20/12/08 – LA VOZ DEL INTERIOR En la ruta con Jorge Rojas HACE CAMINO AL ANDAR Acompañamos al cantante, su banda y su equipo técnico en uno de sus viajes, a bordo del ómnibus especialmente diseñado para las giras, con el que recorrió varias veces el país. Sería difícil imaginar una canción inmóvil o un camino silencioso. Música y caminos. La relación es estrecha y viene de muy lejos; tanto, que dilucidar cuál surgió primero sería repetir los enigmas de la gallina y el huevo. Son muchos los músicos que pasan buena parte de sus vidas en las rutas, donde no todo son horas disipadas por la impaciencia de no llegar, noches ofrendadas al sueño incómodo de los respaldos invencibles o tardes con las cervicales puestas al servicio de batir récords en los jueguitos de un celular. Junto a su banda y un nutrido equipo técnico, Jorge Rojas es uno de los artistas que recorre el país con su música. No solamente los teatros de las ciudades importantes y los festivales prestigiosos que capturan los medios de comunicación; también lo reciben las fiestas patronales y las recurrencias de los lugares más chicos. Al Gran Rex de Buenos Aires o a las celebraciones de Chilibroste –una localidad sojera de menos de 500 habitantes, 200 kilómetros al sur de Córdoba–, Rojas llega de la misma manera, con un ómnibus acondicionado especialmente para transportar a músicos, técnicos y equipos. Una gran casa rodante con todas las comodidades para mitigar la fatiga de los viajes: una zona de camarotes, una cocina, un ambiente de reunión coronado por un gran plasma, y aire acondicionado que llega a todos los rincones. Hay un dato que sorprende: abordo de su "Rojas-móvil", el cantante lleva recorridos algo así como 180 mil kilómetros. Son las 8 de la mañana de un viernes. Como cada fin de semana, el gran ómnibus con la gigantografía de Rojas ploteada en la carrocería espera en plaza Vélez Sársfield, en el centro de Córdoba, listo para un nuevo viaje. Primero será Villa Mercedes, en San Luis –allí, el pasado viernes 5, Rojas dejó inaugurada la 23ª edición del Festival de la Calle Angosta–, y enseguida la Fiesta de la Virgen, en Luján. Ya subieron los técnicos y la mayoría de los músicos –la cantidad varía entre 22 y 25 personas. También subimos un cronista y un fotógrafo de La Voz del Interior, quienes acompañamos al equipo hasta el pie del próximo escenario. "Para Mercedes son unos 350 kilómetros, pero yo soy de ir tranquilo. Este no es como el ómnibus de línea, es otro andar; la gente necesita un viaje placentero, porque tiene que descansar", explica ‘Jota’, durante más de 20 años chofer de La Veloz del Norte y ahora encargado del ómnibus que traslada a Rojas y su banda. EN MOVIMIENTO. Mientras la máquina busca la salida de la ciudad, entre las mesas de la sala de estar comienzan el ritual de bromas –siempre las mismas, se queja alguno– y la gran discusión sobre qué DVD poner. El más activo es "Chile", que además de ser backliner en los conciertos está encargado de la cocina en los viajes. Antes de acomodar la alacena y verificar si son suficientes la yerba para el mate, el té y las mermeladas, enciende una vela al altar de la Virgen; entonces sí, pone cara de haber comenzado un viaje más. Circulan los primeros mates y "el Mono", jefe técnico, se ocupa de presentar a los técnicos, cada uno por su sobrenombre. "Sugus" hace las luces, "Peluca" y "el Indultado" se ocupan de video, "Turquito" y "Pablito" son los encargados de sonido y monitoreo, "Milton" y "Fer" –que es además autor junto a Rojas del tema Sin memoria, corte de difusión del último disco– prestan asistencia de escenario. Abajo, en la cabina, "Jota" comenta que acaba de hacer poner a punto el motor en vista del intenso trajín que traerá la temporada festivalera –para el verano se agregará además otro ómnibus para los traslados– y cuenta sobre su amigo y colega Oscar Esperanza Palavecino, cuando todavía no era "el Chaqueño", obispo del folklore. "Él estaba en la empresa Atahualpa y quería hacer las grandes distancias, porque le gustaban mucho la ruta y los coches grandes. Yo le avisé cuando se produjo la vacante en La Veloz y ahí nomás agarró", se jacta el chofer. La primera etapa del viaje es breve, hasta Anisacate. Allí suben Jorge, Lucio y –por eso este viaje tiene mucho de especial– Alfredo. El hermano menor se muestra recuperado de un mal paso de la salud –un accidente cerebrovascular que no dejó secuelas–, y paulatinamente vuelve a los escenarios. "Yo me subo al ómnibus, si cuando llega la hora del show me siento con ganas y seguro, me canto algo", dice Alfredo, que recibe el saludo afectuoso de todos. "Compren lo que tengan que comprar y vayan al baño; el viaje será de cinco horas y no quiero parar porque se nos hace tarde", advierte "Jota" mientras se detiene en la estación de servicio de la rotonda frente a la entrada de Alta Gracia. Agua, gaseosas, bizcochos y golosinas varias servirán primero para el desayuno y después para distraer el hambre hasta el almuerzo en el hotel, donde también está programada la obligatoria "siesta del perro" previa al show. Es el turno de la película y las propuestas para cargar el DVD son varias. Por último llegan la historia de Los Pumas o Alegría, el espectáculo de Cirque du Soleil. Gana la segunda en elecciones fraudulentas. Algunos deciden retirarse a reposar a "la favela", como se denomina en la jerga del ómnibus al sector de camas, y otros piden que se cierren las cortinas, para crear el "efecto cine". Por un buen rato reina el silencio, interrumpido sólo por voces de sorpresa y admiración ante el gran despliegue de color y acrobacia, en este caso cuidadosamente explicados por Guido Bertini, baterista de la banda y propietario del DVD. "Esperá a que salgamos con las boleadoras de fuego", bromea Lucio. La mañana avanza y el sol vertical señala el mediodía. El aire acondicionado es una bendición mientras entre "la favela" y la sala de estar hay continuo movimiento. Alrededor de la mesa grande, Rojas conversa con algunos de los músicos, muchos de ellos amigos desde hace más de 10 años, de la época de Los Nocheros. Entre anécdotas y comentarios, el cantor se alegra de haber logrado mantener prácticamente el mismo equipo técnico y la misma banda desde que comenzó como solista. "En estos años hubo muy pocos cambios. La base es siempre la misma y eso nos permite dar continuidad a los proyectos y no tener que empezar a cada rato de nuevo", asegura. En la actualidad la banda está formada por Paíto Figueroa (piano), Guido Bertini (batería), Fernando Bobarini (bajo), Carlos Pema (percusión), Antonio Riera (bandoneón), Sergio Pérez (guitarra) y Carlos Armeya (violín). Por las ventanillas se ve Berrotarán. Rojas se reúne con algunos asistentes y músicos para hablar de la nueva planta de escenario, que pondrán por primera vez a la noche. "Se trata de capitalizar las experiencias y tratar de mejorar – dice Rojas–; ahora busco un espectáculo más fresco, más directo al público, sin tanta maquinaria, por eso quiero acomodar el escenario de otra manera y agregar algunas canciones nuevas al show". Además de reducir y acomodar mejor las cajas de los monitores y las tarimas, la idea de Rojas pasa por poner el percusionista al frente. "Pema no tiene que estar escondido allá atrás entre los tambores –dice–; tiene que venir adelante, y con bombo colgado. ¿Vos lo escuchaste a Pema tocar el bombo?". ¿YA LLEGAMOS? Son casi las dos de la tarde –hora de San Luis–, el Rojas - móvil entra a Mercedes. Un chico lo mira pasar con los mismos ojos que deben haber tenido sus padres y abuelos cuando miraban llegar las carrozas del circo. Recorre unas cuadras hasta el centro de la ciudad y estaciona en la puerta del hotel. "Mirá, salen como comadrejas", se ríe el segundo chofer mientras ve bajar al equipo, algunos con notable cara de sueño. En la recepción esperan pacientes las fans, de variadas edades, para repetir el rito de la foto y el autógrafo. Rojas las premia repartiendo sonrisa, foto y autógrafo. Mientras, músicos y técnicos van a almorzar, porque enseguida hay que ir al predio del festival para armar un show que aunque se repita, por esas cosas de la magia de los caminos, nunca será el mismo. ROJAS EN CÓRDOBA Los Hornillos. Festival del Microclima. 9 de enero. Teléfono: (03544) 49-9351. Jesús María. Festival de Doma y Folklore. 10 de enero. Chilibroste , 23 de enero. Teléfono de consulta: (03534) 49-9961. Cosquín. Festival Internacional de Folklore, 1° de febrero. Luque, 7 de febrero, (03573) 48-0113. Alta Gracia. Festival de las Colectividades, 8 de febrero. Villa María. Festival de Peñas, 13 de febrero.