Bruria, El alma de las cosas : impactos de la interpretación Judith Golimstok “¿Por qué no hay en esa novela ni un solo personaje cuya naturaleza pueda consolar, tranquilizar al lector mediante un buen espectáculo?”, le seguía reclamando Sainte-Beuve a Flaubert. El autor de Madame Bovary, le contesta que algo muy distinto lo alienta: “Siempre me he esforzado por llegar al alma de las cosas” (1) A contramano de aquellas máximas a las que cualquier manual básico sobre el arte de escribir haría referencia, he aquí el final de la historia. Dos posibilidades, ambas trágicas y amargas. Salidas laterales y oscuras: El suicidio o el exilio. Tal vez la elección de comenzar por los finales esté sin embargo íntimamente ligada a la contradicción entre la luz y la centralidad intelectual de nuestra protagonista a lo largo de su vida y el modo, al limite del absurdo en el cual nos es narrado su desenlace. “Un día [Bruria] en tono de burla expresóó su desdén por el dicho de los sabios Nashim Daatam kalot " [las mujeres son ligeras, irreflexivas, tienen liviandad de pensamiento]" " (Kidushin 80b, Shabat 33b). Rabí [Meir] le respondió: ”A través de tu vida, confirmaras [la certitud de] estas palabras”. Dio entonces la orden a uno de sus discípulos que intentase seducirla. Después de varios intentos, ella sucumbió. Cuando el hecho salió a la luz, [Bruria] se suicidó y Rabí Meir huyó avergonzado por su desgracia” (Rashi sobre Avoda zara 18b). Alcanzan estos escasos renglones para presentarnos a quienes están en el origen de nuestra reflexión: Bruria, Rabi Meir (quien además, era su esposo) y el escenario en el cual sus vidas transcurrían: el universo del estudio y el amor por la sabiduría y la Torá. En los próximos párrafos caminaremos por algunos episodios significativos que nos iluminan sobre la personalidad e implicancias de nuestra protagonista en relación a quienes la rodearon y sucedieron. Rashi: por esta vez sólo la anécdota Permítanme, por ahora volver sobre esta anécdota con la que Rashi nos confronta. Hace ya varios años que leí por primera vez esta interpretación, la cual me despertó en sucesivas instancias a la sorpresa, bordeando la pregunta y el enojo para relanzarme nuevamente, como habitualmente sucede con la maestría de sus perushim, a la pregunta. Son dos los aspectos de esta anécdota que, evidentemente ahora sé, no solo a mí, me resultan inquietantes. El primero hace referencia al modo de trabajo de Rashi sobre el texto; es mas que habitual su preocupación por citar fuentes anteriores que den sustento a las interpretaciones. Aquí solo relata la anécdota. Si no sabiendo, inevitablemente intuyendo las consecuencias que su interpretación traería sobre la imagen de Bruria, Rashi elige sin embargo hacerla publica bajo estas condiciones. Por qué lo hizo? Cualquier intento de respuesta seria obviamente especulativo, y en este sentido injusto. La grieta que sin embargo seguiría horadándome es lo extranjera que resulta este tipo de historia en el modus operandi del trabajo de interpretación de Rashi. Apaciguando mi espíritu, hace un tiempo, me encontré con una posible, y a mi criterio mas que probable respuesta. Deseando apaciguar también el espíritu de quien hasta aquí ha acompañado este recorrido les cuento que tal como dice R. Zevi Hirsch Chajes (AKA Maharatz Chayes) en un breve comentario en el capitulo 31 (Pág. 237-238) de su Mevo Ha-Talmud “Toda clase de historias relacionadas con diferentes sabios del Talmud que reflejaban la falta de respeto entre ellos han sido removidas de nuestras ediciones del Talmud, pero aun se reflejan en los manuscritos y tradiciones disponibles de los Geonim y los primeros Rishonim. Entre ellos por ejemplo, Halajos Gedolos incluye una historia acerca del modo en el cual el padre de Mar Shmuel casi sucumbe a los encantos de una cierta mujer Median. En similitud con esta historia que ha sido removida del Talmud por un editor anterior, Rabi Chajes sugiere que idéntica suerte habría corrido el episodio relacionado con Brurira, que Rashi debe haber recogido de la tradición en su intento por explicar ese pasaje críptico sobre R. Meir”. (2) Otra hubiera sido la historia ... Pacificada mi inquietud en este aspecto relativo a la exhaustividad en el trabajo interpretativo de Rashi, se abre otro foco de atención, acerca de las repercusiones que el relato de este episodio, lamentablemente, ha tenido sobre las relaciones normativas de las mujeres con el acceso al mundo del saber y del conocimiento representado en el estudio de las Escrituras. Escuchemos al Rabí Jaim David Azulai (Hida, Eretz Israel) quien viene a iluminar esta relación oscura, o quizás debiésemos decir, oscurecida. En el siglo 18, escribió en su colección de responsa, Tuv Ayin: Al principio la opinión era que la halaja no fuese de acuerdo con rabi Eliézer [quien decía: “Aquel que enseñe a su hija Torá es como si le enseñase Tiflut], y hubiesen enseñado la Torá Oral a las mujeres, pero por lo ocurrido con Bruria, acordaron que la halaja fuese de acuerdo con [la opinión de] Rabi Eliézer". (3) Evidentemente, y en especial, cuando se está próximo a zonas sensibles, para muestra basta un botón (claro, en este caso evitaría cualquier alusión a un objeto que habiéndose dejado desprender nos ha “abrochado” con su caída), y la anécdota con la que Rashi nos confronta ha servido para defender varios siglos de vedas, aun cuando su intención no hubiese sido abiertamente la exclusión. (No dejo de recordar que el exegeta ha mantenido un acercamiento positivo hacia la mujer expresado tanto en sus decisiones o fallos legales como en su interpretación de la creación, en la exégesis de Bereshit). Tragos amargos en aguas amargas Adentrémonos unos pasos mas en este entramado cuidando que el agua no nos llegue hasta el cuello (ya entenderán con una sonrisa la alusión al agua), en el que se presenta la opinión de Rabi Eliézer, en base a la cual se acordó la halaja: "Dice Ben Azai, el hombre debe enseñar Torá a su hija, para que si tomara (de las aguas amargas), sepa que el Zejut está a su favor. Rabí Eliézer dice: todo quien enseña a su hija Torá es como si le enseñara tiflut. Dijo Rabí Abahu: ¿Cuál es el sentido? Que esta escrito ' Yo, la Sabiduría, habito con la astucia, porque cuando entró la sabiduría en el hombre entró la astucia." Talmud Babilónico, Tratado de Sotá, 21a. Casual y paradójicamente este párrafo que introduce en escena la discusión acerca de la enseñanza de la Torá a las hijas, aparece en medio de la discusión acerca del procedimiento de comprobación relacionado con la sospecha de infidelidad de la mujer por parte de su marido, y aparentemente desconectado del tema del estudio de la Torá. (Quien sienta curiosidad por conocer tan “acuoso” procedimiento conocido como Sotá, encontrará una descripción completa en Números 5: 14-31….) La conexión entre sexualidad y conocimiento, ambos aspectos esenciales al lugar diferenciado jerárquicamente al que hombres y mujeres nos hemos visto sometidos, es sostenida por la interpretación de los sabios del Talmud conforme a cuál es el significado (esquivo y escurridizo) del término tiflut. Tiflut proviene de la raíz tafel, insípido, y en sentido figurado, referido a cosas secundarias, insustanciales, a necedades. Será entonces que perdiéndonos en las variadas interpretaciones dadas al término encontraremos las diferentes interpretaciones sobre las palabras de Rabi Eliézer. Rashí, continuando y acentuando aún más la línea de Rab Abahu dice: "le enseña Tiflut... porque es como si de ella la mujer comprendiera la astucia para realizar sus cosas a escondidas ". (4) Algunas traducciones utilizan el término "lascivia", quedando claro que la interpretación de Rashí, en el contexto en el que es traído se refiere a las cosas a escondidas, o sea, a la infidelidad, la traición, etc. de la mujer hacia su marido. Y Rabí Ovadia de Bertinoro agrega siguiendo a Rashí, y al contexto de la discusión, que la astucia obviamente está relacionada con la actitud de indecencia en lo sexual, "como si le enseñara tiflut, etc." – se relaciona a las relaciones sexuales. Nobleza obliga: Otras voces La luz, o antes bien, la oscuridad del vínculo de las mujeres al conocimiento y el estudio de los textos con la cual la historia nos ilustra, encuentra en la voz de Rabi Eliézer la opinión de la mayoría. Honor y nobleza obligan; quiero compartir con ustedes, algunas otras voces que coexistieron con lo establecido abriendo ventanas y aires posibilitadores. El Rambam sugiere dos vías de acceso partiendo de una doble diferenciación: por un lado distingue entre el estudio de la Ley escrita y el de la Ley Oral, indicando que la limitación debiese adscribirse al segundo de los ámbitos; Y por el otro nos indica que habría entre las mujeres algunas (pocas, ya que deja a la mayoría en la otra orilla) con un “raciocinio orientado al estudio”. (5) Rambam no ha sido el único. Rabí Itzjak Arama ha propuesto una interpretación basada en los dos nombres adjudicados por el texto a la mujer Isha y Java, destacando que en tanto formada a partir del Ish como “...él puede entender y saber en asuntos del pensamiento y la misericordia...” (6). Y el camino continua con los aportes de Poskim de Ashquenaz (manifestados en el Sefer Jasidim)(7), y las interpretaciones de Rabí Itzjak de Corbeil en Francia (Se-ma-k Sefer Mitzvot Katan,), y el Riaz en Italia del siglo XIII que fallan a favor del estudio de la mujer "a pesar de que la mujer no fue preceptuada a estudiar... si quieren enseñarle se puede"(8). El hecho que quien este escribiendo estas reflexiones se encuentre entre quienes “en su mayoría no tenían el raciocinio orientado al estudio”, es una clara muestra que las voces orientadas hacia la apertura del estudio formal de las mujeres se han ido amplificando. Instantáneas Aun así, no es claro, si consensuadamente acordaremos con la calificación de “lamentable” para describir la pregnancia que el antecedente de lo ocurrido en derredor de Bruria imprimió sobre el acceso orgánico de las mujeres al mundo del estudio en nuestro pueblo. De lo que no habrá dudas, en cambio es justamente de los aspectos condensados que su figura encarnó, entrecruzando en un mismo ser texturas que hasta su aparición jamás habían osado en convivir abiertamente en la esfera publica. Sabiduría, constancia, erudición, el respeto de los sabios por sus opiniones sobre temas halájicos, piedad, inteligencia y picardía en el cuerpo de una mujer. Seguramente Madame Staël (9) habrá pensado en Bruria al escribir que “es fácil ser mujer cuando se es insensible” (al universo). No era mi intención presentar una vez más a Bruria. Sin embargo como muchas veces nos ocurre, el texto lo requiere a pesar de las voluntades. Algunas instáneas que nos permitan entender los colores de estas vidas, para valorar sus sombras. No lo hemos dicho aun. Bruria vivió en el siglo II EC (150). Fue hija y esposa, también madre. Rabi Hanania ben Teradion era su padre y Rabi Meir su marido. Ni su padre ni su esposo eran cualquiera. Quizás ellos representaron tanto sus condiciones de entrada como las de salida (ruidosa) al ámbito de los debates talmúdicos. Fiel a su destino, en cada escena, (será la nebulosica escena final una excepción?), ha mostrado su exhaustiva integridad y se manifestó como una ferviente defensora de las a veces ocultas razones Divinas, siendo consensuadamente reconocida en tanto erudita de la Torá, recibiendo e impartiendo formación en el ámbito de la sociedad rabínica. Toma 1: Estudiosa sistemática Rabí Simlai se acerco a Rabí Yohanan diciéndole que deseaba estudiar el Sefer Yujasin (el Libro de Genealogía) y si pudiese hacerlo en tres meses. El sabio respondió: "Si Bruria esposa de Rabí Meir, hija de Rabí Hananyah ben Teradyon, que estudia diariamente 300 rabinos, no ha terminado (de estudiar) el Sefer Yujasin en tres años, ¿cómo esperas lograrlo tú en 3 eses?" (talmud Babli -Pesajim 62b) Toma 2: Maestra, pero además pedagoga Bruria hallo a un alumno estudiando en voz baja, lo reprendió, diciendo: "¿Acaso no esta escrito 'Bien arreglado en todo y seguro' (Samuel II 23:5)? Si la Torá esta ordenada en los 248 órganos de tu cuerpo, estará segura y será preservada, y si no, no estará segura ni preservada" (Eruvin 53b-54a). Toma 3: Irónica y cáustica En cierta ocasión Rabi Yose el Galileo, se la encontró en el camino y le pregunto "¿Por donde debemos viajar con el fin de llegar a Lida?", a lo que ella respondió: "¡Galileo tonto! ¿No dijeron los rabinos: 'No hables demasiado con las mujeres'? (Mishnah Avot 1:5, b. Nedarim 20a) Debiste haber preguntado: '¿Cómo se llega a Lida?' " (Eruvin 53b). Toma 4: Piadosa y artífice de la paz entre sus semejantes Ciertos bandidos que Vivian cerca de Rabí Meir solían molestarlo y causarle graves problemas. El rezo por su muerte. Bruria su esposa, al oírlo le dijo: ¿Cuál es tu opinión, en que basas el motivo de tu plegaria? Porque esta escrito ( Salmo 104:35) "Deja que los pecadores [jot’im] cesen de la tierra? O que los pecados [jata’im] cesen (en lugar de los pecadores)? Presta atención hacia el final del versículo. En tanto el pecado hubiese desaparecido también desaparecerán los malvados. Entonces, reza porque se arrepientan. Rabi Meir rezó por ellos y los malhechores se arrepintieron. (Berajot 10a). Toma 5: Sensible, compasiva, delicada frente al dolor, respetuosa de la santidad del Shabat. Mientras Rabi Meir estaba estudiando Torá en la tarde de Shabat en la casa de estudio, sus dos hijos se enfermaron repentinamente y murieron. Que hizo su madre? Los acomodo sobre la cama y los cubrió con una tela de lino. Cuando regreso Rabi Meir le pregunto “Dónde están mis hijos?” Ella respondió “fueron a la Casa de estudio”. Él dijo “Yo no los he visto allí”, Bruria espero hasta que hubiese comido y pronunciara la oración de la havdala marcando el final del Shabat; entonces le dijo: "Tengo una pregunta para hacerte”, él respondió,”preguntame”. Ella dijo “Hoy temprano un hombre vino y me dejo algo depositado para que se lo cuidara; ahora ha venido a reclamarlo para que se lo devuelva. ¿Debo devolvérselo o no?" Rabi Meir sorprendido ante una pregunta tan básica, respondió afirmativamente”quien ha recibido algo en deposito ciertamente debo devolverlo a su dueño”. Ella respondió: “sin tu conocimiento, yo no iba a devolverlo”. Bruria lo tomo de la mano y lo condujo entonces al lugar donde yacían muertos sus hijos. Viendo a su esposo llorar, le recordó: "¿No me dijiste que debemos devolver lo que nos es confiado a su dueño? 'Dios dio y Dios ha quitado' (Job 1:21)? " . Entonces ella lo reconfortó y calmó su espíritu (Midrash sobre Proverbios 31:10). Toma 6: Portadora de una Fe inquebrantable Cuando su padre fue sentenciado por los romanos a ser quemado (fue uno de los diez sabios cruelmente martirizados por los romanos) y su madre sentenciada a muerte, y ella misma conminada a realizar trabajos forzados, recito el versículo “Tus planes son grandiosos y tus obras son maravillosas. Tu ves todo lo que hacen los seres humanos para darle a cada cual su merecido de acuerdo a sus acciones” (Jeremías 32:19). Que maravilloso es al hombre recto exclamo Rabi iehuda Hanasi al escucharla; en sus momentos de desolación ella recita un versículo de reconocimiento sobre los juicios de D-s, algo sin antecedentes en todas las escrituras! (Midrash sifre, Deuteronomio, 307) Hay quienes dicen: “... los dos son a la vez justos y culpables.” Volvamos entonces a la interpretación de Rashi en Avoda Zara 18 b (de donde en realidad nunca nos hemos ido) sobre el críptico pasaje citado en el Talmud "Hay quienes dicen que por este acto se escapó y hay quienes dicen que por la acción de Bruria se escapó". (Un breve ayuda memoria para situar el relato en el que Rabí Meir, después de haber liberado, por pedido de Bruria, a su hermana obligada a trabajar en un prostíbulo romano tuvo que escapar a Babilonia). Decía que en realidad nunca nos hemos ido del perush. Quizás solo hemos recorrido algunos senderos laterales, que habitualmente nos descubren los paisajes más interesantes en su diversidad. Algunos párrafos e ideas atrás, situé dos aspectos en los cuales la explicación de Rashi me interpelaba. Hemos desandado el primero de ellos. En cuanto al segundo, se refiere al contenido mismo del relato. “Antígona inspiro a Hegel su magistral meditación sobre lo trágico: dos antagonistas se enfrentan, cada uno inseparablemente atado a una verdad que es parcial, relativa, pero que, considerada en si misma, queda totalmente justificada. Cada uno esta dispuesto a sacrificar su vida por ella, pero no puede hacer que triunfe sino al pecio de la completa derrota del adversario. De modo que los dos son a la vez justos y culpables...” (10) Tal vez me atrevería a decir que en las vidas que nos ocupan no en la misma medida. Seguramente Rabí Meir no había leído a Kundera cuando nos dice en relación a la cadena trágica que “un acto por inocente que sea, no expira en soledad. Provoca, como efecto, otro acto y pone en movimiento toda una cadena de acontecimientos. ¿Dónde termina la responsabilidad del hombre en relación con su acto que así se prolonga sin fin en una transformación incalculable y monstruosa?” (11) Travesía: de la culpa de Bruria a la responsabilidad de Rabí Meir En la interpretación de Rashi, por qué un hombre como Rabi Meir quien tiene a su lado una mujer que ha sabido acompañarlo, alentarlo, aligerarle el peso de los dolores absolutos de la existencia inyectando en cada escena un pensamiento justo y apaciguador es capaz (o se ve obligado) de sentenciarla, en principio a través del oráculo, y luego utilizando toda la perversidad de la manipulación? Acompáñenme en la pregunta: De que vergüenza se estaría escapando Rabí Meir de ser cierta esta versión? De la suya por haber sido capaz de manipular a su mujer para dejar bien parada su palabra ante un tan banal comentario? Seria la clase de hombre dispuesto a sacrificar a quien se interponga en sus verdades, aun cuando se trate de pequeñas verdades? Podría ser considerado un hombre recto si somete y propicia la mala conducta en quien ha tenido el alma tan delicada de poner el propio dolor en segundo plano con el solo objetivo de mitigarle el suyo? No son acaso las palabras del salmista “Busca la paz y persíguela” (34:14), instruyéndonos acerca de una actitud de búsqueda cotidiana que comienza en el terreno de lo más íntimo y que se despliega hacia los ámbitos familiares y sociales? No es Shalom Bait una mitzva esencial, que liga profundamente la entereza y la completad (shlemut, shalem) con una actitud pacificadora (shalom)? Volviendo al principio, el final No sé si alentar nuestra atención sobre estos posibles aspectos presentes en la conducta de Rabi Meir ha sido la original intención de Rashi; o tal vez tuvimos que transitar unos cuantos siglos y sufrimientos para que pudiese descentrarse la atención de la supuesta culpa de Bruria hacia la responsabilidad de Rabí Meir. En todo caso, no es claro para mí, cual es el lado oscuro de la luna y la riqueza de este perush consiste, quizás, en despertarnos para que seamos capaces de hacernos propios sus cambios de luz. Tanto el exilio en Babilonia acompañando el destino de su marido (interpretación sostenida por Rabeiu Nissim) (12), como su posible suicidio nos enfrentan a una imagen de Bruria no consonante con su vida. Soportando la travesía de las tragedias que la afligieron, su característica ha sido el ser actora de una palabra. De allí su heroísmo, desdibujado en ambos finales. Tal como dice Kierkegaard “Que es un héroe? Aquel que tiene la última replica. Se ha visto alguna vez un héroe que no hable antes de morir? Renunciar a la última replica (rechazar la escena) revela pues una moral antiheroica.” Y si hay algún elemento contundente en la vida de Bruria es el haber estado justamente en el centro de cada escena que transitó. De allí su gloria, y quizás de allí su luz. Tal vez demasiado brillante para que todos los ojos pudiesen disfrutarla. Notas: (1) El telón. Ensayo en siete partes. M. Kundera. Edit. Tusquets. 2005. pag. 78. (2) Remito este hallazgo a Beruriah’s fate, comentario de Gil Student en Sefer Ha- Haym. Noviembre, 2004. (3) Quien este interesado en una opinión paralela en este punto puede consultar el articulo Beruriah’s Final lessons, por Brenda Socachevsky Bacon en donde aparece originalmente la cita de Rabi Jaim Azulai . Nashim: A Journal of Jewish Women’s Studies and Gender Issues (no. 5, 2002). Es interesante asimismo la respuesta que Joel Wolowensky escribe respecto al articulo incluida en el no 6 2003 (Pág. 207-208) (4) Rashi, Sotá 21. (5) Rambám, Hiljot Talmud Torá, cap. 1, halajá 13 "La mujer que estudia la Torá tiene recompensa pero no como el del hombre, porque ella no fue preceptuada. Y todo aquel que realiza algo que no es para él un mandamiento para el cual fuera ordenado específicamente, obtiene recompensa pero no se trata del mérito fruto de una mitzvá (sajar mitzvá) sino de un reconocimiento menor. Pero a pesar del mérito, nuestros sabios ordenaron que el hombre no puede enseñar a su hija la Torá, porque la mayoría de las mujeres no tienen su raciocinio orientado al estudio, sino que sacarán los contenidos de la Torá a asuntos cotidianos, conforme a su pensamiento rudimentario. Dijeron nuestros sabios: todo quien enseña a su hija Torá es como si le enseñara tiflut " (Tratado Sotá, Cap. 3, Mishná 4). ¿A qué se relaciona? A la Ley Oral, pero la Ley Escrita no debe estudiarla de antemano, pero si lo hizo, no es como enseñarle tiflut".. (6) Rabí Itzjak Arama "He aquí que a través de sus dos nombres, Isha (mujer) y Javá – queda claro que la mujer tiene dos finalidades. Una, la que le da el nombre de Ishá, - que del hombre [ish] fue tomada, y como él puede entender y saber en asuntos del pensamiento y la misericordia, como lo hicieron las matriarcas y otras mujeres justas y algunas profetas, tal como se entiende claramente del texto de Eshet Jail – mujer valerosa" (7) Poskim de Ashkenaz, Séfer Jasidim Deuteronomio 1:1 "Estas son las palabras que dijo Moshé a todo Israel al otro lado del Jordán", interpretando: "Les habló a todos, incluso los niños y las mujeres, que está escrito 'a todo Israel', las cosas aceptables por todos como lo son la agadá y el midrash y el Talmud sin interpretaciones ni preguntas, cosas que todos pueden entender. Pero las cosas, difíciles está dicho "habló Moshé a los hijos de Israel" (Deuteronomio 1:3), como los 32 métodos en los que se interpreta la Torá, eso lo habló sólo a los de mente aguda". (8) Jasidot Umordot, Nashim Iehudiot BeEiropa Bimei Habeinaim, Abraham Grossman- Ed. Zalman Shazar. Jeruslamem, 2001. (9) Escritora francesa. Durante la Revolución Francesa toma parte activa, apoyando a Talleyrand, pero tras la caída de la monarquía, abandonó Francia (1792). Su novela Delphine, en la que preconiza la libertad de elección sentimental sobre los convencionalismos sociales, la sitúan dentro del naciente movimiento romántico. En 1797 regresa a París se muestra fascinada por la figura de Napoleón Bonaparte. Sin embargo éste se muestra receloso ante una mujer dedicada a la política, que participa en intrigas palaciegas y ante la que se evidencia su escasa elocuencia. Napoleón insta a Madame de Staël a alejarse de París (1803), y se muestra inflexible a las peticiones de todos los amigos de ésta para que le permita regresar. (10) El telon, ensayo en siete partes. M.Kundera. Edic. Tusquets. Pag’ 135. (11) Ibid, pag’ 139. (12) Al lector interesado en esta interpretación le sugiero remitirse al articulo citado en la nota 2.