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En las últimas décadas, la juventud ha experimentado una gran evolución en sus
características sociológicas, económicas y culturales. Ello se ha debido en parte a los
cambios demográficos, pero también a las modificaciones del entorno social, de los
comportamientos individuales y colectivos, de las relaciones familiares y de las condiciones del mercado de trabajo. En términos económicos la juventud es, potencialmente, el sector más importante de la población. Constituye la fuerza social y
económica que, en la siguiente generación, va a ser el eje de la población económicamente activa y, por lo tanto del factor de producción fundamental.
La Organización de las Naciones Unidas ha reconocido el papel decisivo de la
juventud en la «Declaración sobre la promoción entre la juventud de las ideas de paz,
respeto mutuo y comprensión entre los pueblos», emitida en 1965. Veinte años después, declaró a 1985 como el «Año Internacional de la Juventud». En 1995, las Naciones Unidas adoptaron el «Programa mundial de acción para la juventud para el
año 2000 y hacia delante», en un intento de afrontar directamente los problemas de
los jóvenes con relación a la educación, el empleo, la salud, el medio ambiente, la
drogadicción, la delincuencia juvenil, la discriminación de género y la falta de participación en la sociedad.
También la OIT ha adoptado algunas estrategias para hacer frente al desafío del
empleo de los jóvenes. Entre estas estrategias están a) sensibilizar a los Estados miembros sobre el tema del empleo de los jóvenes, b) realizar investigaciones relacionadas con las cuestiones sobre el empleo de los jóvenes, incluyendo políticas innovadoras y efectivas y prácticas destinadas a mejorar las oportunidades de los jóvenes
en el mercado de trabajo y en las empresas, c) fomentar la igualdad de oportunidades de empleo para todos los jóvenes y la protección contra la discriminación en el
mercado del trabajo. El empleo de los jóvenes se ha inscrito en el orden del día de
diversas reuniones de la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) desde hace
más de quince años (1986, 1996, 1998 y 2000).
Los estudios del Banco Mundial y del BID, muestran que la desigualdad de rentas e ingresos no sólo es consecuencia de la estructura de propiedad y de las clases
Aspectos Salariales de los Jóvenes Trabajadores
1. INTRODUCCIÓN: LA IMPORTANCIA DE LA JUVENTUD
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Aspectos Salariales de los Jóvenes Trabajadores
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o estratos sociales. También está generada por la desigualdad de salarios que, a su vez,
está determinada por las diferencias en la educación, la actividad económica, la ocupación, la discriminación de género, las brechas entre el empleo indefinido y temporal y otras formas de segmentación del mercado de trabajo. Es evidente que muchos de estos rasgos de la nueva juventud vienen determinados en gran medida por
las propias características del mercado laboral, parcialmente comunes en el ámbito
europeo, pero muy intensificadas en nuestro medio más cercano.
En algunos países desarrollados, como España, la situación de los jóvenes presenta una asimetría de género. Las mujeres jóvenes suelen hacer frente a índices más
elevados de desempleo y sus trabajos son de peor calidad y menos remunerados que
los de los jóvenes varones. Sin embargo, en la mayoría de los países desarrollados la
diferencia de géneros es ya pequeña o insignificante. En España las chicas sobresalen con frecuencia a los chicos en las enseñanzas secundaria y universitaria, pero eso
no se traduce necesariamente en un mayor éxito en el mercado del trabajo, aunque
sin duda ha contribuido enormemente a reducir las distancias entre géneros. Esto
se debe, en parte, a que muchas jóvenes siguen concentrándose en los campos de estudio tradicionales, que no suelen relacionarse con las necesidades del mercado del
trabajo en constante evolución. Aunque hoy ser joven y mujer supone una doble dificultad en el mercado de trabajo, no puede negarse que la situación relativa de la
mujer ha mejorado sensiblemente y ello se hace especialmente patente entre los más
jóvenes.
También el subempleo representa un problema cada vez más importante en los
jóvenes. El desempleo es sólo una dimensión del problema del empleo al que se enfrentan los jóvenes. La competitividad educativa derivada de las mayores tasas de rentabilidad de las titulaciones superiores, pero esto lleva a una sobreeducación que genera subempleo ya que los más formados desplazan hacia abajo a los menos formados,
aun cuando estos tengan capacidad suficiente para el desempeño de sus funciones.
Subempleo y sobreeducación son fenómenos complementarios que tienen especial
incidencia en la gente joven y cuyo mecanismo y efectos se ven reforzados por la precariedad y excesiva movilidad laboral.
Los jóvenes desean trabajar, pero cada vez es más difícil encontrar un buen empleo. Saben que su capacidad de inserción profesional y, por lo tanto, sus oportunidades en el mercado laboral aumentan en función del nivel de estudios y de las
competencias adquiridas y de que hayan pasado algún tiempo en un centro escolar
o universidad en el extranjero. Esto les somete a una presión creciente, y el grado
de exigencia de la demanda de trabajo es mayor que nunca en lo que se refiere a movilidad, flexibilidad, competencias y aptitudes. Al dedicar cada vez más tiempo a los
estudios y la formación y ser más difícil e inestable el acceso al mercado de trabajo,
los jóvenes permanecen más tiempo siendo dependientes de sus familias.
El libro blanco de la Comisión Europea publicado hace un año con el título
«un nuevo impulso para la juventud europea» retrata un perfil humano bien conocido: «estos jóvenes constituyen un grupo en plena transformación, acceden al empleo y fundan una familia más tarde de lo que era habitual, intercalan períodos de
trabajo y de estudio y, sobre todo, sus itinerarios personales son mucho más varia-
Aspectos Salariales de los Jóvenes Trabajadores
dos que en el pasado. La escuela o la universidad, el empleo y el entorno social ya
no desempeñan la misma función integradora. Además, se independizan cada vez
más tarde».
Como reconoce la UE, las formas precarias de empleo se han generalizado. Los
salarios han disminuido en comparación con los de los trabajadores adultos. Ahora a los jóvenes les cuesta mucho más tiempo conseguir una estabilidad laboral. Ni
siguiera una buena titulación les garantiza automáticamente un trabajo, ya que la
competencia por el empleo se ha vuelto más feroz. El éxito en el mercado de trabajo depende en gran medida de las circunstancias personales y de la experiencia de
los jóvenes.
Diversos estudios, apoyados en la teoría del capital humano de Gary Becker,
han reconocido una fuerte relación entre la educación y los salarios. A través de sus
efectos sobre el factor productivo trabajo, se refuerza el papel de la educación en el
crecimiento económico y en la diferenciación salarial. No obstante, otros trabajos
han encontrado que ciertos determinantes como la actividad económica, la antigüedad o la ocupación pueden tener una fuerza modeladora del salario igual o incluso superior a la educación. El presente estudio se entronca en esta línea y pretende
contribuir al conocimiento de la realidad social y económica de la juventud actual.
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