HISTORIA DE ESPAÑA CONTEMPORÁNEA Material de trabajo MONARQUIA DE ALFONSO XIII 1 El incidente del Cu-Cut “Barcelona, 25 (5 tarde). Anoche, a primera hora, gran número de oficiales del ejército, molestados por las caricaturas y artículos que publicaba la prensa catalana, se reunieron en número de más de 200 en la plaza real; comenzaron a dar vivas a España y desde allí marcharon a la imprenta del semanario catalanista Cu-Cut (…) Desde allí marcharon a la calle del cardenal Casañas, donde se encuentra la redacción del mismo periódico y renovaron la escena sacando los muebles y prendiéndoles fuego, apaleando a los que encontraban dentro y obligándoles a gritar ¡”Viva España”!. Los oficiales marcharon después a las ramblas de las Flores, donde se encuentra el periódico de La Veu. Entraron también en la redacción, sacaron gran cantidad de muebles y de prensa, prendiéndoles fuego igualmente. En la redacción dieron varios sablazos, obligando a los que allí estaban a gritar ¡”Viva España”! Todo lo destrozaron respetando tan sólo el escudo de Cataluña, diciendo que Cataluña era una provincia española. De resultas de los sablazos que dieron hay varios heridos. Uno de ellos, grave. El gobernado militar, capitán general interino, acudió ante la redacción de La Veu, dirigióse a los militares y les obligó a que se retirasen al gobierno militar. Se ha mandado instruir sumario, habiéndose nombrado juez especial al comandante señor Gotarredona Mencheta” El Imparcial, 27 de noviembre de 1905. «Repetimos hoy lo dicho ayer. Es de una extraordinaria gravedad lo que está sucediendo en Barcelona, donde exista un partido, envalentonado con la impunidad, que abiertamente predica la separación de España y encierra sus aspiraciones, no ya en el grito de ~Viva Cataluña libre!, que es de guerra declarada contra el Estado y contra la Nación. El escándalo y la amargura que produjeron los sucesos del banquete catalanista en el frontón Condal, todavía ha de aumentarse con los episodios lamentables de anteanoche y de ayer, en que, a la indignación de los oficiales del Ejército, contestaron los catalanistas redoblando sus ataques a España, escribiendo rótulos de franco separatismo, lanzándose a toda clase de locura parricida... El Heraldo de Madrid el día 27 de noviembre 2 Don Alfonso XIII, por la gracia de Dios y la Constitución, Rey de España. (…) Artículo 1º Son electores para diputados a Cortes y concejales todos lo españoles varones mayores de veinticinco años que se hallen en pleno goce de sus derechos civiles y sean vecinos de un Municipio, en que cuenten dos años al menos de residencia. Las clases de mar e individuos de tropa que sirvan en los ejércitos de mar o tierra no podrán emitir su voto mientras se hallen en filas. Lo mismo se establece respecto a los que se encuentren en condiciones semejantes dentro de otros cuerpos o institutos armados (…) Art. 2º Todo elector tiene el derecho y el deber de votar en cuantas elecciones fueren convocadas en su distrito (…) Art. 4º Son elegibles para el cargo de diputados a Cortes y concejales todos los españoles varones de estado seglar, mayores de veinticinco años, que gocen todos lo derechos civiles (…) Art. 21 En los distritos en que deba elegirse un diputado o un concejal, cada elector no podrá dar válidamente su voto más que a una persona. Cuando se elija más de uno, hasta cuatro, tendrá derecho a votar uno menos del número de los que hayan de elegirse, a dos menos si se eligieran más de cuatro, a tres menos si se eligieran más de ocho, y cuatro menos si se eligieran más de diez (…). Art. 29 En los distritos donde no resultaren proclamados candidatos en mayor número de los llamados a ser elegidos, la proclamación de los candidatos equivale a su elección y les releva de la necesidad de someterse a ella (…) Ley electoral de 1907. Ley electoral de 1907 Gaceta de Madrid, de 10 de agosto de 1907. 3 Guerra de Marruecos. Repercusiones en la opinión pública. “Morirán unos cuantos soldados, ascenderán otros cuantos, enseñaremos una vez más nuestro desbarajuste, nos pondremos por centésima vez en ridículo llamando al tiroteo escaramuza; a la escaramuza, acción de guerra; al encuentro de avanzadas, combate; al combate, batalla campal; enviaremos más generales que coroneles, más jefes que oficiales, más oficiales que soldados, más promesas que realidades, y por todo sacar, sacaremos sólo una cosa: sangre al pueblo y dinero al contribuyente[…] Yo le digo que esto de ir a Marruecos es la revolución, y al decirlo sirvo a la Patria y al Rey mucho mejor que haciendo creer al Rey y a la Patria que el ir a Marruecos conviene a la nación y a la monarquía” ROMEO, Leopoldo, “La trompa bélica suena” en el periódico Correspondencia de España, 12 de julio de 1909 “Si la Guerra de Marruecos no fue nunca una empresa popular, en 1922, a un año vista de la catástrofe de Melilla, la cuestión de Marruecos se había convertido para los políticos en una idea obsesiva, determinante muchas veces de su estancia en el poder; para los militares en algo superior a sus fuerzas, para la nación, en una herida por donde se escapaban las energías y el dinero, y para el pueblo, en una misión incomprensible, dolorosa y por lo mismo repudiada. Aquel que por suerte no había sufrido en su propia carne o en la de su familia los estragos de la catástrofe, lo sufría en su economía, o quizás sólo, con ser bastante, en su orgullo, al ver a lo más selecto de su Ejército derrotado humilladamente por un grupo de “moros salvajes” mal pertrechados y, por supuesto, no preparados para la guerra. Sea como fuese, lo cierto es que no dejó indiferente a nadie. Pero, sin duda, la pesadilla de Marruecos afectó sobre todo a aquellos que llevaban el peso de la campaña: las clases económicamente más débiles. En efecto, la Ley de Reclutamiento de 1912 permitía redenciones a los cinco o diez meses de servicio contra cuotas de 1500 a 2000 pesetas. Esta discriminación económica fue la tabla de salvación de aquellos mozos que, por 4 razón de clase o situación social, podían pagar las cuotas estipuladas. El estado de guerra crónico en el Norte de África, una mortalidad en campaña alta, condiciones del servicio degradantes, etc., convertían el pago de la cuota en una necesidad […]. El único y elemental recurso de los pobres para huir del reclutamiento y del más que probable destino a África era presionar para conseguir cualquier tipo de exanción, alegando insuficiencias físicas, o recurrir a trámites de la emigración con objeto de ser considerados prófugos…” LOZÓN URUEÑA, Ignacio M., “Las repercusiones de la acción de España en Marruecos. 1922-1923” en Tiempo de Historia, Año VII, núm. 75, febrero, 1981. “Sin embargo, el choque violento de Barcelona no va a producirse por causas laborales, sino por una coyuntura política muy particular en función de lo que ya era una verdadera guerra en el Rif. […] Las hostilidades importantes habían comenzado en Marruecos durante el mes de febrero de 1909. Maura había obtenido del Parlamento un crédito extraordinario y el 10 de julio fueron llamados a filas los reservistas.[…] Comenzaron los embarques de tropas en Barcelona, prosiguiendo toda la semana. El domingo 18 las despedidas en el puerto se transformaron ya en manifestación antibélica. […] El día 19 las manifestaciones contra la guerra recorren las Ramblas; las fuerzas de vigilancia patrullan por las calles. El día 22 las Juventudes Socialistas convocan en Madrid una manifestación en la que participan miles de jóvenes y de mujeres (ya se habían producido actos de insubordinación al salir de Madrid el regimiento de Arapiles) […] Los acontecimientos se precipitan y el día 24 se forma un comité de huelga con representantes de los diversos sectores de Solidaridad Obrera. […] El Comité de huelga, formado al fin por representantes de los grupos anarquistas, de la Federación socialista y de las sociedades obreras, tomó sus últimas disposiciones en la madrugada del 26 de julio. La huelga fue total; los tranvías, guiados por los «murcianos» traídos por Foronda, circularon hasta las nueve de la mañana, pero tras numerosos apedreamientos y algún que otro incendio cesaron de circular. A causa de los tranvías se 5 produjeron los primeros choques entre huelguistas y fuerza pública. Por la tarde se declaró el estado de guerra (contra el criterio de Ossorio y Gallardo, gobernador civil). La huelga era hasta entonces relativamente pacífica en Barcelona, pero ¿ qué pasaba en el resto de Cataluña? El paro era total en Sabadell, Mataró, Tarrasa, Manresa, San Feliú de Llobregat, Granollers, etc., etc. Pero lo extraordinario era que en la mayoría de las localidades citadas la huelga había tomado un carácter insurreccional y que los obreros eran dueños de la situación. El martes 27 la violencia subirá de punto en una Barcelona aislada del resto del mundo, con fuerzas del ejército mandadas por el general Santiago, que, en realidad, no bastaban para salvar la situación[…] en Barcelona se alzaban barricadas por doquier y había muertos y heridos en los choques con el ejército y fuerzas de seguridad. […] En medio de esta situación empezó la quema de conventos, siendo el primero en el caso de la ciudad, el de las Adoratrices […] No se produjeron ataques contra las personas de sacerdotes y religiosos, pero sí macabros desenterramientos en conventos, etc. […] El miércoles 28 los combates fueron todavía más intensos, pero la huelga, perdido su objetivo inicial y sin encontrar otro, desbordada por la provocación anticlerical y separada del resto del país, tenía que ir forzosamente a la deriva[…] El movimiento, carente de dirección, se agotaba; el viernes 30 por la tarde aflojaron los combates; el sábado 31 todo había prácticamente terminado y el lunes 2 de agosto se reanudó el trabajo a ritmo normal. Empezaron los encarcelamientos, los registros y los procesos. El mismo día 2 actuó el primer consejo de guerra sumarísimo. El saldo trágico de aquellos días era: tres muertes y 27 heridos por parte del ejercito de seguridad; una muerte y 46 heridos de la Guardia Civil; 82 muertos y 126 heridos de la población civil (102 muertos según fuentes no oficiales); cuatro muertos y 18 heridos de la Cruz Roja. Los detenidos eran casi un millar”. La semana trágica de Barcelona. Tuñón de Lara, Manuel. El Movimiento obrero en la Historia de España. 6 Don Alfonso XIII, por la gracia de Dios y la Constitución, Rey de España. A todos los que la presente vieren y entendieren, sabed: que las Cortes han decretado y Nos sancionado lo siguiente: Artículo único. No se establecerán nuevas asociaciones pertenecientes a Órdenes o Congregaciones religiosas canónicamente reconocidas, sin la autorización del Ministerio de Gracia y Justicia consignada en Real decreto, que se publicará en la Gaceta de Madrid, mientras no se regule definitivamente la condición jurídica de las mismas. No se concederá dicha autorización cuando más de la tercera parte de los individuos que hayan de formar la nueva Asociación sean extranjeros.(…) Dado en Palacio a veintisiete de diciembre de mil novecientos diez. YO EL REY El Presidente del Consejo de Ministros. José Canalejas. de Madrid, 28 de diciembre 1910. Ley del candado. 7 Gaceta “La hacienda con déficit y el Estado defraudado por la riqueza oculta, recargadas ciertas fuentes contributivas, mientras otras compran la benevolencia de la investigación, para rehuir su contribución a la patria. [...] Desde luego hay que confesar que es imposible labor fructífera cuando en los últimos veinte años gobernaron 38 gobiernos con un promedio de ejercer el poder en tres o cuatro meses. [...] Esta es la culpa de los gobernantes. La del pueblo es el mal uso que hace de sus derechos de ciudadanía, vendiéndola a la influencia o al dinero, no usándolos o concediéndolos inconsciente a los vividores de la política. Pero en esta responsabilidad tiene una disculpa y le ayuda un cómplice: la inmoralidad electoral manejada por el cacique, que la cede a reembolso a los profesionales de la política ayudados por los gobiernos, que para ello entronizan la corrupción y atropellan la justicia, persiguiendo o desmoralizando a los encargados de la sagrada misión de administrarla. La ética gubernamental ha producido el cáncer que corroe al Estado español inficionando [infectado] todos sus organismos, contaminando, en mayor o menor grado ,a todos sus individuos. El ejército ha resistido durante mucho tiempo el contagio, pero también por fin en él ha prendido. La influencia, el favoritismo, la burocracia, la demagogia y la anarquía como naturales consecuencias; en fin, todas las enfermedades que enumera el derecho político como causantes de la vida anormal de los estados, aquejan al español y conducen a la ruina. Mensaje de las juntas de defensa a Alfonso XIII (1917) A los obreros y la opinión pública: ha llegado el momento de poner en práctica, sin vacilación alguna, los propósitos anunciados por los representantes de la Unión General de trabajadores y la Confederación Nacional del Trabajo en el Manifiesto suscrito por estos organismos en el mes de marzo último. Durante el tiempo transcurrido desde esta fecha al momento actual, la afirmación hecha por el proletariado de demandar, como remedio de los males que padece España, un cambio fundamental de régimen político ha sido corroborada por la actitud que sucesivamente han ido adoptando importantes organismos nacionales, desde la enérgica afirmación de la existencia de las Juntas de Defensa del Arma de Infantería, frente a los intentos de disolución de estos organismos por los poderes públicos, hasta la Asamblea de Parlamentarios 8 celebrada en Barcelona el 19 de julio, y la adhesión a las conclusiones de esta Asamblea de numerosos Ayuntamientos, que dan el público testimonio de las ansias de renovación que existen en todo el país. Durante los días febriles en los cuales se han producido estos acontecimientos, el proletariado español ha dado pruebas de serenidad y reflexión, que tal vez hayan sido interpretadas por las oligarquías que detentan el Poder como manifestación de falta de energía y de incomprensión de la gravedad de las circunstancias actuales (…). Si tal idea se han formado los servidores de la Monarquía española, se han engañado totalmente. El pueblo, el proletariado español, ha asistido en silencio durante estos últimos meses a un espectáculo vergonzoso, mezcla de incompetencia y de repulsiva jactancia, de descarado desprecio de la vida y de los derechos del pueblo e impúdica utilización de las más degradantes mentiras como supremo recurso del Gobierno (…).Y si esto han hecho los poderes públicos con las clases sociales en cuya adhesión han buscado siempre las más firmes garantías de su existencia y dominio, ¿qué no habrán hecho con el pueblo inerme e indefenso bajo un régimen constitucional ficticio, bajo un régimen económico de miseria y despilfarro, y en un estado cultural mantenido por los oligarcas en el más bajo nivel, y sobre el cual la masa ciudadana sólo puede irse paulatinamente elevando merced a ímprobos y perseverantes esfuerzos? La crisis de 1917, Comité de huelga, 12 de agosto de 1917. "Aspiramos a que España tenga un verdadero Ejército nacional en el cual todas las clases se fundan y se inspiren en un solo pensamiento: la prosperidad del país. Ansiamos ver confundidos en las filas al bracero y al comerciante, al hombre de ciencia y al industrial, al Grande de España y al capitalista ... Cuando el Ejército sea la expresión fiel y exacta de todas las fuerzas vivas del país; cuando ni el oro redima de la honra de servir a la Patria, ni el nacimiento exima de vestir el burdo capote del soldado, entonces el Ejército se regenerará indefectiblemente, pues el pobre servirá sin disgusto y el rico emulará su espíritu ante las gloriosas tradiciones de esa bandera que hoy sólo ve en los edificios públicos los días de nacional solemnidad" LUIS VIDART, La Fuerza Armada, Madrid, 1876, pág. 28. Proposición de la Asamblea de parlamentarios de Cataluña, Barcelona, 5 de julio de 1917. 9 En febrero de 1919, se inició la que más tarde sería conocida como la «Huelga de La Canadiense», llamada así porque el principal accionista de la Compañía era Canadian Bank of Commerce of Toronto. El conflicto comenzó al organizarse entre el personal de oficinas, un Sindicato Independiente, que el gerente de La Canadiense, Fraser Lawton, nunca aceptó, por lo que éste empleó como estrategia hacer fijos ocho empleados eventuales y rebajarles el sueldo. Éstos protestaron con el argumento de que: «a mismo trabajo, mismo sueldo». Estas ocho personas, que eran precisamente las que habían organizado el Sindicato Independiente dentro de la empresa, inmediatamente fueron despedidos por Lawton. Cinco de los sancionados pertenecían a la sección de facturación y sus compañeros, en acto de solidaridad, el día 5 de febrero de 1919 se declararon en huelga. Rompiendo la pluma y tirando los tinteros, se negaron a seguir trabajando hasta que se readmitiera a sus compañeros despedidos. Los 117 empleados de la sección de facturación se dirigieron hacia Gobernación para hablar con el gobernador, que les prometió que intercedería por ellos ante la empresa, si volvían al trabajo. Cuando éstos volvieron, se encontraron con fuerzas de la policía que les impedían el paso, no dejándoles entrar al interior del edificio, produciéndose diversos incidentes y quedando todos ellos despedidos. Al día siguiente la noticia corrió por Barcelona como un reguero de pólvora. 10 Manel Aisa «Las noticias de la situación en Barcelona eran ayer muy alarmantes. La huelga de La Canadiense se ha extendido a otras compañías de electricidad y a la general de aguas. La ciudad estuvo anoche a obscuras» (ABC, 27 de febrero de 1919 en la página 10) Al País y al Ejército. Españoles: Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de cuantos amando la Patria no ven para ella otra salvación que liberarla de los profesionales de la política, de los hombres que por una u otra razón nos ofrecen el cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la voluntad real. Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que ellos dicen no dejan gobernar, aludiendo a los que han sido su único, aunque débil freno, y llevaron a las leyes y costumbres la poca ética sana, el tenue tinte de moral y equidad que aún tienen; pero en la realidad se avienen fáciles y contentos al turno y al reparto, y entre ellos mismos designan la sucesión. Pues bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas, que sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina, que está recia y viril, a que nos lanzamos por España y por el Rey. Este movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar, los buenos días que para la Patria preparamos. Españoles: ¡Viva España y viva el Rey! No tenemos que justificar nuestro acto, que el pueblo sano demanda e impone. Asesinatos de prelados, exgobernadores (…), rastreras intrigas políticas, tomando por pretexto la tragedia de Marruecos; incertidumbre ante este gravísimo problema nacional, indisciplina social (…), impune propaganda comunista (…). Miguel Primo de Rivera, Capitán General de la Cuarta Región. La Vanguardia, Barcelona, 13 de septiembre de 1923. 11 “Reunidas conjuntamente las Comisiones Ejecutivas del Partido Socialista Obrero y de la Unión de Trabajadores al enterarse de los acontecimientos iniciados en Barcelona esta madrugada, acordaron dirigirse a sus afiliados a los elementos simpatizantes y, en general, a la opinión pública, para explicar su actitud sin veladuras, porque ponerlas equivaldría a ocultar el pensamiento con disfraces poco gallardos en el momento de aparecer mansamente vencedora una sedición militar. Pocas son las noticias que cuando deliberamos hemos podido recoger de la rebelión; pero aún siendo pocas bastan […] para descubrir el carácter de tan singular movimiento. Altos jerarcas del ejército, sacando a la calle las tropas, por la ley sumisas a su mando, han sustituido violentamente con subordinados suyos a las autoridades civiles tras la publicación de un manifiesto [….]. Ningún vínculo de solidaridad ni siquiera de simpatía política nos liga con los gobernantes. Al contrario: merecen de nosotros los más duros reproches por haber incumplido desde el Poder cuantas ofertas hicieron antes de escalarle y en singular aquellas por las cuales pudo abrigar el país la esperanza de ver, sino resuelto, por lo menos decrecido el problema de Marruecos, devorador insaciable de todas las energías nacionales […]. El pueblo se encuentra hoy ante una rebelión militar que, en síntesis […] pretende intensificar una acción guerrera que en catorce años de desarrollo sólo ha cosechado enormes y sangrientos desaciertos […]. El pueblo español, especialmente la clase trabajadora, que tan dolorosa experiencia ha adquirido del proceder de las altas jerarquías militares, no debe prestar aliento a esta sublevación, preparada y dirigida por un grupo de generales que pueden ostentar, como emblema, el favor y el fracaso enlazados, y no debe tomar iniciativas sin recibir las instrucciones de los Comités del Partido Socialista y de la Unión General de Trabajadores, que, conscientes de su responsabilidad, no habrán de ocultar su opinión, cualesquiera que sean las circunstancias. Madrid, 13 de septiembre de 1923. Por el Partido Socialista FRANCISCO NUÑEZ TOMÁS, vicesecretario; PABLO IGLESIAS, presidente. Por la Unión General de Trabajadores FRANCISCO LARGO CABALLERO, secretario general; JULIÁN BESTEIRO, vicepresidente.” El Socialista, Madrid, 13 de septiembre 1923 12 Todas las personalidades del republicanismo español citadas en la nota que más adelante reproducimos, celebraron el domingo al mediodía, en el Hotel de Londres, una reunión preliminar para cambiar impresiones brevemente y se convino reunirse a las tres de la tarde en el domicilio social de la Unión Republicana de San Sebastián. La reunión de dichos elementos comenzó a las tres y media y terminó algo después de las seis. Al final se facilitó a los periodistas la siguiente nota oficiosa: «En el domicilio social de la Unión Republicana, bajo la presidencia de don Fernando Sasiaín, se reunieron esta tarde don Alejandro Lerroux y don Manuel Azaña, por la Alianza Republicana; don Marcelino Domingo, don Álvaro Albornoz y don Ángel Galarza, por el Partido Republicano Radical-Socialista, y don Niceto Alcalá Zamora y don Miguel Maura por la Derecha Liberal Republicana; don Manuel Carrasco Formiguera, por Acció Catalana; don Matías Mallol Bosch, por la Acción Republicana de Catalunya; don Jaime Aiguadé, por “Estat Catalá”, y don Santiago Casares Quiroga, por la Federación Republicana Gallega, entidades que juntamente con el Partido Federal Español -el cual, en espera de acuerdo de su próximo Congreso, no puede enviar ninguna delegación- integran la totalidad de los elementos republicanos del país. A esta reunión asistieron también, invitados con carácter personal, don Felipe Sánchez Román, don Eduardo Ortega y Gasset y don Indalecio Prieto, no habiendo podido concurrir don Gregorio Marañón por hallarse ausente en Francia, y de quien se leyó una entusiasta carta de adhesión [...]. Examinada la actual situación política, todos los representantes concurrentes llegaron, en la exposición de sus peculiares puntos de vista, a una perfecta coincidencia, la cual quedó inequívocamente confirmada en la unanimidad con que se tomaron las diversas resoluciones adoptadas. La misma absoluta unanimidad hubo al apreciar la conveniencia de gestionar rápidamente y con ahínco la adhesión de las demás organizaciones políticas y obreras, que en el acto previo de hoy no estuvieron representadas, para la 13 finalidad concreta de sumar su poderoso auxilio a la acción que, sin desmayos, pretenden emprender conjuntamente las fuerzas adversas al actual régimen político». Ampliando la nota anterior, podemos decir que la cuestión batallona de la reunión fue el criterio mantenido por la representación catalana, expuesto claramente por el señor Carrasco Formiguera en el sentido de que para tomar parte en el hecho revolucionario necesitan ellos el reconocimiento de la personalidad catalana, pues no pueden prescindir de ser catalanes, aunque sean republicanos. Unánimemente se mantuvo entre los reunidos el criterio de que Cataluña redacte libremente el Estatuto Catalán, sometiéndolo en su día al refrendo de las Cortes Constituyentes. En este espíritu federalista de la asamblea se dijo también que el mismo criterio habría de seguirse por lo que respecta a otras regiones con personalidad definida, como son las Vascongadas, Galicia, etc., dentro de la unión perfecta de todas ellas. Se convino ampliar las gestiones de todos los elementos antidinásticos, como el Partido Socialista, la Unión General de Trabajadores, la Confederación General del Trabajo, etcétera [...]” Pacto de San Sebastián (17 de agosto de 1930). La Vanguardia, Barcelona, 19 de agosto de 1930. La dictadura ha sido un poder omnímodo que no sólo ha operado sin ley ni responsabilidad, (…) sino que no se ha circunscrito a la órbita de lo público, antes bienha penetrado en el orden privadísimo brutal y soezmente. (…)No hay punto de la vida española en que la Dictadura no haya puesto su innoble mano de sayón. (…). He tenido que evocar con in mínimum de evidencia lo que la Dictadura fue. Hoy parece un cuento. Yo necesitaba recordar que no es un cuento, sino que fue un hecho. Y que a ese hecho responde el régimen Berenguer, cuya política significa volvamos tranquilamente a la normalidad por los medios más normales, hagamos“ como si” aquí no hubiese pasado nada radicalmente 14 nuevo, sustancialmente anormal. Eso, eso es todo lo que el régimen puede ofrecer, en este momento tan difícil para Europa entera, a los veinte millones de hombres ya maltraídos de antiguo, después de haberlos vejado, pisoteado, envilecido y esquilmado durante siete años. Y, no obstante, pretende, impávido, seguir al frente de los destinos históricos de esos españoles y de esta España (…) Pero esta vez se ha equivocado. Este es el error Berenguer. (…) El régimen sigue solitario, acordonado como leproso en lazareto. (…)Y como es irremediablemente un error, somos nosotros, y no el régimen mismo, nosotros, gente de la calle, de tres al cuarto y nada revolucionarios, quienes tenemos que decir a nuestros conciudadanos: ¡Españoles, vuestro Estado no existe! ¡Reconstruirlo!. El error Berenguer. Delenda est Monarchia. José Ortega y Gasset. El sol (15 de noviembre de 1930 Las elecciones celebradas el domingo, me revelan claramente que no tengo el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el interés público hasta en las más críticas coyunturas. Un Rey puede equivocarse y sin duda erré yo alguna vez, pero sé bien que nuestra patria se mostró siempre generosa ante las culpas sin malicia. Soy el Rey de todos los españoles y también un español. Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas en eficaz forcejeo contra los que las combaten; pero resueltamente quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro, en fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósitos acumulados por la Historia de cuya custodia me han de pedir un día cuenta rigurosa. Espero conocer la auténtica expresión de la conciencia colectiva. Mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real reconociéndola como única señora de sus destinos. También quiero cumplir ahora el deber que me dicta el amor de la Patria. Pido a Dios que también como yo lo sientan y lo cumplan todos los españoles.Alfonso, Rey. Abdicación de Alfonso XIII (14 de abril de 1931) 15