Berta Rotstein et al. El trabajo colaborativo en entornos... EL TRABAJO COLABORATIVO EN ENTORNOS VIRTUALES DE APRENDIZAJE. Relato de una experiencia. “Configuración y consolidación de un grupo de trabajo” Ana María Scassa Berta Rotstein [email protected] [email protected] Carmen Sáinz [email protected] Ana María Simesen de Bielke [email protected] Resumen: El aprendizaje en colaboración, en tanto hecho pedagógico, se sostiene en la interacción entre pares. Cada uno de los integrantes del grupo aporta a éste conocimientos, experiencias, estilos y modos de aprender. Es un aprendizaje que redimensiona lo social, lo que implica producir con otros un itinerario y un producto común. Esto lleva a considerar nuevas alternativas y re-elaborar conceptos y prácticas, y es entonces cuando la interacción entre pares resulta genuinamente significativa y se torna relevante para resolver problemáticas que supongan el descubrimiento y apropiación de conocimientos en un proceso común. La cooperación, en los contextos educativos virtuales no es algo que se da naturalmente, exige un proceso de construcción. Se produce en el conjunto de actividades de aprendizaje que realizan o pueden realizar los alumnos, entramadas con las relaciones sociales que se establecen en aula virtual Pero, ¿qué condiciones se requieren? ¿Cómo hacerlo? Es lo que se propone en este trabajo. Palabras Claves: Colaboración | Cooperación | Aprendizaje virtual | Tutoría Acerca del aprendizaje colaborativo7 El aprendizaje colaborativo se sustenta sobre la base de la apropiación y producción de conocimiento en procesos de interacción conjunta entre pares. Se privilegian en esta modalidad de aprendizaje los conceptos de cognición distribuida (poniendo énfasis en su dimensión social) y la construcción social de conocimientos. 7 “El aprendizaje cooperativo en el aula” - David W. Johnson - Roger T. Johnson Edythe J. Holubec - Editorial Paidós Buenos Aires, 1999.- 38 - Revista Cognición – Nº 7 – septiembre - octubre – 2006 – págs. 38 - 45 ISSN 1850-1974 Berta Rotstein et al. El trabajo colaborativo en entornos... En esta modalidad pedagógica la participación y los intercambios entre pares en las aulas, tanto físicas como virtuales, se produce preferentemente a través de los diálogos. La discusión y el intercambio se constituyen en escenarios de aprendizaje, y no solo en dispositivos para la apropiación de conocimientos, porque para que la interacción con otros posibilite avances en los aprendizajes y en la producción de conocimientos, se requiere la comprensión conjunta de lo que se aborda. Esto implica que cada uno de los que participan tenga en cuenta lo que el otro comprende para construir entre todos una visión compartida. Por ello, colaborar y compartir con otros un itinerario común, lleva a considerar nuevas alternativas y re-elaborar ideas tanto para comunicarlas como para fundamentar lo que se propone a los demás, y es ahí, que la interacción entre pares resulta genuinamente significativa y se torna relevante para resolver problemáticas que supongan el descubrimiento y apropiación de ideas nuevas y complejas en un proceso común. Además, los conflictos que se producen en los procesos de colaboración se constituyen en legitimas situaciones de aprendizaje, cuando los estudiantes tienen que gestar procedimientos y estrategias para su resolución. La mediación con los pares es el medio adecuado para desplegar el potencial individual y grupal, incrementar los logros, la cohesión, y la solidaridad en tanto practica social. "Conjunto de métodos de instrucción para la aplicación en grupos pequeños, de entrenamiento y desarrollo de habilidades mixtas (aprendizaje y desarrollo personal y social), donde cada miembro del grupo es responsable tanto de su aprendizaje como del de los restantes miembros del grupo." (Johnson, Johnson y Holubec, 1999) 8 El aprendizaje colaborativo da como corolario: ¾ Que todos los miembros del grupo puedan aprovechar el esfuerzo de cada uno y que cada uno considere que su desempeño contribuye y co determina lo grupal ¾ Que todos los miembros del grupo compartan un destino común. En lo formal, el aprendizaje colaborativo, siguiendo a Johnson et al. (1999), designa una amplia gama de enfoques y métodos de instrucción que dividen los grupos en subgrupos ó equipos de cinco ó seis integrantes. Estos equipos trabajan para resolver tareas académicas propuestas ya sea por el docente ó por los propios alumnos .Tan sólo a modo de ejemplo se puede nombrar: debates escolares, investigación en grupo, trabajo en equipo-logro individual, lectura y escritura integrada cooperativa, etc. La estructura cooperativa no siempre da como resultado el mismo tipo de organización de los alumnos. De hecho, se puede encontrar: 1- los grupos informales: se organizan en función de una actividad puntual dentro de una secuencia didáctica mayor; por ejemplo, cuando en medio de una exposición se solicita a los alumnos que se reúnan a fin de resolver una consigna puntual. 2- los grupos formales: funcionan durante un tiempo limitado para resolver un proyecto que puede versar sobre cualquier contenido. 3- los grupos de base: se establecen a largo plazo (por ejemplo, un curso académico) propiciando relaciones duraderas y responsables y su objetivo es JOHNSON, D.; JOHNSON, R. y HOLUBEC, E. (1999) “El aprendizaje cooperativo en el aula. Buenos Aires”, Ed. Piadós. 8 Revista Cognición – Nº 7 – septiembre - octubre – 2006 – págs. 38 - 45 ISSN 1850-1974 - 39 - Berta Rotstein et al. El trabajo colaborativo en entornos... promover un buen rendimiento de cada estudiante a través del apoyo mutuo y el respaldo entre los mismos. Johnson et al (1999) comparan al aprendizaje en grupo de estudiantes, con un equipo de juego, donde no se puede solo asistir como espectador. Es necesario la participación directa y activa de todos los integrantes, que al igual que los alpinistas, los estudiantes escalan más fácilmente las cimas del aprendizaje cuando lo hacen formando parte de un equipo cooperativo El aprendizaje colaborativo en entornos virtuales No sólo implica la utilización de herramientas tecnológicas como correo electrónico, foros de discusión (espacios de debate virtual), o intercambios sincrónicos en línea (chat) sino que promueve modos específicos de “aprender” y un ambiente pedagógico singular, en el que se enlaza y articula el conocimiento distribuido de y en cada uno de los actores (estudiantes y profesores) de diferentes latitudes gestando nuevas prácticas. Los participantes, a medida que trabajan entre sí y desarrollan habilidades de autorregulación, disminuyen su grado de dependencia respecto del profesor/tutor y añaden una dimensión cooperativa a sus acciones, lo que les proporciona una base para una mayor fortaleza y autonomía para el aprendizaje en solitario, en tanto característica del aprendizaje en la EAD La cooperación, en los contextos educativos virtuales es construida; no es algo que se da naturalmente. Tiene que producirse en el conjunto de actividades de aprendizaje que realizan o pueden realizar los alumnos, y las relaciones sociales que se establecen en aula virtual Pero, ¿qué condiciones se requieren? ¿Cómo hacerlo? Es necesario incorporar en el diseño de las situaciones de producción individual y grupal la instancia cooperativa, lo que implica no solo incluir procedimientos y estrategias que faciliten la interacción, la gestión del proceso de trabajo, así como las relaciones interpersonales y el sostenimiento del grupo en los objetivos propuestos, además tiene que prevalecer una concepción pedagógica de confianza, reciprocidad y tolerancia. Por otra parte, y desde el punto de vista del desarrollo cognitivo, el enriquecimiento de la propuesta y del proceso de aprendizaje grupal e individual solo es posible si se contemplan nuevas perspectivas; que impliquen ampliación de contenidos, de procedimientos y de actitudes; de relaciones interdisciplinares, de referentes extraescolares, de inserción de pequeñas investigaciones, de facilitación del descubrimiento de vías de exploración y de información, de propuestas del uso de técnicas no previstas, búsqueda de nuevas ayudas. Acerca de experiencia Este trabajo pretende plasmar el testimonio del encuentro que se produjo entre cuatro alumnas de un curso virtual, en el cual debieron realizar trabajos colaborativos. El grupo fue conformado por los coordinadores del curso. Las participantes no se conocían, sus campos disciplinares eran diferentes, todas se desempeñaban en la docencia y compartían el escenario de este curso virtual. Allí, se gestó la trama, trama que no tuvo que ver solo con el tema y situación que convocaba (hacer trabajos en colaboración como asignación del curso) sino con los modos y grados de implicación y afectación que el vínculo relacional produjo. - 40 - Revista Cognición – Nº 7 – septiembre - octubre – 2006 – págs. 38 - 45 ISSN 1850-1974 Berta Rotstein et al. El trabajo colaborativo en entornos... En el devenir relacional cada una se articulaba desde su realidad, con su historia, incluyendo lo que podía, lo que sabía, lo que sentía y/o suponía adecuado para la concreción de la tarea en común. Fue así que en el acontecer del trabajo compartido se fueron estableciendo modos de reciprocidad, de contribución, de colaboración, de cooperación, que no fueron predefinidos a priori. Modos que fueron configurando y reconfigurando el espacio relacional, en tanto conjunto de conexiones que se iban articulando con lo que cada uno ponía en juego: conocimientos, ideas, afectos y su disponibilidad de dar y tomar lo del otro para cultivarlo y cultivarse. Una vez finalizado el curso, hicimos una reconstrucción y análisis del recorrido del cual queremos dejar testimonio. La concordancia, la afinidad, la reciprocidad entre los diferentes miembros del grupo se gestó en el proceso, y en más de una oportunidad, cuando la tarea resultó compleja, hubo que hacer grandes esfuerzos para superar escollos, en tanto que el vínculo no se producía por simple agrupamiento, por adición de partes, por la prescripción de la asociación, sino que se generó en el proceso mismo. En algunos momentos diferentes tipos de factores causaron desequilibrios a la hora de operar en conjunto: pormenores de tipo operativo, manejo diferentes de tiempos de producción y procesamiento de información, acuerdos y desacuerdos en aspectos conceptuales y metodológicos. Éstos elementos intervenían en nuestro quehacer é iban otorgando diferentes sentido y significación al logro de la tarea. En el proceso se fueron definiendo y redefiniendo las funciones y responsabilidades de los integrantes. Funciones que no fueron impuestas desde afuera sino que cada uno modifico, delimitó y asumió con responsabilidad de acuerdo a lo que iba aconteciendo y podía ofrecer para lograr el producto común. De esta manera no solo se producía el trabajo requerido, sino se iba consolidando el proceso de cohesión grupal. Fases Siguiendo a Samara (1993) preferimos utilizar el termino “fases”, al de “etapas” ya que éste acarrea una metáfora mecánica al aludir a “estaciones de cierto camino”. Por el contrario, el termino “fase” permite introducir una metáfora mas próxima a la complejidad de las relaciones de intercambio que se dan entre los participantes, las tareas, las funciones, los tiempos, los espacios y el objeto a construir. Fase de conocimiento: Es la que se produjo en el reconocimiento que cada uno hizo de sí en el vínculo con los otros en cada situación en particular. Fase de diseño: Es la que gestó la trama e implicó los esfuerzos cooperativos o individuales, que cada uno y el grupo realizó para planificar y gestionar la tarea. Cuando se precisó el qué, el cómo, el cuándo, o sea cuando consideramos con qué contábamos, qué necesitábamos, qué y cuánto podíamos aportar, y cuando tratábamos de resolver las problemáticas que emergían y en función de ellas modificábamos las estrategias, buscábamos nuevos conocimientos, variábamos los procedimientos, analizábamos las actitudes. Fase de preparación: Implicó la búsqueda de datos, su selección, su jerarquización y la organización de lo obtenido. Aquí adquirió significado y relevancia la participación intuitiva, sensible, creativa y afectiva de todos los miembros del grupo. Fue el momento Revista Cognición – Nº 7 – septiembre - octubre – 2006 – págs. 38 - 45 ISSN 1850-1974 - 41 - Berta Rotstein et al. El trabajo colaborativo en entornos... de los acuerdos, de la toma de decisiones, y de la toma de conciencia de que estos acuerdos tenían que ser respetados. Fase de producción: Implicó el proceso de elaboración , un ir y venir constante, con inclusiones, restricciones, reformulaciones, donde se fue armando el producto, definiendo los detalles de presentación, donde se fue rediseñando el formato del mismo y donde el resultado en tanto fruto común se constituyó por y en lo propio de cada uno de los integrantes . El desafío principal fue armar el sostén propio en y con los demás, en cooperación con los otros y en el reconocimiento de la diferencias. El trabajo en colaboración en entornos virtuales supone resituar la construcción personal para alcanzar una construcción colectiva donde la tarea propuesta (por el docente) configura una nueva perspectiva: ser en y con el otro. Aportes Favoreció la gestión de nuestro proceso educativo a distancia, porque posibilitó el andamiaje grupal y el proceso autogestivo, lo que permitió que fluyera el aprendizaje y se optimizaran los recursos. Cada una de nosotras y el grupo en cuanto tal, no se constituyó como un elemento aislado sino como una parte activa de la comunidad educativa “conectado” gracias a las tecnologías. Suscitó actitudes éticas, porque redefinió y reinstaló la confianza, la responsabilidad, la organización, la implicación de cada uno, lo que abonó genuinamente el proceso grupal. Permitió la construcción de inventivas metodológicas propias. Las que se fueron generando y redefiniendo de acuerdo al tema, a los medios, a los objetivos y al intercambio didáctico (todos y cada uno aprendía y enseñaba). Esto fue enriqueciendo, consolidando el proceso de aprendizaje grupal. La interacción dentro del grupo, produjo una dinámica en la que prevaleció el intercambio, activado por y en el desarrollo temático. Aportó un amplio rango de estrategias comunicacionales y operativas para promover otros aprendizajes, lo cual implicó que nos asistiéramos recíproca y solidariamente al compartir informaciones, ideas, recursos, modos en el aprender a aprender. Favoreció el logro de nuestras intenciones, cualitativa y cuantitativamente más ricas y potentes en contenido y forma pues reunió conocimientos, propuestas y soluciones de todas las personas del grupo. Aumento la motivación por el aprendizaje, puesto que se dio una retroalimentación permanente entre los miembros del grupo. Permitió el proceso de Autoevaluación y Evaluación entre Pares como fuente para desarrollar nuevas estrategias de aprendizaje. Fomentó vínculos solidarios porque permitió confrontar experiencias interpersonales y desarrollar la colaboración entre pares a partir de la construcción de un lenguaje común y el establecimiento de normas de funcionamiento grupal. - 42 - Revista Cognición – Nº 7 – septiembre - octubre – 2006 – págs. 38 - 45 ISSN 1850-1974 Berta Rotstein et al. El trabajo colaborativo en entornos... Promovió la participación activa de cada uno de los miembros dado que la interacción asincrónica facilito la reflexión y el procesamiento de datos al analizar apuntes, consultar paginas web, profundizar en la bibliografía., intercambiar ideas y puntos de vista. Por otra parte, la utilización de la herramienta informática como tal, también coadyuvo a movilizarnos libremente durante todo el proceso del trabajo colaborativo. Dificultades. La figura del tutor indefinida y lejana en algunos momentos, puesto en evidencia en: ¾ Objetivos y consignas de trabajo poco claras. ¾ Escaso seguimiento y ausencia de una evaluación permanente del trabajo siguiéndolo en cada una de las etapas: no implicación. ¾ Demora en la respuesta a los interrogantes y dudas y en la comunicación de novedades, modificaciones en el cronograma, etc. ¾ Abandono de algunos compañeros9. El grupo intentó una recuperación de los mismos pero los tiempos establecidos y el ritmo de trabajo que implicó la tarea impidió el refuerzo de las acciones y por lo tanto no se obtuvo el resultado esperado. Confusiones de los aportes en un principio, debido a que dos integrantes del grupo comparten el mismo nombre. Superposición de envíos de correo electrónico con los intercambios que muchas veces iban en simultáneo, lo que nos convenció de la necesidad de armar una estrategia de envío, secuenciada y diferenciada. La falta de organización previa provocó en un principio confusión y la sensación de esfuerzos individuales mal aprovechados. Estas dificultades de alguna manera abrieron nuevas posibilidades al generar procesos de autogestión. Nos queda como incógnita si un acompañamiento y asesoría mas activo por parte del tutor hubiera evitado el abandono de los que así lo hicieron y si nuestro proceso se hubiera dado de esta manera. ALGUNAS REFLEXIONES A MODO DE SUGERENCIA La conformación de grupos entre personas desconocidas, para elaborar trabajos colaborativos mediante relaciones enteramente virtuales es un proceso delicado. Para ello el profesor/ tutor no puede dejar de: Conocer y analizar los aportes previos de los distintos participantes, para, a través de ellos hacerse una idea de las características de cada uno de los integrantes (quién 9 El grupo fue organizado con ocho miembros, de los cuales quedamos cuatro. En ningún momento desde la tutoría nos informaron que, cuándo y por que abandonaron. Cuando los grupos fueron armados, ya varios de estos integrantes tenían semanas sin participar. Los tutores no consideraron este hecho Revista Cognición – Nº 7 – septiembre - octubre – 2006 – págs. 38 - 45 ISSN 1850-1974 - 43 - Berta Rotstein et al. El trabajo colaborativo en entornos... es quién). Para lograr este objetivo se requiere de un cierto tiempo y de diferentes actividades a fin de que los participantes vayan mostrando cómo son y cuál es su nivel de compromiso. Estipular los criterios sobre los que armarán los grupos. Los criterios pueden ser diversos, pero es imperativo establecerlos. No se deben perder de vista los logros que se pretende obtener a partir del entramado de los alumnos participantes. Otro aspecto a no perder de vista es la riqueza que puede aportar al grupo lo diverso. Cada uno de los grupos podría contar con algunas personas que se caractericen por su creatividad, otras por su elevado nivel de reflexión, otras por su capacidad de gestión (que les guste organizar y conducir). Una formación académica diversa y complementaria entre los miembros del grupo, é inquietudes afines entre ellos son elementos enriquecedores. Una vez conformados los grupos y comprobada su potencialidad para el logro de los objetivos propuestos, si estos funcionan, es importante no modificarlos con demasiada frecuencia, pues el proceso de consolidación de los mismos escapa a la gestión del profesor/ tutor y queda en manos de los propios integrantes. Si el curso dura varios meses es posible pretender que el proceso de conformación-consolidación se realice varias veces, pero si el curso es corto quizá vale la pena no arriesgarse con modificaciones que no tendrán tiempo de fructificar. El profesor/tutor no solo “debe” estar presente sino implicarse en la tarea, en la trama grupal, para garantizar el funcionamiento y la permanencia del grupo. Se espera de él que sea capaz de precisar desde el primer momento los objetivos y la relevancia del trabajo y establecer la modalidad de ejecución, tratando de lograr en sus alumnos un compromiso estable con la tarea que favorezca la autonomía de trabajo de cada uno y del grupo, pero que al mismo tiempo los contenga. Cuando se diseñan cursos virtuales de formación permanente ó de especialización para adultos con formación profesional en otras áreas, se requiere aplicar un sistema de enseñanza adaptado a las características de este tipo de público, que aporta al proceso de enseñanza-aprendizaje un fuerte compromiso y un importante bagaje de conocimientos y experiencias previos que es necesario aceptar y adaptar. Hoy nos preguntamos ¿qué aprendimos? Aprendimos a conocernos, a querernos, a compartir, a conceder, a transformarnos con las ideas y puntos de vista del otro, a cooperar con los demás integrando los esfuerzos grupales e individuales, a autogestionarnos, a resolver obstáculos, a producir en forma grupal, a organizarnos. El camino transitado generó cuidado, posibilitó trazar metas, hacer propuestas, tomar iniciativas, afrontar las dificultades desde las fortalezas de cada uno, con ímpetu, innovación y creatividad, cultivando las oportunidades. Este documento lo manifiesta. BIBLIOGRAFÍA Fernández, A. M. (2001) El campo grupal. Bs As.: Nueva Vision. Ferreyra, H. (2003) Enseñar a aprender a emprender: orientaciones metodológicas. Tomado de Revista Novedades Educativas Nº148. Páginas 14-16. Edición Novedades Educativas. Buenos Aires, Argentina. - 44 - Revista Cognición – Nº 7 – septiembre - octubre – 2006 – págs. 38 - 45 ISSN 1850-1974 Berta Rotstein et al. El trabajo colaborativo en entornos... Johnson, D.; Johnson, R. y Holubec, E. (1999) El aprendizaje cooperativo en el aula. Buenos Aires: Piadós. Johnson y Johnson (1999).Los nuevos círculos del aprendizaje. La cooperación en el aula y en la escuela. Buenos Aires: Aique Najmanovich, D. (1995) El Juego de los Vínculos. Bs As: Biblos. Marc E. y Picard D. (1992). La interaccion social. Buenos Aires: Paidos Samaja, J. (1993) Epistemología y Metodología. Bs As: Eudeba. Tapia, M. N. (1998) La solidaridad como aprendizaje. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación. Revista Cognición – Nº 7 – septiembre - octubre – 2006 – págs. 38 - 45 ISSN 1850-1974 - 45 -