1 SANTOS por VOCACIÓN Nuestra vocación… para un nuevo rostro de la parroquia (Este esquema de adoración eucarística vocacional es particularmente sugerido para alguna circunstancia significativa de la comunidad parroquial. Supone la presencia de algunos representantes de matrimonios, laicos, consagrados y presbíteros). Guía: Hermanos, estamos convocados, o sea llamados en comunidad, para que contemplando la Eucaristía y escuchando las Sagradas Escrituras, tomemos mayor conciencia de nuestra vocación dentro de la vocación de la parroquia. Nos disponemos a vivir este encuentro de intimidad con Jesús Eucarístico y renovamos nuestro “Sí” obediente a su llamada. El Espíritu fortalezca la comunión entre nosotros para un renovado testimonio del Evangelio en nuestro territorio. CANTO: CON AMOR ETERNO (Si es el caso, exposición del SSmo.) Con amor eterno me has amado, antes de nacer tu me has llamado, llegaste a mi vida y la has llenado, de tu amor tu gracia y tu luz y por eso hoy Señor yo quiero desgastar mi vida en bendecirte y ser alabanza de tu gloria porque has hecho obras grandes en mi. Porque todo en mi es don tuyo todo te lo debo a ti porque son mi misma vida y respiro mi sentir, porque sé que todo es gracia y todo viene de ti, en ti me muevo, en ti vivo, en ti existo, mi Dios. Guía: Bendito seas, Dios nuestro, ahora y siempre. Todos: Gloria a Ti, Dios nuestro, Gloria a Ti! Guía: Rey celestial, Espíritu Consolador, Espíritu de Verdad, tú que todo llenas con la plenitud de la vida, tesoro de bienes y dador de vida, ven y habita en nosotros, purifícanos de toda mancha y sálvanos, Bondad infinita. Todos: Santo Dios, Santo inmortal, ten piedad de nosotros. Guía: Dios omnipotente y eterno, infunde tu gracia sobre nosotros y ven en nuestra ayuda a cuántos en esta sagrada presencia invocamos tu nombre, para 2 que con la luz de tu Palabra y la contemplación de la Eucaristía, nuestra comunidad cristiana sea confirmada en la fe y en el amor, y se enriquezca de nuevos carismas y ministerios. Todos: Amén 1. SANTOS POR VOCACIÓN Lector 1: Todos y cada uno, los que formamos la Comunidad parroquial, los discípulos de Cristo Jesús, llamados por él desde el Bautismo, aún en la diversidad de muchas vocaciones y carismas, caminamos por la vida marcados por la común vocación a ser santos. Toda vocación encuentra su realización última y plena en la santidad. Somos, pues, santos por vocación. Lector 2: Del Libro del Levítico(11,44): “Yo soy el Señor, su Dios, y ustedes deben santificarse y ser santos, porque Yo soy santo; Yo soy el Señor, que los ha hecho subir de Egipto , para ser su Dios; sean santos, porque Yo soy santo”. (pausa) Guía: La Escritura nos revela que la santidad no es una de las tantas cualidades de Dios, sino su misma esencia. La distancia infinita entre el Creador y las creaturas es colmada solamente por Jesús, que es como el puente entre la Santidad de Dios y la nuestra. En la comunidad de discípulos de Cristo, es Él mismo Jesús que nos llama a seguirlo en su estilo de vida, en una vida santa. Lector 2: De la carta de San Pablo a los Romanos (1,6-7): “Entre los llamados están también ustedes, que han sido elegidos por Jesucristo. A todos los que están en Roma, predilectos de Dios y santos por vocación, para constituir el pueblo de su propiedad, gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y de Jesucristo el Señor”. (pausa) Guía: La santidad no es fundamentalmente un esfuerzo del hombre, sino un don de Dios Padre, hecho posible por medio de Cristo en la fuerza de su Espíritu. En el bautismo este don es ofrecido a cada uno; desde el bautismo, donde nace nuestra vocación de Comunidad de Hermanos, Hijos de Dios, brota también el compromiso para todos de vivir en la santidad. “¡Sé lo que eres!: es el constante llamado que la Iglesia nos hace para ser una comunidad viva y santa. 3 Lector 3: Del discurso del Papa Juan Pablo II a los jóvenes (año 2000): “En realidad, cuando sueñan en ser felices, ustedes están buscando a Cristo Jesús; es él que les espera, cuando buscan y nada les satisface; es él que les provoca con esa sed de radicalidad que nos les permite vivir en superficie; es él que los empuja a quitarse las máscaras que falsean la vida; es él que lee en su corazón las decisiones más verdaderas que otros quieren sofocar. Es Jesús que suscita en ustedes el deseo de hacer de la vida algo grande, siguiendo un ideal alto, rehuyendo de la mediocridad”. Todos: Señor, Dios de la vida plena, haciéndonos a tu imagen y semejanza, nos llamas a participar de tu misma vida y de tu gloria, en un ideal de santidad y de comunión plena contigo. Gracias, Señor. En tu Hijo, Jesús, te has manifestado y hecho amigo y hermano, para indicarnos el camino, vinculando su vida a la nuestra. Tú primero te has hecho Samaritano, prójimo a nosotros, para que nosotros nos hagamos prójimos especialmente con el que sufre, generando una sociedad sin excluidos, siguiendo la práctica de Jesús, que come con los publicanos y pecadores, acoge a los pequeños y a los niños, que sana y perdona, y caminemos en comunidad, configurando nuestra vida a la de Jesús, nuestro Maestro. En él, en tu Hijo, descubrimos nuestro ideal de vida plena, acercándonos a su estilo de vida, participando en su misión, caminando hacia la santidad. Nuestra vocación a la santidad es, Señor, una Con-vocación a la comunión en tu Iglesia. Reunidos en tu presencia eucarística, renovamos nuestro compromiso a caminar juntos, cada uno según el don de Ti recibido, y ayudarnos los unos a los otros a construir el único Reino que nos constituye en un único Cuerpo, la Iglesia. Amén. 2. NOSOTROS, TU CUERPO Canto: TODOS UNIDOS Todos unidos formando un solo cuerpo, un pueblo en la Pascua nació. Miembros de Cristo en sangre redimidos, Iglesia peregrina de Dios. Vive con nosotros la fuerza del Espíritu que el Hijo desde el Padre envió. El nos empuja, nos guía y alimenta, Iglesia peregrina de Dios. SOMOS EN LA TIERRA SEMILLA DE OTRO REINO, 4 SOMOS TESTIMONIO DE AMOR: /PAZ PARA LAS GUERRAS Y LUZ ENTRE LAS SOMBRAS, IGLESIA PEREGRINA DE DIOS/ Guía: El templo que nos reúne para la oración comunitaria es el signo del otro Templo vivo que es la Iglesia, la asamblea de los llamados y convocados por el Espíritu Santo, para ser signo y sacramento de la comunión del Padre con el Hijo y el Espíritu. Acojamos la Palabra que en la voz de Pablo nos recuerda que no hay vocación de discípulos misioneros de Jesús, sino en la con-vocación y comunión de todos y cada uno de los carismas y vocaciones particulares que enriquecen la realidad de nuestra comunidad cristiana. Lector 4: De la 1ª carta de San Pablo a los Corintios (12, 4-13) “Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diversidad de actividades. pero uno solo es el Dios que activa todas las cosas en todos. A cada cual se le concede la manifestación del Espíritu para el bien de todos. Porque Dios concede a uno hablar con sabiduría, mientras que a otro, gracias al mismo Espíritu, le da el don del conocimiento. Por el mismo Espíritu Dios concede a uno el don de la fe, a otro el carisma de curar enfermedades, a otro el don de realizar milagros, a otro el don de la profecía, o el don del discernimiento… Todo esto lo hace el mismo y único Espíritu que reparte a cada uno sus dones como Él quiere. Palabra de Dios. TE ALABAMOS, SEÑOS. Todos: Te adoramos, Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida, presente en la Eucaristía en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Tu habitas en el Sagrario y nos llamas a Ti, porque nos quieres iluminar, educar, calentar, confortar, elevar, alentarnos. Te agradecemos porque has querido quedarte con nosotros y deseas ardientemente que nosotros quedemos contigo en una relación de diálogo confiado y personal. Nosotros queremos amarte porque eres nuestra vida y la fuente de todo bien. Queremos amar a todos los hombres que han sido redimidos por tu sangre. Tú eres la vid y nosotros los racimos: queremos estar siempre unidos a Ti para llevar muchos frutos. Tu eres la fuente de la vida y de la Gracia: infunde en nosotros vitalidad, entusiasmo y amor. Tu eres la cabeza, nosotros los miembros: comunícanos tu Espíritu con sus dones. (Adoración personal en silencio) 5 3. ACRECIENTA tu CUERPO con NUEVOS MIEMBROS Canto: POR TI MI DIOS Por ti mi Dios cantando voy, la alegría de ser tu testigo, Señor. Es fuego tu palabra, que mi boca quemó, mis labios ya son llamas y cenizas mi voz. Da miedo proclamarte, pero Tú me dices: “¡No temas! Contigo estoy. Tu palabra es una carga, que mi espalda dobló, es brasa tu mensaje, que mi lengua quemó: “Déjate quemar, si quieres alumbrar, ¡No temas! Contigo estoy”. Guía: Para comunicar el Evangelio en nuestro territorio, el Señor nos ha llamado y formamos una comunidad de discípulos misioneros que continúan reuniéndose para encontrar e invocar al Señor. Nos hemos quedado y hemos decidido de formar parte de esta familia, poniendo a disposición nuestros dones y nuestra vocación personal, para el crecimiento de la fe de todos. Cada uno tenemos una tarea para esa obra que quedará siempre incompleta hasta que todos y cada uno no responderá a los llamados del Señor y tomará parte de la vida de la comunidad. El Dador de todo bien enriquezca de nuevos hijos a esta familia suya y la haga fecunda en todas las vocaciones que este territorio necesita. Lector 1: del libro del profeta Zacarías (8,1-5.7.20-23) “El Señor me dirigió esta palabra: Así dice el Señor todopoderoso, siento un amor profundo por Sión y me consumo de pasión por ella. Así dice el Señor todopoderoso: regresaré a Sión y habitaré en medio de Jerusalén. Jerusalén será llamada ciudad fiel y el monte del Señor será llamado monte santo. Así dice el Señor todopoderoso: ancianos y ancianas volverán a sentarse en las plazas de Jerusalén; cada uno con el bastón en la mano por lo avanzado de su edad. Y las plazas de la ciudad estarán llenas de niños y niñas, que jugarán en ellas. Así dice el Señor todopoderoso: voy a salvar a mi pueblo y traeré a otros pueblos para que vivan en Jerusalén. Ellos serán mi pueblo, Yo seré para ellos un Dios fiel y salvador. Así dice el Señor todopoderoso: todavía han de venir gentes y habitantes de otras ciudades. Los habitantes de 6 una ciudad irán a decir a los de la otra: vamos a aplacar al Señor y a pedir su protección. Yo también voy contigo. Así dice el Señor todopoderoso: en aquellos días diez extranjeros tomarán a un judío por el manto y le dirán: queremos ir con ustedes, porque hemos oído que Dios está con ustedes”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. (pausa de reflexión) Guía: con el salmo 36 expresamos nuestra alegría por las llamadas que el Señor hace en todos los caminos de la vida y nuestra alabanza en reconocer la abundancia de dones que gozamos en su Casa. Contestamos: Señor, sácianos con al abundancia de tu casa. Todos: Señor, sácianos con la abundancia de tu casa. Lector 2: Señor, tu amor llega hasta el cielo, y tu fidelidad hasta las nubes; Tu justicia se asemeja a las altas montañas, y tu derecho al océano profundo Todos: Señor, sácianos con la abundancia de tu casa. Oh Dios, ¡qué inapreciable es tu amor! Los hombres se refugian a la sombra de tus alas, se sacian con la abundancia de tu casa; les das a beber en el río de tus delicias, porque en Ti está la fuente de la vida. Todos: Señor, sácianos con la abundancia de tu casa. Prolonga tu amor con los que te conocen y tu fidelidad con los limpios de corazón. Los jefes de los pueblos se unen al pueblo del Dios de Abrahám pues de Dios son los grandes de la tierra. Todos: Señor, sácianos con la abundancia de tu casa. 4. ACEPTA NUESTRA INVOCACIÓN Guía: Terminamos nuestra adoración poniendo en el corazón de Jesús sacramentado nuestras vocaciones particulares e implorando al Dueño de la mies que nuestra comunidad parroquial se enriquezca de nuevas vocaciones. Los “consagrados” (sacerdotes religios@s, seminaristas etc) ORAN: Señor, planta en lo profundo de nuestra ser la semilla de nuestra vocación cristiana, bautismal. crismal y de nuestra consagración religiosa. Y luego, en el tronco que las raíces profundas de la semilla han hecho crecer, haz crecer, señor, el sentido de la llamada y de la misión, para realicemos nuestra 7 vocación de llamar a otros. No permitas que las dificultades, frases de amigos, mentalidades diversas de la sociedad, la televisión, la opinión pública, nos hagan vacilar de esta nuestra convicción fundamental. Seas tú mismo la raíz de nuestra debilidad, de manera que podamos decir con San Pablo: somos una vasija de barro, pero sabemos en quien hemos puesto nuestra esperanza. Tú eres el fundamento de nuestra palabra y de nuestras acciones, porque no somos capaces de hablar ni de hacer cosas buenas, si Tú no estás con nosotros. Dónanos la gracia de continuar a ser tus colaboradores, construyendo tu reino con nuestro testimonio de vida. María, Madre del Señor, ayúdanos a llevar el espíritu de tu Hijo entre nuestros hermanos, especialmente los más alejados, que también son llamados a hacer parte de tu familia de discípulos misioneros. Amén. Canto-estribillo: Tú eres mi Señor, ningún bien tengo sin Ti. Tú eres mi Señor, /no hay felicidad fuera de Ti. Los ESPOSOS ORAN: Oh Dios, tú has querido que la comunión de vida de los esposos sea el signo sacramental del amor que une Cristo a su Iglesia. Extiende tu mano sobre nosotros y haz que en la alianza por ti consagrada compartamos los dones de tu amor, y llegando a ser el uno en el otro signo de tu presencia, seamos un solo corazón y una sola alma. Ayúdanos a edificar nuestra casa, con el afecto y las obras, en la escuela del Evangelio y podamos ayudar a nuestros hijos a ser miembros vivos de tu Iglesia según la vocación específica que Tú les confías. Amén. Canto-estribillo: Tú eres mi Señor, ningún bien tengo sin Ti. Tú eres mi Señor, /no hay felicidad fuera de Ti. Los NIÑOS, ADOLESCENTES y JÓVENES ORAN: Señor, tengo miedo de aventurarme por el mar de tu infinito. Hay demasiadas voces que proclaman la felicidad y la vida, y yo me siento tan pequeño… estoy tentado de volver la mirada para atrás, donde muchas sirenas cantan y me seducen. Señor, en mi vida y en mi corazón siento clamores de cosas grandes, pero no entiendo muchas cosas: en mi mundo hay lugar para Ti, pero, ¿Por qué salir? ¿Por qué me pides de romper con todo otro amor para conquistar el tuyo? ¿Por qué no quieres que mi corazón sea compartido entre el amor a Ti y a otros? ¿Por qué lo quieres todo? 8 Señor, tengo miedo de decir “Sí”. Tú me buscas y yo salgo por la tangente; Tú esperas siempre un don completo, no te bastan las medias tintas. Señor, sé que lo que tú pides es para el bien de todos, y me llamas para ser instrumento de tu amor y de tu verdad para el mundo. Aunque entre temores y fragilidades, te renuevo mi disponibilidad. Ilumíname en dónde te puedo ser más útil. Cuenta conmigo, Señor. Amén. Canto-estribillo: Tú eres mi Señor, ningún bien tengo sin Ti. Tú eres mi Señor, /no hay felicidad fuera de Ti. TODOS ORAN: Padre, llena con tu Espíritu la vida de cada uno y llena nuestros corazones. Que nuestra comunidad rezuma abundancia de amor, nazcan en ella profetas, broten las vocaciones de compromiso y de servicio; crezcan los sueños, irradie con fuerza la misericordia y se sienta viva la Gracia que fluye de Tí. Que tu espíritu fluya donde quiera, especialmente donde hay dolor, soledad y tristeza; que renueve el rostro de todos los hombres, renueve el corazón de lo pueblos, transforme la tierra. Con fe, concordes, Padre, te invocamos. Amén. Canto: (bendición, si es el caso) Nos envías por el mundo a anunciar la buena Nueva; (2) mil antorchas encendidas y una nueva primavera (2) Si la sal se vuelve sosa, quien podrá salar el mundo, nuestra vida es levadura, nuestro amor será fecundo. Siendo siempre tus testigos, cumpliremos el destino Sembraremos de esperanza y alegría los caminos Cuando soy y cuanto tengo la ilusión y el desaliento. Yo te ofrezco mi semilla y Tu pones el fermento.