Pedro Flores

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Pedro Flores Córdova1
Uno de los más destacados compositores del bolero y la guaracha en la historia musical de todo el continente
americano y el Caribe. Nació un 9 de marzo de 1894, en un poblado pesquero en Naguabo en una familia de escasos
recursos económicos.
Sus habilidades en el deporte del béisbol aficionado le consiguieron que la junta escolar le costeara sus
estudios. Asistió obligatoriamente a las fuerzas armadas de los Estados Unidos, y sirvió como oficinista en el
regimiento de infantería. Más tarde, trabajó como empleado del correo federal hasta el 1928, año cumbre para su
trayectoria musical dado a que en esa oficina conoció a Rafael Hernández “El Cumbanchero”, quien fue otro gran
exponente de la música puertorriqueña. El encuentro con el jibarito le encendió las llamas musicales y de ahí surgió
una amistad entrañable y a la misma vez se despertó una rivalidad para demostrar quién componía las mejores
canciones en el momento. De esta rivalidad surgió la canción muy famosa y de sentido nacional “Sin bandera”. En
esos años, Don Pedro solía acompañar a Rafael en sus presentaciones con el Trío Borinquen. A la edad de 34 años, y
con muy poco conocimiento musical, decidió formar un grupo para competir con Rafael. Sus temas eran la raíz del
bolero, romance puro. De esa manera, nació el Trío Galón.
Por rumores callejeros, los dos amigos se separaron y el mismo Rafael le llamó envidioso y le lanzó un reto a
Don Pedro. De aquí, surgieron grandes éxitos como “Sueño de amor”, “Quejas del alma” y “Abandono”. Pedro Flores
formó su primer Cuarteto Flores con Pedro Marcano, Ramón Quirós, Davilita, Yayito y Pellín, y, a partir de 1930,
registra sus primeras grabaciones musicales, entre ellas, "Adelita", "Nieves", "Contigo", "Palomita", "Azucena", "En
secreto" y "El retrato". De cuarteto paso a sexteto, y luego a orquesta. Debido a problemas con la casa editora, Don
Pedro decide abandonar el aire musical y se marcha a México, que para ese entonces estaba gozando de éxitos de
Rafael Hernández. Luego de muchos años, regresa a Nueva York y decide organizar el cuarteto bajo la dirección del
maestro Moncho Usera. De aquí surge una vacante, que Panchito Riset dejó al cambiarse al cuarteto Caney y fue
1
Síntesis biográfica obtenida de la Fundación Nacional para la Cultura Popular. www.prpop.org y Puerto Rico en breve
www.preb.com
cuando Don Pedro encontró a Daniel Santos. Entre sus grandes éxitos musicales figuran: "Perdón", "Esperanza inútil",
"Bajo un palmar", "Despedida", "Amor", "Margie", "Querube".
Unas palabras que impactaron a muchos mientras el gran compositor estaba en su lecho de muerte, fueron las
siguientes: "Yo no he sido músico nunca, no toco ningún instrumento, no conozco una nota musical. Yo no soy poeta,
lo que tengo es obra de Dios. No sé ni por qué he hecho todo ésto. Yo creo que Dios me señaló con el dedo y me dijo
'usted va a hacer canciones ahí para que la gente se divierta y ése es el destino de su vida". El Maestro murió el 13 de
julio de 1979 y sus restos descansan en el antiguo cementerio Santa María Magdalena de Pazzis, en el Viejo San Juan.
Amor
Pedro Flores
Amor, cuando tú sientas amor,
verás color rosa los colores,
habrá miel en todos los sabores,
amor en todo lo que es amor.
Amor es el milagro de la vida,
la única y magnifica emoción,
amor es lo que siento yo en el alma
y llena de ansiedad mi corazón.
Amor yo te profeso prenda amada,
apiádate de mí, dame tu amor.
Amor perdido
Pedro Flores
Amor perdido, si como dicen que es cierto,
que vive dichosa sin mí; vive dichosa, quizá otros besos,
te den la fortuna que yo no te di.
Hoy me convenzo, que por mi parte nunca fuiste mía.
Ni yo para ti, ni tú para mí, ni yo para ti.
Todo fue un juego, no más en la apuesta, yo jugué y perdí.
Fue un juego y yo perdí, esa es mi suerte,
y pago porque soy buen jugador.
Tú vives más feliz, esa es tu suerte. ¿Qué más puede decirte un trovador?
Vive tranquilita, no es necesario que cuando tú pases, me digas adiós.
No estoy herido, y por mi madre que no te aborrezco, ni guardo rencor.
Por el contrario, junto, contigo le doy un aplauso al placer y al amor.
¡Qué viva el placer! ¡Qué viva el amor!
Ahora soy libre, quiero a quien me quiera,
¡Qué viva el amor!
Bajo un palmar
Pedro Flores
Yo tuve un sueño feliz,
quise hacerlo una canción,
y mi guitara pedí.
Puse todo el corazón,
concentré pensando en ti.
Volaron las palomas del milagro,
y escucha dulce bien lo que escribí.
Era en una playa de mi tierra tan querida,
a la orilla del mar.
Era que allí estaba celebrándose una fila,
debajo de un palmar.
Era que estabas preciosa
con el color de rosa,
de tu traje sencillo sin igual.
Era que eras novia mía y que yo te sentía,
nerviosa entre mis brazos suspirar.
Era que todo fue un sueño,
pero logré mi empeño porque te pude besar.
Celos de ti
Pedro Flores
Sí, tengo celos de ti,
yo tengo celos de ti,
porque te quiero.
Sí, tengo celos de ti.
Por qué negarlo,
si es que te quiero.
Negarlo al mundo sería
negar que tengo un corazón.
No hay un ser que no te admire,
que no te quiera mujer,
que no delire.
No hay un hombre que te mire y
que no sienta amor por ti.
Despedida
Pedro Flores
Vengo a decirle adiós a los muchachos,
porque pronto me voy para la guerra
y aunque valla a pelear en otras tierras,
voy a salvar mi derecho, mi patria y mi fe.
Ya yo me despedí de mi adorada,
y le pedí por Dios que nunca llore.
Que recuerde por siempre mis amores,
que yo de ella nunca me olvidaré.
Solo me parte el alma y me condena
que dejo tan solita a mi mamá.
Mi pobre madrecita que es tan vieja,
¿quién en mi ausencia la recordará?
¿Quién me le hará un favor si necesita?
¿Quién la socorrerá si se enfermara?
¿Quién le hablará de mí si preguntara,
por este hijo que nunca quizás volverá?
¿Quién me le rezará si ella se muere?
¿Quién pondrá una flor en su sepultura?
¿Quién se condolerá de mi amargura,
si yo vuelvo y no encuentro a mi mamá?
Esperanza inútil
Pedro Flores
Esperanza inútil flor de desconsuelo
por qué me persigues en mi soledad,
por qué no me dejas
ahogarme en mis anhelos, en la amarga roca
de la realidad.
Por qué no me matas
con un desengaño,
por qué me hieres
con un desamor,
esperanza inútil
si vez que me cambió,
porqué no te mueres,
por qué no te mueres, en mi corazón.
Irresistible
Pedro flores
Desde el cielo he recibido la noticia
de que un ángel se ha escapado sin querer.
Y que anda perdido por la tierra,
lo que tiene es que se viste de mujer.
Yo conozco una criatura que yo he visto
y que cada vez que yo la puedo ver
me parce que estoy mirando un ángel,
el ángel de mi querer.
Pero yo no soy más que un infeliz,
que no puedo más que decirte así,
Dios te guarde criatura irresistible.
Dios te bendiga mujer.
El consuelo que me queda es que he podido ver
de cerca la más hermosa mujer.
La criatura más linda que yo he visto,
la figura más henchida de placer.
Es tan rara, tan sencilla y tan hermosa,
como la más linda rosa de un vergel.
Que me muera si al verla yo no tiemblo.
¡Oh! ¡Qué preciosa mujer!
Linda
Pedro Flores
Yo no he visto a Linda,
parece mentira.
Tantas esperanzas,
que en su amor cifré.
No le ha escrito a nadie,
no dejó una huella.
No se sabe de ella,
desde que se fue.
Sabrá Dios cuántos
le estarán pintando ahora,
pajaritos en el aire.
Yo no he podido,
ni podré querer a nadie,
con tan loco frenesí.
Menos el domingo,
todas las tardes,
salgo a ver al cartero,
a ver si trajo algo para mí.
Oh, Virgen de Altagracia,
quizás algún día,
se acuerde de mí.
Margie
Pedro Flores
Yo quisiera saber,
que yo te he hecho.
Yo quisiera saber,
por qué razón tú huyes de mí.
Dime por qué,
por qué no tienes derecho.
Me admito que tú me trates así.
Si te ofendí, di que te he hecho.
Dime por qué,
o en que yo te ofendí.
Si lo haces por traición o por despecho,
ven donde mí, di que te he hecho.
Que yo te doy si tienes la razón.
Mil gracias
Pedro flores
Te doy mil gracias.
La lección me vino al pelo.
No te imaginas,
lo agradecido que estoy de ti.
Solo siento que había puesto,
en tu confianza,
mi cariño más sincero.
Y es ingrato darse cuenta,
de lo poco que tú me quisiste a mí.
Ya tú ves qué fácil hiere un desengaño,
cuando tú menos lo esperas.
Nadie lo creyera,
que cambio hubo en ti.
Dios permita que, se alumbre tu camino,
y consigas lo que quieras.
Yo me sé defender, olvídate de mí.
Quizás te salga bien así,
y no creas que hay desprecio.
Ni hay encono, ni odio, ni celos.
Al contrario, ruego que seas muy feliz.
Obsesión
Pedro Flores
Por alto que esté el cielo en el mundo,
por hondo que sea el mar profundo,
no habrá una barrera en el mundo,
que mi amor profundo no rompa por ti.
Amor es el pan de la vida.
Amor es la copa divina.
Amor es un algo sin nombre,
que obsesiona al hombre,
por una mujer.
Yo estoy obsesionado contigo,
y el mundo es testigo de mi frenesí.
Y por más que se oponga el destino,
serás para mí.
Perdón
Pedro Flores
Perdón, vida de mi vida.
Perdón, si es que te he faltado.
Perdón, cariñito amado,
ángel adorado,
dame tu perdón.
Jamás habrá quien separe,
mi amor, de tu amor el mío,
porque si adorarte ansío,
es que el amor mío,
tenga tu perdón.
Tú sabes que te quiero
con todo el corazón,
con todo el corazón,
con todo el corazón.
Y tú eres el anhelo
de mi única ilusión,
de mi única ilusión,
de mi única ilusión.
Ven calma mis angustias
con un poco de amor,
con un poco de amor,
que es todo lo que ansía,
que es todo lo que ansía,
mi pobre corazón.
(Querube) Luisa
Pedro Flores
Tú tienes todas las cosas que Dios hizo lindas en una mujer.
El pelo, los ojos, la boca y ese cuerpecito de pura Raquel.
Tú eres más linda que Adriana, y mucho más linda que Sofía Loren;
y más que todas mis novias,
y más que las novias que tuvo Gardel.
Cuando te veo bailando,
tan joven y hermosa
con ese vaivén.
Me incitas, me inquietas, me alocas,
me hierves la sangre
y me prendo también.
Tú eres querube en el cielo,
en el huerto rosas
y aliento en mi ser.
Y tienes todas las cosas que Dios
hizo lindas en una mujer.
Tú tienes todas las cosas
que Dios hizo lindas en una mujer,
por eso me caes tan suave
si tú no lo sabes,
entérate bien...
linda mujer...
Venganza
Pedro Flores
Oh, qué triste es la voz del desengaño.
Yo que tanto creí en su querer,
hoy me cuesta decir que fue mentira.
Ojalá ingrata nada le importa mi padecer.
Al marcharse no me dejó una esperanza,
ni un poquito de alegría,
ni un rastro de compasión.
Nada ha quedado en mi vida,
después de su cruel venganza.
Nada palpita en mi pecho,
sino es la desilusión.
Oh, la vida, qué cosas tiene la vida.
Ayer mismito mi vida parecía tan feliz,
hoy me sobran los pesares.
Mi fe es una fe perdida,
tanto cambió en un segundo,
que hoy todo en el mundo parece mentira.
Estoy como un huerfanito,
qué malo es ser infeliz.
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