homenaje a la mavare..

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EN EL CENTENARIO DE JUANCHO LUCENA
HOMENAJE A LA MAVARE
Para Michel Vovelle, uno de los historiadores franceses representantes de la
Escuela de Annales en su cuarta generación, la música tiene un sentido catártico, es
decir, permite licenciar el espíritu y fusionar el alma con el infinito. La música en el
Táchira sirvió inicialmente para ser acompañante de los actos religiosos y las
procesiones, pero también sirvió para amenizar los tiempos dionisiacos expresados en
las retretas y bailes públicos, dando origen a un baile que denominaban "chapaleos."
Incluso el pudor sancionó esos bailes por incentivar los vicios, la indecencia y las malas
costumbres, según el Prefecto de San Cristóbal en 1875.
Una mirada a las agrupaciones musicales nacidas en San Cristóbal durante la
primera mitad del siglo XX nos indica que la música de bandas y orquestas, siguiendo a
Luis Hernández Contreras (1999), su libro: Diccionario de la Música en el Táchira,
podemos citar las orquestas más importantes de la primera mitad del siglo XX: la
Orquesta San Cristóbal, fundada en 1926 por Rivera Useche, la cual se transformó en
Orquesta Clásica Internacional en 1930. En la década del treinta se recuerda la Orquesta
Melodías fundada por Luis Ernesto Flores; luego aparecieron la Orquesta Venezuela, La
Orquesta Bellamar, y la Orquesta Tropical Boys (1945). A nivel de las bandas
entresacamos lasa siguientes: "la Banda Bolívar, la Banda Sucre y la propia Banda del
Estado.
Debemos recordar que la Banda Sucre dirigida entre 1895 y 1898 por Marco
Antonio Castrellón amenizaba musicalmente las fiestas organizadas por lo prominentes
líderes del liberalismo amarillo en la región, entre ellos, los generales Espíritu Santo
Morales, Juan Pablo Peñaloza, León Faría y Obdulio Cacique.
El nacimiento de la Orquesta MAVARE en Barquisimeto
es simultánea a esta etapa de la música tachirense. La MAVARE
fue fundada el 31 de diciembre de 1898, y desde entonces la
gracia del pentagrama acaricia y engalana la música venezolana,
desde Miguel Antonio Guerra, su primer director, hasta los más
reconocidos ejecutantes como Ramón Mavare, quien fuera el
famoso cornetín de la orquesta; Ildefonzo Torres Heredia,
Evaristo López, Pablo González, Antonio Gómez, Teodosio
Adarmes, Joaquín Gallardo y Virgilio Heredia.
En el tiempo el Táchira se convirtió poco a poco, en tierra
de gramófonos, vitrolas, ortofónicas, pianolas, hasta los pianos
eléctricos y electrónicos. Nuevos ritmos y estilos fueron desplazando al valse tradicional
y el clásico bambuco. El tango gardeliano y el pasodoble andaluz fueron llenando los
espacios acústicos en la San Cristóbal de la primera mitad del siglo XX. Luego vendrían
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el fox trot, el jazz, el bolero y otros géneros. Sin embargo, la MAVARE seguía
ejecutando fiel a su gentilicio la música venezolana. ¿Quién no recuerda Endrina, del
segundo director de la Mavare, Napoleón Lucena?
La proliferación de grupos musicales pronto hizo necesario que se popularizara la
fiesta, incluso amenizaban los lugares de tolerancia de la ciudad, en esa etapa la llamada
cultura underground de San Cristóbal estaba compuesta por: "el Botiquín Verdún; Hijo
de la Noche; Tardes del Rhin; la Rambla; o el cabaret Moderno." (Idem, 26) De esa
manera la música se convirtió en el espectáculo que congregaba socialmente la nueva
fiesta, que por cierto centraba su acento en la diversión, el goce dionisiaco, el disfrute
lúdico, lo folclórico y lo típico; en esta dirección es de meritoria recordación el trabajo
de Luis Felipe Ramón y Rivera e Isabel Arentz.
Hoy nos congregamos
para el homenaje a Juancho
Lucena (padre de nuestra
apreciada Milagros Lucena,
Bibliotecaria de la Junta
Directiva de la Sociedad
Bolivariana
del
Táchira).
Nacido en El Tocuyo, estado
Lara el 28 de febrero de 1905.
Padre de la estirpe Lucena, con
cinco retoños: María Elena,
Esperanza, Napoleón, Milagros,
y
Chichí.
La
Orquesta
MAVARE está sembrada en el corazón de los barquisimetanos pero también de los
tachirenses, pues en junio de 1980 actuó en el Teatro de la Casa Sindical de San
Cristóbal. Durante más de cien anos la MAVARE surca con sus melodías nuestro
espectro musical, entre ellas destacamos: MARCHA DE LOS MAVARE, CURRO EN
EL ORO, BAILE DE BODAS, SAN TRIFÓN, MORIR SOÑANDO, MANTECA,
MILAGROS, NOCHE DE PENA, AMAR SUFRIENDO, LAS TRES ROSAS, MI
BELLO AMOR, MAMÁ CHICHE, NAPOLEONCITO, DUACA Y QUIBOR, SOFÍA,
LLORANDO TAMBIÉN SE GOZA, VOZ DEL ALMA, EL SALTARÍN, GARDENIA,
EL INGENIO, y LEJANÍAS. Nos comenta Manuel Rodríguez Cárdenas, en un
homenaje a la Mavare en el Teatro Juárez de Barquisimeto en 1969, que Juancho Lucena
se echa a los hombros toda la vida su cruz de música como dice Gabriela Mistral que se
lleva la cruz del sacrificio como "un gajo de rosas". Desde los tiempos en que es
´muchachito´y aparece subido a un cajón para alcanzar el cuello del contrabajo hasta la
época actual en que mantiene con el puño en alto las banderas de la Orquesta, Juancho
es la Mavare con flux de casimir. Heredó la gloriosa carga en primavera y hoy, cuando
va hacia el otoño, la lleva con la misma hidalguía."
Pero como estamos sometidos a la ruina del tiempo, un día tuvo que partir, y el 5
de diciembre de 1989, se silenció la voz y los encantos del artista sensitivo, autor de
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melodías que eternizarán su espíritu. Destacamos: los valses María Elena, las Tres
Rosas, Te he esperado, Astrid Carolina; los pasodobles: Viva el Japón, Mujeres
Larenses, Viva el América, El Alma de una Corrida, En La Plaza, La Canción
Muñequita, y Rapsodia de Amor. Algunas de estas canciones se dejaron oír la noche del
veintiocho de febrero en el homenaje que la Sociedad Bolivarina del Táchira rendió a
Juancho Lucena, ese genio popular que fuera seducido por la musa soñadora de la
MAVARE, y que confirmó a Barquisimeto como la Ciudad Musical de Venezuela. Fue
una noche amenizada por grupos musicales y la presentación estelar de las Danzas de la
Universidad de los Andes-Táchira en donde quedó desplegado el encanto de una noche
poseída por Venus, la diosa de la sensualidad.
Te despediste Juancho Lucena cual rapsoda, cual autor de las tragedias clásicas,
como un Esquilo, un Euripides y un Sófocles inmortal. Y es que los que cantan al amor
siempre serán infinitos. Esta noche cumplimos con nuestra herencia andaluza que
rezaba: "es señal de buen nacidos el ser agradecidos", y es que estamos agradecidos por
tanto genio, tanta honra, y tanta música. Hoy la Orquesta MAVARE es patrimonio
cultural de la UCLA (Barquisimeto-Lara) para seguir perpetuando su tradición, y como
un acto de reconocimiento la Sociedad Venezolana de Historia de la Educación se honra
en otorgar la Orden al Mérito en su única clase a la Orquesta Mavare por ser testimonio
de educación y fe en la patria de Bolívar.
Dr. José Pascual Mora-García
Presidente de la Sociedad Bolivariana del Táchira
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