Graciela Bianchi Voces

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Vive a pocas cuadras de la casa
presidencial de Suárez y cerca del liceo de sus
amores. Allí nos recibió a las cinco de la tarde y
nada de lo planificado resultó. Íbamos con el
tema de la educación y terminamos hablando de
política con esta frenteamplista de las primeras
horas, que no tiene ningún prurito en decir lo que
piensa, y corta grueso, muy grueso. Es
independiente, pasional y va de frente. Esta
entrevista es una cachetada para la interna de la
fuerza política que gobierna el Uruguay.
¿Sos
muy
temperamental?
Soy
una persona que
parece ser impulsiva, pero no lo soy. Soy muy aguantadora,
muchísimo más de lo que la gente piensa. No recuerdo haber
explotado sin haber pensado en los últimos 15 años. Todo lo que
dije, lo dije en el acierto o en el error, pero razonando.
¿Tenías expectativas de que hubiera cambios con el nuevo
gobierno
de
Mujica?
Los
frenteamplistas que somos éticamente de izquierda, siempre
tenemos esperanzas. Dudaba, no por Mujica, lo digo honestamente.
Se lo dije a él personalmente cuando nos reunimos: “Creo que
usted es una persona con la cual tengo muchísimas discrepancias,
pero que no tiene precio. Es la única persona que no tiene precio
que yo conozca. El problema es la gente que lo rodea. Usted quiso
el poder, no por el poder mismo, sino para tratar de querer hacer
algunos cambios con la mejor intención y después se dio cuenta de
que tenía que transar demasiado, y demasiado cerca”. La verdad es
que sabía que iba a haber problemas con la gente que rodea a
Mujica, de eso estaba convencida. Incluso, lo hubiera votado antes
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como senador. Nunca lo voté, porque nunca me gustaron las
personas que lo rodeaban. No pensé que se iba a borrar, de un
plumazo, de la forma en que se borró, todo lo que había hecho la
administración anterior, que no era del todo buena, ni mucho
menos.
La Ley de Educación no te gusta nada.
No, la derogaría mañana mismo. Pésima ley, ya lo he dicho y no
quiero aburrir a la gente, pero desde el punto de vista jurídico tiene
inconstitucionalidades graves, y lo que es peor, es que
institucionalmente no tiene cosas buenas. Crea una superestructura
impresionante, que no funciona. El 80% de la ley no funciona. El
que diga lo contrario, miente. No funcionan los Consejos de
Participación, ni la Comisión Coordinadora. Es una superestructura
demasiado burocrática. Me preocupan mucho “las pasadas de
factura”, que ya las viví en el primer gobierno frenteamplista, donde
predominaban el Partido Socialista y la Vertiente, y tenías que
pertenecer a esos sectores porque si no te necesitaban mucho, no
tenías chance.
¿Estuviste en el Codicen?
Estuve dos años (2005 y 2006) en Secundaria, como Prosecretaria
General. En diciembre de 2006, le había dicho al Consejo de
Secundaria que me iba porque no estaba de acuerdo en cómo se
estaban haciendo las cosas y alguien -no sé quién fue- me propuso
tomar la Secretaría General del Codicen.
Ahí estaba Yarzábal, que no era ni socialista ni de la Vertiente.
Sí, es del MPP, de la línea moderada, según él.
Y
estaba
Fernández
Val.
Fue asesor de él,
nunca entendí por qué; creo que se lo pusieron. Me propusieron
como Secretaria General, obviamente que no me votaron porque no
era socialista ni de la Vertiente y votaron a la que entonces era
Secretaria Administrativa y la pusieron como Secretaria General, y
está hasta ahora. Y a mí me pusieron como Secretaria
Administrativa. Me preguntaron si aceptaba igual y le dije a
Yarzábal que no era leal a las personas que me asignan, sino a los
cargos, y que esos cargos son lugares de militancia, sin panfletos.
No iba a operar para nadie y así intenté moverme. Fue difícil, pero
se pudo articular para que hubiese un vínculo más o menos
adecuado; pero no se hizo absolutamente nada. Se aprobó la Ley
de Educación, se discutió la implementación, pero en el resto no se
hizo absolutamente nada.
¿Participaste de la transición?
Armamos una Comisión de Transición. Me pareció que era bueno
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que la administración frenteamplista que venía tuviera claros los
problemas que nosotros habíamos podido resolver, qué
negociaciones habíamos alcanzado. Llegaron, se instalaron los
consejos -Corbo todavía no estaba-, y se dijo: “Acá esta el estado
del alma”, y la respuesta de Nora Castro, de una manera bastante
despectiva, fue: “No nos importa lo que hicieron en la administración
anterior”.
Nora es medio dura.
Medio, si la miras con un ojo solo. Yo puedo discrepar con todo el
mundo, porque a Yarzábal le dije siempre lo que pensé, si entendía
que algo era muy grave, iba al despacho de él. Él sabía que yo
puñaladas por la espalda, no, al contrario. Si la veía venir, advertía,
no por la persona, sino por el cargo. Era una persona con la que se
podía hablar. En este Codicen la situación era bastante
insoportable. En primer lugar, no se puede borrar de un plumazo en
la educación, nunca, y menos Frente Amplio con Frente Amplio.
El
presidente
José
Seoane
venía
de
la
Universidad.
Con Seoane fui muy franca, cuando le
entregué la renuncia personalmente. Seoane es profesor de
Filosofía egresado del IPA, pero siempre se dedicó a la Universidad
y todos sabemos qué se necesita para ser Decano y ser Rector en
el Uruguay… decirle que sí a todos los sectores. Ahora, antes no.
Seoane es una persona sin carácter, sin autoridad, totalmente atado
a lo que Nora Castro le indicaba. Estuve dos meses y poco, pero la
situación sigue. Yo avisé que no era independiente porque la
persona que es obsecuente, nunca puede ser independiente,
porque el ser independiente no es solamente no ser sectorizado, es
ser independiente en su cabeza. Ahí dije: “Hasta acá llegamos”.
Hablé con gente del Frente dentro del MPP. No pertenezco a
ningún sector, pero es evidente que tengo más afinidad con los
llamados sectores moderados. Soy moderada en el “cómo”, no en el
“qué”.
Dicen que a vos te respalda Danilo.
Danilo lo dijo públicamente en el Canal 12, me quedé helada.
Nunca había hablado conmigo antes. Salió esa cosa rara ahí, que
salí enseguida a decir que le agradecía, pero que no iba a ser botín
de guerra del enfrentamiento que tenía con el MPP y con Lucía
Topolansky. Astori es muy peculiar, no es una persona que tenga
una idea muy clara de que haya que respaldar a una persona. Está
muy ensimismado en el tema de la Economía. Lo conocía de la
época de cuando era secretaria de Germán Araújo, en el segundo
período. Era secretaria de Democracia Avanzada -siempre
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independiente-, trabajé tres años ahí y me fui del Parlamento
porque olfateaba que los de izquierda tenemos…
¿No
esperabas
que
fuera
así?
Exacto. No esperaba
tampoco grandes cambios económicos, ni me interesaban. Las
personas que somos éticamente de izquierda tenemos que vivir
bajo el precepto de que no es más rico el que más tiene, sino el que
menos necesita. Parece una cosa muy simple, pero que dice
mucho. Fue terrible. Lo vi desde antes, no se fue totalmente firme
en la defensa de Germán.
Quizás
hablaba
demasiado.
Molestaba. Cuando yo era
secretaria, teníamos pocos legisladores y a veces teníamos que
recurrir a personas de la oposición para que me dieran los
materiales, porque los nuestros no los daban. Ahí empecé a
desilusionarme. Tenía tres años más de cargo y me fui porque
cuando cayó Democracia Avanzada, fue un desparramo de
personas, de principios, de valores; surgió la miseria humana. Me
fui del Parlamento. Ganaba muy bien y trabajaba mucho, porque
era la que coordinaba a todos los asesores. Siempre tuve principios,
en el acierto y en el error, y me fui. Le dije a Jaime Pérez que me
iba, y me dijo: “¡¿Cómo que te vas?!, ¿adónde te vas?”. Le
respondí: “Me voy porque voy a terminar en la derecha. Los
conozco demasiado de adentro y quiero seguir siendo de izquierda”.
Y volví al liceo. Mejor dicho, tomé por primera vez la Dirección del
liceo.
¿Cómo
era
trabajar
con
Germán?
Muy interesante, pero
difícil; era muy firme, muy pasional, muy impulsivo. Trabajé bien,
porque yo tengo carácter y más o menos nos nivelábamos bien. Él
me respetaba mucho, pero no era fácil. Una gran pérdida para la
izquierda.
Como
que
no
se
lo
reconoce.
Se olvidaron muchos nombres.
Sí, pero él tuvo un rol...
Fundamental. Tenía virtudes y defectos, como todo el mundo. Fue
la voz de una generación y los que tuvimos una libertad de mentira,
no caímos presos, pero era una farsa, pudimos sobrevivir gracias a
Germán, todo lo que hizo por los Derechos Humanos. Y no es
inocente el olvido de Germán. Estuve mirando en Youtube un video
de una entrevista que le hizo Néber Araújo a Seregni, y era brillante
lo que decía de los Derechos Humanos, y al General Seregni nadie
lo nombra. Se empezó con Germán; a Juan Pablo Terra y al
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General Baliñas nadie los nombra. Tengo en el escritorio la foto de
cuando se fundó el Frente en el Parlamento y miro las
personalidades que estaban ahí y después comparás con el acto
lamentable del otro día y me dieron ganas de ponerme a llorar.
Cuando enfocan la mesa política, creo que hemos retrocedido en
cuanto al nivel de personalidades que están, pero que no tienen
lugar.
¿Qué
pasó?
Pasó lo que Martha Harnecker nos advirtió la última vez que estuvo
en el Paraninfo de la Universidad, en el año 2004. Nos dijo: “¡Ojo!
No cometan el mismo error que los nicaragüenses. No se
entusiasmen con los cargos, con los viajes, con los autos oficiales,
con los sueldos”. Hay como una pequeña burguesía de burócratas
bastante mediocres que no quieren volver al 106, a la Playa
Ramírez, ni a veranear en Las Toscas, ni bajarse de los autos
oficiales y quedarse sin choferes. Es una lucha descarnada por el
poder, pero por el poder en el sentido más bastardo de la palabra.
El Presidente quiso el poder porque pensó que podía hacer algo.
Estas “majugas” quieren el poder para defender una situación de
privilegio personal o para pasar facturas políticas de antes, de
durante y de después de la dictadura. Es impresionante, hay
operaciones
feroces
contra
compañeros.
Días atrás, Daniel Castro, del Canal
4, me hizo una entrevista y me preguntó cómo era mi relación con
mis compañeros. En realidad, la palabra compañeros cada vez la
puedo usar menos.
¿Solo
en
el
Bauzá?
En el Bauzá, porque
además, se juzga a los demás por debilidades propias. A una
persona que pretenda aportar algo la apartan, porque no vaya a ser
que les haga sombra, no vaya a ser que consiga algún cargo. El
acto del otro día, escuchar el lamentable discurso de Brovetto…
quisiera saber quién lo respalda.
Tabaré.
Sí claro. Decir que estamos divididos por culpa de la oposición,
cuando en realidad, falta que andemos a los balazos… Y eso se
juntó con algo que leí, que el 70% de los frenteamplistas no se
considera sectorizado. Empiezo a ver los movimientos para la
elección del presidente del Frente y veo que son siempre los
mismos, que siempre dicen las mismas cosas, que siempre
defienden sus espacios de poder. Creo que estamos en un riesgo
claro de perder las elecciones y a mí no me importa decir que no
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estoy dispuesta a considerar a Tabaré Vázquez como al Mesías
para que nos salve. O nos reformamos internamente, pero de
verdad y nos dejamos de descalificaciones, y discutimos realmente
desde el punto de vista ideológico, o yo tampoco estoy dispuesta a
seguir para ganar las elecciones… ¿Para qué?
¿El
gobierno
como
un
fin
en
sí
mismo?
Sí, el objetivo de todos es el
gobierno, pero ¿para qué? Entiendo que estamos en medio de una
situación económica muy favorable y respeto profundamente al
equipo económico, y creo que Astori, días atrás, tuvo la honestidad
intelectual de decir lo que todos sabemos y nadie lo había dicho:
“Estamos gobernando con las leyes de Lacalle”, bueno, no nombró
a Lacalle, pero estamos gobernando con esas leyes. Nos está
yendo bien y no creo que sea de derecha.
Hasta Marenales salió elogiando al equipo económico.
Marenales lo que tiene de bueno es que no tiene filtro, sabés que lo
que dice es lo que piensa esa corriente. Creo que salió en forma
irónica, cuando dijo que gobernaba el equipo económico.
Estratégicamente es el mejor equipo económico que podíamos
tener. No entiendo de economía, pero leo mucho y veo que
tenemos condiciones externas favorables, pero acá se saben
administrar. Es un equipo serio, son coherentes, no se comen las
“eses” cuando hablan, y ya a esta altura es mucho. Creo que los
sectores que lo combaten dentro del Frente, deberían arrepentirse,
porque si tenemos un coletazo de la crisis (que, seguro, lo vamos a
tener), estamos más blindados que otros para enfrentar las
dificultades. No quiere decir que esté de acuerdo con esto, es
evidente. Tampoco me puedo permitir vivir bajo todo el Muro de
Berlín, como la gente que se quedó abajo. Hay que volver a
replantearse ideológicamente un montón de cosas, y replantearse
desde el punto de vista económico a ver cómo acumulamos
fuerzas. Yo tengo una tesis de que los períodos de transición en
realidad no existen. Toda la vida es una transición, esa es la
historia. El que ahora estemos gobernando con leyes que son de
cuño neoliberal está marcado por la coyuntura, es lo que podemos
hacer. Lo que no podemos perder son los principios, y estamos
perdiendo los principios, porque no nos estamos manejando con
ética de izquierda.
¿No
se
abandonaron
principios?
No voy a decir ahora que me mintieron porque yo quería
romper con el Fondo Monetario Internacional, no quería pagar la
deuda externa, quería hacer la Reforma Agraria, no porque no
considere que hay que hacerlas, sino porque históricamente en este
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momento no podemos. La izquierda no ha hecho un estudio serio
(sí Gerardo Caetano), de lo que significó la caída del socialismo
real, porque para el Partido Comunista anterior, al que se le cayó
todo, todavía están en estado de shock, el actual Partido Comunista
está debajo de los escombros del Muro de Berlín… no se dieron
cuenta de que cayó. El resto de la izquierda feliz. “¿Vieron? Les
dijimos que pasaba todo eso que pasaba y ustedes no nos creían”.
Sin darnos cuenta de que desde el punto de vista de una
perspectiva histórica, la caída de la Unión Soviética significó un
retroceso (no por lo que era la Unión Soviética, porque obviamente
que fue una macana lo que quedó, fue la mugre, lo peor), desde el
punto de vista ideológico tenés que planteártelo como 500 años
para atrás y empezar a analizar otra vez el papel del Estado, de la
clase obrera.
Tampoco hay un estudio de clases en el Uruguay de
hoy.
A ver, la izquierda en este país no es más del 30%,
dejémonos de jorobar, y el resto son votos prestados que se van
para un lado o se van para el otro y no nos estamos dando el lugar,
ni siquiera aquellos que tenemos la izquierda en el ADN. Lo
advertimos en las elecciones municipales, ese 14% éramos todos
frenteamplistas.
¿Vos
votaste
en
blanco?
Voté anulado, ni siquiera
en blanco, para que no fuera para la mayoría. Para mí era un
problema de principios. No tenía nada contra Ana Olivera, ahora sí.
Pensé que era un candidato y el sábado de mañana cruzo la plaza
de Santa Lucía, mi hijo me dijo: “Vamos a tener que votar a otra” y
no… pará, no seas malo, hay un límite, y no nos dieron bolilla. La
última oportunidad que tenemos de demostrar que realmente
queremos cambiar internamente es cómo vamos a manejarnos con
la elección del presidente del Frente. Si vuelve a ser una
componenda de grupos -yo voy a seguir siendo de izquierda- me
tengo que preguntar si la izquierda está en el Frente. Obviamente
que no tengo nada que ver con Asamblea Popular. Cómo se elija el
presidente para mí es una bisagra. Estamos todos muy cansados
los frenteamplistas de a pie.
¿No necesitará el revolcón de perder una elección?
Como profesora de Historia, te digo que los gobernantes necesitan
sacudones de los pueblos, que son más hábiles de lo que los
gobernantes se piensan. Los sandinistas ganaron por una
revolución y perdieron por elecciones. Y lo que hay ahora es un
esqueleto, da hasta vergüenza. Me dolería enormemente, porque
significaría el retroceso, pero creo que para los burócratas que
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están encaramados en los cargos de gobierno (ni siquiera del
poder, porque este está en manos de las mismas multinacionales,
los mismos países, las mismas familias), si no reaccionan antes, sí.
Barrer debajo de la alfombra ya me tiene cansada. A esta altura me
considero frenteamplista por el Presidente y por el Vicepresidente,
porque he tenido conversaciones mano a mano con ellos a nivel
personal. El resto… ¡por favor! Es una cosa que tenemos que
aprender a trabajar realmente en equipo, en colaboración. ¿Somos
frenteamplistas o no? Yo fui Directora del Liceo Bauza, complicada,
rebelde, peleadora, con blancos y colorados, que sabían que yo
había renunciado al pase en comisión de Democracia Avanzada. Y
ellos nunca me molestaron. Yo hablaba con Williman sin problemas.
La derecha administra el Estado de otra manera, claro que también
embolsa de otra manera. Pero yo, ante una situación económica
favorable, y por otro lado una desinstitucionalización del Estado y el
riesgo de la República, prefiero la República y la institucionalidad. Al
revés no da resultado; ya está probado.
Hay muchos que han hecho de la política su razón de vida.
¿Dónde están Nicolini y Mario Areán? Si selecciono el personal,
según las agencias de colocación (sector político), sin importar la
formación técnica, tengo: obsecuentes o mediocres… son dos caras
de la misma moneda. Se nos respetaba mucho más a los
opositores con formación, que discutían con los gobiernos de
derecha en educación, que ahora. He visto la creación de cargos de
confianza para compensar la famosa equivalencia de los sectores.
Parecía que Mujica iba a poder romper con eso. Sin embargo,
no.
Yo
entiendo que tenga que negociar y tranzar con su propio sector
político, son las reglas del juego, pero no podés poner de
Presidenta de Secundaria a Pilar Ubilla, egresada de la vieja
Comisión Nacional de Educación Física. No tiene preparatorios, ni
formación docente, ni nada. No tengo nada contra ella, es
macanuda, pero mi mamá también. No se puede poner de asesor a
Diego Piccardo. Está bien, estuvo en la toma de Pando, son
compañeros, pero no es docente y está a cargo de proyectos
docentes. ¡Estamos todos locos! Fernando Tomeo. No le
conocemos la voz, ni como consejero de la UTU. Cuando me enteré
de que lo pusieron en Secundaria, me enojé con Luis Garibaldi:
“Entregaste Secundaria”, le dije. Era evidente que iba a reventar.
Vos conocés la Enseña
nza, pero eso ocurre en todos lados.
En todos lados. La
gente que me manda mails, me llaman por teléfono, y me dicen:
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“Menos mal que usted dice determinadas cosas”, de todos lados me
dicen: “No afloje”. Yo no soy Juana de Arco, el día que me aburra,
me voy. Lo que estaba pasando en el Ministerio de Vivienda, se
serrucharon el piso entre los propios compañeros. ¡Estamos todos
locos! O cambiamos o... pero eso es muy difícil porque es la
naturaleza humana, pero las señales las tiene que dar el Gobierno.
El Estado social del derecho tiene que ser un Estado docente y dar
el ejemplo de ahí para abajo, y cómo hemos desilusionado a
posibles votantes blancos y colorados. Vos a la gente la ganás con
esas cosas, no con grandes discursos. De las cosas que
prometimos, esas que podemos cumplir, vamos a cumplirlas. Si vos
toda la vida dijiste: “Vamos a romper con el Fondo Monetario
Internacional”, Tabaré Vázquez hoy no podría ser un consultor de
ese organismo. No seas malo. Esa sacámela. Esa es de arriba.
Le podés pedir que vuelva, lo tenés acá en el
barrio.
Yo no, días atrás en el programa
de Castro, le caí. Yo quemo las naves, porque hay mucha gente
que dice esas cosas pero que no tiene las posibilidades que yo
tengo. Porque tengo facilidad de palabra, tengo carácter y si tengo
que comer arroz blanco, no tengo problema.
¿Es
viable
cambiar
al
Frente?
Pienso
que sí.
¿Cómo?
Hay que hacer una convocatoria de los independientes.
¿Convocatoria
de
qué?
Para
empezar, a caminar como una corriente de opinión. Lo que el
Frente era de movimiento. Estoy escuchando mucho a Seregni de
nuevo. Ahora ya aprendimos. Cuidado que el movimiento no se
transforme en un partido político. Que sea un movimiento y que
tengamos posibilidades de incidir, porque si el 70% no está
sectorizado, vos me estás eligiendo al presidente del Frente. Yo no
tengo posibilidades de hacerlo. Me han dicho muchas veces: “¿Por
qué no se acerca al Frente?”, y ¿qué hago, voy a la calle Colonia y
toco el timbre?
¿Las
redes
no
lo
intentaron?
Se
intentaron las redes Estoy en dos o tres redes, pero alguien tiene
que pegar un golpe fuerte en la mesa, porque en las redes
empezamos a discutir: “Fijate que fulano en el año ’72 estaba con
los bolches”, entonces siempre terminamos siendo aldeanos.
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Somos una aldea y siempre terminamos en el chiquitaje. Somos
absolutamente mezquinos en eso, no sé qué nos pasó. No le echo
la culpa a la dictadura. ¡Basta por favor! Creo que nos achicamos
como pueblo de intelectuales, y eso no es inocente. En las redes
estamos en esas discusiones. A veces aparece alguien que se puso
a estudiar el papel del Estado, en qué se equivocó Lenin... tampoco.
Eso es para otro momento. Hay que hacerlo más orgánico. Habría
que hacer una convocatoria, que se instalara una mesa, que
empezara a convocar, porque la gente está desesperanzada y si no
quebramos la desesperanza, nos vamos al diablo. La gente ya está
en eso de: “Son todos iguales”.
¿No
pasa
lo
mismo
con
el
movimiento
sindical?
Yo veo cómo se desafilia
de los sindicatos la gente del Bauzá. Cuando insisto que los
sindicatos no tienen que estar en el Estado, lo digo por el Estado,
pero también lo digo por los sindicatos. Van a terminar dividiendo al
PIT CNT. Ya sabemos lo que piensa la población del PIT CNT. Se
les desafilian. Hay miles de votos en blanco. No les quiero pegar,
tengo compañeros. Tengo mucho más afecto a gente en los
sindicatos que en otro lado, pero no se dice por ejemplo, para los
representantes docentes cuántos miles de votos en blanco hubo...
¡ganaron los votos en blanco! Hay que leer esas cosas.
Hay mensajes que no se quieren ver porque perdés parcelas
de
poder.
Exacto. Quiero pensar que es posible. Una solución puntual no
tengo. Hay que refundar al Frente, con lo cual hay que sacar a todo
este chiquitaje, ahora; que vengan otros a ver si son iguales,
mejores o peores. Hay una cuestión de género, que empecé a
manejar. Nunca lo dije porque yo no soy feminista y me aburren los
discursos de las mujeres y los hombres, pero hay una cuestión de
género. Esta es una sociedad completamente machista y misógina,
lo he sentido mucho, con mi carácter. No se olviden que soy
escribana, abogada, estoy en los Juzgados. Yo soy de la calle, de
trillarla, no soy de escritorio. Y es bravo. Hay una cuestión de
género. Si, por ejemplo, miramos al PSOE, ¡o el PP!, y tienen
cuadros que son mujeres. En cambio, acá te ponen lesbianas o
ridículas, no sea cosa que se demuestre que las mujeres somos
más capaces que los hombres. Lucía Topolansky dice que no está
de acuerdo con la cuotificación, porque ella es una prueba de que
las mujeres pueden llegar. Ella llegó porque es la mujer de Mujica y
se lo dije a ella públicamente. A ella no la votaron; en consecuencia,
callate la boca. Ella no está de acuerdo con la cuotificación; yo
tampoco, pero la experiencia en el mundo es que empezás con la
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cuotificación y después...Yo nunca pasé de secretaria. ¿Por qué?
Tengo dos defectos. Ser independiente y soy mujer.
¿A
vos
te
parece
que
es
viable
esa
refundación?
Sí, debe ser viable.
Es
un
grupito
nuevo.
Surge
uno,
surge
el
otro.
Ese es el riesgo, pero ya
aprendimos.
Ahora hay 18 grupos para entrar al Frente y que, más o menos,
son
cuatro
cada
uno.
Está bien, pero los liderazgos no se inventan.
Creo que lo que se necesita es que aparezca algún líder, hombre o
mujer, que interprete lo que la gente piensa. Esa es la definición de
líder. Ya está molestando el tipo de liderazgo de Tabaré Vázquez.
Claro, las clases medias y las clases medias altas que nos
prestaron el voto prefieren toda la vida a Tabaré Vázquez y no a
Mujica, por las razones que todos sabemos, pero ya nos está
cansando. ¿A qué estás jugando, viejo? Lo que no le puedo
perdonar a Tabaré Vázquez -que se haya retirado de la vida
política, ya sabemos que él va y viene; son estrategias que no me
gustan pero él debe de ser más vivo que yo seguramente, por eso
llegó a Presidente y yo soy Directora del Bauza-, y no me gustó, es
que ahora se haya negado a ser presidente del Frente. Yo era
capaz de bancármelo, a pesar de que tengo serias discrepancias
con su estilo, pero creo que era una persona que tenía liderazgo
suficiente para poner un poco la casa en orden y decir que no. Yo lo
sentí como un desprecio, y no soy la única. Hay que hablar con la
gente. Hablo con mucha gente al cabo del día, tengo 400
profesores, miles de funcionarios, cuando actúo como escribana,
como abogada, etc. Trabajo 12 horas por día. Creo que hay puntos
de inflexión y este es el definitivo. De eso estoy convencida. Este es
el momento, porque si sale un presidente que siga al establishment
de cuarta que tenemos, esto no cambia. Ahora, creo que es viable,
el problema es que es difícil ahora luchar contra los compañeros
que están encaramados en los cargos. Antes nos resultaba más
viable, porque estábamos todos en el llano. Ese es el riesgo más
grande. Te bloquean permanentemente. Yo lo he intentado. He
hablado dentro del Frente con dirigentes de todos los sectores, me
he movido mucho, y a la sordina.
¿Otro
tipo
de
intriga
palaciega?
Y... no
tenés otra. Cuántas veces dije en los consejos: “¿Estamos en
dictadura?”. Cuando tenía líos con Rama... y los tenía todos los
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días, iba al Codicen y le decía algo y él te decía: “Hágalo”. Pero
tenía un proyecto. Vos tenés que tener algo de alternativa, aunque
sea una pavada o te parezca que son cosas chicas, por algo hay
que empezar, todo crece desde el pie. Por eso aparece una
directora que dice: “Hay que apuntar a la disciplina, hay que hacer
cursos de compensación”. Parece que fuera Varela. Ese es un
escollo que no lo teníamos antes.
Pero no lo tenía el movimiento sindical tampoco, porque se
manejaba de otra forma y ahora hay una camarilla de gente que
no quiere largar. Insisto, ideológicamente, hasta que no se
rompa esa alianza político-sindical que está encaramada en el
Estado, esto está trancado. Lo que no veo es voluntad política de
quienes están en la dirigencia como para hacerlo viable lo más
rápido posible. Ahora salió Lucía Topolansky diciendo que quiere
una Constituyente. Me muero del infarto si tocan la Constitución, no
sabemos redactar ni una ley. No porque a mí me guste esta
Constitución, a pesar de que es bastante buena, sino por los
disparates que podemos llegar a hacer. Pero ella lo dijo claramente:
“Porque las cifras no nos están dando bien”. ¿Vamos a hacer lo que
hizo la derecha en otro momento? Cada vez que no podían resolver
un problema, cambiaban la Constitución. ¿En eso también vamos a
hacer lo que siempre cuestionamos?
El gran problema es la ausencia de participación de la
gente.
Está todo el mundo desesperanzado. ¡No
sean malos!
Si los votos en blanco en los sindicatos y en las ATD, y en la
Universidad son mayoría y sigue encaramado un grupito,
nosotros somos unas ovejas que en definitiva nos merecemos
lo
que
tenemos.
Somos. El viejo refrán de mi abuelo
antifascista italiano, que vino acá en el 25, era que cada pueblo
tiene el gobierno que se merece. Yo lo vivo en el Bauzá, que es un
micromundo, que es como una pequeña ciudad. Hay ciudades del
interior que tienen menos población que el Bauzá. Veo a los
profesores muy desanimados. Cuando llegué, estaban “planchados”
y empecé: “Yo los respaldo, acá no se va a perseguir a nadie
porque tengan muchos insuficientes”, porque se les bajaba el
puntaje a los que tenían muchos insuficientes. “Con creatividad,
vayan para adelante. No me pidan permiso”. Y ahora tienen un
entusiasmo los tipos. Quisiera que los demás vieran ese
entusiasmo.
Hay un discurso que viene de Primaria -por eso a Luis
Garibaldi un día lo voy a matar, a pesar de que éramos amigos,
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pero es uno de los burócratas que se ató al cargo-. Ellos son una
baldosa, 20 x 20; con todo respeto, porque quiero mucho a los
maestros, porque yo soy producto de la Educación Pública, pero
Primaria se paró hace 50 años, las maestras le tienen pánico a la
Directora, pánico a la Inspectora. En el sindicato, Luis Garibaldi y
Florit fueron 15 años dirigentes hombres y todas las gallinas… yo
discutía mucho con Florit y le decía “¿Vos te crées que yo soy una
gallina tuya de Magisterio que andan atrás de ustedes, como atrás
de los gallos? No, conmigo no tenés suerte”. Y Primaria es una
pirámide de poder muy similar a una pirámide militar. Primer ciclo
año 2010: 43% de repetidores en primer año. Tendrían que haber
repetido arriba del 70%, pero flojo, capaz que el 80%. ¿De dónde
vinieron?
De
primaria.
A mí me llegó a decir la asesora docente del
período anterior, Norma Quijano, que en enero y en febrero
desaprenden. ¿Me estás tomando el pelo? ¡Cómo que
desaprenden! ¿En enero y febrero desaprenden? Algo ustedes
están haciendo mal. Lo que pasa es que el Uruguay es: la bandera,
el escudo y Primaria. Hay que deslindar la Primaria. Hay una
especie de competencia de la misma manera que hay una
competencia entre maestros y profesores y hay una competencia
entre profesores y universitarios, que nos está matando.
El 70% de los alumnos de Primaria deberían de haber repetido.
¿Ese es un tema de Primaria o es un tema del material que
llega a Primaria?
Es un problema de un Estado que por
ahora es benefactor y tendría que ser de bienestar. El Estado tiene
que exigir, tiene que obligar cuando los padres no cumplen. Así lo
hicieron los europeos. Los suizos te van a buscar con la Policía
Montada,
si
no
van
los
chiquilines
a
la
escuela.
Después, hay un gran
problema de formación docente, que para mí es muy grave. Si me
preguntan cuál es la solución, no se me ocurre.
¿Los
CERP
no
fueron
una
buena
idea?
Es muy buena idea,
el problema es la formación de los formadores. Vamos a tener que
recurrir, gastar la plata que hay para mandar gente al Exterior y
traer gente para acá, para formación de posgrado, porque la
formación docente no existe. Los CERP son una buena experiencia,
el problema es el nivel académico. Nosotros no tenemos buenos
formadores, ¿cómo vamos a formar buenos docentes? Esa es una
política de shock que hay que hacerla rápidamente, para que salgan
mejores maestros. Pero hay otro problema, al haber trabajos mejor
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remunerados, la gente no hace formación docente. Vamos a ser
honestos, la gente de los sectores socioculturales más bajos son los
que más entran a estas carreras.
La
Universidad
es
todo
un
tema,
¿no?
Uno de los bloqueos
más grandes que tiene la Ley de Educación es que la Universidad
está afuera, se erigió en gendarme de todo lo demás, y es un
desastre. Se los dije varias veces: “Tendrían que implosionarlos,
con ustedes adentro, y empezar de nuevo”. Ellos se erigieron en
jueces y gendarmes de todos los demás. ¿Y Ustedes qué nos van a
enseñar a nosotros? No entendí nunca que cuando la izquierda
gobierna al país, por qué no nos podemos entender de otra manera
con la Universidad, la ANEP… porque claro, la ANEP era de
derecha y la Universidad de izquierda. Pero ahora son todos de
izquierda, teóricamente. Sin embargo, las discusiones en la
comisión ANEP UDELAR, no las resistí. Fui a dos o tres sesiones y
le dije al Presidente: “Mande a otro, porque acá se va a armar”.
Teníamos que depender y seguimos dependiendo -hay que leer la
ley-, de acuerdos entre el CDC del Codicen y el CDC de la
Universidad para, por ejemplo, instalar el Consejo de Formación
Docente. En primer lugar, eso es inconstitucional, porque la
competencia de un Consejo Desconcentrado se fija por ley, no por
un acuerdo “entre gallos y mediasnoches”. La Universidad nos tuvo
meses de rehén, y como Yarzábal era universitario, negoció y se
salió como se pudo. Estas cosas, para empezar a corregirlas, hay
que decirlas y hay que discutirlas. Hay que terminar con los
descalificativos. Señores, sentémonos a discutir claramente por
qué. A ver Rodrigo (Arocena), ¿qué te pasa? ¿Por qué tienen esa
camarilla? ¿Qué tienen con nosotros? ¿Seguimos con la ley del 35?
¿Seguimos con Grompone y Vaz Ferreira? Tenemos la misma
discusión. Tenemos que empezar a decir las cosas y que no te
consideren traidor porque las digas, y crear los ámbitos de
discusión. No discutir por la lata de engrudo, porque ya estoy
aburrida de eso. Por eso se fueron al diablo los comités de base,
entre otras cosas. Pero sí discutir cosas como estas. ¿Qué pasa
con Primaria? Y no que Florit se enoje y no me hable porque yo le
digo que Primaria es un desastre. No estamos defendiendo chacras
personales. Creo que el nuevo presidente tendría que ser una
persona que abra la cancha para todas estas cosas.
Este
año
sos
figura
en
el
carnaval,
junto
a
Tabaré.
Percibo más allá del carnaval, el
apoyo de la opinión pública. Estoy sentada en un restaurante y la
gente me dice: “¿Usted es la directora del Bauzá? ¡No afloje!”. La
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gente para el auto y me dice: “No afloje”. Eso es todo el día. En los
juzgados, después que termina la audiencia, los jueces también.
Mientras estos viven en una nube, en un cascarón. Se les está
cayendo todo a pedazos. Vamos a perder las elecciones.
No
se
van
a
perder
porque
no
hay
otra
opción.
Ah, no sé. Yo empecé mi vida
cívica con un Bordaberry en el gobierno y la voy a terminar igual.
Porque el que no quiera ver que para estas elecciones Bordaberry
no, pero que para las otras es un riesgo muy grande de que el
balotaje sea con él, es ciego. Agarro a cualquier alumno mío de los
3.646 que tengo y a ver quién sabe quién fue Juan María
Bordaberry. Les puedo asegurar que menos del 5%. Lo que digo es
que es la persona que tiene mejor imagen pública, no tiene más
apoyo, pero sí mejor imagen. Le pasa algo a Mujica por un
problema de biología, -como dice Tabaré Vázquez- y se disputan el
electorado. En el electorado de Mujica hay muchos que eran del
Partido Colorado.
¿Y
vos
no
has
pensado
en
hacer
política?
Me
están
dando
bastante manija para que me largue en alguna cosa. No tengo
ganas, porque no puede ser una cosa sola, tiene que ser con más
gente y no veo que se sumen.
La gente pensante no tiene ganas de meterse en esa máquina
de
picar
carne.
Pero estamos en un momento político
que habría que aprovechar.
Mujica
lo
tiene
claro
eso.
Clarísimo. Y
yo le doy para adelante en ese sentido. Eso yo lo arreglo con la
gente. Se enfrentó al Frente. Hay muchas cosas que ahora está
largando que yo dije: “¡Lo van a matar!”, sobre todo lo de la UTU.
Si gana la batalla de la opinión pública, después es muy difícil
decirle que no. No sabemos si llega a concretarlo o después
mete
gente
que…
Lo dije clarito en la
entrevista de Castro, los operadores políticos le desarman todo. En
este momento, creo que el Frente tendría que refundarse, hacer
una profunda autocrítica, sacar algunos elementos nocivos, que los
tenemos identificados claramente, y simultáneamente hacer un gran
acuerdo político (pero real), para aprovechar el muy buen momento
económico que tenemos para fortalecernos y poder realmente ir
hacia un Estado social del Derecho. Prefiero no usar la palabra
socialdemocracia, porque tiene un montón de otras connotaciones,
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pero está claro que al socialismo ahora no podemos ir. Están dadas
las condiciones y Mujica es un factor de cohesión en ese sentido.
Se puede negociar con él, esa es su fortaleza, porque tiene ese
origen anarco, pero anarco del Herrerismo, que otros de repente no
la tienen.
Es
componedor.
Mujica es un gran táctico (como dice
Caetano en su libro La política en tiempos de Mujica); no es
estratega. Pero si lo rodeamos de estrategas, con esa ascendencia
en la opinión pública muy grande…, pero ya lo estamos dejando
desgastar demasiado. Los que se sienten de su mismo sector
social, aunque no lo sean… los que creen que son como el
Presidente, a esos los sigue conservando, pero a los otros los está
perdiendo.
Para mí, la figura que sería
más apoyable en este momento, porque tiene cabeza de estadista,
es Astori, más allá de que yo no soy astorista. Lo que pasa es que
Astori está muy absorbido por el tema económico. Pero creo que
tenemos que salir de ese redil de siempre. Me molesta el tema de
Vázquez como el Mesías. Ideológicamente me molesta. No tengo
nada contra Vázquez, pero no puede ser que tengamos que buscar
a una persona que además se mete dentro de su casa y no sale
hasta que no quiere y no “se moja” (como dicen los porteños), hasta
que no quiere y nosotros lo vayamos a buscar. No, eso no es ser de
izquierda. No tengo nada en contra de él. No lo conozco. Nunca
tuve la posibilidad de hablar con él, pero lo conozco como lo
conocemos todos. Creo que lo que falta es que hay que refortalecer
el espíritu seregnista del Frente.
¿Volviendo
a
la
educación,
qué
opinas
de
Tinetto?
Le tengo confianza como nuevo
Director General, no se lo llevan por delante. Él es un buen
organizador, es independiente, pregunta cuando no sabe y actúa
cuando sabe.
¿Qué pasó con el cargo que dejo Oscar Gómez? ¿Está
definido?
Creo que ahí... me voy a largar a decir
una cosa clara, Gómez es un buen tipo, y solamente con el Frente
Amplio pudo haber llegado a ser Consejero de Primaria y
Subsecretario de Educación y Cultura, solamente por ser del
Partido Comunista actual, que tiene más cargos que votos. Es
bueno,
punto.
Ahí
fue
un
movimiento para dejar un cargo libre de Dirección General en
16
Primaria para ver cómo controlan a Florit y a la Consejera electa
que es de la misma lista que Florit. Si seguimos así…
¿Hay
pocas
esperanzas?
Y
si ganamos las elecciones, las vamos a ganar sin mayoría absoluta
y raspando, y para hacer qué… seguir así como hasta ahora. Que
siga estando en el mismo grupo económico y la bonanza económica
internacional.
Veo que en la
izquierda, sobre todo en el tema de seguridad, se está instalando un
discurso de ultraderecha, porque que el 70% de la población esté
de acuerdo con la baja de la edad de imputabilidad, hay muchos
frenteamplistas. Uno capta en la opinión pública el discurso de
derecha en gente que se cree que es de izquierda. Todo ese
proceso hay que frenarlo.
¿Es
posible?
No lo veo. Yo
tenía mucha confianza en Constanza Moreira. Sé que cuando un
politólogo se mete en un grupo político, la queda. Pero era muy
partidaria de ella porque pensé que desde su banca iba a poder
hacer mucho, porque un legislador puede hacer mucho
políticamente, si quiere.
… Largó lo de que el
Poder Judicial debe estar sometido al Poder Ejecutivo. Yo pensaba:
“¿Qué tomó esta mujer hoy?”. El otro día habló de la educación y
dijo que no importa que los chicos aprendan, importa que estén
adentro de los liceos. ¿Qué le pasó? Le tenía confianza.
Solucionaba el problema de género, es una mujer independiente.
PERFIL:
Tiene 58 años, nació en noviembre, o sea que es de
escorpio y serpiente en el horóscopo chino. Profesora de
Historia, escribana y abogada. Casada, con dos hijos. El
mayor, de 32 años, es escribano y el menor, de 31, es
arquitecto. Su marido es comerciante. Tiene una cabaña en
Santa Lucia y cría caballos de carrera. Se declara frentista
independiente. Fue secretaria de Germán Araújo en el
Senado. Hace dieciocho años que es directora del Bauza,
con algunos cortes, por haber ocupado cargos en
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