CORRIENTES DE VIDA La dinámica del Cenáculo Konferenz 2014, operaba con un moderador, grupos en mesas redondas por idioma que reflexionaban incentivados por la moderación y foros de puesta en común coordinados por una licenciada del Norte de Alemania contratada para tal fin. El 4 de febrero por la tarde comenzó con una exposición sobre las corrientes de vida, hecha por el P. Heinrich Walter (Superior General de los Padres), para facilitar la respuesta a la pregunta: ¿Qué corrientes de vida hay – tanto local como internacional en la Familia de Schoenstatt? El padre inicia su exposición aclarando el concepto de Corrientes de Vida, de la conducción a través de estas Corrientes y preguntó: ¿estuve alguna vez en una corriente? Para entender esto hay que ir a lo que uno ha vivido espiritual y físicamente como corriente. Una vez cuando iba en canoa por el Río Danubio percibí que era mucho mas fácil ser llevado por la corriente que querer ir en una dirección concreta. La corriente marca el camino correcto ¿Qué significa ser llevado por una corriente? El P. José Kentenich eligió concientemente la palabra “corriente”. Una corriente no capta solamente la inteligencia, sino todo el ser humano. Conducir por corrientes significa conducir desde dentro no desde disciplina u órdenes superiores. De ahí se despierta la libertad y magnanimidad. Una corriente se produce cuando comienza en el propio corazón. Una corriente se produce cuando libertad y magnanimidad están a nuestro alrededor y cuando la comunidad que está alrededor mío, la percibe y con libertad y magnanimidad la realiza. Corriente es cuando la gente está convencida de lo que tiene que hacer. Por ejemplo, hace años que existe una corriente ecológica que puede ser estudiada según la concepción de nuestro Padre. La corriente ecológica ha logrado cambiar a los hombres y la política y la encontramos hasta en el Jardín de Infantes. (…) Las corrientes tienen portadores, porque las corrientes tienen que ver con personas que están impregnadas en esa corriente y las corrientes así están vivas; son encarnadas por personalidades que están profundamente imbuidas en la corriente. Una corriente es un movimiento de valores encarnados por los dirigentes. Cuando se trata verdaderamente de una corriente, las personas están dispuestas al sacrificio. La corriente necesita de magnanimidad y capacidad para hacer sacrificio. Nos preguntamos: ¿hay algo de eso en nuestro entorno? El P. J. Kentenich fue un maestro en despertar y trabajar con corrientes. Cuando él falleció en 1968, surgió una fuerte corriente del Padre, por la cual todos nos vimos arrastrados. Ahora se trata de las corrientes de nuestro entorno, de nuestros países. ¿Cuáles existen? El fuego en los ojos del hombre es lo que convence, sin ese fuego no existe la corriente. (…) Luego de trabajar en los grupos la respuesta a la pregunta ¿Qué corrientes de vida hay – tanto local como internacional – en la Familia de Schoenstatt? Se resumen en: La corriente del Padre (llevar el Padre a la Iglesia); La corriente misionera; La corriente del Santuario; La corriente de la coronación. Enseguida los participantes fueron invitados por la moderación a presentar sus opiniones.. Notamos que existen las corrientes; el desafío para nosotros es introducirlas en la Iglesia. Una corriente necesita de portadores, como hemos escuchado. ¿Qué hacemos nosotros para fortalecer, profundizar y permitir que las corrientes sigan su curso? Lo que vivimos no es evidente: en todo el mundo nosotros estamos unidos en la Alianza de Amor y en nuestro Padre. Eso significa que también podemos mirar otra perspectiva, sobre la cual ya hemos hablado: los grandes desafíos del tiempo que se nos presentan. Con la imagen de la corriente, se establece la conexión entre nuestra riqueza y el mundo. La canonización del Padre no basta para que el sea reconocido por la Iglesia. Su familia es su carta de presentación. Nuestra unidad en la diversidad tiene gran significado – así queremos llegar a Roma y dar testimonio. Está la corriente del Padre, pero también la corriente del Santuario. En ella hay un sueño: celebrar 2014 con el Santuario Original “libre”. También se puede resaltar la corriente misionera. Nuestra estrategia como familia de Schoenstatt, es ser misioneros como nuestro Padre: con su sabiduría, su amor, su coraje. ¿Quién conduce esas corrientes? ¡Nosotros! Ya hemos hablado de nuestro anhelo apostólico. Cada uno debe preguntarse: ¿Cómo podemos permitir que esas corrientes fluyan en todos los ámbitos? Para eso somos nosotros LOS RESPONSABLES. NOTAS COMPLEMENTARIAS 1) A través de corrientes de vida (de Propuesta Pedagógica del P. Ángel Strada) La pedagogía de movimiento pone también gran cuidado en la atmósfera o clima de la comunidad donde se realiza la educación (hogar, colegio, etc.) Es de primordial importancia que el educador sepa fomentar «corrientes de vida» que impregnen y movilicen a las personas y a la comunidad. Los elementos esenciales de una corriente de vida son: • La fuerte presencia de algunos valores. * La captación de todos los niveles de la personalidad del educando, especialmente de su mundo afectivo. « El carácter de respuesta a una situación concreta. « La expresión de esos valores en símbolos y en acciones concretas. La corriente de vida pone en movimiento a todos los miembros de la comunidad; forja una mística, un alma comunitaria. Se distingue por una actitud de libre adhesión a un modo común de pensar y amar, conformado por el aporte creador de muchos y por el estímulo que surge de los desafíos de las situaciones de vida. Cuando en una comunidad existe realmente una corriente de vida, se produce de forma casi espontánea la identificación afectiva y efectiva de sus miembros con los objetivos comunitarios. La corriente de vida genera una sintonía -no siempre reflexiva ni conceptualizada-, una suerte de simpatía que moviliza personas y ambientes*72. De allí que la inexistencia de esas corrientes sea con frecuencia la responsable de la fosilización de la comunidad, la caída en el formalismo externo, la parálisis y el enrarecimiento del ambiente comunitario. En la historia de Schoenstatt se encuentra muchos ejemplos de corrientes de vida surgidas de la vivencia generosa de la Alianza de Amor; es imposible hacer referencia a todas en el presente trabajo, pero vale la pena detenerse en una de las más recientes y vitales. Se trata de la «Campaña de la Virgen Peregrina». Para iniciarla Dios utilizó a Joao Pozzobon73, un sencillo padre de familia del sur de Brasil. El 10 de setiembre de 1950, una Hermana de María lo invitó a acompañarla en la visita que junto con un grupo de jóvenes iban a realizar a una familia de las cercanías. Llevaron un cuadro de la Virgen de Schoenstatt, bendecido ese día en el Santuario de Santa María, y rezaron el rosario con la familia. A partir de ese día y durante más de treinta años, Don Joao peregrinó con la imagen de la Virgen de Schoenstatt; primero a las familias, y desde 1954 también a escuelas, hospitales y cárceles. Miles y miles de personas reciben la imagen, rezan en común y comparten momentos de encuentro fraternal con parientes, amigos y vecinos, quienes experimentan gracias especiales con su visita. Símbolos religiosos, oraciones espontáneas, cantos populares y arreglos florales, expresan la devoción de la comunidad reunida en tomo a esta nueva Visitación. Con frecuencia se medita en común la palabra de Dios, hay gestos de reconciliación con familiares o vecinos y se hace partícipe a otros del acontecimiento. Suele suceder a menudo que la Virgen Peregrina despierte la voluntad de un nuevo acercamiento a Cristo y a la Iglesia, lo que se concreta en la recuperación o intensificación de la recepción de los sacramentos, en la vida de oración o en la conversión a un nuevo modo de vida. La solidaridad de María con todos, y en especial con los más pobres, impulsa a acciones concretas de asistencia, de acercamiento a los más necesitados. Lo que al principio fue iniciativa de una persona, con los años se irradió a miles de hogares y a cientos de escuelas, hospitales, cárceles, parroquias, etc. Hoy esta Campaña se extiende a países de los cinco continentes. Es una magnífica muestra de lo que es una corriente de vida. Mencionemos algunos elementos: concentración en determinados valores de la fe, tales como la presencia de María, su cercanía y acción maternal, el valor de la oración en común, y la expresión de esos valores en formas y símbolos accesibles a todos. María es puesta en el centro del hogar, en conexión con las necesidades y las alegrías cotidianas. 72 Ib., Conferencias X y XI. 73 Para Joao Pozzobon véase: Uriburu, Esteban, Héroe hoy, no mañana, Patris Argentina, 2002. La adhesión cordial, la participación activa de quienes son portadores y de quienes reciben a la Virgen Peregrina, y sobre todo la acción del Espíritu Santo, posibilitan una forma de evangelización adecuada a las necesidades del hombre contemporáneo. Buena parte del arte de la educación consiste en despertar tales corrientes, en hallar nuevos motivos para enriquecerlas, en saber encauzarlas y alimentarlas, en transmitirlas sin cesar y llevarlas a realizaciones concretas. Una corriente de vida, según el Padre Kentenich, nace de la vida misma y se va abriendo camino de una manera diferente a como lo hace una campaña publicitaria orquestada. El la compara con un río que va creciendo a partir de distintos y numerosos afluentes. Este río a veces se desborda, pero luego vuelve a su cauce madre. Esos desbordes son las tensiones lógicas de la diversidad de opiniones que se originan en toda corriente de vida. Dichas tensiones no deben ser eliminadas sino encauzadas creadoramente. Su sentido es que a través de crisis espontáneas, o intencionales, la persona sea estimulada a tomar decisiones y crecer así, en virtud de sus propias iniciativas, en la autonomía personal. Toda corriente de vida crece y suscita vida en la medida en que integre realmente las polaridades y los consensos. A su vez toda nueva iniciativa o corriente incipiente en un grupo (familia, comunidad, etc.) sólo será fecunda si logra integrarse en la corriente principal en la cual se halla inmerso todo el conjunto. En el hogar, colegio, empresa o parroquia, la tarea del educador es captar, promover e integrar las iniciativas de vida. Debe además tener en cuenta el disenso y las tensiones, para que la corriente de vida se afiance y sea realmente unificado-ra; debe promover la libre decisión personal, motivar a la gente para los ideales y cultivar el espíritu. De ahí que el arte de la pedagogía de movimiento esté esencialmente unido a la pedagogía de ideales y de confianza. En el manejo sabio de estos elementos se decide nuestra capacidad de conducción para servir a la vida, la unidad del grupo humano y la creatividad individual. Hay que distinguir entre corriente de vida y campaña publicitaria. Esta última está planificada e implementada calculadamente; apunta a un objetivo determinado y se ajusta a un grupo de personas ya preestablecido y definido. Es un medio para asegurar en otros, transmitir o despertarles ciertos apetitos conducentes a promocionar un artículo determinado. Para ello se vale de medios que también se usan en la corriente de vida: lemas, símbolos, gestos, cantos, programas, etc. En cuanto al área pedagógica y pastoral, es legítima si está al servicio de la vida que surge de las bases y no lo es si procura fomentar intereses particulares. En efecto, todos los medios son en sí mismos ambivalentes en tanto y en cuanto no se determine en qué relación se hallan con la vida y el fin. La corriente de vida es una convergencia de impulsos vitales que brota de una sintonización del alma individual y del alma comunitaria, que se produce en armonía con el orden objetivo de ser. Para que la corriente de vida mantenga su lozanía inicial debe atenerse a sus valores y elementos fundamentales y ser fiel a la historia testimonial de aquellos que la han inspirado y entregado su vida por ella. La corriente de vida crece orgánicamente en la medida en que más y más personas vayan entrando en contacto con ella y la integren vivencialmente en su vida personal. Pero no todos los impulsos vitales llegan a conformar una corriente de vida, así como no todas las gotas de lluvia logran integrarse en un arroyo; para ello necesitan profundidad y densidad que se proyecten en intuiciones y anhelos. Estos a su vez deben despertar iniciativas que se plasmen en hechos concretos. Por otra parte, la inculturación en el tiempo y en situaciones nuevas llevará a actualizarse y adaptarse a las condiciones que se enfrenten; pero siempre conservando el espíritu inicial, como expresión de la Providencia, traducido en una fidelidad creadora capaz de volcarse en formas nuevas. La Campaña de] Rosario de Don Joao Pozzobon presenta las características de una corriente de vida, tal como lo leíamos en párrafos anteriores: « Crecimiento orgánico en su desarrollo histórico. No fue proyectada en un escritorio, sino que se originó lentamente a partir de un hecho «ocasional» (vale decir, 'providencial') al cual le fueron sucediendo otros. Todo comenzó con una única imagen peregrina de la que luego surgirían las pequeñas, que visitarían las treinta primeras familias y se irradiarían naturalmente a colegios, hospitales, cárceles, etc. En un primer momento se circunscribió a Santa María, luego se difundió por el estado de Rio Grande do Sul y todo Brasil. Por último llegó a Argentina, de donde se esparció por toda América, África del Sur y muchos otros países. • Crecimiento fiel al impulso carismático que la Providencia suscitó en Schoenstatt: Llevar a los hombres a la experiencia de las magnificencias de María, Mater Ter Admirabilis, en el Santuario. Don Joao se consideraba «el pequeño alumno del Padre Kentenich» y deseaba ser el José Engling de América. Respaldó la Campaña de la Virgen Peregrina con su vida y una profunda vinculación al Santuario a través de sus fidelísimos aportes al Capital de Gracias en su vida personal, familiar y apostólica.74 74 De apuntes de conversaciones sobre el tema, mantenidas entre el R Humberto Andwanter y el R José Pontes, Schoenstatt, enero de 1989. 2) Cuarta estrella del dirigente: Conducir a través de corrientes de vida (“Desde el Santuario, discípulos misioneros para una patria familia” P. Guillermo Carmona) En épocas de cambios bruscos y sorpresivos como la nuestra, es imprescindible buscar nuevas respuestas a innumerables preguntas. Sobre todo es necesario arriesgar caminos novedosos para conducir y ayudar a los demás a ser mejores. Pero este riesgo no debe ser irresponsable. Un camino que el Padre Kentenich transitó y que sugiere para todo conductor es a través de las corrientes de vida. Lo aplicó en comunidades, familias, colegios e instituciones. Esta estrella no nació de la pura reflexión ni de lectura de libros, sino de: circunstancias providenciales, búsqueda de excelencia y crecimiento, personas que lo asumieron como suyo. Un breve recorrido por la Historia de la Iglesia nos dice que los grandes movimientos culturales y religiosos fueron corrientes de vida: el monaquismo, la corriente franciscana, jesuítica, los movimientos de la posguerra, etc. Todos ellos tuvieron algunas características fundamentales: respondían a un desafío del tiempo (San Francisco, a la necesidad de la pobreza); era, por lo tanto, un valor que se debía cultivar. Hubo personas que lo llevaron adelante, líderes, jefes carismáticos. Ilustraron la idea central -el valor supremo- con muchos símbolos (en el caso de los franciscanos, por ejemplo, la tradición de los pesebres, del vía crucis, etc.). Tuvieron muchos adeptos que se reunieron y con quienes formaron una comunión con el ideal previsto. Estas corrientes de vida impregnaron la vida religiosa, social y comunitaria y tuvieron repercusión histórica. Según el Padre Kentenich hay grandes corrientes de vida, como las que mencioné anteriormente, y otras que están circunscriptas a grupos sociales o religiosos; hay también pequeñas corrientes de vida que pueden ser focalizadas en una familia determinada, un grupo, una institución. El nuevo paradigma contempla el trabajo con estas corrientes de vida. Para eso, el conductor debe tener algo de profeta, es decir, descubrir las necesidades del tiempo y conocer el alma humana. También Schoenstatt tuvo y tiene corrientes de vida: la corriente alrededor de la paternidad, del Santuario, la de coronación, el "Jardín de María" y muchas otras. En ellas se perciben -en menor o mayor grado- las características a las que aludí anteriormente. Es claro que estas corrientes de vida abarcan dimensiones afectivas y no sólo racionales, que van más allá de la persona y ayudan poderosamente a despertar respuestas creativas a las necesidades del tiempo y de las personas. Desde una perspectiva religiosa una corriente de vida es un soplo del Espíritu. En todas ellas hay algo de inspiración divina y de respuesta humana. Es por lo tanto una iniciativa de Dios para una comunidad determinada, que acentúa un aspecto del misterio cristiano o, en el caso de Schoenstatt, de su espiritualidad. Detrás de la conducción por medio de corrientes de vida está el enorme desafío para el dirigente. Cité la expresión del P. Kentenich, que debe aplicarse a una gran corriente de vida, o a una más sencilla para un grupo, un colegio o una Diócesis: hay que estar "con la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios". 3) Corrientes de vida. Hna. Elizabet Parodi (fragmento de la Conferencia “La misión del Padre nos quema el alma”) El Padre hablaba con gusto de la palabra corriente. Él decía: “cuando nosotros tenemos que mostrar Schoenstatt como movimiento de vida no podemos conducir a través de ideas, este año la táctica, la estrategia va a ser ésta, y allá vamos todos”. Por otro lado Schoenstatt es un movimiento de ideas. No es solamente decir a ver qué hacemos hoy…, qué nos dice…, de qué tenemos ganas… no, no. Tiene que ser un movimiento de ideas pero también tiene que ser un movimiento de vida y conducir por la vida. Tomó la imagen de la corriente, a lo mejor se inspiró en las corrientes eléctricas, no sé. En todo caso a mí, que no entiendo mucho de esto, una de las cosas que leí en cuanto a las corrientes es que lo propio de una corriente, para que haya una corriente eléctrica, por ej., los electrones están como libres, por todas partes, se unen en un campo magnético. Tiene que haber un campo magnético que los una y esa fuerza es la que genera electricidad. En una imagen que me parece muy simpática, es una imagen satelital, no se ve muy bien pero ….ésta es una plaza en París. Está llena de gente, caminando por cualquier lado. Se para un charlatán, se pone a hablar de algo y la gente espontáneamente se nuclea. ¿lo ven ahí en el medio? Éste justamente es el magnetismo de una corriente. Cuando esto genera vida la cosa se va como trasmitiendo, se va como ordenando todo. Este es el desafío que el padre nos plantea como dirigentes. Por eso también la conferencia 2014 se lo pregunta, no solamente como táctica sino también como corriente. Lo propio de la táctica, planeamos algo y a mí me toca hacer algo. Al revés, lo propio de una corriente es que uno dice algo me toca el ser. No es que a mí me toca hacer algo sino algo que me toca, en el sentido de una conmoción interior y de alguna manera yo lo trasmito. Táctica Me “toca hacer algo” Corriente Algo me “toca” el ser Tiene como un magnetismo. Por eso lo propio de una corriente de vida es que tiene que haber centros magnéticos, tiene que haber alguien que se enciende por la idea sino no despierta corriente, no tiene magnetismo. Cuando en la conferencia de 2014, el año pasado, se preguntaron cuáles son las corrientes que están movilizando nuestra familia se nombraron cuatro: • la fuerza del Santuario en todas sus dimensiones • la vinculación con nuestro Padre y su carisma • el ímpetu misionero • el don y el desafío de la unidad de la Familia Nos enteramos con alegría, en estos días, que el proceso de canonización de nuestro Padre pareciera estar cerrado, en Tréveris. Termina allí y pasa a Roma, en una nueva etapa pasa de la Iglesia diocesana a la Iglesia universal. Y la Iglesia va a mirar no solamente cuál es el carisma del Padre José Kentenich, sino cómo viven sus hijos ese carisma. En este sentido no es evidente que el año 2011, -la Divina Providencia conduce- va a ser un año del Padre y de su carisma. Llevar tu presencia y tu carisma para que la familia se una en ti. Este criterio de unidad, que es un anhelo muy fuerte, tampoco es muy evidente. Cada rama, cada Instituto, cada federación también podemos estar desperdigados como los electrones, cada uno mirando en su propio puchero. El hecho de que podamos tener un cuerpo magnético que nos una, otra vez uno se pregunta ¿cuál es esa persona, ese centro vivo de unidad? Y ahí uno llega a los tres puntos de contacto. A la realidad de nuestro Padre y de su carisma: Tu presencia es criterio de unidad. No sé si ustedes lo escucharon, pero a mí sí me pasó de escuchar: “Bueno, esto lo pensaron los Padres, pero ¡no! Es de las Hermanas, ¡no! es de la JF o de la Federación de matrimonios o de la Liga de matrimonios.” Pero ¿cuántos Schoenstatt tenemos? ¡Hay un solo Schoenstatt! Cuando estamos unidos en un solo campo magnético. Lógicamente que cada uno, sean los Padres, las Hermanas, sea Federación, la Liga o los Institutos o las Señoras de Schoenstatt, lo viven con su modalidad, hay tensiones que son naturales, pero cuando las tensiones son naturales, son tensiones creadoras. Luchan juntos por el único Schoenstatt, estamos “pateando” para el mismo arco. Es un criterio fundamental para que la Iglesia reconozca que el carisma de nuestro Padre tenga sentido. Si no van a decir que cada uno interpreta a su Padre Kentenich, cada uno tiene su Schoenstatt como le venga bien. Esto sirve también para la internacionalidad a nivel de todos los países. Este es el desafío que nuestro Padre llamaba las tensiones creadoras, no las tensiones destructoras. Si “tu misión nos quema el alma” uno podría escuchar por detrás la palabra de Jesús, cap. 12 del Evangelio de Lucas, donde dice: “He venido a traer fuego y cómo desearía que estuviera ardiendo la tierra…” más abajo dice: ”aprendan a descubrir las señales de los tiempos…” “ustedes que ven una nube y dicen que va a llover…. aprendan a descubrir lo que Dios quiere por el tiempo…” Esta pregunta también se la hizo la Conferencia del 2014 y nos dijeron que hay como diferentes campos donde queremos concretizar la misión de nuestro Padre y hablaron de: • el ámbito del matrimonio y la familia • los desafíos y el dinamismo de la juventud • la aplicación y difusión del pensamiento del P. Kentenich en el campo de la pedagogía • la inserción en la Iglesia diocesana y universal con nuestro carisma original • la colaboración efectiva en la gestación de un nuevo orden social y de una cultura inspirada por la Alianza.