Banús RESET. Reactivación urbana en el área metropolitana de Barcelona.

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Banús RESET. Reactivación urbana en el área metropolitana de Barcelona.
Albert Farell Rodríguez, Arquitecto.
Sergi Méndez Rodríguez, Arquitecto, Becario FI Generalitat de Catalunya
“Banús Reset” es una propuesta para la revitalización urbana de un pequeño barrio de la
periferia de Barcelona, en la ciudad de Cerdanyola del Vallès. Esta iniciativa, de carácter
interdisciplinar y transversal, nace de un análisis estructural y multidimensional del propio
sector habitacional, con el objetivo principal de transformar radical y positivamente la realidad
urbana, con muy pocos recursos humanos y materiales. En esta propuesta, los vecinos y
vecinas, no son únicamente los protagonistas, sino que son los principales beneficiados. Y los
arquitectos, entendiendo la propia arquitectura y el urbanismo como un fenómeno interactivo
(Lynch 1960), conscientes de la situación actual de crisis (económica, social, ambiental, etc.) y
ejerciendo la responsabilidad que la profesión requiere, intentan diagnosticar un ecosistema
urbano concreto para restaurar su equilibrio mental, físico i social (Muntañola 2009).
El periodo de desarrollo económico de la dictadura en los años 60, convirtió Cerdanyola en uno
de los lugares de recepción de personas de toda España, tal como ocurrió con el conjunto de
municipios que actualmente forman la Área Metropolitana de Barcelona. El aumento de la
demanda de mano de obra generó multitud de desplazamientos de personas en todo el Estado,
siendo Cataluña, uno de los destinos elegidos por andaluces, extremeños, entre otros. La
solución arquitectónica y urbanística elegida por la administración para dar solución a la
habitabilidad de este conjunto de familias consistió, en la construcción del polígono de
viviendas llamado Banús–Bonasort (1964-1971) (Sánchez 1983). Esta elección, tuvo, tiene y
tendrá, un gran impacto físico-socio-simbólico en el municipio. La elevada densidad, de 395
habitantes por hectárea, la escasez de espacios verdes, de 4,52 m2 por habitante -muy por
debajo de los niveles de 10 m2/habitante, recomendados por la OMS (Méndez, Saura &
Muntañola 2013)-, y sus oscuras plantas bajas libres, hacen que sus habitantes lo consideren
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uno de los lugares más desagradables del municipio .
Desde el conocimiento profundo de esta crítica realidad urbana, surgen las oportunidades
sobre las que basamos esta propuesta. De manera breve, anunciamos algunas soluciones:
Económica. Gracias a la habilitación de las plantas bajas como locales sociales, los vecinos y
vecinas, como propietarios del edificio, recibirán una compensación por la cesión de uso de
estos espacios. Esta cantidad económica la podrán destinar a la reducción del pago de la
comunidad, a futuras rehabilitaciones del edificio, etc. Es importante destacar que vecinos y
vecinos no deberán realizar ninguna aportación económica en ninguna fase del proyecto,
únicamente deben realizar la cesión del uso del suelo.
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Encuesta sobre la imagen de la ciudad realizada a 100 personas habitantes del municipio de
Cerdanyola a lo largo del año 2012. www.repensarcerdanyola.org/imatge_ciutat.html
Social. Gracias a la construcción de los locales sociales y los huertos urbanos se crearán
nuevos vínculos sociales entre las vecinas y vecinas del edificio y los miembros de la
Asociación, sin ánimo de lucro, que ocupará los locales sociales. La introducción de una nueva
actividad, como espacios de reunión, de estudio, de exposiciones culturales y artísticas, etc.
aportarán fácilmente una dosis de heterogeneidad al barrio. Tal como pasará con la
introducción de huertos urbanos, capaces de acoger abuelos y nietos, a través de actividades
intergeneracionales escolares y pedagógicas.
Urbana. Gracias a la transformación del barrio se recuperará el uso de muchos espacios que
nunca han sido utilizados, como son los pórticos y las enormes plazas que permanecen
siempre vacías. Tanto la ocupación de las plantas bajas como el cultivo, aseguran la
desaparición de cualquier sensación de inseguridad ciudadana que aleja a los niños del juego
"en la calle", porque la propia presencia de personas incrementa el nivel de vigilancia informal
(Jacobs 1961).
Medioambiental. Gracias a la introducción de elementos vegetales se recalificará el espacio y
cambiarán el aspecto "gris" del propio barrio, aumentando, aunque de manera poco
significativa los espacios verdes del barrio, que tan importantes son para el desarrollo infantil
(Corraliza & Collado ) Del mismo modo, la producción agrícola puede introducir en el barrio
muchos aspectos positivos para las personas: consumo de productos de proximidad, reducción
de la factura de la compra, alternativas para personas desempleadas y jubiladas,
concienciación de la situación medioambiental actual, etc.
Histórica. Gracias también a la introducción del cultivo en esta zona urbana, se intenta
recuperar la memoria del municipio. La construcción de barrios como este hicieron desaparecer
del municipio la producción agrícola, como el cultivo de la viña, elemento fundamental en la
identidad de Cerdanyola.
Una sencilla cesión de uso es capaz de desencadenar un conjunto de situaciones que mejoran
indudablemente la calidad de su barrio.
Corraliza, J.A., Collado, S., (2011) “La naturaleza cercana como moderadora del estrés infantil”
en Psicothema. Vol. 23, nº 2, pp. 221-226.
Lynch, K. (1960) La imagen de la ciudad. Massachusetts: MIT Press.
Jacobs, J. (1961) The Death and Life of Great American Cities.
Méndez, S., Saura, M., Muntañola, J. (2013) “Fase inicial de la construcción de una Ciudad
Amiga de la Infancia: Cerdanyola del Vallès (Barcelona)” en Congreso Internacional
Arquitectonics: Arquitectura, Educación y Sociedad. Barcelona, 2013.
Muntañola, J. (2009) Topogénesis. Fundamentos de una nueva arquitectura. Barcelona:
Edicions UPC. Arquitectonics: Mind, Land & Society, núm.18.
Sánchez, M. (1983) La Cerdanyola Contemporània. Història de Cerdanyola. Vol.5. pp.242.
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