EL RETABLO DE LAS MARAVILLAS

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EL RETABLO DE LAS MARAVILLAS
Entremes de
Miguel de Cervantes Saavedra
(Versión actualizada en texto de Rufino Ramírez C.)
PERSONAJES:
Chanfalla
Chirinos
Rabelín (músico)
Gobernador
Pedro Capacho ( escribano)
Benito Repollo (alcalde)
Juan Castrado (regidor)
Juana Castrada (su hija)
Teresa Repollo ( Hija de Benito)
Sobrino
Furrier (Jefe de soldados)
Soldados
Músicos
Gente del pueblo
ESCENA I
(MONTAR UNA ESCENA PUEBLERINA DONDE LLEGAN CHIRINOS Y
CHANFALLA)
CUANDO TODOS SE HAN MARCHADO O SE UBICAN EN UN ANGULO
PRIVADO CHANFALLA Y LA CHIRINOS COMENTAN.
CHANFALLA:
No te olvides, Chirinos, de lo que te he advertido. Cuidadito...
Recuerda todos los detalles de esta nueva historia que he inventado y te he
contado.
CHIRINOS: Chanfalla ilustre, tú sabes que tengo tanta memoria como inteligencia, así
que no te preocupes. además te tengo tanto cariño que tengo que satisfacerte en
todo lo que haces, que siempre eres muy ingenioso. Pero, dime... de qué nos ha
de servir ese músico que has contratado? ¿Acaso no podemos hacer este trabajo
solos los dos?
CHANFALLA:
Lo vamos a necesitar como el pan de la boca, porque tiene que
todas en los espacios en que tarden en aparecer las figuras del retablo de las
maravillas.
CHIRINOS: Maravilla será si no nos descubren y apedrean por culpa de ese músico,
por que una criaturilla como aquel no lo he visto en todos los días de mi vida.
ENTRA EL RABELIN
RABELIN: ¿Hay que hacer en este pueblo lo que usted dice, señor autor? Que yo me
muero por la acción y para que vea usted que no me ha contratado por gusto.
CHIRINOS: Habrá que ver, porque no le veo pinta de músico, quizá algún aprendiz. Y
si no eres gran músico, ahí sí que estamos fregados.
RABELIN:
Ya lo verá señora autora- En verdad que me han querido contratar para
varias compañías, por lo maravilloso que soy, pero yo... no siempre estoy de
buen humor... así que...
CHANFALLA:
Vaya, vaya. Por jactancioso nadie te gana. Ya veremos, ya
veremos. Chirinos. Pero ya estamos llegando al pueblo. Y mira... aquellos deben
las autoridades del pueblo, por lo bruto y pretenciosos que parecen. Me parece el
gobernador, el alcalde y alguien más. Vamos a darles el encuentro... y no te
olvides, date un filo a la lengua en la piedra de la adulación, pero ten cuidado no
te vayas a pasar de la raya.
ENTRAN EL GOBERNADOR Y BENITO REPOLLO, ALCALDE; JUAN
CASTRADO, REGIDOR Y PEDRO CAPACHO, ESCRIBANO.
CHANFALLA:
Beso las manos a tan distinguidas personalidades y autoridades.
¿Quién de ustedes es el señor Gobernador de este maravilloso pueblo?
GOBERNADOR: Yo soy el gobernador. ¿Qué es lo que quieres, buen hombre?
CHANFALLA:
Pero qué tonto soy, cómo no darme cuenta. Por supuesto, si basta
mirarlo para darse cuenta que por su anchurosa y peripatética figura...usted es el
dignísimo señor Gobernador de este honrado pueblo que es el más renombrado
de toda esta comarca.
CHIRINOS: En vida de la señora y de los señoritos, si es el que el señor Gobernador
los tiene, permítame rendirle mi homenaje y besar su mano.
CAPACHO: No es casado el señor Gobernador.
CHIRINOS: Pues van como mis mejores deseos... para cuando se case, que no se
pierde nada.
GOBERNADOR: Y bien...¿ qué es lo que quiere hombre honrado?
CHIRINOS: Honrados días viva usted, señor Gobernador, que así nos honra. Pues
usted lo sabe... la encina da bellotas, el pero, peras; la parra, uvas; y el honrado,
honra, sin poder hacer otra cosa.
BENITO:
Sentencia cicerionanca, sin quitar ni poner un punto.
CAPACHO: Ceroniana, quiso decir , el señor Alcalde, Benito Repollo.
BENITO:
Siempre quiero decir lo que es mejor, sino que la más de las veces no
acierto. En fin, buen hombre, ¿ qué es lo que quieren ustedes?
CHANFALLA:
Yo , señores míos; soy Montiel, el que trae a este honrado pueblo
el Retablo de Las Maravillas. Me han recomendado en la casa de gobierno, me
han mandado llamar las más altas autoridades, y hasta los médicos y pacientes
de los hospitales hablan de mí porque no hay otro que logre curar los males y
salvar a los moribundos, que yo. Y todos esperan que con mi idea se salvará todo
y se arreglarán todos los males.
GOBERNADOR:
¿Y qué quiere decir eso del Retablo de las maravillas?
CHANFALLA:
Por las maravillosas cosas que en él se enseñan y muestran, todos
lo denominan retablo de las maravillas, el cual fabricó, ideó, escribió y compuso
el sabio Tontonelo, bajo los más ilustrados signos del horóscopo, con el amparo
de los astros y estrellas y con tales advertencias que si alguno no cumple con las
exigencias que señaló, no es de este mundo y morirá en el acto. El sabio
Tontonelo advierte que las cosas que se muestran en el retablo sólo son para las
personas inteligentes, honradas, hijos legítimos y de matrimonios legítimos y
cristianos confesados. Pero el que no reuniera estos requisitos despídase de ver
las cosas jamás vistas ni oídas en el retablo. Ay de aquel que no cumpla con
estos requisitos, su muerte puede ser de inmediato o luego de doloroso
sufrimiento.
BENITO:
Ahora me doy cuenta de que cada día se ven en el mundo cosas nuevas.
¿Y qué? ¿Tontonelo se llamaba el sabio que escribió el retablo?
CHIRINOS: Sí, señor. Tontonelo se llamaba, nacido en la ciudad de Tontonela;
hombre de quien se dice que le llegaba la barba a la cintura.
BENITO:
Ah.... pues será por eso que la mayor parte de los hombres sabios tienen
siempre grandes barbas.
GOBERNADOR:
Señor regidor, Juan Castrado: mando, porque para eso soy la
autoridad, que esta noche se case de una vez vuestra hija Teresa Castrada y de
quien soy su padrino y como regalo de boda y regocijo de la fiesta, quiero que el
señor Montiel muestre en su casa ese retablo de las maravillas.
JUAN: Pues si usted así lo ordena, así se hará, señor Gobernador, aunque hay algunas
cosas que aclarar todavía...
CHIRINOS: Eso es... claro que hay un asunto que hay aclarar, es que si no se no se
nos paga primero por nuestro trabajo, no verán nada de las figuras y estrellas del
retablo. Por tratarse de este distinguido pueblo, sólo costarán 2,000 en moneda
contante y sonante. ¿Se dan ustedes cuenta que pasaría si no fuera así? Porque,
enterados de nuestra fama, esta noche todo el pueblo irá a casa del señor Juan
Castrado o como es su gracia y podrán ver las maravillas que traemos y mañana
cuando tengamos que presentarla en el Teatro del Pueblo, no vendrá ni un alma.
No, señores, nada que ver. Ante omnia nos han de pagar lo que fuera justo.
BENITO:
Señora autora, aquí no hay ninguna Antonia ni Antonio que les pague. El
señor regidor Juan Castrado les pagará honradamente a cuenta del Municipio.
Aquí, hermana, no aguardamos a que ninguna Antonia pague por nosotros.
CAPACHO: ¡Pecador de mí, señor Benito Repollo! ¡Y qué lejos da del blanco! No
dice la señora autora que pague ninguna autora, sino que paguen por adelantado
y eso es lo que quiere decir ante omnia. ¡Bruto tenía que ser!
BENITO:
Mira, escribano Pedro Capacho, si a mí me hablan correctamente, yo
entiendo y contesto correctamente. Usted que es leído y escribido y ha pasado la
primaria, usted entiende esos términos raros, yo no. Pero soy tu autoridad así que
se hará lo que ordeno.
JUAN:
Bien, bien. No discutan. Señora autora, señor autor: ¿qué les parece que
les adelante 500? Además que tendremos cuidado de que entre a mi casa
solamente la gente invitada.
CHANFALLA: Eso es ser inteligente. Pero ... mejor cancelan todo antes de la función.
¿De acuerdo? ¿Además no es su plata? Será apenas una propina para el
Municipio, no es cierto? (TODOS ASIENTEN) Estoy contento y satisfecho de
lo ejecutivo que son ustedes y además justos y honrados.
JUAN: Pues véngase conmigo. Recibirá el adelanto y verá mi casa y las comodidades
que hay en ella para que pueda mostrar su retablo.
CHANFALLA:
Vamos... que no se vayan a desanimar después. Pero eso sí...
adviertan a sus invitados qué calidad de gente tienen que ser o no verán nada del
retablo de las maravillas y del peligro que corren si no reúnen las condiciones.
BENITO:
Yo me encargo de eso y puedo decirle, por cierto, que como soy el
alcalde soy cristiano confesado, mis papeles en regla, hijo legítimo y de padres
legítimos, apellido rancio y distinguido y de inteligente usted lo está viendo …
que no tengo por qué contarle nada. ¡Miren si no estará mi linaje para ver el tal
retablo!
CAPACHO: Todos le pensamos ver, señor Benito Repollo.
JUAN :
No nacimos todos acá en las malvas, señor Pedro Capacho.
GOBERNADOR:
Que todos reúnan los requisitos, será necesario, según voy viendo,
señores alcalde, regidor y escribano.
JUAN:
Vamos, autor y manos a la obra, que Juan Castrado me llamo, hijo de
Antón Castrado y de Juana Marcha; y no digo más de mis antepasados ni me
honradez e inteligencia y estoy seguro que puedo ponerme delante del referido
retablo y ver todas sus maravillas.
CHIRINOS: ¡Dios lo haga!
(SALEN JUAN CASTRADO Y CHANFALLA)
(QUEDAN GOBERNADOR Y CHIRINOS.
ESTE SE INSINUA POETICAMENTE)
GOBERNADOR:
Señora autora, ¿qué poetas son famosos en la gran capital, en los
periódicos, en las fiestas, en las reuniones, especialmente en lo que se trata de
los llamados cómicos? Porque yo, tengo mis puntas y collar de poeta y además
me gusta la farándula y la buena vida. Tengo 22 comedias escritas, todas nuevas
y no estrenadas y estoy a la espera de una oportunidad para ir ante las
autoridades y llevarles esta riqueza literaria y así aumentar la riqueza de autores
de nuestra patria.
CHIRINOS: La verdad, sobre autores y poetas, no sé mucho, porque hay tantos que
basta con ellos para tapar la luz del sol y todos piensan que son famosos. Los
poetas cómicos son los ordinarios y que todo el mundo los conoce , de manera
que para qué nombrarlos. Pero... dígame usted, cuál es su nombre... su apellido o
su alias o cómo le conocen...
GOBERNADOR:
A mí, señora autora, me llaman el Licenciado Gomecillos.
CHIRINOS: ¡Válgame Dios! Así que usted es el licenciado Gomecillos, el que
compuso aquellas coplas tan famosas de “Lucifer se convirtió en Santo” y
“ Tómale de las trenzas a la fierecilla”!
GOBERNADOR:
Malas lenguas hubieron que me quisieron hacer autor de esas feas
coplas. Pero no. Las que yo compuse y lo quiero negar fueron aquellas que
hablan del Diluvio en las cataratas, del sol del mediodía. Usted sabe que hay
muchos poetas piratas, pero yo nunca le robé un verso a nadie. Mis poemas son
pura creación, versos salidos de la entraña de mi corazón. Con mis versos me
ayuda Dios y que otros me imiten o me roben si quieren.... ¿Quiere escuchar
algunas? (SACA SUS PAPELES)
Esta, por ejemplo
A MI PUEBLO
Siempre que alumbra el sol
Claro es el día para mirarte
Florcita de mi ventana
Que te marchitas con la sombra.
Esta otra... que se la dedico a usted, señora autora...
Ser o no ser, ese es el problema
Qué es la vida, un frenesí, una ilusión
Y si a tu balcón vuelven las golondrinas
Recuerda que no soy yo
Son mis versos que regresan por ti.
(ARDOROSO LE DEDICA LOS POEMAS Y ENTRAN CHANFALLA Y
GOBERNADOR)
CHANFALLA:
(SORPRESA Y COMICA COMPLICIDAD CON CHIRINOS)
Señor.... ya todo está ya a punto y no falta más que prepararse y comenzar.
CHIRINOS: ¿Y está ya el dinero asegurado?
CHANFALLA:
Ya. Y bien escondido, cerca del corazón.
CHIRINOS: Pues, querido Chanfalla.... te cuento que el Gobernador es poeta...
CHANFALLA:
¿Poeta? ¡Cuerpo del mundo! Pero claro... cómo no había de serlo.
Si tiene toda la apariencia. Porque los poetas así huelen, son gente descuidada,
pero crédula, nada maliciosa, bien intencionada.
BENITO:
Vamos, autor.... que me saltan los pies por ver esas maravillas.
GOBERNADOR: Señor autor… confirmará usted que en este pueblo soy el más
inteligente y me rodeo igualmente de gente muy valioso para los asuntos del
gobierno municipal. Y todos asistiremos sin peligro a ver su Retablo de las
Mravillas.
SALEN TODOS.
ESCENA II
APARECEN JUANA CASTRADA Y TERESA REPOLLO, LABRADORAS
ALBOROTADAS, CON LA NOVEDAD DEL RETABLO. ARREGLAN Y
ACOMODAN LAS COSAS PARA LA FUNCION Y LA PRESENTACION
DE LA NOVIA. LA UNA VISTE COMO FUTURA DESPOSADA.
CASTRADA:
Aquí te puede sentar, Teresa Repolla, amiga, que tendremos el
retablo enfrente y ya sabes las condiciones que han de tener quienes quieren
verlo. No te descuides que sería una gran desgracia.
TERESA:
Ya sabes, Juana Castrada, que soy tu prima y no digo más. Tan cierto
tiene el cielo, como tengo cierto yo, que estoy en condiciones de ver todo lo que
ese retablo muestre. Por el siglo de mi madre que me sacase los mismos ojos de
la cara si alguna desgracia me acometiese o que no fuera cierto que soy doncella
honrada y buena hija. ¡Aunque a veces ni yo misma me creo!
CASTRADA: Sosiégate, hija... que viene toda la gente.
ENTRAN EL GOBERNADOR, OTRAS AUTORIDADES Y EL PUEBLO
INVITADO, LA AUTORA Y EL MUSICO. GENTE. LA GENTE DEL
PUEBLO Y UN SOBRINO DE BENITO QUE HA DE SER EL
GENTILHOMBRE QUE BAILA, TODOS SE ACOMODAN Y HACEN
BULLA ANTES DE LA PRSENTACION..
CHANFALLA:
Siéntense todos. Escuchen bien y todos atentos. El retablo es
éste (MUESTRA) y aquí estará la autora....y aquí nuestro gran músico.
BENITO:
¿Músico es ese? Mételo detrás del retablo, que ese músico quita espacio
al retablo y yo no voy a pagar para verle la cara.
CHANFALLA:
No tiene razón, señor Alcalde Repollo, de inquietarse. No
molestará su vista, se lo aseguro. Además es un gran músico, buen cristiano y de
buena familia y solar conocido.
GOBERNADOR:
Calidades necesarias para ser un buen músico.
BENITO:
De solar bien podrá ser, pero de sonar como músico... lo dudo.
RABELIN: Eso se merece el bellaco que se viene a alabar delante de ustedes... si
tuviera que decirle lo que es...
BENITO:
Tú de músico... me das risa... Tocarás la puerta... o las espaldas de tu amo
... pero si yo conozco de música, y de músicos... a mí no me vengas a decir que
tú eres músico...
GOBERNADOR:
Siéntense los dos... Por Dios, cállense que de músico y de gente...
cada uno tiene su historia... y así vamos a seguir sacando trapitos al aire... hasta
el infinito... ¡ Señor Montiel, comience su obra”....
BENITO:
¡ Qué mal músico tiene el autor para tan gran retablo!
JUAN:
Cállate Benito, que si el autor lo escogió... es porque todo debe ser de
maravilla.
CHANFALLA:
¡Atención, señoras, señores, que comienzo! ( MUY TEATRAL Y
EXAGERADO)
¡Oh, tú, quienquiera que fuiste, que fabricaste este retablo con tan maravilloso
artificio, que alcanzó renombre de las maravillas por la virtud que en él se
encierra! ¡Te conjuro, apremio y mando que luego, de inmediato, sin demora,
ahora mismo, muestres a estos señores, a este público inteligente, culto, honrado,
de buenos cristianos y bien nacidos, muestres algunas de tus maravillosas
maravillas, para que regocijen y tomen placer sin escándalo alguno.
¡Ea!-... que ya veo que has accedido a mi petición... pues por aquella parte
asoma la figura del valentísimo Sansón, abrazado con las columnas del templo,
para derribarle por el suelo y tomar venganza de sus enemigos. ¡ Tente, valeroso
Sansón, valiente caballero, tente por la gracia de Dios Padre! ¡ No hagas tales
atrocidades, no derribes las columnas, no tumbes el palacio que aquí hay gente
honrada y noble que se ha juntado para observarte solamente!
BENITO:
¡Téngase, cuerpo de tal, conmigo! Bueno sería que en vez de alegrarnos
en esta reunión, acabáramos aplastados, hechos una pasta.! ¡Téngase, Señor
Sansón, que nosotros no le hemos hecha nada, somos gente buena!
CAPACHO: ¿Tú le ves, Castrado?
JUAN: ¿Cómo que no lo veo? ¿Tengo yo los ojos en la nuca?
GOBERNADOR:
(APARTE) ¡Milagroso caso es éste! Yo no veo ni al tal Sansón ni
al gran turco! Pero si lo ven todos ellos... ¿acaso yo soy menos que ellos? Pues sí
que lo veo... porque soy legítimo y cristiano viejo!.
CHIRINOS: ¡ Cuidado, señores... que sale el mismo toro que mató a Belmonte, a
Bienvenida y al Abejorro en Salamanca!
¡ Ole, Ole! ¡ Qué buen pase, eso! ¡Ole! ¡Dios me libre... Dios me libre! ¡Ole!
CHANFALLA:
¡Todos a un lado.... Olé! Eso...ahora vine por acá.... Ahora por
este lado.....Cuidado!
(TODOS SE ALBOROTAN)
BENITO:
¡El diablo lleva en su cuerpo ese torillo! ¡Tiene tremendos cuernos y qué
bravura! Si no me hago a un lado, me lleva de vuelo...
JUAN: Señor autor, haga si puede que salgan figuras que no nos alboroten... Y no lo
digo por mí, sino por esas pobres muchachas...mírelas.. pobrecitas..No les ha
quedado sangre en el cuerpo al ver la ferocidad del toro.
CASTRADA: ¡ Y cómo padre! Estoy muerta. No pienso volver en mí en tres días. Ya
me ví en sus cuernos, que los tiene así de grandotes y agudos como una lezna.
JUAN: No fueras tú mi hija y no lo vieras.
GOBERNADOR: (APARTE) Basta: ¡Que todos ven lo que yo no veo!
TODOS:
¡Que no!
GOBERNADOR:
¡ Sí!¡ Sí, claro que los veo! (APARTE) Al fin habré de decir que
los veo, por cuidar mi negra honrilla.
CHIRINOS: Miren... esa manada de ratones que vienen por allá, descienden por línea
recta de aquellos que se criaron en el Arca de Noe. Vean ustedes, algunos son
blanquitos, otros marroncitos, otros negritos.... otros jaspeaditos, otros azules y
finalmente.... todos son ratones.... y son miles....
CASTRADA:
¡Jesús! ¡ Ay de mí!.... ¡ Agárrenme o me arrojará por la ventana! ¡
¡Ratones! Desdichada de mí.... ¡Amiga, apriétate fuerte las faldas y mira que no
te muerdan! Caray que son muchos.... Por el siglo de mi abuela que son
millones...
TERESA:
Yo sí que soy la desdichada, porque se me suben sin reparo alguno. Un
ratón morenico me tiene sujeta de la rodilla. Socorro venga del cielo, porque en
la tierra ya no lo encuentro.
BENITO:
Yo tengo los pantalones bien puestos, que a mí no hay ratón que me entre
ni que me asuste.
CHANFALLA:
Esta agua que con tanta prisa se deja descolgar de las nubes es de
la fuente que da origen y principio al Rio Jordán. Vengan... toda mujer a quien
tocare en el rostro, el rostro se le volverá limpia y hermosa como plata bruñida,
desaparecerán pecas y arrugas y a los hombres se les volverán las barbas como
de oro.
CASTRADA: ¿Oyes, amiga? Descubre tu rostro... que te caiga el agua. ¡Oh, qué licor
tan maravilloso! ¡Cúbrase, padre, no se moje!
JUAN:
Todos nos cubrimos, hija.
BENITO:
¡Uy...el agua me entró por la espalda y ha calado hasta la canal maestra!
CAPACHO: Y yo estoy mas seco que un esparto.
GOBERNADOR:
¿Qué diablos puede ser esto, que aún no me ha tocado una gota,
ahí todos se ahogan? ¿ O será que soy bastardo entre tantos legítimos?
BENITO:
Quítenme de allí a aquel músico, que si no por mi vida, que nos
quedamos sin figuras. Vete al diablo músico aduendero que por tu culpa nos
acechan tantas figuras...
RABELIN: Señor Alcalde, no se la agarre conmigo, que yo no mas toco como se me
ha enseñado y pedido.
BENITO:
¡Dios te había de enseñar a tocar mejor, sabandija! Métete tras las
mantas, si no por Dios, que te arrojo este banco.
RABELIN:
El diablo creo que me ha traído a este pueblo.
CAPACHO: Qué fresca es el agua del río Jordán. Y aunque me cubrí lo que pude
todavía me alcanzó el agua en los cabellos y en los bigotes y apostaría a que los
tengo rubios como el oro.
BENITO:
Y aún peor cincuenta veces.
CHIRINOS: Allá van hasta dos docenas de leones rampantes y feroces osos
colmeneros. UY..... Todo ser viviente se guarde que , aunque fantástico, no
dejarán de asustar y de atacar si los provocan.
JUAN: ¡ Ea, señor autor, por vida de Dios! ¿Y ahora nos quiere llenar la casa de osos y
leones hambrientos?
BENITO:
¡Miren que ruiseñores y calandrias nos envía el Tontonelo : leones y osos
y dragones! Señor autor, o salen figuras más apacibles o aquí termina todo con
las figuras que ya hemos visto y Dios lo lleve a usted con bien y no se quede ni
un minuto más en este pueblo!
CASTRADA: Señor Benito Repollo, deje salir a esos osos y leones, siquiera por
nosotras que se lo pedimos encarecidamente.
JUAN: ¿Pues, hija, antes te espantabas de los ratones y ahora pides osos y leones?
CASTRADA: Todo lo nuevo siempre gusta más, señor padre.
CHIRINOS: Ahora observen. Esta doncella que ahora se aparece y se muestra tan
galana y tan hermosa y tan conquistadora es la llamada Herodías, cuyo baile
alcanzó en premio la cabeza del precursor de la vida. Si hay quien la ayude a
bailar, verán maravillas.
BENITO:
Esta sí, cuerpo del mundo, que es figura hermosa, apacible y reluciente.
Carajo... y cómo se mueve la muchacha. Sobrino Repollo, tú que sabes de esas
cosas de bailes y saltos y piruetas... ayúdala y será esta una fiesta de veras.
SOBRINO: Que me gusta, tío Benito Repollo.
(TOCA UNA MUSICA Y BAILE)
CAPACHO: ¡ Toma mi abuelo si es antiguo este baile. O es que no se de las movidas
que tiene que hacerse.! Oh, qué rico baile... a mí me toca con ella, sobrino...
Eso...
BENITO:
Sobrino... que no mueva mucho las caderas, sobrino... que me rompe la
cintura... Esta bellaca Judía sí que es buena bailarina... ¿Oiga, señor autor...pero
si ésta es Judía... cómo es que aparece en el retablo?
CHANFALLA:
Toda regla tiene su excepción, señor alcalde.
SUENA UNA TROMPETA FUERA DE ESCENA Y ENTRA UN FURRIER
DE COMPAÑÍA. SIGUE EL BAILE. LO ACOMPAÑAN SOLDADOS
FURRIER:
¿Quién es aquí el Gobernador?
GOBERNADOR:
Soy yo. ¿Qué es lo que desea usted?
FURRIER:
Por orden superior, debe prepararnos alojamiento para 30 soldados que
llegarán aquí dentro de media hora y aun antes, porque ya están entrando a la
plaza.
BENITO:
Yo apostaría que a éste lo envía el Tontonelo ése.
CHANFALLA:
No hay tal. Creo que es una compañía que estaba a una legua de
aquí.
BENITO:
Ahora ya los conozco bien a ese Tontonelo y usted, sé que ustedes y él
son unos grandísimos bellacos, lo mismo que el músico ese que nos tiene
atolondrados aquí. Y hágame el favor de decirle a ese Tontonelo que no se
atreva a mandar soldados a mi casa ni a este pueblo, porque si no les voy a dar
de azotes a todos ustedes.
CHANFALLA: Señor Alcalde, a esos soldados no los envía Tontonelo.
BENITO:
Cómo que no. Digo que los envía Tontonelo, así como ha enviado esos
otros bichos que yo he visto antes.
CAPACHO: Y que todos lo hemos visto, señor Benito Repollo. No se olvide.
BENITO:
No digo que no, señor Pedro Capacho. No digo que no. Pero...
SUENAN LAS TROMPETAS) Pero... no toques sabandija... músico de
entresueños... o te romperé la cabeza!
(VUELVE EL FURRIER)
FURRIER:
Ea, señor Gobernador. ¿Ya está el alojamiento, la comida? Ya está el
regimiento en la puerta.
BENITO:
¿Qué? ¿Todavía se ha salido con la suya ese Tontonelo? Ahora sí que
me lo va a pagar, señor autor.
CHANFALLA:
Sean ustedes testigos, que me amenaza el alcalde.
CHIRINOS: Señores, sean testigos de que el alcalde dice que lo quiere el señor
soldado lo manda el sabio Tontonelo.
BENITO:
Atontoneladas te voy a dar como me quieras hacer creer lo contrario.
GOBERNADOR:
Yo creo que estos soldados no son de mentiras.
FURRIER:
¿Soldados de mentiras? ¿Qué está usted diciendo, señor Gobernador?
¿Está en su seso?
JUAN: Bien pudiera ser una de las figuras que hemos aquí en el retablo. Pero, señor
autor, haga salir otra vez a esa bella Herodías, para que vea este señor lo que
nunca ha visto. Quizá eso lo tranquilice y participe de la fiesta como nosotros.
CHANFALLA:
Eso en buena hora. Mórenla ahí... por ahí viene y le hace señas a
su bailador, a su pareja para que de nuevo la ayude.
SOBRINO: Por mí no quedará desatendida, por cierto.
BENITO:
Eso, sobrino. Cánsala, dale vueltas, más vueltas. ¡Vive dios, que es una
joya la muchachita... Así... mas vueltas... abajo...abajo...abajo...!
FURRIER:
¿Está loca esta gente¡ ¿Qué diablos de doncella es esa y qué baile y qué
Tontonelo?
CAPACHO: ¿Luego, usted no ve a la doncella Herodías?
FURRIER:
¿Qué diablo de doncella tengo que ver?
CAPACHO: Entonces... este no es de los nuestros. Es de los otros...
GOBERNADOR:
Claro... por ello no ve nada. Es de los otros... de los ilegítimos...
De los brutos, ignorantes y ateos....
FURRIER: ¡Carajo... como que vuelva a decirlo... saco la espada y los hago salir de
aquí por las ventanas... ¡
CAPACHO: Se dan cuenta... es de los otros... no ve lo que vemos....
BENITO:
Efectivamente... no puede ser de otra manera.... es de los otros, pues no
ve nada.
FURRIER: ¡Carajo... si otra vez me dices que soy de los otros, no te dejaré hueso
sano!
BENITO:
Nunca los bastardos ni los ateos fueron valientes y por eso te puedo
decir con valor... tú eres de los otros...
FURRIER: ¡ Cuerpo de Dios con los villanos! Ahora verán ustedes....
(METE MANO A LA ESPADA Y ACUCHILLASE CON TODOS Y EL
ALCALDE APROVECHA PARA HUIR DEL LUGAR JUNTO CON LOS
DEMAS. Y LA CHIRINOS Y CHANFALLA RECOGEN SUS COSAS)
CHIRINOS: El diablo ha sido quien tocó la trompeta y trajo a esta compañía de
soldados. Pero ha sido nuestra salvación, Chanfalla, que no sabía cómo
saldríamos de este embrollo.
CHANFALLA:
El suceso ha sido extraordinario, Chirinos. Qué pueblo de
inteligentes. Pero la virtud del retablo se queda en este punto. Mañana
buscaremos otro pueblo ...también de inteligentes y honrados... y así podemos
seguir cantando el triunfo de esta batalla, diciendo “ Vivan Chirinos y
Chanfalla” “Viva el Retablo de las Maravillas”
FIN
( Agosto 2004)
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