VIII. Litisconsorcio

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VIII. Litisconsorcio
58.- Uno de los dos copropietarios de un inmueble presenta
una reclamación por los daños que se han causado en el
mismo como consecuencia de la inundación procedente de la
rotura de una cañería en el piso superior. La aseguradora del
referido piso se opone aduciendo falta del debido
litisconsorcio activo necesario por no haber comparecido la
otra copropietaria. ¿Está fundada la excepción?
No, pues doctrina y jurisprudencia coinciden en que no existe
en nuestro ordenamiento la figura del litisconsorcio activo necesario.
Tratándose de una comunidad de bienes (copropiedad), cabe que uno
de los comuneros actúe en beneficio de los demás, de modo que no
habría falta de litisconsorcio activo necesario. Lo relevante será
distinguir los efectos que produce la sentencia según sea estimatoria,
en cuyo caso beneficia al otro copropietario y produce cosa juzgada,
mientras que si fuera desestimatoria no habría efecto de cosa
juzgada.
59.- El arquitecto de un edificio es demandado por vicios
ruinógenos y se opone a la demanda alegando que también
existe una más que probable responsabilidad del constructor y
del promotor, de manera que la litis está mal constituida.
¿Puede prosperar la alegación?
La jurisprudencia ha venido considerando de forma muy
mayoritaria que no puede prosperar la falta de litisconsorcio pasivo
necesario. La razón se encuentra en que la eventual responsabilidad
de otros intervinientes en el proceso constructivo es solidaria con la
del arquitecto y, en nuestro derecho, rige el principio de que cuando
hay solidaridad no existe litisconsorcio necesario, como consecuencia
del derecho de elección que corresponde al acreedor.
No obstante, en algún pronunciamiento aislado del Tribunal
Supremo (y probablemente erróneo) se ha llegado a sostener una
idea distinta. La justificación de esa doctrina excepcional, y desviada
de la sentada en la mayoría de los pronunciamientos, se encuentra en
la dudosa construcción de la solidaridad impropia, aplicable a las
responsabilidad por vicios constructivos anterior a la entrada en vigor
de la Ley de Ordenación de la Edificación. La cuestión se encuentra
en que el TS ha venido sosteniendo reiteradamente que, cuando no
existe una norma que establezca la solidaridad, ésta únicamente
arrancaría de la duda sobre la imputación de responsabilidad y tal
duda se aprecia en la sentencia. De tal doctrina, tan generalizada
como discutible, se ha extraído en algunos aislados pronunciamientos
la conclusión de que tenían que estar en el proceso todos los
eventualmente responsables para poder fundar el pronunciamiento de
condena, pues en otro caso se podría estar afectando la posición
jurídica de los ausentes (lo que en realidad no es exacto).
60.- En el caso anterior, al celebrar la audiencia previa el
demandante aduce que no tiene nada que oponer a que la
excepción de falta de litisconsorcio pasivo necesario opuesta
sea estimada. ¿Cómo habría que proceder?
El artículo 420 de la LEC prevé que el actor puede en la
audiencia previa presentar escrito dirigiendo la demanda a los sujetos
que el demandado considera que habían de ser sus litisconsortes y “el
tribunal, si estima procedente el litisconsorcio” lo declarará así,
ordenándoles emplazar. En consecuencia cabe concluir que aunque
las dos partes estén de acuerdo en aceptar la falta de litisconsorcio
pasiva necesario, ello no vincula al juez, quien en ningún caso queda
exonerado de examinar si verdaderamente existe una situación de
litisconsorcio necesario.
62.- La Cia. Telefónica presenta demanda reclamando por la
rotura de un cable soterrado en la vía pública contra la
aseguradora del subcontratista de la obra con ocasión de la
cual se produjo el daño. La demandada se opone aduciendo
que la litis no se haya bien constituida porque no se ha
demandado ni al dueño de la máquina autor material del daño
ni tampoco al contratista de la obra cuyo encargado
controlaba la ejecución de los trabajos. ¿Puede prosperar la
alegación?
No, pues es un caso de solidaridad, aunque sea impropia, y
donde hay solidaridad no hay litisconsorcio, como antes se ha visto.
63.- ¿A quién debería demandar el comprador cuando quiera
impugnar un contrato de compraventa de participaciones de
una S.L. pertenecientes a una sociedad de gananciales,
aunque como vendedor aparece únicamente uno de los
cónyuges, el que aparece como socio? ¿Habría que dirigir la
demanda también frente al otro cónyuge, no socio?
Hay que demandar al que aparece formalmente como titular,
aunque repercuta a la sociedad de gananciales. Para ver con claridad
la cuestión es preciso distinguir entre las acciones contractuales, que
únicamente podrían ejercitarse frente a quien intervino en el
contrato, y las dominicales, que habría que ejercitar frente a todos
los titulares. Como la acción de impugnación del contrato es
estrictamente contractual,
interviniente en el mismo.
bastará
con
demandar
al
cónyuge
64.- Impugnado un acuerdo social sobre aumento del capital
social con suscripción de acciones por no socios, ¿a quién
habría que demandar: sólo a la sociedad o también a los
suscriptores nuevos socios? Caso de que fuera admisible la
demanda únicamente frente a la sociedad: ¿cómo podrían esos
suscriptores defender sus propias razones?
Habría que demandar exclusivamente a la sociedad, ya que es
la única legitimada pasivamente en una acción de impugnación de
acuerdos sociales. En este caso los subscriptores podrían intervenir
como interesados, pues la sentencia que se dicte les afectará
indirectamente o de manera refleja (supuesto de intervención
voluntaria ex art. 13 LEC).
65.- ¿Puede apreciarse en la sentencia la falta de
litisconsorcio que indebidamente no se apreciara antes en la
audiencia previa, o en el acto del juicio verbal? Si la respuesta
fuera negativa, ¿cómo habría que proceder?
En ningún caso se puede apreciar en la sentencia si el resultado
es estimar que concurre el defecto porque ello impediría poder aplicar
la solución legal para el mismo que no puede ser la absolución en la
instancia (como en la vieja LEC) sino que debe ser en todo caso la
integración del contradictorio (art. 420). En cambio, no existe mayor
inconveniente que se pueda razonar en la sentencia, supliendo la
omisión de la audiencia previa, que no existe falta de litisconsorcio
necesario.
De manera que si al dictar la sentencia se advierte el vicio, lo
que es preciso hacer es no dictarla y abrir el incidente de nulidad de
las actuaciones, como ya el Tribunal Supremo vino estimando que era
procedente en el juicio de menor cuantía a partir de que se introdujo
la comparecencia saneadora del art. 693 LEC de 1881. Y debe
ordenarse la retroacción de la actuaciones, no ya a la audiencia
previa, sino que en el propio auto puede entrarse en la cuestión y
ordenar dar a la actora el término de 10 días para que subsane el
defecto.
Lo mismo puede ocurrir en fase de recurso de apelación o
casación. Habría que retrotraer las actuaciones para permitir la
subsanación.
66.-¿Podría ser apreciado durante la segunda instancia o
durante la casación? ¿Cuándo? ¿Cómo habría que proceder?
Sería posible apreciarlo en segunda instancia y acordar la
nulidad de lo actuado, retrotrayendo las actuaciones. Y lo mismo
habría que decir en casación, como ya se pusiera de manifiesto por el
TS en diversos supuestos de sentencias dictadas al amparo de la
legislación derogada. Con mayor motivo ahora.
67.- ¿Puede el litisconsorte preterido formular una vez
llamado al proceso reconvención frente al inicial demandante?
Si se trata de un litisconsorte necesario sí que podrá interponer
una demanda reconvencional, pues se trata de una parte demandada
con todas las posibilidades de actuación procesal que la Ley prevé
para la misma, una de las cuales es reconvenir.
68.- De interesarse por tres comuneros frente a un cuarto la
división de una finca propiedad de los cuatro, ¿Qué efectos
produciría el desistimiento
del proceso por uno de los
demandantes? ¿Y la renuncia de uno de ellos al ejercicio de la
acción?
Si uno de los comuneros demandantes desiste, bien se puede
inadmitir el desistimiento o bien se puede admitir pero se le sigue
teniendo como parte, en este caso como parte demandada, en
rebeldía, pues tienen que estar todos los comuneros en el
procedimiento.
Si uno de los comuneros demandantes quiere renunciar al
ejercicio de la acción, no se puede admitir pues iría en perjuicio de
tercero.
En cualquier caso, mientras algún comunero sostenga la acción
todos los demás deben permanecer en la litis, sea como parte actora
o como demandanda.
IX. Intervención voluntaria
69.-¿Qué tipo de interés justifica la intervención?
a) ¿Estaría justificada en el caso del interés moral (por
ejemplo, el acusado de tener relaciones con uno de los
cónyuges, podría intervenir en el proceso matrimonial)?
El artículo 13 de la LEC prevé que “mientras se encuentre
pendiente un proceso, podrá ser admitido como demandante o
demandando, quien acredite tener interés directo y legítimo en el
resultado del pleito.”
No quedaría justificada la intervención en el caso del interés
moral, pues ha de ser un interés jurídico, esto es jurídicamente
relevante y jurídicamente protegible. Y el interés moral no es
jurídicamente relevante.
b) ¿Sería suficiente con el interés económico? (por ejemplo, el
de un tercero acreedor para intervenir en un proceso anterior
justificando la intervención en que el éxito de la pretensión
del demandante podría repercutir en la solvencia del
demandado, lo que sin duda le perjudicaría).
En principio no sería suficiente el mero interés económico, pues
es necesario un verdadero interés jurídico. Ahora bien, si la
intervención pretende evitar que las partes utilicen el proceso con
fines fraudulentos, en este caso debería admitirse la intervención.
70.- ¿Existe interés directo en el caso de que la sentencia que
recaiga en el proceso en el que se quiere intervenir pueda
producir efectos indirectos o reflejos sobre una relación
jurídica de la titularidad de quien quiere intervenir o
únicamente estaría justificada en el caso de que los efectos
sean directos?
La desafortunada referencia hecha por el legislador a que el
interés sea directo podría dar pie a dudar de que cupiera la
intervención en supuestos de eficacia refleja. No obstante, no parece
que haya querido ser ése el propósito del legislador, pues de ser así
se habrían quedado sin amparo los supuestos más relevantes de
intervención, los verdaderos casos de ésta, aquellos que la doctrina
solía considerar como supuestos de intervención adhesiva simple.
Por consiguiente, la única respuesta razonable es que sí, que
existe interés directo tanto si el tercero es titular de la relación
jurídica de la parte como si es titular de una relación conexa que se
verá afectada indirectamente por la sentencia que se dicte (ejemplos:
el subarrendatario en el proceso entre el arrendador y el arrendatario
respecto de la resolución del contrato, pues si se extingue el contrato
de arrendamiento se extinguirá el suyo; el acreedor reclama el pago
de su crédito afianzado, el fiador puede querer intervenir, ya que el
resultado hará subsistir o extinguir su obligación accesoria de fianza;
acción de responsabilidad civil, el asegurador puede querer intervenir,
ya que si su asegurado es condenado posteriormente tendrá que
pagarle la cantidad estipulada para este tipo de contingencias).
71.- ¿Puede excitarse la intervención voluntaria por el juez o
por cualesquiera de las partes de alguna manera, como, por
ejemplo, solicitando la notificación de la existencia del
proceso a los terceros eventualmente interesados en
intervenir?
El artículo 150.2 de la LEC permite que el juez notifique la
pendencia del proceso al que pueda resultar “afectado” por la
sentencia que se dicte. Asimismo, se prevé que esta comunicación se
llevará a cabo, cuando el tribunal advierta indicios de que las partes
están utilizando el proceso con fines fraudulentos.
El artículo 15 de la LEC, prevé que en los procesos promovidos
por asociaciones o entidades constituidas para la protección de los
derechos e intereses de los consumidores y usuarios, o por los grupos
de afectados, se dé publicidad de estos procesos a quienes tengan la
condición de perjudicados para que así puedan intervenir.
72.- ¿Cambia la posición jurídica del tercero interesado que
conoce de la existencia del proceso y no interviene respecto
del que no llega a conocer de la existencia del proceso?
En principio no cambia en absoluto, pues tener la oportunidad
de intervenir no es equivalente a tener la carga de intervenir. Nunca
existe la carga de intervenir voluntariamente en un proceso; de no
ser así no se estaría ante esta institución sino ante la intervención
provocada, que es una figura completamente distinta. La intervención
voluntaria concede la facultad de poder entrar en el proceso a los
terceros, como un medio más de tutela. No obstante, los terceros
están protegidos también por su propio carácter de terceros, lo que
determina que, en principio, no puedan resultar afectados por los
efectos de un proceso en el que son ajenos, hayan tenido o no la
ocasión para poder entrar en él.
Por esa razón no se puede entender, al menos en clave de
proceso ordinario, algunas de las cosas afirmadas por el Tribunal
Constitucional en la STC 58/88, de 6 de abril, en la que se dice algo
tan dudoso como que un subarrendatario o cesionario debió haber
sido parte en el proceso sobre la resolución del contrato de
arrendamiento seguido entre arrendador y arrendatario, pero no le
concede el amparo porque tuvo conocimiento de ese proceso, al que
compareció como testigo, pese a lo cual decidió no intervenir en el
mismo.
73.- ¿Puede el interviniente voluntario hacer pretensiones que
supongan modificación del objeto del proceso o debe respetar
en sus términos el objeto del proceso?
El artículo 13.3 de la LEC prevé que el interviniente pueda
defender “sus propias pretensiones”, lo que puede hacer pensar que
podría introducir nuevos objetos. No obstante, la doctrina es bastante
unánime en sentido contrario, esto es, en afirmar que en realidad lo
único que puede hacer el interviniente es alegaciones, no
propiamente pretensiones. El objeto del proceso no puede resultar
afectado por la intervención voluntaria.
74.- ¿Podría llegar a resultar condenado el interviniente en la
posición de parte demandada?
La mayoría entiende que no, pues contra él, en posición de
demandado, el actor no ha ejercitado ninguna pretensión, a riesgo de
que la sentencia fuera incongruente.
Algún sector doctrinal entiende que sí que podría ser condenado
o absuelto el interviniente litisconsorcial, pues se ha resuelto sobre la
relación jurídica de la que es titular.
Si el interviniente es un litisconsorte preterido que ha utilizado
el mecanismo de la intervención para resolver el problema de
incorrecta constitución de la litis la cuestión parece bastante clara: es
obvio que el pronunciamiento que recaiga deba contemplarle. En
cambio, en otros casos de intervención litisconsorcial, tales como los
de deudores solidarios, no parece que la respuesta deba ser la
misma, aunque no faltaron opiniones que sostuvieron la idea de que
también podría resultar condenado o absuelto.
75.- ¿Puede el interviniente voluntario recurrir en apelación
contra la sentencia definitiva?
Sí, pues lo permite el art. 13.3 in fine, que se refiere a que
puede interponer recursos sin distinción, pero siempre que le resulte
un gravamen de la resolución dictada. Puede apelar aunque no lo
haga la parte originaria. Así lo interpreta la doctrina y jurisprudencia.
76.- Si la respuesta a la cuestión anterior es positiva, ¿tiene
gravamen para hacerlo cuando la pretensión de la parte en
cuya posición ha intervenido ha triunfado (por ejemplo,
intervino como demandado y la demanda se desestimó
íntegramente)?
Sólo puede recurrir si le perjudica la sentencia. Ahora bien,
incluso en el caso planteado podría apelar, si la sentencia, aunque
sea desestimatoria, le afectara. El gravamen del interviniente no debe
juzgarse desde la perspectiva de la parte originaria en cuya posición
se intervino, porque la intervención en nuestro derecho no atribuye al
interviniente derechos condicionados, como ocurriera con la
desaparecida figura del coadyuvante con la Administración en el
proceso contencioso-administrativo.
77.- ¿Podría hacerlo en el caso de que el demandado a cuya
posición se adhirió se hubiera allanado a la demanda?
Sí, ya que puede mantener su autónoma actuación procesal y si
realmente existe para él un gravamen puede apelar. Algún sector
doctrinal entiende que sólo puede hacerlo, en este caso, el
interviniente litisconsorcial, no el interviniente simple. Entienden que
este último no puede interponer un recurso de forma autónoma pues
no es titular del objeto del proceso, salvo que las partes iniciales
hayan actuado con fraude procesal, para perjudicar al tercero. En
este caso sería admisible.
78.- ¿Debe haber pronunciamiento respecto de las costas del
interviniente voluntario? ¿Con qué contenidos posibles: podría
imponérsele las costas de alguna de las partes (demandante o
demandada) o podría imponerse sus costas a alguna de las
partes originarias?
En principio al interviniente voluntario no se le imponen las
costas de ninguna parte, salvo que se aprecie un supuesto de
temeridad. La única excepción a ello está en el supuesto del
interviniente litisconsorte preterido que haya sido vencido quien,
lógicamente, será tratado a estos efectos como una parte más.
Las costas del interviniente no se pueden imponer a ninguna
parte, pues su intervención ha sido voluntaria.
79.- Si la intervención se produce una vez recaída sentencia y
con objeto de apelarla: ¿desde cuándo y hasta cuándo se
computaría el plazo para recurrir respecto del interviniente:
desde que se le notificó a las partes originarias o desde que se
le notificó personalmente? ¿No habría devenido firme si la
solicitud de intervención no suspende el curso de las
actuaciones?
El problema al que se refiere esta cuestión se origina por
consecuencia de que se ha dispuesto en el art. 13 LEC que la solicitud
de intervención no determina la suspensión del curso de las
actuaciones. Si a ello se une el hecho de que el interviniente no
puede ser considerado como parte hasta que el juez, tras seguir el
correspondiente incidente, acepta la intervención y le conceda la
condición de parte, el resultado puede ser que para cuando esta
circunstancia se produzca el proceso haya adquirido una condición
que frustre completamente la finalidad de la intervención, como
sucedería con facilidad en la situación a la que se refiere la pregunta.
La cuestión es que no parece razonable interpretar en sentido
formal las normas con el resultado de que la intervención no sería
eficaz sino que se frustraría. Por eso se estima que debe hacerse una
interpretación que evite tal riesgo y en tal sentido se estima que cabe
distinguir dos supuestos: a) si la solicitud de intervención se produce
una vez dictada la sentencia, que todavía no ha devenido firme, el
plazo para apelar se cuenta desde que se le notifique al interviniente
la sentencia, una vez resuelto el incidente de intervención. En la
medida que la solicitud de intervención no suspende el curso del
procedimiento, puede ser que mientras se resuelva ésta, la sentencia
devenga firme. En este caso, cabe entender que se produce una
situación de pendencia y no devendría firme mientras esté pendiente
de resolución el incidente de intervención; b) si la solicitud de
intervención se produce una vez que la sentencia es firme (contado a
partir de la notificación a las partes), no hay posibilidad de intervenir.
80.- ¿Es posible en nuestro derecho la intervención principal?
La llamada intervención principal se refiere al supuesto en que
el tercero ejerce una acción principal, incompatible con las existentes.
Este supuesto de intervención voluntaria no está prevista en nuestro
derecho, tal y como se ha venido considerando por nuestra doctrina.
Una de las razones por las que se considera así es porque en tal
intervención el interviniente aporta al proceso su propia pretensión,
es decir, modifica el objeto del proceso, lo que, según hemos visto,
no se admite que pueda ocurrir en la intervención voluntaria.
X. Intervención forzosa o coactiva
81.- ¿En qué supuestos cabe la intervención forzosa a
instancia de la parte actora?
Sólo cuando la Ley permita al demandante llamar a un tercero
al proceso, sin la cualidad de demandado (art. 14.1 LEC). Se prevé
en el artículo 72 de Ley de Patentes y en el artículo 46.1 de la Ley de
Marcas que el demandante notifique a los demás comuneros la acción
emprendida para que puedan sumarse. Sin embargo, hay que
advertir que no se trata verdaderamente de un supuesto de
intervención provocada, sino simplemente de comunicación del
proceso, de modo que una vez realizada ésta, los terceros deciden si
intervienen o no. En consecuencia, cabría concluir que el artículo 14.1
de la LEC no tiene contenido.
82.- ¿Puede el interviniente coactivo en la posición de
demandante introducir en el proceso una pretensión procesal
distinta a la del actor originario?
No, sino que lo único que puede hacer es sumarse al objeto del
proceso tal y como ha sido determinado por el demandante
originario, salvo que el proceso no se encontrara en una situación en
la que la demanda pueda ser ampliada, esto es, que aún no haya
contestado el demandado.
83.- ¿Cabe la intervención forzosa del asegurador
demandado en concepto de responsable civil?
del
No, porque el artículo 14.2 de la LEC prevé que el demandado
llame a un tercero para que intervenga en el proceso, cuando la Ley
lo permita, es decir, cuando expresamente se contemple en una
norma legal. En este caso, tratándose de un supuesto de
responsabilidad solidaria, no existe dicha previsión legal. Solamente
cabría la intervención voluntaria del asegurador.
Sin embargo, si el juez advierte que las partes están usando el
proceso en fraude de la compañía aseguradora, tiene que ponerle en
conocimiento la pendencia del procedimiento, en aplicación del art.
150.2 de la LEC, por si quiere intervenir, aunque no de forma
coactiva sino voluntaria y al amparo del art. 13 LEC. Si no se advierte
dicho fraude, no es obligatorio que se le comunique esta pendencia.
Y lo que debe tenerse muy en cuenta en estos casos es que los
mecanismos de intervención del art. 13 y el del 14 son
completamente distintos y no cabe confundirlos ni crear figuras
mixtas, producto de la combinación de ambos preceptos.
84.- ¿Cabe llamar para que intervenga en el proceso a un
tercero al que se considera corresponsable del daño?
No, porque la ley no prevé esa intervención para el caso de
responsabilidad extracontractual.
85.¿Cabe
pretendiente?
la
intervención
provocada
del
tercero
Es el supuesto en que el demandado reconoce su condición de
obligado al pago pero afirma desconocer quién es el acreedor, bien el
demandante o bien un tercero que también pretende cobrar (tercero
pretendiente). Ésta es una situación de intervención coactiva que está
regulada al algunos ordenamientos jurídicos, como por ejemplo, en
Alemania. En es caso, el demandado acreedor llama al tercero
pretendiente al proceso, consigna la cantidad reclamada y se aparta
de la litis, continuando el proceso entre los acreedores pretendientes
para que se determine cuál de ellos tiene derecho a cobrar.
La doctrina está dividida al respecto de la admisibilidad de esta
figura en nuestro ordenamiento. En contra de que resulte admisible
se hace referencia a que se trata de un supuesto de intervención
principal, pues el tercero interviniente es portador de una pretensión
contradictoria con la que es objeto del proceso. También constituye
un argumento en contra el hecho de que no se haya establecido de
forma concreta por el legislador. El único argumento que milita a
favor de esta controvertida figura procede del hecho de que el
legislador ha regulado de manera concreta la figura de la extromisión
en el art. 18 LEC, esto es, la posibilidad de que el llamante se pueda
ausentar del proceso una vez ingrese en él el llamado, posibilidad que
es aplicable en el supuesto de intervención del tercero pretendiente.
De lo que no cabe duda alguna es de la necesidad de dar
solución razonable en nuestro derecho al problema del litigio entre
pretendientes. Una solución distinta a la intervención coactiva,
aunque son un resultado similar, sería que el demandado reconvenga
contra el demandante y contra el tercero pretendiente (art. 407 LEC)
ejercitando una acción declarativa, para que el tribunal declare a cuál
de ellos debe la cantidad reclamada. El inconveniente de esta
solución es que no permite al acreedor poderse marchar del proceso.
En el caso de que el tercero pretendiente haya interpuesto una
demanda contra el deudor de forma simultánea a la del primer
pretendiente, la solución es más simple, pues en este caso procedería
una acumulación de procesos.
86.- ¿Se puede condenar al tercero interviniente forzoso?
La respuesta a esta cuestión no es única sino que depende de
cada una de las situaciones sustantivas en las que se establece la
intervención.
En el caso de la llamada en garantía: el comprador demandado
por el que afirma ser el propietario de la cosa, llama a su vendedor
(art 1540 CC), no es posible condenar al tercero interviniente, sino
que es requisito necesario para que después éste pueda responder
del saneamiento por evicción.
En el supuesto de la llamada por causa común: el heredero
demandado para pagar las deudas de la herencia puede llamar a los
coherederos (art. 1084 CC), el tercero coheredero sí que puede ser
condenado.
En el supuesto de la llamada al poseedor mediato (nominatio
auctoris): el poseedor inmediato de la cosa (arrendatario) es
demandado por quien afirma ser su dueño y llama al que cree que es
su dueño (arrendador); el propietario puede resultar condenado.
87.- ¿Es la respuesta idéntica en el caso previsto en la
Disposición Adicional Séptima de la Ley de Ordenación de la
Edificación?
La LOE prevé que la sentencia que se dicte, aunque no
comparezca, le será oponible y ejecutable. Luego, en lógica
consecuencia, parece muy claro que puede resultar condenado el
interviniente.
88.- ¿Quién debe soportar las costas del interviniente forzoso
de la LOE cuando resulta absuelto?
La respuesta a esta cuestión no se puede encontrar en el
criterio objetivo del vencimiento, sino que habría que estar a la
eventual concurrencia de temeridad o mala fe, de modo que si se
aprecia temeridad o mala fe en la llamada del tercero, se impondrían
la costas al que provocó esta intervención. Ahora bien, si concurrían
dudas, no apreciándose mala fe en la llamada, no se le impondrían.
Otros entienden que en todo caso habría que imponérselas al
que provocó la llamada.
89.- ¿Puede reconvenir el interviniente forzoso?
El vendedor en el supuesto evicción no puede reconvenir.
En los demás supuestos, es más discutible. En general, hay que
entender que si puede resultar condenado puede reconvenir. Y, por
otra parte, también es relevante cuándo se produce la intervención:
si interviene antes de la finalización del trámite de contestación, sí
que puede reconvenir. No así cuando la intervención se produzca con
ulterioridad, porque la situación del procedimiento lo impediría.
90.- ¿Cabe recurso frente al auto que resuelva la solicitud de
llamada del tercero? En caso afirmativo, ¿cuál? Dar respuesta
tanto si se admite la entrada del tercero como si no se admite.
Si se admite la intervención, cabría interponer recurso de
reposición. En el supuesto de que se inadmita, se puede entender
que es un auto definitivo, de modo que cabría interponer recurso de
apelación, al amparo de lo establecido en el art. 353.5 LEC. Sin
embargo el efecto no suspensivo del recurso de apelación genera el
problema de que puede revocarse la resolución y acordarse la
intervención cuando ya haya recaído sentencia.
Serra Domínguez considera que cabe interponer recurso de
reposición y anunciar la apelación contra la sentencia que se dicte. El
problema de esa solución es que no se va a resolver de nuevo sobre
la intervención sino hasta un momento en el ya que resultaría inútil.
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