Documento 3047139

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Por otro lado, en la mayoría parte de los países del mundo en los que es posible
obtener protección por patente, en las leyes pertinentes se prevén circunstancias en
las que pueden restringirse o limitarse los derechos derivados de una patente, por
ejemplo, mediante la concesión de licencias no voluntarias (obligatorias), con
sujeción a determinadas condiciones.
Falsa idea: “El sistema de patentes es especialmente injusto con los países
en desarrollo, que afrontan unas circunstancias sociales y económicas difíciles y
que deberían estar exentos de las obligaciones internacionales en materia de
propiedad intelectual, especialmente en el caso de la protección por patente de
determinados medicamentos.”
Contar con un sólido sistema de patentes que ofrezca una protección adecuada es
un incentivo indispensable para fomentar la labor creativa e inventiva y para
establecer y mantener un entorno comercial favorable. Si se gestiona con eficacia,
el sistema de patentes promueve, en definitiva, la innovación nacional, impulsa
nuevas industrias y crea puestos de trabajo. Por otro lado, contribuye a atraer
inversiones del extranjero. Ese sistema también puede ayudar a los países a
consolidar sus infraestructuras y capacidades en materia de investigación, lo que
para las Naciones Unidas y otras organizaciones es un factor fundamental para la
lucha contra el SIDA en los países más afectados. En términos generales, un sistema
adecuado de propiedad intelectual es fundamental para el desarrollo económico
continuo, que a la larga contribuye a romper la espiral de pobreza y es fuente de
mejoras en la educación, el nivel de vida y la atención de salud para todos.
En el marco de un sistema de patentes adecuado se vela también por el debido
equilibrio entre el interés público y los intereses del inventor. Por ejemplo, en ese
sistema deben preverse medidas eficaces y justas en los casos en los que el titular de
la patente haga un uso abusivo del derecho exclusivo o en circunstancias específicas
que requieran un ajuste de los derechos del titular de la patente.
Falsa idea: “Los tratados internacionales en materia de patentes
menoscaban el derecho humano fundamental al acceso a los medicamentos
esenciales.”.
El derecho de las personas a la protección de los intereses morales y materiales que
le correspondan como creador de propiedad intelectual, y el derecho de todos los
seres humanos a un nivel de vida adecuado que les asegure la asistencia médica
necesaria están estipulados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos
(Artículos 25 y 27). Esos derechos no se contraponen sino que son
complementarios pues los unos garantizan el disfrute de los otros mediante la
innovación y el progreso científicos. Los tratados internacionales de propiedad
intelectual, incluidos los tratados relativos a las patentes, se atienen rigurosamente a
la Declaración.
Contribución de la OMPI
La OMPI cuenta con una amplia gama de programas para establecer normas jurídicas
y administrativas internacionales que velen por un sistema de propiedad intelectual
internacional bien equilibrado, del que forma parte el sistema de patentes.
La OMPI apoya las iniciativas tomadas por el Secretario General de las Naciones Unidas
y colabora actualmente con la Organización Mundial de la Salud, el ONUSIDA, y la
Organización Mundial del Comercio en esferas en las que puede poner a disposición
su experiencia y conocimientos técnicos en relación con la cuestión de las patentes y la
atención de salud.
No incumbe a la OMPI interpretar las disposiciones del Acuerdo sobre los ADPIC,
administrado por la OMC. Sin embargo, en el marco de su mandato, la OMPI
continúa prestando asistencia jurídica y técnica a los países sobre la aplicación de
dicho acuerdo.
En los últimos 30 años, la OMPI ha suministrado una amplia gama de servicios de
asistencia técnica y jurídica destinados a los países en desarrollo y a los países menos
adelantados. Entre otras actividades, cabe destacar la asistencia para el
establecimiento, la modernización y la automatización de oficinas de propiedad
intelectual, programas de desarrollo de los recursos humanos, asesoramiento jurídico
acerca de la compatibilidad de la legislación con los tratados internacionales
pertinentes y asistencia para la consolidación de la infraestructura de observancia de
las normas de propiedad intelectual.
desarrollo en distintas esferas de la aplicación del Acuerdo sobre los ADPIC. Hace
poco, la OMPI y la OMC hicieron pública una nueva iniciativa conjunta para prestar
asistencia a los países menos adelantados en la aplicación del Acuerdo sobre los
ADPIC y en el uso del sistema de propiedad intelectual como herramienta de avance
tecnológico, desarrollo económico, y creación de conocimientos y riqueza. La OMPI
considera que el uso eficaz del sistema de patentes ayudaría a todos los países en
desarrollo a fomentar actividades locales de investigación y a emprender esfuerzos
conjuntos para producir medicamentos contra el SIDA.
Al prestar ese apoyo, el objetivo de la OMPI es ayudar a todos los países a utilizar
plenamente el sistema de propiedad intelectual y el sistema de patentes como
instrumento dinámico de creación de riqueza y de desarrollo cultural. Contar con un
sistema adecuado de propiedad intelectual, que respete las necesidades de los
creadores a la vez que las de los consumidores de propiedad intelectual es
particularmente importante en el ámbito de la atención de salud. Promover la
creatividad humana el uso y la protección de las invenciones y las creaciones es un
medio fundamental de velar por una vida mejor y más enriquecedora para todos.
CUESTIÓN DE EQUILIBRIO :
EL SISTEMA DE PATENTES
Y EL ACCESO A LOS
MEDICAMENTOS Y A LA
ATENCIÓN DE SALUD
Para mayor información, sírvase contactar a la
Organización Mundial
de la Propiedad Intelectual
o a la Oficina de Coordinación
en Nueva York:
Dirección:
Dirección:
34, chemin des Colombettes
C.P. 18
CH-1211 Ginebra 20
Suiza
2, United Nations Plaza
Suite 2525
Nueva York, N.Y. 10017
Estados Unidos de América
Teléfono:
Teléfono:
41 22 338 91 11
1 212 963 6813
Telefacsímil:
Telefacsímil:
41 22 733 54 28
1 212 963 4801
Correo electrónico:
Correo electrónico:
[email protected]
[email protected]
Visite el sitio Web de la OMPI:
A raíz del acuerdo de cooperación firmado por la OMPI y la OMC en 1995 y como
parte de los programas de asistencia técnica en favor de los países en desarrollo
emprendidos en 1998, la OMPI ha suministrado asistencia a más de 100 países en
U NA
http://www.ompi.int
y haga sus pedidos a la librería electrónica de la OMPI :
http://www.ompi.int/ebookshop
Publicación de la OMPI No 491(S)
ISBN 92-805-1068-X
O RGANIZACIÓN
M UNDIAL
DE LA P ROPIEDAD
I NTELECTUAL
Una cuestión de equilibrio:
el sistema de patentes y el acceso a los medicamentos
y a la atención de salud
El debate en relación con las patentes, los productos farmacéuticos (medicamentos)
y el acceso justo y asequible a la atención de salud está cada vez más en el punto
de mira de los medios informativos, y hoy todavía más habida cuenta de la toma de
conciencia mundial acerca de la creciente gravedad de la crisis del VIH/SIDA. En su
calidad de organismo especializado de las Naciones Unidas encargado de cuestiones
y normas de propiedad intelectual en el plano internacional, la Organización
Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) participa en ese debate.
Lamentablemente, el debate sobre la relación que existe entre el sistema de
propiedad intelectual y el acceso a la atención de salud se ha basado en parte en
malentendidos e ideas equívocas acerca del sistema de patentes. En este folleto se
examinan varias cuestiones relativas al acceso a los medicamentos y a la atención de
salud y se contribuye a aclarar la función que desempeña el sistema de patentes.
Las patentes desempeñan una función fundamental como aliciente para la
elaboración de medicamentos esenciales, incluidos los medicamentos contra el
SIDA, al ofrecer incentivos para invertir en el largo y costoso proceso de
investigación y fabricación de nuevos medicamentos. Si no existieran las patentes
tampoco hubieran podido fabricarse los medicamentos contra el SIDA actualmente
disponibles. Tampoco sería factible la elaboración de medicamentos nuevos y
mejores que son necesarios para luchar contra la resistencia cada vez mayor que
ofrece el virus del SIDA.
Por otro lado, el sistema de patentes contribuye a la sociedad en su conjunto al
fomentar el acopio y la disponibilidad de conocimientos para luchar contra el
problema del SIDA. Uno de los requisitos del sistema de patentes es que la
información en la que se base la invención de nuevos medicamentos sea objeto de
suficiente divulgación. A falta del sistema de patentes, esa información técnica
fundamental no estaría disponible o permanecería en secreto. Si ese fuera el caso,
muchos de los investigadores en la esfera de la atención de salud y de los
fabricantes de medicamentos, que dependen en gran medida de esa información
para su labor, estarían de manos atadas. Habida cuenta de la gravedad que reviste
hoy el problema, no tiene ninguna lógica pasar por alto esos recursos y tiempo
invertidos.
La OMPI considera importante llegar a un equilibrio justo entre las preocupaciones
en materia de salud pública y los intereses de los titulares de patentes. Ese
equilibrio existe ya en el marco del sistema de patentes. Cabe destacar que varios
Estados miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) consideran que
en el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual
relacionados con el Comercio (Acuerdo sobre los ADPIC), administrado por la OMC,
se prevé la flexibilidad necesaria para llegar a ese equilibrio y para responder a las
necesidades de los países gravemente afectados por el problema del VIH/SIDA.
A continuación se examinan y aclaran algunas de las ideas erróneas o falsas que
comúnmente se asocian con el sistema de patentes y el acceso a los medicamentos
y a la atención de salud.
Falsa idea: “Los problemas que plantea el acceso a la atención de salud y la
disponibilidad de medicamentos esenciales se deben fundamentalmente al
sistema de patentes.”
Las patentes son sólo uno de los numerosos factores que influyen en el acceso a la
atención de salud y a los medicamentos. Muchas de las organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales que participan activamente en el combate
contra el VIH/SIDA se refieren a los factores socioeconómicos como obstáculos para
el acceso a los medicamentos. En la “Declaración de compromiso en la lucha
contra el VIH/SIDA”, aprobada en el reciente período extraordinario de sesiones de
la Asamblea General de las Naciones Unidas se destaca la importancia de reforzar
las infraestructuras sanitarias y sociales nacionales como elemento clave para
prevenir la propagación de la epidemia.
Muchos medicamentos ni siquiera son objeto de protección por patente. En
numerosos países africanos particularmente afectados por la crisis del SIDA, varios
inhibidores de la proteasa, que constituyen un tratamiento de primera importancia
para frenar la propagación del virus del VIH de una célula a otra del paciente, no
gozan de protección por patente. Sin embargo, su precio es prohibitivo para la
mayor parte de los pacientes.
Cerca del 95% de los productos farmacéuticos de la Lista de Medicamentos
Esenciales de la Organización Mundial de la Salud, en la que figuran muchos
medicamentos que se utilizan para tratar varios aspectos y efectos secundarios del
VIH/SIDA ya no gozan de protección por patente, protección que por lo general
dura 20 años contados a partir del momento en el que se cursa la solicitud de
patente. Habida cuenta del tiempo que se invierte para tramitar solicitudes de
patente, el período de protección suele abarcar unos cuantos años menos.
Sin embargo, muchos de los medicamentos que ya no gozan de protección por
patente todavía no están disponibles o siguen sin estar al alcance de la mayoría de los
afectados por el virus. ¿Por qué? Las razones de ello no están en el sistema de
patentes. Ese problema se debe a factores socioeconómicos. En muchos casos, las
patentes no tienen nada que ver o sólo son uno de los numerosos factores que
influyen en el acceso a la atención de salud y a los medicamentos. Como se subraya
en la declaración de las Naciones Unidas, se precisa hoy un esfuerzo concertado por
parte de los gobiernos, los círculos empresariales y la sociedad civil a fin de prevenir la
propagación del VIH/SIDA y de facilitar el acceso a la atención de salud y a los
medicamentos a un precio asequible para todos los afectados por la enfermedad.
Falsa idea: “El elevado costo de los medicamentos se debe fundamentalmente al
sistema de patentes, que permite a las empresas mantener unos precios
exagerados de manera artificial.”
La patente no siempre es el factor determinante en el precio de los medicamentos.
El precio de un medicamento depende de una gran variedad de factores, incluido el
costo de las actividades de investigación y desarrollo, de la producción, la
distribución y la comercialización del producto. No obstante, el precio al que se
vende el medicamento en el mercado apenas explica el problema del acceso a los
medicamentos. Aún reduciendo el precio del tratamiento contra el VIH/SIDA para
cubrir exclusivamente los costos de fabricación y distribución, como se hizo
recientemente en una serie de países gravemente afectados por la crisis, el costo del
tratamiento anual sigue oscilando entre 350 y 600 dólares EE.UU. Esos precios,
similares al costo de la versión genérica de los mismos medicamentos, y que no
entrañan recuperación alguna de las inversiones realizadas en actividades de
investigación y desarrollo, siguen estando por encima de los ingresos anuales por
habitante de algunos países que registran elevados porcentajes de VIH/SIDA.
Falsa idea: “El sistema de patentes favorece los intereses comerciales en
perjuicio del interés general de la sociedad.”
El sistema de patentes tiene por objetivo proteger la labor de los inventores, ya se
trate de individuos, de instituciones de investigación o de empresas, e
independientemente de que se trate de una pequeña iniciativa en la que participan
unas cuantas personas o de una agrupación multinacional de empresas, y tanto en los
países en desarrollo como en los países desarrollados. El sistema de patentes ofrece
importantes incentivos a la labor inventiva y a los costos conexos de inversión, velando
para que el inventor obtenga determinados beneficios económicos de su labor y
durante un período fijo de tiempo, por lo general, 20 años. A su vez, el inventor debe
probar que la invención (por ejemplo, un medicamento) es nueva, inventiva y útil.
A cambio de la protección por patente, el sistema de patentes exige una divulgación
adecuada de información acerca de la nueva invención, que de otro modo
permanecería en secreto como información de dominio privado, que no se pondría
en conocimiento de la sociedad. Mediante ese acuerdo recíproco entre la sociedad
y el inventor, la información clave sobre la invención se pone a disposición del
público y de otros investigadores, contribuyendo así al conjunto de conocimientos
técnicos accesibles en el mundo. Esa forma de transferencia de tecnología es
sumamente importante a la hora de promover y facilitar ulteriores actividades de
investigación y desarrollo en todos los países, en particular, en el caso de los
productos sanitarios. Los investigadores médicos dependen en gran medida de la
labor que se ha llevado a cabo anteriormente para elaborar medicamentos de mejor
calidad contra el tratamiento de las enfermedades.
Falsa idea: “El sistema de patentes frena la competencia adecuada.”
El sistema de patentes puede considerarse como una forma de contrato social
administrado por los gobiernos, en el que se ponderan los intereses del inventor, se
trate de un individuo o de una empresa, y los intereses de la sociedad en su
conjunto. Al conceder una patente, el gobierno otorga derechos exclusivos al
inventor o al titular de la patente durante un período limitado de tiempo para
decidir quién puede o no utilizar la invención patentada. El titular de la patente
puede producir, utilizar o vender la invención o conceder autorizaciones o licencias a
tales efectos. Durante el período de protección por patente, se puede obtener una
patente en relación con una invención mejorada sobre la base de una patente
concedida a terceros. Una vez que expira la patente, finaliza la protección y la
invención pasa a formar parte del dominio público, lo que significa que cualquiera
puede utilizarla o reproducirla sin tener que pedir autorización ni pagar por ello. De
ese modo, el sistema de patentes ofrece oportunidades de competir con los que ya
son titulares de patentes.
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