvación con el precio de Su bendita sangre. Anteriormente hemos leído que Cristo no murió en la cruz del calvario para colocarnos en la "categoría de perdonables"; sino para salvarnos real y permanentemente: "El buen pastor dio su vida por las ovejas". El buen pastor no es como esos pastores asalariados que cuando ven venir al lobo salen huyendo; él guarda y protege a cada una de sus ovejas, él conoce a cada una de sus ovejas por nombre. Juan 10:27-28 "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano." Cristo nos ama con un amor eterno. Además, hemos leído también, la doctrina del llamamiento eficaz. ¿Cuál fue el factor determinante para qué vinieras a Cristo en arrepentimiento y fe? La gracia irresistible de Dios, el llamamiento eficaz, y esa misma gracia que te hizo venir, esa misma gracia te sostendrá hasta el fin. Romanos 11:29 "Porque irrevocables (que no se pueden invalidar) son los dones y el llamamiento de Dios." En otras palabras: Dios no cambia Su mente después de repartir sus dones para tomarlos de nuevo; Dios tampoco decide rechazar a los que en algún momento había llamado; si eso llegara a suceder, el carácter de Dios quedaría en entredicho. ¿Qué sucede cuando una persona deposita su fe en Cristo? Inmediatamente es justificada. Es decir, es declarada justa delante de Dios y, todo eso, por la sencilla razón de que la justicia perfecta de Cristo es puesta en su cuenta en el momento de creer. Romanos 4:3 "Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado." ¿Saben por qué Dios no nos inculpa de pecado? Porque nuestro Señor Jesucristo pago por cada uno de ellos en la cruz del calvario y, no solamente eso, Cristo puso en nuestra cuenta Su obediencia perfecta de la ley de Dios. 2 Corintios 5:21 "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él." Así que si un verdadero creyente terminará perdiéndose, la justicia de Cristo no era perfecta. Sí hay algo que los creyentes debemos recordar continuamente es que: nuestra salvación depende de la obediencia de Cristo. Él no sólo murió en nuestro lugar, sino que también vivió en nuestro lugar para que Su obediencia fuera contada ahora como si fuera nuestra. De manera que es imposible que una persona que haya sido justificada por medio de la fe terminé perdiéndose; porque nuestra salvación depende enteramente por la justicia de Cristo, no de la nuestra. Romanos 5:1 "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo." Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús. Por otra parte, hace un momento leímos que la buena obra que Dios hizo en los cristianos fue la de impartirnos nueva vida en Cristo. ¿Qué clase de vida es esa que Dios imparte? ¿Es una vida temporal que puede terminar mañana o es una vida qué permanece para siempre? Juan 5:24 "De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida." El que oye y cree, tiene vida eterna. No va a tener mañana, si tu eres un cristiano tienes vida eterna. Si la pierdes mañana, entonces no era eterna. Juan 6:35, 38-40, 47, 50 "Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 50 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre." Juan 10:27-29 "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre." ¿Se dieron cuenta que Jesús no dice que estamos agarrados de la mano de Dios? Lo que Jesús dice es que Dios Padre y Dios el Hijo nos tienen agarrado de la mano. Claramente esto se ve ilustrado en nuestra vida diaria: Si tu eres padre con un niño y vas a cruzar la calle, no debes cometer el error de dejar que sea tu niño el que te agarre la mano a ti, porque en algún momento dado puede descuidarse y soltar tu mano; no, es el Padre el que debe agarrarle la mano al niño. Nosotros no somos lo que estamos agarrados de la mano de Dios; es el Dios todopoderoso que nos tiene agarrados de la mano y no hay ningún poder que sea más poderoso que el de Dios para sacarnos de allí. "Nadie las puede arrebatar de la mano de mi padre". Así que nuestra salvación está segura por la naturaleza de esa obra que Dios comenzó en nosotros. Dios se encargará de perfeccionar la obra que comenzó. Pablo no solo dice que Dios comenzó una obra en nosotros, sino que también declaró claramente que Dios se encargará de terminarla. Dios comenzó una obra, Dios se encargará de terminarla. Dios no comienza algo tan importante como nuestra salvación para luego dejarla en nuestras manos. Dios perfeccionará esa buena obra y Pablo dice: "hasta el día de Jesucristo". En otras palabras: Dios seguirá obrando en nosotros hasta que estemos presente delante de Él, Santos y sin manchas. ¿Cómo Dios perfeccionará esa obra? De dos maneras básicamente: A través de la obra de Su Espíritu en nosotros. A través de la intercesión de Cristo en los cielos. Acá estamos entrando en cosas misteriosas, cosas que la biblia enseña pero que no son sencillamente de entender. A través de la obra de Su Espíritu en nosotros. Pablo dice en Efesios 1:13 que los creyentes fuimos sellados con el Espíritu Santo en el momento de creer en Cristo y ese sello es la garantía de que recibiremos nuestra herencia completa cuando el Señor Jesucristo regrese en gloria. Ahora bien, ese Espíritu que es el sello, mora en nosotros y este es un misterio. El Espíritu mora en los cristianos y está haciendo una obra (imperceptible muchas veces) en nuestras vidas, preservándonos y perfeccionándonos hasta el día de Jesucristo. Los cristianos tenemos luchas, tenemos tentaciones, tenemos caídas lamentablemente, pero el Espíritu Santo esta allí, en el corazón del verdadero creyente, para sostenernos en medio de todas las dificultades que tengamos que enfrentar en nuestras vidas cristianas. No podemos entender del todo como es que el Espíritu obra en los cristianos para: librarnos de tentaciones, promover en nuestras vidas hábitos de santidad, para llevarnos al arrepentimiento cuando somos vencidos por el pecado. Pero es por causa de esa obra sobrenatural que seremos preservados hasta el fin. Gálatas 5:17 "Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis." ¿Tú quieres pecar? El Espíritu Santo que está dentro de ti se opone a ese deseo pecaminoso. ¿Tú quieres hacerla voluntad de Dios? El pecado que mora dentro de ti se opone a que tú quieras hacer la voluntad de Dios. Es una guerra. ¿Pero sabes quién gana al final? Nuestro bendito Señor y Salvador. A través de la intercesión de Cristo en los cielos. La biblia no solamente enseña que el Espíritu Santo mora en nosotros, sino que también el Señor Jesucristo esta en este momento a la diestra de Dios orando constantemente por cada uno de nosotros. ¿Quién puede comprender esto? Pero eso enseña la biblia: Tú vas a perseverar hasta el fin porque Cristo está orando por ti. Esto es extraño porque es algo muy glorioso pero del cual nosotros no estamos consientes prácticamente nunca. Hebreos 7:23-25 "Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable (intransferible) ; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos." Cristo no tiene que ser sustituido porque Él vive para siempre. Por lo tanto, Cristo esta siempre en la presencia de Dios como nuestro sumo sacerdote intercediendo por nosotros y el autor hebreos dice que precisamente por eso Cristo puede salvarnos perpetuamente. ¿Qué pide Cristo por nosotros? Lo más seguro de la oración del Cristo inmutable (que no cambia), es igual a la que Él hizo por Cristo en Juan 17. Juan 17:11, 15, 17 "11… Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre… 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad." Nadie será santificado a menos que se exponga a la palabra. Cuando nosotros leemos esa palabra que nos santifica es porque Cristo oró por nosotros para que la leyéramos. ¿Tú sabes por qué leíste la biblia esta semana? Porque Cristo oró para que tú lo hicieras. Cristo está intercediendo para que no te alejes demasiado de la biblia si tu eres un verdadero creyente; Cristo ora por sus ovejas para que no dejen de leer su biblia y sean santificados por medio de la Escrituras. Juan 17:20 "Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos" Cristo estaba en Juan 17 orando por ti. Juan 17:24 "Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo." Jesucristo esta orando por ti por nombre. ¿Qué sucede con esas personas que profesan la fe de Cristo y se apartan? Si nunca retornan al camino, es porque en realidad, nunca estuvieron en el. No hay cristianos descarriados, esos que están descarriados probablemente nunca estuvieron en el carril. Mateo 7:21-23 "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad." Cristo nunca los conoció, ni siquiera cuando estaban profetizando en Su nombre, ni echando fuera demonios, ni haciendo milagros. Cristo nunca dijo: Bueno, en algún momento dado, ustedes dejaron de creer y dejaron de ser míos. 1 Juan 2:19 "Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros." 2 Juan 1:9 "Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo." En el nuevo testamento hay varios textos que parecen tener condiciones en la salvación de los creyentes a su perseverancia. Por ejemplo, el mismo Jesús dice en Mateo 10:22 y Mateo 24:13 que solo el que persevere hasta al fin será salvos. ¿No es esa una realidad? Colosenses 1:21-23 "Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro." ¿Está enseñando Pablo aquí que un creyente verdadero puede perder la salvación? Por supuesto que no, eso sería contradecir todo lo que enseña el nuevo testamento. Lo que Pablo está diciendo aquí es que la perseverancia en el evangelio es la marca distintiva de aquellos que han abrazado el evangelio. En palabras más sencillas: Así como Dios es el que da la fe, pero es el hombre el que cree; es Dios el que preserva, pero es el hombre el que persevera. ¿Cómo yo sé que Dios está preservando a alguien? Por la sencilla razón de que esta perseverando. La fe que salva persevera. No importa cuánto tiempo puede estar una persona en la iglesia y cuantos frutos puede haber manifestado en el pasado, si se aparte del evangelio para no regresar jamás, esa persona nunca fue salva. Así que la doctrina biblia de la seguridad de salvación no fue revelada para que los creyentes vivan despreocupados. ¡No! Esa doctrina fue revelada para que nosotros pongamos más empeño en continuar edificando ese fundamento. ¿Tú quieres mantenerte corriendo bien tu carrera hasta el fin? Mantén tu vida cimentada en la doctrina apostólica del nuevo testamento, no te apartes ninguna pulgada de la esperanza del evangelio, vive tu vida aquí y ahora con los ojos puestos en la gloria que nos espera cuando estemos finalmente en la presencia de Dios. Sólo a través de esa esperanza podremos mantenernos en la carrera, independientemente de las circunstancias, que tengamos que atravesar en este lado de la eternidad. Para llegar al cielo tenemos que perseverar creyendo en Cristo. La diferencia entre otra ideología, es que tal perseverancia en la fe es posible para algunos cristianos, pero no es absolutamente segura y los cristianos pueden dejar de creer y perderse. Sin embargo esta doctrina enseña que eso es completamente imposible porque el Dios que comenzó en nosotros la buena obra, Él mismo la perfeccionará manteniendo viva la fe en nuestros corazones. Filipenses 2:12-13 "Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad." Aquí vemos claramente esa conjunción entre la soberanía de Dios y la responsabilidad humana. A veces parecerá nuestra fe una llama pequeña en nuestros corazones, pero ese pábilo que humea nunca se apagará. Dios produce eso y el Espíritu Santo es como un aceite que esta fluyendo todo el tiempo para que esa llama de la fe nunca se apague. Nadie puede arrebatarnos de la mano de Cristo, ni de la mano del Padre, eso es sencillamente imposible. ¿Por qué es importante esta doctrina? ¿Por qué esto se debe predicar en las iglesias? En primer lugar porque nos libra del orgullo y nos mueve más bien a darle a Dios toda la gloria por cada paso de progreso en nuestra vida cristiana. Está doctrina bendita nos recuerda que toda buena dádiva desciende de lo alto; esta doctrina bendita nos recuerda que si todavía estamos en Cristo corriendo la carrera de la fe con los ojos puesto en Él, luchando con nuestros pecados, esforzándonos para cultivar hábitos piadosos, para desarrollar aquellos rasgos de carácter que nos hace cada vez más semejantes a Cristo, y si ¿Todavía nos da vergüenza pecar? ¿Todavía, en nuestra vergüenza, venimos a Cristo en arrepentimiento pidiendo perdón por nuestros pecados? Sí todavía todo esto está pasando es únicamente por su bendita gracia. Porque de Él, para Él y por Él son todas las cosas, a Él y solamente a Él debe darse toda la gloria. En segundo lugar, esta doctrina es importante, porque nos anima a trabajar activamente en la expansión del reino. Esta doctrina nos anima. Un creyente inseguro es un creyente sin energía. La seguridad de salvación no es necesaria para la salvación: hay muchos cristianos que no tienen la seguridad de la salvación y van a llegar al cielo. Cuando un creyente tiene seguridad de salvación produce una energía en el corazón. Es difícil esforzarse en la expansión del reino cuando nosotros mismos no estamos seguros que vamos a llegar allá. La falta de seguridad quita energía, quita empoje. Por eso Pablo le dice a Timoteo… 2 Timoteo 1:8-12 "Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día." Esta doctrina es gasolina para el creyente. Por último, esta doctrina, será una fuente inagotable de gozo para el creyente. En medio de las dificultades, en medio de las circunstancias más severas, independientemente de las dificultades y aflicciones que tengamos que esperar en este mundo caído, nuestro Dios es fiel: Él comenzó una buena obra, Él la perfeccionará. Hay momentos en que Dios, nos da el permiso (por así decirlo), de descorrer un poco la cortina y poder ver lo que hay dentro de nuestro corazón. Cuando yo veo dentro del mío me asusto; cuando uno se ve a sí mismo uno dice: yo no llego… yo no llego. ¿Ustedes saben todas las tentaciones que nos quedan por luchar? ¿Todas las luchas con el pecado? ¿Todos los ardides con Satanás? Pero no nos miremos a nosotros mismos porque solo veremos razones para desalentarnos y razones para durar, pero cuando corremos la carrera con los ojos puestos en Jesús nos damos cuenta de que no hay ninguna razón para sentirnos inseguros. Nosotros tenemos un gran Salvador que compro para nosotros una gran salvación que nada, ni nadie nos puede arrebatar. Judas 1:24-25 "Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén."