Estudio histórico de los sistemas políticos

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INTRO AL ESTUDIO HISTÓRICO DE LOS SISTEMAS POLÃTICOS
• La naturaleza del poder polÃ-tico: Cualidades y funcionalidad. Sistema polÃ-tico: Componentes y
estructura.
A la hora de obtener una definición de sistema polÃ-tico surgen diferencias debido a la falta de
homogeneidad al decantarse por una de las definiciones elaboradas, probablemente derivado de la multitud de
disciplinas que han intervenido en esta materia. Unido a este asunto otra de las razones reside en la pobreza de
la mayor parte de los conceptos, pobreza conceptual; como señala el jurista italiano Pasquino, la Hª es una
fuente privilegiada de material sobre el que basamos nuestros estudios.
Si partimos de un presupuesto simple de sistema, serÃ-a oportuno señalar que se alude por lo general a un
conjunto ordenado de normas y procedimientos con los que funciona un determinado elemento. Si añadimos
el vocablo polÃ-tico tenemos aún una definición demasiado vacua, pues serÃ-a cada una de las formas de
organización polÃ-tica sin más.
En lo que respecta al concepto polÃ-tica, el propio diccionario lo define como el arte y la actividad de
gobernar un paÃ-s, asÃ- como el conjunto de actividades por la lucha del acceso al gobierno. Haciendo uso
del planteamiento de Sartori, deberÃ-amos buscar el origen histórico y su uso sistemático a lo largo del
tiempo, consiguiendo asÃ- una división analÃ-tica; vemos pues que la base de las ideologÃ-as se encuentra
incluso en el pensamiento griego y más concretamente en Aristóteles, que definÃ-a al hombre como un
animal polÃ-tico, entendÃ-a que la polÃ-tica lo era todo y la esencia misma de la vida, consideraba al hombre
no−polÃ-tico un ser defectuoso, un idion (idiota) y, en definitiva, menos que un hombre.
Después de Aristóteles este concepto evoluciona con los romanos, el hombre es un animal social y se
sustituye el término polites de los griegos por el de cives. La palabra polÃ-tica no se configura con la
especificidad ni autonomÃ-a que tiene ahora hasta Maquiavelo, primero en usar la palabra Estado en su
acepción moderna.
Se puede decir entonces, de la evolución histórica del término polÃ-tica, que la polÃ-tica de Aristóteles
era una antropologÃ-a vinculada al espacio de la polis griega, con los romanos la concepción torna más
jurÃ-dica y se vincula a la ética (se plantea como un concepto jurÃ-dico−polÃ-tico que tiene en cuenta la
ética e impulsa el debate entre el problema del bien, ética, en nombre de los justo, leyes jurÃ-dico
polÃ-ticas). Las ideas básicas de la polÃ-tica son:
• Distinta, al menos de la moral y la religión, que son ingredientes básicos de la polÃ-tica
• Independiente, porque sigue leyes propias
• Autosuficiente y autárquica porque se basta para explicarse a si misma
• Causa primera que genera la polÃ-tica (se genera a si misma y en consecuencia a todo lo relacionado con
ella) porque la polÃ-tica sobrepasa con mucho el concepto de la palabra autonomÃ-a
De todas estas tesis la 1ª es la más determinante porque nos obligarÃ-a a pensar de qué es distinta y
hasta qué punto y modo. La mayorÃ-a de los autores coinciden en afirmar que es distinta de la moral, la
religión, la economÃ-a... y depende sobre todo de los distintos comportamientos que siguen los distintos
conceptos (comportamiento económico dirigido al orden, el moral que considera el bien de forma
desinteresada y altruista...); el comportamiento polÃ-tico presenta más problemas para su definición pues
no se sabe bien qué persigue porque, por ejemplo, un comportamiento electoral puede responder a muchos
fines. Los ideales también tienen mucha fuerza en polÃ-tica, lo que hace que tenga mucha semejanza con
distintos conceptos.
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El concepto tiene una serie de atribuciones que sobrepasan mucho cualquier valoración primaria de la
palabra. La polÃ-tica enfrenta básicamente la distinción entre los amigos y los enemigos, serÃ-a la
intensidad que enfrenta a los amigos de los enemigos en una lectura primaria. Hobbes la considera un claro
conflicto y Marx cree que la llegada del comunismo supone el advenimiento de la paz y el fin de la polÃ-tica
como conflicto. TendrÃ-a entonces dos acepciones muy generalizadas:
• Identificación de la polÃ-tica como una lucha constante que tiende por principio y constantemente
a mantener los privilegios de los menos frente a las necesidades de los más. TeorÃ-a del conflicto
preconizada por Hobbes y Marx
• Identificación de la polÃ-tica como aquella parcela de la actividad humana donde se deben
regular el orden y la justicia, si se consigue se consigue la total integración de cada miembro de
una colectividad en su entorno nacional
El concepto tiene entonces diferentes significados, la polÃ-tica serÃ-a el estudio del Estado mientras que para
otros serÃ-a el espacio que media hasta la toma de una decisión, para otros la toma de esa decisión y,
finalmente, otros opinan que hay que distinguir polÃ-tica y administración. Para interpretar la polÃ-tica y el
quid de la polÃ-tica tenemos una definición de Sartori muy abstracta:
Se puede identificar la polÃ-tica como la esfera de las decisiones colectivizadas soberanas coercitivamente
sancionables y sin salida
La interpretación de Sartori se podrÃ-a decir en un lenguaje menos jurÃ-dico, es decir, la polÃ-tica se
refiere a la existencia de un grupo social que elabora un programa de actuaciones de carácter polÃ-tico que
se imponen a todo el colectivo por medio de la fuerza, coercitivamente, o por la legitimidad de la que goce ese
grupo y que, por supuesto, no admite decisiones contrarias a las suyas.
Desde la perspectiva de Sartori la polÃ-tica podÃ-a ser también una actividad para alcanzar el bien común
de la colectividad social, siendo necesario que estudiáramos lo que es el poder y poder polÃ-tico, ambos
conceptos de los que va a salir una acción de gobierno diferente.
El concepto de poder es muy amplio pues hay distintas clases, una de las definiciones más clásicas
formulada es la del jurista Balandies, que señalaba
El poder no es más que la capacidad de influir sobre las personas y sobre las cosas haciendo uso de todos
los medios a su alcance, es decir, la persuasión a la coacción
Otra de las cuestiones más controvertidas es si es consustancial a la persona humana y si ha existido siempre
o es un concepto reciente; lo más habitual es pensar que ese uso del poder ha existido siempre porque no hay
ninguna colectividad que respete automáticamente las normas de convivencia en un grupo y tiende a tratar
de imponer sus propias normas y, por tanto, sus propios mecanismos de poder.
En el aspecto sociopolÃ-tico Max Weber afirma que el poder no es más que la capacidad de incidir u obligar
a otros para que hicieran la voluntad de aquellos que tenÃ-an ese poder, con lo cual se justificaba incluso el
empleo de la fuerza o de la violencia.
El poder, en resumen, ocuparÃ-a un espacio que irÃ-a desde la ausencia de medios coercitivos hasta el uso de
medios de coacción. Para poder valorar el concepto de poder hay que tener en cuenta ciertos términos con
los que se suele aludir al poder, pero cada uno explica realidades distintas:
• Influencia: en términos polÃ-ticos se refiere al ejercicio del poder pero en la oscuridad y sin dar la
cara, se trata del cerebro que no aparece en escena pero mueve los hilos; al sociológicamente estar
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en la sobra no vulnera la legitimación vigente
• Autoridad: cuando consideramos el poder legÃ-timo en ese punto aparece el gobierno, que serÃ-a al
mismo tiempo el depositario de otro concepto de poder, el mando. En ese sentido la autoridad se
basarÃ-a en los gobiernos de derecho
• PoderÃ-o: algunos autores lo denominan como la fuerza, pues se producirÃ-a cuando existe la
posibilidad de coaccionar a otro, lo que se materializarÃ-a con la utilización de la fuerza fÃ-sica.
Aunque también se puede coaccionar al resto de la población con cuestiones económicas
En cualquier caso, el poder serÃ-a lo mismo, es decir, la posibilidad de coaccionar a otro; lo peculiar es que el
grupo que se siente coaccionado acepta ésta como algo normal para el funcionamiento de la sociedad, es
decir, puede ser considerada como algo legÃ-timo, lógico y positivo. Esto se refleja en la creencia de que el
poder es algo necesario y que la comunidad admite como algo consustancial a la existencia de un grupo social
y además admite que actúe con todos los medios a su favor.
En la mayorÃ-a de los paÃ-ses existe una creencia de que la aceptación de que hay unas normas de poder
tiene un resultado beneficioso para la colectividad. Esto se debe a que el grado de legitimidad o ilegitimidad
del poder es siempre, desde el punto de vista social, una creencia que permite a la población que cuanto
mayor sea el grado de creencia de legitimidad del poder, estaremos más cerca de un gobierno de derecho, y
cuanto más lejos, un gobierno de hecho/facto.
Para completar el análisis hay que poder hacer referencia al poder polÃ-tico, concepto mucho más
restringido que poder; desde el punto de vista clásico es interpretado como aquella capacidad de ejercer un
control imperativo sobre la población de un territorio o colectividad; presupone además la existencia de una
serie de individuos que consideran que el empleo de la fuerza fÃ-sica y la coacción se pueden usar o no.
Bergeron considera que se debe sustituir la noción de poder por la de control, se podrÃ-a eludir el de
dominación. Las atribuciones que tendrÃ-a el poder polÃ-tico serÃ-an:
• Como objetivo, salvaguardar las leyes que dan razón de ser y existencia a una determinada sociedad
• EncontrarÃ-a su justificación considerándose el defensor de las imperfecciones y limitaciones de
cada sociedad
• Como función, controlar la competencia tanto a escala personal como entre los distintos grupos que
se crean en esa sociedad
Estas atribuciones le permiten conservar su identidad y enfrentarse a otro poder, el poder polÃ-tico tiene
siempre su base en la legitimidad, una noción que es esencial en cualquier tipo de lectura pues, como
señala G. Ferrero, los principios de legitimidad no son más que los útiles de la razón, de los cuales se
sirven los individuos para crear un poder eficaz con el mÃ-nimo gasto de energÃ-a posible. Partiendo de esa
base la sociedad, en principio, debe creer que un poder polÃ-tico es legÃ-timo cuando piensa que ha surgido
de la forma que considera más conveniente, se dirige también a unos fines considerados más deseables
y, en última instancia, el poder polÃ-tico supone que las normas que lo definen son merecedoras de
obediencia porque encarnan o defienden principios aceptados y estimados por la sociedad (libertad, justicia,
pluralismo polÃ-tico, dignidad de las personas humanas).
N. Obbio, gran autor de la jurisprudencia italiana, dice que la legitimidad, aun siendo un atributo del poder
polÃ-tico, difÃ-cilmente se puede decir sea aceptada por toda la sociedad sin ningún tipo de fisura, porque
ningún gobierno puede ser considerado óptimo por toda la sociedad.
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Los principios de poder polÃ-tico han tenido una gestación doctrinal y contenido histórico bien distintos,
pues a lo largo de la historia ha habido diferentes modelos de legitimación. La idea de legitimidad más
aceptada es obra del autor Weber, que realizó una tipologÃ-a que estableció 3 tipos:
• Legitimidad Tradicional: un gobierno serÃ-a legÃ-timo porque le pertenece la legitimidad por
herencia
• L. Carismática: un gobernante gobierna por tener un carisma especial
• L. Racional: un gobernante ha salido elegido a partir del voto que se le ha concedido
La legitimidad no serÃ-a mensurable, en cualquier caso, y por ello no deja de ser una creencia y, lo que está
muy claro, es que cuando más alta sea la creencia mayor legitimidad tendrá (gobierno de hecho vs.
gobierno de derecho). Además la legitimidad indica que si no se alteran de forma llamativa las
caracterÃ-sticas polÃ-ticas y socioeconómicas de un paÃ-s, el grado de legitimación podrá parecer
invariable.
En lo que a sistema polÃ-tico se refiere, cualquier definición debe incluir los elementos necesarios para su
identificación. Una definición es la del conjunto de procesos de decisión que conciernen a la totalidad de
una sociedad global, esa definición permite integrar a la sociedad en la base del discurso y, aunque sea poco
explÃ-cito, da al menos una pauta para seguir profundizando.
• Easton: el sistema polÃ-tico serÃ-a un sistema de interacciones que han sido abstraÃ-das de los
comportamientos sociales y que se aplican sobre los ciudadanos sin tener ningún tipo posible de
alteración. Easton construyó un sistema cibernético que funcionaba en un circuito cerrado, era
una idea muy abstracta. Se trata de una teorÃ-a muy criticada e imitada, el sistema polÃ-tico está en
una caja que toma decisiones, hay unas demandas, los inputs, que entraban en la caja, y la solución
que proporcionaba eran los outputs. Cuando proporciona efecto retroactivo termina siendo feedback.
• Ferrando BadÃ-a: el sistema polÃ-tico es una visión abstracta de la polÃ-tica, mientras que el
régimen polÃ-tico serÃ-a la concreción de ese sistema abstracto en una realidad determinada.
• Artola: plantea que la historia vivÃ-a en una situación de conflicto por la cual los individuos van a
llegar a un acuerdo a través de la polÃ-tica, entendida por él como el ente para conseguir el bien.
En consecuencia el sistema polÃ-tico, partiendo de una realidad conflictiva, obliga a que los
individuos lleguen a un consenso sobre unas reglas comunes de juego para dirimir la conflictividad
previa. La organización polÃ-tica que surja del consenso la vamos a llamar sistema polÃ-tico y la
capacidad de imponer decisiones va a ser aceptada; pero además, todo sistema polÃ-tico (parte
más innovadora del pensamiento de Artola) tiene que complementarse con lo que él llama un
sistema de poder, donde se engloban una serie de instituciones encargadas de imponer las decisiones
tomadas por el sistema polÃ-tico (la caja de Easton) al conjunto de participantes y no participantes del
sistema.
Un sistema polÃ-tico se compondrÃ-a de un conjunto de factores procedentes del exterior, que podrÃ-an
clasificarse en demandas y apoyos a éstas a través de las cuales se manifiesta la existencia de conflictos;
y el proceso polÃ-tico en el que, a partir de las demandas sociales, se llega a una decisión de carácter
general a partir de un compromiso común entre las partes sobre un procedimiento único para tomar una
decisión consensuada.
Para Artola la sociedad es muy importante y cree en un sistema polÃ-tico sumado al sistema de poder que da
un régimen polÃ-tico. Siguiendo la perspectiva de Artola se considerarÃ-an de forma separada el sistema
polÃ-tico y el sistema de poder, teniendo en cuenta que un sistema polÃ-tico serÃ-a un mecanismo que
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permite resolver conflictos ajustándose a unas reglas preestablecidas. Los ingredientes necesarios de un
sistema polÃ-tico serÃ-an:
• Participación: de los actores que integran los grupos en conflicto, son capaces de explicar sus problemas
al sistema. Esto son las leyes electorales que permitan definir el grado de participación polÃ-tica de la
población; en consecuencia, la participación nos va a permitir medir la representación
• Normas: el conjunto de normas o leyes reguladoras que permiten la conversión de las demandas en
decisiones mayoritarias que serÃ-an de aplicación general y que van a marcar las reglas del juego que el
sistema piensa son consensuadas. La regulación de todo el proceso de elaboración de una Ley
Fundamental, Constitución, va a ser lo que nos permita partir de distintos modelos que nos permitan
también tipificar el sistema polÃ-tico.
• Parte: existencia de una pluralidad de partidos polÃ-ticos concurrentes y que defienden intereses
particulares. Los partidos polÃ-ticos nos van a permitir estudiar su evolución, su funcionalidad e incluso
el grado de influencia que tienen o pueden llegar a tener en la sociedad.
Esto lleva a la existencia de demandas que se pueden identificar con cualquier solicitud que la sociedad en su
conjunto o individualmente eleve al sistema polÃ-tico para reclamar una regulación; en este sentido hay que
señalar que debe contar con una serie de apoyos o recursos, que serán todo aquello que sea capaz de poner
en marcha el individuo o el conjunto para que su demanda sea escuchada. Éste serÃ-a el punto álgido,
pues hay que plantearse las fórmulas de cómo expresar una demanda, desde una interpretación
parlamentaria hasta un mitin o artÃ-culo de prensa o incluso una pintada; pero lo más llamativo es quién
tienen derecho a explicitar esa demanda, en un principio cualquier ciudadano de a pie tiene derecho a formular
una demanda.
El problema es si va a ser oÃ-da por el sistema polÃ-tico, si entra en él y si va a ser tenida en cuenta; todo
ello depende de los apoyos o recursos de los que se disponga y además puede haber muchos problemas sobre
el planteamiento de la demandas, pues puede producirse una sobrecarga de demandas que pone en peligro
incluso el sistema polÃ-tico, su estabilidad, porque puede ser éste incapaz de resolver todas; los recursos
para evitarlo es que, en general, suelen ser tratadas, una vez han entrado, de manera que las semejantes se
aúnen. Las demandas pasan por etapas:
• Selección: filtro a la entrada del sistema polÃ-tico, se permite pasar aquellas que tengan apoyos
suficientes y posibilidad de pasar a una etapa de selección superior
• Clasificación: Una vez pasada la selección se clasifican por orden de prioridad atendiendo a su
importancia, atendiendo a sus apoyos y repercusión en la vida social
• Combinación: las demandas análogas se combinan a fin de reducir su número para que las compatibles
se reduzcan a una, mientras que las incompatibles nunca podrán ser tomadas en consideración
Toda demanda planteada pone de manifiesto la existencia de un problema al que es necesario poner solución
y esto da lugar a situaciones muy distintas. TendrÃ-an que superar al menos 5 criterios hasta que sea posible
hallar solución:
• Una demanda destruye a otras
• Una demanda domina a otra obligando a que otra quede sin satisfacción
• Dos se equilibran tan perfectamente en recursos y repercusión que se impide que alguna salga
satisfecha o se logra lo hagan con igual grado de satisfacción ambas
• Dos pierden su fuerza, se diluye por si mismas y desaparecen sin ser objeto de solución
• Compatibles entre si y se convierten en una única demanda para resolver
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Cuando se adopta una decisión polÃ-tica, las soluciones pueden ser de varios tipos:
• Reaccionario: soluciones polÃ-ticas que reestablecen opciones alternativas superadas ya en etapas
anteriores, supone una vuelta atrás
• Conservador: soluciones polÃ-ticas que dejan la situación tal cual estaba sin haber hecho ningún avance
• Reformador: soluciones polÃ-ticas que se orientan a un cambio progresivo del propio sistema que va a ir
avanzando hacia adelante
• Revolucionario: introduce bruscamente un cambio que puede acabar con el propio sistema polÃ-tico
vigente, han tenido un tiempo histórico y han pesado en una determinada etapa histórica
• El Estado: concepto y elementos constitutivos.
El Estado es uno de los conceptos más complicados y, sobre todo, habrÃ-a que señalar cuáles han sido
los modelos de dominación polÃ-tica estatal que se han sucedido a lo largo del tiempo.
Se podrÃ-a decir que la cuestión de igualdad ante la ley y la reorganización territorial han permitido una
evolución desde sus orÃ-genes, pero es importante saber que existieron formas preestatales de dominación
polÃ-tica a las que no hemos llamado Estado. Esto nos dice que ha habido sociedades con anterioridad al
liberalismo, en el s. XIX, con organizaciones sociales no estatales como los imperios antiguos, la polis, el
imperio romano y hasta el feudalismo; son distintos modelos de organización polÃ-tica que conducirán a la
aparición del Estado.
Se analizan las claves de la aparición para señalar lo que les faltaba a esas sociedades para poder ser
consideradas Estado, debe ser definido entonces como un ordenamiento jurÃ-dico que tiene como finalidad
general ejercer el poder soberano sobre un determinado territorio al que están necesariamente subordinados
los individuos que lo habitan; Bobbio considera que la aparición histórica del Estado es el resultado de un
dilatado y complejo desarrollo que trastocó los fundamentos de ese ordenamiento jurÃ-dico polÃ-tico,
aunque no lo destruye de un plumazo.
Junto a esta teorÃ-a Jellinek opina que para hablar de Estado hay que hablar de 3 elementos:
• Población: la existencia de una población especÃ-fica sobre la que se pueden aplicar las normas
que han surgido de las decisiones polÃ-ticas es un requisito imprescindible para la existencia del
Estado. Ese conjunto poblacional es considerado como un pueblo caracterizado por su gran amplitud
y gran disimilitud con respecto el exterior; ese pueblo es considerado en muchas ocasiones como una
nación, auténtico soporte del Estado.
Las diferencias entre Estado y nación hacen necesario recordar que todo Estado puede y debe englobar una
nación como mÃ-nimo, pero que no toda nación puede llegar a ser un Estado. Desde una perspectiva
histórica se ha hablado antes de nación que de Estado, aunque actualmente los paÃ-ses que han surgido
después de la II Guerra Mundial se han visto obligados a respetar un orden distinto, es decir, casi todos han
aparecido antes como nuevos Estados y no como nuevas naciones, con lo cual lo que ha sido necesario es que
esos nuevos Estados tengan que crear y asumir su propio espÃ-ritu nacional y, además, se han visto
obligados a buscar identidades. En definitiva, en Europa la existencia de naciones sirvió para construir sobre
ellas el edificio del Estado de tal manera que en el 98% de los casos se creó primero la nación, Europa del
s. XIX, y después apareció el Estado; pero en el resto del mundo lo primero fue el Estado como estructura
jurÃ-dico−polÃ-tica y más tarde ha ido surgiendo su configuración nacional como EE. UU.
Con respecto al término nación, se debe partir del hecho de una cierta solidaridad entre los individuos que
comparten una determinada colectividad y se puede afirmar que ese vÃ-nculo ya está incluso en la etapa de
las tribus. Cuando ese sentimiento se expande a otras tribus contiguas y cuando se pueden romper los
estrechos lÃ-mites de parentesco que suelen existir entre las tribus, es cuando podemos hablar del concepto
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nación y, en consecuencia, del concepto de nacionalismo, válido para el s. XIX pero en el XXI ya
anacrónico, pues autores como Rena hicieron pensar que el hecho de que de cada nación polÃ-tica pueda
surgir un Estado es algo válido para el XIX pero no en el XXI.
• Territorio: también indispensable para que exista el Estado pues una comunidad nacional no
puede llegar a ser un Estado si carece de territorio donde poder afirmarse en si misma y dependiente,
es decir, donde poder imponer su propia autoridad y evitar la imposición de autoridades externas.
• SoberanÃ-a: entendida como el poder supremo, la aproximación más simple al fenómeno del
poder, podemos decir que el poder es considerado como la capacidad para imponer las decisiones por
cualquier medio, incluso la coerción, y de esa manera se puede imponer cualquier decisión tomada
por el sistema polÃ-tico.
Lo que más interesa es que ese poder del Estado ha sido asimilado al concepto de dominación, al de
gobierno y soberanÃ-a; lo cual significa que para hablar de que el Estado tiene como obligatoria la presencia
de un poder polÃ-tico, habrÃ-a que decir que el poder polÃ-tico es el poder del Estado y, por tanto, un poder
de dominación. Ese poder polÃ-tico personificado en el Estado además es soberano, concepto que requiere
puntualización pues el concepto de soberanÃ-a ligado al de gobierno y Estado surgió en principio como
concepto de Ã-ndole polÃ-tica que posteriormente se convirtió en un concepto de Ã-ndole jurÃ-dica
dotando asÃ- al Estado de una autoridad suprema para que la comunidad pudiera existir. AsÃ- no se puede
negar que para que exista un Estado tiene que partir de la existencia de una colectividad que se asienta en un
espacio geográfico especÃ-fico valorado como:
• Espacio humano
• Espacio económico como lugar de recursos suficientes
• Espacio estratégico−militar no sólo con referencia bélica sino también comercial y
diplomática
Se nos plantea la cuestión de si la soberanÃ-a permitÃ-a calificar a los poderes medievales de estar
subordinados al Estado, el Estado va a afirmar su soberanÃ-a mediante una progresiva expropiación de la
corona de poderes polÃ-ticos, entidades superiores como la Iglesia o el Imperio y entidades inferiores hasta
conseguir el monopolio de la violencia legÃ-tima asumiendo la seguridad de las personas. GarcÃ-a Pelayo
comenta: El Estado ha sido el mayor expropiador de la Historia.
En el Antiguo Régimen la monarquÃ-a absoluta logró la unificación polÃ-tica centralizada en un Estado
que, también con éxitos diferentes, habÃ-a logrado la unificación. Los Estado absolutos europeos
tuvieron un comportamiento y, de formas distintas, les condujeron a su final mediante revoluciones burguesas
desde abajo como los PaÃ-ses Bajos o Francia; pudieron también caer por revoluciones burguesas desde
arriba como Alemania o Italia en el s. XIX o por revoluciones proletarias, como ocurrió en Rusia en el s.
XX. Hariou señala:
El Estado era una agrupación humana fijada en un territorio en el que existe un orden social, polÃ-tico y
jurÃ-dico orientado hacia el bien común, establecido y mantenido por una autoridad dotada con poder de
coerción.
En lo que al origen del Estado se refiere existen varias teorÃ-as:
• El contrato social de Hobbes y Rousseau: en un principio el hombre vivÃ-a independiente a
cualquier tipo de ordenamiento social y, en un momento determinado de la evolución, se llega a un
acuerdo voluntario por el cual se regula el orden de la colectividad a cambio de hipotecar, en un
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mayor o menor grado, su independencia individual
• Koppers: El Estado ha existido desde los tiempos más remotos
• Openheimer: El Estado ha surgido por la conquista
• Southall: El Estado aparece cuando se produce un entrecruzamiento de etnias y culturas y cuando
una de ellas se impone a la otra/otras
• Engels: cree también en la teorÃ-a de la conquista como origen primordial del Estado, pero
además cree que paralelamente se han de dar dos circunstancias para hablar de Estado, la
administración central y el derecho nacional/la propiedad privada. El Estado es producto de una
sociedad que en una etapa determinada de su desarrollo se va a enredar en una contradicción que no
se puede resolver, una vez que se han producido posiciones irreconciliables hay que crear un poder
por encima de la sociedad para amortiguar un hipotético conflicto y mantenerlo en los lÃ-mites del
orden. Ese poder que surge de la sociedad, pero que cada dÃ-a es más ajeno y más extraño, es el
Estado.
• Marx: para hablar de Estado hay que admitir un nivel de desarrollo de una sociedad, para que esa
sociedad dé el salto para que aparezca el Estado tiene que aparecer un excedente que dará lugar a
la apropiación por parte de alguien, siendo asÃ- como surge el derecho de propiedad, propiedad
entendida como un poder. Para Marx el desarrollo del hombre y su evolución vendrán
determinados por las relaciones de producción y distribución de la propiedad. Conforme
evoluciona el Estado, las contradicciones del sistema capitalista, donde él considera nace el Estado,
traerá como consecuencia su propia autoliquidación. Ese Estado para Marx no es más que un
instrumento coercitivo de la clase dominante y durará tanto como dure la lucha de clases, tras la
desaparición del Estado vendrá la sociedad comunista. Un Estado intermedio serÃ-a la sociedad
socialista manejada por una élite con acentos revolucionarios que conducirÃ-a a una sociedad
comunista, con la desaparición de la propiedad privada. Por tanto, la razón de ser del sistema
capitalista es la opresión por parte de las clases dominantes, hasta la llegada de la sociedad
comunista y libre.
• Easton: para hablar del Estado hay que partir de sociedades en las que no existe nada parecido a lo
que llamamos Estado, es decir, son sociedades segmentarias que, tras un proceso más o menos largo,
podrán llegar a una sociedad con Estado pero considerándolo como un concepto jurÃ-dico, es
decir, serÃ-a la única autoridad legitimada para ejercer la coacción.
El Estado liberal: el individualismo y la antinomia sociedad−Estado. El Estado social y democrático de
Derecho: intervencionismo redistributivo.
El Modelo de Estado Liberal burgués de derecho es el alternativo a la monarquÃ-a absoluta, surge con las
revoluciones liberales burguesas y está vigente hasta hoy dÃ-a, atendiendo a su realidad jurÃ-dica. En sus
orÃ-genes es un producto tÃ-picamente liberal que va a alcanzar su primera formulación doctrinal con Kant,
para quien la libertad liberal individual va a ocupar un lugar central en la concepción del Estado.
La garantÃ-a de un ejercicio de derechos individuales es el elemento capital del Estado de derecho, lo cual
exige unos requisitos necesarios para su vigencia tales como la legalidad, la competencia y la responsabilidad
jurÃ-dica. Desde que se establece constitucionalmente implica la no existencia de una autoridad por encima
de la ley, incluso el legislador tiene que cumplir la ley. Frente a las extralimitaciones del poder estatal, el
individuo puede disponer de elementos jurÃ-dicos para exigir la responsabilidad de los gobernantes.
Para que todo sea viable se requiere que las competencias de los organismos del Estado estén delimitadas
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por normas jurÃ-dicas previas generales, claras y precisas, que desarrollen el principio constitucional
fundamental de la división de poderes.
El Estado de derecho es aquel en el que, tanto las relaciones entre los individuos como las de los poderes
públicos con los ciudadanos e incluso las de los distintos poderes entre si, están definidas por normas cuyo
cumplimiento es exigible ante tribunales independientes. Por ello se puede decir que el Estado de derecho
está normativizado, basado en normas.
La toma de medidas extraordinarias por parte del poder para hacer frente a situaciones anormales tiene que
estar previsto constitucionalmente.
La diferencia entre el Estado del Antiguo Régimen y el Estado Liberal es que el poder de mandar en el
Antiguo Régimen viene dado por la gracia de Dios y en el segundo caso viene del derecho.
El Estado Liberal se ha declarado normalmente abstencionista, que sólo ha actuado como vigilante pero que
nunca ha querido intervenir en beneficio del individuo; es un Estado vigilante que no actúa, un Estado
mÃ-nimo. La diferencia con el Estado Social es que éste es un Estado intervencionista pero ese
intervencionismo era para ayudar a la población. Se ha dicho que la verdadera democracia consistirá en
ampliar la actividad del Estado para que fuese cada vez más intervencionista.
ElÃ-as DÃ-az nos habla de las caracterÃ-sticas del Estado Liberal de derecho con su libro Estado de derecho
y sociedad democrática, que serÃ-an el imperio de la ley, la ley entendida como expresión de la voluntad
general. Debe haber una estricta división de poderes, deben ser absolutamente independientes; tiene que
haber una legalidad de la administración que se pone de manifiesto en que esa administración tiene que
actuar siempre siguiendo la ley y control judicial. Hay derechos y libertades fundamentales que se tienen que
poner de manifiesto en garantÃ-as jurÃ-dico−formales y en una efectiva realización material de esos
derechos.
El Estado social se caracteriza por tener todos lo requisitos del Estado de derecho, pero su actuación básica
reside en el control de los mecanismos con que puede contar el Estado para promover un reparto igualitario.
El Estado intervendrÃ-a social y económicamente pero en beneficio del ciudadano y no en favor del Estado;
se tratarÃ-a de conseguir la igualdad no sólo ante la ley, sino entre los individuos. El Estado no está nunca
en contra de la sociedad, sino que trabaja con la sociedad para lograr un mayor progreso (en el Estado Liberal
se da una oposición sociedad−Estado), en mayor beneficio de los individuos.
El Estado del bienestar posee dos ingredientes, desde su aparición en la sociedad los objetivos básicos son
la igualdad de los ciudadanos entre si y la justicia social; ambos permiten una mayor profundización en el
contenido democrático de una sociedad. Para que el Estado del bienestar tenga un mayor desarrollo tiene que
tener capacidad para generar excedentes económicos, crear polÃ-ticas de redistribución de riquezas que
sean capaces de alterar el modelo decidido en cada momento por la sociedad y capaces para elaborar un
modelo sobre el que los bienes y servicios que deben priorizarse en la sociedad puedan afectar a todo el
mundo. El mayor problema deriva de la cantidad de recursos económicos
• SoberanÃ-a nacional y popular.
Sobre el concepto de soberanÃ-a, en la etapa del Antiguo Régimen se llegó a un momento en que se creó
una contradicción en las bases de la sociedad estamental, cuyo principio ordenador era el honor
institucionalizado en privilegio. Se intenta también que se ponga en práctica un programa de reformas
impulsado por los individuos de la ilustración, personas que creen en el hombre como individuo y que
apuestan por el progreso.
HabrÃ-a que decir que la Ilustración se fundamenta en que el progreso de la sociedad se basa en el libre
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ejercicio de las potencias individuales, es decir, el individuo como ente es el que puede crear el progreso.
Además, para la Ilustración la fuerza que mueve al hombre es la razón, que les llevaba a buscar su propio
interés para lograr la felicidad, que les es proporcionada por la riqueza, con lo que ésta deber ser el
principio ordenador de la sociedad (riqueza/propiedad). Si la felicidad se puede alcanzar con la riqueza,
ésta sólo podÃ-a ser fruto del libre juego de las relaciones económicas que hagan posible que las
capacidades individuales puedan desarrollarse sin trabas. Ese proyecto reformista va a inspirar la actuación
de los monarcas ilustrados y significa un intento de tránsito legal a un nuevo orden que va a fracasar, el
fracaso de todo intento de reforma va a afectar a la naturaleza polÃ-tica del régimen y deja abierta la puerta
a la revolución liberal−burguesa, que pudo poner ya el proyecto de cambio.
Se pasa entonces de unas relaciones económicas basadas en una pretendida regulación minuciosa y
asfixiante para salvaguardar los privilegios adquiridos, a una situación de libre mercado autorregulado; se va
a producir el inicio/aparición de una sociedad clasista, lo que marca una radical contraposición con la
ordenación estamental, vista anteriormente, y la conversión de lo que era la monarquÃ-a absoluta en una
constitucional limitada.
En esta tesitura los movimientos revolucionario del XIX van a conseguir un cambio en el sistema polÃ-tico,
que permite introducir nuevos mecanismos para conseguir y controlar la participación en el sistema
polÃ-tico; se fijan además unas normas de control realmente innovadoras y se consiguen cubrir los aspectos
que ya hemos visto en algunas ocasiones, elementos suficientes e imprescindibles para hablar del sistema
polÃ-tico (participación, normas y partes o partidos). La participación deriva del reconocimiento de que el
individuo es acreedor de derechos polÃ-ticos, principio que triunfa con la revolución liberal−burguesa,
aunque en la práctica su ejercicio quedó restringido por las normas fijadas para tener tal derecho (en la
práctica quedó reducido a los más ricos, que según los postulados del individualismo−liberal eran los
más capaces).
La práctica de la participación que se expresa en el sufragio presenta diferencias tanto más insuperables
cuanto mayor es la dimensión del conjunto, por eso a partir de ciertas dimensiones requiere, por razones de
funcionalidad, la representación. Con el triunfo de la revolución se impone el criterio de la representación
nacional, caracterizada por el hecho de que el representante recibe un mandato no imperativo, que cuando
actúa conjuntamente con los demás le convierte en portavoz de la soberanÃ-a nacional, concepto
indivisible y asÃ- lo establecen la Constitución francesa de 1791 (establece que la soberanÃ-a es una,
indivisible, inalienable e imprescriptible, que no puede perder su validez o efectividad, al ser inalienable no se
puede enajenar, por tanto vender). La soberanÃ-a le pertenece a la nación, ninguna fracción del pueblo ni
ningún individuo puede atribuirse su ejercicio, por lo que los representantes elegidos lo son de la nación,
principio que va a pasar a todas las Constituciones liberales posteriores.
En consecuencia, no son procuradores sino diputados, pues no tienen un mandato vinculante o imperativo,
sino que deciden por si mismos como individuos particulares e independientes que son y ejercen en conjunto
la soberanÃ-a nacional, que en estas fechas sustituye a la soberanÃ-a divina y que para ser legÃ-tima tiene
que proceder del consenso nacional y no de factores extranacionales.
Pese al avance que supone la nueva concepción de la soberanÃ-a, debe señalarse que aún no corresponde
con un régimen democrático, pues quienes representan realmente a la nación son los individuos que
disponen de recursos que les dan derecho a intervenir en la soberanÃ-a polÃ-tica nacional. La soberanÃ-a
nacional se basa en la doctrina un hombre un voto sin diferencias de riqueza permitiendo que cualquiera
participe, la lucha para conseguir el sufragio universal será incesante
El poder constituyente. La Constitución: concepto y tipologÃ-a.
Una vez determinada la participación, se requiere la adopción de normas aceptadas por los participantes
que regulen tanto los medios de acción como los que se explicitan y pueden promover las demandas
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polÃ-ticas. Además tiene que marcar las pautas para conseguir decisiones polÃ-ticas sobre esas demandas.
Ambos aspectos (demanda y solución) se dan con el triunfo de la revolución burguesa, son objetivo
especÃ-fico de una Ley Fundamental, que va a imponer lo que se llama la concepción garantista o el
concepto racional normativo, que son las denominaciones de Constitución. Esta concepción garantista va a
ser la prevalente pese a que, en oposición a ella, se desarrollarán en la 1ª mitad del XIX la llamada
concepción histórico−tradicional vinculada a la ideologÃ-a conservadora, que definÃ-a a la Constitución
como una norma escrita fundamental que establecÃ-a las funciones fundamentales del Estado y que regulaba
sus distintos órganos dándole importancia a los derechos individuales, que reconocen como fundamento de
legitimidad.
Las Constituciones liberales, por su carácter global y contenido ideológico, significan un diseño
orgánico que reestructura la sociedad sobre los 3 pilares fundamentales de libertad, igualdad y propiedad;
con lo que se pasa de una estructura estamental a una sociedad clasista cuyo principio ordenador va a ser la
riqueza. Hay que incidir, por tanto, que va a ser la Constitución el texto en el que se publique y formule el
proceso polÃ-tico que conduce a la conversión de las demandas en decisiones.
La Ley Fundamental, que sirve para recoger y garantizar todos los derechos fijados por el sistema polÃ-tico
liberal, cuenta con una serie de definiciones; pero podemos afirmar que la Constitución es el modo en que
una sociedad llega a conjugar la soberanÃ-a con el conjunto social, definición que los tratadistas denominan
Constitución real. Desde esa perspectiva no habrÃ-a ninguna sociedad donde no hubiera una; sin embargo,
una Constitución real no tiene nada que ver con una jurÃ-dica, que es la que impone unos lÃ-mites a la
acción estatal, parte de la concepción garantista y recoge en su seno el orden en el que se ha de mover la
actuación del Estado y recoge los derechos fundamentales del ciudadano; con lo cual, una Constitución de
esta naturaleza tiene que tener:
• Declaración de Derechos
• Reconocer la división de los 3 poderes
• Existir la soberanÃ-a de la Ley
• Marcar la distinción entre poder constituyente y poder constituido
• Tener una parte dogmática y otra orgánica (leyes que se desarrollarán posteriormente)
Sólo el estudio del ordenamiento constitucional de un Estado no proporciona un completo conocimiento,
pues habrÃ-a que analizar también su realidad histórica y cómo se aplica cada dÃ-a el articulado de su
Constitución; cualquier Constitución está pensada para una realidad concreta y un momento histórico
completo, y de hecho no hay ninguna que permita la posibilidad de su reforma, un modo es la interpretación
que dÃ-a a dÃ-a se puede hacer del articulado constitucional (suele ocurrir en aquellos paÃ-ses que tienen un
articulado confuso o cuando los mecanismos para alterarla son muy complicados).
Además, al ser una Ley Fundamental, no sólo determina qué órganos deben ejercer los poderes, bajo
qué condiciones y dentro de qué lÃ-mites; sino que, por la superioridad de su fuerza, es también la
fuente de todo ordenamiento jurÃ-dico de un paÃ-s y, por esa razón, hay que pensar en la existencia de lo
que se llama principio de constitucionalidad, que nos permite entender que cualquier Constitución se ha
elaborado históricamente por un acto de poder constituyente, concepto que históricamente ha permitido
registrar distintos procedimientos para la formación de Constituciones. HabrÃ-a que decir que el poder
constituyente es el que tiene capacidad de constituir, por lo que estrictamente no es un poder jurÃ-dico sino
polÃ-tico que coincide además con la soberanÃ-a; el que es considerado como soberano es el que tiene
derecho a crear la Constitución como Ley Fundamental.
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En cuanto al pueblo, en ese proceso revolucionario creado en Francia, va a tomar conciencia como entidad
polÃ-tica capaz de actuar y se va a transformar en una nación a la que se atribuye la soberanÃ-a. El legado
de ésta del rey a la nación, la convierte en sujeto de un poder constituyente originario, lo que significaba
que no existÃ-a ninguna fuente de derecho anterior que la tuviera que legitimar, por lo que Sieyès, en su
célebre folleto ¿Qués es el Tercer Estado? , afirmaba que éste no tenÃ-a que remontarse para nada
más allá de 1879 pues para él tenÃ-a una legitimidad justo desde ese momento. En consecuencia, el
primer procedimiento para formar una Constitución consistió en la aprobación de un texto constitucional
por parte de la Asamblea Nacional Constituyente que, al votar el 26 de Agosto de 1789 la Declaración de
Derechos del Hombre y el Ciudadano que precedÃ-a a la Constitución, extendió el certificado de
defunción del Antiguo Régimen.
Junto a este procedimiento de aprobación mediante Asambleas, podemos ver en la historia de Francia la
aparición del procedimiento plebiscitario o cesarista que responde a la concepción de que el pueblo
traspasa el poder constituyente originario que le correspondÃ-a a un jefe carismático, a un lÃ-der
polÃ-tico/héroe militar que se convierte entonces en único representante del pueblo. La opción entonces
del texto constitucional va a ser consecuencia de la decisión unilateral de ese individuo que detenta el poder
constituyente y que va a recurrir a la vÃ-a del plebiscito para contrastar la adhesión del electorado.
Después de que la Constitución del año VIII fuera ratificada por el pueblo, después de haber sido
puesta en vigor el 25 de Diciembre de 1799 y nada más ser proclamado cónsul vitalicio, va a ser también
Bonaparte quien dicte la nueva Constitución del año X, que también va a ser sancionada mediante
plebiscito. Marx comenta que si la historia se repetÃ-a era una tragedia, pero que si se volvÃ-a a dar se trataba
de una farsa; con el acontecimiento de la rendición del 18 de Brumario se recurre al plebiscito y se
establecÃ-a ese cesarismo para el II Imperio, ocurren procedimientos similares a la hora de elaborar un texto
constitucional por un individuo investido de gran poder, fue el ejemplo de Pinochet y Fujimori.
Un tercer procedimiento de formación de Constituciones es el que coincide con lo que se denomina Cartas
Otorgadas, que ya no tienen el nombre de Constitución pues se trata de un auténtico fraude para la
población y con ellas el monarca dice otorgar voluntariamente a la población una serie de derechos, entre
ellos la participación, pero es una falacia absoluta pues, el ejemplo más claro es el de Luis XVIII en 1814, .
Se fue reduciendo cada vez más la participación de los ciudadanos, tornó a un sufragio más censitario.
Las tipologÃ-as no son más que una clasificación ordenada de Constituciones que no proporciona
información especial, pero gracias a ellas cada autor puede aportar ideas sobre un modelo personal a
estudiar. El jurista Gablentz partió de la relación que existÃ-a entre la Constitución jurÃ-dica y la real,
según la cual habrÃ-a 3 modelos:
• Formales: recogen en su texto lo ya impuesto por el uso o la costumbre.
• De garantÃ-a: garantizan la división de poderes y los derechos fundamentales.
• De fachada: aunque recogen lo mismo que la anterior, el poder no lo pone en práctica nunca.
Otra tipologÃ-a parte de cómo un paÃ-s ha podido llegar a tener una Constitución, habla entonces de:
• Impuestas: aquellas que han surgido del mismo poder
• Estipuladas: se han conseguido después de un pacto entre el monarca y una representación de
ciudadanos dando igual que esa representación haya sido convocada por el propio monarca o salido
de una revolución popular
• Revolucionarias: para el autor son las que surgen de la misma soberanÃ-a popular, que se pone a si
misma unos lÃ-mites que van a estar claramente recogidos en la Constitución.
Loewenstein clasifica las Constituciones partiendo de su eficacia, distingue también tres modelos:
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• Normativas: establecen un orden coincidente en todo con lo descrito en la Constitución. Se tratarÃ-a de
un traje hecho a medida que trasladado al tema que nos interesa supondrÃ-a la existencia de un texto que
legaliza el funcionamiento de la sociedad y que, además, se pone en práctica y es efectivo. En occidente
la mayorÃ-a de las Constituciones responden a este modelo normativo siendo Francia, Alemania o Italia los
paÃ-ses donde hay una Constitución normativa por excelencia.
Estas Constituciones se basaban en el concepto racional normativo de Constituciones, que indicaba que una
Constitución debÃ-a tener una tabla de derechos, una separación de poderes, soberanÃ-a de la ley,
separación de los poderes constituyentes y constituidos, parte orgánica y parte dogmática. Fuera del
ámbito occidental, debido a la occidentalidad intelectual que ha conocido tanto el pueblo como el gobierno,
se puede decir que en paÃ-ses como la India, Ceilán e incluso Israel más que una Constitución hay leyes
constitucionales.
• Nominales: establecen un orden que sólo coincide parcialmente con lo recogido en la Constitución, se da
en los paÃ-ses donde hay una Constitución legalmente válida pero que no tiene realidad actual; no dejan
de ser una declaración de intenciones constitucionales que se espera se haga realidad en un futuro. SerÃ-a
entonces un traje que se puede vestir pero que no se usa; el ámbito de estas Constituciones se encuentra en
paÃ-ses en que la Constitución occidental ha sido implantada en una estructura de sociedad colonial de
carácter agrario o feudal y que, para que se ponga en funcionamiento, es necesario que cambie la
mentalidad de la población gracias a la existencia de ese texto constitucional.
Es difÃ-cil encontrar Constituciones de esta clase en Estados como Asia o Ãfrica, donde lo más probable
es el autoritarismo y parece muy difÃ-cil que se puedan implantar proyectos de carácter constitucional
nominal; pero sÃ- son muy habituales en América latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Uruguay)
donde el llamado ambiente latinoamericano permite que funcionen textos constitucionales de esta naturaleza.
El caso más tÃ-pico serÃ-a el de Japón, que desde 1946 posee una Constitución elaborada y puesta en
vigor por el comandante supremo de las potencias aliadas en la II Guerra Mundial; se puso en funcionamiento
con una ocupación extranjera y tras la rendición del ejército ante ese colectivo invasor. SerÃ-a, en
definitiva, un texto escrito que pretende legalizar un sistema polÃ-tico pero que ni si quiera tendrÃ-a las
caracterÃ-sticas de una Constitución real.
• Semánticas: Constituciones al servicio del poder orientadas según el poder establecido de hecho; la
Constitución en este caso se acomoda al poder y no a la inversa, según el ejemplo del autor se tratarÃ-a
de un disfraz que permite salvar la cara a ciertos grupos que ocupan el poder, por lo que su denominación
es simplemente un problema de lenguaje, una cuestión semántica. Suelen elaborarse en paÃ-ses donde es
aconsejable emplear una Constitución escrita para legalizar, estabilizar y perpetuar una configuración del
poder ya existente; su existencia permite además que el poder vigente cuente con un respeto internacional
que entiende que ese texto constitucional le proporciona legitimidad democrática. En esta categorÃ-a se
encontrarÃ-a la mayorÃ-a de los antiguos Estados satélite soviéticos, de la URSS de 1977, o Cuba.
Cuba tuvo una Constitución democrática o pseudo en 1940, que prácticamente nunca estuvo en vigor; en
1959, ya iniciado el proceso revolucionario, se realizó una Ley Fundamental de la República que hoy dÃ-a
no tendrÃ-a el carácter de Constitución ni de ley constituyente, sino que eran leyes reformistas de la
economÃ-a. Finalmente, en 1976 gracias a la esfera de la influencia soviética, se elaboró una
Constitución que no se llegó a aplicar y que no correspondÃ-a a ninguno de los modelos del autor, a lo
sumo podrÃ-a ser una Constitución Semántica. De 1899 a 1902 los norteamericanos gobernaron el paÃ-s
con una Constitución que incluÃ-a la llamada enmienda Platt, que le dio desde entonces el derecho de
intervenir militarmente en Cuba y retener una parte del territorio de la isla para crear una base aeronaval,
Guantánamo.
• Ciclos del movimiento constitucionalizador.
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En el caso británico nos encontramos ante un caso muy particular pues tienen una Constitución inexistente,
también existe el término Constitución y se habla de ella como si se tratara de un texto escrito. Esto
determina que para los juristas británicos la palabra Constitución ha sido utilizada como el referente de un
documento que para ellos contiene la Ley Fundamental del Estado y, lo más importante, es tener muy en
cuenta que no toda Ley Fundamental tiene que ser constitucional, sino que sólo es constitucional aquella que
establece una estructura del poder polÃ-tico supremo, que impida la concentración de otros poderes en una
misma persona o grupo y que, al mismo tiempo, pueda garantizar a los ciudadanos una serie de derechos.
En Gran Bretaña no hay ninguna declaración de derechos, pues para ellos el Parlamento y la Corona son la
sede de cualquier base constitucional; el texto no les sirve de nada, sino que es mucho más importante el
derecho consuetudinario.
Además, para los británicos hay momentos históricos fundamentales como la revolución de 1642, por la
cual se produjo la ruptura de un pacto existente entre Carlos I y la Cámara de los Comunes; esta ruptura
acabó con la vida del rey y permitió la proclamación de Cromwell, que consintió en crear el Estado Libre
de Inglaterra, que acababa con lo que existÃ-a previamente. Se inició entonces la fundación soberana de un
nuevo Estado e intentó imponer una Ley Fundamental, Instrument of Governement, que se quiso poner en
funcionamiento en 1653; se trataba de una ley muy coercitiva que no fue aprobada por el Parlamento ni
tampoco por Escocia e Irlanda, que en esas fechas ya se habÃ-a asociado a Inglaterra.
Después de morir Cromwell, se produjo la restauración monárquica y en 1688 aconteció una
revolución por la cual el Parlamento exigió la limitación de los poderes de la Corona y proclamó la
soberanÃ-a Parlamentaria, lo cual ha permitido que no se elabore una Constitución que pueda limitar los
poderes de ese Parlamento soberano. Se trata de una soberanÃ-a unitaria y parlamentaria que le da una
originalidad extrema a la Constitución británica.
El Parlamento, desde esa fecha, ha ido creando leyes de contenido constitucional, pero además ha mantenido
y conservado las costumbres. Se ha conseguido un equilibrio de poderes que se ha mantenido siempre dentro
de la hegemonÃ-a del Parlamento, pero ciertamente limitado por el gabinete y gobierno británico, incluso
por el electorado británico, que ha ido ampliándose sucesivamente hasta el momento presente. En Gran
Bretaña el Parlamento, el gobierno y la Corona, que deberÃ-an estar separadas, mantienen entre si una
especie de pacto federal entre todas las naciones del Reino Unido; esto permite NO tener una Constitución
como documento instrumental y, sin embargo, tener una jurisprudencia tan amplia formada por una amalgama
de leyes, de usos y costumbres, que forman ese derecho consuetudinario. Para los británicos este derecho es
lo que prima, es lo que permite a Gran Bretaña estar por encima del resto de Europa.
La Constitución norteamericana de 1787
La primera Constitución existente cronológicamente fue la norteamericana de 1787, que se elaborará al
mismo tiempo que se produce la Guerra de Independencia. Es una etapa en la que las colonias, deseosas de
independizarse, van a conocer un proceso de autodefinición polÃ-tica que parte de un texto fundamental
elaborado por Jefferson, la Declaración de Independencia de 1776. Se trata de la primera formulación
teórica de la doctrina liberal del uso del poder; en ese texto, como puntos fundamentales por parte de las
colonias, se van a establecer dos aspectos básicos:
• Serie de derechos previos de los ciudadanos: a la vida, libertad y búsqueda de la felicidad; influidos por
las ideas de Locke. Se trata de una serie de derechos que el poder debe fortalecer y respetar.
• Establecer un derecho fundamental, el derecho de insurrección de un pueblo cuando el poder haya
alterado las libertades previas de cualquier ciudadano.
Con esas dos exigencias fundamentales, la Declaración de Independencia va a ser el marco teórico a partir
del cual se elabore una Constitución, en la cual se van a redactar las formas polÃ-ticas que van a tomar las
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colonias después de su independencia. Sin embargo, no será aprobada hasta 1787 debido, entre otras
cosas, a que debÃ-a cumplir una serie de requisitos:
• Las colonias debÃ-an aprobar ese texto constitucional, con lo que en él se debÃ-a reconocer la
autonomÃ-a de cada una de las colonias que posteriormente formarÃ-an los EE. UU. Su cumplimiento
hará que se cree un sistema muy complejo. En cuanto a la organización del Estado, la Constitución
establece un doble sistema de soberanÃ-as enteras y distintas:
• Federal: serÃ-a una especie de gobierno central por encima de todo el territorio con autoridad
superior a todos los Estados miembros. Sus ámbitos de actuación serÃ-an la polÃ-tica exterior, la
defensa, el comercio con el extranjero y entre cada uno de los Estados miembros de la Unión.
• Estatal: de cada Estado miembro, que son soberanos y autónomos en distintas cuestiones en las que
el gobierno federal no puede intervenir.
• El texto necesitaba básicamente crear un sistema de distribución y equilibrio de poderes que
respondiera a las exigencias del pensamiento polÃ-tico liberal y, en consecuencia, impidiera la aparición
del despotismo. Se creó entonces un sistema por el cual existÃ-an en ambos Estados tres poderes
diferentes e independientes:
• Poder ejecutivo: en manos de un presidente de la República o en manos del gobernador de cada Estado.
• Poder legislativo: en manos de las Asambleas de representantes.
• Poder judicial: en manos de los tribunales de justicia de cada uno de los Estados, su culminación final
serÃ-a el Tribunal Supremo Federal o el Tribunal Supremo de cada uno de los Estados miembros de la
Unión.
El texto estadounidense lleva a cabo una división entre los poderes tanto en el plano federal como en los
Estados de la Unión. Hay que puntualizar que el presidente de la República es elegido indirectamente por
los ciudadanos, pues cada Estado miembro tiene que elegir una serie de compromisarios que serán los que
elijan al presidente. En un primer momento la elección la podÃ-an hacer sólo aquellos ciudadanos que
tuvieran una renta determinada, pero con el tiempo se fue implantando el sufragio universal.
El presidente nombra a sus consejeros, que dependen directamente del presidente y disfrutan de una serie de
atribuciones; pero no son un órgano colectivo, porque no tienen poderes propios y, en consecuencia, son
sólo colaboradores del presidente.
En la Constitución el poder legislativo está formado por dos cámaras, el Senado y el Congreso. Por
encontrarnos en un sistema federal, el Congreso es la cámara representativa proporcional al nº de
habitantes de cada uno de los Estados de la Unión; mientras que el Senado tiene una representación
igualitaria para cada Estado, 2 senadores, para evitar los posibles abusos que pudieran ejercer los Estados
más poblados.
El tribunal supremo, el tercer poder, es la cúspide del poder judicial y está formado por 9 personas que
ocupan su puesto de manera vitalicia, son elegidos por el presidente en colaboración con el Senado. El
tribunal supremo es el garante de la Constitución, es el encargado de impedir la puesta en práctica de una
ley si es considerada anticonstitucional por el propio tribunal.
En esta época EE.UU. implanta un régimen presidencialista en el cual no hay dependencia entre el poder
ejecutivo y el legislativo, pues las cámaras pueden votar algo contra el presidente pero no pueden obligarle a
dimitir como ocurre en el régimen parlamentario. Sólo se puede obligar a dimitir al presidente en caso de
impeachment, denominación que se produce cuando el presidente (o un alto cargo) es apartado de su cargo
por haber cometido un delito de alta traición, un delito de perjurio.
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El poder ejecutivo tiene dependencia del legislativo, pues el presupuesto estatal tiene que ser votado y
aprobado por las dos Cámaras; también se requiere esa doble aprobación con los tratados de de paz
internacional e incluso de guerra.
Además de esta cuestión, el poder legislativo tiene cierta dependencia del ejecutivo, pues el presidente
puede negarse a aprobar una ley hecha por el poder legislativo y puede vetarla para una nueva revisión de la
misma hasta dos ocasiones. En la segunda ocasión que al presidente se le remite la misma ley, éste está
obligado a ponerla en práctica.
Este sistema mantiene una especie de equilibrio con una independencia relativa de los dos poderes,
consiguiendo asÃ- teóricamente que ninguno tenga excesiva fuerza.
Hasta 1787, en la Convención de Filadelfia, no se consiguió la aprobación de la Constitución, pues para
ello tenÃ-a que serlo por todas las colonias. Hubo muchas complicaciones que se solventaron cuando, al lado
del texto constitucional, se aprobaron 10 enmiendas, todas presentadas por el Estado de Carolina del Norte.
Estas enmiendas recogÃ-an una serie de derechos básicos de los ciudadanos que no se habÃ-an previsto; se
pusieron en vigor en 1791.
El texto de la 1ª enmienda, en su última redacción hecha por Madison, incluÃ-a el reconocimiento de
derechos como la libertad de prensa, religiosa, de expresión, de reunión y de petición. La fórmula para
que se respetaran y reconocieran era muy primitiva, pues estaban definidos de forma residual, es decir, todo lo
que no estaba prohibido estaba permitido; en consecuencia, para que esos derechos pudieran respetarse sólo
era necesario que ninguna ley pudiera ir contra esos derechos. En definitiva, en esa enmienda era válido todo
lo que no estaba prohibido, lo cual era una interpretación muy ventajosa para el ciudadano.
En la enmienda 4ª y 8ª se exponen una serie de garantÃ-as jurÃ-dicas o de procedimiento judicial, por las
cuales todos los ciudadanos tenÃ-an derecho a ser tratados por los tribunales con respeto. También se
incluÃ-a el habeas corpus, por el cual uno no podÃ-a ser detenido más de 48 horas; el derecho a no ser
juzgado 2 veces por el mismo delito, el derecho a que los bienes de cualquier persona detenida fueran
respetados... principios que van a ser la base del moderno derecho penal de la mayorÃ-a de los paÃ-ses
occidentales.
El sistema de enmiendas aparece como la formulación más idónea para que se modifique la
Constitución, tanto es asÃ- que desde 1791 se han hecho modificaciones. El único caso equiparable
podrÃ-a ser el de la Constitución inglesa no escrita, cuya formulación teórica pervive más de 3 siglos al
estar basada en el derecho consuetudinario.
El éxito se debe a que se consigue un equilibrio entre las colonias, pero hubo un conflicto posterior, la
Guerra de Secesión en 1861−65, momento en que las colonias del Sur quisieron separarse. En la base se
encontraba un problema constitucional; pese a ese conflicto, por lo general, sólo habrá leves problemas de
interpretación.
Las Constituciones del ciclo de la Revolución Francesa
Se producen en el ciclo de la revolución francesa, se da lugar al menos a 3 Constituciones (1791, 93 y 95)
básicas, pura y netamente liberales. Hay que explicar que las revoluciones que se producen en Francia contra
las instituciones, suelen tener orÃ-genes fiscales o polÃ-ticos; de tal manera, que los años anteriores a 1789
en Francia, se impusieron muchos sistemas fiscales cada vez más exigentes y que tenÃ-an como intención
hacer frente a los gastos del Estado.
Los individuos que se pusieron al frente de la hacienda presentaron polÃ-ticas diferentes, cada una promotora
de conflictos contra las instituciones del Antiguo Régimen. Cabe destacar Turgot, de ideologÃ-a
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fisiocrática y nombrado ministro de hacienda por Luis XVI, es promotor de la reforma fiscal de los 6
edictos de 1786. SuponÃ-a una supresión de las corveas y demás impuestos feudales; abolición de
gremios y establecimiento de un impuesto general sobre la renta; ordenaba además la inmediata
liberalización del comercio de granos, por lo que ascienden los precios del pan y se sublevan entre 1775−85
los trabajadores... En esta situación de conflicto social, una serie de instituciones francesas, como el
Parlamento de ParÃ-s, se reúnen para hacer frente a las reformas que quiere hacer Turgot.
El sucesor de Turgot, Necker, paralelamente trata de reunir una institución obsoleta, la Asamblea de
Notables, que presentaba a los 3 estados (nobleza, clero y ciudades). Estaba formada por individuos elegidos
directamente por el rey, pero a pesar de ello asumÃ-a una conciencia de representatividad en estas fechas; se
oponÃ-a entonces a la voluntad del rey y a su ministro de hacienda, lo que provocaba la caÃ-da de algunos de
los impulsores de las reformas de Turgot.
Finalmente se convocan los Estados Generales, institución que desde 1614 no habÃ-a sido convocada; el
problema que se plantea es que se reúnen los 3 estamentos clásicos (nobleza, clero y tercer estado), que no
son representados de forma igualitaria y, en consecuencia, lo que pretende el monarca es darle el mismo nº
de representantes al tercer estado, muy mal aconsejado por Necker. También se intenta llevar a cabo una
reforma polÃ-tica de alto calado, la formación de una Constitución, la primera y modélica de todo el
ciclo revolucionario.
La Constitución de 1791 va a incorporar en su preludio la Declaración de Derechos de 1789 y marca un
poco la pauta de las Constituciones futuras. Se plantea también una formulación doctrinaria según la cual
la soberanÃ-a reside en la nación, que va a ser la que puede participar en la vida polÃ-tica del paÃ-s, pues
según dice la Constitución:
La soberanÃ-a es una, inalienable, indestructible e imprescriptible, y nadie puede atribuirse el ejercicio de
esa soberanÃ-a.
Además esa Constitución admite la representación, pero también considera que para ponerla en
práctica sólo puede ser por delegación. Se divide a la población en 2 grupos distintos:
• Ciudadanos activos: pueden participar en la vida polÃ-tica, para lo que se requiere ser francés, ser
mayor de 25 años y, sobre todo, pagar una contribución directa que equivaliera a 3 jornales de
trabajo en un lugar determinado de Francia, lo cual implicaba una desigualdad entre los lugares más
pobres y ricos de Francia, donde los jornales serán más altos o más bajos.
• Ciudadanos pasivos; los pasivos son aquellos que sólo tienen derechos protegidos por la
Constitución pero que no van a poder influir en la vida polÃ-tica de paÃ-s.
Se fija un sistema indirecto, habrá Asambleas Primarias que eligen electores que a su vez eligen a los
representantes. Para ser elector las exigencias censitarias eran aún mayores y, en consecuencia, todo redunda
en buscar diferencias para que no todo el pueblo participe de forma igualitarista. Los representantes elegidos
van a ser representantes de la nación y no de los que les han votado; en consecuencia no van a ser
procuradores sino diputados, pues no tienen ningún mandato imperativo/vinculante y por tanto pueden
decidir por si mismos.
Se define a la Corona, poder ejecutivo, de forma poco respetuosa, pues se dice que no hay en Francia
ninguna autoridad superior a la ley; en consecuencia, la monarquÃ-a representa un débil poder ejecutivo, el
rey puede nombrar a sus ministros y dispone de voto suspensivo por 2 legislaturas. También se crea la lista
civil, asignación para pagar los gastos de la casa real, pero no los públicos, al contrario que en Gran
Bretaña.
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La Asamblea Nacional, que sume el poder legislativo, elige el lugar de su residencia, el tiempo que va a estar
reunida y va a ser Cámara única. Para poder realizar una norma está la vÃ-a urgente o la vÃ-a ordinaria;
lo más habitual es que la Cámara recibiera un proyecto de ley del que habrá que hacer al menos 3
lecturas, que se van a realizar en distintas sesiones de discusión y no en una sola. A partir de esa discusión
el monarca, que no tiene iniciativa legal, se va a encargar de sancionar las leyes y podrá rechazarlas a
través de ese veto suspensivo, pero éste no puede alcanzar a todas las disposiciones de la Asamblea, ya
que las cuestiones de presupuesto no necesitaban la sanción real, ni tampoco las relativas al régimen
interno de la Asamblea ni las cuestiones relativas a la validez de las selecciones e, incluso, a los asuntos
relativos a la responsabilidad de los ministros.
Además, esta Asamblea legislativa que elabora la Constitución del 91, dura sólo un año porque las
monarquÃ-as europeas consideran la Constitución de lasa majestad y toman medidas amenazantes contra los
franceses. El rey, por su parte, utiliza todas las posibilidades constitucionales a su favor, aunque eso le crea
una impopularidad muy fuerte. En esta situación, en ParÃ-s se va a crear una Comuna que provoca un nuevo
fenómeno revolucionario que anuncia la convocatoria de una nueva Asamblea Nacional o de una
Convención, que iba a ser elegida por sufragio universal en 1792. Ese proceso revolucionario va a crear la
Convención, que dará una nueva Constitución a Francia y dará lugar a que existan 2 textos:
• El Girondino, que no llegó a publicarse.
• El Jacobino: Constitución de Junio de 1793, que va a recoger inicialmente la igualdad ante la ley y,
en el orden polÃ-tico, plantea que en Francia tiene que haber una libertad absoluta, incluso se plantea
el derecho a la resistencia a la opresión, el derecho a la insurrección y el derecho a la propiedad sin
ningún tipo de lÃ-mites.
Esta nueva Constitución de 1793 va a permitir a los individuos que ocupan el poder tomar decisiones como
que Luis XVI sea guillotinado el 21 de enero de 1793; ese ataque a la monarquÃ-a va a provocar que, en
pleno momento álgido de la revolución, las potencias europeas se pongan claramente en contra de Francia
y traten de buscar todas las opciones posibles para acabar con estos revolucionarios que han acabado con el
monarca francés.
Los jacobinos crean un nuevo texto constitucional que tiene una declaración de derechos mucho más
amplia que la anterior, va a reproducir la parte relativa al derecho de participación de una forma mucho
más congruente y mantiene una solemne declaración de garantÃ-as constitucionales puramente verbal,
pues no hay ninguna acción que pueda ser garantizada.
Igualdad, libertad, seguridad, deuda pública, libertad de culto, de enseñanza, de prensa, derecho de
petición y reunión...
Esta Constitución posee un gran radicalismo polÃ-tico y, lo más notable, es que se va a crear un Consejo
ejecutivo (ya no hay monarca) compuesto por 24 miembros designados por el cuerpo legislativo, elegidos de
entre una lista de nombres elaborada por las Asambleas electorales de los Departamentos. Ese Consejo
ejecutivo va a encargarse de nombrar a todos los agentes exteriores de la República.
Lo más llamativo es que esta Constitución no se puso en práctica nunca, porque las potencias europeas
entraron en guerra con Francia y, en consecuencia, fue necesario sustituir ese Consejo Constitucional por un
gobierno revolucionario que tenÃ-a 2 comités para detentar el poder ejecutivo, el de Salud Pública y el de
Seguridad Nacional.
El cambio en la Convención Termidoriana lleva a la etapa del Directorio, que se produce como consecuencia
de 2 factores: la victoria de la Convención sobre el asalto exterior de las potencias europeas y la presión de
Robespierre, que va a plantear un problema fundamental en Francia.
18
Lo primero que decide Robespierre es no cambiar la Constitución y crea un sistema hÃ-brido que dura dos
años, que se conoce como la etapa del Directorio y que da lugar a una nueva Constitución, en Agosto de
1795 o año III, que inspira a todos los sistemas polÃ-ticos que se van a implantar en el resto de Europa,
pues es un texto más explicativo y sólo se puede entender por el impacto que habÃ-a provocado en la
población francesa el Terror.
La peculiaridad es que habrá una declaración de derechos y de deberes, la de derechos reproduce el
conocido esquema del constitucionalismo francés en el que aparece como preámbulo y al final de la
Constitución. Hay un tÃ-tulo sobre disposiciones generales que contiene los enunciados más concretos del
derecho del hombre.
La Constitución del 95 es similar a la del 91, aunque con una peculiaridad; existe una declaración de
derechos y de deberes:
• Declaración de derechos: renueva el derecho a la participación y se define al ciudadano como
aquel individuo que puede intervenir en la nominación de representantes del pueblo y funcionarios
públicos. Además el ciudadano toma parte en la creación de leyes.
• Declaración de deberes: no tiene ninguna posibilidad instrumental de ser exigido, sino que es un
programa de buenos deseos muy impregnado de moralina. Es casi imposible que puede ponerse en
funcionamiento.
Aparece la determinación más especÃ-fica del derecho de propiedad cuando dice que el mantenimiento de
ésta es la base sobre la que reposa la producción y, en definitiva, la organización de la sociedad.
Además de esa introducción del derecho de propiedad, denota que la Constitución está hecha para
favorecer el poder de la burguesÃ-a y anular de forma contundente el poder de las clases populares y la
aristocracia.
A partir del derecho a la participación, se dice que pueden participar los ciudadanos que, de forma muy
restrictiva, son: los hombres nacidos y residentes en Francia que tengan más de 21 años. Además los
ciudadanos debÃ-an estar inscritos en el registro cÃ-vico del cantón que les correspondÃ-a y nuevamente
pagar una contribución directa cuya cuantÃ-a no estaba especificada en el texto. Los ciudadanos van a
participar a través de distintas asambleas, debÃ-an elegir con un sistema electoral indirecto a los miembros
de las asambleas de representantes.
El poder legislativo lo van a ocupar 2 Cámaras, el Consejo de Ancianos y el Consejo de los 500; se
reproduce un reparto de poder muy radical para evitar que una de las 2 Cámaras se pueda hacer con el poder
al completo. El Consejo de los 500 sólo podÃ-a presentar proyectos de ley, que pasaban al Consejo de
ancianos; el Consejo de ancianos no podÃ-a intervenir en la discusión de la ley, sólo podÃ-a aprobarla o
rechazarla. De este modo se impide que se hagan proyectos de ley que puedan ser beneficiosos, se hace casi
imposible el avance de la legislación.
El Directorio es formado por una lista del Consejo de los 500 de la que el Consejo de ancianos elige a 5
personas; el Directorio no puede intervenir en el poder legislativo, sino que simplemente puede sugerir a las
Cámaras que tomen en consideración algún tema para que vean si hay posibilidades de llevar a cabo un
proyecto de ley.
Las Cartas otorgadas y las monarquÃ-as limitadas constitucionalmente.
Las Cartas otorgadas y monarquÃ-as constitucionales dan lugar a otro sistema polÃ-tico. Los textos
constitucionales posteriores a 1814 se caracterizan por la presencia de ciertos principios que los separan
radicalmente del modelo revolucionario; en lugar de la supremacÃ-a parlamentaria, que pretendÃ-a un
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estricto control sobre el poder ejecutivo, plantea la preeminencia de la Corona sobre un Parlamento que va a
estar muy mediatizado.
El primer ejemplo de Carta otorgada se da en Francia, después del golpe de Brumario. Se elaboró un texto
que más bien era una pseudoconstitución, por el cual se creaba un modelo en el que la participación de los
ciudadanos era casi inexistente, ya que el texto era elaborado por una serie de juristas, que seguÃ-an las
recomendaciones de la Corona, y lo planteaban a modo de remero constitucional.
En estas Cartas otorgadas, frente a las Constituciones liberales, todo el poder va a quedar en manos del
prÃ-ncipe que las otorga. El Parlamento tiene siempre un carácter bicameral y la Cámara alta era elegida
por el propio rey entre las personas de mayor edad, fortuna y experiencia; ésta defenderá siempre los
puntos de vista del rey, por lo que se va a hacer innecesario el recurso de veto del rey.
El rey puede disolver la Cámara baja, que carece de iniciativa legal, ya que no puede hacer proyectos de ley
ni enmendar, sin el acuerdo de la Corona, los proyectos que le presente al gobierno. A todo ello hay que
añadir la desaparición de la responsabilidad de los ministros y el mantenimiento de la responsabilidad
polÃ-tica de éstos ante el rey. La única participación que se le dejaba al Parlamento era el derecho de
petición, es decir, la formulación de peticiones que no podÃ-a tener nunca el formato de ley y que el
gobierno podÃ-a no tomar en consideración.
Las Cartas otorgadas, en consecuencia, fueron textos constitucionales, que no propiamente Constituciones. Se
diferencian básicamente de las Constituciones porque no son textos que proceden de asambleas
representativas, sino que han sido elaboradas por comisiones de expertos que elaboran un texto otorgado por
el rey; esto, en cierto modo, autolimita su poder, pero en la práctica esta autolimitación no existe.
La Carta otorgada de 1814 es el modelo más importante del s. XIX y será imitada en Europa, como por
ejemplo en algunos Estados del Sur de Alemania como Nassau o Baden, en Escandinavia e incluso en 1818 en
Baviera. Se va a producir una reaparición que va a tomar un nuevo impulso como en Portugal con la Carta
otorgada de 1826, en España en 1834 con el Estatuto Real o en 1861 en el ducado de Luxemburgo.
Las Cartas otorgadas son fórmulas hÃ-bridas que dan cierta concesión a la participación, pero no dejan de
ser una pequeña alteración de las concesiones hechas a la ciudadanÃ-a.
1848 y la primera fase democratizadora.
En 1848 la Asamblea inició la tarea de elaborar una nueva Constitución que se promulga el 4 de Noviembre
de 1848; presenta una declaración de derechos que contiene los derechos habituales, pero introduce por
primera vez en la historia el término fraternidad.
Lo más novedoso es el hecho de contener la libertad religiosa, la abolición de la pena de muerte en
materias polÃ-ticas, abolición de la esclavitud, el derecho de asociarse y reunirse pacÃ-ficamente, el derecho
de manifestar las opiniones a través de la imprenta... Indicando además que la soberanÃ-a reside en una
persona moral, que es la universalidad de los ciudadanos franceses; con sufragio universal y directo, siendo
electores todos los hombres franceses de más de 21 años y elegibles todos los de más de 25 años.
Como primera condición, aparece de nuevo la división de poderes:
• Legislativo: reside en una Cámara única y permanente, elegida por sufragio universal para un
perÃ-odo de 3 años
• Ejecutivo: reside en el presidente de la República que, elegido directamente por los electores, tiene
iniciativa legal, nombra y sustituye a sus ministros, que son un poco los responsables de la actuación
del presidente. Pese a todo ello el presidente está muy atado, porque no puede disolver ni prorrogar
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la Cámara, no puede declarar la guerra a otros paÃ-ses y cualquier intento de disolución o
prorrogación es considerado como un crimen de alta traición y quedarÃ-a inmediatamente
destituido de su cargo. Lo más importante es que no podÃ-a presentarse a la reelección.
Después de las elecciones de Octubre, van a darle la victoria a Napoleón Bonaparte, que va a ser apoyado
por el Partido del Orden, pensando que serÃ-a un individuo muy fácil de manejar, y por buena parte de la
población católica y campesina, ya que era el único nombre conocido por todos los franceses. Napoleón
presentó además un programa en el que daba concesiones a aquellos que participaban. Al terminar su
mandato da un golpe de Estado y se inaugura el II Imperio francés.
El siglo XX: el parlamentarismo racionalizado y la Constitución del Estado social y democrático de
derecho.
En Francia se asume el parlamentarismo racionalizado, lo que implica la existencia de confianza implÃ-cita
entre las instituciones; el Parlamento asume que no va a tener conflicto con el poder ejecutivo, hay un pacto
de parlamentarismo racionalizado.
La progresiva democratización en Europa dará lugar a 2 movimientos constitucionalizadores:
• Primero, 1918−1938: el movimiento coexistirá con los fenómenos históricos importantes.
Constituciones de la Unión Soviética, primero una republicana en 1918 y luego otra federal, en
1924. Junto a ello se va a producir la crisis del constitucionalismo clásico; crisis de la Italia fascista,
que elabora un texto en 1922, y la Alemania nazi en 1933. El constitucionalismo se verá impulsado
por la creación de nuevos estados por la caÃ-da de los antiguos imperios (aparición de Austria);
hay nuevos Estados que van a adoptar modelos republicanos con democracias y constituciones
democráticas.
Alemania va a tener un texto constitucional importante, la Constitución de Weimar de 1919, siguiendo un
modelo democrático y progresista. En Austria, en 1920, también en HungrÃ-a y en TurquÃ-a se hace en
1924; son también Constituciones de carácter democrático, y en Irlanda justo cuando se independiza de
Inglaterra. España proclamará la II República en 1931 y tendrá una Constitución democrática.
Tendrán un deseo de racionalizar su texto legal más importante y piensan que en el texto podrÃ-an planear
el modelo democratizador. Querrin limita el poder ejecutivo, piensa en dar más hegemonÃ-a a los
Parlamentos y declararán los derechos sociales junto a las tradicionales libertades, aunque cayeran en manos
de regÃ-menes autoritarios.
• Segundo, 1946−1978: consecuencia de la derrota de los regÃ-menes autoritarios europeos, se
pretende revitalizar las Constituciones liberales de etapas anteriores (modelo liberal clásico). Van a
reforzar algunas Constituciones democráticas y recuperarán los modelos del liberalismo más
clásico. La Constitución francesa de 1946, que será reformada por De Gaulle, y en Italia en 1947.
Alemania occidental 1949 y en Japón en 1946. De ese modelo habrá en Dinamarca, 1955, y en
Holanda en 1976, Bélgica 1971, Suecia 1975 y España 1978.
•
• Los Derechos: antecedentes.
La cuestión de los derechos es la materia más importante cuando se habla de polÃ-tica; los derechos
individuales se plasman en las Constituciones del s. XIX, inspiradas en las doctrinas de la escuela del derecho
natural: Locke, Rousseau y Montesquieu, núcleo ideológico y fundamento legitimador del sistema
polÃ-tico liberal. El éxito de esa formulación fue tal que incluso los regÃ-menes polÃ-ticos alternativos al
liberalismo (incluso opuestos) van a asumir esos derechos fundamentales, pretendiendo que esos derechos en
sus regÃ-menes puedan convertirse en realidad.
21
Sin embargo, hubo otros modelos de declaración de derechos anteriores a 1789 y 1787. Hay un texto
británico, Bill of Rights de 1689, que puede ser considerado el primer texto en el que se establecen una serie
de derechos; sin embargo, más que unos derechos del individuo, se recogen unos deberes del gobierno para
con los individuos. Se recoge lo que es ilegal que un gobierno haga con los individuos de ese paÃ-s.
Posteriormente, aparece un texto en los futuros EE. UU en 1774, cuando el Congreso Continental de las
colonias se reúne en Filadelfia aludiendo a los principios de la Constitución inglesa; declaran entonces una
serie de derechos que servirÃ-an de modelo posterior y que ningún soberano tenÃ-a derecho de disponer de
los derechos individuales sin el consentimiento de los individuos. Aparecen también una serie de derechos
por los cuales los estadounidenses dispondrán de los mismos derechos que los británicos. En Virginia se
elabora una Constitución previa a la de 1787 con una declaración de derechos el 12 de junio de 1776 (hasta
16 artÃ-culos). En Massachusetts se elaboró en 1780 una declaración de derechos con un tÃ-tulo peculiar,
Declaración de Derechos de los habitantes de Massachusetts, que será el 1er artÃ-culo de su
Constitución, que tendrá 30 artÃ-culos y será un texto bastante avanzado para la época en la que se
formula (derecho del individuo y formas de gobierno).
Las primeras enmiendas se realizaron el 3 de noviembre de 1791, 10 artÃ-culos o enmiendas que suplen la
falta de articulado de la Constitución estadounidense.
La Constitución francesa del 91 tenÃ-a 17 artÃ-culos con un texto independiente y ya en el 93 habrá
también declaración de derechos más amplia que tendrá 35 artÃ-culos, aunque no llegó a aplicarse.
El texto más importante que existe ahora es la declaración de derechos, que permanecerá como un texto
paradigmático y es la formulación básica de cualquier texto constitucional.
En Francia, con la primera Constitución, se piensa que el texto debe estar precedido por una declaración de
derechos; se quiso asÃ- poner fin al Antiguo Régimen y dar luz al nuevo régimen liberal. En la
declaración se pondrán de manifiesto los principios del liberalismo, sintetizados en libertad, igualdad y
propiedad.
La paternidad del texto se atribuye al espÃ-ritu de la Ilustración, Jellinek fue el primer autor que puso en
duda tal paternidad y llegó a la conclusión de que el texto francés tenÃ-a una mayor importancia, porque
con ese texto se podÃ-a convertir el derecho natural en positivo, o lo que es lo mismo, se dio el paso de una
filosofÃ-a de la libertad a una legislación de la libertad, de derechos naturales a derechos legales. Se
convertÃ-a en legal aquello que era real.
De los Derechos del Hombre y del Ciudadano a los Derechos sociales.
Las declaraciones de derechos, incluso en casos que aparecieron como texto independientes, acabaron
incorporándose a textos constitucionales, como es el caso de Francia. La postulación entonces aparece
unida a un instrumento que no puede ser atacado por otro poder, por lo que teóricamente hay mayores
garantÃ-as en su cumplimiento.
En América se implanta y, el hecho de que tanto en América como en Francia haya declaraciones de
derechos, es lo que permitió a Jellinek hacer una comparación entre ambos. Los historiadores opinaban que
la primacÃ-a, en origen, era del modelo francés, mientras que el caso americano era un modelo subsidiario;
pero Jellinek comenta que se debe hacer una comparación, planteaba que el caso de Francia era
completamente distinto al estadounidense porque:
• Los mismos conceptos jurÃ-dicos habÃ-an tenido distintas lecturas
• En el texto francés aparece un elemento que no aparece en ninguna declaración americana, ya que
22
en el caso francés se define a la ley como la expresión de la voluntad general (Art. 6 de la
Declaración de Derechos de 1789)
• Se añade la cuestión de la igualdad ante la ley, que debe ser la misma para todos los individuos;
cuestión que no aparece nunca en las declaraciones estadounidenses
Jellinek defiende que el caso francés es un poco más puro; además, que dicha definición de la ley
implica el derecho de los ciudadanos a participar en su elaboración, lo que supone la primera garantÃ-a de
los derechos individuales, porque los puede proclamar el propio individuo.
Los franceses, además, decidieron desde el comienzo que se iba a excluir de la participación polÃ-tica a
amplios sectores de la población, por ello hay que tener en cuenta que el constitucionalismo francés
planteó que esa igualdad ante la ley iba a conocer distintas modificaciones en función de los gobiernos.
En esa comparación se puede poner como ejemplo el asunto de la presunción de inocencia, algo también
fundamental en los paÃ-ses, pues va a obligar a los juristas a plantear una manera de ponerla en
funcionamiento. En EE.UU. esos derechos no pueden ser regulados por el poder legislativo, lo que crea una
diferenciación extrema, sino que son los tribunales de justicia los que directamente han ido dando contenido
a los derechos. En Francia, al quedar esos derechos pendientes de un desarrollo legal posterior, va a ser el
poder legislativo el encargado de marcar los lÃ-mites de su ejercicio
Clasificación y tipologÃ-a de los derechos.
Hay muchas tipologÃ-as para hacer una clasificación de los derechos. Una de las más conocidas y más
sencilla en su planteamiento señala 4 apartados; aunque hay que tener en cuenta que no han sido
considerados de forma igualitaria desde las primeras etapas constitucionales, sino que algunos de esos
derechos (sobre todo los relativos a cuestiones económicas y sociales) no aparecen hasta después de la I
Guerra Mundial. Esto significa que, hasta ese momento, el liberalismo creÃ-a que los derechos servÃ-an
únicamente para simbolizar las virtudes de ese sistema polÃ-tico liberal y social.
• Derechos del Individuo: a la vida, a la integridad fÃ-sica, al honor, a la fama, al libre pensamiento, libertad
de expresión y conciencia. Se trata de un grupo de derechos que aparece, por lo general, en todas las
declaraciones de la 1ª etapa del constitucionalismo liberal
• Derechos económico−sociales y culturales: en los que se incluirÃ-a el derecho al trabajo, huelga,
descanso, educación y cultura. Este grupo aparece cuando los partidos llamados de ideologÃ-a socialista,
después de la I Guerra Mundial, empiezan a participar en la elaboración de las declaraciones de
derechos; siendo para ellos más necesario el reconocimiento de un modelo socio−económico de
seguridad económica y de justicia social, que el mero reconocimiento de los derechos igualitarios sin
más. Lo que recoge este grupo de derechos es la pretensión de los ciudadanos ante el Estado, porque le
exige una serie de prestaciones que consideran necesarias para poner en práctica esos derechos
• Derechos de sociedad: de reunión, asociación, comunicación y participación, el derecho a la
información, a la libre nacionalidad, asilo y manifestación, inviolabilidad del domicilio y
correspondencia... Sólo aparecen cuando se ha llegado ya a la democracia y, en consecuencia, se pueden
poner en funcionamiento
• Derechos cÃ-vico−polÃ-ticos: incluirÃ-a los derechos al habeas corpus, a no ser detenido sin mandato
judicial, no repetir un encarcelamiento por el mismo delito, derecho al control de los poderes públicos, al
sufragio... Grupo reconocido desde el primer constitucionalismo, aunque ampliado con el paso del tiempo
El simple enunciado de estos derechos no ha supuesto históricamente la certeza de una aplicación segura;
bien al contrario, siempre ha sido necesario especificar el contenido de cada uno de los derechos, para
comprobar que se pueden poner en funcionamiento en los distintos paÃ-ses. En algunos territorios como USA
se ha encargado la justicia, mientras que en el resto ha sido el poder legislativo el encargado de ponerlos en
23
funcionamiento.
La Constitución de Weimar, 14 de Agosto de 1919, incorpora una serie de derechos fundamentales que
partÃ-an de esa declaración de derechos francesa, pero innovados, porque se incorporan hasta 4 apartados,
recogidos en distintos tÃ-tulos como:
• La persona individual: destaca como cuestión llamativa la igualdad ante la ley de todos los alemanes,
especificando que ésta es entre hombres y mujeres, que tendrán los mismos derechos y deberes en la
vida polÃ-tica. Además ese derecho se amplÃ-a con la eliminación de todos los tÃ-tulos y privilegios
que pudieran alterar ese principio de igualdad; se abolen todos los tratamientos de nobleza, todas las
condecoraciones, cualquier distinción honorÃ-fica y no se admitÃ-an las declaraciones honorÃ-ficas
dadas por otros gobiernos. Era un caso de máxima igualdad.
Junto a la igualdad, la libertad personal va a ser también un derecho inviolable, porque nadie podrÃ-a ser
privado de libertad. Además, se garantizaba que cada individuo que era detenido tenÃ-a derecho a que se le
explicaran las causas de su detención y reclamar contra esa detención. Hay libertad de movimientos, de
circulación por todo el territorio del Reich, y se especifica que ningún alemán podÃ-a ser entregado a un
gobierno extranjero para ser enjuiciado o castigado.
Se pone también en práctica el uso de una lengua propia, de una etnia determinada (la alemana), que
debÃ-a enseñarse tanto en la escuela como en los tribunales de justicia. Libertad de opinión, de imprenta y
cualquier forma de expresión... Hay una supresión de la censura, aunque hay una ley para el respeto del
decoro en las pelÃ-culas cinematográficas, para acabar con la pornografÃ-a, y literatura de baja calidad.
• Cuestiones sociales: se expone que el matrimonio es el fundamento de la vida familiar y social, se basa en
el hecho de que hay una igualdad jurÃ-dica entre ambos sexos. La familia numerosa tiene derecho a una
economÃ-a de ayudas; la maternidad era asistida y protegida por el estado, por lo que hay igualdad de
derechos entre hijos legÃ-timos e ilegÃ-timos, que tenÃ-an derecho a la educación, especial atención a
la juventud.
• Religión y confesiones religiosas: todos los ciudadanos del Reich gozaban de plena libertad de creencia y
conciencia, de tal manera que los derechos civiles y polÃ-ticos no podÃ-an estar condicionados nunca por
el libre ejercicio de su culto. No habrÃ-a ninguna iglesia oficial y se permitirÃ-a confesiones y
asociaciones religiosas de todo tipo, admitiendo sus caracterÃ-sticas. Las fiestas y los dÃ-as de descanso
serÃ-an fijadas por el Estado, se plantea una división Estado e Iglesia.
• Educación y enseñanza: el Estado asume la función de fomentar el arte y las ciencias; además de la
organización de la educación, que debÃ-a ser una cuestión de Estado de los distintos territorios del
paÃ-s, incluso de los municipios, basándose en un sistema oficial de primaria de 8 años de duración y
otro de enseñanza complementaria que durarÃ-a hasta los 18 años, ambos gratuitos. Se promovÃ-a
también la educación moral, cÃ-vica y el perfeccionamiento personal y laboral. Llama la atención que
en 1919 en el Estado alemán la educación para la ciudadanÃ-a era una asignatura obligatoria.
La religión era una asignatura ordinaria del plan escolar, salvo en las escuelas que fueran extraconfesionales
o laicas, y siempre serÃ-a el Estado el que reunirÃ-a las competencias para la educación, además de
ocuparse del patrimonio artÃ-stico y procurando impedir su saqueo.
• Vida económica: reconoce la libertad económica y, con arreglo a las leyes, se defendÃ-a también la
libertad de comercio y de industria.
Un simple vistazo permite comprobar que hubiese sido un texto ampliamente igualitario entre personas de
distinto sexo, raza, nacionalidad o religión; es decir, de una igualdad absoluta. Pero sólo estuvo en
funcionamiento un breve espacio de tiempo, el modelo de Weimar es el texto más evolucionado de la
época y del cual se podÃ-a esperar los mejores resultados, pero el movimiento nazi acabó con estas
24
expectativas.
En la Unión Soviética la primera Constitución en aludir a estos derechos fue la del 5 de Diciembre de
1936, donde se recogÃ-a el derecho al trabajo, al descanso, a la seguridad y a la educación. También
hacÃ-a referencia explÃ-cita a las mujeres, en la URSS el tÃ-tulo 122 concede los mismos derechos a
hombres y mujeres en todos los aspectos de la vida polÃ-tica, económica, cultural y socialmente; certifica
esa afirmación asegurando que va a proporcionar igualdad de salarios y jornadas laborales, incluso
favorecerá la maternidad dando gratificaciones a las madres de familias numerosas, solteras y ayudando a la
creación de guarderÃ-as. Además, posteriormente, la última Constitución vigente en la URSS en 1977,
incluÃ-a el derecho a la vivienda y a disfrutar de los avances culturales (falacias todo).
En España, la Constitución de 1931, incluÃ-a una fórmula para garantizar el derecho de propiedad,
fórmula que se basaba en la posibilidad de sociabilizar la propiedad, incluso ayudada por una serie de
servicios públicos que pudieran potenciar el derecho de propiedad. La Constitución francesa de 1946
consagraba el derecho al trabajo, a la participación en la gestión de las empresas, a la asistencia social y
educación. Mientras, la Constitución italiana de 1946, exponÃ-a el derecho a la retribución proporcional a
la cantidad y calidad de trabajo. Por último, la Constitución española de 1978 añadió el derecho a
disfrutar de un medioambiente adecuado para el desarrollo de la persona; en la declaración de derechos
española se utiliza el masculino como género universal.
En definitiva, no todos los derechos de los que hablan las Constituciones pueden ser garantizados y los
Estados, cuanto menos, están obligados a recoger una serie de principios para intentar que se pongan en
práctica, confiando que en un tiempo podrán ser puestos en práctica.
Como última conclusión, las Constituciones constituyen un principio básico y las declaraciones de
derechos no han sufrido una evolución notable desde la I Guerra Mundial, sino que han continuado siendo
una serie de postulados pretenciosos que los individuos nunca pueden defender ante los Estados salvo que se
contase con una suficiente protección judicial para proteger los derechos.
• El principio de la división de poderes y su evolución.
Para preservar los derechos se declara la división de poderes, concepto que aparece por 1ª vez en el
artÃ-culo 16 de la declaración de derechos francesa de 1789, donde se encuentra además la
caracterización más precisa y concreta de una Constitución:
Una sociedad, en la que la garantÃ-a de derechos no está asegurada y la separación de poderes no está
definitivamente determinada, no tiene una Constitución
En esta perspectiva, el factor común de las Constituciones comprendidas en el ciclo de las revoluciones
liberales y, especialmente, las de la 1ª etapa, es el hecho de establecer en el proceso polÃ-tico la obligación
de limitar el antiguo poder absoluto del monarca en la toma de decisiones de carácter general. La cuestión
se planteó como algo vital para el control del poder polÃ-tico por parte de la burguesÃ-a revolucionaria.
Según Montesquieu el peor enemigo de la libertad es el poder, porque los individuos que lo tienen tienden a
abusar de él; pero como la existencia de ese poder es necesaria, la única fórmula para evitar dicho abuso
es articular un sistema de frenos y contrapesos que haga posible el equilibrio necesario y que, al mismo
tiempo, impida el abuso de poder por parte de aquellos que lo poseen. De esa manera, la división de poderes
no sólo sirvió como garantÃ-a de los derechos del ciudadano, sino que se presentó a su vez como la
fórmula más idónea para evitar el viejo absolutismo regio.
Queda claro entonces que sólo el poder repartido entre distintos órganos estables podÃ-a ser un poder
limitado, es decir, reducido y controlado en la medida en que a todos los órganos constitucionales no sólo
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se les reconocÃ-a una función precisa, sino que además se podÃ-an impedir posibles abusos en otros
órganos de poder.
De esa manera, la división de poderes supuso el establecimiento de una división entre el poder legislativo,
ejecutivo y judicial. Estos poderes son independientes entre si porque tienen un titular distinto, además de
introducir una serie de vetos y correctivos para que ninguno de los poderes pudiera dominar a otros.
Esta serÃ-a la fórmula más adecuada para mantener Ã-ntegro el concepto de libertad, consiguiendo asÃque ninguno de los 3 poderes pudiera ocupar las competencias de otros. La plena diferenciación de sus
competencias da lugar a:
• Poder legislativo: capacidad para crear leyes. Este poder queda en manos de un Parlamento o
Asamblea, que detenta representativamente la potestad legislativa que les corresponde a los
ciudadanos
• Poder ejecutivo: capacidad para imponer las resoluciones hechas por el legislativo. HabrÃ-a un
gobierno y un jefe de Estado, 2 instituciones a las que les corresponde este poder
• Poder judicial: los tribunales, polÃ-ticamente independientes de ambos poderes, asumen el poder
judicial y se encargan de dirimir los conflictos surgidos por la emanación de las leyes
Esos 3 poderes podrÃ-an controlar las actuaciones de aquellos que quieren alterar el orden establecido, pero
serÃ-a necesario que los 3 estuvieran de acuerdo en no interferir en las esferas ajenas.
En cualquier caso, la doctrina de la división de poderes, que tiene su mayor exponente histórico en las
Constituciones revolucionarias surgidas en esa etapa, va a dar lugar a una práctica por la cual no se va a
responder estrictamente a esa división tan radical de poderes. Un ejemplo paradigmático es el caso de Gran
Bretaña, que al no tener un texto constitucional depende de una práctica consuetudinaria que tiene como
intención racionalizar el ejercicio de los poderes para evitar la tiranÃ-a.
La teorÃ-a clásica de la división de poderes ha conocido correcciones teóricas, la más significativa es la
división en 4 poderes, el 4º serÃ-a el llamado poder moderador. Esta teorÃ-a es formulada en 1837 por el
francés B. Constant, del partido de los Independientes, a la izquierda de los doctrinarios franceses y que
tuvo enorme importancia en la etapa de la Restauración.
Ese poder moderador, también denominado por algunos autores como poder neutro, supone la existencia de
un poder que trata de articular el funcionamiento de los otros poderes ejerciendo casi como un árbitro para
limar la conflictividad entre éstos. La teorÃ-a le otorga ese poder moderador a un monarca o a un
presidente de la República en un sistema polÃ-tico parlamentario (monarquÃ-a parlamentaria o República
parlamentaria), donde tiene que existir un individuo o colectivo que controle la actuación de los poderes; el
poder ejecutivo tiene entonces que desdoblarse en 2:
• Protagonista del poder ejecutivo, encarnado en la figura del gobernador
• Protagonista del poder moderador, encarnado en la figura del monarca o el presidente de la
República
Las formas demo−liberales de Gobierno: el régimen presidencialista; el régimen parlamentario;
formas mixtas o semipresidencialistas; el gobierno de Asamblea.
La existencia de esos 3 poderes constituidos permite establecer una relación entre ellos que da lugar a
distintos regÃ-menes polÃ-ticos. Al establecer una división de poderes lo que se hace es una distinción
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entre la función polÃ-tica y la función de poder, atribuyendo las competencias a órganos distintos; la
forma en que se interrelacionan esos poderes es lo que da lugar a distintos regÃ-menes polÃ-ticos.
Suponiendo que el poder judicial es un poder considerado como neutro, una tipologÃ-a de régimen
polÃ-tico puede ser tan amplia como pueden ser las posiciones que ocupe el poder ejecutivo con respecto al
legislativo o a la inversa. Desde esta perspectiva habrÃ-a que plantearse que la aceptación por parte del
pueblo de los sistemas polÃ-ticos ha sido cambiante a lo largo del tiempo. MonarquÃ-as y Repúblicas han
gozado de legitimidad desde presupuestos distintos a lo largo del tiempo, habrÃ-a que señalar entonces que
ésta se produce porque:
• Los grupos sociales han considerado más legÃ-timo mantener el antiguo orden de la monarquÃ-a
porque los sectores aristocráticos tradicionales o clericales de la sociedad siguen siendo el grupo
más importante de la sociedad
• Otros grupos sociales puedan considerar siempre de forma valorativa que la República es más
aceptable porque está más cerca de la democracia o igualitarismo, más que el conservadurismo
que pueda producir la monarquÃ-a.
Sin embargo, este principio de legitimidad no ha podido mantenerse siempre, porque desde inicios del XX las
monarquÃ-as democráticas se han demostrado iguales o más estables que las Repúblicas democráticas.
De tal manera que, algunos autores, han asegurado que las monarquÃ-as mantienen su prestigio secular para
mantener el orden y mantenerlo en libertad; mientras que las Repúblicas, el coincidir con un cambio en las
costumbres de las gentes, han perdido buena parte de su prestigio o hacen perder a la población la existencia
de un régimen estable. En definitiva, suele necesitarse la creación de nuevas clases de legitimación.
En la década de los '50 del XX, de las 12 democracias más estables en el mundo 10 eran monarquÃ-as
europeas o angloparlantes: Gran Bretaña, Suecia, Noruega, Dinamarca, Holanda, Bélgica, Luxemburgo,
Australia, Canadá y Nueva Zelanda; sólo 2 eran Repúblicas: EE.UU. y Suiza. Después de los '50 se
sumó a ese grupo de paÃ-ses democráticos Alemania occidental, Rumania y Polonia.
El análisis del establecimiento a lo largo de la historia de una serie de regÃ-menes polÃ-ticos que implantan
distintas formas de gobierno debe hacerse dentro de un marco más amplio, que serÃ-a el relativo a la
existencia de 3 clases de gobierno. Estas clases tienen unas caracterÃ-sticas peculiares y unas diferencias que
nos permiten hablar individualmente de ellas: parlamentaria, presidencial y de convención. Partiendo de las
teorÃ-as de Verney nos fijamos en los casos de Gran Bretaña, EE.UU y Francia.
Parlamentarista
• La Antigua Asamblea legislativa se transforma en Parlamento
• El poder ejecutivo tendrÃ-a que dividirse en 2, jefe de Estado y jefe de gobierno
• El jefe de gobierno es siempre designado por el jefe de Estado
• El jefe de gobierno o 1er ministro nombra a los ministros de su gobierno
• El gobierno es un cuerpo colectivo responsable de sus actuaciones colectivamente
• El personal ejecutivo y legislativo están separados en sus competencias, aunque generalmente los
ministros son miembros del Parlamento
• El gobierno es legal y polÃ-ticamente responsable ante el Parlamento o ante una Asamblea Legislativa
• El jefe de gobierno puede aconsejar al jefe de Estado la disolución del Parlamento/Asamblea Legislativa
• El Parlamento, que engloba el gobierno de la Asamblea y el poder legislativo, tiene autoridad suprema
sobre cada una de sus dos ramas
• El gobierno en su conjunto es sólo responsable indirectamente ante sus electores
• El núcleo de poder reside en el Parlamento
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Por tanto, la iniciativa legal pertenece exclusivamente al Parlamento, punto de diferencia más notable con
respecto a los demás modelos; ese Parlamento habrÃ-a surgido de la elección hecha por la ciudadanÃ-a. El
poder ejecutivo sufre un desdoblamiento siempre, otro dato para valorar la preeminencia del poder legislativo.
Además, el jefe de Estado es nombrado por elección popular (a no ser que sea una monarquÃ-a) y el jefe
del gobierno es designado por el jefe de Estado, se le encargará el gobierno al lÃ-der del partido que hubiera
obtenido el resultado más amplio en las elecciones.
Presidencialista
• La Asamblea legislativa se queda en Asamblea sin más, no se denomina Parlamento y puede ser doble
• El poder ejecutivo no se divide, sino que recae siempre en un presidente que es elegido por el pueblo por un
tiempo definido al mismo tiempo que se hacen las elecciones para la Asamblea
• El jefe de gobierno es también jefe de Estado, lo que evita que haya un gobierno
• El presidente nombra a jefes de Departamentos, que son subordinados suyos pero que son algo similar a un
consejo de ministros
• El presidente sólo ostenta el poder ejecutivo
• Los miembros de la Asamblea no pueden tener cargos en la administración y viceversa
• El poder ejecutivo es legalmente responsable ante la Constitución, en la que tiene que estar escrito el
grado de responsabilidad
• El presidente no puede disolver la Asamblea ni influir sobre ella
• La Asamblea es la última instancia suprema sobre las demás ramas del gobierno y no puede existir
fusión en un hipotético Parlamento de las ramas ejecutiva y legislativa
• El poder ejecutivo es directamente responsable ante el electorado
• No existe ningún núcleo de poder porque se supone que éste, casi de forma completa, se le otorga a un
único individuo
Lo más llamativo es la supremacÃ-a del presidente, que es elegido por la población, que aglutina en su
persona todas las competencias del poder ejecutivo, lo que le permite no tener que contar con la opinión de
sus electores a la hora de nombrar a sus colaboradores.
Puede decirse incluso que el poder legislativo está mediatizado por la presencia de un pode ejecutivo fuerte,
porque las cámaras van a responder a intereses distintos, territoriales y legislativos, y además se legisla
mayormente en función de los intereses del presidente de la República. La tarea además de las cámaras,
que tienen muy poca iniciativa legal, es ejercer de contrapeso frente a las iniciativas del ejecutivo.
Es bastante evidente que ese régimen de gobierno no puede aparecer en las monarquÃ-as de la actualidad,
aunque los reyes han podido ejercer en actitud similar a lo largo de la historia porque podÃ-an controlar el
poder legislativo. Ejemplos notables son Isabel II y Alfonso XIII, ejemplos claros de injerencia del poder
ejecutivo en el legislativo. También ocurrÃ-a, y sigue en algunas monarquÃ-as, de Asia y Ãfrica, en las
que sus monarcas tienen caracterÃ-sticas de monarcas absolutos.
De Convención
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• La Asamblea Legislativa va a englobar al poder legislativo y ejecutivo
• El poder ejecutivo queda abolido como institución separada
• No existe jefe de gobierno, aunque puede aparecer una persona con mayor importancia como presidente de
una comisión
• Todo el gobierno es designado por la Asamblea
• El gobierno serÃ-a un cuerpo colectivo responsable de sus actuaciones colectivamente
• Los miembros del gobierno por lo general tendrÃ-an que ser miembros de la Asamblea
• Ese gobierno serÃ-a polÃ-ticamente responsable ante la Asamblea Legislativa
• La Asamblea se disuelve a si misma
• La Asamblea es suprema
• Ese gobierno en su conjunto sólo es responsable indirectamente ante los electores
• El núcleo de poder serÃ-a la Asamblea
Las diferencias serÃ-an que se produjo como resultado de una revolución, es pues un modelo histórico que
buscaba la justicia social, pero la práctica demostró que esa forma de gobierno que otorgaba todos los
poderes a una convención única (la Asamblea) estaba destinada al fracaso o a la evolución hacia
regÃ-menes despóticos.
La unión de los poderes ejecutivo y legislativo en un solo órgano condujo en casi todos los paÃ-ses hacia
una evolución que permitÃ-a una mayor relación con la población, pero no hay ningún ejemplo concreto
en la actualidad. El ejemplo más cercano es el de los Estados comunistas, los únicos que hasta su
desaparición intentaron dar cada vez más fuerza a su gobierno de convención, pero que no tuvieron
éxito. Por lo tanto, se puede decir que es una forma de gobierno en desuso.
Dentro de estos modelos hay también fórmulas intermedias:
Semipresidencialista
Fórmula intermedia entre la parlamentaria y la presidencialista, de manera que existe un poder ejecutivo
fuerte que está dirigido por un jefe de Estado, el presidente de la República, que no ha sido elegido por el
Parlamento y que es irresponsable ante él. Además hay un gobierno que sÃ- es responsable ante el
Parlamento y un Parlamento racionalizado que impide un control eficaz sobre el poder ejecutivo, porque está
controlado desde un principio por el dominio del partido mayoritario en las cámaras. Un ejemplo es Francia,
donde el presidente de la República tiene más poderes que cualquier monarca constitucional.
Modelo francés: el sistema polÃ-tico francés actual tiene sus antecedentes históricos en la revolución
de 1789, hasta la V República actual ha pasado desiguales altibajos, pero ha seguido manteniendo los
supuestos iniciales de la revolución. PodrÃ-a decirse que las etapas históricas que el régimen polÃ-tico
francés ha pasado desde la revolución francesa son:
• Modelo de carácter democrático radical (etapa jacobina): surge durante la etapa de la convención
de 1793 y vuelve a renacer en la etapa de 1848, en la etapa de la comuna de 1871 y en la etapa de la
resistencia contra la invasión alemana de 1940
• Corriente liberal doctrinaria: que se expresó contundentemente en 1814 durante la etapa de la
Restauración y en 1830, durante la etapa de la monarquÃ-a de julio. Podemos encontrar
antecedentes en 1795, en la etapa de la Convención Termidoriana
• Corriente autoritaria y centralizadora: surge con Napoleón y vuelve a aparecer en el II Imperio con
Napoleón III
La llegada de la V República francesa, que pervive actualmente, se produjo en 1958 después de un
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proceso largo y complicado; habÃ-a varios factores a tener en cuenta como la ocupación del paÃ-s por las
tropas alemanas durante la II Guerra Mundial, la crisis colonial que sufre Francia tras dicha guerra (con
acontecimientos como la independencia de Indochina o la rebelión de Argelia) o el agotamiento institucional
del paÃ-s provocado por la IV República francesa, que por su carácter asambleario habÃ-a provocado una
inestabilidad permanente de los gobiernos.
Ante este estado caótico era necesario cambiar el régimen polÃ-tico, para ello se produce un golpe de
Estado que dio lugar a una nueva República. Ésta, por oposición a la República anterior, tiene unos
orÃ-genes ultraconservadores, asÃ- como una orientación claramente autoritaria que va a infravalorar desde
un principio las conquistas republicanas anteriores en materias de libertades públicas y de participación
popular. Las caracterÃ-sticas más notables del nuevo régimen polÃ-tico son:
• Es una forma de gobierno semipresidencialista caracterizada por ser una fórmula intermedia entre la
forma parlamentaria y la presidencialista, en la que aparece un poder ejecutivo fuerte con un jefe de
Estado (presidente) que no es elegido por el Parlamento y no es responsable ante éste
• Hay un gobierno responsable ante el Parlamento
• El poder legislativo está controlado por el partido mayoritario en las cámaras
• El cambio de régimen polÃ-tico se produjo después de un golpe de Estado, de ahÃ- que se
refuerce la capacidad de intervención del poder ejecutivo, liberándolo de controles polÃ-ticos y
poderes judiciales. Esta nueva capacidad del poder ejecutivo fue incluida en 2 artÃ-culos del texto
constitucional
La cuestión más importante de la V República es que se trata del régimen que conoció los cambios
más importantes, por la introducción de cambios llamativos. En 1962 los franceses decidieron elegir al
presidente por sufragio directo y reducir considerablemente los poderes del Parlamento, dando lugar a un
régimen polÃ-tico marcado por una gran preeminencia del poder ejecutivo, que va a marcar la falacia de
esa estricta división de poderes.
El Jefe de Estado, que no el presidente del gobierno, es el presidente de la República y desde la época de
De Gaulle tiene unas atribuciones que le permiten imponer multitud de costumbres que no tienen ningún
respaldo en el ordenamiento constitucional (tienen cierto carácter normativo). Es elegido por 5 años y se
trata de un cargo reelegible.
Desde la ley electoral de 1962 es elegido por sufragio universal directo y el sistema electoral articula que esta
elección es a 2 vueltas, lo cual supone que sólo pueden acceder a la 2ª vuelta los candidatos que hayan
obtenido el mayor número de votos en la 1ª; según esta fórmula el presidente es elegido por una gran
mayorÃ-a del cuerpo electoral y, en consecuencia, se incita a la utilización del voto útil (según los
analistas) y a la bipolarización de izquierda−derecha. Esta ley electoral supuso que autores, como Duverger,
hablaran de una monarquÃ-a republicana, porque las atribuciones que se le confieren al presidente de la
República son similares a las de un monarca. Se trata de un individuo desvinculado del Parlamento que
ejerce una supremacÃ-a presidencial y que además posee el llamado dominio reservado en algunas materias
que no necesitan el refrendo del gobierno, es decir, decide por si mismo.
• Nombra al 1er ministro y pone fin a sus funciones previa dimisión de éste (al igual que el jefe de
Estado español)
• Somete a referéndum un proyecto de ley a propuesta del gobierno o a propuesta de las 2 cámaras
• Puede disolver la Asamblea Nacional
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• Puede tomar medidas excepcionales
• Puede dirigirse a las cámaras mediante mensajes, que no pueden dar lugar a debate y sirven para
informar del pensamiento del jefe de Estado (no sucede en España)
• Puede llamar al Consejo Constitucional para que se pronuncie sobre la condición de un tratado
institucional
• Puede nombrar a 3 ministros del Consejo Constitucional y al presidente del mismo
• Puede someter las leyes ordinarias antes de su promulgación al Consejo Constitucional para que
sean revisadas
Un presidente de la República, sobre todo en época de De Gaulle, tenÃ-a un gran poder arbitral, porque se
le consideraba garante de la Constitución y tenÃ-a derecho a gobernar incluso por encima de los partidos. Se
trataba de una figura metaconstitucional que le permitÃ-a ejercer la gestión gubernamental cotidiana gracias
a la utilización de unos poderes discrecionales que se aplican de forma desmesurada.
Sin embargo, en Francia se produce la cohabitación, pues el jefe de Estado corresponde a un partido
polÃ-tico y el jefe de gobierno a otro. Esto produce un antagonismo y por ello se produce la cohabitación, se
ponen de acuerdo en diferentes aspectos.
La forma del gobierno francés presenta un carácter atÃ-pico, pues su formación está regulada por un
artÃ-culo de la Constitución pero no hay leyes especÃ-ficas que fijen su composición y estructura. La
formación está recogida en la Constitución:
• Se inicia con el nombramiento por el jefe de Estado del 1er ministro
• A propuesta del 1er ministro el jefe de Estado designa y casa a los demás miembros del gobierno
Pese a la carencia de normas, el gobierno está formado por el 1er ministro, por los ministros y por los
secretarios de Estado. De entre los ministros hay que distinguir entre:
• Ministros Ordinarios: forman parte del Consejo de ministros
• Ministros de Estado: especie de supraministros con funciones más amplias
Los secretarios de Estado no están vinculados con ningún ministerio y suelen ser designados por razones
diversas como la participación del gobierno o para realizar algún servicio determinado o administrativo.
Tenemos pues el régimen polÃ-tico francés con un Parlamento de estructura bicameral con Senado y
Asamblea, lo más llamativo es que en Francia no hay sesión de investidura para formar gobierno, la razón
que se da es que en la Asamblea Nacional existe ese parlamentarismo racionalizado, es decir, hay una
confianza implÃ-cita en las instituciones, por lo que no es necesaria tal investidura. No existe moción de
censura, sólo si la décima parte de los diputados la piden y sólo se puede conseguir la caÃ-da del
gobierno si esa moción obtiene la mayorÃ-a absoluta de los votos a su favor.
El jefe de gobierno tiene un poder reglamentario y el jefe de Estado muchÃ-simo poder, lo que hace que la
dirección de la polÃ-tica del paÃ-s no dependa mucho del jefe de gobierno. El gobierno no tiene capacidad
legislativa y en consecuencia el jefe de Estado tiene más poder ejecutivo que nadie. El jefe de Estado se
encarga de determinar si una ley es constitucional o no, por tanto de derogarla o no.
• Participación polÃ-tica: representación y participación directa.
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Como señala Rousseau, la democracia y la representación serÃ-an 2 términos incompatibles, porque la
representación contradice el principio básico de la democracia, ya que impide que todo el pueblo pueda
participar al atribuir esa capacidad de participación sólo a los representantes. La representación entonces
sólo permitirÃ-a una democracia indirecta, mientras que una directa sólo serÃ-a aquella en la que el pueblo
puede ejercer de modo inmediato y directo las funciones públicas que se le atribuyen. Las fórmulas que
permiten a los ciudadanos una participación directa son varias:
• La Asamblea abierta, que sustituirÃ-a a la Asamblea representativa, permitirÃ-a la participación de
todos los ciudadanos que tengan derechos; esta institución subsiste en algunos cantones suizos y el ágora
griega.
• El derecho del cuerpo electoral a aprobar o rechazar las decisiones de las autoridades legislativas, las
modalidades de referéndum pueden ser muy variables:
• Obligatorio: cuando es impuesto por la Constitución como requisito necesario para la validez de
determinadas normas legislativas
• Facultativo: cuando su iniciativa depende de una autoridad competente como un grupo del cuerpo
electoral, un grupo de las cámaras o el jefe de Estado
La eficacia del referéndum también da lugar a varias formas:
• De ratificación o sanción: norma sometida a referéndum, sólo se convierte en ley por la previa
aprobación del cuerpo electoral. Viene a sustituir de ese modo a la autoridad sancionadora de las
leyes, que normalmente le pertenece al jefe de Estado
• Consultivo: el resultado del referéndum no tiene carácter vinculante para las autoridades
legislativas u ordinarias
El referéndum en España se regula con una ley orgánica, posterior a la Constitución, que establece el
procedimiento y la modalidad del referéndum. Es convocado por el rey a propuesta del presidente del
gobierno, previamente autorizado por el Congreso de los Diputados. En España existe una democracia
directa, también los ciudadanos pueden tener iniciativa entendida como el derecho de un grupo del cuerpo
electoral para exigir la consulta de una acción determinada.
• Iniciativa simple: se le pide a la autoridad legislativa que legisle sobre una cuestión determinada
• Iniciativa formulada: junto a la petición, ese mismo grupo presentarÃ-a un proyecto de ley
• El veto: se trata de otro modo de participación directa, que no existe en España, y se produce cuando un
grupo del cuerpo electoral solicita que se someta a votación popular una ley ya establecida, haciendo
depender su puesta en vigor del resultado de esa convocatoria. La diferencia con el referéndum es que no
es un proyecto de ley, sino una ley ya puesta en vigor lo que se somete a sanción
• El plebiscito: se somete a votación una decisión polÃ-tica que, en virtud del resultado, la decisión
gubernamental puede convertirse en ley. La diferencia con el referéndum es que ambos son una consulta
a la población, pero el plebiscito sirve para legitimar una acción polÃ-tica ya realizada; el referéndum,
sin embargo, es una de las fórmulas con las que cuenta el pueblo para ejercer la soberanÃ-a nacional. En
la actualidad el resultado de un referéndum a favor o en contra puede ser vinculante o no (en España
todos son consultivos y no vinculantes), el referéndum supone el valor del NO y, en definitiva, la
posibilidad que tienen los ciudadanos de negarse a aceptar una decisión polÃ-tica tomada ya por los
gobernantes.
Evolución histórica del sufragio y de los sistemas electorales.
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Los actores del proceso polÃ-tico: Parlamento, Jefatura del Estado y Gobierno.
Los partidos polÃ-ticos: funcionalidad y tipologÃ-a histórica.
En el s. XIX ser liberal implica ser revolucionario, en 1848 en Francia se da por primera vez el hecho de
poder participar todo el mundo de forma igualitaria a través del sufragio universal.
Por ejemplo: el estado de guerra, caracterizado por la suspensión de los derechos fundamentales con un
reforzamiento del poder ejecutivo, más competencias del poder civil al militar.
El poder constituyente, en tanto que es la expresión total de la soberanÃ-a, está exento de cualquier tipo de
condicionamientos mientras que el poder constituido deriva su existencia y queda condicionado a la decisión
del primero para su formación.
Modelo dado en muchos paÃ-ses, como en 1766 la aprobación de la Constitución de América a través
de la Asamblea Constitucional.
Con el plebiscito el pueblo muestra estar de acuerdo con una ley que ya está en funcionamiento, con el
referéndum la ley aún no ha sido aplicada.
Especie de dictador
Esa Constitución es la primera de tipo federal y tendrá gran influencia sobre el pensamiento federal
europeo, incluso en España, en Pi y Margall.
Para ir a votar no sólo tienes que estar apuntado en el censo, sino que tienes que apuntarte en la lista de
electores.
Facultad que no poseen ni el Consejo de ancianos ni el poder ejecutivo.
Fundamental en la historia de Francia, porque por esa razón va a poder ser elegido Napoleón Bonaparte
Como Filadelfia, en 1919; los PaÃ-ses Bálticos o Polonia en 1921; Checoslovaquia en 1920 y Yugoslavia en
1921.
Derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad; también se recoge la imposibilidad de impedir a un
individuo la ejecución de sus derechos.
Gran influencia de Rousseau.
En la V República, sólo en 1962 una moción de censura contra el gobierno que además fracaso.
Se da en España.
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