Carácter

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Francisco Javier López Díaz
Armando Ovando Ovando
Moisés Sánchez Pérez
El primer elemento que proyectas de tu
imagen es el carácter .
Ciertamente la forma en que actuamos frente a
la sociedad y tratamos a los demás habla de
nosotros. Aun es muy fácil engañar a los
seres humanos; podemos parecer agradables,
tiernos y amistosos, altruistas, cuando en
verdad no lo somos.
Pero a Dios no lo podemos engañarlo, por que
solo el conoce nuestro interior y nuestro
corazón .
Veamos lo que Dios dijo a Samuel, cuando
buscaba un Rey para Israel: No mires a su
parecer, ni a lo grande de su estatura, porque
yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que
mira el hombre, pues el hombre mira lo que
esta delante de sus ojos, pero Jehová mira el
corazón (1 sam.16:7)
Debemos confiar en Dios ya que nada
podemos hacer por nosotros mismos y si se lo
permitimos él transformara nuestro carácter.
Aunque hallamos heredado a nuestros padres
el malgenio, la mentira y otros atributos
negativos, Dios puede cambiarlos ya que
tenemos la confianza de que Dios cambia las
tendencias heredadas, por lo que no debemos
sentirnos esclavizado por la herencia.
La obra del espíritu santo en nuestros
corazones contribuye a luchar contra esas
tendencias. La fe purifica las imperfecciones
heredadas, aunque no debemos descartar que
Satanás se aproveche de las debilidades que
hemos heredado.
Tened buen animo dice el señor yo he
vencido al mundo.
Mal Carácter
Un muchachito que tenia muy mal carácter
un día, su padre le dio una bolsa con
clavos y le pidió que, cada vez que
perdiera la calma, clavara un clavo en la
puerta de la casa. El primer día el niño clavo
37 clavos; el día siguiente 35; mas tarde, 28.
Poco a poco fue calmándose, porque
descubrió que era muchísimo mas fácil
controlar su carácter que clavar los clavos en
la puerta.
Finalmente llego el día en el que no perdió
la calma para nada… y se lo dijo a su padre.
Entonces el padre le sugirió que, por cada
día que controlara su carácter, sacara un
clavo de la puerta. Los día pasaron y el
joven pudo, finalmente, decirle a su padre
que ya había sacado todos los clavos.
Entonces el padre llevo a su hijo de la mano
frente a la puerta y le dijo: mira hijo has
hecho bien, pero fíjate en todos los agujeros
que quedaron.
La puerta nunca volverá hacer la misma
puerta de antes. Cuando dices o haces
cosas que duelen dejas cicatrices, como
estos agujeros en la puerta. Es como
meterle un cuchillo a alguien: aunque lo
vuelvas a sacar, la herida quedo hecha. No
importa cuantas veces pidas disculpas, la
cicatriz quedara… y la persona nunca volverá
hacer la misma.
Que Dios nos ayude a edificar un buen
carácter, pues es lo único que llevaremos al
cielo.
¡¡ Gracias por su atención !!
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