El día de hoy el Perú ha conocido la decisión del juez Orlando

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Nº 553, 11 de julio del 2007
LA SENTENCIA DEL JUEZ ALVAREZ
La extradición que se vuelve absolución
Carlos Rivera Paz
Instituto de Defensa Legal
El día de hoy el Perú y el mundo han conocido la decisión del juez Orlando
Álvarez en el proceso de extradición de Alberto Fujimori Fujimori. Ahora se
sabe que la decisión no solamente niega la solicitud peruana de justicia en
todos sus extremos, sino que además resulta ser todo un alegato de defensa
del extraditable y de desafío a los avances logrados a nivel internacional para
hacer justicia frente a crímenes de derechos humanos y contra la corrupción,
durante la última década. Álvarez ha apostado políticamente por la impunidad y
contra la justicia.
Antecedentes y Hechos
El Estado peruano luego de la detención de Fujimori en Santiago de Chile, en
noviembre del 2005, llegó a presentar solicitudes de extradición sobre 12 casos
referidos a violaciones de derechos humanos y delitos de corrupción de
funcionarios1.
Ante esta solicitud, el 8 de Junio de este año, la Fiscal Mónica Maldonado
dictaminó que procedía la solicitud de extradición en todos los casos al
considerar que en los cuadernos de extradición se había demostrado de
manera fehaciente la comisión de delitos y la vinculación o responsabilidad de
Fujimori con cada uno de ellos. La contundencia del dictamen hacía suponer
que la extradición era viable.
Hoy se ha conocido que la sentencia del ministro Álvarez ha denegado la
solicitud de extradición en todos sus extremos, con argumentos cuestionables
en unos casos y aberrantes en otros. En una primera parte, desestima los
argumentos de la defensa de Fujimori al rechazar sus reclamos de
reconocimiento de inmunidad como ex jefe de Estado, violaciones al debido
proceso, reiteración de las imputaciones o falta de procesamiento adecuado.
Pero, en la segunda y mas importante parte de la sentencia, asume de cabo a
rabo, todos los argumentos de su defensa e inclusive termina construyendo
1
Caso CTS de 15 millones a Montesinos; Caso del pago a Sunat de los impuestos de Borobio; Caso
allanamiento de casa de Montesinos; Caso interceptación telefónica; Caso Faisal (Aprodev); Caso tractores chinos y
medios de comunicación; Caso medicinas chinas; Caso de los congresistas tránsfugas; Caso desviación de fondos;
Caso sótanos del SIE; Caso Barrios Altos y La Cantuta; caso decretos de urgencia. Posteriormente se amplió la
solicitud con el caso de la desaparición forzada de Kenneth Anzualdo, Martín Roca Casas y Justiniano Najarro Rua.
argumentos que ni siquiera los abogados del extraditable se habían atrevido a
sustentar en Chile.
Las perlas de Álvarez
La Fiscal Mónica Maldonado consideró que en todos los delitos existían
pruebas suficientes e inclusive contundentes de la comisión de hechos
delictivos y de la vinculación criminal de Fujimori con aquellos. El Ministro
Álvarez sostiene todo lo contrario. Él alega que en ningún delito hay indicios
que demuestren la responsabilidad del extraditable. ¿Cómo es posible que en
13 casos exista una discrepancia tan abismal en materia probatoria?
El juez Álvarez en términos concretos, ha decidido no otorgarle valor a ninguna
prueba testimonial, documental o indiciaria que ha sido adjuntada en los
cuadernos de extradición. Y además, sobre todo en los casos de violaciones a
los derechos humanos, llega al absurdo de reclamar pruebas documentales de
la emisión de órdenes para matar o desaparecer personas, cuando sabe
perfectamente que, para quien tiene el dominio de los hechos en crímenes de
esta naturaleza no es requisito dejar por escrito tales órdenes.
La resolución de Álvarez esta empeñada en buscar impunidad. Así en cuanto al
caso del allanamiento al departamento de Montesinos la sentencia señala
textualmente que, “…no se ha establecido en forma precisa que ese
allanamiento del domicilio de Montesinos haya sido ordenado por el presidente
Fujimori..…”
Respecto al caso del pago de los impuestos de Borobio a la SUNAT Álvarez
afirma que “es una mera conjetura”. En el caso Faisal, afirma que no hay
prueba alguna que demuestre el “conocimiento o participación que Fujimori
pudiera haber tenido en estos hechos”.
Sobre la compra de medios de comunicación, el juez chileno sostiene que no
hay pruebas que demuestren la participación de Fujimori, porque “todos los
testigos afirman haber tratado con Montesinos en forma directa y sin tener
pruebas del conocimiento o desconocimiento de Fujimori en estas tratativas.”
En el caso del pago de la CTS de Montesinos por 15 millones de dólares por
medio de un decreto firmado por Fujimori la sentencia afirma que de los
testimonios recibidos no puede derivarse la participación penal de Fujimori en
este delito.
Pero si de parte de Álvarez hay un empeño en limpiar a Fujimori de toda
responsabilidad en los delitos de corrupción de funcionarios no cabe duda que
su mayor esfuerzo lo concretó para limpiarlo de las imputaciones de los
crímenes contra los derechos humanos. Una extraña coincidencia teniendo en
cuenta que si algo preocupaba de verdad al extraditable era la procedencia de
la extradición por crímenes de lesa humanidad, por las altas penas que
implican. Sobre los casos de las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta utiliza
como primer argumento, un informe que la Cancillería peruana recibió sobre la
solicitud de extradición hecha a Japón, y en el que se critica los expedientes
presentados en aquella ocasión, pero el juez Álvarez hace vales esas
observaciones para los expedientes elaborados posteriormente para Chile. Eso
es un evidente contrabando.
Más aún, Álvarez no tiene problemas en asumir la absurda tesis de la defensa
de Fujimori en Chile y sostiene que “la acción militar [Barrios Altos] de nefastas
consecuencias, respondió a motivaciones de naturaleza castrense, de la cual,
el presidente recién asumido, sostiene que no fue partícipe. Estos mismos
antecedentes se hacen extensivos respecto del caso La Cantuta.”.
Además afirma que “hay una ausencia de decisiones políticas tendientes a
propiciar un régimen represivo que importaba una violación a los derechos
humanos. Se ve corroborada por la instrucciones que Fujimori dio
expresamente a las fuerzas armadas respecto a la forma de lidiar con el
terrorismo.”
Es evidente que ante la falta de argumentos jurídicos Álvarez recurre a sus
convicciones políticas. Incluso la sentencia sustenta su posición en el uso
selectivo del testimonio del coronel EP Julio Rodríguez Córdova, (jefe de la
División de Fuerzas Especiales del Ejército) quien “reconoce las instrucciones
presidenciales que ordenaban el respeto irrestricto a los derechos humanos”.
Desafiando los avances logrados internacionalmente en el ámbito de la justicia,
el juez chileno se refiere a las leyes de amnistía señalando que “..la ley de
amnistía comprendió hechos cometidos tanto por militares como por civiles a
partir de 1980 hasta 1995 y que además fue dictado por el congreso de la
república y no por el presidente, a quien solo le correspondió promulgar la
manifestación de la voluntad ciudadana debidamente representada en el
parlamento”, por lo que –sostiene- “..sólo entra en el terreno de las
presunciones estimar que el Presidente de la república habría ejercido
influencia política para tales efectos…”
Resulta evidente que esta resolución no busca resolver un procedimiento de
extradición entre dos países. Sino a la luz de sus consideraciones en el fondo
se trata de absolver a quien ejerció el poder sin control alguno.
Si bien esta sentencia del juez Álvarez es un fallo de primera instancia que la
defensa del Estado peruano impugnará y será la Sala Penal de la Corte
Suprema de Justicia de Chile la que resuelva en última instancia, el momento y
el contenido del fallo nos obligan a considerar otros elementos.
En ese sentido, más allá del destacado dictamen de la Fiscal Maldonado, este
fallo pareciera ser el resultado de todo aquello que desde el Estado, y
especialmente desde el Ejecutivo, se ha dejado de hacer o de decir. El actual
régimen jamás ha dado muestra alguna de que realmente esté interesado en
que se obtenga un resultado favorable a la extradición, y no debería extrañar si
algunos encuentran en ella, la oportunidad para un mejor entendimiento con el
fujimorismo.
El fallo del juez Álvarez constituye un atentado moral al proceso de justicia que
actualmente se desarrolla por los crímenes contra los derechos humanos
perpetrados en el Perú. Sin duda alguna, la apelación al fallo ante la Sala Penal
de la Corte Suprema chilena debe significar un reto decisivo para las fuerzas
democráticas del Perú y para la comunidad internacional en su conjunto. Si
permitimos que esta sentencia sea confirmada, no solo habremos perdido la
extradición de un acusado de corrupción y de violación de derechos humanos,
sino que se habrá perdido una importante batalla por la justicia.
Dictamen de Fiscal Mónica Maldonado
Caso “Allanamiento
Conclusión:
Ilegal”
“Se desprenden vehementes
presunciones que ello se
efectuó por orden precisa y
directa del ex mandatario
requerido”.
Caso
Conclusión:
“Pago SUNAT –
“Constituyen
presunciones
Borobio”
fundadas de que tal pago se
efectuó por disposición del
requerido, el que le dio su
aprobación por
Resolución Suprema”
Caso “15 millones”
Conclusión:
“Acreditan la participación del
requerido como autor directo e
inmediato, particularmente por
resultar comprobado que dictó
el Decreto de Urgencia con
fundamentos cuya falsedad le
constaba y que, además,
mantenía en su poder una
suma igual a la ilegalmente
retirada”.
Casos “Barrios
Conclusión:
Altos” y “Cantuta”
Existen indicios que las
acciones del Grupo “Colina”
contaban con el conocimiento
y
aprobación del señor Fujimori.
“Que
los
antecedentes
presentados por el
Estado del Perú resultan
suficientes para presumir que
el requerido ha intervenido
también como autor mediato o
como inductor o instigador
intelectual de los delitos que
se le imputan en los casos
signados con los N° 11 y 13”.
Sentencia de Juez Orlando Álvarez
“…no se ha establecido en forma precisa que
ese allanamiento del domicilio de Montesinos
haya sido ordenado por el presidente
Fujimori..…”
“es una mera conjetura” para justificar la
existencia de alguna conducta delictiva.
los testimonios recibidos no puede derivarse
la participación penal de Fujimori en este
delito.
“la acción militar [Barrios Altos] de nefastas
consecuencias, respondió a motivaciones de
naturaleza castrense, de la cual, el presidente
recién asumido, sostiene que no fue partícipe.
Estos mismos antecedentes se hacen
extensivos respecto del caso La Cantuta.”
“hay una ausencia de decisiones políticas
tendientes a propiciar un régimen represivo
que importaba una violación a los derechos
humanos. Se ve corroborada por la
instrucciones que Fujimori dio expresamente
a las fuerzas armadas respecto a la forma de
lidiar con el terrorismo.”
Caso de
“desaparición
forzada de Kenneth
Ney Anzualdo
Castro, Martín
Javier Roca Casas y
Justiniano Naranjo
Rua”
Conclusión:
“Que
los
antecedentes
presentados por el Estado del
Perú resultan suficientes para
presumir que el requerido ha
intervenido también como
autor mediato o como inductor
o instigador intelectual de los
delitos que se le imputan en
los casos signados con los N°
11 y 13”.
“No existe ningún testigo que declare haber
recibido una orden directa del presidente o
haber presenciado la emisión de esa orden
personalmente del mismo”
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