PÍO BAROJA 6 LECTURAS sobre 6 TEMAS de EL ÁRBOL DE LA

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PÍO BAROJA
6 LECTURAS sobre 6 TEMAS de EL ÁRBOL DE LA CIENCIA (1911)
I. Perfil psicológico y ambiente familiar de Andrés.
II. Reflexión sobre la vida
III. Reflexión schopenhaueriana.
IV. Anticlericalismo.
V. Desconcierto existencial.
VI. Conciencia social.
I
(Primera parte, capítulo 4, páginas 18-19)
Los dos hermanos mayores, Alejandro y Pedro, habían estudiado en un colegio
mientras cursaban el bachillerato; pero al llegar el turno a Andrés, el padre dijo que era
mucho gasto, y lo llevaron al chico al Instituto de San Isidro, y allí estudió un tanto
abandonado. Aquel abandono y el andar con los chicos de la calle despabiló a Andrés.
Se sentía aislado de la familia, sin madre, muy solo, y la soledad le hizo
reconcentrado y triste. No le gustaba ir a los paseos donde hubiera gente, como a su
hermano Pedro; prefería meterse en su cuarto y leer novelas.
Su imaginación galopaba, lo consumía todo de antemano. Haré esto y luego esto —
pensaba—. ¿Y después? Y resolvía este después y se le presentaba otro y otro.
Cuando concluyó el bachillerato se decidió a estudiar Medicina sin consultar a nadie.
Su padre se lo había indicado muchas veces: «Estudia lo que quieras; eso es cosa tuya».
A pesar de decírselo y de recomendárselo, el que su hijo siguiese sus inclinaciones
sin consultárselo a nadie, interiormente le indignaba.
Don Pedro estaba constantemente predispuesto contra aquel hijo, que él consideraba
díscolo y rebelde.
1.- En este fragmento se describe la formación del carácter de Andrés Hurtado.
Justifica por qué es una descripción y señala los rasgos del protagonista.
2.- Analiza sintácticamente: pero al llegar el turno a Andrés, el padre dijo que era
mucho gasto, y lo llevaron al chico al Instituto de San Isidro.
3.- Indica la categoría gramatical y función sintáctica de reconcentrado y triste (línea
sexta).
II
(Primera parte, capítulo 6, página 33)
Muchos domingos, por la tarde, Andrés iba a casa de su condiscípulo Fermín Ibarra.
Fermín estaba enfermo de artritis y se pasaba la vida leyendo libros de ciencia
recreativa. Su madre le tenía como a un niño y le compraba juguetes mecánicos, que a él
le divertían.
Hurtado le contaba lo que hacía, le hablaba de la clase de disección, de los cafés
cantantes, de la vida de Madrid de noche.
Fermín, resignado, le oía con gran curiosidad. Cosa absurda: al salir de la casa del
pobre enfermo, Andrés tenía una idea agradable de la vida.
¿Era un sentimiento malvado de contraste al sentirse sano y fuerte cerca del
impedido y del débil?
Fuera de aquellos momentos, en los demás, el estudio, las discusiones, la casa, los
amigos, sus correrías, todo esto mezclado con sus pensamientos, le daba una impresión
de dolor, de amargura en el espíritu. La vida en general, y sobre todo la suya, le parecía
una cosa fea, turbia, dolorosa e indomable.
1.- Tema y partes del fragmento. Expón las ideas de Baroja sobre la existencia
humana.
2.- ¿Qué clase de relación semántica se establece entre los términos «sano y
fuerte» «impedido y débil»?
3.- Indica la función sintáctica de la construcción preposicional subrayada «le
hablaba de la clase de disección».
4.- Analiza sintácticamente: al salir de la casa del pobre enfermo, Andrés tenía una
idea agradable de la vida.
III
(Primera parte, capítulo 10, páginas 49-50)
La visita en San Juan de Dios fue un nuevo motivo de depresión y melancolía para
Hurtado. Pensaba que por una causa o por otra el mundo le iba presentando su cara más
fea.
A los pocos días de frecuentar el hospital, Andrés se inclinaba a creer que el
pesimismo de Schopenhauer era una verdad casi matemática. El mundo le parecía una
mezcla de manicomio y hospital; ser inteligente constituía una desgracia, y sólo la
felicidad podía venir de la inconsciencia de la locura. Lamela, sin pensarlo, viviendo
con sus ilusiones tomaba las proporciones de un sabio.
Aracil, Montaner y Hurtado visitaron una sala de mujeres de San Juan de Dios.
Para un hombre excitado e inquieto como Andrés, el espectáculo tenía que ser
deprimente. Las enfermas eran de lo más caído y miserable. Ver tanta desdichada sin
hogar, abandonada, en una sala negra, en un estercolero humano; comprobar y
evidenciar la podredumbre que envenena la vida sexual, le hizo a Andrés una angustiosa
impresión.
- Analiza sintácticamente: comprobar y evidenciar la podredumbre que envenena la
vida sexual, le hizo a Andrés una angustiosa impresión.
- Explica el valor de las perífrasis “iba presentado” y “tenía que ser”.
IV
(Primera parte, capítulo 9, páginas 55-6).
El otro cura era un mozo bravío, alto, fuerte, de facciones enérgicas. Hablaba de una
manera terminante y despótica; solía contar con gracejo historias verdes, que
provocaban bárbaros comentarios.
Si alguna persona devota, le reprochaba la inconveniencia de sus palabras, el cura
cambiaba de voz y de gesto, y, con una marcada hipocresía, tomando un tonillo de falsa
unción, que no cuadraba bien con su cara morena y con la expresión de sus ojos negros
y atrevidos, afirmaba que la religión nada tiene que ver con los vicios de sus indignos
sacerdotes.
Algunos internos que le conocían desde hacía algún tiempo y le hablaban de tú, le
llamaban Lagartijo, porque se parecía algo a ese célebre torero.
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—
Oye, tú, Lagartijo— le decían.
—
Qué más quisiera yo —replicaba el cura— que cambiar la estola por una
muleta, y en vez de ayudar a bien morir ponerme a matar toros.
Como perdía en el juego con frecuencia, tenía muchos apuros.
Una vez le decía a Andrés, entre juramentos pintorescos:
—
Yo no puedo vivir así. No voy a tener más remedio que lanzarme a la calle
a decir misa en todas partes y tragarme todos los días catorce hostias.
A Hurtado estos rasgos de cinismo no le agradaban.
Tipo de descripción. Indica qué procedimientos emplea el narrador para
presentar al personaje y qué tiempos verbales.
¿Qué critica el narrador en el personaje? Partes del texto.
- Analiza sintácticamente:
Algunos internos que le conocían desde hacía algún tiempo y le hablaban de tú, le
llamaban Lagartijo, porque se parecía algo a ese célebre torero.
V
(Segunda parte, capítulo 9, páginas 98-99).
—… Ahí está el estafilino , que se lanza a traición sobre otro individuo de su
especie, le sujeta, le hiere y le absorbe los jugos; ahí está el meloe , que penetra
subrepticiamente en los panales de las abejas, se introduce en el alvéolo en donde
la reina pone la larva, se atraca de miel y luego se come a la larva; ahí está…
Sí, sí, no siga usted más; la vida es una cacería horrible.
La Naturaleza es lo que tiene; cuando trata de reventar a uno, lo revienta
a conciencia. La justicia es una ilusión humana; en el fondo, todo es destruir, todo
es crear. Cazar, guerrear, digerir, respirar, son las formas de creación y de
destrucción al mismo tiempo.
Y entonces, ¿qué hacer? —murmuró Andrés—. ¿Ir a la inconsciencia?
¿Digerir, guerrear, cazar con la serenidad de un salvaje?
¿Crees tú en la serenidad del salvaje? —preguntó Iturrioz—. ¡Qué
ilusión! Eso también es una invención nuestra. El salvaje nunca ha sido sereno.
¿Es que no habrá plan ninguno para vivir con cierto decoro?—preguntó
Andrés.
El que lo tiene es porque ha inventado uno para su uso. Yo creo que todo
lo natural, que todo lo espontáneo, es malo; que sólo lo artificial, lo creado por el
hombre, es bueno. Si pudiera, viviría en un club de Londres; no iría nunca al
campo, sino a un parque; bebería agua filtrada y respiraría aire esterilizado…
Andrés ya no quiso atender a Iturrioz, que comenzaba a fantasear por
entretenimiento. Se levantó y se apoyó en el barandado de la azotea.
1) Tipo de texto, temas y partes.
2) Concepción de la vida.
3) Descompón las siguientes palabras y di de qué tipo son: absorbe,
serenidad, invención, salvaje.
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VI
(Segunda parte, Capítulo 5)
Andrés discutía muchas veces con su patrona. Ella no podía comprender que
Hurtado afirmase que era mayor delito robar a la comunidad, al Ayuntamiento, al
estado, que robar a un particular. Ella decía que no; que defraudar a la comunidad
no podía ser tanto como robar a una persona. En Alcolea casi todos lo ricos
defraudaban a la Hacienda, y no se les tenía por ladrones.
Andrés trataba de convencerla de que el daño hecho con el robo a la
comunidad era más grande que el producido contra el bolsillo de un particular;
pero la Dorotea no se convencía.
¡Qué hermosa sería una revolución —decía Andrés a su patrona—, no
una revolución de oradores y de miserables charlatanes, sino una revolución de
verdad! Mochuelos y Ratones, colgados de los faroles, ya que aquí no hay árboles;
y luego, lo almacenado por la moral católica sacarlo de sus rincones y echarlo a la
calle: los hombres, las mujeres, el dinero, el vino, todo a la calle.
Dorotea se reía de estas ideas de su huésped, que le parecían absurdas.
Como buen epicúreo, Andrés no tenía tendencia alguna por el apostolado.
Los del Centro republicano le habían dicho que diera conferencias acerca de la
higiene; pero él estaba convencido de que todo aquello era inútil, completamente
inútil.
1) Tema y partes del texto. En el fragmento se alternan los estilos directo e
indirecto. Señálalos.
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