CORO ESTUDIANTIL DE LA UAZ Antecedentes: La Universidad Autónoma de Zacatecas desde su constitución (1968) contó con la existencia del Coro Universitario, mismo que se integró con la participación de estudiantes de las diferentes escuelas y facultades, así como de ex - alumnos (del Instituto de Ciencias), trabajadores y otros, dirigidos por el Pbro. Martín de Jesús Pacheco. A partir de la creación del Centro de Estudios Musicales (1982), la agrupación coral tomó el nombre de CANTORÍA UNIVERSITARIA, y a partir de la transformación de dicho centro en 1987, funcionó con el nombre de ENSAMBLE VOCAL POLIFONÍA. A partir del desarrollo de la Escuela de Música, la actividad coral fue tomando un rumbo PROFESIONAL, por lo que los integrantes de los diversos coros, (algunos con fines académicos por su naturaleza curricular, y otros con fines de servicio social) definieron un perfil de muy alta calidad limitando el ingreso a estudiantes de música de nivel superior, hecho que excluye prácticamente a estudiantes de otras escuelas. En el año de 1998 dejó de funcionar la SOCIEDAD CORAL DE ZACATECAS, alternativa que ofrecía el Gobierno del Estado, a través del Instituto Zacatecano de Cultura. En años recientes se han formado eventualmente agrupaciones corales con diversos fines, integrados en su mayoría por estudiantes de la Escuela de Música, pero con coordinación externa a la Universidad. En el mes de Julio de 2002 se formó el Coro de Cámara del Ayuntamiento de Zacatecas, que generó la participación de una gran cantidad de personas de diferentes edades y de diversos sectores poblacionales para dar lugar a la conformación del Coro Monumental de Zacatecas. Justificación: El hombre, ser social por naturaleza, ha experimentado desde muy temprano la necesidad de expresar sus estados anímicos de asombro y angustia que despertaban los fenómenos naturales del Universo, con su carga de magia y misterio, y los hechos cotidianos de su vida de relación, acudiendo al instrumento más natural y accesible que disponía, su propia voz. Este medio expresivo, multiplicado en las gargantas del clan o la tribu en forma colectiva, surgió espontáneamente como un lenguaje musical que tuvo su origen en las primeras asambleas civiles o religiosas de la antigüedad, cuando los hombres se agruparon con el objeto de satisfacer su “appetitus societatis”, manifestándose en forma de letanías, que eran repetidas en coro, originadas sin duda por hechos de interés colectivo, religiosos o profanos. Héctor Nardi, en la obra colectiva “manual para la dirección de coros vocacionales” nos dice: Con el devenir de los tiempos, el canto coral ha ido acentuando paulatinamente su carácter de instrumento social aplicado al servicio de la comunidad. La evolución de las sociedades primitivas trajo aparejados grandes cambios sociales y políticos que influyeron en la concepción estética de los pueblos, y por lógica consecuencia, en el arte de los sonidos. No obstante, desde las primitivas formas musicales en que el canto individual y colectivo desempeñó diversas funciones, empleándoselo como remedio espiritual y material, hasta las sociedades modernas, en que su cultivo se ha ido acrecentando de modo notable, fue siempre el vehículo maravilloso, connatural e inmediato de las emociones del ser humano. En el canto coral, esta característica se acentúa por su particular naturaleza. La concurrencia de varias voluntades determinadas hacia un mismo fin, hace que la proyección social de un coro sea mucho mayor que la del canto individual. La participación de un número considerable de voces cantando simultáneamente, presupone la existencia de un pacto previo, de una mística común que alcanza contornos insospechados, al abrevar en la esencia misma del ser humano y dinamizar convenientemente sus mejores cualidades en una empresa común al servicio de la sociedad a la cual pertenece. En todos los tiempos el canto coral ha constituido una de las manifestaciones artísticas más accesibles a los distintos grupos sociales. Desde las invocaciones y letanías monódicas de las sociedades primitivas, pasando por la religiosa austeridad del canto gregoriano y la época más rica de la polifonía vocal, hasta llegar a las experiencias de la música contemporánea, ha cumplido siempre (con diferente intensidad según las épocas) con su destino de conmover las raíces más profundas del espíritu humano, apelando a sus creencias religiosas, a sus sentimientos y emociones más puras, y exaltando por fin la alegría de vivir en todas sus facetas, característica ya descubierta por Platón cuando lo definiera acertadamente como “el arte que, regulando la voz, llega hasta el alma y le inspira el gusto a la virtud”. La continua expansión de la actividad coral en el mundo, especialmente en los países europeos donde cada ciudad por pequeña que sea se enorgullece de poseer un coro, es un síntoma evidente de la importancia que reviste dicha práctica en el acervo cultural de los pueblos. La aparición en el siglo XIX de sociedades corales integradas por aficionados, es uno de los fenómenos de mayor proyección social que se han derivado de la incesante evolución de la música a través de la historia. Estas agrupaciones (integradas por elementos no profesionales) se han multiplicado a lo largo del siglo XX desarrollando una proficua e intensa labor que alcanza a todos los países y donde participan personas de diversa extracción social, convocadas por un ideal común. Misión: El Coro Estudiantil Universitario es una entidad musical constituida por un conjunto de estudiantes de diversas Unidades Académicas reunidas para cantar en común, teniendo como objetivo principal la interpretación y difusión del repertorio coral, con prescindencia de toda finalidad lucrativa en el orden individual, y que puede integrarse tanto por aficionados sin mayores conocimientos musicales, como también por personas que poseen una formación musical completa. La existencia de un coro universitario supone entonces la voluntad libre y manifestada espontáneamente de un número determinado de personas que desean reunirse para cantar colectivamente, sin ninguna pretensión de orden económico (aunque si puede existir como medio de funcionamiento del coro) constituido tanto por elementos aficionados sin preparación musical estricta, como por personas con alguna o completa formación musical. Visión: El coro es una expresión musical de hondo contenido social, por extraer su sustancia de la vida misma, condensando el espíritu de una sociedad determinada. Esta característica se pone de manifiesto con mayor evidencia en los coros de aficionados, donde generalmente su composición humana está formada por personas de diversa extracción social, que desarrollan ocupaciones disímiles en la vida diaria. Este fenómeno se acentúa particularmente en las ciudades o poblaciones pequeñas, donde es frecuente encontrar un coro integrado por estudiantes, amas de casa, obreros, empleados, comerciantes y profesionales, quienes convocados por la magia del canto colectivo, llegan a formar una fraternal familia donde se atenúan (cuando no desaparecen) las barreras de comunicación que la sociedad ha creado artificialmente entre sus miembros. Este proceso interno nos revela ya cual es una de las metas que debe perseguir un coro para convertirse en un eficaz elemento de pacificación social y de penetración cultural: utilizar un lenguaje adecuado al medio social al que pertenece, formando un repertorio de obras proporcionado a las posibilidades de captación de los diversos auditorios. De este modo se cumple una doble finalidad. Posibilitar la asimilación y comprensión interna del repertorio, creando una coincidencia auténtica de intereses entre sus integrantes y como segunda etapa, transmitir plenamente el mensaje artístico en toda su potencia expresiva, en la seguridad de que no caerá en terreno estéril. El coro puede constituir un instrumento de educación musical y desarrollo cultural de notable trascendencia y eficacia, en tanto y en cuanto ajuste su repertorio y programación de trabajo a las necesidades y características del grupo social en el que desarrolla su acción, sin perder de vista que este proceso de “adecuación ambiental” no significa resignarse inevitablemente a elegir tan solo aquel repertorio que pueda ser consumido de inmediato por el público. Debe siempre prevalecer una clara intención de que en todo concierto exista un aporte didáctico destinado a la elevación del nivel cultural general. La elección de un repertorio adecuado reviste gran importancia. A veces es dable escuchar conciertos corales con un programa de obras destinado a públicos de cierta formación musical que son realizados para auditorios carentes de todo sentido de apreciación musical. Varios criterios pueden presidir la confección de un programa de concierto coral, eligiendo entre la vasta y variada literatura las obras que se relacionen según el tema, la época, el género, autores determinados, estaciones del año, carácter religioso o profano, etc., según sea el enfoque y contenido que se pretenda dar al concierto. Pero no debemos olvidar al realizar la elección de las obras el nivel cultural general y grado de sensibilidad musical del público al cual va destinado. Sin duda alguna ha de ser de índole muy distinta el programa que deba interpretar una agrupación coral en el primer coliseo de una gran metrópoli musical, al que deba realizar en una sala céntrica de una pequeña ciudad del interior del país, o en un alejado barrio suburbano de la misma ciudad. Los conciertos didácticos suelen ser un poderoso auxiliar para difundir la actividad coral y crear centros de interés en determinados núcleos de población. Estos conciertos deben ser comentados por especialistas que en su formación incluyan un gran poder de convicción y don de amenidad, que a la par de un sólido conocimiento del tema que abordan, les permita transmitirlo con elocuencia y vitalidad. De este modo se facilita la comprensión de las obras ejecutadas, aclarándose el contenido temático y expresivo de las mismas, y teniendo una más completa información sobre el proceso que condujera a su aparición y especial característica. La inclusión en los programas de obras populares que integran el folclor de los pueblos, como también la de villancicos en Navidad y otras del repertorio popular, confieren gran atracción a los mismos y constituyen un poderoso aliciente para introducir gradualmente al auditorio a repertorios de mayor exigencia musical. Lo más relevante de su misión será interpretar el Himno Universitario y fungir como grupo oficial que represente ala Institución en actos significativos y oficiales. Objetivos: Brindar a los estudiantes de las diferentes opciones educativas de nivel superior, la oportunidad de participar en actividades culturales como parte de su formación integral. Atender a la necesidad de brindar opciones culturales a la población de Zacatecas. Difundir el arte musical y el patrimonio artístico de la entidad y del mundo entero. Contar con una agrupación musical representativa de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Adquirir las competencias de apreciación y sensibilización artística establecidas en el Programa Académico Común PAC. Vinculación: Concebido como un elemento eficaz para el desarrollo social y de penetración cultural, el Coro Estudiantil Universitario utiliza un lenguaje adecuado al medio social al que pertenece, formando un repertorio de obras proporcionado a las posibilidades de captación de los diversos auditorios. De esta manera se cumple con una doble finalidad: Posibilitar la asimilación y comprensión interna del coro al repertorio, creando una coincidencia auténtica de intereses entre sus integrantes, y como segunda etapa, transmitir plenamente el mensaje artístico en toda su potencia expresiva, en la seguridad de que no caerá en terreno estéril. Zacatecas, Zac., 1 de agosto de 2006. Alfonso Vázquez Sosa