educion popular latinoamericana, principales retos y perspectivas

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EDUCACION POPULAR LATINOAMERICANA, PRINCIPALES
RETOS Y PERSPECTIVAS
FELIX CADENA B.
Introducción
El desarrollo de este apartado del presente Informe, conforme a los propósitos del mismo,
lo hemos estructurado en dos partes. En la primera hacemos una sintética panorámica de la
evolución que ha tenido en los últimos cincuenta años la Educación Popular (EP) en nuestra
región latinoamericana y en la segunda desarrollamos el tema de Aprender a Emprender, en
tanto que el principal reto a que puede avocarse la EP en el actual contexto de globalización
excluyente.
En la panorámica no aportamos cifras y datos sobre las diversas formas de exclusión que
provoca el modelo de globalización que se nos ha impuesto, ya que de alguna manera
están en el primer capítulo de este informe y nos centramos sobre todo en caracterizar el
proceso de construcción que ha venido desarrollando la EP y algunos antecedentes
relevantes lo cual favorecerá el ubicar y aportar a la propuesta que hacemos.
Lo aquí vertido no es producto de un esfuerzo de análisis bibliográfico. Sin desconocer los
importantes enriquecimientos que hemos recibido de múltiples escritos de autores de la
región latinoamericana y de fuera de ella, el texto tiene como referencia principal las
reflexiones sobre la praxis que hemos desarrollado en los último treinta años, desde una
ONG: Fundación Latinoamericana de Apoyo al Saber y a la Economía Popular (FLASEP)
tanto en México, como en LA, en tanto que socios fundadores del Consejo de Educación de
Adultos para América Latina CEAAL .
1. Panorámica de la educación Popular en América Latina
1.1.Su despliegue
La fuerte presencia de la corriente de la Educación Popular (EP) en la región
latinoamericana se inició en la segunda mitad del siglo pasado. El factor principal fue la
importante contribución del educador brasileño Paulo Freire, al formular profundos
cuestionamientos a la concepción bancaria, acrítica y alienante del paradigma bajo el cual
se operaban la mayoría de los programas de Educación de Adultos, sobre todo aquellos que
tenían como destinatarios a individuos de sectores populares.
El hecho de que su crítica vino acompañada con una lúcida alternativa, que procedía de la
reflexión y sistematización de su práctica con las comunidades empobrecidas del nordeste
brasileño y de otras latitudes de América Latina y posteriormente de África, aseguró el
impacto al nivel de la región latinoamericana.
El carácter emancipador de las propuestas metodológicas y conceptuales que proponía,
congruentes con una concepción humanitaria y solidaria del cambio social, implicaba
reconocer en el adulto no a un pasivo recipiente de contenidos educativos, sino a un sujeto
con capacidad creativa, que ya posee conocimientos, saberes y voliciones que ha construido
y adquirido a lo largo de la vida, así como el hecho de que vive en un contexto
determinado en el cual interactúa y que tiene necesidades y anhelos que han de ser
considerados en todo proceso educativo:
“Cuando la separación entre pensamiento, lenguaje y realidad ya no existe,
entonces ser capaz de leer un texto implica una ‘lectura’ del contexto social de
donde proviene. No basta saber mecánicamente el significado de ‘Eva vio el
viñedo’. Es necesario saber: qué posición ocupa Eva en el contexto social, quién
trabaja en el viñedo y quién se beneficia con este trabajo.
Aquellos que defienden la neutralidad de los programas de alfabetización de
adultos tienen razón en acusarnos de actos políticos cuando intentamos clarificar la
realidad en el contexto de dicho programa. Pero también falsifican la verdad al
negar el aspecto político de sus propios esfuerzos para maquillar la realidad”1
Sus primeras obras clásicas; Pedagogía del Oprimido y La educación como práctica de la
libertad, vinieron con gran pertinencia a ofrecer una mediación por la cual muchos
activistas sociales, sobre todo jóvenes profesionistas, podían ubicarse en una práctica
concreta de compromiso con el cambio social.
A inicios de los sesenta se contaba ya con datos y análisis que permitían concluir que el
subdesarrollo de nuestras naciones latinoamericanas no significaba simplemente que
estaban en su etapa de “juventud” y llegarían gradualmente a ser adultas o “desarrolladas”,
sino que ese subdesarrollo era, en gran medida, sólo la otra cara del desarrollo de que
gozaban las naciones desarrolladas. Esto generaba una fuerte motivación hacia un cambio
radical en varios sectores de nuestras sociedades.
A pesar del reciente triunfo de la Revolución Cubana y de la fuerza relativa que tenía el
bloque de países del socialismo real, muchos de esos activistas, aunque buscaban un
cambio de tipo estructural, no estaban convencidos de optar por la vía armada. Algunos
por razones éticas, otros por razones de eficacia en los resultados o por la escasa viabilidad
dada la correlación de fuerzas. De ahí la importancia de contar con herramientas para
favorecer el desarrollo de la conciencia crítica de los miembros de comunidades y
organizaciones de los sectores populares de América Latina y viabilizar su movilización, no
tanto en estrategias de vanguardias heroicas, sino en la constitución de bloques históricos
que conformaran la masa crítica de procesos de cambio en los que se lograra armonizar
con equidad los intereses y expectativas legítimas de los diversos sectores de la sociedad.
Paulo Freire, ¿Son neutrales los programas de alfabetización?.in “A turning point for literacy Leon
Bataille.(ed) Ediciones Oxford Pergamon Press, 1976.pp 195-200.
1
Es importante consignar que la Educación Popular, lo mismo que otros esfuerzos con
carácter emancipador, tuvieron antecedentes importantes. Algunos de los más relevantes
fueron:

Desde el siglo XVI, durante la colonización de nuestro continente, algunos
misioneros llevaron al cabo proyectos de evangelización basados en procesos de
educación y acción, con un profundo contenido de resistencia frente a la explotación
de los indígenas, incluso impulsando iniciativas liberadoras. En el caso de México
desataca el trabajo de Vasco de Quiroga con los indígenas tarascos en la región de
Pátzcuaro, Michoacán.

En el inicio del siglo XX, en algunas de las parroquias de nuestros países estaban
al frente sacerdotes que realizaban proyectos de pastoral social para lo cual
aplicaban la metodología de la JOC (Juventud Obrero Cristiana), procedente
sobretodo de movimientos sociales de inspiración cristiana de España, Francia y
Alemania, que se sintetizaba en la frase: “Ver, Juzgar, Actuar”. Esta metodología
aportó importantes resultados que se tradujeron en la constitución de cooperativas
agrícolas, cajas populares de ahorro y crédito y otras figuras asociativas de
cooperación para superar retos que enfrentaban los sectores populares en el campo y
en las urbes. Estas organizaciones, en muchos de nuestros países, han sido la base
para interesantes iniciativas de carácter emancipador.

En otros contextos se dieron experiencias muy cercanas al pensamiento freiriano, en
cuanto a sus propósitos y metodologías. De ellas destacamos por las consecuencias
que han logrado, la de los países nórdicos, como la del movimiento “La civilización
en el hogar” de Finlandia, y los “Círculos de Cultura” de los campesinos suecos,
que inspirados en principios de auto-educación y con un fuerte sentido de
solidaridad, involucraron a amplios sectores de la población en un trabajo educativo
horizontal, llevando a cabo prácticas que no se limitaban a la adquisición de
conocimientos, sino que incluían acciones organizadas para la superación de
muchos de los condicionamientos que mantenían en la pobreza a amplios sectores
de la población. Lo anterior fue base importante para los posteriores pactos sociales
que permitieron a esos países el que actualmente estén entre los primeros lugares en
calidad de vida, de respeto a los derechos humanos y de contribución a la
cooperación internacional para el desarrollo.

En Estados Unidos, durante la gran depresión del 29, el educador Miles Norton y su
equipo, llevaron a cabo trabajos educativos con desempleados, con alto contenido
de concientización y de promoción de la organización para enfrentar los efectos del
desempleo y la crisis económica. Posteriormente a partir de la creación del
Highlander Center en las montañas Rocallosas, continuaron ese tipo de actividades
tanto con comunidades de mineros pobres como con sindicatos poderosos como el
del acero, aplicando principios semejantes a los que Freire logró concretar en su
praxis y en sus publicaciones. Distinguidos líderes del movimiento obrero y de la
lucha por los derechos civiles y contra la discriminación racial, como Martín Luther
King, se contaron entre los asistentes a su eventos formativos.
La EP tuvo una rápida aplicación en la mayoría de los países de la región latinoamericana
en los siguientes años. Sin embargo, en muchos casos la práctica educativa se reducía a
trabajar en una especie de círculos de formación política en los que se destacaba el análisis
sobre los mecanismos y procesos de dominación, explotación y/o dependencia, que
aquejaban a las comunidades y grupos sociales. El propósito de “concientizar” primaba
sobre el desarrollo de capacidades para la acción transformadora. Este enfoque limitado
fue objeto de críticas del propio Freire, que destacaba el contenido de propuesta y no sólo
de denuncia de su metodología.
En otros casos, se recuperaron muchas de las técnicas de dinámicas de grupos que se
aplicaban en la época, principalmente en la formación de dirigentes empresariales, para
favorecer el trabajo en equipo y el desarrollo de liderazgos individuales y se publicaron
manuales que, si bien en parte llenaban vacíos en la instrumentación que requería la
aplicación de los principios freirianos, llevaron a un reduccionismo y frecuentemente los
programa de EP se limitaban a la aplicación de esas técnicas participativas.
1.2. El aporte de la Investigación-Acción Participativa
A fines de los setenta, varios académicos comprometidos con el cambio social, como el
brasileño Carlos Brandau y el colombiano Orlando Fals Borda (Causa popular, ciencia
popular 1978), entre otros, hicieron una crítica a la investigación que sobre realidades
concretas hacían la mayoría de los científicos sociales, en las cuales el criterio de validez
era la aplicación de principios metodológicos y no la validación que pudieran darle los
propios investigados, que convertidos en “objeto” de investigación no participaban ni para
recibir los resultados de las investigaciones.
La estrategia metodológica que propusieron fue la “Investigación-Acción-Participativa”.
Esta se constituyó en el principal recurso para una plena instrumentación de los principios
de Freire y para llevar a cabo proyectos de educación popular que realmente estuvieran
vinculados a los intereses y a los procesos concretos de las comunidades y organizaciones
populares con las que se trabajaba.
En esta época, el Consejo Internacional de Educación de Adultos ICAE, conducido por el
canadiense Bud Hal, quien había participado en la relevante campaña nacional de
educación de adultos que realizó el Presidente Nyerere en Tanzania a principio de los años
setenta, impulsó una red de IAP, en la que participaban principalmente educadores e
investigadores latinoamericanos. En una de las sesiones de esta red, realizada en la sede
del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo en la ciudad de México
en Enero de 1978, un grupo de estos educadores decidimos crear el Consejo de Educación
de Adultos de América Latina (CEAAL).
Este Consejo, al cual se invitó y aceptó presidir Paulo Freire, trabajó sobre la base de redes
que además de su carácter horizontal, tenían referencias temáticas y actores concretos,
como: Paz y Derechos Humanos, Equidad de Género, Comunicación Popular,
Alfabetización, entre los principales. Los resultados fueron positivos, ya que permitían el
encuentro entre educadores de diversos países, quienes frecuentemente se encontraban un
tanto aislados en sus propios espacios de acción, con fuertes dudas sobre la identidad de su
rol y sobre la consistencia de su trabajo.
La construcción colectiva del espacio que significaban las redes y su operación, fue en si
misma un aporte importante, que ha podido ser trasladado a otros campos de la promoción
popular.
Para hacer mas consistentes los intercambios y sobre todo para recuperar y apropiarse del
saber que se generaba en las prácticas emancipadoras y con él construir nuevas
herramientas de trabajo, este Consejo impulsó entre sus líneas de acción una nueva
modalidad en la Investigación Acción Participativa: la sistematización de la práctica.
Con una versión básica de esta metodología (La sistematización como creación de saber
de liberación, CADENA, 1984), se realizaron talleres en casi todos los países de América
Latina, difundiendo su contenido y promoviendo que la sistematización fuera un
componente permanente de toda metodología de EP. Esto favoreció un nivel mas
consistente de los intercambios, a la vez que la consolidación de las prácticas de EP.
Otro aspecto que favoreció la consolidación de la EP fue que el CEAAL era
estatutariamente una regional del ICAE, que a su vez tenía en los diversos continentes
otros organismos regionales afiliados. Esto permitió un ágil intercambio con practicantes de
la EP en diversas latitudes, con útiles resultados para todos, los cuales se reflejaron no sólo
en la vida de las redes latinoamericanas, sino en el fortalecimientos de redes nacionales de
ONGs.
Aunque con menor impacto, en este campo, otras redes latinoamericanas como la
Asociación Latinoamericana de Organismos de Promoción (ALOP), ayudaron al
intercambio y confrontación tanto de ideas como de prácticas.
El decenio de los ochenta vio multiplicarse el número de proyectos y de redes nacionales de
EP. Un factor importante fue la credibilidad que este tipo de praxis logró ante organismos
públicos y privados de cooperación al desarrollo, sobre todo de Canadá, de Holanda, de
Alemania y de los países nórdicos.
El esfuerzo por recuperar y sistematizar las experiencias permitió contar con amplios
repertorios de casos con buenos resultados cuyo éxito recaía sobre todo en el compromiso
con que se vinculaban a las necesidades reales de los sectores populares, a su consistencia
metodológica y consecuentemente al buen nivel de participación de éstos , mas que en las
características del contexto nacional, ya que se desarrollaban proyectos exitosos tanto en la
Nicaragua Sandinista, que bajo el régimen del genocida dictador Pinochet.
Algo que es importante resaltar, es el débil encuentro y a veces hasta desencuentro, entre
las expresiones orgánicas del movimiento de los trabajadores, particularmente las
sindicales, con el movimiento de EP. Quizá parte de la explicación esté , por un lado en el
hecho de que la mayoría de los sindicatos se manejan con prácticas verticales y aun
autoritarias y la participación directa ha sido relegada o limitada al asambleísmo, lo que
contrasta con la fuerte implicación horizontal que exigen los procesos de EP. Por otro lado,
la larga tradición de programas educativos en el mundo sindical ha estado centrada
principalmente en tres vertientes: formación de cuadros, capacitación técnico-productiva y
programas compensatorios de educación básica, los cuales se manejan generalmente con
concepciones pedagógicas tradicionales. También ha influido, quizá, el gran peso que se da
en el sindicalismo a los procesos formales de legitimación de la representatividad, en tanto
que las ONGS se adjudican a si mismas y con su práctica el espacio de representatividad
que pretenden.
Se afirma frecuentemente que la caída del muro de Berlín y la consecuente degradación de
la URSS y las experiencias de socialismo real, dejaron huérfanos y desolados a los
militantes de un cambio “de izquierda”. Es real que esto sucedió en quienes habían
interiorizado la propuesta marxista del cambio revolucionario como la principal opción. Sin
embargo, para muchos de los educadores populares, que valoraban la producción teórica
del marxismo para explicar la dinámica de nuestras sociedades, no necesariamente
concedíamos el mismo alcance a las propuestas para su transformación, al notar que en las
experiencias de los socialismos reales, los grupos dirigentes no lograban solucionar la
tensión entre la justicia social y las libertades democráticas, así como el consecuente
carácter autoritario y vertical con que se intentaba construir las nuevas sociedades. Por tal
razón, esos trascendentales hechos con que culminaba la Guerra Fría, no desmovilizaron a
la EP, como si sucedió en otros espacios de quehacer emancipatorio.
1.3. La incidencia en las políticas públicas
A pesar de la multiplicidad de interesantes experiencias, promovidas sobre todo por ONGs,
en los años ochenta, al iniciar el decenio de los noventa, se constató que era indispensable
incidir con peso gravitante en la formulación y ejecución de políticas públicas en materia de
educación de adultos y programas de desarrollo social y desarrollo local.
Se contaba ya con el aprendizaje de los aciertos y errores de campañas nacionales de
alfabetización de Nicaragua y de Ecuador, realizadas con amplia participación de
educadores populares y a la vez, se empezaban a dejar sentir los efectos de la imposición
del modelo neoliberal, que entre otro de sus propósitos desmovilizadores de las fuerzas
progresistas, preconizaba la reducción de la intervención del Estado en la responsabilidad
de ser conductor de procesos de desarrollo para beneficio de la población y enfocaba los
programas sociales a cumplir el papel de ambulancia de los lesionados por las políticas
económicas. Por otra parte, los fondos para la cooperación al desarrollo se fueron
reduciendo y condicionando.
En este decenio de los noventa, las redes tanto nacionales como continentales de EP
incluyeron en su planeación estratégica el incidir en la formulación y ejecución de políticas
públicas. Se tomaron varias medidas, en unos casos al nivel de los gobiernos nacionales,
integrándose como asesores en los ministerios de Educación, y especialmente participando
en las conferencias internacionales y otros eventos relevantes de los organismos
intergubernamentales que inciden en la materia, principalmente la UNESCO.
Es de resaltar que esta buena interacción entre UNESCO y el movimiento y redes de EP
permitió que muchas de las propuestas y políticas en materia de Educación de Jóvenes y
Adultos, que recogían el aprendizaje y las reflexiones generadas en experiencias de EP
llevadas a cabo por ONGs, fueran incorporadas en declaraciones y en textos programáticos
de esos organismos intergubernamentales.
Al respecto, y como muestra, mencionaremos los siguientes dos hechos:
A.- La 5a. Conferencia Internacional de Educación de Adultos, CONFINTEA V, celebrada
en Hamburgo del l2 al l4 de agosto de 1987, en lugar de haberse realizado, como otras
conferencias de los organismos especializados de la ONU, con un evento paralelo de
carácter contestatario, fue precedida de reuniones nacionales y regionales en las cuales, con
una amplia participación de ONGs, se identificaron y maduraron los tópicos que
conformaron el eje de los debates y los productos resultantes de estos, como fue la “Agenda
para el Futuro”, cuyos principales tópicos muestran la incidencia de la EP:
Tema 1. Educación de adultos y democracia: los retos del siglo XXI
Tema 2. Mejorando las condiciones y la calidad de la educación de adultos
Tema 3. Asegurando el derecho universal a la alfabetización y la educación básica
Tema 4. Educación de adultos, igualdad de género y empoderamiento de la mujer
Tema 5. Educación de adultos y el cambiante mundo del trabajo
Tema 6. Salud y población
Tema 7. Educación de adultos, medios culturales y nuevas tecnologías de información
Tema 8. Educación de adultos para todos: los derechos y aspiraciones de los diferentes
grupos
Tema 9. La economía de la educación de adultos
Tema 10. Gestionando cooperación internacional y solidaridad
B.-Esta misma interacción llevó a que los documentos resultantes de reuniones como la
Conferencia de Ministros de Educación, en Cochabamba en marzo del año 2001, a pesar de
su carácter oficial, estuviera impregnada de un claro sentido crítico de la situación de la
educación de adultos y de la población objetivo de estos programas, lo cual contrasta con
muchos otros documentos de organismos públicos e intergubernamentales en otros campos,
en que se maquilla la realidad y se magnifican los logros.
Esta tendencia se basa en la convicción de que cada vez más la educación constituye una
trinchera en la que se enfrentan las opuestas visiones sobre el desarrollo de nuestras
sociedades.
Paralelamente al avance de las políticas neoliberales con que se está impulsando el actual
modelo de globalización, que buscan la mercantilización de la educación, los educadores
populares se insertan en gobiernos locales, llevando al cabo experiencias de desarrollo local
basadas en la metodología de la EP y la IAP, que precisamente muestran la validez de la
consigna de los dos eventos del Foro Social Mundial en Porto Alegre (2002): “Otro Mundo
es Posible”.
Efectivamente, el último decenio del siglo pasado evidenció cómo ese proyecto
ideologizante de la globalización neoliberal ha querido hacer creer que no existe otra
alternativa al mismo, cuando está plagado de sofismas, verdades a medias y con resultados
nefastos directamente para la mayoría de la población y aun indirectamente para un gran
número de los beneficiarios abusivos de este modelo. En el apartado siguiente se describen
algunas de las alternativas y las perspectivas de otras con mayor alcance, a las cuales está
contribuyendo la EP latinoamericana.
1.4.Principales retos y perspectivas de la EP al inicio del tercer milenio
Presentar los principales retos y perspectivas en este campo, naturalmente que no es un
ejercicio muy estricto con resultados unívocos. Depende de la propia visión de quien hace
el análisis, de ahí las limitantes de la perspectiva que ofrecemos a continuación, que de
alguna manera está paliada por el hecho de que siempre hemos buscado dar vigencia al
principio de “actuar local, pero pensar y actuar global”.
Los retos prioritarios los vamos a agrupar en dos tipos: a) en cuanto al ámbito de
incidencia, y b) los de índole metodológica.
En el ámbito de incidencia, los tres principales son, a juicio nuestro:
A. Contribuir a la construcción de alternativas al modelo de globalización excluyente,
particularmente, impulsando prácticas y procesos de economía social o de solidaridad.
B. La democratización y consolidación de los gobiernos locales
C. La incidencia en las políticas públicas a nivel local, nacional e internacional.
Esto no deja lado temas tales como la Equidad de Género, el Medio Ambiente, o la defensa
de la Paz y los Derechos Humanos, sino que éstos los consideramos, como lo ha hecho el
CEAAL (Revista LA PIRAGUA no. 17 1999), como “ejes transversales” de todo quehacer
de EP, insoslayables en cualquiera de sus prácticas concretas.
En cuanto a lo metodológico:
A. Contar con un mejor instrumental para lograr el desarrollo real de competencias
colectivas, únicas que pueden lograr el propósito de contribuir a la construcción y
consolidación de sujetos colectivos con vocación y aptitudes emancipadoras.
B. Incorporar los aportes de la formación en alternancia, desarrollados sobre todo en
Francia por el educador Bertrand Schwartz, los cuales permiten una mejor
aplicación de técnicas formativas tanto en trabajo presencial “en aula”, como en el
espacio y procesos concretos de trabajo.
C. Avanzar hacia la certificación de competencias laborales y sociales, que favorece el
que a la gente se le reconozca lo que sabe hacer, sin importar como lo adquirió, a la
vez que homologa los niveles de aprendizaje de una manera consistente, facilitando
la evaluación de la calidad de los procesos formativos y de sus resultados.
D. Incorporar acertadamente las innovaciones válidas de las tecnologías virtuales y de
formación a distancia, sin perder la riqueza de la atención presencial y el carácter
dialógico de la EP. Esto abre un reto específico como lo es la formación de los
tutores que requieren estas tecnologías.
E. Incorporar el enfoque de “Pedagogía de Proyecto” en el quehacer educativo, ya que
el fortalecer las capacidades que exige cada uno de los componentes del proceso de
formulación de un proyecto, es clave para desarrollar un pensamiento prospectivo y
estratégico, indispensable en todo quehacer emancipatorio.
Por la importancia estratégica actual que concedemos a la construcción de alternativas a la
globalización excluyente, haremos en el siguiente apartado una descripción más detallada
de una propuesta para asumir ese reto, mediante la creación de oportunidades de empleo
digno y la creación de un sector de economía de solidaridad.
2. APRENDER A EMPRENDER
2.1. La carencia de empleo digno y remunerador, principal consecuencia del actual modelo
El ciclo de aparente legitimidad con el cual se instauró el modelo de globalización
excluyente que hemos padecido la mayoría de la población en los últimos 20 años, se ha
agotado, en cuanto a su pretensión de ser una alternativa –la única, según sus impulsorespara lograr un crecimiento económico constante y equilibrado.
Esto no quiere decir que creamos que los principales beneficiarios del modelo,
particularmente las elites financieras, los dirigentes de un pequeño número de empresas
transnacionales y grupos de políticos-empresarios de algunos países, no hayan
incrementado notablemente su riqueza y poder.
Somos concientes de que la globalización es un fenómeno de civilización que lleva varios
siglos y de que, como acertadamente lo destaca el premio Nóbel Amartya Sen en su artículo
“Cómo juzgar la globalización” (2002), esta es resultado de interacciones a partir de
diversos polos y no solamente a partir de occidente. Por ejemplo, a principios del mileno
pasado, la alta tecnología incluía la elaboración de papel, la imprenta, el arco, la pólvora, la
brújula y la hélice, entre otros que, originados en China, en esta época eran trasladados por
procesos de globalización a occidente; lo mismo que sucedió después con los aportes
sustanciales a las matemáticas provenientes del mundo árabe. El autor enfatiza además, y
coincidimos en ello, que iniciativas por detener la globalización serán infructuosas, ante la
vocación humana de interactuar en las diversas dimensiones de la realidad.
Sin embargo, las expresiones concretas del actual modelo de globalización, como se
presenta con sus secuelas de exclusión y empobrecimiento de millones de seres, el deterioro
constante del medio ambiente, la creciente inequidad en los frutos de la actividad
económica, la vulneración de principios de convivencia, que lleva a fundamentalismos e
irracionalidades de todo tipo, incluyendo las guerras genocidas contra los pueblos afgano y
palestino, así como la impunidad de quienes tienen el poder de inducir y conducir el actual
modelo, no sólo son parte de un debate ideológico, sino evidencias fácticas, con datos
duros, que aunque se busca cada vez mas manipularlos en los medios masivos, ya son parte
de la conciencia de cambio que afortunadamente ha permeado en la mayoría de la
población mundial. Lo anterior plantea retos emergentes a diversos actores.
En particular, algo que impacta a la mayoría de la población y consecuentemente a quienes
como educadores populares, estamos comprometidos en la construcción de un mundo
mejor, es el deterioro en la cantidad , la calidad y la permanencia en el empleo.
El desempleo abierto ha aumentado en los últimos veinte años, tanto en los países con
mayor crecimiento económico como en los denominados subdesarrollados.
Consecuentemente, el incremento en el autoempleo en actividades del sector informal de la
economía.
La mayoría de los trabajadores recibe salarios muy bajos, muchas veces menores a lo que
recibían por realizar la misma actividad hace veinte años.
El porcentaje de trabajadores con seguridad social ha caído notablemente, lo cual junto con
la privatización de las instituciones del sector, hacen menos accesible a los trabajadores este
tipo de servicios.
La participación del factor trabajo en el PIB de la mayoría de los países, registra un
descenso constante.
Existen varias causas:
 El gran crecimiento de la capacidad productiva lograda con las nuevas tecnologías,
tanto las duras como las llamadas blandas, que emplean cada vez menos trabajo
humano.
 La polarización radical del ingreso, que drásticamente reduce la capacidad de la
mayoría de la población para adquirir los satisfactores generados con esas
tecnologías, lo cual a su vez reduce el tamaño de los mercados.
 Las prácticas especulativas financieras que se llevan a cabo en las bolsas de valores,
hacen más caro el costo del dinero y consecuentemente también el de los bienes y
servicios que requieren financiamiento; además limitan las oportunidades de
inversión productiva.
 La indiscriminada apertura de las fronteras comerciales de los países
subdesarrollados, que inundan sus mercados locales con productos baratos
destruyendo empresas locales y dañando cadenas y tejidos productivos.
Los impactos del desempleo son muchos:
 A nivel individual, además de obstruir al principal medio legítimo de obtener
bienes para satisfacer las necesidades de la existencia, provoca ansiedad,
inseguridad y baja autoestima en quien lo padece.
 A nivel familiar, favorece las tensiones y el colapso de las estructuras y relaciones
familiares.
 A nivel comunitario, frena el desarrollo, porque el principal recurso con que
cuentan: la fuerza y capacidad creativa del ser humano se encuentran sub-utilizados

y por lo tanto la mayor parte de los otros recursos no pueden ser bien
aprovechados.
A nivel nacional, además del consecuente empobrecimiento de la mayoría de la
población, provoca que se aumenten las tensiones y contradicciones, porque hace
evidente lo injusto de esa Economía , lo que induce a actos de rebeldía, delincuencia
y desestabilización.
2.2 Posibilidades de la Educación Popular como componente de estrategias generadoras de
empleo digno.
Frente a la ominosa crisis que se ha impuesto a la mayoría de la población de nuestros
países, por parte de las elites político financieras y transnacionales, las iniciativas y
proyectos inspirados en los principios y las estrategias metodológicas de la educación
popular, pueden hacer importantes contribuciones; no sólo para resolver la necesidad
existencial de tener una ocupación productiva sino, al mismo tiempo, para avanzar en
logros estratégicos basados en la promoción de unidades productivas de Economía Social,
que consoliden procesos de desarrollo micro regional endógeno y permitan la conformación
de un consistente sector social de la economía en nuestros países y a nivel latinoamericano
La falta de compromiso real y sostenido de los programas gubernamentales con el bienestar
de la población, las embestidas ideológicas de quienes se oponen a la existencia de un
sector social y las propias debilidades que han mostrado muchos de los proyectos de éste, lo
hacen aparecer en la mayoría de nuestros países, como un conjunto de iniciativas
marginales, informales, con baja productividad y calidad.
Esta es la visión que ha de superarse. Para ello, es fundamental que estas unidades
productivas no estén aisladas, sino que constituyan redes que den al tejido productivo una
pluralidad de enfoques, realmente orientados a lograr el desarrollo de una economía plural e
incluyente que responda de manera justa, con equidad y sustentabilidad a los diversos
intereses y necesidades de la sociedad nacional y no sólo a los de pequeños grupos
abusivamente privilegiados.
Para explicitar lo anterior vamos a desarrollar esta propuesta considerando 4 dimensiones:
 A.-Teórico – conceptual
 B.- Política
 C.- Metodológica
 D.- Estratégica
 E.- Operativa
A.- DIMENSION TEORICO-CONCEPTUAL
Uno de los principios teóricos de la Educación Popular, que se ha validado en las
experiencias desarrolladas durante los últimos 30 años es que se trata de un tipo particular
de praxis que:
A. No se reduce a ser sólo actividad típica de educación, sino que integra muchas otras
prácticas sociales que aun cuando buscan un efecto formativo, rebasan con mucho
esta dimensión. En este sentido, la Educación Popular, no es una educación para la
acción de transformar la realidad, sino esencialmente un conjunto de acciones
transformadoras de la realidad, que educan y que tiene un impacto político.
B. Un elemento básico del esfuerzo de transformación es la consolidación de sujetos
colectivos con el poder y las capacidades, que les permita ser emprendedores de
proyectos acordes a sus intereses, con una vocación y aptitudes emancipadoras. Este
resultado prioritario de contribuir a la construcción de este tipo de sujetos, impacta
el mundo de las relaciones de poder y por ello hacemos la afirmación del impacto
político.
En el trascendente informe elaborado por la UNESCO para orientar la educación del Siglo
XXI: “La Educación encierra un tesoro” (1995), coordinado por J. DELORS, se postuló
que la educación del presente milenio deberá tener como pilares cuatro propósitos básicos:
APRENDER A APRENDER. APRENDER A HACER. APRENDER A SER y
APRENDER A COMPARTIR, entendido esto último como el aprender a vivir en común
bajo principios de cooperación, de respeto y de solidaridad.
Reconociendo que esos cuatro postulados son fundamentales, nosotros planteamos que en
el caso de sociedades como las latinoamericanas, en las que una amplia proporción de la
población ha vivido durante siglos bajo relaciones de subordinación, adquiere gran
relevancia el que desarrollemos nuestras capacidades para emprender. Esto, entendido en el
sentido mas amplio, pues no se trata sólo de ser emprendedor en cuanto a ser empresario,
sino en desarrollar las capacidades necesarias para definir y emprender nuestros propios
proyectos: de vida personal, de familia, de actividad productiva, de comunidad, de nación
y aun de entorno global.
En esta concepción, la capacidad de emprender un negocio para producir y/o distribuir
bienes o servicios, implica ubicar esas actividades empresariales bajo una lógica diferente
de la que orienta a la mayoría de los actores de la iniciativa privada y de las escuelas de
Administración de Empresas, que se ubican bajo el paradigma del empresario como
guerrero, que ha utilizar las artes de la guerra para conquistar mercados y para destruir al
competidor.
El tipo de emprendedor que buscamos ser e impulsar, está basado en una concepción ética
de este quehacer, en el cual el valor de la cooperación solidaria y el principio de tratar al
otro como quisiéramos ser tratados son fundamentales. Hay quienes piensan que es ingenuo
participar en actividades económicas bajo estos principios. Afortunadamente cada vez hay
mas experiencias concretas en las cuales la solidaridad no sólo está como marco ético, sino
que se convierte en un factor mas del proceso productivo, permitiendo lograr resultados
difíciles de alcanzar si no se contara con él. Un ejemplo es el uso de moneda propia, o la
construcción de cadenas productivas que articulan a microempresas del sector social.
El otro elemento del cambio paradigmático para viabilizar la necesidad de desarrollar e
impulsar un sector de economía de solidaridad, es el de acabar con algunos mitos que han
permitido el nivel de desigualdad y abuso en que actualmente vivimos y de los cuales ha
hecho un uso abusivo el actual modelo neoliberal : El mito de “la mano invisible” que
pretendidamente regula los mercados y el equilibrio entre la oferta y la demanda y el mito
de que primero hay que crear la riqueza y después distribuirla, bajo la fantasía del “trickle
down” o escurrimiento.
En cuanto al primero, ya sabemos que las naciones del Norte, al mismo tiempo que nos
proponen la apertura de nuestras fronteras y la eliminación de subsidios, ellos hacen lo
contrario, o bien formulan argumentos falaces, sólo sostenidos por la fuerza, para proteger a
sus productores locales. Ejemplo de esto son el boicot que por años han hecho para la libre
comercialización del atún mexicano o del acero brasileño o el retraso de mas de seis años
el libre tránsito de los transportistas mexicanos en las carreteras de EUA, o peor aun, que
han impulsado acuerdos como el TLC, que favorece la libre circulación de mercancías, o de
bussinesman, pero que criminalmente reprimen el libre tráfico de la mano de obra, lo que
en el caso de México ha significado que cada año mueren mas mexicanos intentando cruzar
la frontera de EUA, que todos los alemanes que murieron intentando cruzar el Muro de
Berlín durante la guerra fría.
En cuanto al segundo mito, existen ya estudios actuales (1) para mostrar como la hipótesis
de que concentrando apoyos y facilidades en zonas determinadas a pequeños grupos de
empresarios y financieros, generaría excedentes que permitirían , como “ondas en el agua”
ir ampliando los beneficios de la actividad económica a cada vez mas personas. Sin
embargo, lo que ha pasado en la realidad es que la riqueza generada no solo no se
distribuye de una manera equitativa y con efectos de escurrimiento, sino cada vez mas es
lo contrario, depreda a los pequeños productores, al ambiente, destruye cadenas
productivas, encarece los créditos y la mayor parte de la riqueza se va a unas cuantas
manos, que adicionalmente no la reinvierten, sino la depositan en paraísos fiscales, ya que
se elude al máximo pagar impuestos.
Elemento fundamental para asegurar que se cree y se reparta al mismo tiempo la riqueza.
es que amplios sectores del tejido productivo estén constituidos por empresas de sector
social, en las cuales sean los trabajadores los dueños de los medios de producción. Y en el
resto de la economía existan y se respeten leyes para que cada uno de los factores de la
producción reciba la renta que le corresponde en términos de equidad; y finalmente, que a
través de la acción redistributiva del sistema fiscal, se evite la polarización del ingreso y se
asegure servicios de bienestar para toda la población, en tanto que un derecho y no una
dádiva compensatoria por las lesiones de la actividad económica.
B. DIMENSION POLÍTICA: LA CONSTRUCCIÓN DE SUJETOS COLECTIVOS
Visto desde esta perspectiva, se trata de que los proyectos de Economía Popular, además de
generar bienes y servicios de calidad a precios justos, sean oportunidad de producir
Democracia, tanto en el nivel micro como en el macro.
En el nivel micro, al interior de la empresa, las prácticas autogestivas, consustanciales a
este tipo de proyectos, serán productoras de Democracia en las relaciones de trabajo y en la
distribución de los frutos del mismo, lo cual genera un aprendizaje y una sensibilidad, que
indudablemente repercutirán en otras prácticas de las restantes estructuras de la vida en
sociedad.
En el nivel macro, la promoción, consolidación y articulación de los proyectos y de las
empresas de Economía Popular, serán base para conformar vigorosos sujetos colectivos que
constituyan un verdadero sector, llámese de “Economía Social” o “Economía de
Solidaridad”, el cual puede jugar muchas funciones de democratización de la economía y
de la sociedad en general, tanto por las prácticas alternativas que puede favorecer en
espacios micro regionales, como por el contrapeso a las tendencias excluyentes y
depredadoras de muchos proyectos tanto del sector público como del privado, impulsados
bajo la lógica neoliberal.
Este reto de contribuir a la creación y consolidación de sujetos colectivos con vocación y
aptitudes emancipadoras, implica un concepto de organización que no es la simple unión de
esfuerzos, ni menos aun el inscribirse en un padrón, pagar una cuota y asistir a asambleas.
Implica una práctica de involucramiento comprometido y constante, que permite llegar al
nivel superior de la participación, que es la apropiación y dominio de los procesos en que se
está inserto y de los productos que en ellos se generan. Esto implica el desarrollo de
capacidades colectivas, que bien lo sabemos, no son la suma de las capacidades
individuales, ni se reducen a saber trabajar en equipo.
Es precisamente la Educación Popular, mediante la Investigación-Acción-Participativa, la
que ha puesto a punto una praxis que implica articular tres tipos de tareas: A) Favorecer la
conciencia crítica y propositiva de los participantes. B) Desarrollar capacidades concretas
para actuar sobre la realidad, por ejemplo,, para generar algún bien o servicio, o para crear
algún satisfactor de necesidades de bienestar comunitario y C) La conformación de
organizaciones democráticas y autogestivas.
Este es el impacto político a que nos referimos al conceptuar la EP. Esta forma de incidir en
la democratización de la sociedad a partir de la búsqueda de satisfactores de la existencia,
en este caso tener una ocupación digna y un ingreso decoroso y contar con la fuerza social
de sujetos colectivos como pueden serlo las redes de empresas de economía de solidaridad,
están muy por arriba del limitado concepto de “empowerment” individual a que hace
referencia mucha de la literatura actual sobre promoción humana.
C. DIMENSION METODOLOGICA
Para coadyuvar a logros como los referidos se requiere de una praxis de educación popular
que logre, con la misma práctica social, contribuir al mismo tiempo a la resolución de tres
tipos de necesidades:
 La resolución de necesidades concretas de la vida diaria, como lo son el
tener un empleo, un ingreso remunerador, salud, vivienda digna, etc.
 Contribuir a satisfacer la necesidad de plenitud personal en cuanto al
desarrollo de las potencialidades que tenemos cada uno de los seres
humanos.
 Avanzar en la resolución de la necesidad histórica de superar la condición de
subordinación que afecta a la mayoría de la población y que se expresa en
mecanismos y relaciones de dominación, explotación y dependencia que
deben ser superados y substituidos por otros justos y sustentables.
El saber generado por las empresas privadas guiadas prioritariamente por el afán de lucro y
altas ganancias para los dueños de capital, o el de las empresas públicas administradas bajo
una concepción patrimonialista y autoritaria de la función gubernamental, no es aplicable a
priori, sino que requiere de ser refuncionalizado en una praxis de administración
autogestiva.
Con base en las experiencias de los participantes en los “Talleres de Intercambio y
Sistematización de Experiencias de Economía Popular”, que FLASEP lleva a cabo desde
1989, los principales criterios que han de asumir los proyectos impulsados bajo el
paradigma de la Educación Popular a fin de contribuir a la construcción de un sector social
de la Economía Solidaria son:
1. Los proyectos no solamente deben corresponder a las necesidades y expectativas de
los participantes, sino que ellos deben intervenir a lo largo del proceso de
formulación e instrumentación del proyecto, para asegurar que se apropien
suficientemente de él, a la vez que desarrollen las capacidades individuales y
colectivas necesarias para la administración autogestiva de las empresas que serán
el medio para ejecutar el proyecto. Esta participación permite construir y consolidar
la viabilidad “socio-organizativa” que es tan necesaria, como contar con el resultado
favorable de los estudios de factibilidad técnica, económica y financiera. El recurso
metodológico básico es la aplicación plena de la Investigación-AcciónPaarticipativa.
2. Es importante tener presente las diferencias entre dos dimensiones que son propias
de las empresas que se van a impulsar y que muchas veces no son suficientemente
caracterizadas y desarrolladas:
 La dimensión participativa, democrática, deliberativa de toda organización
social de este tipo, en la cual se toman las decisiones estratégicas
fundamentales, y;
 La dimensión de unidad productiva, que ha de ser apta para ejecutar con
eficacia, disciplina y competitividad, la producción y comercialización de
los bienes y servicios objeto del proyecto.
Esta doble dimensión se presenta gráficamente bajo la figura de dos triángulos invertidos.
Capacidades requeridas en la dimensión orgánica:
 Toma de decisiones en distribución de cargas y
beneficios
 Visión estratégica y prospectiva
 Construcción de consensos
 Evaluación del impacto
 Sistematización de la práctica
 Concertación y gestión institucional
Capacidades requeridas para la dimensión productiva:
 Proceso técnico-productivo
 Programación, control y evaluación
 Comercialización
 Administración de recursos
 Contabilidad y fiscal
 Higiene, seguridad y ecología
 Comunicación
D. DIMENSIÓN ESTRATEGICA: DESARROLLO MICROREGIONAL ENDOGENO Y
PAPEL DEL MOVIMIENTO SINDICAL.
Los proyectos que suponen empresas aisladas están mayoritariamente condenados a la
quiebra o a sobrevivir con bajos rendimientos y/o alta dependencia. Para superar esta
situación es necesario, desde su formulación, inducir acciones para su articulación en
cadenas productivas (integración vertical), en redes (integración horizontal) o bajo algunas
otras modalidades de asociacionismo empresarial horizontal, que les permita optimizar
recursos, lograr economías de escala y resolver conjuntamente retos que cada una por
separado no podría hacerlo.
Esto significa la instauración de centrales de servicios, comercializadoras y
preferentemente empresas integradoras con vinculación a centros de investigación y de
docencia, cuando esto sea posible.
Existe ya acumulada buena experiencia internacional de esquemas de asociacionismo
empresarial horizontal ( diferente de los clusters dominados por una gran empresa
trasnacional a la cual sirven una multiplicidad de microempresas subordinadas a los
designios de ella). Un ejemplo son algunos de los “Distritos Industriales” que se han
desarrollado con éxito en las regiones del norte de Italia.
La posibilidad de trabajar en cadenas productivas, asegura que el valor agregado en cada
una de las fases del ciclo económico de un sistema-producto, quede en las unidades
productivas de las comunidades, favoreciendo tanto el dominio y apropiación de todo el
proceso económico, desde el acceso a los medios de producción hasta el consumo y
adicionalmente, consolida el dominio sobre porciones de territorio y sobre otros procesos
de reproducción de la vida, como se verá más adelante.
Sin embargo, no ha de reducirse el esfuerzo a la sola actividad productiva. El
fortalecimiento de la capacidad organizativa, sobre bases de cooperación solidaria,
permitirá generar y/o apoyar proyectos de bienestar, que funcionen también como empresas
de servicio, sin esperar a que se generen excedentes económicos de la actividad económica
de las empresas. Ello supone utilizar principalmente recursos de las propias comunidades
complementados con los de las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.
Otro componente insoslayable en esta estrategia, es la realización de proyectos de
fortalecimiento y apoyo a la democratización de los gobiernos locales, para asegurar una
gobernabilidad basada en el respeto a marcos de derecho adecuados, con amplia
participación ciudadana y la existencia de servicios municipales eficaces, que permitan
buenos índices calidad de vida para toda la población.
. Los diversos aspectos antes enunciados, son componentes constitutivos de “estrategias de
desarrollo micro-regional endógeno”. Éstas suponen no solamente una delimitación
geográfica o de división político-administrativa, sino fundamentalmente implica esfuerzos
importantes para la construcción social de ese espacio económico, ecológico, cultural y
político social que constituyen una micro-región. Para ello es importante
 Caracterizar el tejido productivo-empresarial
 Identificar y considerar los principales ejes económicos que favorecen la acumulación y
extracción de excedentes, para formular estrategias que les permitan superar sus
impactos.
 Identificar elementos de ordenación ecológica que den unidad al espacio microregional
prefigurado
 Generar estrategias de autosuficiencia relativa, de complementariedad y aun de
negociación pactada con otros actores económicos, tanto localmente como en la escala
regional, interactuando con otras microregiones y regiones.
 Redinamizar capacidades productivas locales que el mercado globalizador ha inhibido.
Lo anterior permitirá ir dotando de organicidad con características endógenas a este
proceso de desarrollo micro-regional, a la vez que ir articulándose en escala regional y
nacional y aun internacional, como un sector estructurado
Este tipo de estrategia y las consecuentes actividades, van fortaleciendo la confianza, la
credibilidad en el prójimo y en la posibilidad de emprender concertadamente proyectos
cada vez mas ambiciosos, lo que constituye en gran medida lo que se ha llamado “Capital
Social” y que es base, con todo lo anterior para inducir círculos virtuosos. Por ejemplo, el
uso de una moneda propia, que ya se aplica en muchas de estas experiencias y que si bien
no substituye la moneda oficial totalmente, si permite aplicarse en un 25% del intercambio
de bienes y servicios y da un importante valor agregado a los otros proyectos, a la vez que
niveles de autonomía respecto de los mercados de bienes y de capitales influidos por la
globalización neoliberal.
Sin embargo, aun cuando cada vez mas podemos encontrar este tipo de estrategias
aplicándose en distintos contextos, lo cierto es que el proceso es lento y por lo tanto
vulnerable. Existe una matriz social básica que puede alimentar y dinamizar estos procesos,
como lo es el hecho de que en algunos países subsistan estructuras y territorios de sector
social, como lo es , por ejemplo los sectores donde subsisten efectos de las reformas
agrarias que si tuvieron algunos niveles de autenticidad. La economía informal, cuando
está organizada con reglas propias, no sobre caciquismos o corporativismos corruptores,
también es una base importante para desplegar un sector de economía de solidaridad. Sin
embargo, la fuente con mayor potencial para hacerlo es sin duda el sindicalismo realmente
existente.
Aun cuando ONGs, fundaciones, centros de investigación y aun partidos políticos están
presentes en la arena económica en búsqueda de construir paradigmas y experiencias
concretas que sean alternativas a la globalización excluyente, quizá no existe actualmente
otra estructura con el número de afiliados, con el monto de recursos económicos, políticos y
culturales, con la capacidad de consumo potencial agregado y con una experiencia histórica
importante de actuar en el ámbito internacional como las organizaciones sindicales que han
mantenido un nivel de resistencia y de capacidad de acción frente a ese modelo. Si los
principales líderes y activistas entendieran que impulsar un sector de economía social, no es
algo ajeno a ellos, ni implica el suicidio de su organización de reivindicación gremial, el
salto cualitativo y cuantitativo que propuestas con la orientación como la que aquí
presentamos sería de trascendental efecto.
F. DIMENSION OPERATIVA. INCUBADORAS DE EMPRESAS Y EMPRESAS
INTEGRADORAS.
Los aspectos a considerar en el plano de lo operativo pueden ser muy variadas según los
contextos regionales y nacionales, Aquí solo haremos énfasis en tres mecanismos que son
muy útiles para la operacionalización de las anteriores dimensiones. Ellas son:
a. La creación de Incubadoras de empresas, dado que por esa experiencia de
subordinación y también por tener como referente empresas del sector
privado, es necesario un proceso de acompañamiento, propia de la EP, para
que las familias, los grupos y organizaciones puedan diseñar su proyecto y
su empresa, a partir de las ideas de negocio que tengan.
b. B). La instauración de Empresas Integradoras. Como la mayoría de las
empresas que se crean bajo el paradigma de la economía de solidaridad, son
de tipo microempresa , las redes y cadenas que se constituyen no basta para
resolver muchas de las necesidades que tienen tanto en su dimensión
productiva, como en su dimensión organizativa, por lo que requieren de
constituir centrales de servicios, que les aporten servicios reales en
asistencia tecnológica, capacitación, diseño de productos y de procesos,
compras en común, financiamiento , etc., etc., estas centrales de servicio,
inspiradas en el modelo italiano de los Distritos Industriales, pertenecen a las
redes de microempresarios, los cuales toman las decisiones estratégicas y
contratan a coordinadores y operadores entre personal ajeno a cada
microempresa, para evitar tendencias parciales a favor de alguna de ellas.
c. C). La celebración de múltiples convenios de cooperación horizontal, con
todo tipo de instituciones tanto del contexto local, como de otros países.
Además del enriquecimiento que este tipo acuerdos puede proporcionar, es
importante en términos de difusión de las experiencias en múltiples
contextos, para con ejemplos concretos, abrir en muchos actores “la
conciencia de lo posible “ y avanzar en la convicción de que “OTRO
MUNDO ES POSIBLE”
COMENTARIO FINAL
Si regresamos un poco al principio de este documento, podemos enfatizar que la EP no es
sólo educación, aunque si quisiéramos definir con términos clásicos el propósito principal
del conjunto de prácticas que la integran, usaríamos una frase acuñada hace mas de
veinticinco años: pasar de la resistencia a la liberación, trabajando con el pueblo para :
APRENDER A LEER LA REALIDAD
PARA ASI ESCRIBIR LA HISTORIA.
Marzo de 2002
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