SALUD: ESTADISTICAS OFICIALES En la Argentina, cada vez más personas beben en exceso En diez años, el número de personas que abusan del alcohol aumentó un 19 por ciento y ya suman 2.500.000. Disminuyó la edad de comienzo. Y también las mujeres y los ancianos beben más que antes PAULA ANDALO La "graduación alcohólica" de los argentinos se viene elevando peligrosamente. En los últimos diez años, el número de personas que abusan del alcohol en distintos grados aumentó un 19 por ciento. Según informes oficiales, hay 2,5 millones de argentinos que beben en exceso. Los datos de 1999 la Comisión Nacional sobre Alcoholismo −que realiza un trabajo epidemiológico a nivel nacional− y del Servicio de Ayuda Telefónica en Drogas y Alcohol del Gobierno de la Ciudad arrojan que, de ese universo de bebedores, el 83 por ciento son hombres y el 15 por ciento mujeres. La cifra de mujeres bebedoras se incrementó un 2,7 por ciento respecto de los datos de 1990. ¿Por qué la gente toma más? Una explicación estadística es que aumentó la población. Sin embargo, los estudios indican un dato fundamental: bajó la edad de comienzo, y ahora los chicos de 12 años toman cerveza. Además, se detectó más consumo de alcohol en mayores de 65 años. Los expertos llaman la "bebida silenciosa" a esa alcoholización tardía que se da puertas adentro del hogar y que llega con la frustración y el abandono social. En todos los casos, coinciden, este hábito es síntoma de "un gran malestar social". "Un problema grave es que los jóvenes combinan el alcohol con drogas y los adultos, con ansiolíticos", remarcó el doctor Eduardo Kalina, titular de Neurobiología y Farmacoterapéutica de Adicciones de la Universidad del Salvador. Kalina agregó que las mujeres tienen menos tolerancia biológica al alcohol (poseen menor concentración de grasas) y, si están embarazadas, la bebida puede perjudicar seriamente al feto. Del total de personas que beben en exceso en el país, 1 175 mil son tomadores compulsivos y 125 mil, alcohólicos dependientes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera al alcoholismo una enfermedad, que se define por "la pérdida de libertad del individuo frente al alcohol, por el quiebre de las relaciones personales y por la vulnerabilidad circunstancial frente a situaciones de peligro". Según criterios de la Escuela de Nutrición de la Facultad de Medicina de la UBA, si del total de calorías que una persona consume por día, más del 10 por ciento corresponden a alcohol, hay riesgo de padecer dependencia. Cabe agregar que cada gramo de alcohol ingerido libera en el cuerpo 7,1 calorías. En la última década no sólo aumentó el número de consumidores de bebidas alcohólicas sino también los hábitos ante una copa. Desde 1980, el consumo de vino cayó más del 30 por ciento. En el mismo período, el de cerveza aumentó un 500 por ciento. El doctor Camilo Verruno, secretario de la Comisión Nacional de Alcoholismo y director del programa CUIDA (Control del Uso Indebido del Alcohol) contó que a nivel oficial, uno de los pasos importantes fue que se comprendió como un verdadero problema social. Por eso, desde 1994 se crearon entidades que promovieron la ley nacional de lucha contra el alcoholismo (sancionada en marzo de 1997), que marca limitaciones en la venta de estas bebidas y en su publicidad. Y también legalizó el marco asistencial para un paciente. "Nuestra aspiración es reducir el porcentaje de bebedores en los próximos años. Para esto, estamos elaborando campañas focalizadas especialmente en los más jóvenes que son víctimas de este hábito", completó Verruno. El porcentaje de bebedores que ostenta la Argentina es similar al de otros países. El problema es que en casi todos los países del mundo se bebe mucho. los expertos añaden que el dinero que la industria del alcohol invierte en publicidad es un arma de doble filo. "Ahora tienen que poner en las propagandas la leyenda sobre el riesgo de beber en exceso", puntualizó Verruno. "De todas formas, agregó Kalina, es peligrosa la asociación que se suele hacer entre la cerveza y la diversión y la amistad". Es decir, esa idea de que bebiendo se logra alcanzar alguna meta. Los expertos marcaron la importancia de la detección 2 precoz del problema para poner un freno a tiempo. Las herramientas con las que se cuenta van desde psicoterapias y programas específicos de tratamiento hasta una nueva medicación, como la droga acamprosato que, dicen, ayuda a los pacientes a mantenerse abstemios después del tratamiento de desintoxicación. también, agregaron, desmitificar el acto de beber −un acto cultural milenario− como una forma de demostrar "lo vivo que soy", especialmente en los consumidores más jóvenes. nota El alcoholismo, una endemia sección Opinión fecha de publicación 09.04.2000 Editorial II El alcoholismo, una endemia SEGUN informaciones recientes, el alcoholismo ocupa el tercer puesto entre las endemias más graves que afectan al país, ubicación en la cual sólo es superado por el mal de Chagas y por la desnutrición infantil. Ese dato alarmante debería bastar para movilizar a las autoridades y al conjunto de la sociedad, aunados en la búsqueda de soluciones eficaces que permitan enfrentar con éxito los efectos nocivos del abuso del alcohol. Consumidas en forma moderada −y únicamente durante la edad adulta− las bebidas alcohólicas no son necesariamente dañinas para la salud. El problema se genera cuando el consumo excede los límites de la prudencia y se complica aún más por el hecho de que muchos jóvenes, adolescentes e incluso niños se vuelcan a la ingesta de alcohol como si se tratase de un pasatiempo inocuo o de un desafío que es menester superar, falazmente incentivados por una atmósfera cultural cargada de mensajes seductores e imprudentes. El peligro se potencia por la pertinaz e impune violación de las reglamentaciones que prohíben venderles esas bebidas a los menores de 18 años. De sobra son conocidas las peligrosas consecuencias de esas extralimitaciones. Disfrazada de inofensiva práctica social, la exagerada ingestión de esa clase de bebestibles conturba la mente y el espíritu, inhibe los mecanismos de contención, nubla el entendimiento y disminuye la capacidad de reacción. No es extraño, por ejemplo, que el alcohol sea causa total o parcial del 65 por ciento de los accidentes de tránsito. Entre el abuso temporario y la dependencia absoluta apenas media una delgada y frágil línea divisoria. El 3 alcoholismo, de por sí difícil de desarraigar, se convierte en un vicio que hasta puede llegar a constituirse en el portal de ingreso a la adicción por sustancias más peligrosas. Es menester, pues, prevenir el alcoholismo por todos los medios. Ese objetivo esencial no debe excluir, por supuesto, la rehabilitación y asistencia de quienes padecen esta auténtica enfermedad que en sus etapas terminales tiene derivaciones de carácter mortal. Ignorar los peligros que trae aparejados el mal endémico del alcoholismo equivaldría a desentenderse del presente y del futuro del país. La obligación de atender ese flagelo social es inexcusable y para ello hasta se dispone de un instrumento jurídico valioso, la ley 24.788 de lucha contra el alcoholismo. Pero de poco o nada valdrán las intenciones positivamente encaminadas si falta la imprescindible voluntad política de combatir los excesos alcohólicos: esa norma legal, sancionada a principios de 1997, todavía no ha sido reglamentada. nota El problema está en el hombre sección Opinión fecha de publicación 22.02.2000 tema.: La sociedad frente al problema de la drogadependencia Por Wilbur Ricardo Grimson Para La Nación El problema esta en el hombre ENFERMAR es desarrollar una alteración, limitación o interrupción del funcionamiento del organismo. Constituye una restricción de posibilidades, una pérdida. De ahí que la salud sea una recuperación de las posibilidades naturales. Y que enfermar sea padecer, sufrir, achicar posibilidades. Las adicciones son trastornos de la conducta amplios que abarcan enfermedades, como el caso de la intoxicación, o síntomas, como la pérdida excesiva de peso, pero que trascienden la idea tradicional de enfermedad, que supone un agente o factor que altera la normalidad, y cuyo control restituye la función normal. En las adicciones hay además aspectos ligados a lo social, a los valores y a lo que se proyecta como modo de vida. Un investigador nacional (*) ha demostrado cómo el alcoholismo se entrelaza con la cultura de ciertos oficios hasta tal punto que su estudio requiere una indagación antropológica de los valores que durante años se han asentado en las conductas acostumbradas. Las mismas operan como creencias−mandatos, determinando 4 usos y costumbres e influyendo en el resultado de los esfuerzos para curar esta adicción, que constituye una verdadera endemia nacional. El sentido de la vida En los casos de adicción a drogas, la desintoxicación no es más que un primer paso, necesario pero no suficiente, ya que puede ocurrir como con las dietas: su efecto dura un tiempo. Mejora al sujeto pero no lo cura. Lo que se requiere es un paso difícil, que implica un replanteo del sentido de la vida. No simplemente considerar si tal ingesta conviene o no. No sólo preocuparse por las consecuencias cuando se producen. Descubrir, en cambio, que en el fondo de la alteración de la conducta (que se expresa como descontrol) se ha producido un abandono a los vientos de los impulsos, a la fascinación, a la búsqueda de una solución farmacológica para problemas que son del alma humana y generan angustia: el transcurso de la existencia sin proyecto, la pérdida de habilidades, el uso de los demás como público. En suma, se trata de descubrir que la transformación verdadera de la persona no es exterior a ella misma, ni va a ser provista por ninguna lámpara maravillosa. Radica en el descubrimiento de lo que es común a los seres humanos: lo propio con todos sus componentes y, al final del camino, si se lo recorre sin abandonos, el encuentro con un yo más pequeño que el imaginado, más sensible, más necesitado, más humano. Será un yo no insaciable ni pendiente de halagos vanos, más débil en su valoración de sí mismo, más responsable de su destino, más capaz de responder a requerimientos de otros. La experiencia que compartimos con miles de jóvenes y adultos, que diariamente luchan contra las mil formas de la dependencia, indica que este proceso implica un viaje hacia la interioridad, al descubrimiento o construcción de los valores personales que guían a la persona. No requiere compañía de familiares, amigos o aduladores. No requiere del aliento de público alguno. Necesita un programa aislado de los medios de comunicación y de toda visita no programada, que se inicia cuando se ha llegado a la conclusión de que uno no puede ser la mejor guía de su propia cura, ya que ha sido guía de su casi destrucción. Cuando se está dispuesto a resignar el comando de la nave a un equipo que vigila no tanto a individuos en recuperación como a programas terapéuticos que avanzan en conjunto. Los mejores ejemplos los han dado las comunidades terapéuticas que tanto en la Argentina como en Estados Unidos, Italia, España, y otros países, lideran la recuperación de adictos. 5 Si se repasan los motivos por los que se deja de lado la propuesta de las comunidades terapéuticas, se encontrarán las semillas que llevan a una recaída. Modificar la conducta de una persona requiere la modificación de su entorno. El que está descalificado para la orientación o decisión terapéutica, en los casos en que ha facilitado, tolerado o inducido el consumo. También debe ser apartado. De lo contrario nada cambia. Atravesar el desierto Las drogas se usan para buscar una modificación inmediata del estado psicológico en que se encuentra una persona. Subyace bajo ese impulso una desesperación palpable, que debe ser sostenida y explorada −en un clima terapéutico− como condición de la transformación personal. Hay lugares a los que no se accede sin atravesar el desierto. La experiencia de la soledad es el punto de inicio de una batalla cuyas armas son el descubrimiento de la interioridad, la percepción de que hay otros con necesidades no materiales, el reconocimiento de las carencias afectivas, la expresión de lo nunca dicho. La droga se cuela en el hueco que deja en el ser humano lo no dicho y ocupa el nicho que ha creado la carencia. El mundo de las ilusiones, de las transformaciones fáciles, es para los amantes del circo, donde pagamos para ver cuerpos atravesados por espadas que no sufren daño. En cambio el campo de las adicciones está plagado de gente lastimada, dolida, destruida y muerta. El mundo de la realidad es el que debe ser transformado por un esfuerzo cotidiano que lleva a construir una sociedad mejor para todos. Pero lo que debe ser descubierto no se manda ni se indica desde una sociedad normativa. Por lo tanto no es pasible de ser desarrollado por impactos publicitarios. No es ése el camino de la prevención. En todo caso se deberá abordar con programas cuyos objetivos, cuya participación y cuya metodología son hoy bien conocidos. El impulso publicitario repite el camino que ha seguido la adicción. Porque las drogas no contienen ningún maleficio que no les haya sido agregado por la persona que las busca. Una vez más, el verdadero problema está en el hombre. El autor es presidente de la Fundación Proyecto de Vidas; autor de Sociedad de adictos (Planeta, 1999). (*) Hugo Miguez, Abuso de sustancias psicoactivas, Paidós, 1999. nota Adictos cada vez más jóvenes sección Opinión fecha de publicación 10.03.2000 6 Editorial II Adictos cada vez mas jóvenes Las estadísticas oficiales de la provincia de Buenos Aires dan cuenta de la existencia de 9450 nuevos casos de adictos que demandaron ayuda terapéutica para recuperarse. La cifra ha modificado, en un sentido negativo, la edad promedio del inicio en las adicciones, que de 17 años bajó a 16. Un 62 por ciento de estos adolescentes enfermos confesó haber consumido sustancias peligrosas todos los días, mientras que un 27,6 por ciento admitió haberlo hecho durante los fines de semana. La iniciación en las dependencias se hace entre los 15 y los 19 años en el 47 por ciento de los casos. El porcentaje de los que comenzaron después de los 20 es de apenas un 15,4 por ciento. Los tipos de adicción parecen estar dentro de las líneas más conocidas: un 49,2 por ciento afirma que comenzó con la marihuana; un 16,5 por ciento con la cocaína y un 23,5 por ciento adjudicó su dependencia al alcohol. Entre los niños y jóvenes que buscaron atención en los 220 institutos bonaerenses que se especializan en el tratamiento de las dependencias, sólo un nueve por ciento admitió haber inhalado pegamento, y un 4 por ciento aseguró haber consumido psicofármacos. De los que reclamaron atención, un 15,3 por ciento lo hizo por decisión judicial y un 24,7 por ciento concurrió espontáneamente. La población entera vive en un estado de angustia permanente como consecuencia de la extensión de las adicciones, asociada con la aparición de formas de delincuencia que no se conocían en el pasado o que solamente quedaban reducidas a casos patológicos muy claramente delimitados. Esta nueva delincuencia, caracterizada por actitudes que responden a un perturbador nihilismo, es la que se muestra capaz de realizar delitos que producen un horror generalizado y no se detienen ante los límites que, en otros tiempos, un código no escrito ordenaba no sobrepasar. Las cifras conocidas están mostrando señales de un peligro inusitado, porque el continuo descenso en los tiempos de iniciación demuestra que muchos adolescentes, con edades cada vez más próximas a la niñez, están ingresando en el infierno de la drogadicción, con todas las consecuencias que esto conlleva para su salud y para la tranquilidad general. Es imprescindible atacar este mal en los puntos en los que nace y se desarrolla. Se suele reconocer que la familia en crisis es una causa fundamental de estos 7 riesgos. Pero todavía no se ha articulado una gran campaña, en la cual podrían confluir muchos sectores con interés y competencia en el tema, destinada a identificar las situaciones colectivas e individuales de peligro y darles una atención especializada. En la situación actual es fundamental actuar sobre estos problemas desde sus orígenes, porque la experiencia demuestra que todo se vuelve sumamente difícil de manejar cuando las adicciones están ya instaladas. 8