Una mirada crítica a las redes sociales online La oferta de los servicios y herramientas que dan soporte a las redes sociales online es tan amplia que está cubriendo múltiples temas y segmentos. Algunas pocas consiguen rápidamente una amplia popularidad con audiencias de millones de usuarios y otras no consiguen arrancar. Ninguna de las iniciativas exitosas tiene garantizada, a medio y largo plazo su continuidad, todo va a depender de su capacidad de renovación constante, y de que no surja una iniciativa que por sus prestaciones y otros factores sociales o culturales sea más atractiva para los usuarios. Desde un punto de vista sociológico -el fenómeno ya no es tecnológico- están cambiando de forma muy rápida, las relaciones entre la producción y el consumo de los contenidos en la Red, la gestión de la información privada individual puesta a disposición del dominio público y el surgir de una nueva retórica de “democratización”, de una imagen que las personas reclaman de Internet como un espacio propio y toma del control de sus contenidos, reclamando un estatus de “autor” acompañado de un cierto culto al amateurismo en detrimento de la calidad que se le debería exigir a cualquier contenido, al margen de si está producido por “especialistas” o por simples personas interesadas/apasionadas por un determinado tema. En efecto, en la Red se van consolidando redes que están compartiendo la responsabilidad de la construcción de una amplia acumulación de conocimiento acerca de uno mismo, de los otros y del mundo entero. Se van articulando una especie de matrices dinámicas donde se cruzan la información de cómo las personas se observan, expanden la red, hacen nuevos “amigos”, editan y actualizan contenidos, los recombinan, los anotan, responden, comparten, exhiben, etiquetan y otras tantas actividades. Todo esto está consolidando una cultura online participativa donde los usuarios se van involucrando, cada vez más, en la creación de los contenidos de la web al mismo tiempo que en el consumo de estos. Esto, nos lleva a pensar que están surgiendo nuevos espacios colaborativos que giran alrededor de una cultura abierta donde cualquiera puede participar, y todo el mundo tiene el potencial de ser visto u oído. Según esta visión existen oportunidades para que nuestros pensamientos puedan ser leídos, nuestros vídeos vistos y nuestra música escuchada. 1 Es el potencial de las dinámicas que se están creando en la Red, pero hasta cierto punto, esta retórica requiere reformularse preguntas exhaustivas y críticas. Por ejemplo, cómo se están formando las nuevas jerarquías y las divisiones sociales en estos espacios colaborativos-participativos; cómo se configura el poder de las nuevas industrias culturales; cuáles son los problemas y subversiones que ofrece una cultura colaborativa; cómo son los nuevos patrones de participación social; cómo se articulan las nuevas multitudes; cuáles son y serán las nuevas tácticas y estrategias del marketing viral; o cómo se van articulando los discursos sobre el determinismo tecnológico y las utopías sociales. Porque no debemos olvidar que detrás de una argumentación de “democratización” de la Red, del conocimiento y de la participación, detrás de las redes sociales online en la Web 2.0, hay un mercado sutil -o no tan sutil- regido por la oferta y la demanda. Un espacio en el que han surgido, en muy pocos años, negocios que mueven miles de millones de dólares si consideramos los ingresos anuales -datos 2008-, por ejemplo, de Google (21.800 millones), de MSN/Live (3.214 millones), de My Space (800 millones), o de Facebook (300 millones), por citar algunos. Y esto nos lleva a la reflexión de que las redes sociales online, son espacios duales, donde los ideales de la democratización del conocimiento, la creación y el desarrollo de nuevas formas participativas van a cohabitar con el desarrollo de formas virulentas de consumismo y mercantilización de los perfiles personales que pueden acabar socavando dichos ideales. Fuente: http://www.rizomatica.net/una-mirada-critica-a-las-redes-sociales-online/ 2