LIBROS QUE EDIFICAN Y SALVAN

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LIBROS QUE EDIFICAN Y SALVAN.
Además, hay muchas otras cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que
en el mundo no cabrían los libros que se habrían de escribir. San Juan 21:25.
Estudiad vuestra Biblia. No estudiéis la filosofía contenida en muchos libros, sino estudiad la
filosofía de la Palabra del Dios viviente. Otras producciones literarias tienen poca
importancia cuando se comparan con ésta. No pongáis en vuestra mente tantas cosas
vulgares que no satisfacen. En la Palabra de Dios se despliega un rico banquete ante
vosotros.
Es la mesa del Señor, abundantemente provista, donde podéis comer y
satisfacemos (Carta 47, 1898).
Diariamente, en los libros del cielo, se lleva el registro de vuestras palabras, acciones e
influencia. Tendréis que hacerle frente (Youth's Instructor, 26-5-1898).
Exijan los estudiantes el máximo rendimiento de las facultades de sus mentes para poder
comprender capítulos tales como Isaías 45, a los cuales se deben introducir en nuestras
escuelas como valiosos motivos de estudio. Esto será mejor que los romances o las fábulas.
¿Por qué nuestros colegios han dependido tanto de libros que relatan tan poco acerca de la
ciudad que declaramos estar buscando, cuyo Constructor y Hacedor es Dios. . . El cielo es
nuestro hogar. Nuestra ciudadanía está en lo alto, y nuestras vidas no deben dedicarse a un
mundo que pronto será destruido. Necesitamos la Palabra de Dios revelada en caracteres
vivos. ¡Qué lenguaje puro, excelente, se encuentra en la Palabra de Dios ¡Qué principios
elevadores, ennoblecedores! (Manuscrito 96, del 20 de julio de 1899, "La Biblia, nuestro libro de texto").
La Palabra de Dios es un gran Libro educador. Pero mientras muchos pretenden respetarla,
ponen otros libros por encima de ella. Se exalta la razón humana por sobre la divina. ¿Puedo
hablar claramente y dar un testimonio definido? Si la Palabra de Dios hubiera sido
considerada como siempre lo debió ser, como la voz de Dios que habla a los hombres, la
fuente de toda sabiduría, de toda verdad, de la más elevada educación, los niños, jóvenes y
padres habrían hecho de ella no solamente motivo de su estudio, sino su maestra y su guía,
"para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para
con nosotros en Cristo Jesús" (Efe. 2: 7) (Manuscrito 50, del 28 de abril de 1898, "Los judíos piden una
señal").
La Palabra de Dios es apenas medio comprendida. Si cada cual proclamara un ayuno para
su propia alma, para estudiar la Palabra de Dios con ferviente oración y leer sólo los libros
que pudieran ayudarle a obtener un conocimiento más claro de ella, el pueblo de Dios tendría
más salud y fortaleza espiritual, más conocimiento y comprensión espiritual de lo que ahora
manifiesta. Necesitamos buscar a Dios de manera que sea precioso para nuestras almas.
Necesitamos que sea siempre nuestro huésped y compañero para no apartarnos nunca de él.
(Carta 75, del 21 de mayo de 1900, dirigida al pastor G. A. Irwin, presidente de la Asociación General).
Los libros de texto empleados debieran ser de tal carácter que llamaran la atención a la ley
de Dios. La Biblia debiera ser el fundamento de la educación. En esta obra se magnificarán
la luz, la fortaleza y el poder de la verdad. Los jóvenes mundanos cuya mente no ha sido
depravada por hábitos de sensualidad, se asociarán con estas escuelas y serán convertidos. .
. . Se me ha instruido que esta clase de obra misionera tendrá una notable influencia al
extender la luz y el conocimiento de la verdad (Manuscrito 150, 1899).
La influencia envilecedora de libros y láminas.
Muchos de los jóvenes buscan ansiosamente libros. Leen todo lo que pueden obtener. Los
relatos de amor provocativos y las láminas impuras tienen una influencia corruptora. Muchos
leen ávidamente novelas, y, como resultado, se envilece su imaginación. Con frecuencia
circulan para la venta. . . fotografías de mujeres desnudas. Estas fotografías repugnantes
también se encuentran en negocios de fotografías y penden de las paredes de los que
trabajan con grabados. Estamos en una era cuando la corrupción abunda por doquiera. La
concupiscencia de los ojos y las pasiones corruptas se despiertan por lo que se contempla y
por lo que se lee. El corazón se corrompe por la imaginación. La mente se complace en
contemplar escenas que despiertan las más bajas y viles pasiones. Esas imágenes ruines,
contempladas a través de una imaginación pervertida, corrompen la moral y preparan a los
seres engañados e infatuados para que den rienda suelta a las pasiones concupiscentes.
Luego siguen los pecados y crímenes que arrastran a los seres creados a la imagen de Dios
haciéndolos descender a un nivel con las bestias y hundiéndolos finalmente en la perdición
(Testimonies, tomo 2, pág. 410).
La comunión con Dios y el amor a él, la práctica de la santidad, la destrucción del pecado,
todos son agradables. La lectura de la Palabra de Dios no fascinará la imaginación ni
inflamará las pasiones como los ficticios libros de fantasía, sino que suaviza, ablanda, eleva
y santifica el corazón. Cuando están en dificultades, cuando son asaltados por fieras
tentaciones, tienen el privilegio de la oración. ¡Qué exaltado privilegio! Los seres finitos, de
polvo y ceniza, admitidos por la mediación de Cristo en la cámara de audiencia del Altísimo.
Con tales prácticas, el alma es colocada dentro de una sagrada proximidad de Dios y es
renovada en conocimiento y verdadera santidad y fortalecida contra los asaltos del enemigo
(Appeal to Mothers, págs. 23, 24).
Tanto los ancianos como los jóvenes descuidan la Biblia. No hacen de ella su estudio, la
regla de su vida. Especialmente los jóvenes son culpables de tal negligencia. La mayoría de
ellos halla tiempo para leer otros libros, pero no estudian diariamente el Libro que señala el
camino hacia la vida eterna. Leen atentamente las historias inútiles, mientras que descuidan
la Biblia. Este libro es el Guía que nos lleva a una vida más elevada y más santa. Los
jóvenes declararían que es el libro más interesante que leyeron alguna vez, si su imaginación
no hubiese quedado pervertida por la lectura de historias ficticias.
Las mentes juveniles no alcanzan su desarrollo más noble cuando descuidan la fuente más
elevada de sabiduría: la Palabra de Dios. Que estamos en el mundo de Dios, en presencia
del Creador; que somos hechos a su semejanza; que él vela sobre nosotros y nos ama y
cuida; éstos son maravillosos temas de reflexión y conducen la mente a amplios y exaltados
campos de meditación. El que abre la mente y el corazón a la contemplación de estos temas,
no se quedará nunca satisfecho con asuntos triviales y sensacionales (Consejos para los Maestros,
pág. 107).
Enséñese a los jóvenes a amar el estudio de la Biblia. En nuestros pensamientos y afectos,
dése el primer lugar al Libro de los libros, pues contiene conocimiento que necesitamos por
encima de cualquier otro (Review and Herald, 9-10-1883).
No penséis que la Biblia llegará a ser un libro cansador para los niños. Bajo un instructor
sabio, la Palabra llegará a ser más y más deseable. Será para ellos como el pan de vida, y
nunca envejecerá. Hay en ella una frescura y belleza que atraen y encantan a los niños y
jóvenes. Es como el sol resplandeciente sobre la tierra, que da su brillo y calor, sin agotarse
nunca. Por las lecciones que se desprenden de la historia y la doctrina contenidas en la
Biblia, los niños y los jóvenes pueden aprender que todos los demás libros le son inferiores.
Pueden hallar en ella una fuente de misericordia y amor (Consejos para los Maestros, pág. 131)
Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los
quemaron delante de todos. (Hech. 19: 18, 19).
Al quemar estos libros de magia, los conversos efesios mostraron que ahora aborrecían las
cosas en las cuales se habían deleitado una vez. Era por la magia como habían ofendido
especialmente a Dios y puesto en peligro sus almas; y contra la magia manifestaron tal
indignación. . . Reteniendo estos libros, los discípulos se hubieran expuesto a la tentación;
vendiéndolos, hubieran colocado la tentación en el camino de otros. Habían renunciado al
reino de las tinieblas; y para destruir su poder, no vacilaron ante ningún sacrificio. Así la
verdad triunfó sobre los prejuicios de los hombres, y también sobre su amor al dinero. Y
muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.
Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron
delante de todos. (Hech. 19: 18, 19).
Así la verdad triunfó sobre los prejuicios de los hombres, y también sobre su amor al dinero.
Los magos de los tiempos paganos tienen su contraparte en los mediums espiritistas, los
clarividentes y los adivinos de hoy día. . . Si se descorriera el velo ante nuestros ojos,
podríamos ver a los ángeles malignos empleando todas sus artes para engañar y destruir.
Dondequiera se ejerce una influencia para inducir a los hombres a olvidar a Dios, está
Satanás ejerciendo su poder hechicero. . . El pueblo actual de Dios debería prestar atención a
la amonestación del apóstol a la iglesia de Efeso: "No comuniquéis con las obras infructuosas
de las tinieblas; sino antes bien redargüidlas" (Los Hechos de los Apóstoles, págs. 234, 235).
La mente a la cual se le permite estar absorta en la lectura de historias, se arruina. La
imaginación enferma, el sentimentalismo toma posesión de la mente, y hay un vago
desasosiego, un extraño apetito de alimento intelectual no saludable, que está
constantemente desequilibrando la mente. Miles de los que pueblan hoy en día los asilos de
clementes han cosechado su desequilibrio mental por la lectura de novelas, que resulta en la
edificación de castillos en el aire y en un sentimentalismo enamoradizo. La Biblia es el libro
de los libros. Os dará vida y salud. COES.
Especialmente los jóvenes son culpables de tal negligencia. La mayoría de ellos hallan tiempo
para leer otros libros, pero no estudian diariamente el Libro que señala el camino a la vida
eterna. Leen atentamente historias inútiles, mientras descuidan la Biblia. Este libro es
nuestra Guía que nos lleva a una vida más elevada y más santa. Los jóvenes declararían que
es el libro más interesante que leyeron alguna vez, si su imaginación no se hubiera pervertido
por la lectura de historias ficticias. - CM 107. 26
Cuando se pone a un lado la Palabra de Dios, por libros que apartan del Señor y confunden
el entendimiento acerca de los principios del reino de los cielos, la educación impartida es una
perversión del vocablo. A menos que el estudiante reciba alimento mental puro, cabalmente
limpio de todo lo que se llama "educación superior" y está impregnado de incredulidad, no
puede conocer verdaderamente a Dios. Los que procuran la que el mundo estima tanto, se
ven gradualmente alejados de los principios de la verdad, hasta llegar a ser personas
educadas mundanalmente. ¡Y qué precio han pagado por su educación! Se han apartado del
Santo Espíritu de Dios. Han preferido aceptar lo que el mundo llama conocimiento en lugar de
las verdades que Dios ha confiado a los hombres por sus ministros, apóstoles y profetas. (La
educación, pág. I2.)
Hay una gran necesidad de elevar la norma de la justicia en nuestras escuelas, de dar
instrucción de acuerdo con la orden de Dios. Si Cristo penetrase en nuestras instituciones
destinadas a la educación de los jóvenes, las limpiaría como limpió el templo, desterrando
muchas cosas que ejercen una influencia contaminadora. Muchos de los libros que los
jóvenes estudian serían expulsados, y ocuparían su lugar otros que inculcarían un
conocimiento sustancial y que abundarían en sentimientos dignos de atesorarse en el
corazón, y en preceptos capaces de regir en forma segura la conducta. CM, secc 1.
Muchos jóvenes anhelan tener libros. Leen cualquier cosa que pueden obtener. Apelo a los
padres de los tales niños para que controlen su deseo de lectura. No permitan que sobre sus
mesas haya revistas y diarios que contengan historias de amor. Deben reemplazarlas con
libros que ayuden a los jóvenes a incluir en el edificio de su carácter el mejor material: el
amor y el temor de Dios, el conocimiento de Cristo. Estimulad a vuestros hijos a almacenar
valiosos conocimientos en la mente, a que lo bueno ocupe su alma, controle sus facultades,
no dejando lugar para pensamientos bajos y degradantes. Reprimid el deseo de leer cosas
que no proporcionan buen alimento a la mente. El dinero gastado en revistas de cuentos
puede parecer poco, pero es demasiado para lo que ofrece tantas cosas que extravían y da
tan poco bien en recompensa. Los que están en el servicio de Dios no deben gastar tiempo ni
dinero en lecturas sin provecho. CM,secc IV.
El mundo está inundado de libros que sería mejor destinar al fuego que a la circulación.
Sería mejor que nunca leyesen los jóvenes los libros que tratan temas sensacionales,
publicados y puestos en circulación para ganar dinero. Hay una fascinación satánica en tales
libros. El relato desconsolador de crímenes y atrocidades tiene sobre muchos un poder
hechizador que los excita a buscar lo que pueden realizar para hacerse notar, aun mediante
los actos más perniciosos. Las enormidades, las crueldades y las prácticas licenciosas
descritas en algunos de los escritos estrictamente históricos, han actuado como levadura en
las mentes de muchos induciéndoles a cometer actos similares. CM, secc IV.
Los libros que delinean las prácticas satánicas de los seres humanos, dan publicidad al mal.
Esos horribles detalles no necesitan reverse, y nadie que crea la verdad para este tiempo
debe tener parte en perpetuar su recuerdo. Cuando el intelecto se alimenta y estimula con
estos alimentos depravados, los pensamientos se vuelven impuros y sensuales. Idem.
Hay otra clase de libros -historias de amor y cuentos frívolos y excitantes- que son una
maldición para todos aquellos que los leen, aun cuando el autor les añada una buena
moraleja. Con frecuencia se entretejen declaraciones religiosos en estos libros; pero en la
mayoría de los casos Satanás está vestido como ángel para engañar y seducir a los incautos.
La práctica de leer cuentos es uno de los medios empleados por Satanás para destruir
almas. Produce una excitación falsa y malsana, afiebra la imaginación, incapacita a la mente
para ser útil y la descalifica para cualquier esfuerzo espiritual. Aleja el alma de la oración y del
amor a las cosas espirituales. Idem.
Los lectores de cuentos frívolos y excitantes se incapacitan para los deberes de la vida
práctica. Viven en un mundo irreal. He observado a niños a quienes se había permitido hacer
una práctica de la lectura de tales historias. En su casa o fuera de ella, estaban agitados,
sumidos en ensueños y no eran capaces de conversar sino sobre los asuntos más comunes.
La conversación y el pensamiento religiosos eran completamente ajenos a su mente. Al
cultivar el apetito por las historias sensacionales, se pervirtió el gusto mental, y la mente no
queda satisfecha a menos que se la alimente con este alimento malsano. No puedo pensar
en un nombre más adecuado para los que se dedican a tales lecturas que el de ebrios
mentales. CM, secc IV.
Especialmente los jóvenes son culpables de tal negligencia. La mayoría de ellos hallan
tiempo para leer otros libros, pero no estudian diariamente el Libro que señala el camino
hacia la vida eterna. Leen atentamente las historias inútiles, mientras que descuidan la Biblia.
Este libro es el Guía que nos lleva a una vida más elevada y más santa. Los jóvenes
declararían que es el libro más interesante que leyeron alguna vez, si su imaginación no
hubiese quedado pervertida por la lectura de historias ficticias. CM, secc IV.
Se recomiendan muchos libros sin valor, excitantes y malsanos, o por lo menos se
permite su uso, a causa de su supuesto valor literario. ¿Por qué indicar a nuestros niños que
beban de estos raudales corrompidos, cuando tienen libre acceso a las fuentes puras de la
Palabra de Dios? La Biblia tiene una plenitud, una fuerza, una profundidad de significado,
que son inagotables. Estimulad a los niños y jóvenes a buscar sus tesoros, tanto de
pensamiento como de expresión. CM, secc V.
La mente de los jóvenes se ha ocupado con libros de ciencia y filosofía, donde las espinas
del escepticismo están tan sólo parcialmente ocultas; con historias de cuentos de hadas,
vagos y fantásticos; o con las obras de autores que, aunque escriben acerca de temas
bíblicos, entretejen con ellos sus interpretaciones caprichosas. La enseñanza de tales libros
es semilla sembrada en el corazón. Crece, lleva fruto, y se produce una abundante mies de
incredulidad. El resultado se ve en la depravación de la familia humana. CM, secc V.
En la educación de niños y jóvenes, los cuentos de fantasía, los mitos y las novelas de
ficción ocupan un lugar muy grande. Se hace uso en las escuelas de libros de semejante
carácter, y se encuentran en muchos hogares. ¿Cómo pueden permitir los padres cristianos
que sus hijos se nutran de libros tan llenos de falsedades? Cuando los niños preguntan el
significado de cuentos tan contrarios a la enseñanza de sus padres, se les contesta que
dichos cuentos no son verdad; pero esta contestación no acaba con los malos resultados de
tal lectura. Las ideas presentadas en estos libros extravían a los niños, les dan falsas ideas
de la vida, y fomentan en ellos el deseo de lo que es vano e ilusorio. CM, cap 54.
El uso tan general de semejantes libros en nuestros días es uno de los ardides de Satanás.
Procura éste distraer las mentes de viejos y jóvenes de la gran obra de la formación del
carácter. Él se propone que nuestros hijos y jóvenes sean arrasados por las decepciones
destructoras con que sigue llenando el mundo. Por eso procura distraer el espíritu de unos y
otros de la Palabra de Dios, y de este modo impedirles que consigan un conocimiento de las
verdades que podrían servirles de salvaguardia.
Jamás deberían ponerse en las manos de niños y jóvenes libros que perviertan la verdad. No
hay que consentir en que nuestros hijos, en el curso de su educación, reciban ideas que
resulten ser semilla de pecado. Si las personas de edad madura dejaran de leer semejantes
libros, se sentirían en situación más segura, y su ejemplo e influencia en la buena dirección
facilitarían la tarea de guardar de la tentación a la juventud. CM, cap 54.
ME HAN sido dadas palabras de prevención para los maestros de nuestras escuelas. La obra
de éstas debe llevar un sello diferente del que llevan algunas de las instituciones de saber
más populares. Muchos de los libros de texto usados en esas escuelas son innecesarios
para la obra de preparar alumnos para la escuela celestial. Como resultado, los jóvenes no
están recibiendo la educación cristiana más perfecta. CM, cap 55.
El Señor requiere de los maestros que eliminen de nuestras escuelas los libros que enseñan
sentimientos que no están de acuerdo con su Palabra, y den lugar a los libros que son del
más alto valor. Dios será honrado cuando ellos muestren al mundo que tienen una sabiduría
más que humana, porque el Maestro de los maestros es su instructor. CM, cap 55.
Se necesita separar de nuestra obra educativa las publicaciones falsas y contaminadas,
para que no se reciban ni se alberguen como verdad las semillas del pecado. Nadie suponga
que es valiosa educación un estudio de los libros que los induzca a recibir ideas falsas. Al
penetrar en la mente, esas ideas separan a los jóvenes de la Fuente de toda sabiduría,
eficiencia y poder, y los convierten en juguetes de las tentaciones de Satanás. Hay necesidad
positiva de dar en nuestras escuelas una educación pura y sin mezcla de filosofía pagana. CM,
cap 55.
Necesitamos precavernos continuamente contra los libros que contienen sofismas acerca de
la geología y otras ramas de la ciencia. Antes de presentar las teorías de los hombres de
ciencia a alumnos que no han madurado aún, es necesario eliminar de ellas todo rastro de
sugestiones incrédulas. Una diminuta semilla de incredulidad sembrada por un maestro en el
corazón de un alumno, puede brotar y producir una mies de incredulidad. Los sofismas
relativos a Dios y su naturaleza que inundan al mundo de escepticismo, son inspirados por el
enemigo caído. Satanás estudia la Biblia. Conoce las verdades esenciales para la salvación,
y procura apartar de esas verdades toda mente. Tengan los maestros cuidado de no repetir
las mentiras del enemigo de Dios y del hombre. Es un error colocar en las manos de los
jóvenes libros que los dejan perplejos y confusos. CM, secc XI, cap 55.
Algunos de nuestros maestros han quedado hechizados por los sentimientos de autores
incrédulos. En una representación que se me hizo, vi a alguien que sostenía en su mano uno
de esos libros, y lo recomendaba a nuestros maestros como obra en la cual podían obtener
verdadera ayuda en asuntos de educación.
Otro mostraba libros de un carácter
completamente diferente. Colocó su mano sobre el que había recomendado al autor incrédulo
y dijo: "La clase de consejos que ha dado Ud. abre la puerta para que Satanás con sus
sofismas pueda penetrar en vuestra escuela. Estos libros contienen sentimientos que
vuestros alumnos deben aprender a evitar. La mente humana es fácilmente hechizada por los
estudios que conducen a la incredulidad. Estos libros producen en la mente de los alumnos
desagrado por el estudio de la Palabra de Dios, que es vida eterna para todos los que siguen
sus instrucciones. Tales libros no deben hallar entrada en ninguna escuela donde se
enseña a los jóvenes a aprender del Mayor de los maestros". CM, cap 57
La educación superior no se obtiene por el estudio de cierta clase de libros que los maestros
profanos consideran tan esenciales, sino por el de la Palabra de Dios. Este estudio nos
inducirá a obedecer sus requerimientos, y a andar constantemente en las pisadas del Señor.
No hay educación superior a la que se funda en las lecciones que él dio. CM cap 56.
Si muchos que han recibido y leído estos libros no los hubiesen visto nunca, pero hubieran
aceptado en su lugar las palabras del Maestro divino, habrían progresado mucho más en el
conocimiento de las verdades divinas de la Palabra de Dios, que hacen a los hombres sabios
para la salvación. Estos libros han conducido a millares donde Satanás condujo a Adán y
Eva: a un conocimiento que Dios les prohibió tener. Por medio de sus enseñanzas, los
alumnos han sido desviados de la Palabra del Señor a las fábulas". CM, secc XI, cap 57.
LA BIBLIA es del más alto valor porque es la palabra del Dios viviente. De todos los libros
del mundo, es el que merece más estudio y atención; porque es sabiduría eterna. La Biblia
es una historia que nos relata la creación del mundo, y nos revela los siglos pasados. Sin ella
quedaríamos reducidos a hilvanar meras conjeturas y fábulas acerca de lo que ocurrió en el
remoto pasado. Nos revela al Creador de los cielos y de la tierra, así como el universo que él
trajo a la existencia; y derrama una luz gloriosa sobre el mundo venidero. La Biblia es un
campo en el cual están escondidos tesoros celestiales, que permanecerán ocultos hasta que
por diligente trabajo de minero, sean descubiertos y sacados a la luz. La Biblia es un estuche
que contiene joyas de inestimable valor, que deben ser presentadas en forma tal que se vean
con su brillo intrínseco. CM, cap 59.
Las Sagradas Escrituras eran el estudio esencial de las escuelas de los profetas, y deben
ocupar el primer lugar en todo sistema educativo; porque el fundamento de toda educación
correcta es el conocimiento de Dios. Usada como libro de texto en nuestras escuelas, la
Biblia hará para la mente y para la moral lo que no pueden hacer los libros de ciencia y
filosofía. Como libro destinado a disciplinar y fortalecer el intelecto, ennoblecer, purificar y
refinar el carácter, es sin rival. CM,cap59.
Las especulaciones filosóficas frías y las investigaciones científicas en las cuales no se
reconoce a Dios, son un daño positivo. El mal se agrava cuando, como sucede a menudo, se
coloca en las manos de los jóvenes libros aceptados como autoridad y como adecuados para
su educación, pero de autores abiertamente incrédulos. Entremezclados con todos los
pensamientos presentados por estos hombres, están sus sentimientos venenosos. Estudiar
tales libros es como manejar negros carbones; un alumno no puede guardar su mente sin
contaminación si piensa en las doctrinas escépticas.
Los autores de esos libros, que han sembrado la semilla de duda e incredulidad por todo el
mundo, han estado bajo el adiestramiento del gran enemigo de Dios y el hombre, la cabeza
reconocida de los principados y potestades, el gobernante de las tinieblas de este mundo. CM ,
cap 59.
Cuando quiera que se da la preferencia a los libros de estos autores incrédulos, y se hace
secundaria la Palabra de Dios, saldrá de las escuelas una clase de estudiantes que no estará
mejor preparada para el servicio de Dios que antes de haberse educado. Idem
Sin embargo, el estudio de las ciencias no debe descuidarse. Con este propósito deben
emplearse libros que estén en armonía con la Biblia, porque ella es la norma. Las obras de
este carácter deben ocupar el lugar de muchas de las que están ahora en las manos de los
estudiantes. Dios es el autor de la ciencia. La investigación científica abre ante la mente
vastos campos de pensamiento e información, capacitándonos para ver a Dios en sus obras
creadas. La ignorancia puede intentar apoyar al escepticismo apelando a la ciencia; pero en
vez de sostenerlo, la verdadera ciencia revela con nuevas evidencias la sabiduría y el poder
de Dios. Debidamente entendida, la ciencia y la palabra escrita concuerdan, y cada una
derrama luz sobre la otra. Juntamente nos conducen a Dios, enseñándonos algo de las leyes
sabias y benéficas por medio de las cuales él obra.CM , cap 59.
¿QUE libro puede compararse con la Biblia? Una comprensión de sus enseñanzas es
esencial para todo niño y joven, y para los de edad madura, porque es la Palabra de Dios,
dada para guiar a la familia humana hacia el cielo. Hay en el mundo de hoy muchos dioses y
muchas doctrinas. Sin una comprensión de las Escrituras, es imposible para los jóvenes
separar la verdad del error o discernir entre lo sagrado y lo común.
La Palabra de Dios debe destacarse como el libro educador más sublime de nuestro
mundo, y debe ser tratada con respeto y reverencia. Debe ser colocada en las manos de los
niños y los jóvenes como el gran libro de lecciones, a fin de que puedan conocer a Aquel
cuyo conocimiento correcto es vida eterna. CM, cap 60.
El Creador de los cielos y de la tierra, la Fuente de toda sabiduría, no es inferior a nadie. Pero
los supuestos grandes autores, cuyas obras se usan como libros de texto, son aceptados y
glorificados, aun cuando no tienen ninguna relación vital con Dios. Por un estudio tal el
hombre ha sido llevado por sendas prohibidas. La mente se ha cansado hasta la muerte por
un trabajo innecesario al procurar obtener lo que es como el conocimiento que Adán y Eva
obtuvieron desobedeciendo a Dios.
Hoy los jóvenes dedican años a adquirir una educación que es como paja y hojarasca, que ha
de ser consumida en la última gran conflagración. Dios no atribuye valor alguno a una
educación tal. Muchos estudiantes dejan la escuela sin tener la capacidad de recibir la
Palabra de Dios con la reverencia y respeto que le daban antes de entrar. Su fe se ha
eclipsado en el esfuerzo por sobresalir en los diversos estudios. La Biblia no ha sido el tema
vital de su educación, sino que libros mancillados de incredulidad y propagadores de
teorías malsanas han sido puestos delante de ellos. CM, cap 62.
Esfuercen los estudiantes sus facultades mentales a fin de comprender el capítulo 45de
Isaías. Capítulos tales debieran ser presentados en nuestras escuelas como un estudio
valioso. Son mejores que las fábulas y los romances. ¿Por qué han dependido tanto
nuestras escuelas de libros que hablan tan poco de la ciudad que aseguramos buscar, cuyo
artífice y hacedor es Dios?. Nuestros libros de texto deben contener los temas más sublimes
de reflexión. El cielo es nuestro hogar. Nuestra ciudadanía está arriba, nuestra vida no debe
dedicarse a un mundo que pronto ha de ser destruido.. Tomad la Biblia como libro de
estudio, y ved si no seréis llenos del amor de Dios. Vuestro corazón puede ser estéril,
vuestro intelecto débil; pero si queréis estudiar con oración la Palabra de Dios, fulgurará la
luz en vuestra mente. Dios obrará con todo estudiante diligente CM, cap 64.
En una visión nocturna que me fue dada hace algunos años, me hallaba en una asamblea
donde se discutían los problemas de nuestras escuelas, y se hizo la pregunta: "¿Por qué no
se han seleccionado y compilado temas para libros de lectura y otros libros de texto? ¿Por
qué no se ha ensalzado la Palabra de Dios por encima de toda producción humana? ¿Habéis
pensado que un mejor conocimiento de lo que el Señor ha dicho tendría un efecto deletéreo
sobre maestros y estudiantes?". Hubo un silencio en la asamblea, y quedaron convencidos
alumnos y maestros. Los hombres que se habían considerado sabios y fuertes, vieron que
eran débiles y que carecían del conocimiento de aquel Libro que concierne al destino eterno
del alma humana. El que hablaba tomó entonces de las manos de los maestros ciertos libros
que habían sido objeto de estudio, algunos de los cuales habían sido escritos por autores
incrédulos y contenían sentimientos incrédulos, y los puso sobre el piso. Luego puso la Biblia
en sus manos, diciendo: "Tenéis poco conocimiento de este Libro. No conocéis las
Escrituras ni el poder de Dios. CM, cap64.
Muchos de los libros que se amontonan en las grandes bibliotecas confunden la mente más
de lo que ayudan al entendimiento. Sin embargo, hay personas que gastan grandes sumas
de dinero en la adquisición de tales obras y emplean años en su estudio, cuando tienen a su
alcance el Libro que contiene las palabras de Aquel que es el Alfa y Omega de la sabiduría.
El tiempo pasado en un estudio de esos libros podría emplearse mejor en conocer a Aquel
cuyo conocimiento adecuado es vida eterna.
Unicamente los que adquieren este
conocimiento podrán escuchar las palabras: "Estáis completos en él" (Colosenses 2: 10).
Consejos sobre la salud. Secc VII.
Mi corazón se conduele al ver personas que profesan esperar al Salvador y que dedican su
tiempo y sus talentos a hacer circular libros que no contienen nada de las verdades
especiales para este tiempo: libros de narraciones, de biografías, libros de teorías y
especulaciones humanas. El mundo está lleno de tales libros; pueden comprarse
dondequiera; pero ¿cómo pueden los seguidores de Cristo ocuparse en una obra tan común,
cuando existe una clamorosa necesidad de la verdad de Dios por todas partes? No es
nuestra misión difundir tales obras. Hay millares de otras personas para hacer esto, que
hasta ahora no tienen suficiente conocimiento de algo mejor. Nosotros tenemos una misión
definida, y no debemos abandonarla para realizar otras tareas al margen de la misma. Los
hombres y los medios no han de, emplearse para presentar a la gente libros que no tengan
relación con la verdad presente (Manual for Canvassers, pág. 51. Año 1902).
A menos que se ejerza cuidado, el mercado será inundado de libros de baja categoría, y la
gente será privada de la luz y la verdad que es esencial que tenga para que sea preparado el
camino del Señor (Carta 43, 1899).
Actualmente nuestros obreros deberían ser animados a consagrar mayormente su atención a
libros que establezcan las pruebas de nuestra fe libros que enseñen las doctrinas de la
Biblia y preparen un pueblo capaz de soportar las pruebas de los penosos días que nos
esperan. Después de haber traído la gente a la luz de la verdad, por medio de instrucciones
bíblicas dadas con un espíritu de oración, y por el uso juicioso de nuestros impresos,
debemos enseñarles a ser obreros de Dios en palabra y en doctrina. Debe animárseles a
distribuir los libros que tratan temas bíblicos, libros cuya enseñanza prepare un pueblo que
sea capaz de mantenerse firme, teniendo los lomos ceñidos y sus lámparas encendidas (Joyas
de los Testimonios, tomo 35 pág. 311. Año 1909).
*Se me ha indicado que los libros importantes que contienen la luz que Dios ha dado
respecto a la apostasía de Satanás en los cielos, deben recibir una amplia circulación
precisamente ahora; pues por su medio la verdad debe llegar a todas las mentes. Patriarcas
y Profetas, Daniel y Apocalipsis, y El Conflicto de los Siglos son más necesarios ahora que
nunca antes. Deben ser ampliamente difundidos porque las verdades que destacan abrirán
muchos ojos ciegos. . . Muchos de nuestros hermanos han estado ciegos ante la importancia
de los mismos libros que más necesitamos. Si se hubiese manifestado entonces tacto y
habilidad en la venta de estos libros, el movimiento en pro de la ley dominical no se hallaría
donde está ahora (Review, and Herald, 16-2-1905).
En El Deseado de Todas las Gentes, Patriarcas y Profetas, El Conflicto de los Siglos, y
Daniel y Apocalipsis existe preciosa instrucción. Estos libros deben ser considerados de
especial importancia, y debe hacerse todo esfuerzo posible para presentarlos a la gente (Carta
229, 1903).
Según la instrucción que he recibido, los libros Daniel y Apocalipsis, El Conflicto de los Siglos
y Patriarcas y Profetas se abrirán paso. Contienen precisamente el mensaje que la gente
debe recibir, la luz especial que Dios ha dado a su pueblo. Los ángeles de Dios prepararán
el camino para estos libros en el corazón de la gente (Special Instruction Regardin Royalties, pág. 7.
Año 1899).
Nos hallamos demasiado cerca del final de la historia de esta tierra para mantener ante la
atención de la gente una clase de libros que no contengan el mensaje que nuestro pueblo
necesita. Dirigidles la atención a libros que traten de la fe y de la piedad práctica. Limpiad y
santificad el campo. Existe una abundancia de libros capaces de alumbrar al mundo. No
tenemos tiempo para dedicar a las cosas triviales, no hay tiempo que perder en libros que
sólo entretienen (Counsels to Writers and Editors, págs. 147, 148. Año 1899).
Se me ha indicado que las historias comunes que se publican en forma de libros no son
esenciales para nuestro bienestar. El mundo está inundado de esta clase de publicaciones, y
el hecho de que tales libros hallan una rápida venta no es de ninguna manera una evidencia
de que son los libros que deben difundirse. La pasión por los cuentos está produciendo
muchos miles de libros sin valor, que son como paja, madera y rastrojo. Estos libros han
sido escritos por personas cuyas mentes han sido educadas para forjar fantasías. Todo lo que
la mente imaginativa puede pensar está entretejido en el libro, y presentado al mundo como
alimento intelectual. Pero muy a menudo no tiene valor alimenticio. ¿Qué tiene que ver la paja
con el trigo? No necesitamos novelas; porque estamos tratando con las serias realidades
de la vida (Id., pág. 147. Año 1899).
Prevalencia de los libros nocivos.- El mundo está inundado de libros que sería mejor
destinar al fuego que a la circulación. Seria mejor que nunca leyesen los jóvenes los libros
que tratan temas sensacionales, publicados y puestos en circulación para ganar dinero.
Hay una fascinación satánica en tales libros. . . . La práctica de leer cuentos es uno de los
medios empleados por Satanás para destruir almas. Produce una excitación falsa y malsana,
afiebra la imaginación incapacita la mente para ser útil y la descalifica para cualquier esfuerzo
espiritual. Aleja el alma de la oración y del amor a las cosas espirituales.* Apenas en menor
grado que las obras ya mencionadas, son una maldición para el lector las novelas y los
cuentos frívolos y excitantes. Puede ser que el autor quiera enseñar en su obra alguna
lección moral, y saturarla de sentimientos religiosos, pero muchas veces éstos sólo sirven
para velar las locuras e indignidades del fondo . HC, cap 68.
En la educación de niños y jóvenes, los cuentos de fantasía, los mitos y las novelas de
ficción ocupan un lugar muy grande. Se hace uso en las escuelas de libros de semejante
carácter, y se encuentran en muchos hogares. ¿Cómo pueden permitir los padres cristianos
que sus hijos se nutran de libros tan llenos de falsedades? Cuando los niños preguntan
el significado de cuentos tan contrarios a la enseñanza de sus padres, se les contesta que
dichos cuentos no son verdad; pero esta contestación no acaba con los malos resultados de
tal lectura. Las ideas presentados en estos libros extravían a los niños, les dan falsas
ideas de la vida, y fomentan en ellos el deseo de lo que es vano e ilusorio. . . .
Jamás debieran ponerse en las manos de niños y jóvenes libros que perviertan la
verdad. No hay que consentir en que nuestros hijos, en el curso de su educación, reciban
ideas que resulten ser semilla de pecado. HC , cap 68.
Cultivad las facultades morales e intelectuales. No permitáis que estas nobles facultades
queden debilitadas y pervertidas por la mucha lectura impropia, aunque sea de libros
dedicados a narraciones.
Conozco intelectos fuertes que fueron desequilibrados y
parcialmente embotados, o paralizados, por la intemperancia en la lectura HC, cap 68.
Yo recomendaría libros que ayuden a comprender la Palabra de Dios o que acrecienten
nuestro amor por sus preceptos. Son muchos los que no tienen libros ni publicaciones
relativas a la verdad presente. Representan, sin embargo, un importante renglón en el cual
se puede invertir dinero. Son muchos los pequeñuelos a quienes se debieran proveer buenas
lecturas. Las series de lecturas y Poesías para el Sábado* son libros preciosos que
pueden introducirse en todo hogar. Las muchas sumas pequeñas que suelen gastarse en
caramelos y juguetes inútiles pueden guardarse para tener con que comprar tales libros. HC ,
cap 77.
No todos los libros escritos pueden contribuir al propósito de una vida santa. "Aprended de
mi -decía el gran Maestro.- Llevad mi yugo sobre vosotros; aprended mi mansedumbre y mi
humildad." Vuestro orgullo intelectual no os ayudará a relacionaros con las almas que están
pereciendo por falta del pan de vida. Al estudiar estos libros, permitís que reemplacen las
lecciones prácticas que deberíais aprender de Cristo. Con los resultados de este estudio no
se alimenta al pueblo. Muy pocas de las investigaciones que tanto fatigan la inteligencia
proporcionan algo que le ayude a uno a trabajar con éxito en bien de las almas.
Ministerio de
curacion. Lo falso y lo verdadero de la educacion.
Jamás deberían ponerse en las manos de niños y jóvenes libros que alteren la verdad. No
permitamos que en el curso de su educación, nuestros hijos reciban ideas que resulten ser
semilla de pecado. Si las personas de edad madura no leyeran tales libros, estarían ellas
mismas en situación más segura, y con su buen ejemplo e influencia facilitarían la tarea de
guardar de la tentación a la juventud. Idem.
La Biblia siempre debería ser el libro de texto del cristiano; de todos los libros se lo
debiera hacer el más atractivo para los jóvenes. Si beben profundamente de su espíritu,
estarán preparados para enfrentar los engaños de Satanás, y para resistir las tentaciones de
esta época infiel. Por la sencilla belleza de su lenguaje, sus sentimientos elevados, su
veracidad infalible, su ternura y emoción, la Palabra de Dios está perfectamente calculada
para impresionar la mente e impartir ricas lecciones. -Youth's Instructor, 7 de mayo, 1884.
Los niños necesitan lectura apropiada que los divierta y recree, sin desmoralizar la mente ni
cansar el cuerpo. Si se les enseña a aficionarse a lo romántico y a los cuentos que aparecen
en los periódicos, los libros y revistas instructivos les desagradarán. La mayoría de los
niños y los jóvenes quieren tener cosas que leer; y si otros no las seleccionan para ellos, se
encargarán ellos mismos de hacerlo. En cualquier parte pueden hallar lecturas que los
arruinen, y pronto se aficionan a ellas; pero si se les proporcionan lecturas buenas y puras,
cultivarán el gusto por ellas. Felicidad y armonia en el hogar. Cap 49.
Cultivad las facultades morales e intelectuales. No permitáis que estas nobles facultades
queden debilitadas y pervertidas por la mucha lectura impropia, aunque sea de libros
dedicados a narraciones. Conozco intelectos fuertes que fueron desequilibrados equilibrados
y parcialmente embotados, o paralizados, por la intemperancia en la lectura. Felicidad y armonia
en el hogar.
Hay muchos que con facilidad se entretienen con libros de cuentos. La mente se llena de
alimento barato para la meditación, de manera que se inhabilita para investigar y comprender
las cosas que conciernen a los intereses eternos. El Señor insta a los niños y a los jóvenes
que investiguen la verdad como un tesoro oculto, y que se dejen atraer y fascinar por lo que
une a lo humano con lo divino.-YI 31-8-1887.
La mente se alimentará de alimento puro si el corazón es puro. . . La Biblia es la norma para
los jóvenes que quieren ser leales al Rey celestial. "En mi corazón he guardado tus dichos,
para no pecar contra ti".-YI 3-8-1887
Es imposible que los jóvenes posean un sano tono mental y principios religiosos correctos, a
menos que encuentren gozo en investigar la Palabra de Dios. Este libro Contiene las
historias más interesantes, señala el camino de la salvación por medio de Cristo, y guía a una
vida más elevada y mejor.-T 2, 410, 411.
La Biblia le da al verdadero investigador una disciplina mental amplia, y sale de la
contemplación de las cosas divinas con sus facultades enriquecidas; con el yo humillado,
mientras Dios y su verdad revelada resultan exaltados. . . La Biblia contiene justamente la
clase de alimento que necesita el cristiano a fin de crecer con fortaleza espiritual e
intelectual.-RH 21-8-1888.
Estáis cediendo a un mal que amenaza destruir vuestra espiritualidad. Eclipsará toda la
belleza y el interés de las páginas sagradas. Me refiero al amor por los libros de cuentos y
otras lecturas que no ejercen buena influencia en la mente dedicada al servicio de Dios.
Produce una excitación falsa y malsana, afiebra la imaginación, destruye la utilidad de la
mente, y la descalifica para cualquier ejercicio espiritual. Aparta el alma de la oración y del
amor por las cosas espirituales. La lectura que arroja luz sobre el volumen sagrado y
despiertan vuestros deseos y diligencia por estudiarla, no es peligrosa, sino benéfica. Me
fuisteis presentados con los ojos apartados del Libro sagrado y atentamente fijos en libros
excitantes, que son mortales para la religión. Cuanto más a menudo y con mayor
diligencia leáis las Escrituras, más hermosas os parecerán y menos gusto tendréis por las
lecturas livianas. El estudio diario de las Escrituras ejercerá sobre la mente una influencia
santificadora. Respiraréis una atmósfera celestial. Ligad este precioso Volumen a vuestro
corazón. Demostrará ser para vosotros un amigo y un guía en la perplejidad. JT Tomo 1.
En el estudio de estos libros censurables, tanto la mente de los maestros como la de los
alumnos se corrompe, y el enemigo siembra su cizaña. No puede ser de otra manera. Al
beber de una fuente impura, se introduce veneno en el organismo. Los jóvenes inexpertos a
quienes se hace seguir este orden de estudios reciben impresiones que encauzan sus
pensamientos por canales fatales para la piedad. Jóvenes enviados a nuestras escuelas han
aprendido de libros tenidos por dignos de confianza, debido a que se usaban y favorecían
en las escuelas del mundo. Pero de las escuelas mundanas, imitadas de esta manera,
mismos libros han salido muchos alumnos convertidos en ateos por el estudio de estos.
Joyas de los Testimonios. Tomo 2.
Haced de la Palabra del Dios viviente vuestro libro de texto. Si siempre se hubiera hecho
esto, ciertos alumnos ahora perdidos para la causa de Dios serían misioneros. Jehová es el
único Dios verdadero y ha de ser reverenciado y adorado. Los que respetan las palabras de
autores incrédulos e inducen a los alumnos a considerar estos libros como esenciales en su
educación, menoscaban su fe en Dios. El tono, el espíritu, la influencia de estos libros son
deletéreos para los que dependen de ellos para adquirir conocimiento. Los estudiantes han
sido hechos el blanco de influencias que los indujeron a apartar los ojos de Cristo, la Luz del
mundo, y los malos ángeles se regocijan porque quienes profesan conocer a Dios le niegan
en la forma en que se le ha negado en nuestras escuelas. Joyas de los Testimonios. Tomo 2.
Los libros de texto que se emplean en nuestras escuelas de iglesia han de ser de naturaleza
tal que atraigan la atención hacia la ley de Dios. De esta manera, la luz, la fuerza y el poder
de la verdad serán magnificados. Jóvenes procedentes del mundo, y hasta algunos cuyas
mentes se han depravado, se unirán a estas escuelas y en ellas se convertirán. JT ,Tomo 2.
Se recomienda o a lo menos se permite la lectura de muchos libros que no son de
verdadero valor, libros excitantes y malsanos, sólo por su supuesto valor literario. ¿Por qué
hemos de invitar a nuestros niños a beber de esos manantiales contaminados, cuando
pueden tener libre acceso a las fuentes puras de la Palabra de Dios? La Biblia tiene una
inagotable abundancia, fuerza y profundidad de significado. Hay que animar a los niños y
jóvenes a buscar sus tesoros, tanto de significado como de expresión. La Educacion.
Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en
su corazón. (Mat. 5: 28).
Muchos jóvenes buscan ansiosamente libros. Leen todo lo que pueden obtener. Los relatos
de amor provocativos y las láminas impuras tienen una influencia corruptora. Muchos leen
ávidamente novelas y, como resultado, se envilece su imaginación. Con frecuencia circulan
para la venta. . . fotografías de mujeres desnudas. Estas fotografías repugnantes. . . se
encuentran en negocios de fotografías y penden de las paredes de los que trabajan con
grabados. . . La concupiscencia de los ojos y las pasiones corruptas se despiertan por lo que
se contempla y por lo que se lee. El corazón se corrompe por la imaginación. La mente se
complace en contemplar escenas que despiertan las más bajas y viles pasiones. Esas
imágenes ruines, contempladas a través de una imaginación pervertida, corrompen la moral y
preparan a los seres engañados e infatuados para que den rienda suelta a las pasiones
concupiscentes. Luego siguen los pecados crímenes que arrastran a los seres creados a la
imagen de Dios haciéndolos descender al nivel de las bestias el.* Maranata Señor viene.
Muchos jóvenes están ansiosos de leer libros. Desean leer todo lo que llega a sus manos.
Tengan cuidado tanto de lo que leen como de lo que oyen. Se me ha indicado que la lectura
impropia los pone en peligro de ser corrompidos. Satanás tiene mil modos de perturbar la
mente de los jóvenes. Ni por un momento pueden dejar de estar en guardia. Deben vigilar
sus mentes para no ser seducidos por las tentaciones del enemigo. MJ cap 88.
¿Y los libros de magia? ¿Qué habéis estado leyendo? ¿Cómo habéis empleado vuestro
tiempo? ¿Habéis estado estudiando los oráculos sagrados a fin de oír la voz de Dios que os
habla mediante su Palabra? El mundo está inundado de libros que siembran semillas de
escepticismo, incredulidad y ateísmo, y en mayor o menor grado habéis estado aprendiendo
vuestras lecciones de estos libros, y éstos son libros de magia. Expulsan a Dios de la
mente, y separan al alma del verdadero Pastor. MJ ,cap89.
Los libros que habéis estado leyendo han sido ideados por los agentes de Satanás, para
embrujar la mente con teorías formadas en la sinagoga de Satanás, para mostraros cómo
podéis servir al maligno con dignidad satánica. ¡Cuán numerosos son los libros de tendencias
incrédulas, producidos con la intención de perturbar la mente mediante dudas espaciosas!
Satanás los ha envuelto en su aliento ponzoñoso, y una mortífera malaria espiritual afecta al
alma que los lee. ¡Qué montón de lectura ficticia hay en el mundo para llenar la mente con
fantasías y extravagancias, creando así la aversión por las palabras de verdad y justicia! La
mente se incapacita así para pensar pensamientos solemnes, para investigar paciente y
perseverantemente las Escrituras, que son el libro guía por el cual habéis de ser dirigidos al
paraíso de Dios. MJ , cap 89.
LIBROS QUE DESCARRÍAN
¡Cuántos libros hay sobre la guerra y el derramamiento de sangre, que descarrían a la
juventud! Satanás se coloca junto a los jóvenes mientras los leen, para inculcarles el espíritu
del guerrero acerca del cual leen. Se calienta así la sangre de sus venas y se sienten
impulsados a cometer actos crueles. ¡Cuán numerosos son los libros inmorales que
conducen a deseos impíos y encienden las pasiones del corazón y apartan de todo lo que es
puro y santo!
Vosotros habéis tenido vuestros libros de magia, en los cuales las escenas y los cuadros
fueron inspirados por aquel que una vez fue un ángel exaltado en las cortes celestiales.
MJ ,cap 89.
Los libros que delinean las prácticas satánicas de los seres humanos, dan publicidad al
mal. Esos horribles detalles no necesitan revivirse, y nadie, que crea la verdad para este
tiempo debe tener parte en perpetuar su recuerdo. Cuando el intelecto se alimenta y estimula
con estos alimentos depravados, los pensamientos se vuelven impuros y sensuales (Consejos
para los maestros, pág. 103).
En visiones de la noche estuve seleccionando y poniendo aparte libros que no son de
beneficio alguno para los jóvenes. Debiéramos escoger para ellos libros que los estimulen a
la sinceridad en la vida y los guíen a la comprensión de la Palabra. Esto me ha sido
presentado en lo pasado, y pensé comunicárselo y poner de relieve su validez. No podemos
dar a nuestra juventud lectura inútil. Se necesitan libros que sean una bendición para la
mente y el alma. Estas cosas se consideran con demasiada ligereza; por tanto, nuestro
pueblo debiera familiarizarse con lo que estoy diciendo. CJ ,cap 93.
Dios entregó a hombres finitos la preparación de su Palabra divinamente inspirada. Esta
Palabra, distribuida en dos libros, el Antiguo y el Nuevo Testamentos, es el libro guía para
los habitantes de un mundo caído, libro legado a ellos para que, mediante su estudio y la
obediencia a sus instrucciones, ninguna alma pierda su camino al cielo. Mensajes Selectos, Tomo
1.
La luz condenará a los que deciden no estudiar ni obedecer
A nuestro pueblo se le ha dado preciosa instrucción contenida en los libros que se me
ordenó escribir. ¿Cuántos leen y estudian estos libros? La luz que Dios ha dado puede ser
considerada con indiferencia e incredulidad; pero esta luz condenará a los que no eligen
aceptarla y obedecerla (Carta 258, 1907).
Algunos libros confunden la mente.
Muchos de los libros apilados en las grandes bibliotecas de la tierra confunden la mente más
de lo que ayudan a la comprensión. Y sin embargo, los hombres gastan grandes sumas de
dinero para comprar tales libros, y años en su estudio, cuando tienen a su alcance un Libro
que contiene las palabras del Alfa y la Omega de la sabiduría. El tiempo gastado en el
estudio de estos libros podría ser mejor aprovechado en obtener un conocimiento del que es
vida eterna si lo conocemos bien. Sólo los que obtienen este conocimiento oirán al fin las
palabras: "Vosotros estáis completos en él" (Col. 2:10).- Words of Counsel (folleto), 1903; CH 369.
La influencia de la lectura.*
Muchos jóvenes anhelan tener libros. Leen cualquier cosa que pueden obtener. Apelo a los
padres de los tales niños para que controlen su deseo de lectura. No permitan que sobre
sus mesas haya revistas y diarios que contentan historias de amor.
Deben
reemplazarlas con libros que ayuden a los jóvenes a incluir en el edificio de su carácter el
mejor material: el amor y el temor de Dios, el conocimiento de Cristo. Estimulad a vuestros
hijos a almacenar valiosos conocimientos en la mente, a que lo bueno ocupe su alma, controle
sus facultades, no dejando lugar para pensamientos bajos y degradantes. Reprimid el deseo
de leer cosas que no proporcionan buen alimento a la mente. El dinero gastado en revistas
de cuentos puede parecer poco, pero es demasiado para lo que ofrece tantas cosas que
extravían y da tan poco bien en recompensa. Los que están en el servicio de Dios no deben
gastar tiempo ni dinero en lecturas sin provecho. -CM 126 (ed PP); 102, 103 (ed ACES) (1913).
Libros de incrédulos.*
El estudio de libros escritos por incrédulos hace mucho daño. Así se siembra cizaña en
las mentes y los corazones de los alumnos. Sin embargo, este es el alimento que a menudo
se da al cerebro, mientras muchos tienen poco conocimiento de los tomas que se relacionan
con los intereses eternos, los cuales debieran comprender.
El talento del tiempo es precioso. Cada día se nos da como un legado, y Dios nos pedirá
cuenta de él. Ha de ser usado para la gloria de Dios, y si queremos prolongar nuestras vidas,
si queremos ganar la vida que se mide con la vida de Dios, debemos dar alimento puro a la
mente. No debería perderse el tiempo que podría haberse usado en buena manera.- Ms 15,
1898.
¿Consentirán sus gerentes [de la Review and Herald Publishing Association]* en ser
instrumentos de Satanás al permitir la publicación de libros que tratan acerca del
hipnotismo? ¿Se introducirá esta lepra en la redacción?. . .
Satanás y sus instrumentos han estado trabajando diligentemente, y siguen haciéndolo
todavía. ¿Bendecirá Dios las casas editoras si éstas aceptan los engaños del enemigo? Las
instituciones que han sido presentadas al pueblo como sagradas y pertenecientes al Señor,
¿Han de convertirse en una escuela donde los obreros comerán el fruto prohibido del árbol del
conocimiento? ¿Hemos de animar a Satanás para que entre furtivamente en la ciudadela de
la verdad a fin de depositar su ciencia infernal tal como lo hizo en el Edén?
Los hombres que se desempeñan en el Corazón de la obra, ¿no son capaces de discernir
entre la verdad y el error? ¿Son acaso hombres incapaces de captar las terribles
consecuencias que se presentarían si se permitiera que el error ejerciese su influencia? Si se
ganaran millones de dólares con un trabajo de esa clase, ¿qué valor tendría esa ganancia
comparada con la terrible perdida que se ocasionaría si se publicaran las mentiras de
Satanás?- 2MS 401, 402 (1901
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