Voces: CALCULO DE LA INDEMNIZACION ~ CONSTITUCION NACIONAL ~ CONSTITUCIONALIDAD ~ CONTRATO DE TRABAJO ~ DERECHOS DEL TRABAJADOR ~ DESPIDO ~ DESPIDO SIN CAUSA ~ INDEMNIZACION ~ INDEMNIZACION POR DESPIDO ~ LEY DE CONTRATO DE TRABAJO ~ ORGANIZACION INTERNACIONAL DEL TRABAJO ~ PROTECCION CONTRA EL DESPIDO ARBITRARIO ~ PROTECCION DEL TRABAJADOR ~ REMUNERACION ~ SUPREMACIA CONSTITUCIONAL ~ TOPE INDEMNIZATORIO ~ TRATADO INTERNACIONAL ~ VALE ALIMENTARIO -------------------------------------------------------------------------------Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, sala VI (CNTrab)(SalaVI) Fecha: 15/06/2004 Partes: Corba, Omar A. c. A.P.S. S.A. Argentina y otro Publicado en: La Ley Online -------------------------------------------------------------------------------HECHOS: En el marco de una acción indemnizatoria por despido, la Cámara, por mayoría, consideró que los tickets canasta no tenían naturaleza remuneratoria y declaró la inconstitucionalidad del art. 245 de la ley 20.744. SUMARIOS: No cabe computar los tickets canasta en el salario base para el cálculo de la indemnización por despido, pues tienen carácter de beneficio social no remuneratorio según la ley 24.700 (Adla, LVI-D, 4657), sin que obste a ello lo dispuesto por el Convenio 95 de la Organización Internacional del Trabajo, pues la citada norma legal no lo contraria de manera flagrante. Corresponde declarar la inconstitucionalidad del art. 245 de la ley de contrato de trabajo (t.o. 1976) (Adla, XXXVI-B, 1175) cuando la suma pagada por el empleador aplicando el tope indemnizatorio no cumple con las pautas constitucionales que exigen que se proteja al trabajador -en el caso, tenía dieciocho años de antigüedad- contra el despido arbitrario [2]. Jurisprudencia y Doctrina Vinculadas Es inconstitucional el art. 103 bis de la ley 20.744 (t.o. 1976) (Adla, XXXVI-B, 1175) texto según ley 24.700 (Adla, LVI-D, 4657)- en cuanto asigna carácter no remuneratorio a los "tickets" o vales de comida, pues pretender acotar el concepto remuneratorio excluyendo a dichos tickets, so pretexto de que se trata de un beneficio social, es desconocer el concepto de remuneración que recepta la ley laboral y el Convenio 95 de la Organización Internacional del Trabajo, tratado que ostenta jerarquía superior a las leyes en virtud de su ratificación por la República Argentina (del voto en disidencia parcial del doctor Capón Filas). Corresponde declarar la inconstitucionalidad del tope indemnizatorio previsto por el art. 245 de la ley 20.744 (t.o. 1976) (Adla, XXXVI-B, 1175), toda vez que por aplicación de dicho tope se disminuye en más de un cincuenta y cinco por ciento la indemnización que le correspondería percibir por despido al trabajador (del voto en disidencia parcial del doctor Capón Filas) [4]. Jurisprudencia y Doctrina Vinculadas TEXTO COMPLETO: 2ª Instancia. -Buenos Aires, junio 15 de 2004 El doctor Capón Filas dijo: I. Han apelado a fs.434 y por sus honorarios el perito contador a fs.431. La Teoría Sistémica del Derecho Social, asumida oficialmente por el Equipo Federal del Trabajo y utilizada en varios tribunales, tanto del país como de Brasil, indica que el Derecho es un conjunto compuesto de cuatro elementos: dos entradas (la realidad y los valores) y dos salidas (las normas y la conducta transformadora), que se expresa en tres momentos, brindando seguridad, certeza y protección, una especie de "trinidad societal", al decir de Zygmunt Bauman (cr. En busca de la Política, FCE, Bs. As, 2001, pág. 25): descripción de la realidad, valoración de la realidad, transformación de la realidad. Estas funciones también han sido asumidas por el Equipo de Lecciones de Democracia, que desde Minas Gerais actúa en todo Brasil (cr. António Fabrício de Matos Gonçalves (organizador), Liçoes de Cidadanía, OAB, Brasilia, 2003), demostrando que el "pensamiento único" se está desmoronando. En ese marco cabe resolver: A. Primer momento: descripción de la realidad Los datos para decidir este proceso son los siguientes: a. Decisión judicial recurrida 1. El actor afirma que la mejor remuneración normal y habitual era la de mayo de 1999, consistente en $4975,80, compuesta de un básico de $4078, $407,80 en tickets alimentarios, $126 por refrigerio y almuerzo (este ítem pagado clandestinamente) y $240 como viático sin necesidad de rendición de cuentas. Al ser despedido, en lugar de tomar como base de la tarifa indemnizatoria la mencionada suma, se liquida la indemnización por el tope convencional de $1561,80 (ver pericia de fs.320). Siendo así, en lugar de percibir $61.452, se le abonó $28.112.40. Cuestiona la constitucionalidad del art. 245 RCT en cuanto al tope indemnizatorio. Sostiene haber sido discriminado por la empresa porque a otros trabajadores de similar estatus profesional se les abonó la indemnización por despido, sin tope alguno. 2. El demandado reconoce el salario del actor pero sostiene que no lo integran los vales alimenticios ni los viáticos, los primeros por no ser remuneratorios (RCT art. 103 bis), los segundos por no ser habituales. Dado que liquidó la indemnización por antigüedad de acuerdo al tope convencional, nada adeuda al actor. No existió discriminación alguna contra el actor porque a todos los despedidos la tarifa indemnizatoria se liquidó de acuerdo al tope. Con sentencias de la Corte y de otros tribunales, así como por las opiniones de Carlos Pose y Amanda Lucìa Pawlowski de Pose, afirma la constitucionalidad de RCT art. 245. 3. El señor Juez rechaza la demanda, en base a las siguientes razones: 3.1. El informe contable indica que el salario del actor era de $4078 y que, a pesar de que la indemnización por antigüedad se liquidó de acuerdo al tope de convenio, se le pagó mayor suma que la que correspondía. Como los vales por almuerzo y refrigerios no son remuneratorios (RCT art. 103 bis) no deben ser considerados para la base indemnizatoria. Tampoco los viáticos porque su percepción no era habitual. 3.2. Respecto de la constitucionalidad de RCT art. 245, debe estarse a la doctrina de la Corte en "Villarroel c. Roemmers" (10.12.97). b. Apelación del actor 1. Se queja porque el tribunal sólo ha analizado la prueba contable dejando la restante, sobre todo la testimonial y la informativa. De esa prueba omitida se desprende que siempre se pagaban los tickets y los viáticos sin necesidad de rendición de cuentas, por lo que integran la remuneración. 2. Se queja porque la discriminación en la tarifa indemnizatoria ha sido probada ya que al trabajador Gerbaudo, cuya relación finalizó dos meses antes que la suya, la misma le fue abonada sin tope alguno, como también sucediera con varios después. 3. Se queja porque la sentencia no ha decidido la in-constitucionalidad de la tarifa indemnizatoria por establecer el tope convencional. 4. Se queja por haber sido condenado en costas. 5. Cuestiona los honorarios del letrado del demandado y del perito contador, por altos y por bajos los de su letrado. c. Apelación del perito contador Apela sus honorarios por considerarlos reducidos. d. Temas a resolver Son los siguientes: a. Monto real del mejor salario habitual del actor, b. Existencia de discriminación en materia de tarifa indemnizatoria, c. Lectura constitucional de RCT art. 245 d. Imposición de costas, e. Regulación de honorarios. B. Segundo momento: Valoración de la realidad a. Valores En este caso, se encuentran involucrados los siguientes Derechos Humanos: 1. a un orden social justo, Declaración Universal de Derechos Humanos, art. 28, 2. a condiciones dignas de trabajo, Declaración Universal de Derechos Humanos, art. 23, Como los Derechos Humanos se vinculan con el Bien Común, cabe desterrar la discusión estéril e in-oficiosa entre monismo y dualismo, aceptar el derecho de todo hombre a recurrrir a los tribunales internacionales y de invocar la norma más favorable, receptada en el ordenamiento interno o en el internacional. Estas afirmaciones de la Teoría Sistémica cuentan con el apoyo de un prestigioso jurista contemporáneo, Antonio Agusto Cançado Trindade (Tratado de Direito Intenacional dos Direitos Humanos, Fabris, Porto Alegre, 2003, tomo I, pár.4) b. Menú normativo para resolver Se compone de las siguientes normas: Constitucionales: En el presente caso se hallan comprometidas las siguientes directivas: Derecho a condiciones dignas y equitativas de trabajo(CN art. 14 bis, Derecho a ser protegido contra el despido arbitrario (CN art. 14 bis), Derecho a la propiedad privada (art. 17), Supra-legales: Declaración Sociolaboral del Mercosur, art. 1, Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, art. 1 Convenio 95 de la Organización Internacional del Trabajo Legales: En el presente caso se hallan comprometidas las siguientes: Vales alimentarios (RCT 103, decreto 333/93, Viáticos (RCT art. 106), Gratificación (RCT art. 104), Tarifa indemnizatoria (RCT art. 24), Prohibición de cualquier discriminación (RCT art. 17, ley 23.592, Imposición de costas (CPCCN art. 68), Honorarios profesionales ((LO art. 38, ley 24.432). c. Tercer momento: Transformación de la realidad c.1. Elementos a. Monto real del mejor salario habitual del actor 1. Respecto de los tickets que la demandada abonaba al actor mensualmente cabe tener en cuenta que la ley 24.700 (B.O. 14/10/96), siguiendo los lineamientos de los decretos 1477/89, 1478/89 y 333/93, modifica los arts. 103, 105 y 223 RCT, estructurando los beneficios sociales y las prestaciones no remunerativas como elementos conexos de los salarios. Con ello los empleadores resultan nuevamente beneficiados, al liberarse de contribuciones en el área social y al disminuir la incidencia salarial en las licencias, vacaciones y indemnizaciones, ya que tales elementos no son considerados remuneratorios. Ante el convenio 95 de la OIT, superior a las leyes por haber sido ratificado por el país, el maquillaje legal cede y se diluye, por lo que algunos de los beneficios sociales y ciertas prestaciones no remunerativas, causadas o surgidas de la relación laboral, muestran su realidad salarial. Debe convenirse sin lugar a dudas, que los tickets, reglados por el art. 103 bis de la LCT, detentan una jerarquía normativa inferior al mentado convenio n° 95, y pone en evidencia la inconstitucionalidad de algunos momentos, puesto que a la luz del mencionado convenio, los beneficios que ocultan remuneraciones deben ser "desactivados" por inconstitucionales. Ello así, porque la Ley 24.700 se contradice a sí misma: mientras el art. 1 define a los vales alimenticios y canasta de alimentos como beneficios sociales, el art. 4 carga al empleador con una contribución del 14% destinada a asignaciones familiares. De modo que solamente las remuneraciones son objeto de contribuciones con destino a la seguridad social. Por otra parte, los beneficios enumerados en el art. 103 bis RCT, incisos a, b y c, constituyen pago salarial de alimentos (LCT art. 105); mientras los enumerados en los incisos d, i y g, son oportunidad de obtener beneficios o ganancias (LCT art. 105). Al tomar conocimiento la misma OIT de la normativa argentina sobre el particular, formuló a la Argentina, la correspondiente observación de la Comisión de Expertos de Aplicación de Convenio y Recomendaciones de la OIT. En tal sentido, la Comisión cuestiona los decretos 1477/89, 1478/89 y 333/93, sosteniendo que los beneficios alimentarios constituyen verdaderos salarios en los términos del Convenio 95, ratificado por la Argentina. Se desprende que existe un nexo, entre las prestaciones destinadas a mejorar la alimentación de los trabajadores y sus familias y el trabajo realizado o los servicios prestados de conformidad con un contrato de trabajo. Estos "beneficios", cualesquiera sea su denominación constituyen componentes de la remuneración en el sentido que éste término se la da en el art. 1 del Convenio 95. Además, en el caso los "tickets" entregados por la demandada, lo fueron por años, y por ello, detentan la característica del habitualidad, tornándose su dación regular y determinado su exigibilidad futura. La remuneración como tal, constituye un elemento esencial del contrato de trabajo y atento a su naturaleza alimentaria, no se pueden desmembrar los distintos ítems que lo componen y que revisten la misma naturaleza jurídica o carácter alimentario, como lo son los tickets. Pretender acotar el concepto remunerativo excluyendo a los tickets, so pretexto de que se trata de beneficio social, que integra la seguridad social, es desconocer por un lado el concepto de remuneración que recepta la LCT y el Convenio n° 95 de la OIT; por el otro, es ignorar que las prestaciones económicas de la seguridad social, no tienen por causa el contrato de trabajo, sino fundamentalmente circunstancias sociales y especialmente familiares del trabajador. En mérito a todo lo expuesto precedentemente, debemos convenir, que ante el Convenio 95 de la OIT, cede el fallo plenario de la CNAT en "Angel Estrado y Cía. S.A.", 27.12.88. Consecuentemente, los tickets entregados en el caso de autos en forma habitual e ininterrumpida, revisten carácter remuneratorio y por lo tanto, deben adicionarse a la base salarial para el cálculo indemnizatorio. Por ello, deben declararse inconstitucionales las normas mencionadas que consideran no remuneratorios a los vales alimenticios. Respecto de los viáticos, como los mismos eran entregados sin rendición de cuentas (declaraciones testimoniales de Domingo Filomia, Barchi, Pavese, Gerbaudo) deben considerarse remuneratorios (RCT art. 106). 3. Por ello, el mejor salario normal y habitual del actor, a tener en cuenta para la tarifa indemnizatoria era de $4975,80. b. Existencia de discriminación en materia de tarifa indemnizatoria 1. Si bien a Gerbaudo, dos meses antes que al actor, se le liquidó la antigüedad sin tope, no existe discriminación alguna en contra del actor porque no fue despedido sino la relación finalizó por acuerdo mutuo. Los montos que hubieran recibido por antigüedad, sin tope, los trabajadores, luego de que se hubiera extinguido la relación con el actor, no deben ser tenidos en cuenta porque, en ese momento, el actor ya no era trabajador vinculado al demandado. 2. Por ello, el argumento de discriminación no debe ser tenido en cuenta. c. Lectura constitucional de RCT art. 245 1. Ante el despido arbitrario, el trabajador tiene dos posibilidades normativas: considerarlo nulo porque la Constitución Nacional lo protege contra el despido arbitrario y previa declaración de inconstitucionalidad de RCT art. 245 buscar la reincorporación al puesto de trabajo, o consolidarlo válido y buscar la correspondiente indemnización. En este caso concreto, el trabajador ha optado por perseguir la indemnización por el despido injustificado. Cabe tener en cuenta que el actor ha ingresado el 16.03.1981 y egresado el 31.05.1999 (demanda y pericia a fs.320), con lo cual los períodos computables para la indemnización por antigüedad son 18. Si se toma el mejor salario normal y habitual del actor en el último año ($4.975,80), la indemnización sería de $89.564,40. Por aplicación del tope máximo convencional, el actor ha recibido $28.112,40. Como se advierte, la disparidad de resultados es manifiesta, superando el valor base de la indemnización. 2. Las tarifas indemnizatorias legales no configuran ninguna transacción porque los sectores encontrados (empleadores y trabajadores) no celebran al respecto negocio jurídico alguno, por lo que la doctrina que así las califica carece de base. Tampoco protegen contra el despido arbitrario porque lo validan, limitándose simplemente a sancionar una indemnización. Sentado ello, las tarifas sancionan un marco real para establecer los costos de todo proceso productivo, de tal modo que tanto empleadores como trabajadores pueden anticipar las consecuencias de una decisión. A tal punto es así, que las sucesivas leyes que han sancionado tarifas indemnizatorias en materia de despidos antijurídicos han establecido cada vez más menores sumas. Ciertos empleadores argentinos, para quienes el ajuste consiste en pagar menores salarios y reducir indemnizaciones, no vacilan en solicitar (rectius, exigir) una nueva reforma que los libere de indemnizar en caso de despido. No advierten que con salarios menores y ninguna indemnización, se acelera la recesión porque el poder de compra de los habitantes del país disminuye, con que la solución que logran hoy es el hambre de mañana, no sólo de los trabajadores afectados sino de ellos mismos. "En la Argentina, la coalición de empresarios y economistas y economistas (no todos, pero sí los más gravitantes) consiguió inculcar la idea de que el salario, cuanto más bajo mejor. A la baratura del trabajo se le llama competitividad, sobre todo si, además de ganar muy poco, los asalariados trabajan más horas y en peores condiciones. Como esto restringe el mercado interno, y como por otras razones las exportaciones no crecen o caen, la economía vive enferma de recesión. De esta manera, cuanto más se reduce el salario, más aumenta el desempleo, porque la ecuación "menor precio-más demanda", que se aplica a la mayoría de las mercancías, no rige para el trabajo, aunque la alta tasa de desocupación sea usada como pretexto para depreciar cada vez más la mano de obra" (cr. Julio Nudler, Vital, móvil o minimizado, Página 12, 29.11.1999). En ese marco, la ley 24.013, denominada "Ley de empleo", contiene numerosas disposiciones flexibilizadoras, utilizadas por el neo-liberalismo criollo con el argumento de aumentar el nivel de empleo pero que en la realidad no lo han aumentado sino servido a reducir los costos laborales de los empleadores. En una de esas medidas flexibilizadoras, la ley establece un tope en la tarifa indemnizatoria por despido in- justificado, consistente en que la mejor remuneración normal y habitual, tomada como base, no puede superar el 300% del promedio colectivo aplicable, disposición que incluso se aplica a los trabajadores no alcanzados por el convenio. Cabe, además, indicar que la inmensa mayoría de los convenios colectivos no han sido sometidos previamente a la consideración de la asamblea sindical, como establece la ley 23.551, art. 20, inc. b), por lo que no lucen representativos de los verdaderos interesados, los trabajadores. 3. Como RCT art. 245 modela la indemnización sobre la mejor remuneración normal y habitual, los topes mínimo y máximo establecidos no pueden alejarse demasiado de la misma. Buscando una cuota de racionalidad responsable en este tema, para brindar "seguridad, certeza y protección" (Bauman dixit, loc. cit.) pareciera objetivo indicar que si, por aplicación de los topes, el resultado obtenido disminuye en un 30% o similar porcentaje la indemnización que se lograría sin ellos, la tacha de in-constitucionalidad de la norma se impone, por atentar contra la propiedad privada del trabajador. La Corte Suprema ha sabido cuantificar la confiscatoriedad, estableciéndolas en un 30% (Jáuregui, Hugo y otros c. Gobierno de Entre Ríos", 06.10.1992) o en un 33% (Indo SA c. DGI, 04.05.1995).La Suprema Corte de Mendoza sostiene que una proporción puede ser confiscatoria para sectores de bajos ingresos y razonable para sectores mejor remunerados "Círculo Médico de Mendoza c. Poder Ejecutivo de la Provincia de Mendoza", 27.10.1997). Los Derechos Humanos, como expresan la doctrina alemana (cr. Martín Kriele, Einfürung in die Staatslehre, Rowohlt, Hamburgo, 1975, Parte II, Cap. 3) y la portuguesa (cr. Jorge Reis Novais, Contributo para uma Teoría do Estado de Direito, oimbra, 1987, Cap. III. 2.1.; José Abrantes, Direito do Trabalho, Ensaios, Cosmos, Lisboa, 1995, pág.35) irradian eficacia no sólo sobre el Estado sino también sobre la sociedad civil y las empresas hasta tal punto que "el principal papel del Juez reside en su independencia para velar las libertades públicas y acrecentar el respeto por los Derechos Humanos porque el Poder Judicial tiene un compromiso histórico y moral con la preservación de la dignidad del hombre" (Benedito Calheiros Bomfim, A Crise do Direito e do Judiciario, Destaque, Rio de Janeiro, 1999, pág. 71). Este compromiso judicial, ético en sus raíces, se normativiza a partir de la directiva constitucional expresada en el art. 14 y en el 14 bis de la Constitución vigente. Como los documentos de Derechos Humanos enumerados en la Constitución Nacional art. 75, inc. 22, son superiores a las leyes, ya no se puede prescindir de ellos en la solución de los casos concretos, con el agregado que la presindencia puede originar responsabilidad internacional del Estado Argentino (CS, "Méndez Valles, Fernando c. A.M. Pescoio SCA", 26.12.1995). Del mismo modo, la Declaración Sociolaboral del Mercosur, por emanar del Tratado de Asunción, es superior a las leyes (C.N., art. 75, inc. 24). Los instrumentos indicados, basados en la dignidad del hombre, buscan la dignificación del trabajador como parte hiposuficiente de la relación laboral. De ahí que todo lo referente al salario y las indemnizaciones han de valorarse como elemento axiológico y no como componente económico de los costos. En esa dimensión, en la construcción de la Democracia como espacio de justicia y libertad, cada uno debe aportar su granito de esfuerzo y su cuota de trabajo personal: toca a los Jueces asegurar que los derechos se cumplan. Esta visión "no es una utopía, es una esperanza y, sobre todo, un deber. Los juristas habrán de cumplir con lo suyo desde el lugar que su responsabilidad les otorga" (cr. Germán Bidart Campos, Derecho al desarrollo, prólogo). Todo Juez debe, por mandato normativo, explicar las razones en que basa su decisión, ya que el pueblo tiene derecho a conocer los argumentos que en su interior (conciencia, emoción, inteligencia, voluntad) ha desarrollado para llegar a la decisión (art. 163 CPCyC). Teniendo en cuenta que "la justicia de un sistema socio-económico y, en todo caso, su justo funcionamiento, merecen en definitiva ser valorados según el modo como se remunera justamente el trabajo ... ya que el salario sigue siendo una vía concreta mediante la cual la gran mayoría de los hombres puede llegar a los bienes de la naturaleza como a los que son fruto de la producción" (Laborem exercens, n° 89), siguiendo la directiva constitucional de la retribución justa (CN art. 14 bis) aplicable analógicamente al caso de la indemnización tarifada, en este caso cabe advertir que RCT art. 245, al permitir una suma dis-paratada en más de un 55% de lo que correspondería al trabajador, luce inconstitucional y así debe ser declarado. 4. En ese caso, liberado el tope, la tarifa se modela sobre la mejor remuneración normal y habitual del trabajador, no pudiendo el juez crear pretorianamente una tarifa porque ésa es función de los legisladores. No obstaculiza esta decisión el hecho de que la Corte Suprema haya avalado la norma cuestionada. Pero como la Corte no funciona como tribunal de casación sus sentencias no son obligatorias para los tribunales del país. Cabe recordar, finalmente, que la eficiencia jurídica de un país no se mide por la cantidad de leyes sancionadas ni por el número de tribunales sino por el modo cómo es tratado en la norma y en la jurisprudencia el ser más débil de la relación (Enrique Marí, X Conferencia Nacional de Abogados, Rosario, 1983, ad sensum, citado por Liliana Beatriz Costante, Acción de amparo. Sistema de derechos de base constitucional", LA LEY, 1999-E, 1277). 5. Por todo ello cabe revocar la sentencia en tal aspecto, y condenar a la demandada a abonar al actor la diferencia indemnizatoria de $61.452,00. Dicho importe devengará intereses desde el distracto al pago a la tasa activa que cobra el Banco de la Nación Argentina. d. Imposición de costas Dado que el demandado resulta vencido, debe cargar con las costas en ambas instancias. e. Regulación de honorarios 1. Dado que la demanda ha sido parcialmente receptada, por $61.452,00, con más los intereses desde el distracto al pago a la tasa activa que cobra el Banco de la Nación Argentina, cabe regular los honorarios de primera instancia en el 18% para la letrada del actor, 14% para la letrada del demandado y 6% para el perito contador. Por ello, las apelaciones al respecto devienen abstractas. 2. Sobre los honorarios de primera instancia, se regulan los de segunda en el 35% para la letrada del actor y 25% para la letrada del demandado. c.2. Solución del caso Por la fuerza del Derecho (único modo de con-vivencia organizada y medianamente justa y solidaria en procura de un orden social justo hasta llegar al Orden Social Fraterno), expresado en la Declaración Universal de Derechos Humanos, arts. 23 y 28, CN art. 14 bis, art. 17, Declaración Sociolaboral del Mercosur, art. 1, Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, art. 1, RCT art. 103, decreto 333/93, RCT art. 106 art. 104, RCT art. 245R, RCT art. 17, ley 23.592, CPCCN art. 68, LO art. 38, Ley 24.432), corresponde: 1. receptar parcialmente la apelación del actor declarando inconstitucional RCT art. 245 y las normas ya enunciadas que desconocen el carácter remuneratorio de los vales alimenticios y condenando al demandado a abonarle la diferencia indemnizatoria de $61.452,00, con más intereses desde el distracto al pago a la tasa activa que cobra el Banco de la Nación Argentina. 2. imponer las costas de ambas instancias al demandado, 3. regular los honorarios de primera instancia en el 18% para la letrada del actor, 14% para la letrada del demandado y 6% para el perito contador. 4. rechazar las apelaciones por honorarios por devenir. 5. Sobre los honorarios de primera instancia, se regulan los de segunda en el 35% para la letrada del actor y 25% para la letrada del demandado. Así voto. El doctor Fernández Madrid dijo: La parte actora discute en autos que se le haya aplicado el tope indemnizatorio del art. 245 L.C.T. para establecer el monto de la indemnización por despido, invocando antecedentes de otros empleados despedidos a los cuales se les habría abonado dicha indemnización en forma íntegra y completa, sin tener en cuenta el tope, por lo que se considera discriminada y, en consecuencia, reclama el mismo trato que el dado a sus compañeras de trabajo. Considero que la cuestión no encuadra en la ley 23.592 y que de ningún modo el hecho de que se haya abonado una liquidación final a otros trabajadores en distintos términos, a los utilizados para Corba, puede justificar la tacha que se formule a la conducta del demandado. En la materia, la demandada pudo actuar en forma selectiva porque no creo que el pago de una indemnización final a determinados trabajadores, en ciertos términos, obligue a la demandada a hacerlo con todos por igual. En cuanto al monto del salario, debe retirarse el importe de los tickets canasta, según jurisprudencia plenaria de esta Cámara, cuya aplicación es obligatoria, sin que sea necesario incorporar al planteo el Convenio Nro. 95 de la O.I.T. que, por lo demás, debe ser adaptado e integrado a la legislación nacional, en la medida en que ella no contraríe dicho convenio de manera flagrante, lo que -en el presente caso- no ocurre. Como lo ha dicho reiteradamente la O.I.T., sus convenios y recomendaciones deben ser adecuados a las circunstancias nacionales, en la medida en que ellos puedan ser de aplicación. Los tickets canasta han quedado ubicados dentro del plexo laboral como "beneficio social" y por tanto no remuneratorios (ley 24.700), debiendo estar a sus términos. Los viáticos sin rendición de cuenta, en cambio, integran la remuneración y se computan a los fines de determinar la "mejor remuneración, normal y habitual". Por lo tanto, el salario del actor queda fijado en la suma de $4078 que es la mejor remuneración mensual y habitual del último año trabajado. Aclarados estos conceptos cabe señalar que el tope indemnizatorio correspondiente al convenio colectivo de trabajo 275/75 asciende a la suma de $1561,80, que importa aproximadamente un 38% del sueldo total. Dadas estas condiciones y contando el actor con 18 años de antigüedad, considero que la suma pagada por la demandada aplicando el tope al que he hecho referencia no cumple con las pautas constitucionales que exigen que se proteja al trabajador contra el despido arbitrario. Por tanto, propicio se le reconozca al actor en concepto de derecho indemnizatorio por despido la suma de $39.204,47 ($4078 x 18-$28,112,40-$6.087,13 -gratificación única y extraordinaria por cese-). En lo relativo a intereses, costas y honorarios adhiero al voto que antecede. El doctor de la Fuente dijo: Comparto el voto del doctor Fernández Madrid en lo que ha sido sometido a mi consideración, en lo que respecta al monto del salario. En atención al resultado del presente acuerdo, el tribunal resuelve: I) Revocar la sentencia apelada haciendo lugar a la demanda interpuesta por el actor, condenando a la demandada a pagar la suma de $39.204,47.-, con más intereses desde el despido a la tasa activa que cobra el Banco de la Nación Argentina. II) Declarar la inconstitucionalidad del art. 245 de R.C.T. III) Imponer las costas de ambas instancias al demandado. IV) Regular los honorarios de la representación letrada de la parte actora en el 18%, de la demandada en el 14% y del perito contador en el 6% del monto total de condena (capital e intereses). V) Regular los honorarios de alzada para la representación letrada del actor en el 35% de lo regulado por los trabajos de la instancia previa y para la representación letrada de la demandada en el 25% de igual base regulatoria. - Rodolfo E. Capón Filas. - Juan C. Fernández Madrid. Horacio H. de la Fuente. -------------------------------------------------------------------------------Voces: CALCULO DE LA INDEMNIZACION ~ CONSTITUCION NACIONAL ~ CONSTITUCIONALIDAD ~ CONTRATO DE TRABAJO ~ DAÑO MORAL ~ DAÑOS Y PERJUICIOS ~ DERECHO DE PROPIEDAD ~ DESPIDO ~ DESPIDO SIN CAUSA ~ INDEMNIZACION ~ INDEMNIZACION POR DESPIDO ~ LEY DE CONTRATO DE TRABAJO ~ TOPE INDEMNIZATORIO -------------------------------------------------------------------------------Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, sala IX (CNTrab)(SalaIX) Fecha: 05/12/2003 Partes: Cappello, Alfonso S. c. Ferro Enamel Argentina S.A. Publicado en: La Ley Online -------------------------------------------------------------------------------HECHOS: En el marco de una acción indemnizatoria por despido, la demandada planteó recurso de apelación contra la resolución que declaró la inconstitucionalidad del tope legal previsto por el art. 245 de la LCT. La Cámara consideró que la aplicación de dicho tope no lesionaba derechos constitucionales y confirmó la decisión del a quo en cuanto al rechazo de la indemnización por daño moral pretendida por el trabajador. SUMARIOS: El tope legal del art. 245 de la L.C.T. no lesiona el derecho de propiedad tutelado en el art. 17 de la Constitución Nacional, pues no se advierte que la suma percibida por en concepto de indemnización por despido por el trabajador que se desempeñaba como personal jerárquico no convencionado, haya desnaturalizado el derecho que se pretende resguardar ni pulverizado el real contenido económico del crédito indemnizatorio, considerando que de todos modos resultaba alcanzado por la limitación emergente de una norma -en el caso, CCT 77/89- convencional. [1] Jurisprudencia y Doctrina Vinculadas Es improcedente la indemnización en concepto de daño moral pretendida por el trabajador despedido sin justa causa, pues el legislador al establecer la indemnización tarifada del art. 245 de la LCT previó mediante dicha sanción todo tipo de daño patrimonial o extrapatrimonial originado por la pérdida del trabajo . TEXTO COMPLETO: En la ciudad de Buenos Aires, el 05 dic. 2003 para dictar sentencia en estos autos: "CAPPELLO, ALFONSO SALVADOR c/FERRO ENAMEL ARGENTINA S.A. S/DESPIDO", se procede a votar en el siguiente orden: La Dra. Alcira Paula Pasini dijo: I - La sentencia de grado que hizo lugar parcialmente a la demanda motiva la queja de ambas partes. El actor a fs. 156/160 cuestiona el acogimiento de la excepción de prescripción deducido por la demanda contra el reclamo de diferencias por suspensiones, pues en su opinión se habría soslayado que por el principio de indemnidad salarial aquel concepto resultaría imprescriptible, citando jurisprudencia que entiende avalatoria de su postura. Asimismo, critica el rechazo del daño moral, pues entiende que el despido incausado le habría provocado un perjuicio en su nivel de vida que debería ser resarcido más allá de la indemnización por despido reglamentada en el art. 245 L.C.T., por lo que a fin de acreditar el extremo, solicita provea la prueba pericial psicológica oportunamente solicitada. Finalmente, funda la apelación que, oportunamente, dedujera contra la decisión que no hizo lugar al beneficio de litigar sin gastos, pues entiende acreditado los extremos viabilizantes para su acogimiento. Por su parte, la accionada se queja a fs. 161/169 por la declaración de inconstitucionalidad del tope indemnizatorio previsto en el art. 245 L.C.T. exponiendo los fundamentos y citando la jurisprudencia que avalarían la validez de dicha limitación legal. También se queja por la admisión de las diferencias por suspensiones, ya que el actor no las habría impugnado oportunamente, por lo que las mismas habrían quedado consentidas. Asimismo, discrepa con la condena al pago de diferencias por preaviso y vacaciones, pues no sólo no se habrían expuesto los fundamentos que justifiquen su acogimiento, sino que además no resultaría correcta la remuneración que se habría adoptado como base para el cálculo de estos conceptos. Finalmente, apela la tasa de interés y los honorarios regulados, por estimarlos elevados. Corridos los pertinentes traslados, la actora contestó mediante la pieza obrante a fs. 173/175. II - Por razones de orden metodológico me avocaré en primer término al tratamiento de la queja vertida por la demandada respecto de la declaración de inconstitucionalidad del tope indemnizatorio, adelantando mi opinión favorable al disenso. En tal sentido, cabe destacar que esta Sala viene sosteniendo, en consonancia con la doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación in re "Villarreal, Adolfo c/Roemmers s/cobro de salario" del 10/12/97 (V202.XXXIII), que "...corresponde al legislador, en cumplimiento del deber constitucional del Estado de asegurar la protección del trabajador contra el despido arbitrario (art. 14 bis de la Constitución Nacional), establecer las bases jurídicas que reglamentan las relaciones de trabajo y las consecuencias que se derivan de la ruptura del contrato laboral, sin que los jueces se hallen facultados para decidir sobre el mérito o conveniencia de la legislación sobre la materia (conf. entre otros fallos: 238:60 y sus citas)" (cf. esta Sala en autos "Funes, María Teresa c/Cámara Argentina de Especialidades Medicinales CAEME s/diferencias de salarios", S.D. n° 6543 del 15/9/99, entre otros), destacando asimismo que "...la posibilidad de que la naturaleza y la medida de los beneficios reconocidos a los trabajadores en normas uniformes o la imposibilidad de que ello se consiga porque las peculiaridades de la actividad laboral no permitan esa unidad, constituyen enfoques de política legislativa, cuya desventaja o cuyo acierto escapan a la consideración del Poder Judicial" (cf. Fallos: 290:245). Por lo que sobre la base de estos fundamentos, debe analizarse si la aplicación del tope indemnizatorio emergente del art. 245 L.C.T., convierte en irrisoria la indemnización que por su aplicación corresponde abonar al accionante, es decir, si mediante tal limitación se desnaturaliza el derecho que se pretende asegurar, circunstancia que, adelanto, no se verifica en la presente causa, teniendo en cuenta el monto indemnizatorio. Si bien no soslayo que el actor se encontraba fuera de convenio, por ser personal jerárquico, de todos modos el mismo resulta alcanzado por la limitación emergente del C.C.T. 77/89. La Corte Suprema de Justicia de la Nación sostuvo al respecto que deben proyectarse las consecuencias del tercer párrafo del art. 245 L.C.T. al personal jerárquico no convencionado, al sostener que estaba alcanzado por el convenio de aplicación a la actividad del establecimiento (cf. in re "Génova, Emilio Hugo c/Televisión Federal S.A.", del 27/5/99). También el alto Tribunal ha dejado sentado que "...la suposición de que la garantía constitucional de la protección contra el despido arbitrario consiste en el cierto equilibrio entre el resarcimiento y el ingreso del trabajador despedido y que dicha proporcionalidad no debe ser inferior al 50% del salario constituye una afirmación infundada y, por lo mismo, un exceso en el ejercicio de las facultades judiciales en desmedro de la que la Constitución asigna al Congreso, que priva de validez al fallo recurrido" (cf. consid. 6°) in re "Mastroiani, Ricardo A. c/Establecimiento Modelo Terrabusi Sociedad Anónima de Industria y Comercio", T° 235 F° 2719, del 27/5/99). De allí, que la suma que en concepto de indemnización por despido ($ 24.450.-) percibiera el accionante, no resulta insignificante y no se advierte que mediante la misma se desnaturalice el derecho resguardado, como así tampoco que se hubiera pulverizado el real contenido económico de dicho crédito, por lo que en la especie no se verifica lesión al derecho de propiedad tutelado en el art. 17 de la Constitución Nacional y, por ello, voto por modificar este aspecto de la condena desestimando las diferencias acogidas por este concepto. III - En cuanto al cuestionamiento de índole procesal deducido por el actor y atinente al progreso de la excepción de prescripción que dedujo la demandada, no tendrá la recepción esperada. Ello, por cuanto coincido con los fundamentos vertidos por el Sr. Fiscal General ante esta Cámara (fs. 189), en el sentido de que no existen elementos en autos que permitan apartarse del principio contemplado en el art. 256 L.C.T., norma cuya legalidad no ha sido cuestionada, advirtiendo, además, que en la pieza recursiva sólo se exponen meras argumentaciones dogmáticas y no se no indican las probanzas que permitan eximir a la cuestión de conformidad con lo normado por el art. 3980 C. Civil, resultando en consecuencia insostenible este aspecto de la crítica. Por ello, voto por confirmar este punto materia de agravio. IV - Igual suerte correrá la crítica que efectúa el demandante respecto del rechazo al reclamo por daño moral. El quejoso pretende ser resarcido porque el despido lo ha privado de los ingresos que la fuente de trabajo originaba a su favor, provocando tal pérdida una disminución en su nivel de vida, sin embargo es sabido que el legislador al establecer la indemnización tarifada del art. 245 L.C.T. previó mediante dicha sanción todo tipo de daño patrimonial o extrapatrimonial originado por la pérdida del trabajo y no se advierten señaladas otras conductas que por su ilicitud deban ser sancionadas, más allá de aquella reparación, con otra indemnización que sustituya el daño injustificado cometido al dependiente. Tal ausencia de acreditación, que a esta altura no puede ser suplida con la petición de prueba cuya falta de producción no fue impulsada en la etapa procesal oportuna (cf. art. 94 L.O.), impide otorgar andamiaje a la reparación del daño moral reclamado, razón por la cual voto por confirmar también este segmento del fallo recurrido. V - Con relación a la queja traída por la accionada respecto de la condena al pago de días de suspensión, advierto que la misma arriba desierta a esta Alzada (art. 116 L.O.). En efecto, la quejosa ha soslayado cuestionar una de las premisas fundamentales expuestas en este segmento del fallo recurrido, cual fue la de considerar que incumplió con lo dispuesto por el art. 218 L.C.T., pues no notificó las suspensiones por las cuales practicó descuentos en los haberes del demandante, resultando dicho requisito "ad solemnitatem", imposibilitando de tal modo la defensa del trabajador, además tampoco indicó en su pieza recursiva las probanzas que acreditaran la crisis económica o falta de trabajo para llevar a cabo dichos descuentos, circunstancias que tornaron inválidos los mismos, dejando en consecuencia carente de fundamento crítico este aspecto de la pieza recursiva (art. 116 L.O.). En igual omisión incurre la quejosa respecto del cómputo del plazo prescriptivo, por cuanto sólo se limita a sostener que el mismo debe contarse desde la interposición de la demanda y no desde el distracto, pues ha soslayado los efectos de la intimación que le practicó el actor mediante la misiva del 5/7/00, a fin de que le abone esos descuentos y, por ende, no ha determinado en forma sustancial el interés recursivo, es decir, cuál es el alcance que pretende otorgarle a su queja. Por ello, voto por declarar desierto este segmento de la queja (art. 116 L.O.). VI - También llega desierta la crítica vertida por la empleadora respecto de las diferencias por indemnización sustitutiva del preaviso y vacaciones. Ello es así, pues la recurrente sólo se limita a exponer una discrepancia genérica invocando la aplicación que estima correcta respecto del salario base que correspondería adoptar para el cálculo de estos conceptos, sin embargo soslaya ilustrar al Tribunal acerca de cuál sería la suma que debería tomarse como base para ello, ya que la mera invocación de la que adoptó para abonar estos rubros carecen de entidad crítica, máxime cuando no se ha cuestionado la incidencia de las horas extras que efectuó la Sra. Juez a-quo y que, según el último de los haberes percibidos por el demandante (ver recibo de fs..) ilustrarían que dicho horario extraordinario conforme la remuneración que debía tenerse en cuenta para el cálculo de estos conceptos, que a simple vista difieren de la que abonó la quejosa, por lo que frente a estas discrepancias numéricas a ella cabía otorgar mayor precisión a su crítica, pues el juzgador no puede manejarse a tientas a la hora de resolver. En consecuencia, careciendo este segmento de la crítica de los requisitos exigidos por el art. 116 L.O., voto por declararlo desierto. VII - En atención a que de los considerandos anteriores surge que sólo corresponde descontar de los rubros acogidos las sumas consignadas respecto de la diferencia por indemnización del art. 245 L.C.T., esto es $ 38.528,70.-, el actor resulta definitivamente acreedor a la suma de $ 3.925,71.Los intereses que corresponde adicionar a dicho monto, atendiendo a la crítica de la accionada, serán a una tasa anual del 12% desde la fecha del distracto hasta el 31/12/01 y a partir del 1/1/02 la tasa de interés activa fijada por el Banco de la Nación Argentina para el otorgamiento de préstamos, según el cálculo que será difundido por la Prosecretaría General de la Cámara (cfr. acta 2155 -9/6/94-) y 2357 -7/5/02 ref. por Res. n° 8 del 30/5/02-). En consecuencia, voto por modificar la sentencia de grado y reducir el monto de condena a la suma antes mencionada con más los intereses fijados precedentemente. VIII - En lo atinente a la apelación diferida deducida por el demandante respecto la decisión de desestimó el beneficio de litigar sin gastos, corresponde destacar que la misma ha sido mal concedida en virtud de que no resulta apelable según el dispositivo del art. 81 del CPCCN, sin perjuicio de destacar que dicho pronunciamiento no causa estado, dada la facultad emergente del art. 82 de la ley adjetiva, que prevé la posibilidad de reiterar la petición con fundamentos en nuevos elementos. IX - El nuevo resultado del litigio amerita dejar sin efecto la imposición de las costas y regulación de honorarios practicados en la instancia de grado y proceder a fijarlos en forma originaria (art. 279 CPCCN), lo que transforma en abstracta la apelación deducida por la demandada. A tal fin, sugiero que las costas de la Alzada corran en el orden causado, atento que las particularidades de la cuestión debatida pudieron conducir al actor a creerse objetivamente asistido de derecho para litigar (art. 68, 2° párr. CPCCN). Regúlense los honorarios, atendiendo al mérito, extensión y calidad de los trabajos realizados en la instancia de grado por la representación letrada del actor, de la demandada y del perito contador, evaluados en el marco del valor económico en juego que en este caso no se encuentra cabalmente representado por el monto de demanda ya que la inclusión de parciales injustificados lo desnaturaliza a tales efectos, en las respectivas sumas de $ 3.800., $ 3.800.- y $ 2.200.-, a valores actuales (cfr. art. 38 L.O., 6; 7; 8 y ccdtes. de la ley 21.839 -mod. por la ley 24.432- y Dec.-ley 16.638/57). X - Por la forma en que se resuelven los recursos, por idénticos fundamentos a los vertidos precedentemente, sugiero que las costas de la Alzada corran en el orden causado (art. 68, 2° párr.) y se regulen los honorarios de la representación letrada del actor y de la accionada, por sus labores ante este Tribunal, en el 25% para cada una, de cuanto les corresponda percibir por sus actuaciones en la instancia de grado (art. 14 ley 21.839). La Dra. María I. Zapatero de Ruckauf dijo: Por compartir los fundamentos adhiero al voto que antecede. El Dr. Alvaro Edmundo Balestrini no vota (art. 125 L.O.). A mérito del acuerdo que precede, el TRIBUNAL RESUELVE: 1) Modificar la sentencia de grado y reducir el monto de condena a la suma de PESOS TRES MIL NOVECIENTOS VEINTICINCO CON SETENTA Y UN CENTAVOS ($ 3.925,71) con más los intereses fijados en el compartido considerando VII -; 2) Dejar sin efecto la imposición de costas y regulación de honorarios practicados en primera instancia e imponer las primeras en el orden causado; 3) Regular los honorarios de los trabajos realizados en la instancia de grado por la representación letrada del actor, de la demandada y del perito contador en las respectivas sumas de PESOS TRES MIL OCHOCIENTOS ($ 3.800), PESOS TRES MIL OCHOCIENTOS ($ 3.800) y PESOS DOS MIL DOSCIENTOS ($ 2.200), a valores actuales; 4) Confirmar la sentencia de grado en lo restante que fue materia de recursos; 5) Imponer las costas de la Alzada en el orden causado y 6) Regular los honorarios de la representación letrada del actor y de la accionada, por sus labores ante este Tribunal, en el 25% para cada una, de cuanto les corresponda percibir por sus actuaciones en la instancia de grado. Regístrese, notifíquese y oportunamente devuélvase. -------------------------------------------------------------------------------- Voces: CONSTITUCIONALIDAD ~ CONTRATO DE TRABAJO ~ DESPIDO ~ DOCTRINA DE LA CORTE SUPREMA ~ INDEMNIZACION ~ TOPE INDEMNIZATORIO -------------------------------------------------------------------------------Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, sala X (CNTrab)(SalaX) Fecha: 30/09/2003 Partes: Carrieri, Gustavo Hugo c. Bayer S.A. Publicado en: LA LEY 02/07/2004, 7 -------------------------------------------------------------------------------SUMARIOS: Corresponde declarar aplicable el tope indemnizatorio dispuesto por el art. 245 de la ley de contrato de trabajo en su versión de la ley 24.013 (Adla, XXXVI-B, 1175; LI-D, 3873), desestimando el planteo de inconstitucionalidad de la actora, conforme la doctrina sentada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la materia -caso "Villarreal", 1997/12/10, DT, 1998-A, 516-, dejando a salvo la opinión del tribunal en contrario. TEXTO COMPLETO: 2ª Instancia. - Buenos Aires, setiembre 30 de 2003. El doctor Scotti dijo: I. En lo que ahora interesa, la sentencia de fs. 202/206 desestimó el planteo de inconstitucionalidad del art. 245 ref. por la ley 24.013 de la LCT formulado por la actora. Apelado el decisorio, intervino la sala III del Tribunal, la cual a fs. 239/246, entre otras cosas, revocó lo resuelto en orden a la aplicación de la norma citada, declarando su invalidez constitucional. Contra esto último la accionada interpuso recurso extraordinario federal (ver fs. 253/257) motivando así la intervención de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El Alto Tribunal en su decisorio de fs. 278 dejó sin efecto lo resuelto por la Cámara, expresando que la cuestión guardaba analogía con la debatida y resuelta en el precedente que se registra en Fallos 320:2665 (Villarreal Adolfo c. Roemmers s/cobro de salarios). En base a ello, dispuso que se dictara un nuevo pronunciamiento. II. Cabe, entonces, examinar nuevamente el recurso de la actora (fs. 210/217) en el marco de lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y, en esa inteligencia, en lo que hace al planteo de inconstitucionalidad del tope indemnizatorio previsto en el art. 245 L.C.T., se entiende que corresponde mantener la decisión adoptada en primera instancia. Es que si bien en lo personal comparto plenamente todos y cada uno de los fundamentos expuestos por la sala III en torno a la lesión constitucional que trae aparejado -en el caso- lo dispuesto por el art. 245 LCT en su versión de la ley 24.013 (parece difícil encontrar un supuesto más evidente de inequidad que el que se configura en el "sub lite" donde un dependiente con seis años de antigüedad que percibía $4998,35 mensuales va a ser indemnizado con $9970 en lugar de $29.990,10) y lo prudente y atinado de la reparación propuesta (calcular la cuantía de la indemnización en base al 50% de la retribución real), en autos se ha pronunciado nuestro más Alto Tribunal señalando que las razones expuestas por la sala interviniente no resultan suficientes como para dar sustento a la decisión. Y como no encuentro mejores razones que las expresadas por los Dres. Guibourg y la Dra. Porta y éstas ya fueron descalificadas por la Corte Federal, no cabe sino propugnar mantener en este punto lo resuelto en la sede de origen, con remisión estricta a la letra del art. 245 LCT (ley 24.013), por los fundamentos desarrollados por el Alto Tribunal en el precedente citado y dejando a salvo, desde ya, mi opinión personal en contrario. III. Por lo tanto y atento lo resuelto por la Sala III de esta Cámara en relación a las restantes cuestiones articuladas por las partes (que no ha sido modificado por la sentencia dictada por el Alto Tribunal), de prosperar mi voto correspondería recalcular el monto del rubro "indemnización por clientela", el cual ascendería a $4991,67 esto es el 25 % de $19.966,70 (suma ésta última que resulta del siguiente cálculo: $9996,70 -ind. art. 245 abonada más dif. de $26,70 admitida en el fallo de primera instancia- con más los $9970 abonados en concepto de preaviso según informa el perito contador a fs. 173). Ello así, el monto definitivo de condena ascendería a $5018,37 ($4991,67 más $26,70) con más los intereses fijados en la sentencia anterior. IV. La naturaleza de las cuestiones debatidas y el progreso parcial del reclamo, me llevan a proponer que las costas de ambas instancias se distribuyen en el orden causado (art. 68 párrafo 2° CPCC). De conformidad con el mérito y extensión de la labor desarrollada por los profesionales intervinientes, sugiero regular los honorarios de la representación letrada del actor, demandada y perito contador por los trabajos realizados en la anterior etapa en un 15%, 12% y 6% del monto de condena que incluye intereses (art. 38 LO, arts. 6, 7, 8 y concs. ley 21.839, modif. ley 24.432, arts. 3 y 12 dec. ley 16.638/57). V. En definitiva y por las razones expuestas, de prosperar mi voto sugiero: 1) Modificar la sentencia apelada y elevar el monto de condena a $5018,37 (pesos cinco mil dieciocho con treinta y siete centavos) con más los intereses dispuestos en la instancia anterior; 2) Imponer en el orden causado las costas de ambas instancias; 3) Regular los honorarios de la representación letrada del actor, demandada y perito contador por los trabajos realizados en la anterior etapa en un 15%, 12% y 6% del monto de condena que incluye intereses y por la labor en la Alzada los emolumentos correspondientes a los firmantes de los respectivos memoriales en el 25% de lo que le corresponda a la representación letrada de cada parte por las tareas cumplidas en la etapa anterior. El doctor Simon dijo: Por compartir los fundamentos del voto precedente, adhiero al mismo. El doctor Corach no vota (art. 125 LO). Por lo que resulta del acuerdo que antecede, el Tribunal resuelve: 1) Modificar la sentencia apelada y elevar el monto de condena a $5018,37 (pesos cinco mil dieciocho con treinta y siete centavos) con más los intereses dispuestos en la instancia anterior; 2) Imponer en el orden causado las costas de ambas instancias; 3) Regular los honorarios de la representación letrada del actor, demandada y perito contador por los trabajos realizados en la anterior etapa en un 15%, 12% y 6% del monto de condena que incluye intereses y por la labor en la Alzada los emolumentos correspondientes a los firmantes de los respectivos memoriales en el 25% de lo que le corresponda a la representación letrada de cada parte por las tareas cumplidas en la etapa anterior. - Héctor J. Scotti. - Julio C. Simon. -------------------------------------------------------------------------------- © La Ley S.A. 2004