Dios No Cambia A Dios siempre se le ha caracterizado como

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Dios No Cambia
A Dios siempre se le ha caracterizado como todopoderoso, omnipresente y
omnisapiente, y aunque el Señor sí posee todas estas características, una de las que más
me llama la atención es que Dios no cambia. ¿Cómo puede ser eso benéfico para
nosotros? Te lo explico a continuación.
Las relaciones humanas se basan en gran manera en los sentimientos y las
emociones. Pareciera que nuestras emociones están al mando de nuestras decisiones.
Fácilmente nos dejamos gobernar por la ira cuando nos han dado un puntapié en un
partido de futbol, no analizamos nada simplemente respondemos con otra patada o un
manotazo. No decidimos con la mente sino que nos dejamos gobernar por lo que
sentimos.
En nuestras vidas amorosas parece que se cumple este mismo principio. Todos
alguna vez han sufrido penas de amor ¿cierto? Es triste y a veces devastador aquel
momento cuando la otra persona simplemente dice - Ya no siento lo mismo- Y lo único
que puede agregar es un - lo siento, en verdad lo siento.
¿Dónde quedaron todas aquellas palabras de amor? ¿Dónde las promesas de amor
eterno?
El corazón humano es voluble, cambiante e impredecible. Muchas veces
entregamos nuestros más profundos afectos a personas que no supieron cuidar de ellos y
terminamos con nuestro corazón echo mil pedazos. Quizás al principio todo iba bien y la
confianza fue suficiente para entregar nuestro corazón, pero el tiempo pasó, los
sentimientos y las emociones en la otra persona cambiaron y simplemente dejan un “lo
siento” tras de ellos.
El corazón humano es impredecible como el viento, la Biblia declara su
inestabilidad de la siguiente manera:
Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo
conocerá? (Jeremías 17:9)
Para todos nosotros el amor siempre será una ruleta, puede que nos vaya bien o
puede que nos vaya mal. Pero la otra cara de la moneda la encontramos en Dios quien
nunca cambia:
Pero tú eres siempre el mismo, y tus años no tienen fin (Salmos 102:27)
Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos (Hebreos 13:8)
Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el
Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se
mueve como las sombras (Santiago 1:17)
Por eso les decía que era una de las cualidades que más me gustan de mi Señor ya
que me da seguridad, me brinda paz, me entrega estabilidad emocional porque sé que sus
promesas se mantendrán hoy, mañana y por la eternidad.
Porque el Señor es bueno y su gran amor es eterno; su fidelidad permanece
para siempre (Salmos 100:5)
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno
te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia (Jeremías 31:3)
ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá
apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro
Señor (Romanos 8:39)
Estas son sólo una pequeña muestra de las hermosas promesas de amor eterno
por parte de Dios hacia nosotros. Es mucho más inteligente entregar nuestro corazón a
Dios que a cualquier otra persona porque tenemos la seguridad y la certeza de que estará
en buenas manos; Dios nos amó, nos ama y nos amará por la eternidad.
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