pompeya la ciudad perdida

Anuncio
Pompeya,
la ciudad perdida
por Patricia West
Género
No ficción
expositiva
Comprensión:
Destrezas y estrategia
• Comparar y
contrastar
• Generalizar
• Visualizar
Características
del texto
• Glosario
• Leyendas
Pearson S
P
Scott
tt FForesman C
Calle
ll d
de lla LLectura
t
4
4.5.2
52
ISBN-13: 978-0-328-52880-6
ISBN-10:
0-328-52880-3
9 0 0 0 0
9
780328 528806
LeYWXkbWh_e
]beh_eiW
Pompeya,
]hWd_je
la ciudad perdida
[nYbWcŒ
cW]d‡\_Ye
cWb[pW
hk_dWi
j[hhWpWi
por Patricia West
D‘c[heZ[fWbWXhWi0("'&/
Nota: El número total de palabras incluye solamente las palabras en el texto del
cuento y sus encabezados. Los numerales, títulos de capítulos, leyendas, rótulos,
diagramas, cuadros, gráficas, recuadros y otros elementos no se incluyen.
(MFOWJFX*MMJOPJTt#PTUPO.BTTBDIVTFUUTt$IBOEMFS"SJ[POB
6QQFS4BEEMF3JWFS/FX+FSTFZ
Un día que nadie olvidará
Every effort has been made to secure permission and provide appropriate credit for
photographic material. The publisher deeply regrets any omission and pledges to
correct errors called to its attention in subsequent editions.
Unless otherwise acknowledged, all photographs are the property of Scott Foresman,
a division of Pearson Education.
Photo locators denoted as follows: Top (T), Center (C), Bottom (B), Left (L), Right (R),
Background (Bkgd)
Cover: © Bettmann/Corbis; 1 © Gianni Dagli Orti/Corbis; 3 © Hulton Archive/Getty
Images; 4–5 (B) © Bettmann/Corbis; 5 (C) © Gary Braasch/Corbis; 6 © Bettmann/
Corbis; 7 © Bettmann/Corbis; 8–9 © Corbis; 10 © Christel Gerstenberg/Corbis; 11 © The
Bridgeman Art Library/Getty Images; 12 © Gianni Dagli Orti/Corbis; 13 © Bettmann/
Corbis; 14 © David Hiser/Stone/Getty Images; 15 © S.A./Corbis; 16 © Mimmo Jodice/
Corbis; 17 © Mimmo Jodice/Corbis; 18–19 (B) © Mimmo Jodice/Corbis; 19 (C) © Mimmo
Jodice/Corbis; 21 © Jonathan Blair/Corbis; 22 © Seamas Culligan/ZUMA/Corbis; 23
© Bettmann/Corbis
ISBN 13: 978-0-328-52880-6
ISBN 10:
0-328-52880-3
Copyright © by Pearson Education, Inc., or its affiliates. All rights reserved.
Printed in the United States of America. This publication is protected by copyright,
and permission should be obtained from the publisher prior to any prohibited
reproduction, storage in a retrieval system, or transmission in any form or by any
means, electronic, mechanical, photocopying, recording, or likewise. For information
regarding permissions, write to Pearson Curriculum Rights & Permissions, One Lake
Street, Upper Saddle River, New Jersey 07458.
Imagina que puedes volver en el tiempo unos
veinte siglos hasta la mañana del 23 de agosto del
año 79 d.C. Ese día los habitantes de Pompeya,
en Italia, están celebrando una fiesta llamada
Vulcanalia en honor a Vulcano, dios del fuego y de
la metalurgia. Cuenta la leyenda que en el taller que
tenía en la cima de una montaña, Vulcano forjaba las
armas para los otros dioses.
Pompeya tiene casi 20 mil habitantes. Está situada
cerca de la Bahía de Nápoles a los pies del Vesubio,
una montaña que en forma de terrazas se levanta
hasta unos 6,000 pies de altura. La espesura de
la maleza y los árboles cerca de su cima ofrecen
buenos terrenos para la caza. Pero últimamente los
cazadores están inquietos porque la superficie del
Vesubio se está calentando de manera extraña.
La estatua más grande
hecha en los Estados
Unidos se encuentra en
Birmingham, Alabama,
en honor a Vulcano. Este
Vulcano moderno lleva
puesto un overol azul,
similar a los que usaban los
fabricantes de acero de la
ciudad en el pasado.
Pearson® is a trademark, in the U.S. and/or other countries, of Pearson plc or its
affiliates.
Scott Foresman® is a trademark, in the U.S. and/or other countries, of Pearson
Education, Inc., or its affiliates.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 V0G1 18 17 16 15 14 13 12 11 10 09
3
¿Una advertencia?
Unas semanas antes de la celebración de la
Vulcanalia, sucedieron algunas cosas extrañas en
Pompeya. Todo comenzó con un pequeño terremoto,
luego el agua dejó de brotar en los manantiales
naturales y poco después los pozos se secaron.
Los caballos y el ganado se veían asustados, los
perros aullaban y los pájaros dejaron de cantar.
Algunos habitantes de Pompeya también estaban
intranquilos. Rápidamente reunieron a sus familias y
con unas pocas pertenencias abandonaron la ciudad
sin pensar en la celebración. Mientras se alejaban, el
viento los cubría con una liviana capa de cenizas.
Sin embargo, la mayoría de la gente permaneció en
Pompeya.
Los preparativos para la festividad continuaron y
los que huyeron de la ciudad deben haber sido vistos
como cobardes.
El 24 de agosto, un día después de la celebración,
los habitantes regresaron a sus lugares de trabajo
y a los campos. Pero poco después del mediodía,
sintieron un gran estruendo y el Monte Vesubio se
convirtió en un cañón gigante que arrojaba hacia
el cielo roca fundida y candente a muchas millas de
altura. La roca disparada alcanzó velocidades de
hasta 2,000 pies por segundo y cayó convertida en
proyectiles sobre los habitantes de Pompeya.
La erupción del Monte Vesubio pudo haber
sido similar a la ocurrida en 1980 en el monte
Santa Helena, situado al noroeste de los Estados
Unidos.
4
5
Acercarse más al volcán
¡Estás allí!
Los historiadores saben mucho acerca de la
erupción del Monte Vesubio por el testimonio de
Plinio el Joven, un muchacho que tenía sólo 17 años
en aquel entonces y que escribió sobre el suceso. Él
estaba de visita en casa de su tío Plinio el Viejo, un
científico que vivía al otro lado de la bahía. El joven
se encontraba estudiando a 19 millas del volcán
cuando escuchó un enorme estruendo.
En una carta contó lo que pudo ver aquel día:
“. . . puede describirse como la sombrilla de un pino
cuyo tronco alcanzaba gran altura y se expandía
en ramas. . . Enormes capas de fuego y llamas
resplandecientes caían por todas partes”.
Plinio el Viejo decidió acercarse a la montaña de
inmediato e invitó a su sobrino para que le siguiera,
pero el muchacho rechazó la propuesta diciendo que
debía estudiar.
El valiente científico cruzó la bahía y llegó a
casa de un amigo. Cansado por el viaje, tomó una
siesta mientras sus compañeros veían caer ceniza
y pequeñas piedras alrededor de la casa. Cuando
despertó, en medio del debate acerca de si era
posible o no salir a campo abierto, la casa se sacudía
con tal fuerza que parecía derrumbarse. Los hombres
decidieron salir y ataron almohadas en sus cabezas
para protegerse de las rocas que caían.
Plinio el Joven escribió una carta a su
amigo Cornelio Tácito sobre la erupción
del Monte Vesubio.
6
7
Una decisión peligrosa
¡Terremoto!
Plinio el Joven escribió lo que pasó poco después:
“Mi tío decidió bajar a la costa para ver la posibilidad
de escapar por mar, pero el oleaje estaba agitado
y peligroso. . . Las llamas y el olor a azufre, señal
de que el fuego se aproximaba, hacían que la
gente huyera despavorida, pero a él lo animaban a
permanecer en el lugar. Se mantuvo en pie apoyado
en dos esclavos, pero de repente se desplomó. . .”.
Plinio el Viejo murió en el acto.
Para ese momento, Plinio el Joven estaba bastante
preocupado y junto con su madre se dirigieron a
la costa. Sobre esto escribió: “Vimos disminuir y
retroceder las olas del mar aparentemente por causa
del terremoto. . . El agua se alejó de la costa, de
modo que infinidad de criaturas marinas quedaron
esparcidas en la tierra”. La madre de Plinio el Joven
era una mujer mayor y éste tuvo que cargarla en
sus brazos para huir. “La ceniza comenzó a caer de
nuevo” escribió, “esta vez como una fuerte lluvia”.
Aunque Plinio exclamó: “. . .el mundo entero
estaba muriendo conmigo y yo con él”, madre e hijo
sobrevivieron milagrosamente.
La gente se dirigía mar adentro
mientras la lava brotaba del
Monte Vesubio y sepultaba la
ciudad de Pompeya.
8
9
Gente escapando de Pompeya durante la erupción del
Monte Vesubio.
¡Pánico!
La mayoría de los habitantes de Pompeya huyó
durante las primeras horas de la erupción. Por mar, a
caballo o a pie todos querían escapar de la avalancha
de roca y ceniza. La piedra pómez, una clase de roca
volcánica, caía a razón de seis pulgadas por hora.
Las cerca de 2,000 personas que decidieron quedarse
caminaban aterrorizadas entre las ruinas de la
ciudad.
La situación no podía ser peor para los habitantes
de Pompeya, pero los problemas no habían
terminado. Poco después de la medianoche, un río
de lava, o roca fundida, descendía por la ladera de
la montaña a una temperatura cercana a los 750º F.
El torrente bramaba atravesando la ciudad hacia el
mar. La ceniza y el mortífero gas asfixiaban a cada
ser vivo que encontraban a su paso.
10
Excavaciones en Pompeya (1865)
Una consecuencia trágica
Algunas semanas después de la erupción muchas
personas regresaron a Pompeya para buscar a
sus seres queridos o sus pertenencias. Esto, sin
embargo, resultó muy peligroso ya que muchas de
ellas murieron al inhalar los gases que quedaron
atrapados en las edificaciones y otros fueron
sepultados al desplomarse los túneles que cavaron en
la ceniza. Horrorizados, los habitantes se marcharon.
Un poeta llamado Estacio se preguntó
sorprendido: “¿Creerán las generaciones futuras que
mansiones enteras con sus habitantes yacen bajo sus
pies y que los campos de sus ancestros se ahogaron
en un mar de llamas?”.
11
Poco más de un siglo después el Vesubio demostró
que no dormía para siempre. Hizo erupción en 202,
luego en 306 y de nuevo en 472, 513 y 533. Incluso
después de siglos de calma, hubo otra erupción en
1631. Entonces, el Vesubio se quedó silencioso y
la ciudad de Pompeya quedó casi sepultada en el
olvido.
Un arribo real
En 1707, un príncipe rico que visitaba la bahía
de Nápoles quedó cautivado por el paisaje y el
placentero clima de la región. Decidió construir
en el lugar una costosa villa, usando granito y
otras clases de piedra. Durante las excavaciones los
trabajadores encontraron pedazos de estatuas y el
príncipe decoró su villa con estos tesoros. Tal vez
nunca supo que había desenterrado parte de una
ciudad sepultada.
¡Desenterramiento de Pompeya!
Medio siglo después, unos exploradores españoles
encontraron en la zona una roca con la inscripción:
res publica Pompeianorum, que significa “la
comunidad de los pompeyanos”. ¡La antigua ciudad
había sido descubierta!
Al comienzo, la gente sólo estaba interesada en
desenterrar tesoros de las ruinas y no les importaba
conocer los detalles de su pasado. Pero en la década
de 1860, Giuseppe Fiorelli fue designado por el
rey de Italia para realizar las excavaciones. Fiorelli
creía en la importancia de aprender acerca de los
habitantes de Pompeya y su vida diaria.
Fiorelli y sus trabajadores
cavando en Pompeya
Un historiador se
divertía ante la
idea de desenterrar
Pompeya. Decía:
“¿Cuál sería la
ganancia, si todo
lo que llegara a
iluminar las casas
aplastadas entre
enormes masas de
lava fueran paredes
derrumbadas?”.
Muchos hogares en Pompeya tenían
hermosas estatuas como ésta.
12
13
Un día en la vida de Pompeya
A medida que Fiorelli y su equipo cavaban
en la endurecida ceniza, hacían descubrimientos
asombrosos. En varias casas hallaron la mesa servida
en el comedor y en otras, las redes de los pescadores
listas para un día de pesca en el mar. En los tocadores
había joyería, botellas de perfume, espejos y peines
de marfil. En las paredes de la ciudad enterrada se
podían leer graffitis como “Vote por Lucio” y “Marco
ama a Espendusa”.
El equipo de Fiorelli
también encontró
talleres en donde se
trabajaba el vidrio, el
bronce y el hierro, así
como las herramientas
que estos artesanos
dejaron abandonadas
en sus sitios de trabajo
cuando huyeron.
Descubrieron al menos
treinta panaderías
Las palabras de este mosaico
en las que aún había
significan “Cuidado con el perro”.
hogazas de pan
listas para hornear,
y los restos que evidenciaban que en una de ellas
se vendían galletas en forma de perro. Además
encontraron dos teatros, uno con 5,000 asientos y
duchas para refrescar a la multitud.
14
Esta panadería en Pompeya tenía
un horno junto a cuatro molinos
para moler el grano.
15
Permanecer saludable, el estilo de
Pompeya
Mientras se hacían excavaciones en Pompeya
en el siglo XIX, un color brillante, llamado
“rojo Pompeya”, se hizo muy popular entre
artistas y decoradores en Europa.
Los arqueólogos también descubrieron
instrumental médico quirúrgico parecido al que
conocemos en la actualidad. En otros lugares
encontraron que los médicos de la época usaban
extrañas medicinas como gotas de lagarto, sangre de
paloma y ceniza de lombrices de tierra carbonizadas.
Los baños de Pompeya tenían saunas cuyos
hornos eran alimentados con leña. Como el jabón no
existía, la gente se frotaba la piel con aceite de olivas
y luego retiraba la mezcla de suciedad y sudor con
raspadores especiales.
Espectáculos terribles
Un enorme teatro en otro lugar de Pompeya
podía alojar 20,000 espectadores y aún después
de tantos años era visible el anuncio de su
próxima atracción: “La tropa de gladiadores. . .
luchará en Pompeya el 31 de mayo. Un animal salvaje
será cazado”. Es posible que el espectáculo incluyera
gladiadores dispuestos a luchar hasta morir o que se
presentara el combate entre un león y una pantera.
Otro anuncio en la pared mostraba que al menos
un gladiador tenía seguidores leales: “Caladus, el
traciano, hace suspirar a todas las mujeres”.
El piso de este baño en Pompeya era tan caliente que la gente
tenía que usar zapatos especiales para caminar sobre él.
16
17
Historias plasmadas en el arte
Los habitantes decoraban las paredes de sus casas
con elaboradas pinturas. Apetitosas manzanas, higos
y granadas de apariencia deliciosa nos muestran sus
hábitos alimenticios.
En Pompeya era muy popular el uso de mosaicos
en la decoración de sus viviendas. Los mosaicos son
hermosas imágenes que los artistas creaban uniendo
miles de pequeñas piezas de baldosas y rocas de
colores. Un mosaico que fue recuperado mostraba
ejemplares de la fauna marina que se encontraba
en la bahía. En el centro, un pulpo lucha contra una
enorme langosta, mientras una anguila morena
aguarda para engullir al ganador. Alrededor se
observan calamares, róbalos, camarones, salmonetes
y lijas.
Otro magnífico mosaico hallado en el techo de
un comedor, parece predecir lo que sucedería. Un
cráneo, símbolo de la muerte, acompaña a una
mariposa para recordar a los comensales que el
tiempo pasa volando. Aquellos que alguna vez
compartieron alegremente la comida y la bebida,
lo hicieron sin pensar que la muerte se acercaba.
Antiguo mosaico romano de Criaturas del
mar, del año 100 a.C.
18
Recuadro: Antiguo mosaico romano de
una máscara de teatro trágico.
19
Descubrimientos tristes
Pero Fiorelli y su equipo de arqueólogos
también querían hallar otras pruebas de
vida, como restos de personas sepultadas en
Pompeya. En esa búsqueda se encontraron
una serie de agujeros que parecían tener
forma de cuerpos. Fiorelli esparció sobre
ellos una fina mezcla conocida como yeso
de Paris y la dejó endurecer. Cuando separó
la ceniza, quedó a la vista un molde de yeso
que mostraba los momentos finales de la
vida de algunos habitantes de Pompeya.
Uno que sorprendió especialmente a los
científicos es el de un hombre acurrucado
que parecía tener una rama entre las
piernas. Los científicos creen que este
hombre, huyendo del gas venenoso, trepó
a un árbol para poder respirar aire fresco
pero el árbol se partió y el hombre cayó al
piso. Una capa de ceniza permitió que se
conservara en esta posición durante siglos.
Especialmente conmovedores son los
restos de una familia cuyo padre parece usar
su último esfuerzo para proteger a su esposa
y a su hijo.
Al escribir sobre la tragedia, un poeta
romano dijo: “Y todo fue consumido por las
llamas, todo cubierto de ceniza gris. . .”.
20
21
Pompeya en la actualidad
La ciudad perdida es una muestra de la gloriosa
historia del imperio romano que los visitantes
pueden recorrer en nuestros días. Allí puedes
imaginar las calles bulliciosas llenas de gente
y pasear por los angostos andenes de las calles
Stabia o Nola construidos por encima del nivel
de la calle ya que se usaban como alcantarillado
y desagües. En esa intersección, los visitantes
pueden detenerse a observar la antigua fuente de
agua que abastecía a los habitantes y animales de
Pompeya, ubicada frente al mausoleo dedicado
a uno de los dioses que, supuestamente, debía
proteger la ciudad.
La erupción más reciente del Monte Vesubio
ocurrió en 1944 durante la Segunda Guerra
Mundial. Las tropas aliadas ayudaron a
evacuar a las personas.
22
Un visitante puede caminar por los mismos
caminos de piedra que alguien usó hace miles de
años para mantener secos los pies cuando llovía,
y que al mismo tiempo ayudaban a controlar la
velocidad de los conductores de carretillas.
De hecho, basta con cerrar los ojos para imaginar
los habitantes que iban y venían por las calles de
Pompeya.
Ahora, mientras imaginamos maravillados
las escenas de la ciudad antigua, es inevitable
levantar la vista para observar el Monte Vesubio.
El volcán continúa emitiendo columnas de humo y
retumbando eventualmente.
23
Glosario
Reacción del lector
exclamó v. dijo con
palabras fuertes y claras.
maleza s. espesura que
forman los arbustos.
gloriosa adj. digna de
honor y alabanza.
ruinas s. restos de uno o
más edificios destruidos.
granito s. roca compacta
y dura.
terrazas s. espacios de
terreno llano, dispuestos
en forma de escalones en
la ladera de una montaña.
magnífico adj.
espléndido, suntuoso.
1. Vuelve a leer la página 16, que te dice cómo
los habitantes de Pompeya disfrutaban de los
eventos deportivos. ¿En qué se diferencia su
entretenimiento del nuestro? ¿En qué se parece?
Usa la siguiente tabla para comparar y contrastar
los deportes antiguos con los actuales.
Deportes antiguos y deportes actuales
Semejanzas
Diferencias
2. Hojea la selección para buscar las citas de Plinio el
Joven. ¿Cuál de sus descripciones de la erupción
del volcán refleja la imagen más intensa en tu
mente? ¿Por qué?
3. Muchas de las palabras que aparecen en el texto
provienen del latín. Por ejemplo: la palabra
terrazas viene del latín terra, que significa
“tierra”. Conociendo esta información, intenta
deducir el significado de terrazas.
4. Vuelve a leer las páginas 7 y 8. A partir de la
manera como Plinio el Viejo trató de protegerse,
¿qué crees que sabía sobre los volcanes? ¿Qué
crees que no sabía?
24
Descargar