¿Qué es la bioética hoy

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¿Qué es la bioética hoy?
La necesaria aproximación de la Biología Moderna y la Filosofía
Dr. Juan Cristina (*)
Existe una gran preocupación por la aplicación de la moderna biología
molecular y ciencias básicas relacionadas con la medicina y el medio
ambiente. Probablemente, ninguna generación anterior a la nuestra se
confrontó con el desafío de la llamada revolución biotecnológica, que sin duda
traerá oportunidades, riesgos y desafíos. Esta revolución puede traer cambios
significativos que afecten muy probablemente nuestra definición de vida,
persona, vida humana y el sentido de la vida humana, tanto a nivel personal,
como a nivel social. Si bien es cierto que varios enfoques bioéticos han sido
desarrollados en los últimos años para las disciplinas biomédicas, los
desarrollos éticos para las ciencias básicas necesitan aún, en mi opinión, una
reflexión filosófica más profunda. En este camino es donde filosofía y ciencia
deben trabajar ahora juntas, a efectos de poder afrontar los profundos
dilemas que el avance de las ciencias biológicas trae consigo.
La ingeniería genética, la terapia génica, las plantas transgénicas, los
animales transgénicos, la secuenciación de todos los genes del ser humano,
etc. ¿Es que pensamos que todo esto no tendrá implicancias filosóficas? ¿No
tendrán estas cuestiones un impacto social? Sin duda, la bioética es la
intersección entre la ciencia y los valores éticos de una sociedad humana
(Callahan, 1998). La bioética comenzó cuando los dilemas filosóficos de
nuestras actividades científicas, desarrolladas en las cuatro paredes de
nuestros laboratorios, ya no pueden, ni deben, por su impacto, ser resueltas
por nosotros mismos. Comprender la ciencia es de fundamental importancia
para comprender los dilemas éticos que el impresionante avance de las
ciencias biológicas traerá y que tendremos que resolver. El campo de la
bioética ha evolucionado dramáticamente en los últimos años, y muchos e
importantes desarrollos se han formulado para disciplinas biomédicas
(Bauchamp & Childress, 1994; Pellegrrino, 1995). Sin embargo, en el campo
de las ciencias básicas, emergen afirmaciones que pueden tener un gran
impacto en la ética, basadas en evidencias científicas que sostienen esas
afirmaciones. Los ejemplos son muchos y variados, y en el contexto de este
trabajo no es posible analizarlos todos. Sin embargo, me gustaría analizar al
menos uno en el marco de lo expresado más arriba, para manifestar la
necesidad de una mejor comprensión y reflexión filosófica sobre lo que la
ciencia es, cómo la comprendemos, y cómo una determinada visión de la
ciencia puede influir en las posiciones éticas que podemos tener.
Probablemente un buen ejemplo sea el del gen para, que ya llevamos varios,
para la inteligencia, para la esquizofrenia, para la homosexualidad, etc. Esta
es, a mi juicio, una visión determinista de entender la genética, según la cual
nosotros estamos determinados por nuestros genes, y los genes ya son para,
sea comportamientos, atributos, etc. Los genes determinan todo. Otros
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científicos, como Stephen Jay Gould nos muestran que este no es el caso
(Gould, 1999).
En 1996 se reporta el descubrimiento de un gen involucrado en la conducta
investigadora (considerada un valor positivo). En 1997, otro grupo de
científicos encuentra evidencias de que este mismo gen está involucrado en la
propensión a la adicción a la heroína. ¿Es que el gen bueno se transformó en
malo? No es así, es que los organismos complejos no son la suma de sus genes.
La mayoría de los genes que influyen en muchos aspectos de la anatomía y el
comportamiento operan a través de complejas interacciones dentro y fuera
del organismo.
Es un grabe error hablar del gen para determinados comportamientos, etc.
(Gould, 1999). Esto es mucho más complicado. Como seres humanos, sí
tenemos un programa genético, que todos los seres vivos tienen, que ha
evolucionado históricamente desde el origen de la vida, que puede supervisar
su propia reproducción, y que permite a los organismos tener la capacidad de
realizar procesos y actividades (Mayr, 1985).
Sin embargo, como hemos podido ver, una visión reduccionista del gen y la
genética tiene todavía hoy una gran influencia en muy prestigiosos científicos,
y en la manera como ven la ciencia y las derivaciones éticas que se podrían
eventualmente desprender de sus afirmaciones. Steven Weinberg ya lo decía
en 1974 de la siguiente manera: Una de las mayores esperanzas del hombre
ha sido encontrar unas pocas simples leyes generales que puedan explicar por
qué la naturaleza, con toda su aparente complejidad y variedad es como es
(Weinberg, 1974, la traducción es mía). Probablemente, deberíamos pensar
que es difícil expresar hoy la esperanza de la que Weinberg hablaba. Quizás la
complejidad del desarrollo ontológico y del sistema nervioso de un ser
humano no pueda ser expresada en forma de unas pocas simples leyes
generales.
Estas reflexiones pueden tener un impacto ético en la práctica muy
importante, si nuestra concepción es que el gen (que hoy está convertido en
un ícono cultural en los medios masivos) es el gen para. ¿Por qué esto es así?
Una de las posibilidades podría ser considerar que el pensamiento occidental
ha estado dominado, digamos en los últimos 2.000 años por el esencialismo,
cuya mejor caracterización la podemos encontrar en la famosa alegoría de
Platón sobre las sombras en las paredes de una caverna.
Ahora bien, estas reflexiones filosóficas, que parecen ser muy abstractas,
pueden tener un impacto muy importante en la ética. Si ya todo está
determinado en los genes ¿qué pasará con las mujeres uruguayas que tengan
mutaciones (errores en un gen), en el gen BRCA-1 y 2, que ha sido relacionado
con cáncer de mama, por ejemplo?, ¿tendrán la misma cobertura de salud?,
¿se les requerirá un análisis genético para una póliza de seguro de salud?,
¿para un empleo? Es esto así, es esto el estado actual del conocimiento. Lo
mismo puede ser, por ejemplo, si argumentamos que un gen es el gen de la
inteligencia. Si usted encontró el gen, entonces puede decirme ¿qué es ser
inteligente en Uruguay? ¿Multiplicar la memoria dos números de quince
cifras?, ¿dirigir una empresa exitosa? ¿Es lo mismo ser inteligente para un
uruguayo, un esquimal o un bantú? Las construcciones éticas de una sociedad
las realiza la propia sociedad, no los genes. Actuemos con conciencia, con la
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ciencia y con la sociedad. Es imperativo que ciencia y filosofía trabajen
juntas.
Referencias
BEAUCHAMP, T, and james F. CHILDRESS, Principles of biomedical Eghics,
4rd.ed. New York: Oxford university Press, 1994.
CALLAHAM, D., Bioethies. In: Encyclopedia of Bioethics. W.T. Reich, editor.
New York: Mac Millan Publishing Company, pp 247-256
GOULD, Stephen, Message from a Mouse. TIME, Vol. 154, Nº 11, pp 42
MAYR, Ernst, How biologý differs from physical sciences. In: Evolution at
crossroads. D.J. Depew; B. H. Weber, editors. London, England: The MIT
Press. 1985
PELLEGRINO, E. , ERG, S. Toward a Virtue-Based Ethics for the Health
Professions, Kennedy Institute of Ethics Journal,1995
WEINBERG, S. Unified theories of elementary- particle interaction, Scientific
American , 1984
(*) Juan Cristina, Biólogo, Facultad de Ciencias de la Universidad de la
República, Montevideo, Uruguay. Laboratorio de Virología Molecular. Centro
de Investigaciones Nucleares.
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