Texto nº 5: René Descartes: esencia y existencia en Dios Pues

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Texto nº 5:
René Descartes: esencia y existencia en Dios
Pues teniendo por costumbre, en todas las demás cosas, distinguir entre la esencia
y la existencia, me persuado fácilmente de que la existencia de Dios puede separarse
de su esencia, y que, de este modo, puede concebirse a Dios como no existiendo
actualmente. Pero, sin embargo, pensando en ello con más atención, hallo que la
existencia y la esencia de Dios son tan separables como la esencia de un triángulo
rectilíneo y el hecho de que sus tres ángulos valgan dos rectos, o la idea de montaña y
la de valle; de suerte que no repugna menos concebir un Dios (es decir, un ser
supremamente perfecto) al que le falte la existencia (es decir, al que le falte una
perfección), de lo que repugna concebir una montaña a la que le falte el valle.
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Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas, Meditación V (Alfaguara,
Madrid 1977, p. 55).
Texto nº 6:
René Descartes: la esencia o naturaleza de las cosas
Cuando imagino un triángulo, aun no existiendo acaso una tal figura en ningún lugar,
fuera de mi pensamiento, y aun cuando jamás la haya habido, no deja por ello de
haber cierta naturaleza, o forma, o esencia de esa figura, la cual es inmutable y eterna,
no ha sido inventada por mí y no depende en modo alguno de mi espíritu; y ello es
patente porque pueden demostrarse diversas propiedades de dicho triángulo -a saber,
que sus tres ángulos valen dos rectos, que el ángulo mayor se opone al lado mayor, y
otras semejantes-, cuyas propiedades, quiéralo o no, tengo que reconocer ahora que
están clarísima y evidentísimamente en él.
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Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas, Meditación V (Alfaguara,
Madrid 1977, p. 54).
Texto nº 7:
Jean-Paul Sartre: la existencia precede a la esencia
¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre
empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo y que después se define. El
hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza
por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así, pues, no hay
naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no
sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después
de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre
no es otra cosa que lo que él se hace.
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El existencialismo es un humanismo, Huáscar, Buenos Aires 1972, p. 16.
Texto nº 8:
Aristóteles: la sustancia
Substancia se llaman los cuerpos simples, por ejemplo la Tierra, el Fuego, el Agua y
todas las cosas semejantes, y, en general, los cuerpos y los compuestos de éstos, tanto
animales como los demonios, y las partes de éstos. Y todas estas cosas se llaman
substancias porque no se predican de un sujeto, sino que las demás cosas se predican
de éstas. […] Además, la esencia, cuyo enunciado es una definición, también se llama
substancia de cada cosa.
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Metafísica, libro V, 8, 1017b. (Gredos, Madrid 1970, Vol I, p. 247-248).
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