Versatile Voice From Mexico, in Rock Mode

Anuncio
Una Voz Versátil de México, en Rock
Mode
Escrito por JON PARELES
Publicado: 27 de septiembre de 2010
La pasión nunca es menos que tempestuosa en la música de Ely
Guerra, la cantautora mexicana que se presentó en Le Poisson
Rouge el viernes por la noche como parte del festival Celebrate
Mexico Now, que este año celebra el bicentenario de México.
Para Guerra, la pasión es profunda y sumamente importante, es
una cuestión de éxtasis o desesperada necesidad y es el tema
constante de sus canciones que llevan hasta la catarsis o te
dejan caer hasta el solitario desconsuelo.
Agrandar Esta Imagen
Chad Batka para The New York Times
Ely Guerra se presentó el viernes en Le Poisson Rouge para promover su más
reciente álbum, “Hombre Invisible.”
Blog
Guerra es bien conocida en México pero obstaculizada por la
barrera del idioma en los Estados Unidos. La letra de sus
canciones está en español y en ocasiones contienen algunas
palabras en inglés; “Men make women messy” declara una
canción en inglés. Sus palabras expresan estados de ánimo, no
historias, aguardando la alquimia de su voz. “Soy prisionera del
placer/vuelve a amanecer, siento el veneno de este silencio,” ella
cantó en español en “Lontano”, una canción acerca de la
despedida de un amor de su más reciente álbum, “Hombre
Invisible” (Homey Company).
Desde mediados de 1990, Guerra de 38 años, ha cambiado
incansablemente de estilos en sus álbumes, sumergiéndose en el
funk y baladas, electrónica y bossa nova, revelando más y más
facetas de una voz que puede susurrar suavemente como una
cantante de canciones populares o puede romper en un llanto
desconsolado, sosteniendo por largo tiempo una tonada o
animando el “ooh, ooh” de las canciones populares. Para
ajustarse a “Hombre Invisible,” en el que Guerra colaboró con
importantes rockeros latinoamericanos, su banda de escenario
se centró en la guitarra de rock, rodeando su voz con acordes
energéticos y ritmos sincopados de efecto wah-wah. También
podía inclinarse hacia el reggae o improvisaciones lentas y
seductoras para las canciones antiguas, pero su centro fue
simplemente rock con poder.
Los arreglos se desarrollaron con cada verso, cambiando el
ritmo desde lo lento a lo rápido, siguiendo e incitándola a
medida que su voz se abría; sus canciones casi nunca
terminaban como empezaban. En realidad, no necesitó a la
banda en todas las canciones, para una repetición (encore),
cantó “Júrame” a capela con y sin micrófono, según el público la
acompañara.
Mientras que Guerra cantaba acerca de lo emocionada que
estaba, se transformaban las posturas que adoptaba en el
escenario. Llevaba puesto un top negro con los hombros
descubiertos y sus brazos podían ser tan expresivos como su
rostro, moviéndose de un lado a otro, acariciantes, suplicantes y
regocijantes. Era una criatura de control y abandono, midiendo
sus gestos tan cuidadosamente como lo alcanzaban sus notas,
pero también dejándose llevar por la música. Es poco probable
que el rock sea la última parada en el itinerario musical de
Guerra, pero por el momento, éste resalta la belleza en sus
canciones.
Descargar