VIII. Litisconsorcio 58.- Uno de los dos copropietarios de un inmueble presenta una reclamación por los daños que se han causado en el mismo como consecuencia de la inundación procedente de la rotura de una cañería en el piso superior. La aseguradora del referido piso se opone aduciendo falta del debido litisconsorcio activo necesario por no haber comparecido la otra copropietaria. ¿Está fundada la excepción? No, pues doctrina y jurisprudencia coinciden en que no existe en nuestro ordenamiento la figura del litisconsorcio activo necesario. Tratándose de una comunidad de bienes (copropiedad), cabe que uno de los comuneros actúe en beneficio de los demás, de modo que no habría falta de litisconsorcio activo necesario. Lo relevante será distinguir los efectos que produce la sentencia según sea estimatoria, en cuyo caso beneficia al otro copropietario y produce cosa juzgada, mientras que si fuera desestimatoria no habría efecto de cosa juzgada. 59.- El arquitecto de un edificio es demandado por vicios ruinógenos y se opone a la demanda alegando que también existe una más que probable responsabilidad del constructor y del promotor, de manera que la litis está mal constituida. ¿Puede prosperar la alegación? La jurisprudencia ha venido considerando de forma muy mayoritaria que no puede prosperar la falta de litisconsorcio pasivo necesario. La razón se encuentra en que la eventual responsabilidad de otros intervinientes en el proceso constructivo es solidaria con la del arquitecto y, en nuestro derecho, rige el principio de que cuando hay solidaridad no existe litisconsorcio necesario, como consecuencia del derecho de elección que corresponde al acreedor. No obstante, en algún pronunciamiento aislado del Tribunal Supremo (y probablemente erróneo) se ha llegado a sostener una idea distinta. La justificación de esa doctrina excepcional, y desviada de la sentada en la mayoría de los pronunciamientos, se encuentra en la dudosa construcción de la solidaridad impropia, aplicable a las responsabilidad por vicios constructivos anterior a la entrada en vigor de la Ley de Ordenación de la Edificación. La cuestión se encuentra en que el TS ha venido sosteniendo reiteradamente que, cuando no existe una norma que establezca la solidaridad, ésta únicamente arrancaría de la duda sobre la imputación de responsabilidad y tal duda se aprecia en la sentencia. De tal doctrina, tan generalizada como discutible, se ha extraído en algunos aislados pronunciamientos la conclusión de que tenían que estar en el proceso todos los eventualmente responsables para poder fundar el pronunciamiento de condena, pues en otro caso se podría estar afectando la posición jurídica de los ausentes (lo que en realidad no es exacto). 60.- En el caso anterior, al celebrar la audiencia previa el demandante aduce que no tiene nada que oponer a que la excepción de falta de litisconsorcio pasivo necesario opuesta sea estimada. ¿Cómo habría que proceder? El artículo 420 de la LEC prevé que el actor puede en la audiencia previa presentar escrito dirigiendo la demanda a los sujetos que el demandado considera que habían de ser sus litisconsortes y “el tribunal, si estima procedente el litisconsorcio” lo declarará así, ordenándoles emplazar. En consecuencia cabe concluir que aunque las dos partes estén de acuerdo en aceptar la falta de litisconsorcio pasiva necesario, ello no vincula al juez, quien en ningún caso queda exonerado de examinar si verdaderamente existe una situación de litisconsorcio necesario. 62.- La Cia. Telefónica presenta demanda reclamando por la rotura de un cable soterrado en la vía pública contra la aseguradora del subcontratista de la obra con ocasión de la cual se produjo el daño. La demandada se opone aduciendo que la litis no se haya bien constituida porque no se ha demandado ni al dueño de la máquina autor material del daño ni tampoco al contratista de la obra cuyo encargado controlaba la ejecución de los trabajos. ¿Puede prosperar la alegación? No, pues es un caso de solidaridad, aunque sea impropia, y donde hay solidaridad no hay litisconsorcio, como antes se ha visto. 63.- ¿A quién debería demandar el comprador cuando quiera impugnar un contrato de compraventa de participaciones de una S.L. pertenecientes a una sociedad de gananciales, aunque como vendedor aparece únicamente uno de los cónyuges, el que aparece como socio? ¿Habría que dirigir la demanda también frente al otro cónyuge, no socio? Hay que demandar al que aparece formalmente como titular, aunque repercuta a la sociedad de gananciales. Para ver con claridad la cuestión es preciso distinguir entre las acciones contractuales, que únicamente podrían ejercitarse frente a quien intervino en el contrato, y las dominicales, que habría que ejercitar frente a todos los titulares. Como la acción de impugnación del contrato es estrictamente contractual, interviniente en el mismo. bastará con demandar al cónyuge 64.- Impugnado un acuerdo social sobre aumento del capital social con suscripción de acciones por no socios, ¿a quién habría que demandar: sólo a la sociedad o también a los suscriptores nuevos socios? Caso de que fuera admisible la demanda únicamente frente a la sociedad: ¿cómo podrían esos suscriptores defender sus propias razones? Habría que demandar exclusivamente a la sociedad, ya que es la única legitimada pasivamente en una acción de impugnación de acuerdos sociales. En este caso los subscriptores podrían intervenir como interesados, pues la sentencia que se dicte les afectará indirectamente o de manera refleja (supuesto de intervención voluntaria ex art. 13 LEC). 65.- ¿Puede apreciarse en la sentencia la falta de litisconsorcio que indebidamente no se apreciara antes en la audiencia previa, o en el acto del juicio verbal? Si la respuesta fuera negativa, ¿cómo habría que proceder? En ningún caso se puede apreciar en la sentencia si el resultado es estimar que concurre el defecto porque ello impediría poder aplicar la solución legal para el mismo que no puede ser la absolución en la instancia (como en la vieja LEC) sino que debe ser en todo caso la integración del contradictorio (art. 420). En cambio, no existe mayor inconveniente que se pueda razonar en la sentencia, supliendo la omisión de la audiencia previa, que no existe falta de litisconsorcio necesario. De manera que si al dictar la sentencia se advierte el vicio, lo que es preciso hacer es no dictarla y abrir el incidente de nulidad de las actuaciones, como ya el Tribunal Supremo vino estimando que era procedente en el juicio de menor cuantía a partir de que se introdujo la comparecencia saneadora del art. 693 LEC de 1881. Y debe ordenarse la retroacción de la actuaciones, no ya a la audiencia previa, sino que en el propio auto puede entrarse en la cuestión y ordenar dar a la actora el término de 10 días para que subsane el defecto. Lo mismo puede ocurrir en fase de recurso de apelación o casación. Habría que retrotraer las actuaciones para permitir la subsanación. 66.-¿Podría ser apreciado durante la segunda instancia o durante la casación? ¿Cuándo? ¿Cómo habría que proceder? Sería posible apreciarlo en segunda instancia y acordar la nulidad de lo actuado, retrotrayendo las actuaciones. Y lo mismo habría que decir en casación, como ya se pusiera de manifiesto por el TS en diversos supuestos de sentencias dictadas al amparo de la legislación derogada. Con mayor motivo ahora. 67.- ¿Puede el litisconsorte preterido formular una vez llamado al proceso reconvención frente al inicial demandante? Si se trata de un litisconsorte necesario sí que podrá interponer una demanda reconvencional, pues se trata de una parte demandada con todas las posibilidades de actuación procesal que la Ley prevé para la misma, una de las cuales es reconvenir. 68.- De interesarse por tres comuneros frente a un cuarto la división de una finca propiedad de los cuatro, ¿Qué efectos produciría el desistimiento del proceso por uno de los demandantes? ¿Y la renuncia de uno de ellos al ejercicio de la acción? Si uno de los comuneros demandantes desiste, bien se puede inadmitir el desistimiento o bien se puede admitir pero se le sigue teniendo como parte, en este caso como parte demandada, en rebeldía, pues tienen que estar todos los comuneros en el procedimiento. Si uno de los comuneros demandantes quiere renunciar al ejercicio de la acción, no se puede admitir pues iría en perjuicio de tercero. En cualquier caso, mientras algún comunero sostenga la acción todos los demás deben permanecer en la litis, sea como parte actora o como demandanda. IX. Intervención voluntaria 69.-¿Qué tipo de interés justifica la intervención? a) ¿Estaría justificada en el caso del interés moral (por ejemplo, el acusado de tener relaciones con uno de los cónyuges, podría intervenir en el proceso matrimonial)? El artículo 13 de la LEC prevé que “mientras se encuentre pendiente un proceso, podrá ser admitido como demandante o demandando, quien acredite tener interés directo y legítimo en el resultado del pleito.” No quedaría justificada la intervención en el caso del interés moral, pues ha de ser un interés jurídico, esto es jurídicamente relevante y jurídicamente protegible. Y el interés moral no es jurídicamente relevante. b) ¿Sería suficiente con el interés económico? (por ejemplo, el de un tercero acreedor para intervenir en un proceso anterior justificando la intervención en que el éxito de la pretensión del demandante podría repercutir en la solvencia del demandado, lo que sin duda le perjudicaría). En principio no sería suficiente el mero interés económico, pues es necesario un verdadero interés jurídico. Ahora bien, si la intervención pretende evitar que las partes utilicen el proceso con fines fraudulentos, en este caso debería admitirse la intervención. 70.- ¿Existe interés directo en el caso de que la sentencia que recaiga en el proceso en el que se quiere intervenir pueda producir efectos indirectos o reflejos sobre una relación jurídica de la titularidad de quien quiere intervenir o únicamente estaría justificada en el caso de que los efectos sean directos? La desafortunada referencia hecha por el legislador a que el interés sea directo podría dar pie a dudar de que cupiera la intervención en supuestos de eficacia refleja. No obstante, no parece que haya querido ser ése el propósito del legislador, pues de ser así se habrían quedado sin amparo los supuestos más relevantes de intervención, los verdaderos casos de ésta, aquellos que la doctrina solía considerar como supuestos de intervención adhesiva simple. Por consiguiente, la única respuesta razonable es que sí, que existe interés directo tanto si el tercero es titular de la relación jurídica de la parte como si es titular de una relación conexa que se verá afectada indirectamente por la sentencia que se dicte (ejemplos: el subarrendatario en el proceso entre el arrendador y el arrendatario respecto de la resolución del contrato, pues si se extingue el contrato de arrendamiento se extinguirá el suyo; el acreedor reclama el pago de su crédito afianzado, el fiador puede querer intervenir, ya que el resultado hará subsistir o extinguir su obligación accesoria de fianza; acción de responsabilidad civil, el asegurador puede querer intervenir, ya que si su asegurado es condenado posteriormente tendrá que pagarle la cantidad estipulada para este tipo de contingencias). 71.- ¿Puede excitarse la intervención voluntaria por el juez o por cualesquiera de las partes de alguna manera, como, por ejemplo, solicitando la notificación de la existencia del proceso a los terceros eventualmente interesados en intervenir? El artículo 150.2 de la LEC permite que el juez notifique la pendencia del proceso al que pueda resultar “afectado” por la sentencia que se dicte. Asimismo, se prevé que esta comunicación se llevará a cabo, cuando el tribunal advierta indicios de que las partes están utilizando el proceso con fines fraudulentos. El artículo 15 de la LEC, prevé que en los procesos promovidos por asociaciones o entidades constituidas para la protección de los derechos e intereses de los consumidores y usuarios, o por los grupos de afectados, se dé publicidad de estos procesos a quienes tengan la condición de perjudicados para que así puedan intervenir. 72.- ¿Cambia la posición jurídica del tercero interesado que conoce de la existencia del proceso y no interviene respecto del que no llega a conocer de la existencia del proceso? En principio no cambia en absoluto, pues tener la oportunidad de intervenir no es equivalente a tener la carga de intervenir. Nunca existe la carga de intervenir voluntariamente en un proceso; de no ser así no se estaría ante esta institución sino ante la intervención provocada, que es una figura completamente distinta. La intervención voluntaria concede la facultad de poder entrar en el proceso a los terceros, como un medio más de tutela. No obstante, los terceros están protegidos también por su propio carácter de terceros, lo que determina que, en principio, no puedan resultar afectados por los efectos de un proceso en el que son ajenos, hayan tenido o no la ocasión para poder entrar en él. Por esa razón no se puede entender, al menos en clave de proceso ordinario, algunas de las cosas afirmadas por el Tribunal Constitucional en la STC 58/88, de 6 de abril, en la que se dice algo tan dudoso como que un subarrendatario o cesionario debió haber sido parte en el proceso sobre la resolución del contrato de arrendamiento seguido entre arrendador y arrendatario, pero no le concede el amparo porque tuvo conocimiento de ese proceso, al que compareció como testigo, pese a lo cual decidió no intervenir en el mismo. 73.- ¿Puede el interviniente voluntario hacer pretensiones que supongan modificación del objeto del proceso o debe respetar en sus términos el objeto del proceso? El artículo 13.3 de la LEC prevé que el interviniente pueda defender “sus propias pretensiones”, lo que puede hacer pensar que podría introducir nuevos objetos. No obstante, la doctrina es bastante unánime en sentido contrario, esto es, en afirmar que en realidad lo único que puede hacer el interviniente es alegaciones, no propiamente pretensiones. El objeto del proceso no puede resultar afectado por la intervención voluntaria. 74.- ¿Podría llegar a resultar condenado el interviniente en la posición de parte demandada? La mayoría entiende que no, pues contra él, en posición de demandado, el actor no ha ejercitado ninguna pretensión, a riesgo de que la sentencia fuera incongruente. Algún sector doctrinal entiende que sí que podría ser condenado o absuelto el interviniente litisconsorcial, pues se ha resuelto sobre la relación jurídica de la que es titular. Si el interviniente es un litisconsorte preterido que ha utilizado el mecanismo de la intervención para resolver el problema de incorrecta constitución de la litis la cuestión parece bastante clara: es obvio que el pronunciamiento que recaiga deba contemplarle. En cambio, en otros casos de intervención litisconsorcial, tales como los de deudores solidarios, no parece que la respuesta deba ser la misma, aunque no faltaron opiniones que sostuvieron la idea de que también podría resultar condenado o absuelto. 75.- ¿Puede el interviniente voluntario recurrir en apelación contra la sentencia definitiva? Sí, pues lo permite el art. 13.3 in fine, que se refiere a que puede interponer recursos sin distinción, pero siempre que le resulte un gravamen de la resolución dictada. Puede apelar aunque no lo haga la parte originaria. Así lo interpreta la doctrina y jurisprudencia. 76.- Si la respuesta a la cuestión anterior es positiva, ¿tiene gravamen para hacerlo cuando la pretensión de la parte en cuya posición ha intervenido ha triunfado (por ejemplo, intervino como demandado y la demanda se desestimó íntegramente)? Sólo puede recurrir si le perjudica la sentencia. Ahora bien, incluso en el caso planteado podría apelar, si la sentencia, aunque sea desestimatoria, le afectara. El gravamen del interviniente no debe juzgarse desde la perspectiva de la parte originaria en cuya posición se intervino, porque la intervención en nuestro derecho no atribuye al interviniente derechos condicionados, como ocurriera con la desaparecida figura del coadyuvante con la Administración en el proceso contencioso-administrativo. 77.- ¿Podría hacerlo en el caso de que el demandado a cuya posición se adhirió se hubiera allanado a la demanda? Sí, ya que puede mantener su autónoma actuación procesal y si realmente existe para él un gravamen puede apelar. Algún sector doctrinal entiende que sólo puede hacerlo, en este caso, el interviniente litisconsorcial, no el interviniente simple. Entienden que este último no puede interponer un recurso de forma autónoma pues no es titular del objeto del proceso, salvo que las partes iniciales hayan actuado con fraude procesal, para perjudicar al tercero. En este caso sería admisible. 78.- ¿Debe haber pronunciamiento respecto de las costas del interviniente voluntario? ¿Con qué contenidos posibles: podría imponérsele las costas de alguna de las partes (demandante o demandada) o podría imponerse sus costas a alguna de las partes originarias? En principio al interviniente voluntario no se le imponen las costas de ninguna parte, salvo que se aprecie un supuesto de temeridad. La única excepción a ello está en el supuesto del interviniente litisconsorte preterido que haya sido vencido quien, lógicamente, será tratado a estos efectos como una parte más. Las costas del interviniente no se pueden imponer a ninguna parte, pues su intervención ha sido voluntaria. 79.- Si la intervención se produce una vez recaída sentencia y con objeto de apelarla: ¿desde cuándo y hasta cuándo se computaría el plazo para recurrir respecto del interviniente: desde que se le notificó a las partes originarias o desde que se le notificó personalmente? ¿No habría devenido firme si la solicitud de intervención no suspende el curso de las actuaciones? El problema al que se refiere esta cuestión se origina por consecuencia de que se ha dispuesto en el art. 13 LEC que la solicitud de intervención no determina la suspensión del curso de las actuaciones. Si a ello se une el hecho de que el interviniente no puede ser considerado como parte hasta que el juez, tras seguir el correspondiente incidente, acepta la intervención y le conceda la condición de parte, el resultado puede ser que para cuando esta circunstancia se produzca el proceso haya adquirido una condición que frustre completamente la finalidad de la intervención, como sucedería con facilidad en la situación a la que se refiere la pregunta. La cuestión es que no parece razonable interpretar en sentido formal las normas con el resultado de que la intervención no sería eficaz sino que se frustraría. Por eso se estima que debe hacerse una interpretación que evite tal riesgo y en tal sentido se estima que cabe distinguir dos supuestos: a) si la solicitud de intervención se produce una vez dictada la sentencia, que todavía no ha devenido firme, el plazo para apelar se cuenta desde que se le notifique al interviniente la sentencia, una vez resuelto el incidente de intervención. En la medida que la solicitud de intervención no suspende el curso del procedimiento, puede ser que mientras se resuelva ésta, la sentencia devenga firme. En este caso, cabe entender que se produce una situación de pendencia y no devendría firme mientras esté pendiente de resolución el incidente de intervención; b) si la solicitud de intervención se produce una vez que la sentencia es firme (contado a partir de la notificación a las partes), no hay posibilidad de intervenir. 80.- ¿Es posible en nuestro derecho la intervención principal? La llamada intervención principal se refiere al supuesto en que el tercero ejerce una acción principal, incompatible con las existentes. Este supuesto de intervención voluntaria no está prevista en nuestro derecho, tal y como se ha venido considerando por nuestra doctrina. Una de las razones por las que se considera así es porque en tal intervención el interviniente aporta al proceso su propia pretensión, es decir, modifica el objeto del proceso, lo que, según hemos visto, no se admite que pueda ocurrir en la intervención voluntaria. X. Intervención forzosa o coactiva 81.- ¿En qué supuestos cabe la intervención forzosa a instancia de la parte actora? Sólo cuando la Ley permita al demandante llamar a un tercero al proceso, sin la cualidad de demandado (art. 14.1 LEC). Se prevé en el artículo 72 de Ley de Patentes y en el artículo 46.1 de la Ley de Marcas que el demandante notifique a los demás comuneros la acción emprendida para que puedan sumarse. Sin embargo, hay que advertir que no se trata verdaderamente de un supuesto de intervención provocada, sino simplemente de comunicación del proceso, de modo que una vez realizada ésta, los terceros deciden si intervienen o no. En consecuencia, cabría concluir que el artículo 14.1 de la LEC no tiene contenido. 82.- ¿Puede el interviniente coactivo en la posición de demandante introducir en el proceso una pretensión procesal distinta a la del actor originario? No, sino que lo único que puede hacer es sumarse al objeto del proceso tal y como ha sido determinado por el demandante originario, salvo que el proceso no se encontrara en una situación en la que la demanda pueda ser ampliada, esto es, que aún no haya contestado el demandado. 83.- ¿Cabe la intervención forzosa del asegurador demandado en concepto de responsable civil? del No, porque el artículo 14.2 de la LEC prevé que el demandado llame a un tercero para que intervenga en el proceso, cuando la Ley lo permita, es decir, cuando expresamente se contemple en una norma legal. En este caso, tratándose de un supuesto de responsabilidad solidaria, no existe dicha previsión legal. Solamente cabría la intervención voluntaria del asegurador. Sin embargo, si el juez advierte que las partes están usando el proceso en fraude de la compañía aseguradora, tiene que ponerle en conocimiento la pendencia del procedimiento, en aplicación del art. 150.2 de la LEC, por si quiere intervenir, aunque no de forma coactiva sino voluntaria y al amparo del art. 13 LEC. Si no se advierte dicho fraude, no es obligatorio que se le comunique esta pendencia. Y lo que debe tenerse muy en cuenta en estos casos es que los mecanismos de intervención del art. 13 y el del 14 son completamente distintos y no cabe confundirlos ni crear figuras mixtas, producto de la combinación de ambos preceptos. 84.- ¿Cabe llamar para que intervenga en el proceso a un tercero al que se considera corresponsable del daño? No, porque la ley no prevé esa intervención para el caso de responsabilidad extracontractual. 85.¿Cabe pretendiente? la intervención provocada del tercero Es el supuesto en que el demandado reconoce su condición de obligado al pago pero afirma desconocer quién es el acreedor, bien el demandante o bien un tercero que también pretende cobrar (tercero pretendiente). Ésta es una situación de intervención coactiva que está regulada al algunos ordenamientos jurídicos, como por ejemplo, en Alemania. En es caso, el demandado acreedor llama al tercero pretendiente al proceso, consigna la cantidad reclamada y se aparta de la litis, continuando el proceso entre los acreedores pretendientes para que se determine cuál de ellos tiene derecho a cobrar. La doctrina está dividida al respecto de la admisibilidad de esta figura en nuestro ordenamiento. En contra de que resulte admisible se hace referencia a que se trata de un supuesto de intervención principal, pues el tercero interviniente es portador de una pretensión contradictoria con la que es objeto del proceso. También constituye un argumento en contra el hecho de que no se haya establecido de forma concreta por el legislador. El único argumento que milita a favor de esta controvertida figura procede del hecho de que el legislador ha regulado de manera concreta la figura de la extromisión en el art. 18 LEC, esto es, la posibilidad de que el llamante se pueda ausentar del proceso una vez ingrese en él el llamado, posibilidad que es aplicable en el supuesto de intervención del tercero pretendiente. De lo que no cabe duda alguna es de la necesidad de dar solución razonable en nuestro derecho al problema del litigio entre pretendientes. Una solución distinta a la intervención coactiva, aunque son un resultado similar, sería que el demandado reconvenga contra el demandante y contra el tercero pretendiente (art. 407 LEC) ejercitando una acción declarativa, para que el tribunal declare a cuál de ellos debe la cantidad reclamada. El inconveniente de esta solución es que no permite al acreedor poderse marchar del proceso. En el caso de que el tercero pretendiente haya interpuesto una demanda contra el deudor de forma simultánea a la del primer pretendiente, la solución es más simple, pues en este caso procedería una acumulación de procesos. 86.- ¿Se puede condenar al tercero interviniente forzoso? La respuesta a esta cuestión no es única sino que depende de cada una de las situaciones sustantivas en las que se establece la intervención. En el caso de la llamada en garantía: el comprador demandado por el que afirma ser el propietario de la cosa, llama a su vendedor (art 1540 CC), no es posible condenar al tercero interviniente, sino que es requisito necesario para que después éste pueda responder del saneamiento por evicción. En el supuesto de la llamada por causa común: el heredero demandado para pagar las deudas de la herencia puede llamar a los coherederos (art. 1084 CC), el tercero coheredero sí que puede ser condenado. En el supuesto de la llamada al poseedor mediato (nominatio auctoris): el poseedor inmediato de la cosa (arrendatario) es demandado por quien afirma ser su dueño y llama al que cree que es su dueño (arrendador); el propietario puede resultar condenado. 87.- ¿Es la respuesta idéntica en el caso previsto en la Disposición Adicional Séptima de la Ley de Ordenación de la Edificación? La LOE prevé que la sentencia que se dicte, aunque no comparezca, le será oponible y ejecutable. Luego, en lógica consecuencia, parece muy claro que puede resultar condenado el interviniente. 88.- ¿Quién debe soportar las costas del interviniente forzoso de la LOE cuando resulta absuelto? La respuesta a esta cuestión no se puede encontrar en el criterio objetivo del vencimiento, sino que habría que estar a la eventual concurrencia de temeridad o mala fe, de modo que si se aprecia temeridad o mala fe en la llamada del tercero, se impondrían la costas al que provocó esta intervención. Ahora bien, si concurrían dudas, no apreciándose mala fe en la llamada, no se le impondrían. Otros entienden que en todo caso habría que imponérselas al que provocó la llamada. 89.- ¿Puede reconvenir el interviniente forzoso? El vendedor en el supuesto evicción no puede reconvenir. En los demás supuestos, es más discutible. En general, hay que entender que si puede resultar condenado puede reconvenir. Y, por otra parte, también es relevante cuándo se produce la intervención: si interviene antes de la finalización del trámite de contestación, sí que puede reconvenir. No así cuando la intervención se produzca con ulterioridad, porque la situación del procedimiento lo impediría. 90.- ¿Cabe recurso frente al auto que resuelva la solicitud de llamada del tercero? En caso afirmativo, ¿cuál? Dar respuesta tanto si se admite la entrada del tercero como si no se admite. Si se admite la intervención, cabría interponer recurso de reposición. En el supuesto de que se inadmita, se puede entender que es un auto definitivo, de modo que cabría interponer recurso de apelación, al amparo de lo establecido en el art. 353.5 LEC. Sin embargo el efecto no suspensivo del recurso de apelación genera el problema de que puede revocarse la resolución y acordarse la intervención cuando ya haya recaído sentencia. Serra Domínguez considera que cabe interponer recurso de reposición y anunciar la apelación contra la sentencia que se dicte. El problema de esa solución es que no se va a resolver de nuevo sobre la intervención sino hasta un momento en el ya que resultaría inútil.