Análisis económico y gestión de los recursos naturales

Anuncio
Capítulo 1
Conceptos Introductorios
El hombre sigue siendo un cazador−recolector en lo que se refiere al mar, y durante siglos pareció que la
explotación podría continuar creciendo indefinidamente. Los océanos parecían una fuente inagotable de
recursos. No obstante, esto ya no es así. Una especie tras otra está entrando en crisis al hacerse crónica la
sobreexplotación de la pesca en la mayor parte de los mares.
Lean, G. et al. (1992: 157)
Ante este panorama tan oscuro, nos adentramos en el estudio económico del manejo de los recursos
pesqueros.
El fenómeno que plantea la cita anterior no es un problema que afecte sólo a los recursos pesqueros. En
general es la realidad de la mayoría de los recursos naturales, incluyendo el medio ambiente. Además no debe
pensarse que éste es sólo un problema de algunos países. Es posible observar que en países con diferente nivel
de desarrollo económico se produce un deterioro sistemático de los recursos naturales. Esta situación nos debe
conducir a focalizar los esfuerzos para evitar esta destrucción, si queremos lograr un desarrollo sustentable.
La relación entre los recursos naturales y la economía se estudia a través del concepto de economía circular, y
que recibe el nombre de Enfoque del Balance de Materiales, ya que permite identificar rápidamente la real
importancia de un adecuado manejo de los recursos naturales en el desarrollo de un país.
1.1 Definiciones
Antes de comenzar los temas propios del libro parece adecuado definir que se entenderá por recurso natural.
Como señala Azqueta D. et al. (1994: 15), una definición convencional de los recursos naturales indica que
son todos los atributos de la tierra, vivos o inanimados, que explota el hombre como fuente de alimentos,
materias primas y energía. Millán, J. (1996: 14) identifica dos criterios para definir los recursos naturales:
• Según las propiedades físicas, corresponden a aquellos factores que afectando a los procesos de producción
y consumo, tienen su origen en fenómenos que escapan al control del hombre. Estos procesos de creación
de los recursos pueden ser biológicos, geológicos o químicos, y pueden ser muy cortos como ocurre con la
lluvia o, de muy larga duración, como la formación de una bolsa de petróleo.
• Desde el punto de vista económico, serían los factores que entran en la función de producción pero no han
sido fabricados por el hombre ni a través de un proceso iniciado él. Es decir que no corresponden a los
factores clásicos del trabajo y el capital. Por lo tanto, los recursos naturales se asimilarían al factor tierra.
Para lograr una adecuada tipología de los recursos naturales, se empleará el criterio analítico. De acuerdo a
este criterio es posible diferenciar los recursos naturales de acuerdo a la velocidad con que se regeneran una
vez utilizados, es así como encontramos:
• Recursos no Renovables (recursos agotables). Son los recursos naturales en que la tasa de regeneración
abarca largos períodos de tiempo; por lo tanto, el consumo de una unidad implica su destrucción. Se
encuentran en esta categoría los yacimientos de recursos mineros (carbón, cobre, oro), el petróleo y el gas
natural.
• Recursos no renovables con un flujo de servicios reciclables. En este caso, el consumo del recurso
implica su completa destrucción en cuanto a su forma actual, pero es recuperable mediante un proceso
1
industrial de reciclado. Por ejemplo minerales como el hierro, el aluminio y el cobre.
• Recursos Renovables. Son los recursos naturales en los cuales la utilización produce su destrucción, pero
se produce la regeneración del mismo según un mecanismo de base biológica. Es decir, la tasa de
regeneración es mayor que cero. Esto permite que su utilización en el proceso productivo no lleve a una
disminución total del stock de los mismos. Esta última aseveración es válida sólo si la tasa de extracción o
explotación es menor a la tasa de regeneración natural del recurso.
• Recursos Ambientales. Son aquellos en los que el consumo del recurso natural no implica su agotamiento
o bien su velocidad de regeneración es muy rápida. Por ejemplo el agua, el suelo, el paisaje, el aire. Este
tipo de recursos actúan como depósitos naturales de residuos, en los que se depositan las sustancias
contaminantes, y que son capaces de regenerarse por si solos gracias a procesos bióticos o abióticos.
1.2 Relaciones entre la economía y el medio ambiente: Economía circular
Nuestro análisis parte con la representación simplificada de una economía, donde el nivel de bienestar
−utilidad− logrado por los agentes económicos se obtiene por el consumo de bienes y servicios. En esta
simplificación no existe el medio ambiente y todo análisis parte con el proceso de producción de estos bienes
los que se destinan al consumo presente y a consumo futuro −bienes de capital. Bajo esta perspectiva, la
economía se puede caracterizar como un sistema lineal del tipo:
Gráfico 1.1
La Economía Lineal
Para simplificar el análisis, dejamos fuera lo que ocurre con los bienes de capital y la utilidad reportada por el
consumo de bienes, sin embargo agregamos al flujo, los recursos naturales con lo que se tiene un esquema
más completo. Los recursos naturales son un insumo del sistema económico que se utilizan en el proceso
productivo. Al agregar este elemento, el sistema lineal queda como:
Gráfico 1.2
Los Recursos Naturales y la Economía lineal
Al incorporar los recursos naturales al flujo lineal, se define la primera función del medio ambiente, que es
la de proveer recursos naturales (insumos) al sistema productivo.
Del proceso de producción, consumo de bienes y de los recursos naturales se generan residuos. Sin embargo,
los residuos de los recursos naturales son reciclados de forma natural, a diferencia de los residuos del sistema
económico que no son reciclados en forma natural, los que pueden causar graves daños al medio ambiente.
2
Esta condición de los residuos del sistema económico lleva a concentrarse sólo en ellos, de modo que al
sistema económico lineal se agrega el flujo de residuos.
Gráfico 1.3
Los Residuos y la Economía Lineal
Del gráfico anterior se desprende la existencia de una relación entre los recursos naturales y la cantidad de
flujos de residuos generados en cualquier período de tiempo. Si nos olvidamos de la producción que se destina
a la creación de bienes de capital −que es el consumo en períodos futuros−, entonces el flujo de residuos que
se genera por el uso de los recursos naturales en cualquier período de tiempo, es igual a la cantidad de
recursos naturales empleados y corresponden al flujo de masa de materiales. Es decir se cumple la siguiente
igualdad:
Recursos Naturales Usados = Residuos = Residuos RR.NN. + Residuos Producción + Residuos Consumo
Esta equivalencia constituye la Primera Ley de la Termodinámica, que indica que los recursos naturales
usados deberán terminar en algún lugar del sistema ambiental. Es decir, la materia y la energía usada por el
hombre en la producción de bienes de capital y consumo eventualmente sale del medio ambiente, pero los
residuos que genera la actividad productiva y el consumo vuelven al medio ambiente en una forma diferente
al de los recursos naturales empleados −masa. Cuando se toman en cuenta los bienes de capital esta
equivalencia no es tan sencilla de visualizar, ya que parte de los flujos de recursos naturales pasan a estar
incorporados en estos bienes, con lo que el desgaste de las maquinarias y equipos −equipo de capital
construido en tiempos pasados− aparece como un flujo de residuos en los diferentes períodos de tiempo, y no
solamente en el actual.
Teniendo en mente esta ley, Kenneth Boulding en 1966 escribe The Economics of the Comins Spaceship
Earth, donde considera que la tierra es una nave espacial la que dispone de una dotación definida de recursos.
Por ello resulta necesario ver la tierra como un sistema económico cerrado, en el que existen límites para
lograr los adecuados niveles de bienestar en forma permanente. De esta forma las relaciones entre la economía
y el medio ambiente no se caracterizan por relaciones lineales, sino por una relación circular: todo constituye
un input para todo los demás. Bajo esta concepción de un sistema cerrado, nuestro esquema queda:
Gráfico 1.4
La Economía como un Sistema Cerrado
3
Se ha incorporado al esquema de economía circular la existencia de residuos que pueden ser reciclados, los
que vuelven al stock de recursos naturales y luego al proceso productivo. Pero, según el gráfico no todos los
residuos son reciclados, ¿Por qué?
La respuesta está en la Segunda ley de la Termodinámica. Esta ley está ligada al concepto de entropía. La
entropía describe la dimensión en la cual la materia y la energía están organizadas o estructuradas. Cuando la
materia está poco estructurada y organizada, la entropía del sistema es mayor y viceversa. El reciclaje y el
manejo de los residuos puede convertir la materia no útil −con alta entropía− a formas con baja entropía
−materia útil, pero utilizando sólo energía. Por ejemplo, en ocasiones para poder recuperar los materiales, los
gastos en los que hay que incurrir son elevados, mientras que en otras, es técnicamente imposible
recuperarlos. Por lo tanto, la entropía impone un obstáculo físico, otro límite que se debe tener en cuenta
cuando se rediseña la economía como un sistema cerrado y sustentable.
Si bien Boulding presta atención a esta ley, pero es el economista, Nicholas Georgescu−Roegen, quien ha
desarrollado su aplicación a la economía considerando la tierra como un sistema aislado. En estas
circunstancias el sistema económico utiliza los materiales entrópicamente, es decir, los stock de materia y
energía se degradan continua e inexorablemente tendiendo a cero. Esta postura olvida que la tierra puede
intercambiar energía con el resto de los astros del universo.
Dado que no todos los residuos son reciclados, éstos vuelven al medio ambiente donde la naturaleza se
encarga de reciclarlos. Esta capacidad del medio ambiente para tomar residuos y convertirlos en elementos no
dañinos o incluso ecológicamente útiles recibe el nombre de capacidad de asimilación y es la segunda
función económica del medio ambiente.
Si los residuos que no son reciclados se lanzan al medio ambiente en cantidades y calidades de acuerdo al
ritmo de esta capacidad de asimilación, el sistema de economía circular funcionará como un sistema natural,
lo que no impide que las existencias de recursos no renovables siga disminuyendo. Se daña esta capacidad de
asimilación cuando la cantidad de residuos es superior a lo que resiste el medio ambiente, lo que van en
perjuicio de la segunda función económica del medio ambiente. Es decir, un recurso que en principio era
renovable termina siendo no renovable.
Se han mencionado los recursos renovables y no renovables. Los primeros son aquellos que tienen la
capacidad de renovarse a sí mismos y los segundos no tienen esta capacidad. Considerando esta característica,
podemos esbozar las reglas de explotación óptima de los recursos naturales renovables para lograr un
desarrollo sustentable. Si deseamos mantener los recursos renovables, debemos tratar de utilizarlos a un ritmo
no superior al de su capacidad de regeneración natural. Tomando en cuenta la condición de renovable y no
4
renovable, el subsector de los recursos naturales se desagrega, resultando en:
Gráfico 1.5
El Subsector de los Recursos Naturales
En este gráfico se denomina:
F(x) a la tasa de regeneración −crecimiento− del recurso, y
h al ritmo de explotación del recurso.
Los (−) significan que el stock del recurso se reduce por efecto de la explotación humana, y
(+) que las extracciones del recurso no limitan el crecimiento del stock del recurso natural.
Queda claro que dependiendo de la tasa de explotación que se emplea el stock de recursos naturales se altera.
En el caso de los recursos naturales renovables cualquier tasa explotación que sea inferior a la tasa de
regeneración permitirá que éste aumente, y viceversa. En el caso de los recursos no renovables, cualquier
nivel de explotación reduce el stock. Por ello se debe encontrar la secuencia óptima de explotación que
permita mantener y/o aumentar los niveles de bienestar en el tiempo de forma adecuada.
Con esta distinción de los recursos naturales se completa la idea de economía circular, en lugar de un sistema
abierto y lineal. Se tiene entonces un sistema cerrado circular y las leyes de la termodinámica aseguran que
esto ha de ser así.
En el esquema final se incluye las consideraciones previas y se agrega, un nuevo flujo de consumo a la
utilidad, que es, la utilidad que se obtiene directamente en forma de disfrute estético (amenidades) y que
corresponde a la tercera función económica del medio ambiente. Esta tercera función se daña, cada vez que
la cantidad de residuos (W) sobrepasa su capacidad de asimilación (A) reduciéndose la utilidad (satisfacción)
del goce estético del medio ambiente y de la disponibilidad de recursos naturales.
El gráfico 1.6 corresponde a la representación de la Economía Circular, para su construcción se unen los
gráficos 1.1 a 1.5.
5
Gráfico 1.6
La Economía Circular
Al agregar estos últimos elementos tenemos un cuadro completo del concepto de economía circular que recibe
el nombre de Enfoque del Balance de Materiales, donde se identifican las tres funciones económicas del
medio ambiente: (i) oferente de recursos, (ii) asimilador de residuos, y (iii) fuente directa de utilidad. Son
funciones económicas porque todas ellas tienen un valor económico positivo, ya que si se transaran en un
mercado los participantes les asignarían un valor positivo. Los daños generados por maltrato al medio
ambiente ocurren −desde la perspectiva económica− porque no reconocemos los precios positivos de las
6
funciones económicas del medio ambiente, y esto se debe a que percibimos el sistema económico como un
sistema abierto y lineal, donde los recursos naturales son unos insumos que existen en cantidades ilimitadas y
cualquier daño del medio ambiente no perjudica el bienestar que puede alcanzar el hombre.
Las tres funciones del medio ambiente forman parte de una función general, que es la función de soporte de
la vida, siendo ésta la más importante ya que no se puede imaginar la vida sin los recursos naturales
generados por el medio ambiente.
1.3 El pensamiento económico y los recursos naturales
La preocupación por los recursos naturales y el medio ambiente no es algo nuevo. El aparente olvido de la
ciencia económica por estos temas, se debe a que en el plano teórico logró importancia la economía
neoclásica, cuya preocupación hasta épocas muy recientes ha sido el análisis de los procesos de producción,
de consumo y las relaciones que se establecen entre ellos, sin tomar en cuenta que los recursos naturales son
los insumos del proceso productivo. En particular, y desde la segunda guerra mundial, los economistas se han
centrado en el problema de mantener y estimular el crecimiento económico. Sin embargo, es a raíz de la crisis
del petróleo de mediados de los años 1970, que se reabre el debate respecto a los límites de los stocks de
recursos naturales y la forma de mantener los niveles de bienestar en el tiempo.
Los instrumentos analíticos de la economía de los recursos ambientales y naturales se encuentran en los
artículos pioneros de Arthur Cecil Pigou (1920) The Economics of Welfare y Harold Hotelling (1931) The
Economics of Exhaustible Resources, sin embargo, la preocupación de la época en que se presentaron estos
aportes teóricos era otra, por ello no se les percibió en su real dimensión.
Las primeras preocupaciones por los recursos naturales se encuentran en los economistas clásicos. A
continuación se enumeran los economistas que identificaron esta problemática:
a. Adam Smith (1723−1790). Consideró que el crecimiento económico y el crecimiento de la población eran
fenómenos pasajeros y que conducirían a un equilibrio que estaría dado cuando se dé el mínimo de
subsistencia y que corresponde al nivel de equilibrio estacionario −cero crecimiento.
• Thomas Malthus (1766−1834). Explicó en forma más explícita cómo se produciría la llegada al estado
estacionario. Su argumento se apoyaba en la evolución del crecimiento de la población en las colonias
americanas, la que se duplicaba aproximadamente cada veinte años. Luego, en su análisis lo único que
explicaba este crecimiento era la tierra disponible en el lugar. Sin embargo, al tener en cuenta que la
disponibilidad de tierra agrícola era finita y estaba dada, con una población creciendo exponencialmente y
con rendimientos decrecientes del factor trabajo en la agricultura, predijo una situación en la cual la oferta
de alimentos per cápita se reducía.
c. David Ricardo (1772−1823). La preocupación de este autor se centró en la distinta fertilidad de la tierra.
Planteaba que la mejor tierra era la primera en cultivarse y al crecer la población, se cultivarían nuevas tierras
de menor calidad. De esta forma se llega a un estado estacionario en el que la mayoría de la gente viviría en
un nivel de subsistencia, debido a que la oferta de alimentos per cápita se reduciría, ya que los sucesivos
incrementos de mano de obra se aplicarían a tierras cada vez de menor calidad.
d. John Stuart Mill (1806−1873). Este autor consideraba que los recursos naturales impondrían los límites al
crecimiento económico y se alcanzaría el estado estacionario. Predijo, asimismo, que el crecimiento
económico continuado tendría efectos negativos para el medio natural. Reconoció el hecho de que el cambio
tecnológico podía, hasta cierto punto, contrarrestar el efecto de la ley de rendimientos decrecientes de la tierra
de uso agrícola, evitando de esta forma la caída de la oferta de alimentos per cápita y permitiendo, entre otros
aspectos, una mejora en el nivel de vida.
7
En las décadas de los años 1950 y 1960, la preocupación de los economistas se centró en el crecimiento
económico, producto de las altas tasas de crecimiento que alcanzaban los países industrializados. Sin
embargo, se observaban marcadas diferencias con aquellos países menos desarrollados y un deterioro en el
bienestar de estas sociedades como consecuencia de la contaminación ambiental.
Entre 1870 y 1970 la mayoría de los economistas suponía que el crecimiento económico se podía mantener
indefinidamente; sin embargo, la evidencia del deterioro medioambiental de la década de los años 1960
indicaba lo contrario.
Después de 1970, la mayoría de los economistas mantenían el argumento de que el crecimiento económico
seguía siendo factible −una necesidad económica creciente que no deja fuera los recursos naturales− y
deseable −el crecimiento económico no necesita reducir la calidad global de vida−. Faltaba definir
adecuadamente un sistema de precios que permitiera cumplir con estos objetivos.
Las críticas al crecimiento sostenido y el deterioro del medio ambiente y de los recursos naturales, alcanzó un
impulso internacional debido al informe Los límites al Crecimiento, encargado por el Club de Roma a un
grupo de especialistas del MIT, dirigido por Dennis L. Meadows, publicado en 1972. En este informe se
pronosticaba el colapso del sistema hacia la mitad del siglo XXI debido fundamentalmente a que el
crecimiento económico exponencial chocaba con los límites que supone un medio natural limitado y, en
particular, unas reservas finitas de recursos no renovables. Hubo un amplio debate de estos resultados.
La crítica fundamental venía dada por el hecho de que el modelo no incluía un mecanismo de precios. En
otras palabras, la existencia de un precio para los recursos naturales, asegura que cuando éstos sean escasos su
precio deba subir, con lo cual los productores tenderán a reducir su empleo, y utilizarán un recurso sustituto
que contenga menos recursos naturales. Del mismo modo los consumidores modificarán sus preferencias
alejándose de aquellos bienes que ahora resultan más costosos, debido al encarecimiento de las materias
primas −recursos naturales−, y reduciendo de esta forma la demanda por dicho bienes.
Un argumento en la misma línea indica que al hacerse más costoso y escaso el recurso, aumenta el incentivo
al reciclaje. Sin embargo, no todos los contaminantes se pueden reciclar −tal como se indicó cuando se
construyó el modelo de economía circular. Esto nos conduce al segundo problema que identificaba Mill, el de
un medio natural degradado, donde no se ha resuelto el argumento de que hay un mecanismo de
retroalimentación vía precios. La postura económica ortodoxa −existencia de un mecanismo de precios−
señala que la existencia de precios respecto a la provisión de servicios recreativos elimina el problema, ya que
un ambiente más degradado implica una reducción de las funciones económicas del medio ambiente, lo que
lleva a que sus servicios sean más caros, lo que desincentiva su utilización.
Del debate sobre la compatibilidad entre crecimiento económico y medio ambiente de los años 1980, surge el
concepto de desarrollo sustentable, que busca armonizar el crecimiento económico con el medio ambiente.
La definición de este concepto no es muy clara como lo indica Dixon, J. et al. (1991). Una primera
aproximación, desde el punto de vista de los recursos biológicos renovables, diría que la sustentabilidad
significa la utilización de no más del incremento anual de los recursos, con lo que se evita reducir el stock
físico.
La Comisión Brundtland (1987) definió el desarrollo sustentable como la capacidad de satisfacer las
necesidades del presente sin comprometer la capacidad que tendrán las generaciones futuras de satisfacer sus
propias necesidades. Específicamente, se considera que el desarrollo sustentable implica límites, no absolutos,
sino limitaciones impuestas por el estado actual de la tecnología, la organización social sobre los recursos del
medio ambiente y por la capacidad de la biosfera para absorber los efectos de la actividad humana.
Esta concepción de desarrollo sustentable ha llevado a la corriente de pensamiento liberal del enfoque de
materiales a proponer la intervención gubernamental ya que el mercado no es capaz de proteger la calidad del
8
medio ambiente, en contraposición a la postura conservadora de los derechos de propiedad que señala que el
mercado se debe mantener y la intervención gubernamental debe ser limitada.
1.4 La Economía Sustentable
Una definición más operativa diría que el desarrollo sustentable es la maximización de los beneficios netos del
desarrollo económico, sujeto al mantenimiento de los servicios y la calidad de los recursos naturales a lo largo
del tiempo, Pearce, D. et al. (1990: 24). Por lo tanto el desarrollo incluye un cambio estructural de la
economía y la sociedad.
El mantenimiento de los servicios y la calidad del stock de recursos naturales a lo largo del tiempo implica
seguir las siguientes reglas de manejo de los recursos naturales:
a. Los recursos renovables se utilizan de tal forma que la tasa de explotación (h) no sea mayor que la tasa
natural de regeneración (F(x)), es decir, h < F(x). Como el medio ambiente se puede considerar como uno
más de los recursos naturales, podemos agregar, que los flujos de residuos (W) deben ser menores a la
capacidad de asimilación del medio ambiente (A), es decir W < A.
Se debe advertir que en esta condición, la tasa natural de regeneración y la capacidad de asimilación del
medio ambiente no son elementos estáticos. Por ello, es posible que ambos elementos estén muy relacionados.
También se debe advertir que los recursos naturales y la capacidad de asimilación del medio ambiente, son tan
importantes que si no existieran, no se podría hablar de desarrollo sustentable por mucho tiempo. Por lo tanto,
si queremos lograr un desarrollo sustentable no se deben disminuir los recursos renovables y la capacidad de
asimilación del medio ambiente.
b. El uso óptimo de los recursos no renovables, la sustitución con recursos renovables y el progreso
tecnológico.
En el caso de los recursos no renovables, su explotación reduce el stock disponible de ellos. Esta situación nos
lleva a que se deban mejorar las reglas de gestión anteriores, teniendo en cuenta los siguientes dos aspectos:
• sustitución entre los recursos no renovables y renovables, es decir, se debe aumentar el stock de recursos
renovables para compensarlos con la disminución del stock de recursos no renovables −agotables−, y
• alcanzar una mayor eficiencia en el uso de los recursos naturales, es decir, debe lograr mantener el nivel
de bienestar de la economía con una dotación de recursos naturales que disminuyen con su explotación;
esto obliga a utilizarlos en una menor proporción y en los mejores usos alternativos.
La mayor eficiencia en el uso de los recursos naturales es posible de lograr sustituyendo su uso por medio del
progreso tecnológico; sin embargo, éste genera efectos colaterales. Además es posible sustituir capital natural
por capital construido por el hombre, en este caso la sustitución se puede realizar fácilmente si somos capaces
de determinar cuál de los dos tipos de capital es el más productivo en nuestra tarea de aumentar los niveles de
bienestar de una economía.
Si observamos las reglas anteriores, el stock de recursos naturales se puede mantener, estando disponible en
cualquier período futuro para sostener la economía. Implícitamente, estas reglas de uso, indican que el stock
de recursos se mantiene constante en el tiempo y con ello, los niveles de bienestar.
1.4.1 El Mantenimiento del Capital Natural
La discusión previa sugiere dos razones por las cuales la idea del mantenimiento del stock de capital natural
no necesita ser lo esencial para la sustentabilidad de la economía, ya que el cambio tecnológico mejora la
9
eficiencia del uso de los recursos y pudiendo darse la alternativa de sustitución del capital hecho por el
hombre (KH) más productivo, por capital natural (KN).
Los siguientes son los argumentos, y en algunos casos las advertencias, que permitirán determinar si
efectivamente la sustentabilidad no requiere del mantenimiento de los recursos naturales.
• Sustitución entre capital producido por el hombre (KH) y capital natural (KN)
Esta sustitución no es tan fácil ni rápida si tenemos en cuenta que el capital hecho por el hombre no es
independiente del capital natural. Por lo tanto, la idea de sustitución puede aceptarse si podemos demostrar
que la productividad extra en KH sobrepasa el consumo adicional del recurso natural empleado en la
producción del KH. El resultado no es obvio.
Un segundo punto a tener en cuenta, es que el capital natural cumple otras funciones económicas
−multifuncionalidad de los recursos naturales− que no son compartidas por el capital hecho por el hombre,
como es el caso de ser el soporte de la vida.
Finalmente, la sustitución puede no ser importante para todos los recursos naturales, ya que entre sus muchas
funciones incluye, por ejemplo, el mantenimiento de los ciclos biogeoquímicos del medio ambiente de los
cuales la humanidad depende.
Por lo tanto, la sustitución entre el capital hecho por el hombre y el capital natural será posible sólo si se
pueden cubrir las múltiples funciones de los recursos naturales.
• Progreso tecnológico
El cambio tecnológico se presenta como una forma de reducir la utilización de recursos naturales y lograr una
eficiente gestión de ellos, y de esta forma elevar el nivel de bienestar. A pesar de que existen tecnologías
sustitutivas en el empleo de recursos naturales, éstas no son necesariamente menos contaminantes que la
tecnología existente.
Las aprehensiones respecto del progreso tecnológico, se centran en el hecho de que por el momento éste sigue
la idea de encontrar el recurso renovable que permita reemplazar al recurso no renovable una vez agotado,
desconociendo, además, si el proceso de progreso tecnológico continuará indefinidamente.
• Sustentabilidad, incertidumbre e irreversibilidad
El conocimiento que tenemos del medio ambiente es precario. Por ello, existe incertidumbre respecto del rol
que tiene en el soporte y sostenimiento del sistema económico. Si existiera la suficiente claridad científica
respecto de cómo funciona el medio ambiente, y el capital humano proveyera de niveles de bienestar mayores
que el capital natural, no existiría inconveniente en comenzar la sustitución. Sin embargo, la realidad no es
así. Además, cada vez que se toma una decisión respecto del manejo o explotación de un recurso natural, se ha
tomado una decisión que afecta el medio ambiente en forma irreversible, ya que tal vez podemos sustituir las
especies explotadas, pero no somos capaces de restituir el ecosistema que existía. Cuando se está frente a
proyectos de inversión que tienen consecuencias irreversibles, posponerlos involucrará un valor de opción. La
decisión de no invertir hoy siempre se puede echar atrás, dejando libre la posibilidad de invertir un poco más
tarde. Ante semejantes disyuntivas, lo aconsejable parece ser el criterio prudencial respecto a la sustitución de
KN por KH cuando se busca el desarrollo sustentable de una economía.
• Posibilidad de Respuesta
La alta dependencia de los países menos desarrollados y pobres de los recursos financieros y materiales
10
obtenidos de la explotación de los recursos naturales, como es el caso de Chile, lleva a que se vean muy
afectados por las condiciones adversas que afectan tanto a los recursos naturales como a la economía
internacional, teniendo muy poca capacidad de respuesta pues además muchos son mono exportadores de
recursos naturales.
Puede pensarse que la alternativa es que dispongan de un mayor stock de capital humano para enfrentar de
mejor forma los shocks externos; sin embargo, las condiciones económicas no lo permiten.
Por lo tanto, si buscamos que este tipo de países alcance un desarrollo sustentable se debiera mantener un
stock de capital natural mayor, lo que permite una mayor resistencia a los shocks.
• Equidad intergeneracional
Cuando hablamos de sustentabilidad, estamos pensando en que las futuras generaciones también tendrán la
opción de disfrutar y utilizar el stock de capital natural disponible en la actualidad. Esta consideración de
equidad intergeneracional nos conduce a la necesidad de mantener el stock de recursos para lograr la justicia
entre diferentes generaciones.
En el caso del capital humano no existe problema ya que se puede crear y destruir, pero la posibilidad de
incrementar el capital natural es bastante reducida. Por ello, cualquier irreversibilidad en el período actual
elimina la opción para futuras generaciones de no poder acceder a estos recursos, ya que se han extinguido.
• Derechos en la naturaleza
Si se acepta que los animales tienen derechos, luego, uno de estos derechos puede ser existir para poder
ejercer sus derechos. La explotación de los recursos naturales altera y destruye su hábitat, por lo que la
reducción del capital natural entra en conflicto con los derechos de los animales. Por lo tanto, este es también
un argumento a favor de la protección del capital natural.
1.4.2 El Capital Natural Constante
Se ha indicado que se requiere que el stock de capital natural sea constante, pero, se tienen diferentes
interpretaciones para esta condición:
a. El stock de capital está constante si la cantidad física no cambia. La economía nos enseña que no es
posible sumar directamente diferentes cantidades físicas, lo que se hace es valorar cada recurso en términos
monetarios, lo que permite sumar todos los valores monetarios sin ningún problema.
b. El stock de capital está constante si el valor real de los servicios del capital natural no cambia. En esta
interpretación aceptamos que los precios de los recursos naturales reflejan su escasez. Por lo tanto, cuando
valoramos los stock de capital natural con precios que no cambian, obtendremos el stock de recursos naturales
valorado en términos reales −precios constantes− con lo que sabremos cómo se ha modificado la dotación de
capital natural.
c. El stock de capital está constante si el valor del flujo de recursos del stock de capital natural no cambia. En
este caso lo que interesa es que el stock de recursos naturales valorado no cambie. Puede ocurrir entonces, que
la cantidad disminuya pero el precio aumente, permaneciendo el valor constante.
Por lo tanto, dependiendo como se quiera medir la existencia de capital natural constante, los resultados serán
diferentes.
1.5 La Economía Sustentable y la Contabilidad Nacional
11
La discusión de las secciones anteriores, no ha dicho nada respecto de cómo las economías han enfrentado la
medición del desarrollo sustentable.
Por el momento, se utiliza el sistema de cuentas nacionales −principalmente el Producto Interno Bruto (PIB)
como indicador del nivel de ingreso− el que presenta una serie de limitaciones a la hora de identificar si el
crecimiento que se ha logrado en un período de tiempo determinado es sustentable o no. El problema de este
indicador entre otros es que deja fuera de las estimaciones lo que ocurre con la depreciación del capital
natural, con lo que se transforma en un índice bruto de producción de corto plazo no pudiendo decir nada
respecto del desarrollo sustentable. Deja fuera, además, aspectos esenciales de la medición del bienestar,
agotamiento de los recursos naturales y degradación del medio ambiente, entre otros aspectos.
Dados los inconvenientes del actual sistema de cuentas nacionales para medir el desarrollo sustentable, la
Oficina de Estadísticas de las Naciones Unidas han recomendado incorporar la dimensión ambiental con el fin
de obtener el Producto Interno Ecológico (PIE) que se construye teniendo como base el PIB. En el caso de
Chile, tener en cuenta lo que ocurre con el stock de capital natural es bastante importante, si consideramos que
más del 90% de las exportaciones se basan en la explotación de recursos naturales.
El Banco Central de Chile, acogiendo las recomendaciones anteriores, se encuentra diseñando un sistema de
cuentas satélites medioambientales que permitan obtener indicadores sintéticos de cada actividad −en primera
instancia cubre el sector forestal, pesquero y minero−, de manera de identificar aquellos sectores que operan
sobre bases sustentables y aquellos que deben llevar a cabo ajustes tecnológicos para cumplir los
requerimientos de sustentabilidad. Adicionalmente, se busca crear balances de activos naturales que
explícitamente muestren los aumentos y disminuciones del stock de riqueza natural.
Algunas de las limitaciones al sistema de cuentas nacionales son:
a. El agotamiento de los recursos naturales no es considerado como depreciación
El actual sistema de cuentas nacionales, registra el agotamiento de los recursos naturales como producción
−ingreso− de tal forma que mientras mayor sea la explotación del capital natural, sobre todo el de recursos no
renovables, mayor será el éxito macroeconómico y el bienestar asociado a los indicadores de crecimiento. Sin
embargo, desde la perspectiva del desarrollo sustentable este tipo de información no nos ayuda a determinar si
se está manteniendo el stock de capital natural para las generaciones futuras.
La solución es incorporar los recursos naturales en la categoría de bienes de capital fijo, lo que permite que el
Producto Interno Neto (PIN) se ajuste en cada período a medida que los recursos sean extraídos. Una
metodología más ambiciosa consistiría en tratar los recursos naturales no sólo como bienes de capital, sino
también como un stock con características que van más allá del capital, por ejemplo, bienes que generan
utilidad producto del deleite estético −amenidades. Por lo tanto, los ajustes por el agotamiento de los recursos
naturales deberían afectar tanto el PIN al considerar la depreciación del capital natural, como el PIB al incluir
la disminución de bienes y servicios finales que se obtienen del medio ambiente.
b. Los gastos de protección y de reparación del medio ambiente no son tratados satisfactoriamente
Los gastos de protección o reparación del medio ambiente se refieren a todos aquellos gastos en que incurren
−tanto el gobierno y las familias, así como las empresas−, para paliar los efectos negativos provocados por la
contaminación del medio ambiente y la destrucción de los recursos naturales.
Estos gastos de protección se contabilizan como ingreso, pero corresponden a un costo intermedio del proceso
productivo, ya que son gastos necesarios para recuperar la capacidad del medio ambiente de sumidero de
residuos y como soporte de la vida.
12
En el actual sistema de contabilidad nacional, mientras mayor es la contaminación, mayores son las demandas
e incentivos para desarrollar actividades de descontaminación y los gastos por atenciones médicas; así, se
contribuye directamente a incrementar el indicador de crecimiento y bienestar, PIB. Es decir, este indicador
no permite visualizar adecuadamente las dificultades y complicaciones que presentan la contaminación
medioambiental y el agotamiento de los recursos naturales sobre los niveles de bienestar de las personas.
Como señalan Claude, M. et al. (1996), se han propuesto dos métodos para registrar adecuadamente los gastos
de protección y reparación: (a) contabilizar los gastos de protección que realizan las familias y administración
pública como gastos de consumo intermedio, ajustando el PIB hacia abajo, (b) considerar el medio ambiente
como capital fijo o stock, de tal manera que los gastos de protección vendrían a compensar su agotamiento o
degradación reconstituyendo el capital o evitando su degradación. Desde esta perspectiva los gastos de
protección y reparación deberían incrementar el PIB.
c. No se considera la degradación del medio ambiente
La sobreexplotación de los recursos renovables, incluido el medio ambiente, y la cantidad de residuos
generados por la actividad económica por sobre la capacidad de asimilación del medio ambiente, afectan la
posibilidad de un crecimiento sustentable en el tiempo. El actual sistema de cuentas nacionales no toma en
cuenta los efectos negativos que tiene la degradación del medio ambiente en las posibilidades de crecimiento
futuro. Por lo tanto, si buscamos corregir esta limitación, se deben cuantificar las externalidades negativas
generadas por las actividades económicas contaminantes, lo que lleva a ajustar hacia abajo el PIB en el futuro.
Se propone como solución, contabilizar la degradación del medio ambiente como una depreciación del capital
fijo o una disminución del stock, lo que nos lleva al problema de cómo lograr una adecuada valoración
monetaria de estos efectos, ya que es bastante difícil, por el momento, determinar con exactitud la importancia
económica de todas las interrelaciones de las funciones que desempeña el medio ambiente.
d. Los indicadores macroeconómicos derivados del sistema de contabilidad nacional no facilitan una política
de optimización en el uso de los recursos naturales
La información y los indicadores que se derivan de la contabilidad nacional, permiten un adecuado registro
del desempeño económico de un país, pero no dicen nada respecto a los criterios de máxima renta económica
y de uso óptimo y eficiente del stock de capital natural. Por lo tanto, no permite orientar la política
macroeconómica hacia el objetivo de asignar óptima y eficientemente los recursos escasos a sus múltiples
usos alternativos e intertemporales. Parte de esta limitación desaparece en el momento en que la contabilidad
nacional toma en cuenta el problema de la degradación y agotamiento de los recursos naturales disponibles,
quedando pendiente el uso óptimo de los recursos naturales en el tiempo.
Estas cuatro limitaciones, llevan a buscar las correspondientes correcciones que permitan una adecuada
valoración de los niveles de bienestar. Es así como surge el Sistema de Contabilidad Económica y Ambiental
Integrada, que a través de cuentas satélites del medio ambiente permite cuantificar los daños causados a éste.
Así el principal objetivo es disponer de un conjunto de indicadores macroeconómicos, a partir de la
información generada por el sistema de cuentas nacionales existente −en el cual se ha incorporado el hecho de
que los recursos naturales son limitados−, que orienten la política económica nacional hacia la asignación
eficiente de los recursos disponibles.
Para la implementación de las cuentas satélites medio ambientales, se requiere identificar las actividades
relacionadas con las preocupaciones ambientales −principalmente los gastos de reparación y recuperación,
gastos que actualmente se cuantifican en las mediciones del PIB− e incorporar hojas de balance de activos
naturales, las cuales deben valorarse económicamente, para vincular la información generada con el sistema
tradicional de cuentas nacionales.
13
1.6 Principales dificultades en la gestión de los recursos naturales
Las principales dificultades en la gestión de los recursos naturales son: (a) muchos de ellos son de propiedad
común y de libre acceso, (b) la tasa de descuento del futuro y (c) la incertidumbre que caracteriza su gestión.
A continuación se desarrollan estas dificultades.
• Los bienes de propiedad común
Los recursos naturales que se definen como de propiedad común, son aquellos que no son exclusivamente
controlados por un agente o grupo de agentes. Por lo tanto, si el acceso a estos recursos no es restringido, los
recursos pueden ser explotados por el primero que llegue a ellos, llevando a una situación de sobreexplotación
y, en el extremo, a su agotamiento. En esta categoría de bienes se encuentran los bancos de pesca.
Los primeros trabajos en economía pesquera se identifican con Jens Warmings en 1911. Sin embargo, los
textos consignan el artículo de H. Scott Gordon de 1954 The Economic Theory of a Common Property
Resource: The Fishery, como pionero.
En el caso de los recursos pesqueros el hecho que sean de propiedad común y de libre acceso, lleva a que se
destinen demasiados recursos a la actividad pesquera y puede suceder que se llegue a un punto en que la
actividad se vea afectada por un exceso de pesca, poniéndose en peligro la existencia de la especie. Por lo
tanto, desde el punto de vista económico se genera una ineficiente asignación de los recursos y desde el punto
de vista biológico, se tiende a la sobreexplotación de las especies.
Los resultados anteriores se producen porque a medida que se incorporan más pescadores a esta actividad, el
esfuerzo de pesca de cada uno rendirá menos debido a que la cantidad de peces disponible se ha reducido.
Esto lleva a que si cada pescador quiere mantener los niveles de ingreso monetario constante deberá ejercer un
esfuerzo cada vez mayor −por ejemplo, dedicando más horas a la actividad, aumentando los aparejos, o
simplemente yendo cada vez más lejos para obtener la misma producción. La entrada de nuevos pescadores a
la actividad se detiene, cuando los beneficios desaparecen; es decir, nos encontramos con un grupo de
pescadores en donde ninguno de los cuales ha aprovechado los beneficios económicos de la actividad. La
disipación del beneficio es el resultado clásico en la explotación de los recursos de propiedad común.
El hecho de que al aumentar el número de botes −esfuerzo de pesca− disminuya el rendimiento promedio de
los botes anteriores, se debe a la disminución de la densidad de peces en el área. Un bote adicional pesca algo
de lo que hubieran pescado los botes anteriores. Esta situación provoca una divergencia entre el interés
privado y el interés de la sociedad. Desde el punto de vista privado conviene un bote adicional si el ingreso
marginal es mayor que el costo marginal. Desde el punto de vista social conviene un bote adicional, si el
ingreso marginal privado menos la disminución de los ingresos del resto de los botes superan a los costos
marginales. Así el número óptimo de botes en una cierta área será menor, desde el punto de vista social, que
desde el punto de vista privado, ya que en el primer caso se han incorporado los efectos negativos que tiene la
presencia de ese bote para el resto de los pescadores.
Finalmente, en la explotación de los recursos de propiedad común en los que existe libre acceso, no hay
ningún incentivo para que los pescadores actúen de forma de no agotar el recurso, porque si un pescador
dejara de pescar para que el número de peces aumente, será otro pescador el que los capture y obtenga el
beneficio respectivo −ya que los peces antes de ser capturados no tienen dueño definido. Esto implica que la
decisión racional será capturar la especie sin tomar en cuenta el futuro, pues sólo interesa apropiarse lo más
rápido posible de los peces antes que los otros pescadores. Luego, como todos los pescadores piensan igual, se
llega a una situación de sobreexplotación.
Todos los resultados descritos en los párrafos precedentes se producen porque no existen los derechos de
14
propiedad sobre el banco de pesca. Para remediar esta situación la teoría económica tradicional sugiere la
aplicación de impuestos −impuestos óptimos piguvianos− que haría que cada pescador internalice los efectos
que provoca su presencia en la actividad. Por su parte, la economía neoinstitucional sugiere focalizar los
esfuerzos en las características que definen los recursos de propiedad común −la no exclusividad en su
control, la no universalidad y que el acceso a ellos no está limitado, estos recursos son explotados por el
primero que llega a la zona de pesca− y no en una de ellas. Este segundo enfoque se preocupa de los aspectos
institucionales que provocan que las rentas de la actividad, distorsiones que elimina, vía la interacción de los
afectados, no interviniendo la autoridad. Para lograr esta solución se requiere que los derechos de propiedad
estén bien definidos y existan las normas adecuadas para ello.
Eggertsson, Thr. (1990: 18) define la Economía Neoinstitucional como una síntesis de la economía clásica y
la economía institucional. Esta vertiente económica aún está formándose,
...aún no existe consenso claro sobre las definiciones y la terminología y el uso de modelos matemáticos está
menos extendido que en los trabajos recientes de teoría microeconómica aunque las contrastaciones
empíricas tienen mucha más importancia.
Los rasgos comunes que identifica el autor (p. 18), de esta línea teórica son:
• Se modelizan en forma explícita las restricciones definidas por las reglas y contratos que rigen el
intercambio y la estructura idealizada de los derechos de propiedad, tal como en la economía
tradicional.
• Se relaja el supuesto de información completa e intercambio sin costos de transacción, analizándose
las consecuencias de los costos de transacción positivos.
• Se analizan las consecuencias de las variaciones cualitativas de los bienes y servicios para los
resultados económicos y la organización económica.
• El descuento del futuro
La gestión de los recursos naturales, al igual que cualquier proyecto de inversión, requiere evaluar los
diferentes flujos de ingresos y costos que se producen por la explotación del recurso en un horizonte de
tiempo definido. La forma tradicional de abordar este problema es introducir una tasa de descuento o de
preferencia temporal y calcular el valor actual respectivo. Recordemos que se opera de esta forma, porque el
dinero en el tiempo no tiene el mismo valor para una persona; es decir, un individuo prefiere recibir una
cantidad de dinero hoy que postergar recibirlo en el futuro.
En el caso de los recursos naturales, la elección de la tasa para realizar la actualización de los flujos implica
decidir si los recursos los explotamos hoy o los dejamos para las generaciones futuras. Es decir, si pensamos
en la concepción del desarrollo sustentable, nos preocupará elegir una tasa de descuento que no restrinja o
elimine las posibilidades para todas las generaciones venideras.
La elección por lo tanto de la tasa de descuento resulta fundamental, existiendo dos tasas de descuento
diferentes, que dependerán de la perspectiva desde la cual se evalúa la gestión del recurso natural.
Si evaluamos el recurso desde el punto de vista privado, la tasa de descuento corresponderá a la tasa de interés
a la cual un agente puede endeudarse o prestar dinero.
En el caso de la evaluación social, la tasa de descuento se puede conceptualizar de dos formas: (a) como la
tasa social de preferencia en el tiempo, es decir, la sociedad prefiere per se consumo presente en vez de
consumo futuro y (b) como el costo social de oportunidad, es decir, se toma en cuenta la productividad del
capital que se genera por no consumir o no utilizar los recursos en el presente para obtener un consumo mayor
en el futuro. Se puede demostrar que cuando existe competencia perfecta ambas definiciones coinciden.
15
Desde la perspectiva económica, si los recursos de una economía son asignados eficientemente, la tasa de
descuento privada será igual a la tasa de descuento social. La realidad nos muestra que esto no ocurre así, ya
que la existencia de fallas en el mercado y el hecho que la sociedad y los privados asignan valores distintos a
la prima por riesgo, hacen que la tasa de descuento privada sea distinta a la tasa de descuento social.
Podemos agregar que si los proyectos implican un mayor riesgo de los flujos futuros, la costumbre indica
utilizar tasas de descuento más elevadas. No obstante, al actuar de esta forma se está sacrificando el bienestar
de las generaciones futuras a favor de un mayor bienestar de la generación presente, lo que conduce a una
explotación no sostenible del recurso natural que se está gestionando. Por esto autores como Pearce, D. et al.
(1990) sugieren tasas de descuento más bajas para proyectos que involucren recursos naturales, e incluso se ha
defendido la utilización de una tasa igual a cero. Sin embargo, Gómez, Carlos M. (1994: 92), discrepa con
esta forma de alterar el costo de capital ya que distorsiona las decisiones de los agentes:
...En primer lugar, es algo ilegítimo, ya que no es posible desconocer que las personas descuentan el futuro,
es decir, que no hay ninguna razón democrática para que la sociedad no haga lo mismo. En segundo lugar,
cualquier disminución en la tasa de descuento aumenta el volumen de inversiones rentables, y en
consecuencia el uso del tipo de recursos naturales y de facilidades medioambientales. En tercer lugar, tal
solución es impracticable, ya que es imposible encontrar decisiones de inversión o de consumo que no afecten
al medio natural...
• Incertidumbre
La incertidumbre se encuentra en todos los aspectos de la gestión de los recursos naturales, ya que no se sabe
con exactitud la magnitud de los stock de recursos no renovables y renovables. Se ignora cual será la
preferencia de las futuras generaciones por los recursos naturales; se ignora el nivel futuro de precios y costos
de los recursos explotados. Estos aspectos nos llevan a considerar que si queremos mantener la dotación de
recursos naturales que permitan un desarrollo sustentable, debemos actuar con extrema cautela, ya que las
decisiones que se toman respecto de la explotación de los recursos naturales son irreversibles, más aún, si se
desconoce la exacta magnitud de las funciones que cumple el medio ambiente.
Para finalizar, se debe indicar que estas tres consideraciones actúan en forma interdependiente, por lo que la
gestión de los recursos naturales no es algo trivial.
1.7 El sector pesquero chileno
1.7.1 Caracterización del sector
Las condiciones geográficas de Chile y la presencia de la corriente de Humboldt, permiten que se desarrolle
una importante actividad pesquera a lo largo de la costa. La alta productividad de la zona norte es
consecuencia de las surgencias costeras y por el aporte de nutrientes desde la región subantártica que son
transportadas por la misma corriente. Estos elementos favorables han permitido el rápido desarrollo de las
actividades pesqueras en Chile y Perú.
Para caracterizar la extracción de los recursos pesqueros, se debe tener en cuenta dos aspectos: (i) el tipo de
especie que se explota y (ii) las características de la flota y la mano de obra. Así se tienen actividades
relacionadas con pesquerías pelágicas, demersales y bentónicas las que se pueden desarrollar en forma
industrial, semi industrial o artesanal y por medio de centros de cultivo. A continuación se describen estas
pesquerías:
a. Pesquerías pelágicas
Las especies pelágicas son aquellas que viven en la superficie del mar entre 0 y 100 metros de profundidad.
16
Por su carne oscura y el porcentaje de aceite que contienen estas especies no son atractivas para el consumo
humano y constituyen, por lo tanto, el insumo para la elaboración de harina y aceite de pescado. En esta
categoría se encuentran: Sardina Española (sardinops sagax), Sardina común (Clupea bentincki), Jurel
(Trachurus murphyi), Anchoveta (Engraulis ringens), Caballa (Scomber japonicus peruans), Bonito (Sarda
chilensis), Agujilla (Scombresox saurus), Cojinoba del norte (Seriolella violacea), Albacora (Xiphias gladius),
tomado de Negrete, J. (1989: 40−42).
Esta pesquería es básicamente explotada por armadores industriales ligados a la industria de reducción
−elaboración de harina y aceite de pescado−, siendo un sector intensivo en capital que utiliza tecnología de
punta. La flota industrial está constituida por embarcaciones cuyo desplazamiento es mayor a 15 TRB. Existe
también un sector artesanal −cuya flota artesanal está formada por botes o lanchas cuyo desplazamiento es
menor o igual a 15 TRB− y semi−industrial de reducida importancia, aunque en la zona central del país la
pesca de albacora es una importante actividad del sector artesanal.
Además de las industrias nacionales y los pescadores artesanales, existe una flota extranjera de barcos factoría
que opera fuera de las 200 millas náuticas de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), disponiéndose de escasa
información respecto de la operación de estos barcos.
b. Pesquerías demersales
Las especies demersales son aquellas que dependen del fondo marino para realizar algunas de sus funciones
vitales. Son de carne blanca y se destinan principalmente al consumo humano ya sea como producto fresco,
congelado o en conserva. Se encuentran en esta categoría: Bacalao de Profundidad (Dissostichus eleginoides),
Pejegallo (Callorhynchus callorhynchus), Congrio Negro (Genyptetrus maculatus), Congrio Dorado
(Genypterus blacodes), Congrio Colorado (Genypterus chilensis), Merluza Común (Merluccius gayi gayi),
Merluza de tres aletas (Micromesistius austraslis), Merluza de cola (Merluccius australis), Brotula (Salilota
australis), Cojinoba del sur (Seriolella spp), Róbalo (Eleginops maclovinus), Langostino Amarillo
(Cervimunida johni), Langostino Colorado (Pieuroncodes monodon), Camarón Nailon (Hetrocarpus reedi),
tomado de Negrete, J. (1989: 40−42).
En general, en esta pesquería coexiste una flota industrial con una importante flota artesanal, especialmente en
la zona austral.
La pesca artesanal es intensiva en mano de obra y en ella participan cerca de 60.000 personas, siendo el
destino principal de las capturas, las plantas procesadoras de productos del mar: congelado, conservas, etc.
c. Pesquerías bentónicas
Las especies bentónicas son aquellas que viven en íntima relación con el fondo marino y comprenden:
Lenguado (Paralichthys microps, Hippoglossina macrops), Corvina (Cilus montti), Almeja (Venus anticua),
Loco (Concholepas concholepas), Ostión del norte (Chlamys −argopecten− purpurata), Ostión del sur
(Chlamys patagónica), Ostra (Ostrea chilensis), Cholga (Aulacomya ater), Choro Zapato (Choromytilus
chorus), Chorito (Mytilus chilensis), Macha (Mesodesma donacium), Lapa (Fisurella spp), Caracol locate
(Thais chocolata), Piure (Pyura chilensis), Picoroco (Megabalanus psittacus), Jaiba (Homalaspis plana),
Jaiba (Cáncer spp), Langosta de Isla de Pacua (Panulirus pascuensis), Langosta de Juan Fernández (Jasus
Frontalis), Centollón (Paralomis granulosa), Centolla (Lithodes antarticus), Krill (Euphasia antarticus),
Luga−luga (Iradaea spp), Chascón (Lessonia spp), Pelillo (Gracilaria spp), Huiro (Macrocystis pyrifera),
Erizo (Loxechinus albus), tomado de Negrete, J. (1989: 40−42).
Las especies que se clasifican en esta pesquería son capturadas en toda la zona costera del país, aunque es en
la zona austral −X región− donde se concentra el mayor esfuerzo. Las especies capturadas se destinan
principalmente a la producción de productos congelados y conservas. Este sector es explotado solamente por
17
pescadores artesanales.
d. Centros de cultivos
Esta industria se ha desarrollado rápidamente y comprende el cultivo artificial de especies exóticas como el
salmón y la trucha y de recursos nativos como algas y moluscos. El potencial del sector radica en las
condiciones climáticas y geográficas del país. Contrariamente a lo que ocurre con la explotación de los
recursos naturales pesqueros. En este caso, no existe la posibilidad de sobreexplotación ya que no existe el
problema de los bienes de propiedad común.
La explotación de los recursos marinos −peces, mariscos, crustáceos y algas− ha permitido que Chile se sitúe
entre los principales países con desembarques pesqueros. La información de desembarques a nivel mundial
para el año 1998, sitúa a Chile en el séptimo lugar, con un desembarque superior a los tres millones de
toneladas. Ocupan los primeros lugares China, Japón, ex URSS, Estados Unidos, Perú e Indonesia, tal como
se observa en el cuadro 1.1 siguiente.
Cuadro 1.1
Desembarques principales países y años seleccionados
(toneladas)
1948
83.500
2.518.500
1.485.000
2.416.600
84.100
420.000
64.600
816.900
161.000
1.422.200
293.800
195.100
478.100
226.300
China (a)
Japón
Ex URSS
Estados Unidos
Perú
Indonesia (b)
Chile
India (c)
Tailandia
Noruega
República de Corea (d)
Filipinas
Islandia
Dinamarca
República Democrática Popular
275.000
de Corea
Otros Países
10.071.200
Total Mundial
19.500.000
1998
18.306.245
5.259.089
4.917.067
4.708.980
4.338.437
3.698.850
3.265.306
3.214.765
2.900.320
2.850.428
2.026.934
1.827.971
1.681.951
1.557.335
220.000
25.525.722
86.299.400
Fuente: FAO (1965, 1999) Anuario Estadístico de Pesca, Capturas y Desembarques año 1964 y 1998.
Notas: (a) Incluye China Continental y Taiwán, (b) Información del año 1949, (c) Información del año 1950 y
(d) Información del año 1949.
Del cuadro anterior se desprende que la importancia del sector pesquero chileno en el plano internacional es
18
un fenómeno reciente, tal como se observa en el gráfico 1.7.
Este gráfico permite identificar dos fases muy marcadas en la historia del sector pesquero chileno, que son:
Primer Período: Nacimiento de la industria pesquera en la década de los años 1950 y su desarrollo durante los
años 1960, situación que permite un nivel de capturas y desembarques que en promedio para el período
1950−1969 representan el 1,11% del total mundial. Esta importancia relativa es bastante superior a la
registrada en el año 1938 que fue de 0,15% del total de desembarques.
Segundo Período: Recuperación de las capturas producto de la abundancia de la sardina española a mediados
de los años 1970. Se agrega un cambio en la orientación de la política económica dándose importancia al
comercio exterior como motor del crecimiento económico. En estas condiciones la participación de Chile, en
promedio, dentro del total de desembarques mundiales pasa de un 1,96% en la década de los años 1970 a un
7,85% en década de los años 1990.
Gráfico 1.7
Importancia de Chile en el total de desembarques mundiales, 1948−1998
(en porcentaje)
19
Fuente: Apéndice N° 1
En el año 1998, la participación de Chile en el total de desembarques mundiales fue del 3,78%, como
consecuencia de la reducción cercana al 40% del total de capturas −principalmente especies pelágicas− debido
al fenómeno de El Niño que afectó el Pacífico entre 1997 y 1998. El siguiente gráfico muestra el desarrollo de
los desembarques pesqueros chilenos.
Gráfico 1.8
20
Total Desembarques Pesqueros: Chile, 1931−1998
(en toneladas)
Fuente: Apéndice N° 2
El gráfico anterior refuerza claramente la idea de que sólo en las últimas décadas, la actividad pesquera
chilena ha sido importante. En el año 1931, el total de desembarque de pescados, mariscos y crustáceos
21
alcanza a 17.016 toneladas y en 1998, a 3.824.231 toneladas, es decir, los desembarques de 1998
corresponden a 224,7 veces los desembarques registrados en 1931. La tasa de crecimiento promedio para el
período 1931−1998 es del 8,42% anual. El siguiente cuadro, muestra el comportamiento por décadas.
Cuadro 1.2
Desembarques Pesqueros: Chile
(períodos seleccionados)
1931−1939
1940−1949
1950−1959
1960−1969
1970−1979
1980−1989
1990−1998
Desembarques Tasa de crecimiento
Promedio
entre períodos (a)
Tasa de crecimiento
dentro del período (b)
(toneladas)
28.971
49.725
172.579
914.021
1.377.112
4.669.806
6.415.897
(porcentaje)
10,03
7,95
13,19
13,99
8,99
9,67
−4,27
(porcentaje)
71,64
247,07
429,62
50,67
239,10
37,39
Fuente:
Nota: (a) La tasa de crecimiento simple entre los períodos consecutivos
(b) La tasa de crecimiento corresponde al crecimiento promedio anual dentro de cada período.
Claramente, la década de los años 1950−60, y la de los años 1980 son de mayor crecimiento respecto de la
década anterior. En el caso de la década de 1960, además la tasa de crecimiento promedio anual es la más alta
(13,99%).
Al respecto, Negrete, J. (1989: 53−54), señala que hasta 1960, la actividad pesquera nacional tuvo un ritmo de
crecimiento lento e inestable debido a los siguientes factores:
• Falta de conocimiento detallado sobre la distribución en el espacio y en el tiempo de las especies marinas
con valor económico, así como de sus variaciones y disponibilidad.
• Falta de conocimiento biológico adecuado de los organismos vivos del mar chileno, como para dictar
medidas y normas tendientes a la preservación de las especies.
• Escaso interés de parte de los pescadores artesanales e industriales para intervenir en el proceso productivo,
debido a la percepción equivocada respecto de la menor rentabilidad de la actividad pesquera en
comparación a otras industrias.
• Los limitados recursos materiales, productos de una inadecuada política financiera, falta de asistencia
técnica, carencia de una legislación incentivadora, y la ausencia de una política de comercialización de los
productos pesqueros.
El crecimiento registrado a partir de 1961 y hasta el año 1971, se atribuye a la puesta en marcha del Programa
Nacional de Desarrollo Económico que el gobierno encomendó a la CORFO a fines de 1959.
Para fomentar el desarrollo del sector, se crea el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) y se dicta el DFL N°
266 de 1960, que otorga franquicias a la actividad industrial. Además se llevaron a cabo acciones que
22
fomentarían del consumo de pescado a nivel poblacional y se mejorían los canales de comercialización. Por
medio de este DFL se inició el proceso de industrialización en la zona norte, ligado a la explotación de la
anchoveta, que la llevó al colapso entre 1972/73. Paralelamente se fomentó la construcción de embarcaciones
pesqueras y de infraestructura básica.
El rápido crecimiento registrado a partir de 1974 se debe a dos factores como se indicó anteriormente. El
primero es consecuencia de la abundancia relativa de las especies pelágicas, como efecto del fenómeno El
Niño en el período 1976/77 y 1982/83. En estos períodos se produjeron variaciones importantes en la
composición y biomasa del fitoplancton marino, lo que permitió un incremento importante en las capturas de
sardina española, compensando la desaparición de la anchoveta.
El segundo factor es de carácter económico. El gobierno militar propició a partir de 1974 las políticas
económicas de libre mercado con el objetivo de lograr el crecimiento económico, para ello se fomentó la
actividad exportadora, sobre todo de recursos en los cuales se tenía una ventaja comparativa. Producto de lo
anterior, la actividad pesquera comenzó a crecer rápidamente, se invirtió en tecnología, aumentó la flota
pesquera y se modernizaron los procesos productivos, con el fin de producir para el sector externo. Sin
embargo, la actividad siguió concentrada en la actividad reductora, tendencia que en la década pasada cambió.
Con la información disponible hasta 1998, pareciera ser que el nivel de capturas y desembarques pesqueros
tiende a estabilizarse alrededor de las 6 a 6,5 millones de toneladas anuales, tal como proyectaba Inostroza, F.
(1993: 34) en 1993.
Los bajos niveles de captura registrados en 1998 han llevado a los empresarios del sector pesquero a
replantearse el tipo de actividad que desean desarrollar, tal como se aprecia en la editorial de la Revista Chile
Pesquero N° 109 (1999: 3):
... Los determinantes hechos ocurridos mostraron que se necesitaba aunar criterios para enfrentar de una vez
por todas un cambio esencial: El enfoque de explotación extensiva, basado en la búsqueda de la
maximización del volumen de pesca, debe dar paso a un enfoque de maximización de la renta, que supone
actuar tanto en minimizar el desembolso de caja, como aumentar los ingresos dentro de un panorama de
capturas más restringido...
Bastante se ha dicho de la importancia del sector pesquero, pero, falta señalar la contribución a la producción
nacional. En el año 1960 el sector pesquero contribuía con 7.042 millones de pesos −del año 1986− y en 1999
con 125.955 millones de pesos −del año 1986. La evolución durante el período 1960−1999 se presenta en el
gráfico N° 3 y un análisis por décadas en el cuadro N° 3.
Cuadro 1.3
PIB sector Pesquero: Chile
(períodos seleccionados)
Tasa de crecimiento
PIB sector
Tasa de crecimiento
dentro del período
Pesquero promedio entre períodos (a)
(b)
(mills. $ 1986)
1960−1969 9.539
1970−1979 12.110
1980−1989 35.073
(porcentaje)
26,9
189,6
(porcentaje)
4,21
8,27
10,15
23
1990−1999 92.367
163,4
9,71
Fuente: Apéndice N° 3
Nota: (a) La tasa de crecimiento simple entre los períodos consecutivos
(b) La tasa de crecimiento corresponde al crecimiento promedio anual dentro de cada período.
Gráfico 1.9
Participación del Sector Pesquero en el PIB total: Chile, 1960−1999
(en porcentaje)
24
Fuente: Apéndice N° 3
La contribución del sector pesquero en el PIB creció rápidamente a partir de 1975 (0,4% del PIB total) a
1,57% del PIB en 1999. La tasa de crecimiento promedio anual para el período 1960−1999 es del 7,7% versus
un crecimiento promedio anual del 4,0% para el PIB total en igual período. En resultados nos muestran la
rapidez con que se ha desarrollado en sector pesquero, sobre todo a partir de la década de los años 1980 donde
la producción del sector pesquero alcanza una tasa de crecimiento promedio del 10,15% anual. En la década
siguiente la tasa de crecimiento promedio se reduce a 9,71% anual, lo que puede ser atribuido a la
25
consolidación del sector y a las regulaciones que se han aplicado para mantener la biomasa pesquera.
La participación del sector pesquero en el PIB total, muestra tres períodos de crecimiento:
• el primero en la década de los años 1960 con una participación promedio cercana al 0,4% sin perspectivas
de crecimiento,
• el segundo entre 1973 y 1982 con una rápida tasa de crecimiento que deja la participación del sector sobre
el 0,6% y
• el tercer período a partir de 1983, donde se observan tasas de crecimiento que llevan a que la participación
sobrepase el 1,5%.
No cabe duda lo rápido que crece el sector pesquero, pero el aporte directo a la producción nacional es
bastante reducido en relación a la magnitud que alcanza la explotación del recurso natural. Esta situación se
debe a que la producción pesquera ha estado concentrada principalmente en la actividad reductora de recursos
hidrobiológicos. En efecto éstos tienen como destino la producción de harina de pescado, generando un efecto
directo sobre el PIB muy inferior al que se obtendría si una mayor proporción de los desembarques se
procesaran para obtener productos para consumo humano directo, situación que en la última década está
ocurriendo. Los efectos indirectos también pueden ser mayores si la actividad pesquera se orientara al
consumo humano.
Se ha señalado que a partir de 1973, la orientación de la actividad económica fue hacia el sector exportador,
en el gráfico 1.10 se presenta la participación de los productos del mar en el total de exportaciones de Chile.
Se repite el comportamiento estable de la participación de los productos del mar en el total de exportaciones
en el período 1964−1972, con una participación sobre el 2%. El período 1973−1982, caracterizado por un
rápido crecimiento en la participación, pasa de 1,74% en 1973 al 11,1% en 1982. Esta tendencia se quiebra
como consecuencia del deterioro del tipo de cambio real, la caída de los precios externos, la competencia
insostenible de productos extranjeros que llegaban subsidiados y la sobreexplotación de ciertas especies.
Finalmente, un período de crecimiento irregular que tiende a estabilizarse a partir de 1983 −participaciones
sobre el 12%− para tender a estabilizarse alrededor del 11,4% aproximadamente.
Gráfico 1.10
Participación de los Productos del Mar en las Exportaciones Totales: Chile, 1964−1999
(en porcentaje)
26
Fuente: Apéndice N° 4
En 1964, las exportaciones de productos del mar alcanzaron a 22 millones de dólares FOB y en 1999, a 1.806
millones de dólares FOB. El siguiente cuadro resume el comportamiento promedio en los períodos que se
indican.
Cuadro 1.4
27
Exportaciones Productos del Mar: Chile
(períodos seleccionados)
Tasa de crecimiento
Exportaciones del Tasa de crecimiento
dentro del período
sector, promedio entre períodos (a)
(b)
1964−1969
1970−1979
1980−1989
1990−1999
(miles US $)
(porcentaje)
25.578
91.167
545.528
1.487.195
256,4
498,4
172,6
(porcentaje)
2,80
26,34
10,50
7,85
Fuente: Apéndice N° 4
Nota: (a) La tasa de crecimiento simple entre los períodos consecutivos
(b) La tasa de crecimiento corresponde al crecimiento promedio anual dentro de cada período.
Se observa que las mayores tasas de crecimiento nominal se produjeron en la década de los años 1970 y 1980.
La evidencia previa nos señala que este crecimiento está fuertemente influenciada por el crecimiento de las
cantidades transadas más que un aumento significativo de los precios de las exportaciones.
La composición de las exportaciones de los productos de mar se presenta en el gráfico 1.11.
Gráfico 1.11
Composición Exportaciones Productos del Mar: Chile, 1964−1999
(en porcentaje)
28
Fuente: Apéndice N° 4
En este gráfico, cada área representa la participación dentro del total, que tienen los productos del mar que se
exportan anualmente. Destaca la creciente importancia del pescado fresco, refrigerado o congelado −que a
comienzos de los años 1980 era aproximadamente el 10% del total de las exportaciones de productos del mar,
pero veinte años después sobrepasa el 60%− y la marcada reducción de la importancia de la harina de pescado
que pasa de un 70% en 1964 a menos del 20% en el año 1999. En general se presenta una reorientación de la
producción hacia productos con un mayor valor agregado.
29
La información de la composición de las exportaciones para períodos seleccionados es:
Cuadro 1.5
Composición Exportaciones Productos del Mar: Chile
(períodos seleccionados)
Pescado Fresco,
refrigerado o
congelado
Harina de
Pescado y
crustáceos
Congelado de
mariscos y
crustáceos
Conservas de
pescado, mariscos
y crustáceos
Algas
Agar−Agar
Aceites y grasas
Otros productos
TOTAL
1964−1969
Exportaciones
promedio
(miles US$ ( % )
FOB)
1970−1979
Exportaciones
promedio
(miles US$ ( % )
FOB)
1980−1989
Exportaciones
promedio
(miles US$ ( % )
FOB)
697
2,94
3.578
80.363
16.643
63,96 53.285
4.433
2,52
1990−1999
Exportaciones
promedio
(miles US$ ( % )
FOB)
13,35 684.121
44,88
57,91 319.229
59,49 460.678
32,19
17,36 12.732
16,75 37.269
11,59 132.878
11,68
393
1,65
6.333
6,35
28.086
5,46 63.681
4,17
1.226
149
2.004
3
25.549
4,99
0,58
8,38
0,14
100
4.651
1.230
9.001
231
91.041
5,65
1,39
9,22
0,21
100
12.478
10.834
25.049
1.451
514.758
2,61
1,87
5,26
0,37
100
1,47
2,27
1,64
1,68
100
21.842
32.803
23.671
3.259
1.422.934
Fuente: Apéndice N° 4
Observamos que a partir de 1985 aproximadamente, paulatinamente las exportaciones de harina de pescado
dejan de estar sobre el 55% de las exportaciones de productos del mar. En 1999 cuando se registra la menor
participación, con un 15,5% que es el nivel más bajo observado en el período 1964−1999 y corresponde a 280
millones de dólares FOB. Se debe agregar que estos niveles de exportación de harina y aceite de pescado
colocan a Chile entre los primeros productores mundiales, el primer lugar lo ocupa Perú.
La importancia de la categoría de pescado fresco, refrigerado o congelado se consolida en 1985, cuando
alcanza el 10,5% del total de las exportaciones −de ahí en adelante su participación no se ha detenido, al punto
de representar el 60,9% en el año 1999. Podemos suponer que este gran impulso se debe al desarrollo de la
actividad salmonera.
La evolución de los dos principales rubros de exportación se presenta en los gráficos 1.11 y 1.12.
Gráfico 1.12
Participación Harina de Pescado en las Exportaciones Productos del Mar:
30
Chile, 1964−1999
(en porcentaje)
Fuente: Apéndice N° 4
Gráfico 1.12
31
Participación Pescado Fresco, refrigerado o congelado
en las Exportaciones Productos del Mar: Chile, 1964−1999
(en porcentaje)
Fuente: Apéndice N° 4
32
El análisis de la producción industrial del sector pesquero nos permitirá conocer si efectivamente hay un
cambio en las tendencias de la producción o si los resultados y apreciaciones anteriores, se deben a aumentos
de precio de los productos exportados.
Cuadro 1.6
Composición Producción Industrial Sector Pesquero: Chile
(períodos seleccionados)
1951−1959
Toneladas
netas
(%)
(promedio)
Fresco Enfriado
Congelados
Conservas
Harina
Aceite Industrial
Seco−Salado y
Ahumado
Agar−agar
Colagar
Otros
Alginato
Deshidratado
Algas Secas
Surimi
Salado Húmedo
Cocido
Pellet Húmedo
TOTAL
440
4.274
13.812
300
334
1960−1969
1970−1979
Toneladas
Toneladas
netas
netas
(%
(%)
(promedio)
(promedio) )
2,66 11.052
5,67 14.911
82,09241.826
9,19 44.615
1980−1989
Toneladas
netas
(promedio)
2.204
3,53 56.053
4,76 51.522
77,26987.488
14,25165.350
1990−1998
Toneladas
( % netas
)
(promedio)
0,17 40.880
4,43 162.992
4,07 85.357
78,091.238.082
13,08221.545
2,29
9,15
4,79
69,48
12,43
620
0,37 308
0,10 945
0,07 3.492
0,20
27
0,02 191
186
0,06 753
0,02 72
0,06 1.523
0,01 2.694
0,09
0,15
31
0,00 82
0,00 226
0,01 85
17.100
5.051
1.263
223
1.351
100 1.781.864
0,01
0,00
0,96
0,28
0,07
0,01
0,08
100
1,04 4.450
22,77 9.492
73,60 137.390
1,60 15.381
0,99
29
19.158
(%)
100
167.360
100 313.118
100 1.264.500
Fuente: Apéndice N° 5
La producción industrial se concentra principalmente en la harina de pesca y el aceite industrial. Sin embargo,
en los últimos años se ha generado una diversificación de la producción, donde comienzan a tomar fuerza el
pescado fresco enfriado, congelado, las algas secas, surimi y salado húmedo.
Estos últimos antecedentes, y tal como lo indica Inostroza, F. (1993), nos confirman que el sector pesquero
chileno ha iniciado una nueva etapa, caracterizada por una incorporación de mayor tecnología y una
diversificación en los productos pesqueros exportados, de tal forma de consolidar su posición en los mercados
internacionales.
La evolución para el período se presenta en el gráfico siguiente.
Gráfico 1.13
33
Producción Industrial Sector Pesquero: Chile, 1951−1998
(en porcentaje)
Fuente: Apéndice N° 5
Las principales especies explotadas son la anchoveta, el jurel, la merluza y la sardina. En el gráfico 1.14 se
muestra la evolución del desembarque de estas especies:
34
Gráfico 1.14
Principales Especies Pesqueras Explotadas: Chile, 1942−1998
(porcentaje sobre el total de pescado desembarcado)
Fuente: Apéndice N° 2
35
El gráfico anterior, permite explicar por qué el desarrollo del sector pesquero chileno ha estado centrado en la
producción de harina de pescado. Esto se debe a que este producto se elabora principalmente con sardinas,
jurel y anchoveta, que representan sobre el 80% del desembarque total de Chile. Es su relativa abundancia en
la zona norte del país, la que permitió desarrollar la actividad pesquera industrial. Pero su explotación sin
control y las alteraciones del ecosistema marino han provocado el colapso de algunas de estas especies
temporalmente, momento en que es sustituida por otros recursos del mismo tipo.
El colapso de la pesquería de la anchoveta a mediados de los años 1970, se atribuye a la sobreexplotación y a
las condiciones oceanográficas. La especie que la sustituye es la sardina española, que a partir de mediados de
los años 1960 comienza a tener importancia cada vez mayor, llegando a ser explotada abundantemente a
mediados de 1970 y de la década de los 1980, colapsando a mediados de la década de 1980. Esta pesquería
fue sustituida por la del jurel, que había comenzado a tener importancia a comienzos de los años 1980. En la
actualidad se reconoce que esta especie está sobre explotada.
En general, la historia de la explotación de los recursos marinos ha sido sobreexplotar una especie y luego
sustituirla por otra, para mantener los niveles de producción del sector pesquero. La intervención de la
autoridad respectiva, ha resultado en algunos casos ineficiente como lo señala Cañón, J. (1990) en el caso de
la pesquería de la sardina española, aunque, en la actualidad existe un mayor grado de conciencia de que los
recursos marinos tienen una capacidad de regeneración y que no son ilimitados.
1.7.2 La disponibilidad de los Recursos Pesqueros en Chile
La sobreexplotación de los recursos marinos es un fenómeno mundial como lo señala FAO (1999: 7),
estimándose que:
... aproximadamente el 44% de las pesquerías están totalmente explotadas y, por lo tanto, las capturas se
encuentran en el máximo o muy próximo a él, lo que significa que no se prevé margen para una nueva
expansión. Aproximadamente el 16% son objeto de sobrepesca, y tampoco ofrecen mucho margen de
expansión, siendo cada vez mayor la probabilidad de que las capturas disminuyan si no se adoptan medidas
correctivas para reducir o eliminar la situación de sobrepesca. Otro 6% parece que está agotado, lo que
significa una pérdida de la producción total, por no mencionar las pérdidas sociales y económicas derivadas
de una presión pesquera incontrolada y excesiva; finalmente el 3% parece estar recuperándose lentamente ...
El estudio del estado de los recursos marinos mundiales de FAO (1997), revela que a mediados de 1990, al
menos la mitad de las áreas de pesca del mundo ya había alcanzado el peak de producción; obviamente Chile
no escapa a este fenómeno, tal como quedó en evidencia al analizarse el gráfico 1.8.
El conocimiento de la disponibilidad de la biomasa de los recursos actualmente explotados, permite
determinar qué tan sustentable es su extracción futura y tomar las decisiones respectivas para su adecuada
explotación. La información para el período 1985−1993, se presenta en el cuadro 1.7, donde se observa una
disminución bastante importante en el stock de recursos pesqueros, destacando la sobreexplotación de la
sardina española y la recuperación de la anchoveta con un aumento del 183% entre 1985 y 1993.
Cuadro 1.7
Evolución Relativa de los Recursos Pesqueros en Chile 1985/93
(en porcentaje)
Especie
Pelágicos
Sardina Española
Variación (%)
−95
36
Jurel
Anchoveta
Demersales
Merluza común
Merluza del sur
Congrio Dorado
Bentónicas
Almejas
Erizo
Loco
−9
183
−37
−84
−77
−74
−12
−23
Fuente: Claude, M. (1997: 88) cuadro N° 14.
El panorama no es nada alentador, ya que las especies que se utilizan en la producción industrial, en su
mayoría están sobre explotadas o a punto de colapsar. Estos resultados no debieran sorprendernos, ya que los
bienes de propiedad común como las pesquerías, la explotación humana tienden a la sobreexplotación de la
especie. Información más reciente, indica que la sardina española se encuentra en una situación de colapso
debido a la sobreexplotación a la que ha sido sometida, tal como lo señala Gómez−Lobo, A. (1990: 58) y la
Revista Chile Pesquero, N° 108 (1999: 47).
En el caso de la anchoveta, los estudios del IFOP señalan que en el período 1994−1998, el stock se ha
reducido en un 85% y que esta especie se encuentra en estado de sobreexplotación.
Esta situación ha motivado a la autoridad respectiva a tomar las adecuadas medidas para regular la
explotación de los recursos marinos. Entre ellas se encuentran:
• las vedas para las pesquerías del jurel, sardina común, anchoveta, merluza del sur,
• sistema de cuotas individuales transferibles: langostino colorado y merluza,
• programas de reducción de la capacidad pesquera,
• negociaciones entre algunos de los miembros de la Comisión Permanente del Pacífico Sur para llegar
a acuerdo sobre la manera de conservar y ordenar los recursos de alta mar en el Pacífico sudoriental.
Por lo tanto, queda claro que el stock de recursos pesqueros se ha reducido. Gómez−Lobo, A. (1990: 68−70)
agrega que es posible que la sobreexplotación se produzca porque la tasa de descuento privada sea mayor a la
tasa de descuento social o porque, desde el punto de vista económico, sea óptimo la extinción de la especie.
Desde el punto de vista del desarrollo sustentable la sobreexplotación de los recursos pesqueros pone en
peligro la sustentabilidad del sector en el largo plazo, tal como advierte Claude, M. (1997: 48 y 86). Para este
autor, el recurso pesquero dejó de ser un recurso natural renovable, porque a las tasas actuales de capturas no
pueden regenerarse suficientemente los stocks de biomasa, lo que constituye una restricción actual y potencial
al crecimiento de las exportaciones de productos marinos en el futuro.
1.7.3 El Sector Pesquero Chileno y el Desarrollo Sustentable
La preocupación de las Naciones Unidas de avanzar en la incorporación de las consideraciones
medioambientales en las cuentas nacionales, ha sido acogida por el Banco Central de Chile. Por ello se
encuentra diseñando y elaborando un sistema de cuentas satélites ambientales que permitan obtener
indicadores sintéticos −ajustados ambientalmente− de tres sectores: forestal, pesquero y minero. Cuando el
sistema esté funcionando adecuadamente se incorporarán los restantes sectores de actividad. Adicionalmente,
se deben estimar los balances de activos naturales que explícitamente muestren los aumentos y disminuciones
37
del stock de riqueza natural. Posteriormente se deberán valorar estos activos para ajustar la medición
tradicional del PIB.
Las cuentas satélites forman parte del Sistema de Contabilidad Económica y Ambiental Integrada. Éste busca
resolver las limitaciones del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) existente.
El proyecto de Cuentas Ambientales tiene cuatro componentes:
• Balances de Activos Físicos,
• Matrices de coeficientes de emisiones contaminantes,
• Gastos defensivos y
• Valoración.
En el caso del sector pesquero la investigación se ha acotado a las siguientes especies:
• Pesquerías pelágicas: sardinas, jurel y anchoveta.
• Pesquerías demersales: merluza común, merluza del sur y congrio dorado.
• Pesquerías de crustáceos: langostino colorado.
• Pesquerías bentónicas: locos, almejas, machas y erizos.
La elaboración del balance de activos para cada especie está a cargo del Instituto de Fomento Pesquero
(IFOP), y contiene la siguiente información:
• Activo de apertura
• Incrementos
• Tasa de crecimiento
• Reclutamiento
• Disminución
• Mortalidad Natural
• Desembarque
• Artesanal
• Industrial
• Barcos Factoría
• Pérdidas al extraer
• Artesanal
• Industrial
• Barcos Factoría
• Pérdidas de otros recursos
• Tipo:
• Tipo:
• Activo de Cierre
Fuente: Claude, M. et al. (1996: 275).
Las estimaciones realizadas por Gómez−Lobo, A. (1990: 87) sobre la sustentabilidad del sector le permiten
concluir que:
...el sector pesquero durante los años ochenta creció a un ritmo incompatible con la mantención de ese nivel
38
de actividad en el futuro. Si se considera las variaciones de biomasa de los dos recursos más importantes del
país, Sardina Española y Jurel, el crecimiento sustentable habría sido de 4,6%, casi la mitad de los
registrado por la contabilidad nacional [8,8%]. Más importante aún es la descapitalización por pérdida de
biomasa ocurrida en los últimos años de la década y que la medida tradicional de desempeño económico no
registra. Entre 1985 y 1989 habría tenido lugar un crecimiento negativo [−2,2%], en términos sustentables,
mientras que el PGB oficial contabilizó un crecimiento positivo [6,5%].
También considera que desde una perspectiva de más largo plazo, por ejemplo las últimas tres décadas:
... el crecimiento del sector pesquero ha significado un importante aumento de capital para el país. Ha
permitido la explotación de recursos que en el pasado no eran considerados comerciales y así transformó
recursos hidrobiológicos en recursos económicos. Este proceso, al aumentar el empleo, producción y
exportación del sector, implicó un aumento de bienestar para la sociedad. Sin embargo, para mantener esta
riqueza en el tiempo hay que explotarla sustentablemente... pp. 67−68.
Finalmente, este autor está consciente de que las estimaciones de la biomasa de algunas de las especies
consideradas en el estudio, pueden tener errores de medición, pero, la tendencia hacia la pérdida de capital es
algo innegable.
No se debe pensar que sólo el sector pesquero se ha explotado de una forma no sustentable. Figueroa, E. et al.
(1996), en su trabajo sobre la sustentabilidad ambiental del sector exportador chileno, concluyen que tanto el
sector pesquero como el forestal han registrado crecimientos que no corresponden a una generación de
ingreso, sino a una reducción no sustentable del capital natural del país. Agregan además, que no se dispone
de estudios concluyentes acerca del grado y la magnitud de la irreversibilidad de los impactos asociados al
gran dinamismo del sector exportador asociado a los recursos naturales. A conclusión similar llegan Quiroga,
R. et al. (1996).
Un buen ejercicio realizado por Agosín, M. (1996) para determinar cuáles serían las presiones sobre los
recursos naturales si Chile creciera en el largo plazo (1994−2020), a tasas del 7% real anual revela que se
tendrían que explotar más intensamente los recursos naturales tanto renovables como no renovables, ya que
implicaría incrementar seis veces el volumen físico de las exportaciones mineras, forestales, hortofrutícolas,
pesqueras y de servicios de turismo.
De la evidencia empírica de los autores mencionados, se desprende que las actuales tasas de crecimiento irían
en contra de un desarrollo sustentable. Por ende, es labor de todos lograr administrar adecuadamente los
recursos naturales de tal forma que nos permitan seguir disfrutando de mayores niveles de bienestar al igual
que las futuras generaciones.
Referencias Bibliográficas
Achurra, Manuel (1985) Evolución de las Exportaciones de productos pesqueros en Chile, Revista Chile
Pesquero, junio: 42−47.
Agosín, Manuel (1996) Proyecciones y escenarios de largo plazo para la economía chilena, capítulo1:27−45,
en Sunkel, Osvaldo (editor) Sustentabilidad Ambiental del Crecimiento Económico Chileno. Programa de
Desarrollo Sustentable Centro de Análisis de Políticas Públicas Universidad de Chile.
Azqueta, Diego (1994) La problemática de la gestión óptima de los recursos naturales: aspectos
institucionales, capítulo 3: 51−72, en Azqueta, Diego y Ferreiro, Antonio (editores) Análisis Económico y
Gestión de Recursos Naturales, Alianza Editorial, S.A. Madrid, España.
Banco Central de Chile (1985) Indicadores de Comercio Exterior, marzo: 238.
39
Banco Central de Chile (1987) Indicadores de Comercio Exterior, diciembre: 2008.
Banco Central de Chile (1989) Indicadores de Comercio Exterior, diciembre: 2664.
Banco Central de Chile (1994) Indicadores de Comercio Exterior, diciembre: 2115.
Banco Central de Chile (1996) Indicadores de Comercio Exterior, diciembre: 2697.
Banco Central de Chile (1998) Anuario Cuentas Nacionales 1997: 12.
Banco Central de Chile (2000) Boletín Mensual N° 865, marzo: 739, 758.
Cañón, José Raúl (1989) Los cambios globales climáticos y sus efectos en la pesca, Revista Chile Pesquero,
julio−agosto: 23−26.
Cañón, José Raúl (1990) En la zona norte: Regulaciones Pesqueras Aplicadas al Recurso Sardina Española,
Revista Chile Pesquero, agosto−septiembre: 35−41.
Claude, Marcel (1997) Una vez más la miseria, ¿Es Chile un país sustentable?, capítulo 2: 45−146. LOM
Editores, Colección sin Norte.
Claude, Marcel y Pizarro, Rodrigo (1996) Indicadores de sustentabilidad y contabilidad ambiental para el
caso chileno, capítulo 8: 245−284, en Sunkel, Osvaldo (editor) Sustentabilidad Ambiental del Crecimiento
Económico Chileno. Programa de Desarrollo Sustentable Centro de Análisis de Políticas Públicas Universidad
de Chile.
Conrad, Jon M. (1994) Economía de los Recursos Naturales: tiempo, incertidumbre e irreversibilidad,
capítulo 2: 33−50, en Azqueta, Diego y Ferreiro, Antonio (editores) Análisis Económico y Gestión de
Recursos Naturales, Alianza Editorial, S.A. Madrid, España.
Dirección General de Pesca y Caza (1953) Informaciones Estadísticas sobre Pesca 1952, Departamento
Técnico−Económico: 7, 33.
Eggertsson, Thráinn (1995) El Comportamiento Económico y las Instituciones, versión española de Consuelo
Varela Ortega, capítulo 4: 87−124. Alianza Editorial S.A., Madrid, España.
FAO (1950) Anuario Estadístico de Pesca 1948−49: 51−52. Roma.
FAO (1965) Anuario Estadístico de Pesca 1964, Capturas y Desembarques, vol. 18.
FAO (1973) Anuario Estadístico de Pesca 1972, Capturas y Desembarques: 4−11.
FAO (1983) Anuario Estadístico de Pesca 1981, Capturas y Desembarques, vol. 52: 44.
FAO (1990) Anuario Estadístico de Pesca 1988, Capturas y Desembarques, vol. 66.
FAO (1997) Review of the state of world fishery resources: marine fisheries, Marine Resources Service,
Fishery Resources Division. Fisheries Department, FAO Fisheries Circular N° 920 FIRM/C920, Roma, Italia.
FAO (1998) Anuario Estadístico de Pesca 1996, Capturas, vol. 82: 91.
FAO (1999) Anuario Estadístico de Pesca 1999, Capturas en página web.
40
FAO (1999) Base de Datos: Producción Pesquera 1950−1998, sitio WEB FAO.
FAO (1999) El Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura 1998, Departamento de Pesca, Roma.
Figueroa, Eugenio; Donoso, Guillermo; Lagos, Gustavo; Alvarez, Roberto y Muñoz José (1996)
Sustentabilidad ambiental del sector exportador chileno, capítulo 2: 47−86, en Sunkel, Osvaldo (editor)
Sustentabilidad Ambiental del Crecimiento Económico Chileno. Programa de Desarrollo Sustentable Centro
de Análisis de Políticas Públicas Universidad de Chile.
Galindo, Miguel A. y Malgesini, Graciela (1993) Crecimiento Económico. Principales teorías desde Keynes,
capítulo 8: 125−139, Mc Graw Hill.
Gómez, Carlos Mario (1994) Desarrollo sostenible y gestión eficiente de los recursos naturales, capítulo 4:
73−100, en Azqueta, Diego y Ferreiro, Antonio (editores) Análisis Económico y Gestión de Recursos
Naturales, Alianza Editorial, S.A. Madrid, España.
Gómez−Lobo, E., Andrés (1990) Desarrollo Sustentable en el Sector Pesquero Chileno. Una aplicación de la
metodología de contabilidad de recursos naturales, Tesis de Grado N° 83 para optar al título profesional de
Ingeniero Comercial con Mención en Economía, Instituto de Economía Pontificia Universidad Católica de
Chile, Santiago.
Inostroza C., Féliz (1993) El sector pesquero chileno, su realidad y perspectivas: 31−35, Revista Universidad
y Sociedad N° 5 (agosto), Universidad Central Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas.
Instituto de Economía (1999) Base de Datos Programa Interamericano de Macroeconomía Aplicada (PIMA),
Pontificia Universidad Católica de Chile.
Instituto Nacional de Estadísticas (1999) Estadísticas de Chile en el siglo XX: 174−178.
Lean, Geoffrey y Hinrichsen, Don (1992), Las Pesquerías del Mundo en Atlas del Medio Ambiente, Algada
Editores S.A.
Martínez F., Carlos; Caballero G., Leonardo y Böhm S., Gabriela (1989) Evolución de la Pesquería Pelágica
del norte y situación de sus recursos, Revista Chile Pesquero, julio−agosto: 33−41.
Millán, José S. (1996) Curso de Doctorado, Economía de los Recursos Naturales mimeo, Universidad de
Lleida, noviembre.
Negrete S., Jorge (1989) Geografía de la Actividad Pesquera, Tomo XIX Colección Geografía de Chile,
Instituto Geográfico Militar.
Pearce, David and Turner, R. Kerry (1990) Economics of Natural Resources and the Environment, capítulos
1−3: 3−58. The Johns Hopkins University Press. Existe traducción de Economía de los Recursos Naturales y
del Medio Ambiente, Traducción de Abad B., Carlos y Campos A., Pablo (1995) Celeste Editores. Madrid,
España.
Perman, Roger; Ma, Yue y McGilvray, James (1996) Natural Resource and Environmental Economics,
capítulo 1: 1−23. Longman, London and New York.
Quiroga M., Rayén y Van Hauwermeiren, Saar (1996) Chile: Globalización e Insustentabilidad, una mirada
desde la Economía Ecológica, capítulo 6: 77−88. Instituto de Ecología Política Programa de Economía
Ecológica.
41
Reed, William (1994) Una introducción a la economía de los recursos naturales y su modelización, capítulo
1: 15−32, en Azqueta, Diego y Ferreiro, Antonio (editores) Análisis Económico y Gestión de Recursos
Naturales, Alianza Editorial, S.A. Madrid, España.
Revista Chile Pesquero (1988) Nivel de Explotación de la Sardina Española, septiembre−octubre: 37−43.
Romero, Carlos (1994) Economía de los recursos ambientales y naturales, capítulo 1:13−26. Alianza
Editorial, S.A., Madrid
Rutman S., Max y Bitrán, Eduardo (1984) Recursos de origen marino y su utilización, en Aguilera, José
Miguel; Guzmán, Juan Antonio y Rutman, Max (editores) Recursos Renovables Chilenos: Una visión
multidisciplinaria. Escuela de Ingeniería Programa de Bioingeniería, Ediciones Universidad Católica de Chile.
Servicio Agrícola y Ganadero, División de Pesca y Caza (1971) Anuario Estadístico de Pesca 1969/70
Servicio Nacional de Pesca (1981) Anuario Estadístico de Pesca 1980. Ministerio de Economía, Fomento y
Reconstrucción.
Servicio Nacional de Pesca (1984) Anuario Estadístico de Pesca 1983, Ministerio de Economía, Fomento y
Reconstrucción.
Servicio Nacional de Pesca (1989) Anuario Estadístico de Pesca 1988. Ministerio de Economía, Fomento y
Reconstrucción.
Servicio Nacional de Pesca (1998) Anuario Estadístico de Pesca 1997. Ministerio de Economía, Fomento y
Reconstrucción
Sunkel, Osvaldo (1996) Introducción. Los desafíos de la sustentabilidad del desarrollo nacional: 13−24, en
Sunkel, Osvaldo (editor) Sustentabilidad Ambiental del Crecimiento Económico Chileno. Programa de
Desarrollo Sustentable Centro de Análisis de Políticas Públicas Universidad de Chile.
Tecnopesca (1989) Informe Sectorial 1989: Sector Pesquero Chileno, Perspectivas y Requerimientos de
Tecnologías, Bienes de Capital e Insumos, Centro de Negocios y de Transferencia Tecnológica, Departamento
de Ingeniería Industrial Universidad de Chile − FISA.
Tietenberg, Tom (1992) Environmental and Natural Resource Economics, tercera edición, capítulo 3: 44−71,
Harper Collins Publishers.
Debido a que la tasa de regeneración es muy baja y sobrepasa a la existencia de una persona, se supone para
efectos prácticos que ésta es igual a cero.
Esta sección se apoya en Pearce, D. et al. (1990) capítulo 2.
La Primera Ley de la Termodinámica señala que el total de energía y materia se mantiene constante en
cualquier sistema cerrado. De esto se deduce la Ley de conservación de la Energía y la Ley de Conservación
de la Materia. Otra forma de expresar esta ley sería: no podemos crear o destruir energía y materia.
La Segunda Ley de la Termodinámica indica que en el paso de cualquier proceso termodinámico de
equilibrio a otro la entropía del sistema deja al medio ambiente sin cambios o lo aumenta.
Los principios de la termodinámica aplicados a la economía se encuentran desarrollados por Kneese, A.V.;
Ayres, R.V. y D'Arge, R.C. (1970) en Economics and the Environment: A Materials Balance Approach. The
42
Johns Hopkins University Press, Baltimore, M.D.
Estas tres funciones no sólo son económicas (costo−beneficio) sino que obviamente el Medio Ambiente es
susceptible de ser analizado desde otras ópticas científicas, salud, placer, geología, historia, etc.
Este autor establece e marco analítico para determinar el óptimo de la externalidad y el impuesto que conduce
a tal nivel.
Este autor en su artículo seminal reflexiona sobre la forma de asignar eficientemente un recurso natural entre
usos del tipo flujo −ingresos− y stock −depósitos de valor−, determinando cuándo debe extraerse un recurso
no renovable a través de la ruta óptima de extracción.
Véase Galindo, M. et al. (1993: 136−137) para una explicación del concepto y sus implicancias.
La World Commission on Environment and Development en el año 1987 emitió el informe Brundtland.
Aún no se conocen los primeros resultados de estas estimaciones. En el caso del sector pesquero todavía el
Banco Central no recibía la información de las estimaciones de los stocks de los recursos hidrobiológicos
considerados.
Los recursos hidrobiológicos son un grupo de organismos, en cualquier fase de su desarrollo, que tienen en el
agua su medio normal o más frecuente de vida y que son susceptibles de ser utilizados por el hombre
(definición tomada de Alarcón, O. et al. (1983: 6)).
Esta sección se apoya en el trabajo de Claude, M. et al. (1996).
El PIN corresponde al PIB menos los gastos de depreciación del stock de capital.
Estos gastos se conocen en la literatura como defensive expenditures.
Claude, M. et al. (1996: 257), ... Estas cuentas son de origen francés y fueron elaboradas para responder a la
incapacidad del cuadro central de la contabilidad nacional para dar cuenta de las actividades no
mercantiles. Buscan generar respuestas a un cierto número de cuestiones fundamentales para el análisis de
la intervención del Estado en la economía −sobre todo en el área social. Lo interesante de las cuentas
satélites es que ellas pueden contener información de tipo monetario como no monetario y, así, pueden
ilustrar las características cualitativas que poseen ciertas actividades o funciones que no es posible −o
resulta claramente insatisfactorio− valorar monetariamente.
Aún no existe consenso respecto de cuál es el método adecuado para la valoración económica de los servicios
que genera el medio ambiente y los recursos naturales.
Eggertsson, Thr. (1990: 88−89) nota al pie 2, señala que los siguientes trabajos del economista danés: (1911:
495−506) Om Grundrente at Fiskegrunde y (1931: 151−162) Aalgaardsretten, ambos en Nationalökonomisk
Tidsskriff:, se adelantaron en cuarenta años a las teorías propuestas por Gordon.
Tietenberg, T. (1992: 6) señala que el costo de oportunidad del capital se puede separar en dos componentes:
el costo libre de riesgo y la prima por riesgo. El costo del capital libre de riesgo es la tasa de retorno
obtenida cuando existe plena certeza (es decir, no existe riesgo de obtener un resultado mayor o menor). La
prima por riesgo es un costo adicional al capital requerido para compensar a los dueños del capital cuando
el retorno actual y los esperados pueden diferir (nota del autor: esta no es una traducción literal del texto
original en inglés).
43
La caracterización del sector pesquero chileno no pretende ser exhaustiva sino brindar al lector una visión
general apoyada por la información estadística disponible.
Una descripción bastante acabada del sector pesquero se encuentra en Rutman S. et al. (1983) y Tecnopesca
(1989).
Esta corriente también se conoce por el nombre de corriente Chile−Perú.
La siguiente descripción se tomó de Gómez−Lobo, A. (1990: 37−43).
Tonelaje de Registro Bruto (TRB) es la capacidad cúbica total del barco, comprendida entre el plan hasta la
cubierta superior y de todas las superestructuras cerradas. La unidad de medida es la tonelada de Morson
equivalente a 100 pies cúbicos. Ver Gómez−Lobo, A. (1990) Anexo N° 1.
Los países se ordenan de acuerdo a la importancia en el total de desembarques del año 1998. Se ha incluido la
información del año 1948 para visualizar cómo se ha modificado en medio siglo el nivel de capturas y
desembarques a nivel mundial.
Los factores que se analizan a continuación son tomados de Negrete, J. (1989) en las páginas ya señaladas.
Este autor se apoya en el diagnóstico del sector realizado por CORFO en el año 1967.
No se debe pensar que antes de estas iniciativas no existía preocupación por el sector pesquero, en Lübbert,
Hans (1929: 7) El Estado actual de la pesquería marítima en Chile y las posibilidades de su futuro desarrollo
Establecimientos gráficos Balcells & Co. Santiago, se señala que para fomentar la industria pesquera se había
dictado la Ley N° 1.949 del 24 de junio de 1907 (establece primas a los productos de la pesca y primas por
tonelaje de las naves que se ocupan en esta industria) y el Decreto Ley N° 685 del 17 de octubre de 1925
(autoriza la emisión de bonos pesqueros).
Ya en 1929, Lübbert, H. proponía medidas para obligar a las personas a consumir pescados en la dieta
semanal, además identificaba como inconveniente para cumplir con este propósito las deficiencias en los
métodos de almacenaje (conservación) y comercialización.
Negrete, J. (1989: 55).
El estudio de las consecuencias del fenómeno El Niño sobre las pesquerías pelágicas, se puede consultar
Martínez, C. et al. (1989: 33−41); Yáñez, E. et al. (1999: 54−57), Cañón, J. (1989: 23−26) y Negrete. J.
(1989: 31−33).
Negrete, J. (1989: 55).
Un análisis del sector pesquero hasta el año 1992, se encuentra en Inostroza, F. (1993: 31−35).
Véase Negrete, J. (1989: 225).
Para un análisis de la evolución de las exportaciones de los productos pesqueros en el período 1974−1984,
véase Achurra, M. (1985: 42−47).
Véase Rutman, M. et al. (1984: 41).
El surimi es una pulpa de pescado refinada y congelada, cuyas principales características son su capacidad de
formación de gel que le permite adoptar casi cualquier textura deseada, y su estabilidad de largo plazo en
almacenamiento congelado. Su obtención es a través del lavado de la pulpa de pescado, para remover las
44
grasas y otros constituyentes solubles en agua −sangre, pigmentos y sustancias odoríferas− y mezclándolas
con ecrioprotectores −azúcar o sorbitol− antes de su congelación. La principal materia prima de la industria
japonesa de surimi ha sido el alaska pollock. Tomado de Tecnopesca (1989: 70−71).
Esta comisión está formada por Chile, Perú, Ecuador y Colombia. Información tomada de FAO (1999: 31).
1
39
45
Descargar