Equivalencia en traducciones

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TEMA 4: EL CONCEPTO DE EQUIVALENCIA EN TRADUCCIÓN
Todos los teóricos de la traducción han utilizado de un modo u otro la noción de equivalencia como base
teórica con la que definir la operación de traducción y para concluir que esta equivalencia es el objetivo
esencial que debe perseguir esta.
Desde un punto de vista lingüístico, surgió de Jakobson, distinguía tres formas distintas de traducción:
intralingüística, interlingüística e intersemiótica o transmutación (interpretación de signos linguisticos
mediante sistema de signos lingüísticos). La equivalencia absoluta, afirma Jakobson, no existe en ninguno de
estos tres tipos de traducción, sin embargo toda experiencia cognoscitiva puede expresarse en cualquier
lengua, pues esta dispone, como elemento de comunicación que es, de recursos para superar las barreras
impuestas por la organización estructural peculiar de cada sistema. La misión del traductor será llevar el
contenido del TO a la LM de manera que garantice la equivalencia en la diferencia. No tratará de sustituir
unas unidades por otras, sino mensajes enteros.
Cuando las funciones lingüísticas se subordinan a otras de tipo textual, caso de la poesía cuando el aspecto
formal constituye el contenido mismo del texto, la traducción será imposible.
Catford (1970) parte del concepto de equivalencia textual contraponiéndolo al de correspondencia formal.
Dice que si cada lengua posee un sistema semántico cerrado en sí mismo frente a los demás sistemas
lingüísticos, sólo en casos excepcionales se podría hablar de correspondencia formal, ya que son raras las
ocasiones en que el significado de un segmento de LO coincida con el significado de un segmento de LM. Sin
embargo, aunque los segmentos de LO y LM no coincidan formalmente en las dos lenguas, sí pueden ejercer
la misma función comunicativa están en contextos situacionales semejantes. Por tanto si pueden ser
equivalentes a nivel textual, por tanto los textos o los segmentos de la LO o de la LM serán equivalentes
cuando sean intercambiables en una situación determinada. De esta manera, todo el conjunto del LM se
medirá por la cantidad de rasgos situacionales que tenga en común con el TO. El objetivo, por tanto, de la
traducción no será la selección de equivalentes de la LM con el mismo significado que los elementos de la
LO, sino la selección de equivalentes de la LM que tengan la mayor implicación (relevancia) posible en el
área situacional tratada, serán equivalentes cuando sean intercambiables en una situación determinada. Desde
este punto de vista lingüístico funcional en el que el concepto de situación se está reduciendo al texto, se está
olvidando (tampoco se considera) la interacción entre el traductor y los receptores. Ni siquiera el conjunto de
variables situacionales que vienen a delimitar el contexto extralingüístico y que también son muy importantes
en el funcionamiento del lenguaje. Quizás el modelo teórico más fundamentado en el terreno de la
equivalencia será el de Nida (desde un punto de vista etnolingüístico). Nida afirma que el principal interés del
traductor ha de ser el de conseguir en los receptores meta la misma respuesta que el TO obtuvo de sus
receptores. Nida afirma que hay dos tipos de equivalencias, una formal y otra dinámica. Su experiencia como
traductor nos dice que la correspondencia formal sólo es posible en muy pocas ocasiones, factores como la
distancia geográfica o las diferencias culturales no permite un calco entre las estructuras formales. Frente a la
equivalencia formal establece la equivalencia dinámica (equivalencia de efecto), es decir, que el texto,
superando distancias lingüísticas y culturales se adapta plenamente al nuevo lector y que sea natural en el
ámbito de la comunidad lingüística de este.
El trabajo de Nida es el primero que incorpora de forma explícita al TM en el tema. Queda planteado que el
traductor puede producir un texto diferente dependiendo de los receptores. Con su principio de equivalencia
dinámica se subraya la importancia del tercer elemento de la comunicación intentando superar la controversia:
literal/libre, formal/bello, forma/contenido, que han sido planteados considerando dos elementos de la
comunicación: el emisor y el mensaje.
Definición de equivalencia: cualidad de una traducción en la que el mensaje del TO ha sido transferido a la
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lengua receptora, de tal modo que la respuesta del receptor es esencialmente igual que la de los receptores
originales.
El traductor debe buscar el equivalente más natural y más próximo, pero como equivalencia, no como
identidad. Hay que reproducir el mensaje, no la forma, lo más importante es el contenido.
Tenemos que tener siempre presente que nos referimos a los años 60, en los que se reivindica el carácter
textualde la traducción. Se diferencia entre equivalencia entre lenguas y equivalencia traductora que se sitúa
en el plano textual. Distingue entre transposición de significados y actividad traductora.
Pilar Elena García dice que la dificultad que se le presenta a la Teoría de la traducción es la de determinar
cuando se puede decir de dos textos que tienen igualdad de valor en dos lengua y dos culturas diferentes.
Apunta que hay que plantearlo desde dos perspectivas:
• Prospectiva: son necesarios unos presupuestos o normas traslativas que ayuden al traductor en el
momento de la selección y elección de equivalentes en aquella fase del proceso de traducción
intermedia entre fase de comprensión del TO y la de reverbalización del TM.
• Restrospectiva: la equivalencia significará la creación de unos parámetros que nos permitan
determinar cuando se critica una traducción si un texto traducido es equivalente o no a su original.
• Algunos autores aseguran que de todas formas, la teoría de la traducción ha sido incapaz hasta ahora
de crear un concepto diferenciador y operativo del concepto de equivalencia. Dentro de esta
perspectiva actual, una traducción lo que viene a perseguir es obtener textos que dentro dela cultura
término tengan el mismo valor que tenía el texto en la lengua original
• Wills señala 3 causas por las que aún no se ha conseguido un concepto diferenciado y operativo de
equivalencia: el traductor, texto y receptor.
♦ El traductor: está claro que su subjetivismo puede plasmarse en las soluciones que adopta ante
los diversos problemas. Su labor no es neutral, sino que está mediatizada por su preparación,
competencia profesional y su capacidad de interpretación.
♦ El texto: los textos, en general, encierran una especie de multivalencia que viene a dificultar
el empleo de una serie de equivalencias de carácter objetivo.
♦ El receptor: es el último eslabón en el proceso de traducción. Ha de ser tenido en cuenta a la
hora de establecer unas relaciones equivalentes objetivas entre el TO y el TM. Hay que tener
en cuanta los parámetros referenciales del receptor como la edad, la experiencia del traductor,
el propósito que se persiga en el texto...
Clasificaciones:
Kade dice que las equivalencias son las correspondencias potenciales entre los signos de una lengua y
los de otra. Considera que la traducción debe tener intacto el contenido y por tanto se establecen:
♦ Equivalencia total: es aquella en la que hay una relación plena, interlingüística de forma y
contenido. Se podrían incluir los nombres propios, los términos técnicos y las cifras.
♦ Equivalencia facultativa: aquellos casos en los que existen varios equivalentes en la lengua de
llegada y es el contenido el que permite establecer uno.
♦ Equivalencia aproximada: hace referencia a cuando la correspondencia semántica es parcial,
es decir, que los campos semánticos no son idénticos.
♦ Equivalencia cero: e da cuando no existe correspondencia para una unidad léxica, son los
conocidos vacíos referenciales. Es cuando hay que recurrir al calco o al préstamo.
A este traductor se le ha criticado porque se ha basado en el nivel léxico del texto, cuando se supone
que está en una escuela en la que se traduce de texto a texto. El trabajo de Kade está basado en los
textos técnicos donde hay muchos tecnicismos.
Para Pilar Elena García el análisis más detallado de la equivalencia fue el que realizó Koller, que
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distingue cinco tipos de equivalencia.
1. Una equivalencia denotativa, que atiende al texto, a la realidad extralingüística transmitida en este,
busca que no haya variación de contenidos. La atención de esta equivalencia estará centrada en la
búsqueda de correspondencias léxicas.
2. Una equivalencia connotativa, que busca plasmar las connotaciones del texto referente al plano del
estilo. Se refiere a la opinión personal del autor.
3. Equivalencia normativa, que persigue mantener la normativa lingüística y textual que rige para
determinados tipos de textos. Existen ciertas formas establecidas y aceptadas.
4. Equivalencia pragmática o comunicativa, que procura que el TM produzca en el receptor de la
traducción el mismo efecto que el TO produjo en sus lectores.
5. Equivalencia formal, que requiere textos con determinadas propiedades estilísticas y estéticas
particulares.
A estos tipos de equivalencias propuestos, Konigs añade otros dos que denomina básicos:
1. Equivalencia funcional o pretendida, que trata de mantener en la traducción la función del TO.
2. Equivalencia final, que atiende a la función del TM. A veces no es coincidente con la función del
TO.
A partir de estos dos autores se obtiene un esbozo de lo que puede ser la búsqueda de la equivalencia
una vez realizado el análisis del TO. De esta definición de desprende que el concepto de equivalencia
es de carácter polifacético y debe ser entendido como el conjunto de una serie de equivalencias
parciales, por medio de las cuales se trata de conseguir la igualdad de valor en la traducción de los
diferentes aspectos del TO.
Pilar Elena García dice que el traductor realiza una selección de equivalencias, es decir, determina
las características del texto funcionalmente relevantes, después tendrá que hacer una ordenación de
estas características del texto funcionalmente relevantes, después tendrá que hacer una ordenación de
estas características relevantes y tomar sus decisiones en consonancia con la función de la totalidad
textual, con el contexto lingüístico de ambas lenguas y con el contexto situacional y socio−cultural.
A partir de los años 80' sí que aparecen una serie de consolidaciones de las equivalencias.
Críticas a las clasificaciones y consolidación de la concepción contextual, funcional y comunicativa:
El que conciba la existencia de equivalencias preestablecidas entre las que hay que buscar la óptima.
Sobre todo se le ha criticado que haya distinguido tantos tipos de equivalencias. Esto ha contribuido a
que el concepto de equivalencia sea cada vez menos claro. Hurtado Albir se olvida de la textualidad
y la contextualidad.
Teoría del sentido: se parte de la idea de que el sentido y su transmisión son la razón de ser y el origen
de la lengua. Dice que la lengua puede ser polisémica, pero el sentido del que habla es único. El
traductor debe intentar cubrir todas las facetas interpretativas. Las equivalencias de traducción son
equivalencias discursivas que establecen el sentido trnsmitido por por los textos y están relacionados
con la tradución interpretativa y su proceso de comprensión y reesprexión del sentido. Conlleva que el
planteamiento sobre la equivalencia en esta teoría es único en cada hecho translativo.
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Reiss y Vermeer diferencian entre equivalencia y adecuación convirtiendo a esta última en criterio
dominante.
En su Teoría funcional del Escopo hacían hincapié en el tema de la función y en la posibilidad del
cambio de esa función para el texto traducido. Es decir, el traductor suele trabajar por encargo y el
tipo de encargo influirá también en la estrategia translativa que se proponga seguir: mantener o
cambiar la función en el TM.
Si el cliente le asigna al texto funciones comunicativas diferentes de las del TO, ambos textos ya no
mantendrán una relación de igualdad de valores y ya no se puede hablar de equivalencia, sino que
habría que hablar de adecuación. Adecuación entendida como:
♦ la conformidad de la elección de signos en la LM con respecto a la dimensión escogida en el
TO.
♦ Se trata de adecuar la traducción a la finalidad que con ella se pretende seleccionando los
signos apropiados a esa finalidad.
♦ Relación que existe entre el TM y el TO teniendo en cuenta el skopos que persigue.
Si entendemos la traducción como una información sobre una oferta de información a menudo sólo
quiere ofrecer parte de la información contenida en el texto de partida, es decir, el principio
dominante de toda traslación es su finalidad y todo el objetivo traslativo pretenderá siempre producir
un texto final adecuado a dicho objetivo. Reiss y Vermeer plantean un concepto de adecuación que
engloba al de equivalencia, se traduce adecuadamente cuando la elección de los signos de la LM se
supedita consecuentemente a la finalidad de la traducción y se traduce en equivalencia, entendida
como un tipo especial de adecuación, cuando la función del TLO y la del TLM considere conveniente
que permanezcan invariables.
Christian Nord denominaba equivalencia a los planteamientos que no tiene en cuenta la situción de
la comunicación y los receptores. También reconoce la posibilidad de una equivalencia funcional,
como lo que acabamos de ver en Reiss y Vermeer. Según ellos, el concepto de equivalencia en
traducción no sólo contiene un carácter dinámico, sino que está relacionado con la función del texto
resultante y la función global de ese texto en el comunicativo.
House dice que la equivalencia funcional está basada en dos dimensiones situacionales:
♦ usuario: clase social, situación geográfica.
♦ uso: estilo registro.
♦ Esto le llevaba a crear un perfil textual del TO. Según las características que crean, decide
aplicar un tipo de traducción.
♦ Hay que tener en cuenta que hay que tener presente los rasgos característicos de una lengua a
otra.
♦ Lvöskaya postula la equivalencia comunicativa, que es siempre dinámica y relativa.
Diferencia entre actividad bilingüe equivalente y actividad bilingüe heterovalente. Defiende
que no hay equivalencia fuera de un acto comunicativo completo. Su modelo comunicativo
funcional hace intervenir muchos factores que están relacionados con los 3 comunicantes del
acto: autor, traductor y destinatarios. En la línea de Reiss y Vermeer, ella habla de actividad
bilingüe equivalente, es decir, la traducción guarda relación de equivalencia con el original y
la actividad bilingüe heterovalente.
♦ Rosa Rabadán dedica una gran parte de su libro a recoger las distintas nociones de
equivalencia a lo largo de la historia de la traducción y tras hacernos ver sus deficiencias
propone lo que la autora denomina equivalencia traslémica enmarcada en unos factores
históricos.
♦ Rosa Rabadán nos hace ver que si tomamos el criterio de equivalencia como instrumento de
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análisis, le damos a esta un carácter estático y normativo, es decir, suponemos a priori la
existencia de correspondencias fijas, de equivalencias establecidas como correctas entre
unidades de lengua o tipos textuales.
♦ Es necesario un cierto tipo de relación que defina al texto de llegada como una traducción de
un texto de partida determinado.
♦ Esta relación global, única, irrepetible para cada binomio textual y por supuesto para cada
actuación traductora, es la que se llama equivalencia traslémica y es la que permite establecer
que ese TM es traducción de un TO. Esta equivalencia es dinámica y su fin último ya no es
conseguir la versión correcta, sino actualizar una versión equivalente en el polisistema meta.
♦ No hay que olvidar que Rosa Rabadán basa sus ideas en Toury (representante de la Escuela
de Manipuladores).
♦ La traducción es un tipo textual que forma parte integral de la cultura meta.
♦ Para Rosa Rabadán la noción de norma viene a constituirse en el parámetro que nos explique
porqué en un TM dado se eligieron determinadas opciones del potencial de un polisistema y
no otras. Por qué los lectores de un polisistema X aceptan unas versiones y otras no.
♦ Estas normas representan el conjunto de valores compartidos por los usuarios y en este caso
se plasman en instrucciones aplicables al proceso traductor. Siguiendo a Toury , las divide
en:
♦ 1. normas preliminares, que se ocupan de aspectos previos al proceso de traducción.
♦ 2. normas operacionales, regulan las decisiones que se toman durante el proceso de
transferencia, distingue:
◊ matriciales, que regulan la segmentación del material lingüístico y su distribución, el
texto y ver como está estructurado, etc.
◊ textuales, encaminadas a determinar las elecciones del traductor con respecto a las
relaciones que van a funcionar como equivalencia en cada binomio textual.
3. Normas de recepción, que regulan la actuación del traductor en todas sus fases.
Rosa Rabadán añade también la noción de norma inicial, que determina la elección básica
del traductor tras tener en cuenta todos los factores del cuadro comunicativo: que será la
tendencia general que adoptará hacia la adecuación con el polo origen en el polo meta.
Hurtado Albir habla de desplazamiento en la noción de equivalencia. Desde enfoques como
la Escuela de la Manipulación, las teorías psicoanalistas, las teorías feministas, etc., se
produce un desplazamiento de la noción de equivalencia y una reivindicación de la diferencia,
de la manipulación, de la visibilidad del traductor. Son concepciones que hablan de la
manipulación del origen, la intervención de los aspectos ideológicos... son posturas teóricas
que defienden la manipulación. El texto traducido debe ser igual que el texto original.
CONCLUSIONES
Hurtado Albir dice que la equivalencia traductora no implica igualdad, prescripción, ni
fijación como se hizo en los primeros planteamientos.
Al contrario, el ser contextual no puede ser sino ser funcional, relativo, dinámico y flexible.
En la concepción dinámica no tiene que estar reñido entre los desplazamientos ni es necesario
separar equivalencia de traducción. Todo dependerá de las situaciones del traductor.
La traducción de un texto está intrínsecamente condicionada por un serie de factores que
vienen a desarrollar un abanico de posibilidades de traducción anulando otros. Con esto,
Mercedes Tricás dice que es más ajustado a la realidad referirse no tanto a una equivalencia
única sino a una correcta elección de aquellos elementos que vayan mejor con las intenciones
comunicativas que se pretenden vincular. Para Tricás las equivalencias sólo funcionan en el
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interior de marcos contextuales delimitados operan sobre textos pragmáticos e interpretativos.
La traducción del texto debe estar condicionada por una serie de factores que desarrollan una
serie de posibilidades a la vez.
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