Una perspectiva general de la memoria

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Una perspectiva general de la memoria
Tomàs, J.
¿QUÉ ES LA MEMORIA?
La memoria se define ampliamente cómo la forma en que sucesos pasados afectan a
funciones futuras. La memoria representa la forma en que el cerebro es afectado por la
experiencia y subsiguientemente altera sus respuestas. En otras palabras, el cerebro
experimenta el mundo y codifica esta interacción en una forma que altera formas futuras
de respuesta. Este proceso afecta tanto a la información como a la misma naturaleza del
proceso que codifica tal información.
Una forma de comprender el solape de los procesos de desarrollo y memoria es que el
cerebro responde a la experiencia por alteración en las fuerzas sinápticas o la creación de
nuevas conexiones sinápticas. La experiencia crea actividad neural que a su vez activa la
maquinaria genética que permite la alteración de conexiones sinápticas.
¿CÓMO SE PROCESA LA INFORMACIÓN?
La conexión de neuronas en una red intrincada, la estructura del cerebro, permite que
ocurra el aprendizaje. Es la activación de los componentes de la red, los circuitos de
neuronas, que altera las probabilidades de que ciertos patrones se activen en el futuro. Si
cierto patrón fue estimulado en el pasado, la probabilidad de activar un perfil similar en el
futuro es mucho mayor. Si el patrón se dispara repetidamente, la probabilidad de
activación futura se incrementa mucho más. La probabilidad incrementada se crea por
cambios en las conexiones sinápticas dentro de la red de neuronas. Los cambios a nivel
de la membrana celular alteran la probabilidad de activación de combinaciones
específicas de neuronas. El proceso de “potenciación a largo plazo” es una forma en que
esta alteración de las fuerzas de conexión entre neuronas ocurre. Este proceso parece
requerir la actividad coordinada de ambas neuronas pre y post-sinápticas y la liberación
de óxido nítrico. La duración de los cambios en las fuerzas de las conexiones sinápticas
puede variar, desde niveles muy breves de alteraciones químicas a intervalos extensos
mediatizados por cambios estructurales en conexiones nerviosas.
El patrón específico de la activación (disparo), la “energía” contenida dentro de un cierto
perfil de red nerviosa de neuronas activadas contiene dentro de él “información”. Esta
información se llama a menudo una “representación”. El sistema visual es capaz de
representar imágenes visuales mientras que el sistema auditivo es capaz de crear
representaciones de sonidos. Se piensa que la activación de patrones nerviosos de
“disparos” crea procesos de información en el cerebro. Las redes nerviosas complejas
alteran las fuerzas de sus interconexiones basadas en patrones de actividad. De esta
manera, la red neuronal aprende de sus experiencias pasadas. La probabilidad
incrementada de activar un patrón similar es como la red “recuerda”. La información está
codificada y se libera a través de cambios sinápticos que dirigen el flujo de energía a
través del cerebro.
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La experiencia forma la estructura del cerebro a través del desarrollo cerebral
“dependiente de experiencia”. Al nacer, el cerebro infantil tiene una sobreabundancia de
neuronas con relativamente pocas conexiones sinápticas comparado con los altamente
diferenciados y conectados conjuntos de conexiones que se establecerán en los primeros
años de vida. Neurocientíficos de desarrollo describen una interacción entre el momento
determinado genéticamente y la especificidad de formación sináptica y sinaptogénesis
provocada primariamente por estimulación experimental. Algunos investigadores sugieren
el término desarrollo de experiencia-esperada como el proceso en el cual las conexiones
entre neuronas se crean primariamente por información genética con su subsiguiente
mantenimiento que requiere cantidades mínimas de estimulación tales como la exposición
a sonido o luz. La formación sináptica involucra la activación de genes para producir las
proteínas que posibilitan que se hagan conexiones y se mantengan. Los mismos genes
así como la experiencia pueden activar la maquinaria genética para producir sinapsis.
La memoria, como el desarrollo cerebral, implica alteraciones en la conexión entre
neuronas. Las alteraciones químicas refuerzan las asociaciones entre neuronas para
codificación a corto plazo; la memoria a largo plazo implica la activación de la maquinaria
genética requerida para el establecimiento de nuevas conexiones sinápticas. La
experiencia implica la activación de patrones neuronales de disparos. El término
dependiente de experiencia se refiere al proceso general por el cual las conexiones de
neuronas se mantienen, se refuerzan o se crean como un resultado de la experiencia.
¿CUÁLES SON LOS PROCESOS DE LA MEMORIA?
El impacto inicial de la experiencia, lleva a una activación del disparo neuronal que es una
parte de la codificación de la memoria. El paso próximo es el almacenaje de la memoria
que es la probabilidad incrementada de que un perfil similar sea activado de nuevo. No
hay “un armario de almacén” en el cerebro en el cual se coloca algo y luego se saca
cuando se necesita. El “almacenaje de la memoria” es el cambio en probabilidad de
activar una red nerviosa particular en el futuro. La liberación es la activación actual del
perfil de la red nerviosa potencial que se parece pero no es idéntica al perfil activado en el
pasado.
Nuestras memorias están basadas en el enlace de varios aspectos de estos patrones de
activación nerviosa. Estas conexiones asociativas hacen más probable que sean
activados ítems simultáneamente durante el proceso de liberación. Esto, entonces,
conecta representaciones con un amplio campo de procesos mentales internos únicos a
cada individuo. Lo que se almacena son las probabilidades de que se activen neuronas en
un patrón específico, no en una “cosa” actual.
En la investigación de la memoria, el impacto inicial de una experiencia en el cerebro se
llama un engram. Los científicos han nombrado al menos dos tipos de memoria. Una
memoria verbalmente accesible ha sido llamada explícita o declarativa. Otra forma distinta
de la memoria es la implícita o no declarativa.
La teoría del trazo describe un proceso de codificación similar. En esta visión un engram o
trazo de memoria tiene ambos; una noción general y detalles específicos. Con el tiempo,
los detalles de una experiencia pueden comenzar a difuminarse y convertirse en menos
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“unidos”. La noción general sin embargo, puede quedar totalmente exacta y fácilmente
accesible o liberable. Cuando se trata de liberar “una memoria original” uno puede estar
de hecho llamando la noción primeramente y entonces más tarde tratar de reconstruir los
detalles. Recordar no es meramente la reactivación de un viejo engram; es la
construcción de un perfil de red nerviosa con rasgos del viejo engram y elementos de
memoria de otras experiencias así como influencias del estado mental presente.
¿QUÉ ES LA MEMORIA IMPLÍCITA?
Desde los primeros días de vida, los infantes perciben activamente el medio ambiente que
les rodea. Los investigadores pueden demostrar, por ejemplo, que los niños vuelven sus
cabezas a un estímulo aprendido. Si se asustan por un ruido fuerte asociado con un
juguete particular se mostrarán alterados cuando se les enseñe aquel juguete en el futuro.
Estas formas de memoria se llaman implícitas. La memoria implícita implica partes del
cerebro que no requieren un proceso consciente durante la codificación o liberación.
Estos elementos implícitos forman parte de la base para nuestro sentido subjetivo de
nosotros mismos: actuamos, sentimos e imaginamos sin reconocer la influencia de
experiencias pasadas en nuestra realidad presente.
La memoria implícita se apoya en estructuras cerebrales que incluyen la amígdala y otras
regiones límbicas para memoria emocional, los ganglios basales y el córtex motor para la
memoria del comportamiento y los córtex preceptuales para la memoria perceptual.
Con experiencias repetidas, el cerebro infantil es capaz de detectar similaridades y
diferencias a través de experiencias y modalidades de percepción. De estos procesos
comparativos la mente infantil es capaz de hacer “sumas” o representaciones
generalizadas de experiencias repetidas como codificadas en estas áreas del cerebro.
Esto es un aspecto fundamental del aprendizaje.
El cerebro puede denominarse como una “máquina de anticipación”, escaneando
constantemente el medio ambiente y tratando de determinar qué va a ocurrir. Las
experiencias anteriores conforman nuestros modelos anticipatorios y así el término
memoria prospectiva se ha utilizado para describir como la mente intenta “recordar el
futuro” basado en lo que ha ocurrido en el pasado.
¿CUÁLES SON LAS IMPLICACIONES DEL DESARROLLO DE LA MEMORIA
IMPLÍCITA?
En el primer cumpleaños del niño, las muestras repetidas de aprendizaje implícito están
profundamente codificadas en el cerebro. A los 18 meses la madurez del cerebro del niño
ha permitido el florecer de la comprensión y expresión del lenguaje.
Los patrones de los estados de la mente particulares en el infante se codifican como una
forma implícita de memoria. Experiencias repetidas de terror y miedo pueden ser
impresas en los circuitos del cerebro como estados de la mente. Con sucesos crónicos
estos estados pueden ser más prontamente activados en el futuro de tal forma que se
convierten en rasgos característicos del individuo.
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¿QUÉ ES LA MEMORIA EXPLÍCITA?
Hacia el segundo cumpleaños, los niños han desarrollado una nueva capacidad: hablar de
sus recuerdos de los sucesos del día y recordar experiencias más distantes del pasado.
Esta habilidad de tener memoria explícita es paralela a la madurez del lóbulo temporal
medio (incluyendo el hipocampo) y del córtex órbitofrontal. Cuando se liberan recuerdos
explícitos la gente tiene la sensación interna de “estoy recordando”. Existen dos formas de
memoria explícita; la semántica (factual) y la episódica (autobiográfica o uno mismo en un
episodio en el tiempo).
El desarrollo de los aspectos únicos de la memoria explícita implica un número de
dominios en la experiencia del niño. La memoria explícita permite a la mente tener un
sentido de espacio y tiempo y recordar donde están las cosas y cuando estaban allí.
En tanto los niños crecen en su segundo año comienzan a desarrollar una imagen más
compleja de ellos mismos en el mundo. Este sentido de uno mismo ha sido identificado
por estudios que examinan por ejemplo como los niños responden al verse en el espejo
con una marca roja colocada en su cara. A los 18 meses son capaces de tocarse ellos
mismos al explorar la marca roja. En el 2º año el niño desarrolla un sentido de mundo
físico del tiempo y la secuencia y de uno mismo todo lo cual forma el fundamento de la
memoria explicita autobiográfica.
Estudios recientes sugieren que la memoria para hechos (memoria semántica) permite
representaciones proporcionales que pueden ser evaluadas como “verdaderas” o “falsas”.
Tal conocimiento semántico ha sido llamado noesis y nos permite conocer acerca de los
hechos en el mundo. En contraste, la memoria autobiográfica o episódica requiere una
capacidad denominada autonoesis (conocimiento de uno mismo) y parece ser
dependiente del desarrollo de regiones corticales frontales del cerebro La habilidad de la
mente humana para llevar a cabo un “viaje mental a través del tiempo”, de tener un
sentido del recuerdo de uno mismo en un tiempo particular en el pasado, conciencia de
uno mismo en el presente y proyecciones de uno mismo en el futuro imaginado, son las
únicas contribuciones de la conciencia autonoética.
A mediados del 3er año de vida, un niño ha comenzado ya a unirse a sus padres en los
cuentos mutuamente construidos y tejidos a partir de sucesos de su vida real y de
imaginaciones. Las experiencias de cariño o de vínculo pueden directamente ensalzar la
capacidad para la conciencia autonoética en el niño.
¿CUÁLES SON LAS FASES DE LA MEMORIA?
El proceso de codificación para ambas formas de memoria explícita –semántica y
episódica- requiere atención focal, consciente y dirigida para activar el hipocampo.
Cuando ocurre la codificación, los estímulos son situados inicialmente en la memoria
sensorial que dura aprox. de ¼ a ½ segundo. Este “almacén sensorial” contiene las
activaciones iniciales nerviosas del sistema de percepción. Sólo una porción seleccionada
de las cosas de este gran e inmediato proceso sensorial, se colocan en la memoria de
trabajo durando hasta ½ minuto (si no hay una repetición ulterior). Si la mente ensaya o
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refresca la actividad de estos circuitos activados de la memoria de trabajo, entonces las
cosas pueden ser o mantenidas por períodos más largos en este lugar (como practicar un
número de teléfono durante el tiempo para marcarlo repetidamente si la línea está
ocupada), o colocarlo en un almacén a largo plazo. La memoria de trabajo similar a la
noción de memoria “a corto plazo” corresponde a lo que los clínicos llaman memoria
“inmediata”.
Cuando nosotros pensamos conscientemente en un problema o en un suceso, la memoria
de trabajo nos permite mentalmente conectar varias representaciones y manipularlas. La
memoria de trabajo no requiere el proceso de trascripción y traducción que capacita a los
genes para promover la producción de proteínas. La memoria de trabajo se piensa que
está mediatizada por las alteraciones transitorias químicas en las conexiones sinápticas.
Por el contrario la codificación en la memoria a largo plazo parece ser dependiente de la
activación de genes con la producción resultante de proteínas y la alteración en la
estructura sináptica. El producto de tales codificaciones y procesos nerviosos conduce al
componente más duradero y estable de memoria a largo plazo.
La memoria explícita a largo plazo se cree que es el proceso por el cual las cosas se
almacenan para períodos extensos más allá de la memoria de trabajo.
El hipocampo es esencial tanto para la codificación como la liberación de memoria
explícita a largo plazo. La conexión a los circuitos del córtex pre-frontal dorsolateral puede
ser el mecanismo para acceder a la memoria de trabajo por lo que las representaciones
pueden ser examinadas conscientemente, manipuladas y explicadas a otros.
Para que un elemento de la memoria a largo plazo se convierta en parte de la memoria
permanente explícita debe ocurrir un proceso llamado consolidación cortical. Aunque el
mecanismo específico no se ha elucidado todavía, la consolidación cortical puede requerir
una activación inconsciente o un proceso de ensayo que permite que se almacenen
representaciones en el “córtex asociacional”. Esta región del córtex cerebral parece
integrar representaciones de una variedad de partes del cerebro. En la consolidación
cortical, la información está finalmente libre de la necesidad del hipocampo para su
liberación. Este proceso de consolidación parece depender de la fase de sueño de
movimientos oculares rápidos que se cree que trata de dar sentido a las actividades
diarias.
En la amnesia retrógrada existen problemas en la habilidad del hipocampo para liberar
memorias todavía no consolidadas. También se pueden experimentar dificultades severas
en recordar sucesos posteriores a un hecho llamándose amnesia anterógrada. Esto es
debido a la inhabilidad del hipocampo para codificar nuevos elementos en la memoria
explícita a largo plazo. La habilidad para codificar o liberar cosas de la memoria implícita
puede estar intacta.
Hay ciertas situaciones, en las que hay una disociación entre la memoria implícita y la
explicita. En la Amnesia infantil la memoria implícita esta intacta pero el recuerdo explícito
especialmente la memoria episódica está dañada.
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¿EN QUÉ CONSISTE LA EXPERIENCIA SUBJETIVA DE LA MEMORIA?
El proceso narrativo autobiográfico está directamente influenciado por ambas, la memoria
implícita y la explicita. A través de la conciencia autonoética somos capaces de realizar un
“viaje mental a través del tiempo” creando representaciones de uno mismo en el pasado
en el presente y en el futuro. Cuando el niño se desarrolla en el 3 er año de vida el córtex
órbitofrontal se vuelve capaz de mediatizar la memoria episódica y la autonoesis. Los
sucesos se codifican como son experimentados personalmente, mientras el niño se
mueve de tener sólo conocimiento semántico (factual) de sucesos a también ser capaz de
tener memoria episódica (autobiográfica). Ambos modelos mentales implícitos y
autonoesis explícita capacitan la mente para prepararla para el futuro.
Dentro de la memoria explícita autobiográfica, podemos encontrar un número de
variaciones. Por ejemplo, una adolescente puede recordar un sentido general de ella
misma, es decir de su último año en secundaria. Este recuerdo de episodio genérico se
puede pensar como un sumario de un año de episodios específicos. Puede ser capaz de
recordar también un suceso específico durante aquel tiempo tal como su último día en la
escuela secundaria. Al liberar esa memoria, puede recordarla como un suceso que puede
observar desde una distancia, esto es, un recuerdo observador que algunos pueden
considerar una forma distanciada de liberación episódica pero otros lo etiquetarían como
una memoria de suceso dentro del recuerdo semántico. En contra, puede recordar el
suceso como si estuviera actualmente allí, un recuerdo participativo o de campo. En este
caso sería capaz de ver cosas desde su perspectiva actual. La memoria observativa
parece involucrar una intensidad menos emocional que los recuerdos de campo. Los
aspectos claros de la experiencia de la memoria involucran centros diferentes de la
activación cerebral. Por ejemplo, el recuerdo semántico parece implicar un dominio de la
parte izquierda sobre la derecha de la activación del hipocampo. El recuerdo
autobiográfico, en contraste, involucra más la parte derecha del hipocampo y el córtex
derecho órbitofrontal.
Estudios recientes revelan las distinciones significativas entre la memoria semántica y la
episódica. Para la memoria semántica, la conciencia noética permite conocer hechos
acerca del mundo. La conciencia noética es la focalización de la atención en un aspecto
particular de las representaciones semánticas. Aunque la memoria semántica y la
episódica tienen mucho en común parece ser que son mediatizadas por mecanismos algo
distintos.
La investigación del apego y los estudios de memoria de psicología del desarrollo,
sugieren que las interacciones entre padres e hijos pueden tener un efecto directo sobre
la capacidad del niño para el recuerdo autobiográfico. Una explicación plausible para este
descubrimiento es que las regiones prefontales tienen una respuesta exquisita a la
experiencia social y son también las regiones responsables de la autonoesis.
El proceso de representaciones reactivadoras de la memoria explícita es a menudo
dependiente de los rasgos del ambiente interno y externo. Cuando hay una identificación
entre la pista de liberación y la representación de memoria el proceso se llama ecphory.
La ecphory depende de los rasgos del estímulo licitante y la forma en la cual la
representación se ha “almacenado” en la memoria. Este efecto del contexto sobre la
liberación de la memoria explícita, revela como esta liberación se magnifica cuando las
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condiciones tienen similitudes en el mundo físico (vistas, sonidos, olores) o en un estado
de la mente (emociones, modelos mentales, estados de excitación general) con aquellos
que estaban presentes en el tiempo de la codificación inicial. En esta forma, la memoria
explícita se dice ser contexto-dependiente. Los individuos pueden tener recuerdos los
cuales carecen de una comprensión de cómo las pistas o indicios contextuales les han
llevado a que sean recordados sucesos específicos. Esto puede ser visto como una
“sensación ecfórica” que tiene un sentido de convicción de que la memoria recordada es
verdaderamente exacta. Podemos tener un sentido claro que algo sucedió cuando de
hecho no lo hizo. Tales sensaciones subjetivas pueden ser una parte de la imaginación
del sueño y de recuerdos exactos o inexactos.
La liberación “recuperación”, es un “modificador de memoria”: el acto de reactivar una
representación puede permitir que sea almacenada de nuevo en forma modificada. Esto
puede explicar también cómo la interrogación repetida respecto a una posible experiencia
de abuso puede llevar a un niño a confundir recuerdos de las historias dichas por
liberación de elementos de la experiencia inicial.
¿EN QUÉ CONSISTE LA “AMNESIA INFANTIL”?
Desde hace más de un siglo, los clínicos han sido conscientes del fallo en la habilidad de
adultos o niños mayores para recordar los primeros años de sus vidas.
Los psicólogos de desarrollo sugieren que la inmadurez en varios dominios, incluyendo el
sentido de uno mismo y del tiempo, la habilidad verbal y la capacidad narrativa pueden
ser los factores limitadores que afectan al recuerdo del período antes de la edad de 2 a 3
años. La memoria implícita está intacta en el nacimiento; la memoria explícita semántica
comienza antes del 2º cumpleaños del niño. Un niño de 1 año puede ser capaz de tener
recuerdos implícitos de todo tipo de experiencias. Ya ha desarrollado la capacidad para
recuerdos generalizados llamados conocimientos de sucesos generales. Antes de los 18
meses ha comenzado a desarrollar la habilidad para recordar la secuencia de los
sucesos. Así puede codificar y recuperar hechos de experiencias específicas. Esto puede
ser considerado una forma de memoria semántica en la cual el conocimiento de sucesos
específicos puede ser recuperado después de un largo tiempo.
Después de unos 18 meses, el niño desarrolla comportamientos referenciales propios que
revelan un sentido de continuidad del mismo a través del tiempo. Alrededor del 2º
cumpleaños puede comenzar a hablar acerca de sucesos que le han ocurrido. Al
continuar madurando, su sentido del mismo se desarrolla más ampliamente y permite la
emergencia de memoria episódica y la capacidad para viajar mentalmente a través del
tiempo –de recordarse en experiencias específicas en el pasado-. Cuando se van
desarrollando sus regiones prefrontales esta capacidad continua hasta convertirse en más
compleja y sofisticada. Estas regiones continúan desarrollándose en los adultos y puede
explicar la capacidad profunda de la percepción propia y la conciencia autonoética a
través de toda la vida.
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El desarrollo de la memoria explícita parece estar directamente influenciado por
experiencias interpersonales. Esta visión se soporta por el hecho de que los niños que
tienen más experiencias acerca de hablar de sus memorias con sus padres son capaces
de recordar más detalles acerca de sus vidas más tarde. Charla de memoria es un
proceso común en el cual los padres enfocan su atención en el contenido de las
memorias del niño. Una observación similar es que los padres que participan en una
forma de comunicación elaborativa tienen niños con un sentido más enriquecido de
recuerdo autobiográfico. Padres “elaborativos” hablan con sus niños acerca de lo que
ellos piensan sobre las historias que han leído juntos. En contraste, padres “factuales”,
sujetos que hablaban sólo de los hechos de las historias y no de la imaginación o
respuesta de los niños, tienen una habilidad menos desarrollada para el recuerdo.
¿QUÉ RELACIÓN HAY ENTRE TRAUMA Y MEMORIA?
Las experiencias traumáticas pueden involucrar procesos internos e interpersonales que
pueden llevar a efectos profundos sobre la memoria. Experiencias traumáticas severas en
edad temprana pueden llevar a niveles elevados de hormonas de estrés que están
asociadas con el crecimiento dañado del cerebro así como el proceso dañado de la
memoria.
El proceso de memoria incluso en el caso de estructuras nerviosas intactas, puede estar
funcionalmente afectado por condiciones postraumáticas. Por ejemplo, una memoria
traumática no resuelta puede provocar daños en el proceso de consolidación cortical que
deja las memorias de estos sucesos fuera de la memoria explícita permanente. Tal
bloqueo en el camino hacia la memoria de consolidación puede llevar a impedimentos en
la creación de una narrativa coherente de uno mismo. Este individuo puede ser vulnerable
a imágenes intrusivas implícitas de experiencias de pasados horrores en forma de
sensaciones internas, flashbacks y pesadillas.
La conciencia autonoética de sucesos traumáticos puede estar dañada en individuos que
han experimentado un trauma que queda “no resuelto”. Este estado de la mente no
solucionado tiene implicaciones importantes en cómo la mente funciona dentro de las
relaciones interpersonales de apego. Un padre puede perder la capacidad de respuesta
tranquila y conveniente para un niño. Este mecanismo puede ser una explicación para el
descubrimiento de que los adultos con una clasificación de apego de “trauma no resuelto
o pena” tienden a tener niños que tienen un apego desorganizado. Los niños con un
apego desorganizado han mostrado ser vulnerables al desarrollo más tarde de síntomas
disociativos.
¿CÓMO SOMOS DE EXACTOS AL CONTAR LA MEMORIA?
Contar los elementos de la memoria autobiográfica explícita es una experiencia social que
está profundamente influenciada por la interacción social. Así, lo que se cuenta no es lo
mismo que lo que se recordó inicialmente, y no es necesariamente totalmente exacto en
detalle. Los niños pueden ser especialmente capaces de recordar el extracto de una
experiencia con gran exactitud, pero pueden ser menos capaces de recordar
espontáneamente los detalles de sucesos pasados.
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Hay estudios que sugieren que es posible que un individuo tenga una convicción firme de
la veracidad de un “recuerdo” de un suceso que no ha ocurrido nunca. Así, el grado de
convicción que tenemos en la exactitud de una memoria puede no corresponder a su
exactitud. El uso de corroboraciones internas, tales como los sistemas de estructura de la
memoria y la relación entre los componentes de la memoria implícita y explicita de un
suceso, pueden ser útiles para comprender cómo las pasadas experiencias han
influenciado la vida del paciente. La corroboración externa puede ser útil para crear un
cuadro más completo.
¿CUÁL ES LA RELACIÓN ENTRE MEMORIA Y NARRATIVA?
Contar historias juega un papel crucial en la interacción entre niños y adultos. Desde muy
pronto en su desarrollo, los niños comienzan a narrar sus vidas contando la secuencia de
sucesos y experiencias internas de su existencia diaria.
Algún autor revela la posibilidad de que algunos de nuestros procesos personales más
queridos, tales como pensar o incluso la reflexión propia pueden tener su origen como
“comunicación interpersonal”.
Muchas formas de la comunicación humana dentro de la psicoterapia- desde jugar y
dibujar con niños jóvenes a reflexiones autobiográficas con niños mayores y
adolescentes- implican la co-construcción de narrativa alrededor de la memoria de
conversaciones entre individuos. El proceso narrativo puede reflejar una capacidad del
núcleo del individuo para integrar un sentido de coherencia a través de los muchos
estados mentales que existen en un estado dado de desarrollo y a lo largo del tiempo. El
predictor más robusto de la seguridad de apego de un niño es la coherencia de la
narrativa de la vida de los padres. Estos descubrimientos sugieren que las narrativas de
adultos revelan un proceso central que impacta sobre la naturaleza de sus
comunicaciones interpersonales. Como una función de ambas memorias, implícita y
explícita, las narrativas revelan cómo la mente integra una cantidad masiva de experiencia
a través de toda la vida del individuo. Cuando exploramos la “historia de sus vidas” con
nuestros pacientes, estamos evaluando mucho más que el mero recuento de sucesos.
Estamos en realidad llegando al núcleo de ellos mismos y uniéndonos a ellos en la coconstrucción de una forma de integración poderosa que conecta el pasado con el
presente al tiempo que ellos anticipan y crean sus experiencias futuras en la vida.
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