La gran meta 1 Segundo Trimestre —Decimosegundo sábado— 20

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Segundo Trimestre —Decimosegundo sábado—
20 de junio
La gran meta
( V id a cri s ti an a)
Propósito del programa
Tratar la vida del cristiano como un viaje hacia un encuentro con Cristo, y cómo podemos obrar para lograr esa
meta.
Al director
En este programa todos los participantes están presentes durante el desarrollo. Cada participante tendrá algo para
escalar: cuerdas, mochila, botella con agua, alimento, gorra. Si es posible, puede levantar una tienda de campaña en
un lado frente a la plataforma (si no es posible, solo referirse a ella en el momento de anunciar la música especial).
En la conclusión todos los participantes salen juntos con una bandera blanca, pequeña. Se necesita una montaña, ya
sea proyectada o pintada, y colocada en un lugar visible durante todo el programa.
Recomendaciones
 Usar el propósito del programa para promocionarlo durante la semana en los anuncios de la iglesia.
 Puede tener el libro El valor de los valores y obsequiarlo a una familia que sea la primera en llegar completa, o
como mejor le parezca al director. Esto puede hacerlo en la conclusión.
 Invitar un cantante especial.
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La gran meta 53
Introducción y bienvenida
Hoy estamos reunidos para un evento importante. Vamos a escalar esta montaña. Todos tenemos nuestros equipos
de escalar; nuestra gran meta será llegar a la cima. Es una montaña muy dificultosa, pero el galardón que obtendremos es lo más preciado que pueda recibir el ser humano. Estamos muy contentos de que hayan podido venir a
esta expedición. Sean todos muy bienvenidos.
Himno
No podemos hablar de escalar y no tener la ropa adecuada para el viaje. Sabemos de las inclemencias del clima. La
ropa de escalar nos protegerá y nos permitirá llegar seguros a la cima. Observen mi ropa, es la vestidura de la
justicia de Cristo en mi vida. No puedo escalar hacia la meta, si no tengo la confianza de ser salvo por la sangre de
mi Redentor. Algunos piensan que la salvación está en la cima, pero no es así. Yo escalo siendo salvo. Cantemos el
himno Nº 350, Andando en la luz de Dios (Nº 286 del himnario antiguo).
Lectura bíblica
Aquí tengo mi mochila de escalar, donde llevo todo lo necesario para el trayecto. No tengo en ella nada que me
haga peso innecesario. Hace tiempo que he comprendido que mi hogar definitivo no está aquí y, por eso, solo tengo
en mi carácter aquello que me permite viajar hasta mi gran meta. Leamos Tito 2:11-13.
Oración
No se puede pensar en escalar una montaña sin tener suficiente provisión de agua y alimentos. Sería imposible
hacerlo. El agua y el alimento nos mantiene con vida, nos da la fuerza y la energía. Por eso es que siempre, siempre
y siempre, la presencia de Dios y su palabra deben estar en nuestro viaje hacia la gran meta. Sin ellos, moriríamos
en pocos días. Quedaríamos tirados en las faldas de la montaña, sin poder avanzar hacia la cima. Oremos de
rodillas para implorar la presencia de Dios.
Música especial
¿Ven esta tienda de acampar? (si no la tienen, decir: «En mi mochila tengo una tienda para acampar»). Es un viaje
muy largo y necesitaré descansar cuando llegue la noche; debo tener la seguridad de que estoy protegido. Aunque
no tengo nada que temer porque mi protección y refugio es Dios, por el gran amor que él siente por mí. Nunca
trates de escalar esta montaña de la vida sin estar plenamente convencido de que Dios te ama y es tu refugio más
seguro. Sentirás mucha paz en medio de la adversidad. Es el momento de hacer una parada en nuestro viaje para
escuchar una música especial.
El relato misionero
Mientras voy escalando hacia la cima, miro al valle y veo personas que no saben de la gran Meta. Personas que
viven en el valle o en la llanura tranquilamente, sin saber que es un hogar provisional, y que necesitan prepararse y
escalar hacia arriba, hacia la montaña. Voy al valle y hablo a las personas de las buenas nuevas de Jesús. Ustedes
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54 PROGRAMAS PARA LA ESCUELA SABÁTICA
pensarán que así no voy a llegar nunca, si constantemente bajo al valle y a la llanura a buscar nuevos escaladores y
ayudarlos a preparar su equipo. Pero ocurre un milagro que les explicaré más adelante. Escuchemos el relato
misionero.
Rumbo
Durante el viaje debo respetar las reglas y las normas para evitar inconvenientes que me hagan descender. Debo
tener cuerdas firmes y resistentes para que no se rompan. Miren estas cuerdas que tengo en mis manos. No me
suelto de ellas, son muy necesarias para mantenerme firme y subir de forma recta. Ellas representan los principios y
los valores. El libro El valor de los valores, en la página 103, nos dice (lee):
«Las reglas y las normas pueden ser temporales, los principios son inmutables. Las reglas y las normas sirven sobre
todo para llevamos bien en sociedad, y por consiguiente, pueden adaptarse a las circunstancias, ser discutidas,
negociadas, revisadas y cambiadas. Los principios y los valores son criterios superiores que no pueden ser alterados
o ignorados sin riesgo».
Por eso es que no suelto mis cuerdas ni dejo mis principios. No correré el riesgo de caer mientras escalo la vida
cristiana. Vamos a escuchar el Rumbo de hoy.
Informe secretarial
Es el momento de hacer otra parada en nuestro viaje para escuchar los avances de nuestra iglesia local.
División de clases
Participante del misionero: Les había dicho que ocurre un milagro mientras voy al valle y a la llanura a buscar
escaladores. Sorprendentemente cuando regreso a escalar, tengo mayor energía y vitalidad. Además de que no
puedo explicar cómo es que en lugar de sentir que he descendido, siento que he subido aún más.
Participante del Rumbo: Es un milagro, porque aquellos que nunca buscan a los que no conocen la verdad, siempre están cansados y rezagados. No avanzan mucho y es lamentable cuando se quedan en las faldas de la montaña,
solo mirando hacia la cima, esperando que la cima venga a ellos.
Participante de la oración: Aún es más triste verlos cuando cortan la cuerda y vuelven al valle, porque les falta el
agua y el alimento. Es decir, cuando ya la presencia de Dios y su palabra no están en sus vidas y dejan sus
principios.
Participante de la lectura bíblica: Realmente escalar esta montaña no es difícil, pero algunos tienen sus mochilas
muy pesadas con aquellos rasgos de su carácter que no les permite subir. También tenemos que revisar si existen
ataduras a cosas mundanales que nos dejan estancados sin poder avanzar. Por más que intenten subir, solo lograrán
agotarse.
Participante de la música especial: Eso ocurre cuando se pierde de vista la gran meta. Cuando queremos subir por
nuestra cuenta, sin nuestro Guía y sin los equipos necesarios. Oremos siempre para no perder de vista las cosas de
arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Los maestros puestos en pies para orar y quedar divididos en
clases.
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Conclusión
(Los participantes llegan con una bandera blanca para la conclusión).
La vida espiritual va de continuo hacia arriba, hacia la gran meta del gran encuentro con nuestro Señor Jesús. Este
es el camino de nosotros los salvos. Revisemos constantemente nuestra mochila; nunca dejemos nuestra provisión
de agua y alimento. Vayamos por los valles a buscar a los que no han entregado su vida al Señor.
«Puede ser áspero el camino, y la cuesta empinada; tal vez haya trampas a la derecha y a la izquierda; quizá tengamos que sufrir penosos trabajos en nuestro viaje; puede ser que cuando estemos cansados y anhelemos descanso,
tengamos que seguir avanzando; que cuando nos consuma la debilidad, tengamos que luchar; o cuando estemos
desalentados debamos esperar aún; pero con Cristo como guía, no dejaremos de llegar al fin anhelado puerto de
reposo» (Así dijo Jesús, cap. 6, pp. 214, 215).
Cantemos el himno Nº 338, Las riberas de dicha inmortal (Nº 503 del himnario antiguo).
Oración final
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